Plantación de Iglesias en el Libro de los Hechos.

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Transcript

1. Predicación del evangelio.

2. Vida en Comunidad.

3. Iglesia de una ciudad distribuida en grupos mas pequeños reunidos en casas.

4. Los creyentes compartían el evangelio donde iban y se establecían congregaciones.

5. Los apóstoles visitaban, confirmaban y fortalecían las nuevas Iglesias.

6. De las Iglesias salían misioneros (o enviados = apóstoles) A plantar nuevas Iglesias.

Hechos de los Apóstoles 2:40–42 “40 Y Pedro, con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: «Sean salvos de esta perversa generación» 41 Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas. 42 Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.”
Hechos de los Apóstoles 2:42–47 “42 Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. 43 Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales se hacían por los apóstoles. 44 Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; 45 vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. 46 Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47 alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.”
Hechos de los Apóstoles 4:32–37 “32 La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. 33 Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos. 34 No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían, traían el precio de lo vendido, 35 y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y se distribuía a cada uno según su necesidad. 36 Y José, un levita natural de Chipre, a quien también los apóstoles llamaban Bernabé, que traducido significa Hijo de Consolación, 37 poseía un campo y lo vendió, trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles.”
Hechos de los Apóstoles 2:46 “46 Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,”
Hechos
Hechos de los Apóstoles 8:1–8 “1 Y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. 2 Algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban y lloraron a gran voz por él. 3 Pero Saulo hacía estragos en la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en la cárcel. 4 Así que los que habían sido esparcidos iban predicando la palabra. 5 Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, estos salían de ellos gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados. 8 Y había gran regocijo en aquella ciudad.”
Hechos de los Apóstoles 8:14–15 “14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, 15 quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo.”
Hechos de los Apóstoles 9:32–35 “32 Mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos que vivían en Lida. 33 Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. 34 Y Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama». Y al instante se levantó. 35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y se convirtieron al Señor.”
Hechos de los Apóstoles 9:36–43 “36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido al griego es Dorcas; esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. 37 Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto. 38 Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: «No tarde usted en venir a nosotros» 39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. 40 Pero Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: «Tabita, levántate». Ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. 41 Él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 42 Esto se supo en todo Jope, y muchos creyeron en el Señor. 43 Pedro se quedó en Jope muchos días…”
Hechos de los Apóstoles 13:1–4 “1 En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado» 3 Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron. 4 Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.”
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