"Yo entrego mis cargas a Jesús"
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La vida cristiana no está exenta de cargas y dificultades.
todos enfrentamos cargas: físicas, emocionales, espirituales.
Sin embargo, Jesús nos invita a entregarlas a Él.
Cuando su corazón está cargado, su cuerpo agotado y sus emociones desgastadas, y se siente desanimado, sin esperanza y abrumado, ¿dónde busca alivio?
Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.
1.Reconocer nuestras cargas y necesidad de ayuda
1.Reconocer nuestras cargas y necesidad de ayuda
“Cargados” son aquellos que viven bajo el peso de sus pecados, o de algún problema físico, espiritual o social
y después de haber “trabajado” por distintos medios para librarse de esa carga, se encuentran exhaustos, frustrados por tan inútiles y agobiantes esfuerzos.
»Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar.
La palabra "cargados" indica una carga pesada, algo que abruma y que parece imposible de soportar solo.
Jesús nos llama a acudir a Él, porque solo Él puede dar descanso verdadero.
Jesús nos llama a descansar en Él .
Hoy aprenderemos cómo podemos confiar y entregar nuestras cargas a Jesús, permitiendo que Él tome control y nos dé paz.
¿Por qué nos frustramos los seres humanos?
¿Por qué nos frustramos los seres humanos?
Metas no alcanzadas: Queremos algo (un trabajo, una relación, una meta personal), pero no lo conseguimos.
Obstáculos externos: Situaciones o personas que se interponen en nuestros planes.
Expectativas poco realistas: Esperamos que las cosas salgan de cierta manera y no sucede así.
Falta de control: Sentir que no tenemos poder sobre una situación también genera frustración.
La frustración es una reacción emocional natural que nos avisa de que algo no va como deseamos. Si se gestiona bien, puede motivarnos a cambiar o adaptarnos. Pero si se acumula, puede derivar en ansiedad, ira o resignación.
ANSIEDAD.- Sentirse física o mentalmente presionado; preocupado
Un estado emocional caracterizado por la tensión, la preocupación, el nerviosismo y el miedo.
¿Qué es lo que te preocupa?
Dos empresarios estaban conversando acerca de dificultades económicas. Uno de ellos, Jack, dijo:
–«Estoy a punto de perder mi negocio y nuestra casa está hipotecada; sin embargo, esto no me preocupa».
Bob, su amigo, le preguntó:
–«¿Cómo puedes decir que no estás preocupado?».
Jack respondió:
–«Contraté un profesional que se desvela por mí, se preocupa en mi lugar. ¡Por esta razón yo no tengo que pensar en eso!».
Bob replicó:
–«¡Ésa es una idea fantástica! ¿Cuánto cuesta contratar a ese “profesional de la preocupación”?».
–«50.000$ por año», respondió Jack.
–«¿Y dónde consigues tanto dinero?»
La respuesta fue rápida:
–«No tengo ni idea, esa preocupación es su preocupación».
Preocuparse es algo que aprendemos. No existe el «preocupado de nacimiento».
Preocupación es el resultado a las circunstancias de la vida, fruto de un aprendizaje. Aprendemos a preocuparnos:
A través de la experiencia. Después de muchos años de engaños, fracasos y expectativas frustradas descubrimos que nunca las cosas salen como se espera.
A partir de estas experiencias, adquirimos el hábito de preocuparnos.
A través de ejemplos.
Existen muchos ejemplos a nuestro alrededor.
Estudios muestran que los niños acostumbran a captar las preocupaciones de sus padres. Padres ansiosos generan hijos ansiosos.
La preocupación puede ser desterrada.
La preocupación agobia a la persona;
una palabra de aliento la anima.
La buena noticia es que la preocupación es fruto del aprendizaje y una respuesta a las circunstancias de la vida, y por tanto, puede llegar a desterrarse.
Para vencerla es importante tomar conciencia de que la preocupación es inútil.
Preocuparse no aporta ningún bien ni tampoco solución alguna. Es como dejarse «cocinar en baño maría».
La preocupación jamás cambió nada. No puede cambiar el pasado, ni tiene poder para controlar el futuro. Solo hace con que hoy nos sintamos miserables.
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
Ilustración de la vida diaria:
Imagina una persona que trabaja todo el día en una construcción, cargando sacos de cemento, maderas y herramientas.
Al final del día, siente que no puede más, que sus fuerzas se agotan.
Pero si alguien le ayuda a cargar algunas de esas cosas, su carga se aligera y puede descansar, recuperando energías para seguir adelante. Así también, nosotros necesitamos que alguien más cargue con nuestras cargas, y ese alguien es Jesús.
2: La invitación de Jesús a entregarle nuestras cargas
2: La invitación de Jesús a entregarle nuestras cargas
Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».
Jesús nos invita a tomar Su yugo.
El yugo en esa época era un instrumento para unir a dos animales para que trabajaran en conjunto, simbolizando sumisión y colaboración.
Jesús nos invita a aprender de Él, que es humilde y manso, garantizando que Sus cargas son ligeras comparadas con las nuestras.
la preocupación y la ansiedad llegan a ser crónicas o excesivas, perjudican sustancialmente a la persona.
la persona disipa su energía preocupándose por lo que puede pasar y no le queda suficiente fuerza para enfrentar objetivamente su problema y solucionarlo.
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
La diferencia entre nuestras cargas y las cargas que Jesús ofrece.
La confianza en que Jesús cuida de nosotros.
Preguntas para la congregación:
¿Estás dispuesto a aprender de Jesús en medio de tus dificultades?
¿Confías en que Él puede aliviar tus cargas?
—¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.
la fe puede es una fuerza poderosa que puede transformar la vida y permitir que sucedan cosas que parecen imposibles.
Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo:
—Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un espíritu maligno que no le permite hablar. Y, siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo.
Padre que estaba frustrado
Se sentia impotente
No podia sanar a su hijo
Pero algo sucedio que cambio todo
Jesús les dijo: «¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho».
la falta de fe es algo que claramente no agrada a Dios.
Sin fe es imposible agradar a Dios
Jesus mismo se sorprendia de la falta de fe de la gente
Esta fue una respuesta a la falta de fe y la incredulidad de algunos que lo acompañaban, específicamente después de que sus discípulos no pudieran sanar a un niño poseído.
La gente
Los discipulos
El papa del niño
PERO CUAL ES EL DESEO DE JESUS
Jesús expresa su deseo de que la gente comprenda y se beneficie de su ministerio,
pero se muestra frustrado por la falta de fe y la resistencia de los presentes a cree
EJEMPLO
TERMINAS UNA PREDICA LA GENTE ES TOCADA, ORAS POR TODOS, Y AL FINAL ALGUIEN SE ACERCA A PEDIRTE LOS MISMO.
UNO PIENSA ESTARIA PRESENTE EN EL CULTO O RECIEN LLEGO .
la ansiedad, en cualquier forma, reduce la victoria espiritual y la capacidad para hacer frente a la vida
3. El descanso y la paz que se encuentran en Jesús
3. El descanso y la paz que se encuentran en Jesús
»Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.
Juan revela que Jesús nos deja Su paz, que es diferente a la paz superficial que ofrece el mundo.
Es una paz profunda que calma el corazón en medio de las tormentas.
"La paz no es la ausencia de problemas, sino la presencia de Dios en nuestras vidas “
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
exhorta a no estar ansiosos, sino a presentar nuestras peticiones a Dios, quien nos dará una paz que sobrepasa todo entendimiento y guardará nuestros corazones.
Ideas clave:
La paz que Jesús nos deja es diferente a la paz del mundo.
La oración y la confianza en Dios traen paz verdadera.
Jesús puede transformar nuestra ansiedad en tranquilidad.
Preguntas para la congregación:
¿Qué situación te quita la paz hoy?
¿Estás dispuesto a entregarle esas situaciones a Jesús?
4. Vivir en libertad y gozo al entregarle nuestras cargas
4. Vivir en libertad y gozo al entregarle nuestras cargas
Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús;
nos asegura que en Cristo no hay condenación, y al entregar nuestras cargas a Él, somos liberados de culpas y pesares.
La libertad que encontramos en Cristo nos transforma.
Dejar atrás la culpa y vivir con propósito.
La vida en Cristo trae gozo, esperanza y nuevas fuerzas.
Jesús no solo estuvo presente en el pasado, sino que sigue estando con nosotros hoy. Su presencia es constante y su poder sanador sigue siendo el mismo.
Jesús sigue sanando:
- Heridas emocionales y físicas
- Corazones rotos y espíritus quebrantados
- Mentes confundidas y almas perdidas
Su sanidad no solo es para el cuerpo, sino también para el alma y el espíritu. Jesús nos sana de:
- La culpa y la vergüenza
- El miedo y la ansiedad
- La duda y la desesperación
Como dice Mateo 11:28: "Vengan a mí todos ustedes que están cansados y cargados, y yo les daré descanso". Jesús sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre, sanando y restaurando a aquellos que se acercan a Él. ¡Él sigue aquí, esperándote con brazos abiertos!....
Recapitulación
Reconocer nuestras cargas y necesidad de ayuda.
La invitación de Jesús a entregarle nuestras cargas.
La paz y descanso que encontramos en Él.
Vivir en libertad y gozo al confiar en Jesús.
Conclusión
Entregar nuestras cargas a Jesús es un acto de fe y confianza. Él nos invita a descansar en Sus promesas, a confiar en Su cuidado y a vivir libres de cargas y culpas. No importa cuán pesada sea tu carga hoy, Jesús está dispuesto a llevársela si tú se la entregas. Tú solo necesitas confiar y dar ese paso de fe.
Llamado final:
Hoy te invito a que pongas tus cargas en las manos de Jesús. Él te promete descanso, paz y libertad. No sigas cargando solo lo que Él quiere llevar por ti. Entrega, confía y vive en Su gozo y paz.