Bonsai o roble?

Sermón: “Bonsái o Roble: ¿Qué tipo de cristiano eres?”

Versículo central:

Salmo 1:3 “Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen.”

“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”

Salmo 92:12 “Pero los justos florecerán como palmeras y se harán fuertes como los cedros del Líbano;”

Introducción:

Un bonsái es una obra de arte. Chiquito, estético, curioso. Muchos lo miran y dicen: “¡Qué bonito!”. Pero ¿sabías que ese árbol no es así por naturaleza? Fue forzado a ser pequeño. Sus raíces fueron podadas, su crecimiento controlado, su ambiente restringido.

Así hay cristianos hoy: bonsáis espirituales. Bonitos por fuera, decorativos en la iglesia, pero estancados por dentro. Nunca echan raíces, nunca dan fruto. Años en la iglesia, pero ni una sombra dan. Están domesticados por la religiosidad, mutilados por la tibieza espiritual.

Pero el plan de Dios no es que seas un bonsái. Es que seas un roble plantado junto a corrientes de agua, como dice el

Salmo 1 “Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones; sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen. ¡No sucede lo mismo con los malos! Son como paja inútil que esparce el viento. Serán condenados cuando llegue el juicio; los pecadores no tendrán lugar entre los justos. Pues el Señor cuida el sendero de los justos, pero la senda de los malos lleva a la destrucción.”

1. El bonsái espiritual: apariencia sin profundidad

El bonsái no crece porque:

Sus raíces están limitadas.

Está encerrado en una maceta pequeña.

Lo podan constantemente para que no se desarrolle.

Y muchos cristianos están igual. No crecen porque:

No se arraigan en la Palabra.

Viven encerrados en su comodidad o heridas pasadas.

Permiten que la religiosidad los recorte cada vez que quieren avanzar.

pero sobre todo que les falta conocimiento

Juan 15:5–6 “»Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada. El que no permanece en mí es desechado como rama inútil y se seca. Todas esas ramas se juntan en un montón para quemarlas en el fuego.”

nos recuerda que sin estar en Cristo, no hay fruto ni crecimiento.

Efesios 4:14 “Entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad.”

dice que no debemos ser “niños fluctuantes llevados por todo viento de doctrina”. Porque el bonsái espiritual es así: un día dice “amen”, y al otro día, “me voy de la iglesia”.

> “No todo el que está en la iglesia está plantado en Dios. Algunos solo están decorando la banca como bonsáis espirituales.”

2. El roble junto a aguas: raíces profundas, fruto constante

quiero preguntarte: has crecido en estos últimos meses? la lectura te ha ayudado a crecer?

Jeremías 17:7–8 “»Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto.”

lo describe bien:

“El árbol que confía en el Señor no teme el calor ni la sequía… siempre da fruto.”

Ese es el cristiano que:

Tiene raíces en la Palabra.

Ora aunque no sienta.

Da fruto incluso en medio de la prueba.

El árbol grande no se cae fácil. Porque su fuerza está bajo tierra. No se ve, pero sostiene todo.

¿Y tu? ¿Qué pasa cuando la vida te sacude? ¿Tienes raíces ?

3. Inmadurez: cuando aún necesitas leche espiritual

Hebreos 5:12–14 “Hace tanto que son creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la palabra de Dios. Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer alimento sólido. Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y no sabe cómo hacer lo correcto. El alimento sólido es para los que son maduros, los que a fuerza de práctica están capacitados para distinguir entre lo bueno y lo malo.”

1 Corintios 3:2 “Tuve que alimentarlos con leche, no con alimento sólido, porque no estaban preparados para algo más sustancioso. Y aún no están preparados,”

son duros:

“Ya deberías ser maestro… pero todavía necesitás leche.”

“No pueden digerir carne… son niños espirituales.”

“Hay gente que lleva 10 años en la iglesia… ¡y todavía pide mamila! No se les puede predicar fuerte, porque lloran. No se les puede confrontar, porque se ofenden. Son creyentes de fórmula infantil.”

Pablo diría: “¡hermanos carnales!”

a veces se confunde los debiles en la fe con fariseismo y desnutricion Espiritual

4. El fruto: evidencia de madurez

Mateo 7:17–20 “Un buen árbol produce frutos buenos y un árbol malo produce frutos malos. Un buen árbol no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Por lo tanto, todo árbol que no produce frutos buenos se corta y se arroja al fuego. Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones.”

“Por sus frutos los conoceréis.”

Gálatas 5:22–23 “En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!”

amor, gozo, paz, paciencia…

“No es cuánto oras, sino cuánto perdonas. No es cuánto hablás en lenguas, sino cómo tratás a tu familia cuando se te acaba el saldo.”

“El árbol se conoce por su fruto. Y el cristiano… por sus acciones.”

Y sí, el roble también da fruto:

Tal vez no sea un fruto dulce o atractivo a la vista como el de un manzano, pero da bellotas, que alimentan a aves, animales y regeneran bosques.

Así es el fruto de un cristiano maduro: no siempre se nota enseguida, pero alimenta, sostiene, transforma vidas alrededor.

“No se trata de hacer show… se trata de dar sombra, firmeza, alimento espiritual. Que otros vivan mejor por lo que Cristo está haciendo en vos.”

5. El conocimiento fortalece tu fe

Colosenses 2:6–7 “Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, ahora deben seguir sus pasos. Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud.”

“Arraigados y edificados en Él…”

Romanos 10:17 “Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo.”

“La fe viene por el oír…”

“El que no estudia la Palabra vive de emociones. Hoy se siente bien, mañana no quiere saber nada. Vive por lo que siente, no por lo que sabe.”

“No basta con ‘sentir bonito en la alabanza’, hay que conocer a Cristo. El conocimiento te arraiga, te fortalece.”

Por eso muchos creyentes se caen: no tienen doctrina, no tienen raíz.

6. Pablo y la generación de cristal

Pablo era directo. A los gálatas les dijo:

“¡Insensatos gálatas! ¿Quién los fascinó?”

Gálatas 3:1 “¡Ay gálatas tontos! ¿Quién los ha hechizado? Pues el significado de la muerte de Jesucristo se les explicó con tanta claridad como si lo hubieran visto morir en la cruz.”

Hoy en día, si dices “hermano, cambie su actitud” ya te acusan de abuso espiritual.

Hay gente que se va de la iglesia porque “el pastor me vio feo”. ¡Eso no es persecución, es debilidad!

“No viniste a la iglesia a hacer raíces en el grupo de WhatsApp. Viniste a hacer raíces en Cristo.”

“No viniste a ser bonsái de vitrina. Viniste a ser roble de sombra, de fruto y de firmeza.”

7. Llamado final:

es hora de romper la maceta

Muchos cristianos llevan años así: en una maceta espiritual.

No oran, no estudian, no sirven. Solo están.

Pero Dios no te salvó para adornar una iglesia. Te salvó para que des fruto.

Hoy es el día de romper la maceta. Dejar la comodidad, la religiosidad, la tibieza.

“El árbol junto a corrientes de agua no teme el calor. No deja de dar fruto. Ese eres tu, si decides crecer.”

Salmo 1:3 “Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen.”

“Y todo lo que hace, prosperará…”

¿Quieres seguir siendo bonsái o estás listo para crecer como roble? tu decides