La Ley eterna
Hablemos sobre la Ley • Sermon • Submitted • Presented
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· 34 viewsParte 1/3 de la serie "Hablemos sobre la Ley"
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Introducción
Introducción
A través de la historia, la Ley de Dios ha sido pisoteada de diferentes maneras. Primero podemos ver como los israelitas rechazaban la Ley de Dios por los diferentes ídolos, hemos visto como las leyes y tiempos habían sido cambiados. Hemos visto como la actitud de la Ley se ha vuelto auna que no es bíblica, pero la Palabra por medio del apostól Pablo nos muestra como la Ley debe ser vista como cristianos.
Las actitudes hacia la Ley de Dios en el cristianismo general se puede resumir en que:
Eran para los judíos (Creen que hacer lo opuesto de lo que dice es pecado excepto el violar el sábado),
Ya no hay que seguir la Ley porque fue clavada en la cruz,
entre otras.
En una pequeña serie de tres temas veremos lo que significa seguir la Ley de Dios como cristianos de una manera bíblica.
En esta primera parte veremos que significa lo que es estar muertos a la Ley.
Cuerpo
Cuerpo
Por medio de esto Jesús nos muestra que:
La Ley sigue viva (Rom. 7:1-3)
Cuando Pablo hablaba de esto, él se dirigía a los creyentes judíos que conocían la Ley de Dios y también las otras leyes añadidas que se conoce hoy día como el Mishna. Para estos creyentes, aunque conocían de Jesús, seguían con la mentalidad de salvación por obras, pero Pablo busca aclararles el nuevo rol de la Ley en la vida del cristiano. En los próximos versículos se puede ver una analogía (vv. 2-3). En esta analogía podemos ver que Pablo identifica que Cristo es ese marido, pero no identifica claramente quien es el marido que murió. Muchos piensan que el marido que murió es la Ley, pero Pablo no dice eso, sino que muestra son los creyentes que han muerto a la Ley, pero la Ley de Dios sigue viva. Pablo muestra que la Ley de Dios ahora bajo la gracia tiene un papel nuevo.
Cita EGW: “La misma Ley que fue grabada en tablas de piedra, es escrita por el Espíritu Santo en las tablas del corazón. En lugar de suprimir la Ley, el nuevo pacto coloca la Ley en el corazón. Bajo el nuevo pacto, los principios de la Ley son escritos en el alma del hombre, y por medio de la gracia de Cristo se conforman a ella.”
— Patriarcas y Profetas, p. 375
Hemos muerto a la Ley (Rom. 7:4)
Al ver que la Ley tiene un rol nuevo ya que los creyentes murieron a la Ley, hay que ver cual es ese nuevo papel que tiene la Ley. Antes de ver cual es el papel nuevo de la Ley de Dios en la vida del cristiano, hay que ver cual era el rol de la Ley de Dios anteriormente. Antes de la muerte de Jesús en la cruz, la Ley era vista solamente como por lo que íbamos a ser condenados, pero ahora tiene otro papel. Antes de ver este nuevo papel que juega la Ley, hay que ver una realidad: la Ley de Dios sigue vigente y esta como quiera condena su infracción. La Ley, como la ley humana, si es violada, hay consecuencias (1 Juan 3:4). Antes de que Jesús diera su vida en la cruz, nosotros estabamos sujetos a la muerte por infracción a la Ley, pero cuando Jesús murió y resuscitó, Él pagó el precio de nuestros pecados y tomó Él el castigo. Por lo tanto, la Ley ya no es vista como lo que nos condena, sino que es vista como lo que podemos aspirar e ser en Cristo Jesús. La Ley por sí misma es incapaz de hacernos justos ante el Padre. Nosotros somos seres pecaminosos, por lo tanto no podemos dar la talla, pero por medio de una relación con el Esposo, podemos entrar en el proceso de santificación por medio del Espíritu, día a día. No somos perfectos, pero buscamos agradar a Dios todos los días y lo que falte, Dios lo completará.
Vivamos en el Espíritu (Rom. 7:6)
Al ver que el nuevo rol de la Ley es el mostrarnos como ser más como Jesús cada día, dándonos un estándar que aspirar, se puede ver que el apóstol nos hace un llamado a vivir bajo el régimen del Espíritu y no de la letra; pero, ¿qué significa eso? El vivir en el régimen del Espíritu simplemente significa que vivimos en una nueva relación matrimonial con Dios. Significa que ya no se vive para obedecer la ley por miedo, sino que por medio del Espíritu, aprendemos a amar la Ley de Dios y no la seguimos para ser salvo, sino que al recibir a Jesús como Salvador personal, el aspirar a ser más y más como Jesús y servirle será una delicia. La obediencia no es una carga, sino que es una delicia. Creyente -más- gracia -equivale- obediencia; no es obediencia -equivale- gracia. El vivir en este régimen equivale a servir a Dios no por miedo, sino que por amor. Esto es para todo que haya recibido el regalo gratuito de la gracia del Señor. Algo sí es claro: los que no sriven al Señor, serán condenados por la Ley. La Ley no salva, pero seremos juzgado por ella (más detalles en temas futuros de la serie).
Cita EGW: “La obediencia —el servicio y la lealtad de amor— es la verdadera señal del discipulado. Así lo demostraron los discípulos. Cuando Jesús estuvo por dejarlos, les dio un nuevo mandamiento: ‘Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros’. Juan 13:34. Les dijo también: ‘Si me amáis, guardad mis mandamientos’. Juan 14:15. El que tiene mis mandamientos y los guarda —dijo—, ése es el que me ama. Juan 14:21.”
— El Deseado de Todas las Gentes, p. 671
¿Cómo vivo en este nuevo régimen? Aceptando a Jesús como Salvador personal, siendo bautizado en el nombre del Padre, del Hijo y Espíritu Santo y permitir que el Señor haga su obra en ti. Entregale tu vida, defectos, todo; permite que Él trabaje. -Mencionar lo del escultor-
Conclusión
Conclusión
Podemos ver que la Ley tiene razón de ser y tiene vigencia en la vida del cristiano. Poco a poco iremos descubriendo el papel de la Ley en la vida del cristiano, pero podemos ver que Jesús quiere que nos acoredemos que la Ley sigue viva, que hemos muerto a la condenación por la Ley y que somos llamados a vivir en el régimen del Espíritu. Para poder hacer esto, hay que aceptar a Jesús como Salvador personal y permitir que Él trabaje en nuestras vidas.
¿Quién quiere vivir en el régimen del Espíritu cada día?
