La fe poderosa no es solo un sentimiento, ni un pensamiento fugaz; es una convicción profunda que abarca todo nuestro ser. La Escritura nos recuerda en 1 Juan 4:4 (NVI): “Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.” Este versículo nos impulsa a vivir en victoria y a experimentar una fe que transforma vidas. Hoy meditaremos sobre cómo desarrollar una fe poderosa y genuina la cual no se limita a lo abstracto; involucra cada parte de nuestra vida y ser, tal como lo reflexiona la imagen bíblica de mente, ojos, oídos, voz, manos, pies y corazón. En 1 Juan 4:4, se nos recuerda que la presencia de Dios en nosotras y nosotros nos permite superar cualquier adversidad, porque quien está en nuestro interior es mayor que cualquier fuerza externa.