Ordena y construye tu casa (Tema 1)
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Serie: Obra en Construcción
Tema 1 (Sábado)
idea: Dios quiere reconstruir nuestra vida hoy.
TEXTO BASE
TEXTO BASE
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Imagina por un momento que llegas a tu barrio y ves una casa que conocías desde niño, una casa hermosa, con paredes firmes y un techo seguro pero ahora está derrumbada. Piedras en el suelo, vigas partidas, polvo en el aire. Todos comentan: “Qué triste, se vino abajo.”
Así nos pasa en la vida: creemos que nuestras fuerzas, nuestros éxitos o nuestra salud son firmes, pero de repente un diagnóstico, una crisis, un pecado oculto, un golpe del destino, y nos damos cuenta de que nuestros cimientos eran más frágiles de lo que pensábamos.
La vida de Ezequías nos muestra que cuando todo parece derrumbarse, Dios nos ofrece la posibilidad de reconstruir sobre cimientos eternos. Y hoy, más que nunca, necesitamos esos cimientos, porque el mundo en el que vivimos se está cayendo a pedazos.
Para captar esta idea, quiero compartir un fragmento de un poema de Rudyard Kipling, quien fue un autor y poeta británico conocido por obras como El libro de la selva y el poema Si. Es famoso por sus historias de aventuras, libros infantiles y su influencia en la literatura inglesa. Su poema (If) es uno de los textos más traducidos y leídos en el mundo. Allí habla de levantarse después de perderlo todo.
Si… (Poema)
Rudyard Kipling
"Si todo lo que hiciste se viene abajo,
y miras las ruinas con llanto y dolor,
aún puedes alzarte con firme trabajo,
y edificar de nuevo con fe y con amor."
"Si ves que tus muros al suelo cayeron,
y el viento deshizo tu antigua canción,
no temas, que hay manos que nunca murieron:
las manos de Cristo, cimiento y razón."
"Entonces tus pasos hallarán camino,
y el sol brillará sobre tu corazón;
porque en cada ruina Dios traza destino,
y en todo derrumbe hay resurrección."
Este poema nos recuerda algo vital: lo que se derrumba no está condenado a quedarse así. Hay esperanza de reconstrucción.
FRASE INTRODUCTORIA
FRASE INTRODUCTORIA
Amigos, esta tarde quiero decirles algo con claridad: cuando la vida se derrumba, Dios no nos deja en las ruinas; Él quiere reconstruirnos sobre cimientos eternos.
IDEA EXEGETICA DEL TEXTO
IDEA EXEGETICA DEL TEXTO
El contexto de Isaías 38 y 2 Reyes 20 es sorprendente. El rey Ezequías, uno de los pocos reyes fieles en Judá, cae enfermo de muerte. El profeta Isaías viene con un mensaje duro: “Ordena tu casa, porque morirás.”
La palabra hebrea para ordenar aquí es צַו (tsav), que implica “poner en regla, establecer, disponer en orden definitivo.” No es solo limpiar el cuarto; es dejar la vida lista para presentarse delante de Dios.
La expresión morirás y no vivirás es un hebraísmo que refuerza la certeza: no hay escapatoria humana, tu fin está cerca.
Pero en medio de esta sentencia, Dios abre una puerta de esperanza: la oración de Ezequías cambia la historia, y su vida es prolongada quince años más. Esto nos enseña que aunque nuestros muros estén cayendo, en Dios hay oportunidad de reconstrucción.
DESARROLLO TEMÁTICO
DESARROLLO TEMÁTICO
I. Cuando los muros se derrumban
I. Cuando los muros se derrumban
Antes de hablar de reconstrucción, tenemos que reconocer la ruina. La historia de Ezequías comienza con un derrumbe: enfermedad, fragilidad, noticia de muerte.
a. La falsa seguridad de los muros humanos
Ezequías era rey, con poder, ejército y riquezas. Pero ninguno de esos muros pudo salvarlo de la enfermedad.
Hoy también muchos confían en sus logros, títulos o cuentas bancarias como si fueran muros indestructibles.
b. El diagnóstico de Dios es más profundo que el del médico
El médico puede decirnos: “tienes cáncer, tu corazón está débil, tu vida es corta.”
Pero Dios nos dice: “Ordena tu casa.” No es solo la salud física, es la condición espiritual lo que está en juego.
c. Todos tenemos muros derrumbados
Puede ser una relación rota.
Puede ser un hábito oculto que nos destruye.
Puede ser el vacío espiritual que sentimos a pesar de aparentar estar bien.
d. La buena noticia: Dios no se aparta de las ruinas
Jesús lloró ante la tumba de Lázaro, se conmovió ante Jerusalén en ruinas, y caminó entre leprosos y quebrantados.
Donde hay ruinas, Dios ve una obra en construcción.
II. La oración que levanta paredes caídas
II. La oración que levanta paredes caídas
Cuando Ezequías escucha la sentencia, no organiza sus ejércitos, no llama a sus consejeros, no busca medicinas nuevas. La Biblia dice:
Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová,
a. Volver el rostro a la pared
Simbólicamente, significa reconocer que no hay salida humana. Cuando tu muro es la pared desnuda, reconoces tu impotencia.
Muchas veces Dios nos deja frente a esa “pared” para que descubramos que el único muro firme es Él.
b. La oración sincera abre los cielos
Ezequías no recita fórmulas; clama desde el corazón.
El hebreo usa el verbo בָּכָה (bakáh) – “llorar con profundidad.” Ezequías no es un rey altivo; es un hombre quebrantado.
Dios escucha la oración sincera y responde aún a los que están sentenciados a morir.
c. La respuesta inmediata de Dios
Antes de que Isaías saliera del patio, la palabra de Jehová volvió a él y le dijo:
Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
Dios no solo añade vida a Ezequías; le añade propósito: librar la ciudad de los asirios.
d. Aplicación
Hoy, si tu vida está derrumbada, el primer paso no es huir, ni disfrazar, ni maquillar: es orar con lágrimas verdaderas.
Dios no resiste el clamor de un corazón sincero.
III. Los cimientos eternos no son humanos, son divinos
III. Los cimientos eternos no son humanos, son divinos
Una casa no se sostiene por adornos, sino por su cimiento. La vida tampoco se sostiene por apariencia, sino por la base sobre la que está edificada.
a. La diferencia entre muros temporales y cimientos eternos
Muros temporales: salud, dinero, amistades, logros.
Cimientos eternos: la Palabra de Dios, su Ley, su promesa de salvación.
b. El pacto renovado con Ezequías
Dios no solo le dio más años, sino que le recordó que esos años debían vivirse bajo su dirección.
La vida prolongada sin propósito se desperdicia; la vida prolongada con Dios es reconstrucción.
c. Cristo como el fundamento seguro
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Jesús no ofrece muros temporales; ofrece la roca eterna.
d. Aplicación
Tú puedes intentar reconstruir tu vida con tus propios recursos, pero tarde o temprano se volverá a caer.
Si decides poner tu vida sobre Cristo, lo que construyas será eterno.
IV. Una vida reconstruida para la gloria de Dios
IV. Una vida reconstruida para la gloria de Dios
El propósito de la reconstrucción no es solo sobrevivir, sino vivir para glorificar a Dios.
a. El signo del reloj solar
Como señal de la promesa, Dios hizo retroceder la sombra diez grados en el reloj de Acaz, unos 40 minutos
Y esto te será señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que ha dicho: He aquí yo haré volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió el sol diez grados atrás, por los cuales había ya descendido.
Era como decir: “Así como controlo el tiempo, controlo tu vida.”
b. Una segunda oportunidad no es un premio, es una misión
Los 15 años extra de Ezequías no eran para hacer lo que quisiera, sino para cumplir el propósito divino.
Dios nos da tiempo porque aún quiere usarnos para su gloria.
c. De la ruina a la misión
La casa derrumbada se levanta no para ser museo de ruinas, sino hogar vivo.
La vida restaurada no es para recordar la caída, sino para mostrar la gracia que reconstruye.
d. Aplicación
Dios no quiere solo sanar tus heridas, quiere hacer de ti un testimonio vivo.
Tu reconstrucción será luz para otros que están en ruinas.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Queridos amigos, la historia de Ezequías es la historia de todos nosotros.
Hemos visto muros derrumbados.
Hemos llorado ante paredes desnudas.
Hemos sentido el peso de diagnósticos humanos y espirituales.
Pero también hemos escuchado la voz de Dios que dice: “He oído tu oración, he visto tus lágrimas, y te daré vida.”
Hoy la pregunta no es si tus muros se cayeron. La pregunta es: ¿Sobre qué vas a reconstruir?
¿Sobre tus fuerzas? Se volverá a caer.
¿Sobre Cristo? Será eterno.
LLAMADO
LLAMADO
Amigo querido, quizás entraste hoy a este lugar con tu vida hecha ruinas. Quizás alguien aquí está como Ezequías, enfrentando enfermedad, crisis, vacío. Quizás tu familia está derrumbada, o tu corazón cansado de luchar.
Hoy Jesús te dice: “Ordena tu casa.” No se refiere a tu sala o tu cocina; se refiere a tu vida, a tu corazón, a tu relación con Él.
Él quiere reconstruirte.
Él quiere darte una nueva oportunidad.
Él quiere poner tu vida sobre cimientos eternos.
Por eso, hoy te invito a dar un paso.
Si aún no has aceptado a Cristo, ven y dile: “Señor, reconstruye mi vida en Ti.”
Si aún no te has bautizado, hoy es el día para decir: “Quiero empezar a construir sobre la roca, sobre Jesús.”
Si ya eres miembro, pero sientes grietas, este es el momento de entregarte de nuevo.
Ven al frente, levanta tu mano, decide hoy mismo: que tu casa espiritual no se derrumbe más, sino que se edifique sobre Cristo, el único fundamento seguro.
