Quita tu teja (Tema 5)
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Transcript
Serie: Obra en Construcción
Tema (Miercoles)
idea: Quitando las Tejas para Encontrarse con Jesús
TEXTO BASE
TEXTO BASE
Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
Hermanos amados, quiero que por un momento piensen en una teja de barro. Parece un objeto sencillo, común, de esos que a veces no notamos. Pero ¡qué importante es en una casa! Una sola teja fuera de lugar y entra el agua, se filtra el viento, se daña el hogar. La teja protege, cubre, pero también puede convertirse en un obstáculo si se convierte en una barrera entre lo de afuera y lo de adentro.
En la Biblia encontramos una historia poderosa donde unas tejas jugaron un papel decisivo: Un paralítico necesitaba encontrarse con Jesús, pero las multitudes y el techo eran el obstáculo. Entonces, cuatro amigos decidieron que esas tejas no serían un impedimento: las removieron, abrieron el espacio, y bajaron al enfermo justo a los pies del Maestro. Y allí, bajo esas tejas levantadas, ocurrió el milagro más grande: perdón de pecados y sanidad. El poeta Antonio Machado, español y destacado por su romanticismo poetico, se le adapta el siguiente poema referente a esta historia:
Las tejas que se movieron
Las tejas que se movieron
(al estilo de Machado)
Cuatro amigos con anhelo,
llevaron vida en sus manos,
rompieron tejas al cielo,
para un milagro cercano.
El hombre yacía herido,
atado en su parálisis,
mas halló en Cristo el sentido,
la gracia y su nuevo país.
Y hoy mi alma está cerrada,
con tejas de dura razón,
¡Señor, muévelas de entrada,
y sana mi corazón!
FRASE INTRODUCTORIA
FRASE INTRODUCTORIA
Hoy quiero hablarles de esas tejas, pero no de barro, sino de las tejas del corazón, que muchas veces impiden que tengamos un encuentro transformador con Cristo.
IDEA EXEGETICA DEL SERMON
IDEA EXEGETICA DEL SERMON
Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
El griego dice: ἀπεστέγασαν τὴν στέγην (apestegasan tēn stegēn) — literalmente: “destaparon el techo”. El verbo aposteghazō significa quitar lo que cubre, remover lo que estorba.
Para encontrarse con Jesús es necesario quitar lo que estorba. Puede ser un obstáculo físico, social o espiritual. Nada debe interponerse entre un alma y su Salvador.
En la cultura judía del siglo I, las casas eran de techos planos, hechos con maderas, barro endurecido y, en algunos casos, tejas de cerámica o barro cocido. La escena es muy realista: remover parte del techo era escandaloso, pero también una muestra de amor y fe radical.
Hoy, tu vida puede estar cubierta de “tejas” que bloquean tu comunión con Jesús: el orgullo, el pecado oculto, la rutina, las dudas. Pero Cristo quiere que abras ese techo y dejes que tu necesidad descienda delante de Él.
DESARROLLO TEMÁTICO
DESARROLLO TEMÁTICO
I. Las tejas como obstáculos que separan del encuentro con Cristo
I. Las tejas como obstáculos que separan del encuentro con Cristo
La primera lección es que las tejas representan todo lo que nos impide llegar al Maestro.
En el relato, la multitud era tan grande que no había forma de entrar. El techo se convirtió en la última barrera. Para los judíos de la época, romper un techo era un acto impensable: dañabas la propiedad, interrumpías la enseñanza, incomodabas a todos.
Pero el evangelio nos muestra que la salvación vale más que la reputación, la comodidad y las tradiciones.
Pregunto hoy: ¿qué tejas están cubriendo tu corazón?
¿La teja del orgullo que no te deja reconocer que necesitas ayuda?
¿La teja del miedo que te impide acercarte a Cristo?
¿La teja del pecado que prefieres mantener escondido?
“Los obstáculos que impiden nuestro progreso no desaparecerán jamás ante un espíritu que se detiene y duda. Los que postergan la obediencia hasta que toda sombra de incertidumbre desaparezca y no haya ningún riesgo de fracaso o derrota no obedecerán nunca. La incredulidad nos susurra: “Esperemos que se quiten los obstáculos y podamos ver claramente nuestro camino”; pero la fe nos impele valientemente a avanzar esperándolo todo y creyéndolo todo.” (Historia de los Patriarcas y Profetas, 294).
Amigo, si quieres un milagro, tienes que quitar esas tejas.
II. La fe que rompe techos
II. La fe que rompe techos
La segunda lección es que la fe no se conforma con obstáculos; la fe busca caminos nuevos.
En el texto se usa el verbo χαλάω (chalaō), “descolgar, bajar con esfuerzo”. Esto implica acción intencional, trabajo en equipo y determinación.
Cuatro hombres subieron con el paralítico al techo. Piensa en la escena: una camilla pesada, un hombre enfermo, un techo que hay que abrir. No fue fácil. Pero ellos estaban convencidos de que si lograban ponerlo delante de Jesús, todo cambiaría.
La fe auténtica siempre es creativa, valiente y persistente.
¿Qué tan lejos estás dispuesto a ir para tener un encuentro con Cristo? ¿Hasta dónde llevarías a tu familia, a tus amigos, a ti mismo? ¿Estás dispuesto a romper “techos” de comodidad y rutina para entrar en la presencia de Dios?
III. El verdadero milagro bajo las tejas removidas
III. El verdadero milagro bajo las tejas removidas
El mayor milagro no fue la sanidad física, sino el perdón de pecados.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
En griego, ἀφίενταί σου αἱ ἁμαρτίαι (aphientai sou hai hamartiai), un verbo en tiempo perfecto: significa “han sido perdonados y siguen perdonados para siempre”.
Cristo no comenzó sanando el cuerpo, sino el alma. La prioridad del cielo es nuestra salvación eterna.
En el judaísmo, la enfermedad muchas veces era vista como consecuencia del pecado. Al sanar el alma primero, Jesús estaba desafiando las concepciones religiosas y mostrando que Él tenía autoridad divina.
Tal vez tú viniste buscando sanidad, trabajo, solución de problemas. Pero Jesús quiere darte algo mucho mayor: perdón y salvación. Lo físico es temporal, lo espiritual es eterno.
IV. Cuando se quitan las tejas, otros también son bendecidos
IV. Cuando se quitan las tejas, otros también son bendecidos
Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
El testimonio del paralítico sanado se convirtió en predicación viva. Cuando alguien permite que Cristo quite las tejas de su vida, otros también glorifican a Dios.
Si hoy tú decides quitar esas tejas, tu vida será un testimonio que atraerá a otros a Cristo. Tu familia, tus vecinos, tu iglesia dirán: “Nunca hemos visto algo así”.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Querido hermano, querida hermana:
La teja representa lo que hoy bloquea tu encuentro con Jesús.
La fe es la que se atreve a remover lo que estorba.
El milagro comienza con el perdón, sigue con la restauración, y termina con un testimonio poderoso.
Cristo está aquí. Él quiere mirar más allá del techo, más allá de las tejas de tu corazón, y decirte: “Hijo, hija, tus pecados te son perdonados”.
LLAMADO
LLAMADO
Hoy quiero invitarte a hacer algo muy concreto:
Piensa en esa “teja” que ha sido un obstáculo en tu vida espiritual: orgullo, pecado, incredulidad, temor.
Ahora imagina que la estás removiendo, abriendo tu techo, para descender directamente a los pies de Jesús.
No dejes que nada te separe de Cristo.
Él está aquí, y quiere sanarte, perdonarte y levantarte.
Amigo, ¿quieres hoy quitar las tejas de tu corazón y encontrarte con Jesús?
¿Quieres bajar tu vida delante del Maestro para que Él haga el milagro más grande: el perdón de tus pecados?
Si ese es tu deseo, ponte en pie en tu corazón, dile: “Señor, quito todo lo que me separa de Ti. Aquí estoy, transfórmame, sálvame”.
Y Cristo, el que perdonó al paralítico bajo el techo abierto, también hoy te perdona, te restaura y te da nueva vida.
