Una luz en el camino (Tema 7)

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Serie: Obra en Construcción
Tema (Viernes)
idea: Mientras la lámpara aún alumbra

TEXTO BASE

1º Samuel 3:3–4 RVR60
Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.

INTRODUCCIÓN

El poeta colombiano del siglo pasado, Rafael Maya escribio alguna vez:
Elegía y esperanza de la lámpara
La vieja lámpara ardía en calma con fuego tibio y luz de hogar, mas hoy un frío invade el alma, bombillo claro, sin abrazar.
No basta el brillo que el mundo ofrece, si falta al pecho calor de amor, la lámpara viva que en Cristo crece enciende al alma su resplandor.
Señor, enciende mi luz interna, derrama vida sobre mi ser, haz de mi casa morada eterna, hogar que nunca podrá oscurecer.
Estas lineas sin duda alguna muestran y recuerdan que la luz que no venga de Cristo, sera fria y llana; El pueblo de Israel estaba atravesando por un tipo de “poca luz” casi apagon de la luz celestial, estaban en crisis espiritual, los líderes eran corruptos, el pueblo estaba frío en la fe, y la lámpara del templo estaba a punto de apagarse pero no se había apagado aún. ¡Qué esperanza! Mientras la lámpara aún arde, todavía hay oportunidad de escuchar la voz de Dios.

IDEA EXEGETICA DEL SERMON

1º Samuel 3:3–4 RVR60
Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
El hebreo dice נֵר אֱלֹהִים” (ner Elohim) —“la lámpara de Dios”—. Esta era la menorá del santuario, que debía arder continuamente
Éxodo 27:20–21 RVR60
Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. En el tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus generaciones.
En la narrativa bíblica, la lámpara se asociaba con la presencia divina. Apagarse la lámpara era símbolo de juicio y abandono. Pero aquí, aunque Israel estaba sumido en pecado, Dios todavía mantenía una chispa de luz encendida.
Esto revela la gracia de Dios: Él nunca apaga la lámpara de su pueblo mientras exista la mínima disposición de escuchar su voz. Y justamente en ese contexto, Dios llama al pequeño Samuel, un niño, para ser su profeta.

DESARROLLO TEMÁTICO

I. La lámpara aún alumbra
Israel vivía en apostasía. Los hijos de Elí, que eran sacerdotes, eran corruptos y profanaban las ofrendas. El santuario estaba en crisis.
Sin embargo, el texto subraya: “Antes que la lámpara fuese apagada”. Esto indica que Dios aún no había abandonado a su pueblo.
Quizás tu vida está llena de errores, quizás tu fe parece débil. Pero si estás aquí, es porque la lámpara de Dios todavía alumbra para ti. Mientras tengas aliento de vida, Dios no ha apagado su luz en ti.
II. Dios llama en medio de la oscuridad
El versículo 4 dice: “Jehová llamó a Samuel”.
Dios podía haber hablado a Elí, el sumo sacerdote. Pero Elí estaba endurecido. Entonces, Dios escoge a un niño.
Dios no busca títulos, busca corazones dispuestos. Él llama a los humildes, a los que están listos para obedecer.
Quizás no seas el más sabio, ni el más fuerte, ni el más espiritual. Pero Dios puede estar llamándote a ti. Si puedes escuchar su voz hoy, es porque Él quiere usarte para su gloria.
III. Una respuesta sencilla, pero decisiva
Samuel respondió: “Heme aquí.”
En hebreo, “Hineni” expresa disposición total, entrega sin condiciones.
La salvación no es complicación ni ritual. Es responder al llamado de Dios con un corazón dispuesto.
Dios no espera que resuelvas todo antes de venir a Él. Solo espera que digas: “Señor, aquí estoy, con mis pecados, con mis cargas, pero dispuesto a seguirte.”
IV. Dios enciende tu lámpara para siempre
1º Samuel 3:19 RVR60
Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
Dios no solo llama, también sostiene. El niño que dijo “Heme aquí” se convirtió en el profeta que guió a una nación.
Si hoy entregas tu vida a Cristo, Él no solo te llama, sino que también enciende en ti una lámpara que no se apagará. Él te dará propósito, dirección y poder para vencer.

CONCLUSIÓN

Aquella noche en el templo, todo parecía en silencio. Elí dormía, el pueblo estaba en decadencia, y la lámpara casi se apagaba Pero mientras aún había una chispa encendida, Dios habló, y la vida de Samuel cambió para siempre.
Hoy puede ser tu noche de Samuel. Quizás tu fe está débil, tu vida parece apagada, pero la lámpara de Dios aún alumbra. Y su voz hoy resuena: “Hijo mío, hija mía, dame tu corazón.”

LLAMADO

Amigo, mientras la lámpara de Dios aún brille en tu vida, todavía hay oportunidad.
¿Quieres decirle a Cristo: “Aquí estoy, Señor, enciende tu lámpara en mí”?
¿Quieres responder como Samuel: “Heme aquí” y entregarle tu vida completamente a Jesús?
¿Quieres dejar que esa luz alumbre tu hogar, tu familia, tu futuro y tu eternidad?
Hoy te invito a dar ese paso de fe. Mientras la lámpara de Dios aún alumbra, es tiempo de levantarte, acercarte y decir: “Señor, aquí estoy, haz de mí tuyo para siempre.”
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