¿Quién es el autor de la Biblia?
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Buenas tardes a todos.
¿Alguna vez han sostenido una Biblia en sus manos y se han preguntado: ‘¿Quién escribió esto realmente?’
Es una pregunta honesta.
Y las respuestas que solemos escuchar parecen contradecirse.
Unos dicen: "La escribió Dios".
Otros dicen: "No, la escribieron hombres: pastores, reyes, pescadores... a lo largo de miles de años".
Entonces, ¿quién tiene la razón? ¿Fue Dios o fueron los hombres?
Hoy quiero proponerles que esa es la pregunta equivocada.
La verdadera pregunta no es "¿Dios o los hombres?", sino "¿Cómo trabajaron Dios y los hombres?".
La respuesta es la clave para entender por qué este libro ha cambiado el mundo.
La respuesta es que la Biblia tiene un solo Autor celestial y, a la vez, múltiples autores humanos. Es una colaboración divina.
Piénsenlo por un momento como una sinfonía. Una música que nos conmueve hasta el alma. ¿Quién es el autor? ¿El compositor que la soñó en su mente o la orquesta que la interpreta para que podamos escucharla? La respuesta es ambos.
Sin el genio del compositor, no hay obra.
Sin la orquesta, la obra permanece en un silencio inaccesible.
De una manera infinitamente más profunda, así es la Biblia. Y hoy quiero que descubran por qué esto no es un dato curioso, sino la noticia más importante y esperanzadora que puedan escuchar.
1. El Compositor Divino: La Mente Maestra detrás del Mensaje
1. El Compositor Divino: La Mente Maestra detrás del Mensaje
Lo que la Biblia dice de sí misma es asombroso. En una de sus cartas, el apóstol Pablo afirma que toda la Escritura fue, literalmente, "exhalada por Dios".
La Biblia no es simplemente un libro acerca de Dios; es un libro que procede de Dios.
Su aliento, su vida, está en sus páginas.
Esto significa que su autoridad no descansa en la opinión de una iglesia o en la sabiduría de un hombre, sino en el carácter de Dios mismo, quien no puede mentir ni equivocarse.
Dios es la mente maestra, el Compositor.
Ahora, quizá pienses:
"Un momento. Si Dios es el autor, ¿significa que les dictó todo a unos secretarios humanos que no pensaban ni sentían?". Y es una objeción justa.
Pero la respuesta es no. El método de Dios fue mucho más íntimo, mucho más brillante.
Otro de los apóstoles, Pedro, nos da esta imagen: dice que los escritores fueron "llevados por el Espíritu Santo". La palabra que usa es la de un barco de vela.
El Espíritu Santo es el viento que llena las velas y guía la nave con un propósito y un destino claro. Pero el viento no anula al barco. Al contrario, utiliza sus características únicas —su forma, su tamaño, sus velas— para llevarlo a puerto.
Y esto nos lleva a la orquesta de Dios.
2. La Orquesta Humana: La Sinfonía Escrita por un Compositor Sordo
2. La Orquesta Humana: La Sinfonía Escrita por un Compositor Sordo
Para entender cómo Dios usó a los hombres, permítanme contarles la historia del gran compositor, Ludwig van Beethoven.
En la cima de su genio, mientras componía su obra más gloriosa, la Novena Sinfonía, Beethoven estaba casi completamente sordo. La sinfonía entera, con cada instrumento, cada nota, cada emoción, existía perfecta y completa, no en sus oídos, sino en su mente.
En el día del estreno, Beethoven no podía escuchar ni una sola nota de lo que los músicos tocaron, ellos tocaron su melodia, le dieron iontencion al instrimento, pero siguieron la melodia de Betoben, quien era el autor absoluto, la fuente de esa música, pero, para que el mundo escuchara su obra maestra, necesito de toda una orquesta.
Esta, amigos, es la imagen más bella que tenemos de la inspiración de la Biblia.
La Palabra de Dios, el mensaje de amor y redención, existía perfecto en la mente de Dios.
Y para que nosotros pudiéramos escucharlo, Él eligió su orquesta.
Usó a David, un rey-poeta;
Lucas, un médico-historiador;
Pablo, un erudito;
Pedro, un pescador.
Dios no borró sus personalidades, ¡las usó perfectamente! Usó su lenguaje, su cultura, y hasta sus luchas.
Por eso la Biblia se siente tan real, tan humana. Porque es la música de la mente de Dios, interpretada a través del corazón de la humanidad de estos autores.
3. La Sinfonía que te Cambia la Vida: ¿Por qué esto es vital para ti?
3. La Sinfonía que te Cambia la Vida: ¿Por qué esto es vital para ti?
Entender esta colaboración divina no es un ejercicio intelectual. Es la base de nuestra confianza y nuestra esperanza. Y quiero darles tres razones.
Primero, nos da una confianza radical en su honestidad. Piensen en los escritos de las grandes civilizaciones antiguas, como Egipto o Babilonia. Sus monumentos y tablillas cuentan una sola historia: la de sus triunfos, sus reyes invencibles, sus epopeyas gloriosas. Siempre se pintan a sí mismos como los héroes.
Ahora, abran la Biblia. ¿Qué encuentran? Encuentran la historia de un pueblo que constantemente falla. Encuentran a sus héroes más grandes expuestos en sus peores momentos. Leemos de Abraham, el padre de la fe, mintiendo por miedo. Leemos de Moisés, el gran legislador, cometiendo asesinato. Leemos de David, el rey conforme al corazón de Dios, cometiendo adulterio y encubriéndolo con otro asesinato. Leemos de Pedro, la roca de la iglesia, negando a Jesús tres veces.
Pregúntense esto: ¿Qué clase de libro, que busca convencerte de su verdad, lo hace mostrando la debilidad y el pecado de sus más grandes protagonistas?
La respuesta es: un libro que no es propaganda humana. Un libro cuya honestidad brutal es el sello inconfundible de su origen divino.
Segundo, esa honestidad nos lleva a confiar en su mensaje. Un libro tan honesto sobre los fracasos de la humanidad es también un libro en el que podemos confiar cuando nos habla de la solución de Dios.
Si no oculta lo peor de nosotros, podemos creerle cuando nos revela lo mejor de Dios. Su mensaje tiene autoridad, no porque sus autores humanos fueran perfectos, sino porque su Autor Divino sí lo es.
Y tercero, nos asombra con su unidad imposible. 40 escritores, 1,500 años, 3 continentes.
Y sin embargo, todos cuentan una sola historia coherente: la de un mundo bueno que se rompió, la de un Dios que promete un Salvador, y la de la llegada de ese Salvador para rescatarnos y restaurarlo todo. Una unidad así es la firma inconfundible del Compositor Divino.
Y esto nos lleva al tema de la sinfonía.
Toda gran obra tiene un tema central. El tema de la Biblia no es una idea, es una Persona. Su nombre es Jesucristo.
La Biblia fue escrita para una sola cosa: para que te encuentres con Dios.
Para que veas en la honestidad de sus páginas tu propia necesidad.
Y para que descubras en la unidad de su mensaje la única solución: que Dios te amó tanto que envió a Su propio Hijo, Jesús, a vivir la vida perfecta que no podíamos vivir y a morir la muerte que merecíamos por nuestros fracasos. Y resucitó para ofrecerte perdón, una nueva vida y una esperanza eterna.
La Biblia no oculta a sus héroes caídos porque su Héroe principal nunca cayó.
La Biblia no oculta a sus héroes caídos porque su Héroe principal nunca cayó.
Conclusión
Así que, cuando vuelvas a sostener una Biblia, no la veas como un simple libro.
Mírala como un milagro.
Es el libro que respira el aliento de Dios.
Es la sinfonía compuesta en la mente de Dios, interpretada por el corazón de la humanidad.
Y mi invitación final para ti es esta: no te quedes solo admirando la partitura. Escucha la música.
Ábrela y léela, pidiéndole a su Autor que te hable. Porque te aseguro que, al hacerlo, no solo encontrarás palabras en una página.
Te encontrarás con su Héroe. Te encontrarás con Jesucristo. Y encontrarlo a Él lo cambia todo.
Muchas gracias.
