El Projimo y el Buen samaritano, Lucas 10:27-37
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1.0 Título
1.0 Título
La Parábola del Buen Samaritano: Amar como Dios Ama
2.0 Texto del Sermón
2.0 Texto del Sermón
Lucas 10:25–37 "Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo."
3.0 Acerca del Texto
3.0 Acerca del Texto
Esta parábola, exclusiva del Evangelio de Lucas, responde a una pregunta crucial: ¿Quién es mi prójimo? Jesús confronta al intérprete de la ley, no con teoría, sino con acción. El contraste entre el sacerdote, el levita y el samaritano refleja el corazón del Reino: la verdadera piedad se mide en misericordia, no en posición religiosa.
Históricamente, los samaritanos eran despreciados por los judíos. Jesús escoge deliberadamente a un “enemigo” étnico como ejemplo de amor. Este acto revela la universalidad del amor divino y el carácter práctico de la fe.
4.0 Propósito del Sermón
4.0 Propósito del Sermón
Llevar a la iglesia a comprender que el amor a Dios se expresa en amor al prójimo, sin distinción de raza, credo o condición social.
5.0 Declaración del Discurso
5.0 Declaración del Discurso
El verdadero amor cristiano no se define por palabras, sino por acciones que reflejan la compasión de Dios hacia todos los seres humanos.
6.0 Objetivo del Sermón
6.0 Objetivo del Sermón
Despertar en la iglesia una fe activa que supere la indiferencia, cultivando la sensibilidad espiritual para amar y servir al prójimo como Cristo nos amó.
7.0 Introducción
7.0 Introducción
Hermanos, vivimos en una época donde la indiferencia se ha vuelto común. Vemos necesidad, dolor y soledad a nuestro alrededor, pero muchas veces pasamos de largo, como el sacerdote y el levita. En Ciudad del Carmen, como en todo el mundo, hay quienes han caído al borde del camino —víctimas de la pobreza, del abandono o de la falta de esperanza—.
La pregunta que Jesús hace sigue vigente: ¿Quién fue el prójimo del que cayó en manos de ladrones? Esta parábola no sólo nos enseña ética; nos llama a encarnar la misericordia de Dios.
8.0 Desarrollo del Sermón
8.0 Desarrollo del Sermón
8.1 Qué significa amar a Dios
8.1 Qué significa amar a Dios
Amar a Dios es reconocerle como la fuente de todo bien. El amor a Dios implica devoción completa: mente, corazón, alma y fuerzas (Deut. 6:5). En el pensamiento judío, amar a Dios significa vivir conforme a Su voluntad y reflejar Su carácter.
Hebraísmo paralelo: “ואהבת את יהוה אלהיך” (Ve’ahavta et Adonai Elojeja) — “Amarás al Señor tu Dios” (Deut. 6:5), que expresa una entrega total del ser.
Mateo 22:37 "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente."
Juan 14:15 "Si me amáis, guardad mis mandamientos."
1 Juan 4:20 "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?"
“Debes amar a Dios con tu inclinación buena y con tu inclinación mala, es decir, en todo lo que Él te da, sea alegría o tribulación, porque de Él proviene la vida.”
Esta enseñanza muestra que el amor a Dios no depende de circunstancias, sino de una voluntad rendida.
El filósofo judío Filón de Alejandría escribió:
“El alma que verdaderamente ama a Dios se deleita en hacer el bien.” (De Confusione Linguarum, § 97).
Amar a Dios, por tanto, se traduce en acción hacia los demás.
8.2 El problema espiritual de la indiferencia y la insensibilidad
8.2 El problema espiritual de la indiferencia y la insensibilidad
El sacerdote y el levita simbolizan una religión sin compasión. La indiferencia espiritual nace cuando la fe se desconecta de la misericordia. Jesús denuncia esta contradicción: una piedad vacía, incapaz de actuar.
Santiago 2:15–17 "Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma."
Mateo 23:23 "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello."
1 Juan 3:17 "Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?"
“El que puede ayudar y no lo hace, es como quien derrama sangre.”
Esta sentencia rabínica enseña que la omisión ante el sufrimiento del prójimo es pecado de vida o muerte.
La indiferencia destruye no solo al necesitado, sino al que deja de ver al otro como imagen de Dios.
8.3 La sorpresa de la historia: el menos pensado fue exaltado
8.3 La sorpresa de la historia: el menos pensado fue exaltado
Jesús eleva al samaritano como ejemplo de piedad verdadera. Lo “impuro” resulta ser más justo que los “puros”. En el Reino de Dios, la humildad y la compasión superan la posición y el rito.
Σαμαρείτης (Samaritēs) – “Samaritano.”
Deriva del hebreo Shomeroní (שׁוֹמְרוֹנִי), de Shomrón (Samaria). En hebraísmo, implica “el que guarda o vigila”. Paradójicamente, el “vigilante” fue quien realmente cuidó al herido.
Mateo 23:12 "Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Lucas 17:16 "y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano."
Hechos de los Apóstoles 8:25 "Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio."
“Donde los humildes se hallan, allí descansa la Shejiná.”
El samaritano encarna esta enseñanza: la presencia divina habita donde hay compasión sincera.
Josefo, en Antigüedades Judías (XI, 341), describe cómo los samaritanos eran vistos como enemigos por los judíos. Jesús, al escogerlo como héroe, rompe la barrera social más fuerte de su tiempo: la del prejuicio religioso.
8.4 Quién es nuestro prójimo hoy en día
8.4 Quién es nuestro prójimo hoy en día
Jesús redefine “prójimo” no como un concepto étnico, sino como una acción: el que muestra misericordia. El prójimo no se identifica por cercanía, sino por compasión.
πλησίον (plēsion) – “cercano, próximo.”
En la Septuaginta traduce el hebreo רע (re‘a), “compañero, amigo”. En hebraísmo, re‘a se aplica a cualquier ser humano creado a imagen de Dios.
Juan 13:34 "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros."
Romanos 13:9 "Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Gálatas 5:14 "Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
“Lo que no quieras para ti, no lo hagas a tu prójimo. Esta es toda la Torá; el resto es comentario.”
Rabí Hilel resume así el corazón de la ley: el amor activo hacia el otro.
El teólogo Dietrich Bonhoeffer escribió en El costo del discipulado:
“Ser prójimo significa estar dispuesto a interrumpir mi camino por amor al otro.”
Ser prójimo hoy es abrir los ojos y el corazón donde el mundo solo ofrece indiferencia.
9.0 Conclusión
9.0 Conclusión
Jesús concluye con una orden: “Ve, y haz tú lo mismo.”
El amor cristiano no se mide por lo que sentimos, sino por lo que hacemos. Cada día tenemos la oportunidad de ser “el buen samaritano” para alguien: en el trabajo, la familia, la iglesia o la calle.
“Un hombre vio a otro que había caído en el barro. Quitó su propio manto, lo puso sobre el barro y ayudó a su hermano a levantarse. Dijo el Santo, Bendito Sea: ‘Ese manto será recordado en el mundo venidero, porque fue usado para levantar al caído.’”
Así también, el que ama a su prójimo con misericordia, cubre con su manto la miseria del mundo, y su acción es recordada por Dios.
