¡SIERVOS INÚTILES SOMOS!
Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 2 viewsNotes
Transcript
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
Texto clave:
10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
Humildad en el servicio:¿Qué tan humildes somos cuando servimos al Señor?
En los versículosJesús está enseñando sobre el perdón, la fe y el servicio (Lucas 17:1–10).
Y precisamente el versículo 10 cierra una parábola sobre el siervo que trabaja sin esperar recompensa.
En ese contexto, Jesús dice: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”
Pero, el enfoque no es la inutilidad literal, sino la actitud correcta del siervo ante su Señor.
Dios espera que los cristianos, como siervos suyos, le sirvamos con una actitud correcta.
Los cristianos estamos llamados a servir al Señor, con amor y entrega, no esperando nada a cambio de parte de Él, porque él ya nos dio lo mejor, como es nuestra salvación.
Hay TRES ENSEÑANZAS que podemos extraer de este pasaje, acerca de la actitud correcta en nuestro servicio a Dios, que todods debemos aprender y considerar.
I. EL LLAMADO A OBEDECER. “Cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado…”
I. EL LLAMADO A OBEDECER. “Cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado…”
Jesús enseña un principio importante de rescatar, aprender y practicar:
Principio: “Nuestra obediencia no es opcional, es parte de nuestra identidad como discípulos de Cristo”
Este principio es muy importante, y es interesante cuando lo logramos entender:
¡No se trata de “hacer más” para ganar mérito, sino de cumplir fielmente lo que Dios manda!
Podemos ver El ejemplo del siervo en la parábola, no exige descanso ni reconocimiento.
La segunda enseñanza tiene que ver con :
II. LA ACTITUD DEL CORAZÓN: “Decid: Siervos inútiles somos…”
II. LA ACTITUD DEL CORAZÓN: “Decid: Siervos inútiles somos…”
Primero dijimos, el Siervo, no exige descanso, ni reconocimiento, ni se queja delante de su señor.
Ahora vemos que Jesús enseña cuál debe ser La actitud correcta,del sievo hacia el sevicio a su señor: “Siervo inutil, soy”
• “Inútiles” aquí significa “sin mérito propio”, no “sin valor”.
Jesús utiliza esta expresión “inútiles”, como una expresión de humildad, no de autodesprecio.
No es que caigamos en auto maltrato o desprecio, hacia nosotros mismos, sino que reconozcamos con humildad, que apenas lo que hacemos para nuestro Señor, si lo hacemos, es lo que nos manda, no más que eso.
Es “Reconocer que todo lo que hacemos es por gracia, no por mérito humano”
Es la gracia de Dios que nos ha salvado, y nos ha librado de la muerte eterna, la que nos capacita para obedecer a quién nos ha salvado como el Señor de nuestras vidas, y hacerlo apenas nos convierte en siervos inútiles, sin méritos, o sin valor, porque el que da el valor a lo que hacemos es aquel que murió por nosotros, no nostros.
y eso nos lleva a la tercera enseñanza:
III. PODEMOS RECONOCER LA GRACIA DE DIOS: “Lo que debíamos hacer, hicimos.”
III. PODEMOS RECONOCER LA GRACIA DE DIOS: “Lo que debíamos hacer, hicimos.”
Cuando nosotros reconocemos la gracia de Dios actuando en nuestra vida, servir a Dios por obediencia, es fácil.
De ahí que: ¡El servicio cristiano no busca gloria personal, sino honra al Señor!
No sirvo, ni hago lo que hago para el Señor, para recibir aplausos, para que digan ¡Qué bien que hace o desarrolla su servicio a Dios!, sino para que la honra y la gloria, sea para Él.
“Lo que debíamos hacer, hicimos”, refleja una teología del deber: servir por amor, no por recompensa.
Y si entiendo la gracia de Dios por la cual me ha salvado, actuando en mi vida y entiendo que todo es por Él y para Él, debo preguntarme:
¿Sirvo esperando reconocimiento, o por gratitud a Dios?
IV. CONCLUSIÓN:
IV. CONCLUSIÓN:
Este versículo nos invita a una vida espiritual de servicio en humildad.
No somos siervos inútiles porque no valemos, sino porque cuando nos atribuimos gloria.
2. Todo lo que hacemos, lo hacemos por gracia.
3. El verdadero discípulo sirve con gozo, sin exigir recompensa, sabiendo que su Señor ve en lo secreto y recompensa en lo eterno.
Meditemos esta noche:
¿Estoy sirviendo con humildad o esperando aplausos?
¿Reconozco que todo lo que hago es por gracia y llamado, no por mérito?
¿Estoy dispuesto a decir “lo que debía hacer, hice” sin buscar protagonismo?
