SOLO CRISTO

Introducción.

Viajemos por un momento al siglo XVI. Europa vivía bajo una sombra espiritual. La autoridad religiosa había reemplazado la autoridad de la Palabra. La salvación se había convertido en un negocio, el perdón se vendía con indulgencias, y Cristo… había sido desplazado al margen del mensaje. El pueblo ya no miraba a la cruz, sino a las obras, a los santos, a los sacerdotes. Se creía que el acceso a Dios dependía de un sistema humano, como si Cristo no fuera suficiente.

Pero Dios, en su misericordia, levantó voces valientes como Martín Lutero, Calvino y tantos otros, que volvieron a encender la verdad del Evangelio

Romanos 1:17 RVA

Porque en él la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Pero el justo vivirá por la fe.

Y junto con la fe, se recuperó esta joya del Evangelio. Solo Cristo.

Para ilustrarlo: imagina un puente derrumbado entre Dios y el hombre. Durante siglos, el hombre intentó reconstruirlo con madera frágil buenas obras, penitencias, religiosidad, pero todo se quebraba. Entonces Dios mismo bajó, puso la piedra angular, y edificó un puente eterno con la cruz de su Hijo. Ese puente se llama Jesucristo. Solo Él puede llevarnos al Padre.

De esta forma, hoy veremos cuatro aspectos que nos ayudan a comprender esa sola, de la reforma protestante, llamada solo CRISTO.

1. DIOS LO ENVIO COMO MEDIADOR.

1 Timoteo 2:5 RVA

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

a) Cristo no vino por accidente, ni por iniciativa humana. Dios mismo lo envió. Desde el principio, el plan de redención estaba en el corazón del Padre. El cielo sabía que ningún hombre podía reconciliar al hombre con Dios. Por eso Dios envió a su propio Hijo como mediador, no entre iguales, sino entre un Dios santo y un pueblo pecador.

b) En el Antiguo Testamento, los sacerdotes actuaban como mediadores, ofrecían sacrificios y representaban al pueblo. Pero esos sacrificios eran temporales y repetitivos. Cristo, en cambio, fue el mediador perfecto y eterno. No ofreció sangre ajena, sino la suya propia.

Marcos 10:45 RVA

Porque el Hijo del Hombre tampoco vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

c) Dios no envió un mensajero, un ángel, un profeta, o un patriarca. Envió a su propio Hijo. Y con ese envío, Dios gritó al mundo “¡No hay otro camino, no hay otro nombre, no hay otro mediador!”

2. CRISTO ES EL ÚNICO MEDIADOR, NO HAY OTRO MÁS.

Job 9:30–35 RVA

Aunque me bañe con jabón y limpie mis manos con lejía, aun así me hundirás en el hoyo, y me abominarán mis vestiduras. »Porque él no es hombre como yo para que le responda, y para que juntos vengamos a juicio. No hay entre nosotros un árbitro que ponga su mano sobre ambos. ¡Que quite de sobre mí su vara, y que no me espante su terror! Entonces yo hablaré y no le temeré; de otro modo, yo no soy dueño de mí mismo.

a) La palabra “árbitro” aquí es la misma raíz que Pablo usa para “mediador” (mesités). Job anhelaba lo que siglos después Dios revelaría en Cristo. Un mediador capaz de tocar al cielo y al hombre al mismo tiempo.

b) Cristo, siendo Dios, puede tomar la mano del Padre. Y siendo hombre, puede tomar la nuestra. Él une lo que estaba separado.

c) Por eso Pablo declara con tanta fuerza. “Hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”

d) Ni María, ni los santos, ni las obras, ni los líderes espirituales pueden ocupar ese lugar. Cristo no tiene suplentes. Él no comparte su mediación con nadie. Solo Cristo es suficiente.

e) Ejemplo: Imagínate que alguien cae en un pozo profundo. Muchos pueden gritarle desde arriba, pero solo quien baja, se ensucia y lo levanta puede rescatarlo. Eso hizo Cristo. No gritó desde el cielo, descendió para salvarnos.

3. CRISTO NOS RECONCILIO CON EL PADRE EN LA CRUZ.

2 Corintios 5:18–21 RVA

Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo y nos ha dado el ministerio de la reconciliación: que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en cuenta sus transgresiones y encomendándonos a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios os exhorta por medio nuestro, rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado, por nosotros Dios le hizo pecado, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él.

a) Dios no esperó que el hombre viniera a Él. Fue Dios quien dio el primer paso. Cristo fue el mediador y el sacrificio al mismo tiempo. En la cruz, el justo fue tratado como injusto, para que los injustos fueran vistos como justos ante Dios.

2 Corintios 5:21 RVA

Al que no conoció pecado, por nosotros Dios le hizo pecado, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él.

b) Esta es la gran verdad de la Reforma. No nos salvamos porque lo merecemos, sino porque Cristo tomó nuestro lugar. El trono de justicia se convirtió en trono de gracia. Solo Cristo pudo reconciliar lo irreconciliable. Él no solo firmó la paz, en Él se hizo la paz, porque Él es el principe de paz.

4. RESULDADO: SACERDOCIO UNIVERSAL.

Hebreos 4:14–16 RVA

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que ha traspasado los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra confesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no puede compadecerse de nuestras debilidades, pues él fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro.

1 Pedro 2:9 RVA

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.

a) Cristo abrió el camino al Padre, y ahora cada creyente tiene acceso directo a Dios. No necesitas mediadores humanos, ni rituales, ni jerarquías. El velo se rasgó. La presencia está abierta. ¡El trono está accesible! Podemos acercarnos confiados al trono de la gracia.

b) Antes solo el sumo sacerdote podía entrar una vez al año al Lugar Santísimo. Hoy, por medio de Cristo, todos somos sacerdotes, llamados a interceder, a proclamar, a servir, a adorar. Ahora todos aquellos que han recibido a Cristo,se han arrepentido de sus pecados y le han aceptado como Salvador y Señor, son linaje escogido.

c) Ninguna autoridad humana puede apropiarse de la voz divina. Ninguna estructura puede reclamar el acceso exclusivo a Dios. Solo Cristo lo abrió y solo Él lo mantiene abierto.

Conclusión

La Reforma no fue solo un evento histórico. Fue un grito eterno que sigue resonando: “Cristo es suficiente.”

Hoy el mundo vuelve a llenarse de sustitutos. espiritualidad sin cruz, religión sin arrepentimiento, fe sin obediencia. Pero la Iglesia debe volver a levantar su voz y decir: Solo Cristo salva. Solo Cristo reina. Solo Cristo basta.

Si hoy te sientes lejos de Dios, no busques mediadores humanos. Corre al Mediador divino. Mira la cruz. Allí, Dios te reconcilió consigo mismo

Romanos 11:36 RVA

Porque de él y por medio de él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

Y ahora, llegamos a la pregunta más importante:

¿Dónde está tu confianza hoy? ¿En tu religión, en tus obras, en tu conocimiento… o en Cristo? ¿Estás intentando alcanzar a Dios por tus propios medios… o ya has cruzado el puente que Cristo construyó con su sangre?

Dios no te pide escalar al cielo, solo te pide mirar a la cruz.

Solo Cristo puede perdonar tus pecados. Solo Cristo puede reconciliarte con el Padre. Solo Cristo puede darte nueva vida.

Entonces, hoy te pregunto: ¿Le entregarás tu vida completamente a Cristo, el único Mediador, el único Salvador, el único Señor?