Hechos 19
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Hechos 5.12-16
Hechos 5.12-16
INTRO
En la lectura de hoy veremos varios grupos de personas: los apóstoles, el pueblo, creyentes, líderes judíos, nuevos creyentes, población en general, enfermos, poseídos de pueblos vecinos.
El Sanedrín prohibió la predicación en el Nombre de Jesús, muchos que respetaban a los creyentes tenían miedo de acercarse a ellos en el pórtico de Salomón, donde podían ser observados por la guardia del templo.
Además, muchos se habían enterado lo que sucedió con Ananías y Safira. A pesar de todo eso, el Señor seguía añadiendo a la iglesia. Hasta ahora el doctor Lucas lleva un registro de ¿cuántas personas? 5 mil varones, pero a partir de ahora el crecimiento es tanto que Lucas ya no lleva la cuenta para informar.
Esta parte pareciera un resumen de la vida de la iglesia.
“Los apóstoles hacían muchas señales milagrosas y maravillas entre la gente. Y todos los creyentes se reunían con frecuencia en el templo, en el área conocida como el Pórtico de Salomón;” (Hechos de los Apóstoles 5:12, NTV)
El hecho que los apóstoles no dejaban de hablar, sino que además van al pórtico de Salomón hacía que los líderes religiosos lo tomen como un reto, por eso son tratados con hostilidad por el sumo sacerdote, como ya vimos:
“Mientras Pedro y Juan le hablaban a la gente, se vieron enfrentados por los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y algunos de los saduceos.” (Hechos de los Apóstoles 4:1, NTV)
Van al pórtico que está al lado del templo, porque la casa ¡les queda chica! son demasiados que necesitan un lugar más amplio. El pórtico era extenso, cubierto por un techo de madera de cedro. Era una construcción gigantesca, un corredor de quizá 300 metros o más en la que cabrían entre 6 mil y 10 mil personas.
En ese pórtico el Señor Jesús enseñó muchas veces:
“Se encontraba en el templo, caminando por la parte conocida como el pórtico de Salomón.” (Juan 10:23, NTV)
Ahí están los creyentes, unidos, en armonía, aunque eran diferentes, eso no era pretexto para estar divididos o con luchas de poder que tanto daño hace a la iglesia.
Había señales milagrosas, maravillas, sanidades. Esto sigue siendo el cumplimiento de lo dicho antes:
“Y haré maravillas arriba en los cielos y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y nubes de humo.” (Hechos de los Apóstoles 2:19, NTV)
Los milagros no son en sí una señal de divinidad.
“Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios.” (Mateo 24:24, NTV)
“Ese hombre vendrá a hacer la obra de Satanás con poder, señales y milagros falsos.” (2 Tesalonicenses 2:9, NTV)
En el contexto de esta narración era la manera de confirmar el mensaje que era radicalmente diferente del enfoque y énfasis del judaísmo.
Los milagros son una interrupción de un proceso natural. Los naturalistas dicen que lo único que hay es el universo material, por eso los milagros ¡son imposibles! e intentan encontrar alguna causa natural, lógica y razonable como explicación.
El cristiano basado en la revelación de Dios en las Escrituras, confía Dios que es Creador y Sostén del universo físico. También sabemos que hay una brecha entre lo natural y lo sobrenatural. Dios ha creado esa brecha y ha demostrado que ÉL actúa en el mundo material.
Dios ha obrado milagros que suspenden la ley natural o interrumpe un proceso natural, y eso quedó registrado:
“Desde el principio del mundo, nadie ha podido abrir los ojos de un ciego de nacimiento.” (Juan 9:32, NTV)
Los testigos vieron algo sobrenatural, incluso los enemigos de Jesús no podían negar eso sobrenatural.
En otras ocasiones Dios actúa en lo oculto y usa la naturaleza, ya sea apresurando o atrasando sus tiempos: el mar se abre, quizá fue un viento que vino del desierto que provocó ese fenómeno, pero llegar en el momento preciso lo hace un milagro.
También ha actuado en la historia; Dios usó invasiones de los enemigos o una enfermedad para disciplinar a Israel, pero eso se llega a saber con el transcurso del tiempo.
Mucha gente se acerca, algunos se enteraron lo que pasó con Ananías y Safira, seguramente eso hizo que, los que tenían malas intenciones se alejaran, y provocó que los creyentes sinceros se sintieran más unidos.
Los líderes religiosos que tenían el negocio de la venta en la Casa de Dios, cerca de esos atrios, no tuvieron poder para expulsar del pórtico a quienes predicaban y sanaban a los enfermos.
“pero nadie más se atrevía a unirse a ellos, aunque toda la gente los tenía en alta estima.” (Hechos de los Apóstoles 5:13, NTV)
La fama de esta comunidad sale de Jerusalén a ciudades vecinas, todos tenían respeto y temor hacia este movimiento, especialmente hacia los apóstoles.
El compañerismo, la señales, maravillas, tuvo diferentes reacciones, por un lado, un rechazo y por otro admiración. Esto nos enseña que no siempre el testimonio del creyente tiene el mismo efecto en las personas.
No dice a quién se refiere que no se atrevían a unirse a ellos. Algunos sugieren que eran los que hacían negocios con los lídere religiosos que no se acercan por miedo al concilio, la clase acomodada.
Esos líderes hacían todo lo posible para menospreciarlos, pero el pueblo los estimaba. Los apóstoles no se engrandecían a sí mismos, ¡el pueblo lo hacía! Los que se humillan serán exaltados y tenidos en honor aquellos que sólo le dan a Dios el honor.
“Sin embargo, cada vez más personas —multitudes de hombres y mujeres— creían y se acercaban al Señor.” (Hechos de los Apóstoles 5:14, NTV)
Aunque había distintas reacciones ¡muchos se añadían a la iglesia! La iglesia es una comunidad inclusiva, hombres, mujeres de distinto contexto social se unen a la comunidad, contrario a la sociedad de la época que margina y excluye por segmentos.
El mensaje cruzó las fronteras de Jerusalén que era el centro político, cultural y religioso.
El testimonio del grupo causó impacto en la sociedad de su tiempo, penetrando espacios y liberando a los que la sociedad despreciaba, entre ellos los enfermos, endemoniados y a las mujeres.
Aquí se hace la primera mención explícita de mujeres siendo recibidas en la iglesia. Ellas formaron parte de la comunidad y por el testimonio de ellas se ganaron a otras personas para el Señor Jesús, quién les dio un nuevo sentido de valor y dignidad, tanto a las mujeres y a los niños. Muchas mujeres siguieron a Jesús antes de su crucifixión y lo mismo sucedería después que Él fue al Padre.
Lucas empieza a perder la cuenta de cuántos son. Sólo dice que más personas, multitudes de hombres y mujeres. A pesar del miedo, el Espíritu Santo trabaja en los corazones. El crecimiento de la iglesia continúa tras la muerte de Ananías y Safira. Los no creyentes ya no se quieren unir, pero un gran número de honestos buscadores de la verdad, vienen a fortalecer la comunidad al unirse.
“Como resultado del trabajo de los apóstoles, la gente sacaba a los enfermos a las calles en camas y camillas para que la sombra de Pedro cayera sobre algunos de ellos cuando él pasaba.” (Hechos de los Apóstoles 5:15, NTV)
Esos milagros tenían el propósito de mostrar la compasión de Dios y la verdad del evangelio, además de demostrar quienes eran los líderes llamados por Dios.
En la actualidad Dios sigue siendo compasivo, pero el pueblo de Dios tiene que caminar por Fe y no por vista. Claro que los milagros continúan ¡lo hemos visto! pero la meta más importante debe ser la salvación de los pecadores ¡no la sanidad física o algún otro tipo de milagro!
Dios sigue siendo compasivo y desea que todos se salven, pero al ver la historia teológica de la iglesia hay 2 grandes periodos de señales intensas y sobrenaturales:
i. Alrededor del tiempo de la encarnación y el desarrollo de la iglesia primitiva.
ii. Antes de lo que pasará en el fin de los tiempos, cuando los creyentes estén bajo terrible persecución.
No es sólo Pedro, sino todos los apóstoles que realizan señales, todos recibieron autoridad de Jesús para predicar y sanar pues sobre todos ellos se derramó el Espíritu Santo.
La gente lleva a sus enfermos completamente seguros que los milagros de sanidad habrán de ocurrir, tienen fe en el Señor Jesucristo y donde hay fe, hay milagros.
Algunos no esperan tocar a los apóstoles, o tocar su manto o túnica, pero confían que la sombra será suficiente para sanar a los enfermos. La frase dice: “al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos” indica que no todos fueron sanados.
Para comprender la importancia cultural del concepto de sombra, recordemos las palabras de Gabriel a María:
“El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35, NTV)
Menciona: camas, camillas, quizá la diferencia eran las camas de los ricos y camillas de los pobres, pero ambos necesitados de la misericordia de Dios.
Aquí no menciona que alguno sanó por la sombra, sólo que los sacaban para que les diera su sombra, pero más adelante dice esto de Pablo:
“Cuando ponían sobre los enfermos pañuelos o delantales que apenas habían tocado la piel de Pablo, quedaban sanos de sus enfermedades y los espíritus malignos salían de ellos.” (Hechos de los Apóstoles 19:12, NTV)
El Señor que sanó usando las manos de los apóstoles, en SU gracia podía hacer lo mismo con la sombra de Pedro. Dicho sea de paso, de aquí surge la adoración a reliquias.
Quizá a eso se refería el Señor Jesús cuando dijo:
“»Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre.” (Juan 14:12, NTV)
Por mucho que se dificulte a algunos creerlo, Lucas lo presenta como un hecho histórico, además ¡ese es el punto de los milagros! Si pasa un tipo de milagro ¡es posible cualquier forma de milagro!
El Señor Jesús hizo muchos milagros, pero también habló contra la “necesidad” de ver milagros:
“Un día, algunos maestros de la ley religiosa y algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: —Maestro, queremos que nos muestres alguna señal milagrosa para probar tu autoridad.” (Mateo 12:38, NTV)
“Jesús les respondió: —Sólo una generación maligna y adúltera exigiría una señal milagrosa; pero la única que les daré será la señal del profeta Jonás.” (Mateo 12:39, NTV)
“Debido a las señales milagrosas que Jesús hizo en Jerusalén durante la celebración de la Pascua, muchos comenzaron a confiar en él; pero Jesús no confiaba en ellos porque conocía la naturaleza humana.” (Juan 2:23–24, NTV)
El fundamento de nuestra fe ¡no son los milagros!
“Multitudes llegaban desde las aldeas que rodeaban a Jerusalén y llevaban a sus enfermos y a los que estaban poseídos por espíritus malignos, y todos eran sanados.” (Hechos de los Apóstoles 5:16, NTV)
Entre la multitud no sólo hay enfermos, sino otros con problemas espirituales desesperados. El Señor Jesús que trató eso durante su ministerio, sigue sanando por medio de los apóstoles.
Cuando estaba con ellos, Jesús realizó milagros para capacitar a los discípulos o para hacer que la multitud lo escuchara. Multitudes venían a Jesús a oírle y los enfermos esperaban ser sanados o tocados por ÉL.
“Cuando descendieron del monte, los discípulos se quedaron con Jesús en un amplio lugar llano, rodeados de muchos seguidores y de las multitudes. Había gente de toda Judea y Jerusalén, y de lugares tan al norte como las costas de Tiro y Sidón.” (Lucas 6:17, NTV)
“Habían llegado para oírlo y para ser sanados de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus malignos fueron sanados. Todos trataban de tocarlo, porque de él salía poder sanador, y los sanó a todos.” (Lucas 6:18–19, NTV)
Pero debemos saber que la sanidad física no es sustituto de la salvación espiritual. Los milagros sólo son útiles de verdad si llevan a Dios, no todos los que reciben un milagro son salvos o llegan a confiar en Cristo como Salvador.
Vivimos en un mundo caído, malas cosas pasan y Dios muchas veces no interviene, pero eso no quiere decir nada acerca de Su Amor.
A veces oramos por personas que no conocen a Dios, algunos al ver la oración respondida se acercan a Jesús y lo reconocen como Salvador, otros sólo quieren el milagro, quieren “usar” a la iglesia para sus fines egoístas.
Los milagros en esos días dieron veracidad al mensaje, pero nosotros debemos andar por Fe no por vista, la veracidad del mensaje lo tenemos en la historia de la Cruz.
En el mundo antiguo atribuían muchas enfermedades a los espíritus; los egipcios creían que el cuerpo humano se puede dividir en muchas partes y en cada una de ellas puede haber un espíritu malo.
FINAL
Vemos una iglesia que se reúne lo más cerca de la casa de Dios, hay hambre por conocer más a Dios y recibir SU poder en sus vidas, se reúnen dónde pueden ser vistos, no se esconden, saben qué ha pasado en días pasados, pero están decididos a mostrar que pertenecen a Jesucristo.
Los simples curiosos huyeron asustados, quedan los creyentes dispuestos a identificarse públicamente con la iglesia que crecía rápidamente.
La eliminación de los malos elementos produjo más crecimiento y los nuevos creyentes eran verdaderos; la disciplina lleva a la purificación que lleva al crecimiento.
A pesar de los ataques de satanás para desanimarlos, no pudo dividir a la iglesia, más bien la iglesia permaneció unida, creciendo, llegando a multitudes de hombres y mujeres.
Los milagros en esa época eran necesarios para dar validez al mensaje de los apóstoles.
“Sin embargo, no me atrevo a jactarme de nada, salvo de lo que Cristo ha hecho por medio de mí al llevar a los gentiles a Dios a través de mi mensaje y de la manera en que he trabajado entre ellos. Los gentiles se convencieron por el poder de señales milagrosas y maravillas, y por el poder del Espíritu de Dios. De esa manera, presenté con toda plenitud la Buena Noticia de Cristo desde Jerusalén hasta llegar a la región del Ilírico.” (Romanos 15:18–19, NTV)
Cuando el Señor Jesús hizo milagros se cumplieron 3 propósitos:
i. Mostrar compasión y atender la necesidad humana.
ii. Presentar sus credenciales como El Hijo de Dios.
iii. Presentar verdades espirituales.
Al alimentar a los 5 mil suplió la necesidad física, se reveló como El Hijo de Dios y le dio la oportunidad de predicar un sermón sobre el Pan de Vida. (Juan 6).
Los milagros de los apóstoles siguen un patrón similar. Pedro y Juan sanaron al lisiado y suplieron su necesidad, Pedro usó ese milagro para predicar salvación y probar al pueblo y concilio que él y Juan eran siervos del Cristo viviente.
Hoy en día tenemos la Palabra de Dios y probamos el mensaje por su veracidad registrada en la historia y no por los milagros.
Satanás puede falsificar y engañar; en el AT cualquier profeta que realizara milagros, pero al mismo tiempo alejara al pueblo de la Palabra de Dios, se le consideraba un falso profeta y se le mataba (Deut. 13).
Lo más importante ¡no eran los milagros! sino que el mensaje fuera fiel a la Palabra de Dios.
Lo importante en esta historia no son la sanidad sino ganar las almas perdidas, así multitudes eran añadidas; los milagros no pueden salvar a los perdidos, pero la Palabra ¡sí!
El milagro más grande es la transformación de un pecador en Hijo de Dios, por la gracia de Dios, ese es el milagro que suple la necesidad de cualquier otro milagro y cuesta el precio más grande: La Sangre del Hijo de Dios.
Es un milagro que todos podemos compartir, al proclamar el mensaje del evangelio.
Palabra de Dios
Oremos
