Y se acordó Dios de su pacto
Éxodo 2:24-25
1. La continuación de la esclavitud de los israelitas en Egipto (v. 23), aunque probablemente no continuaba el asesinato de sus niños. Ahora los egipcios estaban contentos de su incremento, al ver que Egipto se enriquecía con el trabajo de ellos; con tal de tenerlos como esclavos no les importaba cuántos eran. Cuando uno de los faraones moría, le sucedía otro imbuido de las mismas máximas y tan cruel para con Israel como sus predecesores. 2. Por fin, vemos el prefacio para la liberación. (A) Clamaron (v. 23). Ahora—y ya era hora—comenzaron a pensar en Dios en medio de sus afIicciones, y a volverse a Él desde los ídolos a quienes habían servido (Ez. 20:8). Pero, antes de liberarlos, puso Dios en sus corazones que clamasen a Él como se explica en Números 20:16. (B) Dios oyó (vv. 24–25): (a) oyó su clamor. Él conoce el peso bajo el cual gimen y las bendiciones por las que gimen; (b) se acordó de su pacto. (C) Miró Dios a los hijos de Israel. Moisés los miró y tuvo compasión de ellos (v. 11) pero ahora Dios los miró y les ayudó eficazmente. (D) Dios los reconoció, los tuvo por suyos y se dispuso a favorecerles.