Sermon Tone Analysis
Overall tone of the sermon
This automated analysis scores the text on the likely presence of emotional, language, and social tones. There are no right or wrong scores; this is just an indication of tones readers or listeners may pick up from the text.
A score of 0.5 or higher indicates the tone is likely present.
Emotion Tone
Anger
0.17UNLIKELY
Disgust
0.13UNLIKELY
Fear
0.16UNLIKELY
Joy
0.23UNLIKELY
Sadness
0.23UNLIKELY
Language Tone
Analytical
0UNLIKELY
Confident
0UNLIKELY
Tentative
0UNLIKELY
Social Tone
Openness
0.12UNLIKELY
Conscientiousness
0.16UNLIKELY
Extraversion
0.47UNLIKELY
Agreeableness
0.59LIKELY
Emotional Range
0.11UNLIKELY
Tone of specific sentences
Tones
Emotion
Language
Social Tendencies
Anger
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Autor.
La autoría paulina de Colosenses está respaldada por abundantes evidencias que se encuentran tanto dentro, como fuera del libro.
fecha es el 63 d.C.
EL PROPÓSITO DE LA EPÍSTOLA
Epafras no llegó en vano, porque Pablo estaba tremendamente agitado por el peligro que sufría el cristianismo de parte de los gnósticos (hoi gnöstikoi, los que conocen).
Había logrado la victoria en su lucha por la libertad en Cristo contra los judaizantes que intentaban poner el sacramentalismo judío sobre el cristianismo espiritual.
Ahora aparece un peligro similar de disipación del cristianismo vital en una especulación gnóstica.
En particular, fue tremendo el peligro con respecto a la comprensión de la Persona de Cristo cuando los gnósticos abrazaron el cristianismo y le aplicaron a él la teoría que sostenían acerca del universo.
Se dividieron en dos facciones acerca de Cristo.
Los gnósticos docetistas (de dokeö, parecer) mantenían que Jesús no poseyó un verdadero cuerpo humano, sino sólo un cuerpo fantasmal.
Que era en realidad un eón, no poseyendo una humanidad real.
Los gnósticos cerintios (seguidores de Cerinto) admitían la humanidad del hombre Jesús, pero afirmaban que el Cristo era un eón que sobrevino sobre Jesús en su bautismo en forma de paloma y que lo abandonó en la cruz, de modo que sólo el hombre Jesús murió.
Esta herejía agudizó en el acto la cuestión acerca de la Persona de Cristo ya expuesta en Filipenses 2:5–11.
Pablo afrontó el problema directamente, y hace una poderosa descripción de su retrato global de Jesucristo como Hijo de Dios e Hijo del Hombre (tanto su deidad como su humanidad) en oposición a los dos tipos de gnósticos.
Así, Colosenses parece escrita para nuestros propios días, cuando tantos intentan privar a Jesucristo de su deidad.
Los gnósticos defendían una variedad de posturas acerca de las cuestiones morales, como también sucede en la actualidad entre los hombres.
Había los ascetas con unas normas rigurosas, y el elemento licencioso que rompía todas las barreras para la carne, mientras que pretendían que el espíritu mantenía una estrecha relación con Dios.
No se puede comprender Colosenses sin un cierto conocimiento del gnosticismo, como el que se puede conseguir de obras como la de Angus, The Mystery Religions and Christianity; Glover, The Conflict of Religion in the Early Roman Empire; Kennedy, St. Paul and the Mystery Religions; Lightfoot, Commentary on Colossians.
ASPECTOS GENERALES
La ciudad de Colosas se hallaba situada en el valle del río Lico, tributario del Meandro, en la antigua Frigia, la actual Turquía (Asia Menor).
Colosas había sido una ciudad próspera, pero cuando Pablo escribió estaba en decadencia.
Hierápolis y Laodicea habían absorbido su comercio.
En esta ciudad existía una comunidad cristiana considerable.
Filemón tenía una congregación en su casa (Film.
2).
Posiblemente el pastor de la comunidad colosense era Epafras (1:7), o si no era tal, había tenido gran influencia.
Lo cierto es que Pablo no había comenzado esta congregación (1:4–8; 2:1).
Posiblemente la iglesia se formó cuando Pablo se hallaba en su larga estadía en Efeso, ciudad que estaba a unos 176 km.
al oeste.
Aunque puede ser la iglesia menos importante en el trabajo de Pablo, en esta carta se dan las declaraciones más significativas con respecto a Cristo.
Desde comienzos del siglo II la iglesia ha sostenido que Pablo es el autor de esta carta, tal como se afirma en 1:1 y en 4:18.
Fue en el siglo XIX que se empezó a dudar de la autenticidad de Pablo como autor de esta carta, por la escuela de Baur.
Sin embargo hay un gran número de eruditos que defienden que Pablo es el autor.
El argumento quedaría resumido así: Las ideas desarro-lladas son las del apóstol Pablo, sólo que presentadas bajo un prisma que las adapta a una situación particular.
El lenguaje es realmente de él, un vocabulario bastante desarrollado debido al tema que trata.
Se han encontrado 34 hapax- legómena (palabras que aparecen una sola vez en el texto bíblico).
Esta carta forma parte de las llamadas “Epístolas de la cautividad”, a saber: Efesios, Filipenses, Filemón y Colosenses.
Parece que Efesios, Filemón y Colosenses fueron escritas al mismo tiempo o muy cercana la una de la otra.
También es cierto que Tíquico y Onésimo llevaban las epístolas a Filemón y a la iglesia de Colosas (4:7–9).
Además Tíquico fue el portador de la carta a los Efesios.
Posiblemente Pablo la escribió desde su cautiverio en Roma entre los años 61 y 63.
Hay otras posibilidades del lugar y fecha: Efeso en el 50, Cesarea entre el 58 y el 60 (una discusión amplia la encontrará en la Introducción al Nuevo Testamento, por Harrison).
La posición de que fue escrita en Roma es la que ha tenido más respaldo.
LA HEREJIA DE COLOSAS
Posiblemente Epafras había dado a Pablo no sólo noticias sobre la riqueza de la vida cristiana (1:8), sino también sobre una peligrosa herejía que se estaba metiendo entre los colosenses.
No era una división en la iglesia o alguna enseñanza que se desarrollaba oponiéndose a ella, era un intento de combinar el cristianismo con otras creencias.
¿Cuál era esta herejía?
Tratar de poner una etiqueta particular a la herejía de Colosas sería poco serio.
Pablo no la define claramente sino que da algunos elementos que la conforman, como podemos inferir de ciertas conclusiones en que concuerdan la mayoría de los especialistas.
Se hace referencia a un sincretismo entre la filosofía y la religión, lo que alguien ha denominado “sincretismo judeo-pregnóstico”, ya que el gnosticismo como tal todavía no se había desarrollado, pero ya existían ciertos elementos de este movimiento.
Resumiendo la amplia exposición de Lightfoot se puede afirmar que hay dos elementos en la herejía: La substitución de seres creados, como los ángeles, por la verdadera cabeza de la creación, Jesucristo, quien es la plenitud; y un error práctico que se deriva del primero: Dar prioridad a los preceptos ceremoniales y ascéticos como el fundamento de una enseñanza ética.
Pablo afirma que el único cimiento de la doctrina cristiana es un concepto correcto tocante a Cristo, y que la única ética aceptada es la que se halla edificada sobre los valores del reino de Dios al que hemos sido trasladados.
Es necesario en este punto dedicar un pequeño párrafo para dar algunas características del gnosticismo a fin de hacer una evaluación más completa de la “herejía colosense”.
Sus presupuestos básicos eran: La materia era mala en sí misma, lo del espíritu es bueno.
Esto conducía a afirmar que solamente Dios es bueno y que por lo tanto él no podía crear la materia que es mala.
Surgió entonces una serie de enseñanzas para explicar la existencia de la materia que es mala: La presencia de emanaciones, eones, espíritus y ángeles que eran intermediarios entre Dios y el hombre.
La premisa de que la materia es mala condujo a ciertas implicaciones éticas: El ascetismo como la única salida al pecado, o también el libertinaje total que no afectaba al espíritu sino a la carne que es mala.
Veamos algunas clarificaciones que hace Pablo en cuanto a ciertos errores de los colosenses:
Intelectualismo.
Se afirmaba que Cristo no es suficiente, se requería de “filosofías y vanas sutilezas”.
Es claro que la filosofía no es mala en sí misma, pero cuando usamos el conocimiento filosófico como sustituto o complemento de Cristo, entramos en un camino deleznable de tradición de hombres.
Poderes angélicos.
Muchos concuerdan en decir que los principios elementales del mundo (2:20), se trataban de “espíritus de las estrellas” o “poderes angélicos demoníacos”.
La astrología estaba ya desarrollada, y se creía que cada ser humano nace bajo la influencia de un astro y que su destino está ya trazado.
Los ángeles jugaban un papel de importancia y existía una jerarquía de mediadores, que entre otras cosas eran también creadores.
Para conseguir la reconciliación con Dios, no era suficiente venerar a Cristo sino también a estos seres angélicos.
Según estas enseñanzas Jesús no se había podido liberar ni a sí mismo, menos a sus mensajeros, del poder de las fuerzas cósmicas y sucumbió al destino trazado por ellas.
La prisión de Pablo era una muestra de que las estrellas se habían impuesto sobre el destino del cristianismo.
Pablo responde que Jesucristo es la plenitud (pléroma 4138) y que no se necesita de nada más.
Ascetismo.
La obligación de observar determinados preceptos y mandamientos como medio de santificación también fue combatida por Pablo.
Se nota la influencia del farisaísmo o sencillamente de un énfasis exagerado en la ley escrita y oral del judaísmo; esto se ve en la circuncisión (2:11), el sábado, días de fiesta y comidas (2:16).
Resumiendo: Se puede decir que la “herejía colosense” era el haber desplazado a Cristo de su preeminencia en todo.
Los herejes de Colosas, al igual que muchos ahora, no pretendían hacer a un lado a Jesucristo, sino suplementarlo, pues el cristianismo estaba bien para aquellos que apenas estaban iniciándose; el cristianismo era solamente la primera escala del conocimiento, pero una escala muy elemental e incompleta.
Por todo esto la epístola a los Colosenses es eminentemente cristológica.
La comunidad de los colosenses estaba formada principalmente por gentiles (1:21–27; 2:13), pero no se puede negar que había gran influencia judía.
Josefo relata que Antíoco el Grande trasladó dos mil familias judías desde Babilonia hasta Lidia y Frigia.
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