EL CAMINO HACIA LA MADUREZ

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.”

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.”

INTRODUCCIÓN

Una de las definiciones de madurar es: “Crecer física y moralmente”. Para que ello suceda no es suficiente el paso del tiempo, sino también el aprendizaje y la práctica de hábitos y costumbres que nos permitirán maduraren cada área de nuestra vida.

En el área espiritual, la madurez tampoco está sujeta al paso del tiempo sino a lo que el escritor de la epístola llama “la perfección”. Esta perfección indica la idea del desarrollo del pensamiento en el conocimiento cristiano.

Habiendo demostrado el autor la superioridad de Cristo sobre todo lo que los judíos consideraban “grande” en sus creencias y habiendo sentado bases para que el nuevo creyente judío permanezca firme en su fe en Cristo, frente a los ataques de los judaizantes y también al ataque de sus propios pensamientos que les llevaba a pensar en retroceder a sus antiguas creencias, ahora el autor de los hebreos empieza a llamar su atención acerca de su crecimiento y desarrollo.

No son nuevos en la fe, y deberían haber logrado ya una comprensión madura de la verdad acerca de Jesucristo, para compartirla con otros. Deberían ser ya maestros (v. 12), como aprendimos la semana pasada, en el sentido de tener la capacidad de toda persona madura para compartir su experiencia con alguien nuevo en la fe. Sin embargo, necesitaban todavía ser instruidos en lo más básico del mensaje de Dios, en su “ABC”.

Veamos 3 acciones que nos ayudarán a madurar en nuestro conocimiento de Dios:

1. DEJEMOS LO BÁSICO(vs. 1a)

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo”

Aquí no alude a que abandonemos o descuidemos las doctrinas básicas de las que ha estado hablando, sino que la expresión “dejando”, es como:

· el pajarito que sale de su cascarón, o

· la planta que sale de la semilla o la deja.

Para poder avanzar hacia “algo mejor” es necesario dejar lo que nos impide hacerlo. En este caso, lo que le impedía a los judíos avanzar eran “los rudimentos de la doctrina de Cristo”.

Para seguir adelante hacia la madurez, los lectores deben sacudirse de la pereza que les ha invadido y esforzarse en el aprendizaje y la aplicación de doctrinas profundas. Para hacer esto tienen que dejar las doctrinas básicas acerca de Jesús, no porque éstas no sean importantes, sino porque son el fundamento y ahora se debe edificar sobre él.

Aplicación: Conforme aprendemos nuevos principios y pautas de vida y los aplicamos a nuestra forma de pensar y de actuar, dejamos atrás los primeros pasos y crecemos en Cristo. Es un proceso, en el que estamos llamados a tomar parte todos.

2. AVANCEMOS HACIA LA MADUREZ (vs. 1b)

“vamos adelante a la perfección”

“Vamos adelante” del griego, “seamos llevados”, o “llevémonos adelante”, lo que denota esfuerzo activo; prosigamos adelante. (Com. Exeg. del N.T.)

Perfección Esto no significa que podemos alcanzar la perfección en esta vida, algo imposible hasta que lleguemos al cielo. La referencia es a la madurez en contraste con la infancia.

El autor de Hebreos dice que sus alumnos deben proseguir adelante hacia lo que él llama “teleiotés”. La versión Reina-Valera traduce esta palabra por perfección.

ü Pitágoras(filósofo y matemático griego) dividía a sus alumnos en:

· hoi manthanontes, los que están aprendiendo, y

· hoi téleioi, los mayores.

ü Filón(fue uno de los filósofos más renombrados del judaísmo durante el período helenístico)dividía a sus alumnos en tres clases diferentes:

· hoi arjomenoi, los principiantes;

· hoi prokoptontes, los que están avanzando, y

· hoi teleiómenoi, los que están empezando a alcanzar la mayoría de edad.

Teléiotés no implica un conocimiento completo, sino una cierta mayoría de edad en la fe cristiana.

Para que los creyentes a quienes les escribe llegasen a esta mayoría de edad tenían que dejar los rudimentos de la doctrina de Cristo, es decir, aquellos principios básicos de la vida cristiana que los judíos tenían y aceptaban como parte de su credo. Ya se habían deslizado al retroceder a la «infancia» (5.11–14); ahora eran proclives a retornar al judaísmo.

Ellos habíanvuelto a vivir de lo más elemental, porque de esta manera no se comprometerían mucho con el cristianismo y no padecerían persecución. La única manera de que maduraran era dejar esa actitud y que estuvieran dispuestos a sufrir persecución.

Aplicación: Conforme uno se va haciendo mayor, debe haber más y más reflejo de Cristo en él.Avancemos más allá de las verdades elementales acerca de Cristo, procurando un pleno conocimiento o crecimiento.

3. ACERQUÉMONOS MÁS A DIOS(vs. 3)

“Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”. RVR 60

“Así que, si Dios quiere, avanzaremos hacia un mayor entendimiento”. NTV

“Les vuelve a recordar que el progreso hacia la meta depende de Dios. El hombre tiene que confiar y perseverar, pero sus planes son siempre subordinados a la voluntad de Dios”. (Comentario Mundo Hispano).

Esto quiere decir que aunque el escritor de Hebreos toma en serio su tarea docente y pastoral, es Dios quien tiene que abrir los corazones de la gente que recibe instrucción en las verdades de la Palabra de Dios.

Y es que no podemos actuar solo porque sí. Podemos tener buenas ideas, buenas intenciones, pero nunca las podremos llevar a cabo sino es por medio de Dios.

Es Dios quien nos da el impulso, como dice en “Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.” NTV

Aplicación: busquemos en oración que sea Dios guiándonos al conocimiento de su palabra. Hagamos nuestra parte: estudiemos su palabra en forma personal, estudiemos juntos en la EBC y ABJ, alimentémonos también unidos en los cultos dominicales con la exposición de la Palabra de Dios.

CONCLUSIÓN

Ser maduros en el conocimiento de la palabra de Dios me permite servirle mucho mejor cada día.

En tal sentido, no podemos solo conformarnos con ser solo asistentes oidores de su palabra sino también hacedores de lo que en ella está escrito.

Los judíos por su falta de interés se quedaron estancados en su crecimiento y sufrieron la presión de volver atrás.

1. Dejemos lo básico.

2. Avancemos hacia la madurez.

3. Acerquémonos más a Dios.

Maduremos y seamos parte del obrar de Dios en medio de nuestro distrito.