Dos tipos de oidores

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debemos de ser hacedores de su palabra.

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Dos tipos de Oidores

James 1:19–27 RVR60
19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. 26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Es importante saber que Santiago esta llamando a la iglesia a una santidad practica, los problemas de santiago no parecen ser tan distintos, como los de nuestros dias.
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 23: Hebreos, Santiago, 1 Y 2 Pedro, Judas III: CUIDADO CON LA FALSA RELIGIÓN DEL DECIR PERO NO HACER, 1:19-27

se hacía acepción de personas, se juzgaba sin compasión y sin verdad, se afirmaba tener fe pero no se actuaba en consecuencia, se vivía de la vanagloria, se explotaba al pobre y se amaba la riqueza, se vivía sin consideración los unos de los otros. Todas estas faltas éticas de la vida cristiana serán referidas por turno por Santiago, pero antes de hacerlo el apóstol desea afirmar el fundamento esencial de toda ética cristiana: se hace lo que se dice.

Santiago sostiene que en la vida, especialmente en la vida cristiana, hay tres elementos que se encadenan y se necesitan: el oír, el hablar y el hacer. Los tres están íntimamente relacionados. De la forma como se realice uno se realizarán los demás. Todos sabemos que una persona que habla mucho por lo general no escucha a los que le rodean. También sabemos que el que habla mucho hace poco. Decimos: “perro que ladra no muerde” y otros dichos semejantes para analizar estas relaciones humanas. Santiago las ha visto en su propia congregación y se dispone a advertir a sus oyentes acerca de ellas.

Santiago ha descubierto que la verdadera religión no es algo que se dice, o algo que se declama, sino algo que se hace, algo que se realiza. Somos nosotros quienes distinguimos entre teología y ética. Para nosotros la teología es lo que se cree con la cabeza, y ética es lo que se hace con las manos. En la unidad de la fe según como la ve Santiago no se puede hacer nada con las manos que antes no haya estado en la cabeza. La ética y la teología están tan íntimamente ligadas que es imposible separarlas.

Sermones de Spurgeon—Volumen 3 No. 1467B: Dos Clases de Oidores

Oír hablar de un banquete no los saciará; oír hablar de un arroyo no calmará su sed. La información de que hay oro en el Banco de Inglaterra no los enriquecerá; para eso necesitan dinero en efectivo en su propio bolsillo. El conocimiento de que hay un refugio para la tormenta no salvará al barco de la tempestad. La información de que hay una cura para una enfermedad no sanará al enfermo. No, tenemos que asir las mercedes, debemos apropiarnos de las bendiciones y hacer uso de ellas, si es que han de tener algún valor para nosotros. ¡Oh señores, ustedes saben lo que tienen que hacer pero no lo han hecho! Han estado inclinados a medias a prestar atención a las cosas eternas, pero las han dejado ir, y ustedes se cuentan todavía entre aquellos oidores que no son bienaventurados y que oyen en vano.

Ephesians 4:17–20 RVR60
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.20 Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
Ephesians 5:15–17 RVR60
15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. 17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Engañándose a si mismo

Sermones de Spurgeon—Volumen 3 No. 1467B: Dos Clases de Oidores

“Engañándoos a vosotros mismos,” dice Santiago. ¿En qué se engañaban a sí mismos? Pues bien, ellos pensaban que por ser oidores eran considerablemente mejores; que eso es algo que ha de ser encomiado mucho y que seguramente recibirá una bendición. No habrían sido felices si no hubiesen oído la palabra el domingo, y miran con disgusto a sus vecinos que no respetan el día de guardar. Ellos mismos son gente muy superior porque asisten regularmente a la iglesia

Sermones de Spurgeon—Volumen 3 No. 1467B: Dos Clases de Oidores

si bien no creen que ir a un lugar de adoración los salvará, eso tranquiliza su conciencia y se sienten más a gusto.

Sermones de Spurgeon—Volumen 3 No. 1467B: Dos Clases de Oidores

OIDORES BIENAVENTURADOS, aquellos que obtienen la bendición. ¿Quiénes son? Están descritos en el versículo veinticinco, “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”

Noten que este oidor que es bienaventurado es, antes que nada, un oyente atento, ávido y humilde.

El problema es que Dios no reconoce a meros “asistentes”, a oyentes y espectadores pasivos de su palabra.
Entre más una persona escucha la su verdad, mas es responsable de creerla y obedecerla, al menos que haya obediencia de su parte entre más oiga la palabra mayor será su juicio.
Las personas se limitan a pensar que son cristianas simplemente por el hecho de hacer ciertas cosas y asistir a la iglesia, escuchar sermones grabados, participar en la célula, o academia, escuchar música cristiana, no hacen más que engañarse a sí mismo
En otras palabras la persona que cuenta con tener un conocimiento superficial de la palabra de Dios está viviendo en una ilusión espiritual, creyendo que es salva cuando en realidad no lo es. Al mirarse en un espejo, se juzga a si mismo por su propio criterio y no conforme a la palabra de Dios de la que conoce muchas cosas pero que no ha apropiado en su corazón, ni aplicado en su vida.
El hecho que no obedezca lo que escucha demuestra que no lo cree ni lo acepta porque su desobediencia prueba que no confía en el Dios cuya palabra tanto escucha.
Matthew 7:24–27 RVR60
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
James 4:17 RVR60
17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
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