3 Verdades Acerca De La Alabanza
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3 Verdades Acerca De La Alabanza
3 Verdades Acerca De La Alabanza
Nuestro ministerio siempre ha estado relacionado a la alabanza y la adoración. Dios ha usado la música en nuestro ministerio, pero la realidad es que la adoración y la alabanza son mucho más que música.
Por eso, quiero compartir hoy 3 verdades que nos van a ayudar a conocer más acerca de cómo alabar a Dios.
Pero antes, definamos de manera sencilla estos dos conceptos. ¿Qué es la Alabanza? ¿Qué es la Adoración?
Comencemos por la alabanza.
Alabar a alguien es reconocer algún atributo de su persona. Lo mismo es cierto cuando nos referimos a Dios.
Alabar a Dios es reconocer alguno de sus atributos u obras. La diferencia entre alabar a una persona y alabar a Dios es que los atributos y las obras de Dios son inigualables. Estos son algunos ejemplos de expresiones de alabanza:
¡Dios es bueno!
Las misericordias de Dios son increíbles!
Señor, tu amor es asombroso.
Por otro lado, adorar tiene que ver con responder. Si en la alabanza RECONOCEMOS algo acerca de Dios, en la adoración RESPONDEMOS de alguna manera a lo que Dios es...
Alabanza: Reconocer lo que Dios es o hace
Alabanza: Reconocer lo que Dios es o hace
Adoración: Responder a lo que Dios es o hace
Adoración: Responder a lo que Dios es o hace
Habiendo definido estos términos, pasemos a las 3 verdades que podemos aprender el día de hoy.
1 - Hay un desarrollo en las Escrituras en relación a la alabanza
1 - Hay un desarrollo en las Escrituras en relación a la alabanza
Esto no es sólo cierto en la alabanza. El plan de Dios se va revelando a medida que avanzamos en la historia.
A esto le llamamos: revelación progresiva
La revelación progresiva aplicada a la alabanza nos muestra un camino. La forma en que Abraham y Moises reconocen los atributos de Dios o reaccionan en agradecimiento a las misericordias recibidas es espontánea.
En la construcción del A.T. vemos la transición que nos lleva de una expresión espontánea de alabanza por parte de los individuos y del pueblo de Dios hacia un orden establecido en el que Dios le enseña al pueblo la manera específica en que quiere ser adorado.
Lo ejemplifico con estas preguntas: ¿Qué hizo Noe cuando salió del arca? ¿Que hizo Abraham cuando Dios le promete que le dará la tierra a su descendencia? ¿Qué hizo Moisés después de cruzar el mar rojo? Expresiones espontáneas de alabanza y compromisos de adoración para con Dios. De esa manera comienza la historia...
Sin embargo en el A.T. vemos como se va dibujando a través de las elecciones divinas el pueblo escogido, la tribu de Judá, Belén, Jesús...
De esa misma manera, Dios establece formas y normas para la forma en la que quiere ser adorado. Escoge a ciertos hombres, ciertas formas, ciertos salmos que son luego entonados en las peregrinaciones a Jerusalén por el pueblo.
La primera transición, entonces, es de una expresión espontánea a un orden establecido.
Quizás un excelente ejemplo en las Escrituras para recordar esta transición es el propio salmo 150.
¡Alabado sea el Señor!
Alaben a Dios en su santuario;
¡alábenlo en su poderoso cielo!
Alábenlo por sus obras poderosas;
¡alaben su grandeza sin igual!
Alábenlo con un fuerte toque del cuerno de carnero;
¡alábenlo con la lira y el arpa!
Alábenlo con panderetas y danzas;
¡alábenlo con instrumentos de cuerda y con flautas!
Alábenlo con el sonido de los címbalos;
alábenlo con címbalos fuertes y resonantes.
¡Que todo lo que respira cante alabanzas al Señor!
¡Alabado sea el Señor!
Y eso nos lleva a las segunda transición que vemos en relación a la alabanza: de lo externo a lo interno.
Vale la pena aclarar que para nada estamos sugiriendo que la alabanza en el A.T. no fuera hecha con un corazón puro. De hecho, si el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo sin estar en las condiciones esperadas fallecía en ese mismo momento.
Lo que quiero decir con la transición de lo externo a lo interno se puede ejemplificar en este contraste:
Cantad a Dios, cantad;
Cantad a nuestro Rey, cantad;
Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
Cantad con inteligencia.
Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.
Una vez más, esto no aplica sólo a la alabanza, es el mensaje mismo de las escrituras. En el N.T. Jesús nos enseña que lo importante no es el templo, las tradiciones, sino nuestra relación personal con Dios. Al traducir esto en relación a la alabanza vemos que las instrucciones dejan de ser acerca del “que hacer” y pasan a ser más de “cómo hacer”.
Jesús y los escritores del N.T. están mucho más interesados en las intenciones que en los resultados. Una vez más, esto no quiere decir que ya no importa la forma ni el orden. Dios SIGUE siendo un Dios de orden pero ahora el énfasis es en lo interno.
Ya no es común encontrar frases como “Todo lo que respira alabe al señor”… sino más bien encontramos llamados a hacerlo con un corazón limpio...
Otro ejemplo es la viuda que al llevar una ofrenda insignificante agrada en gran manera el corazón de Dios.
Si el salmo 150 era un buen pasaje para recordar la transición de lo espontáneo al orden, entonces colosenses 3:16 es un buen versículo para recordar la transición de lo externo a lo interno. ¿Se entiende?
Ese es el desarrollo que vemos en las Escrituras. De lo espontáneo al orden, y luego de lo externo a lo interno.
La segunda verdad acerca de la alabanza puede ser más difícil de aceptar:
2- Solo puedes
2- Sólo puedes alabar a Dios en la medida que lo conoces
2- Sólo puedes alabar a Dios en la medida que lo conoces
Hemos escuchado que Dios busca adoradores que le adoren en Espíritu y en Verdad, pero a veces lo dejamos en un ámbito teórico, abstracto, lejano...
Jesús se lo dijo a la mujer samaritana quien no entendía con quien estaba hablando. Necesitamos conocer al Dios que le cantamos...
Solo alguien que entiende el precio que Cristo pago por sus pecados puede valorar la obra de Cristo en la cruz.
Solo alguien que ha visto la bondad de Dios en su vida puede alabar a Dios por sus bondades.
En otras palabras: No puedes decir que la persona más importante de tu vida es alguien que apenas conoces. No puedes, honestamente, alabar una virtud de Dios que ni siquiera puedes definir.
A veces alabamos a Dios por cosas que no entendemos… eso simplemente no es posible.
Solo puedes alabar a Dios en la medida que lo conoces
Entonces: ¿Cómo alabar mejor a Dios? Conociéndole más
y la pregunta obvia es ¿Cómo conocer más a Dios? A través de Su Palabra
No hay mucho más que agregar… Si no conoces las Escrituras, no puedes alabar de manera real y sincera al Dios de las Escrituras.
Este es un buen momento para hacer una pausa y preguntarnos ¿Qué tanto conocemos a Dios?
Con eso, abordemos la tercer verdad que hemos aprendido al estar en el ministerio de alabanza:
3 - Si tu alabanza esta desconectada de tu vida cotidiana, entonces es una vacía pérdida de tiempo.
3 - Si tu alabanza esta desconectada de tu vida cotidiana, entonces es una vacía pérdida de tiempo.
El conocimiento de Dios no lo es todo. Podemos conocer a Dios, pero si pretendemos tener una experiencia de alabanza verdadera, ésta debe estar vinculada a toda nuestra vida.
De nada sirve cantar, orar y pretender tener una experiencia con Dios si el resto de nuestra vida está alejada del Señor.
El Dr. Andrés Panasiuk dice que los cristianos ya no decimos mentiras… ahora las cantamos. La triste realidad es que le cantamos a Dios cosas que no estamos dispuestos a vivir.
El desafío es vivir una vida congruente que sea un constante acto de adoración a Dios. Que nuestra vida hable por nosotros, y que nuestros labios canten lo que nuestro corazón vive.
Así que:
En las escrituras vemos un desarrollo (de lo espontáneo al orden y de lo externo a lo interno)
Solo podemos alabar a Dios en la medida que lo conocemos
Si no somos congruentes… estamos perdiendo el tiempo
Termino con una frase que creo que resume tanto la vida cristiana como los aspectos más básicos de la alabanza:
Procuremos tener un mejor conocimiento de quién es Dios y quiénes somos nosotros.