UN CÁNTICO DE VICTORIA
Las palabras del cántico dan honra a Dios, atribuyéndole la salvación de su pueblo que se realizó en Cristo, el poder que Jesús recibió para derrotar a Satanás y el reino que el Señor le entregó (1 Co. 15:24–28).
Cuando Jesús ascendió al trono con plena autoridad para gobernar, Satanás fue expulsado del cielo. La frase el acusador de nuestros hermanos [y hermanas] describe la actividad del diablo en la presencia de Dios (véase Job 1:6–12; 2:1–5).
Afirman su victoria con Cristo sobre la base de su sangre derramada que los ha redimido del pecado y liberado de las acusaciones de Satanás. Son «más que vencedores por medio de aquel que nos amó»», porque el Señor Jesucristo les da la victoria (Ro. 8:37; 1 Co. 15:57)
La sangre de Cristo es la clave para este pasaje, porque los creyentes redimidos por medio del sacrificio de Cristo han sido sus testigos sin ningún temor ni vacilación (6:9).