El Principio del Fin - 2
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Las Almas y el Caos Cósmico
Las Almas y el Caos Cósmico
9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
Aquí tenemos dos escenarios.
1- En el Cielo.
2- En la Tierra.
E
Veamos la Profecía de lo que vio Juan en el Cielo.
Este es el quinto sello.
Juan ve bajo el altar unas almas. (Personas en su estado inmaterial).( vs. 9)
Estos habían sido muertos por la causa de la Palabra de Dios.
Y por el testimonio que tenían.
O sea, tanto la causa de la Palabra como su testimonio personal los habían hecho mártires.
Estos levantan un clamor al unisono a Dios. Notar aquí que estas almas, de gente que habían muerto están totalmente conscientes y saben la razón por la que están allí bajo el altar.
¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?
¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? (vs. 10).
Este es un clamor justo aparentemente.
Tienes tu alguna cosa que te molesta, que te duele o atribula y la quieres presentar ante Dios?
Estas son almas de los que han muerto, hasta ese momento, en la Gran Tribulación.
Contrastar los ancianos (la Iglesia) en el capitulo 4 y 5 y como era su proceder y el de estos aquí.
Hay una diferencia de como estos veían su estatus ante Dios en estas profecías.
Los del capitulo seis claman por justicia a Dios.
Los otros mencionados antes están allí debido a la justicia de Dios que opera en Jesucristo gracias a su sacrificio expiatorio por los pecados de los redimidos.
La respuesta: (vs. 11).
Se les da unas vestiduras nuevas, O sea en ese momento reciben la confirmación de la vida eterna a través de Jesús.
Esta ropa simboliza la victoria sobre la bestia y la justicia dada a ellos por medio de su fe en el Cordero.
Tu y yo también recibiremos esas vestiduras. El mismo Senor nos proveerá de las mismas.
Tenemos que esperar el tiempo de Dios.
A veces queremos que las cosas se solucionen rápido, en nuestro tiempo, pero no es así como Dios obra.
A los mártires de este texto se les dice que tienen que “descansen” por un poco de tiempo hasta que se cumpla el numero de los demás que padecerán por su fe en Jesucristo.
Tu y yo también tenemos que esperar ese tiempo de Dios en nuestras vidas para ver cumplidas las cosas que El nos quiere dar.
Trastorno o Desorden Cósmico- Sexto Sello. (vs. 12-17).
Los versículos 12-14 ofrecen un cuadro que aparece en el discurso de Jesús sobre los días del fin.
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.
; ; son otras referencias para los interesados en este tema.
Esta parece ser el comienzo de la parte mas cruda de la Gran Tribulación.
Los seres humanos que estén sobre la tierra quedaran atónitos ante tal magnitud de eventos.
Los versículos 15-17 ofrecen un cuadro que manifiesta como aun los seres humanos no buscaran a Dios.
Preferirán esconderse y ser tragados por la tierra antes de pedir ayuda y socorro a Dios.
Gente de todo estatus social y económico correrán a esconderse.
Notar que estas personas en el mundo reconocerán que están viviendo en un tiempo que fue profetizado con anterioridad.
“El Gran Día de Su Ira a Llegado.” La Ira del Cordero. El manso personaje sera quien estara soltando los sellos de juicios de los últimos días.
“Escondernos” de Dios no es la solución a los problemas de la vida.
Dios sabe lo que estas pasando. Solo tienes que creer.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Jesús mismo profetizo que el era quien venia a salvar al mundo.
Dijo que Dios amo tanto al mundo (la humanidad).
Que nos dio a su único Hijo.
La idea es que todos podamos llegar a ser salvos en Jesucristo.
Observemos la parte final del verso 18.
El que no cree. Aquel que no crea al anuncio de salvación que ofrece Jesús.
Ya ha sido condenado. El no creer en Jesús como salvador nos acarrea perdición eterna.
Y esto no porque dios sea un ser malo.
Sino por no creer en el único que nos puede salvar. El Unigénito Hijo de Dios. El Emanuel (Dios entre nosotros). El Cristo, El Mesías. El Siervo sufriente.
Este es el día de arrepentimiento y salvación.