Los hombres sabios de Oriente (2)
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Cuando Jesús nació
Cuando Jesús nació
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
No al momento de su nacimiento, sino tiempo después. La frase original (Τοῦ δὲ Ἰησοῦ γεννηθέντος), puede ser leída como "ahora, tras el nacimiento de Jesús", refiriéndose a un evento ya sucedido. Algunas Biblias traducen esta expresión como "después de que Jesús nació". El comentarista Matthew Henry destaca el significado de esta frase en lo que se refiere a la vida e influencia de Jesús:
"Los primeros que tuvieron noticia del nacimiento de Cristo fueron unos pastores ( y ss.), quienes vieron y oyeron grandes y gloriosas cosas acerca de Él, y las dieron a conocer a su vez, para asombro de todos los que las oían (). Después de esto, Simeón y Ana hablaron de Él, movidos por el Espíritu, a cuantos estaban dispuestos a prestar atención a lo que decían (). Cualquiera podría imaginarse que todo esto habría sido bastante para que los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén se percatasen del gran acontecimiento, y corriesen a estrechar con ambos brazos al por tanto tiempo deseado Mesías; pero por lo que se nos da a entender, Jesús continuó por casi dos años en Belén, y nada se nos dice de Él hasta la venida de los magos. No hay nada que pueda despertar a quienes están resueltos a no darse por enterados." (Matthew Henry y Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico de Matthew Henry, (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 1069).
Belén de Judea
Belén de Judea
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
Mateo llama a Belén "de Judea" para identificar la región a la que la ciudad pertenecía y para distinguirla de otra ciudad también llamada Belén, Belén de Zebulún (Josué 19:15). Belén es también conocida en las escrituras por su nombre anterior, Efrata, que significa "fructífera", y sus habitantes son designados como "efrateos" ().
El nombre de Belén significa "casa del pan" y es significativo que este sea el lugar de nacimiento de Jesucristo, quien se señaló a sí mismo como "el Pan de Vida" (, ).
Belén, que se hallaba a sólo unos 10 kilómetros al sur de Jerusalén, fue también el lugar donde se desarrolló el drama del libro de Rut y el lugar de nacimiento de Booz y del rey David. Tanto Rut como David son parte de la genealogía de nuestro Señor Jesucristo, por lo que Belén forma parte ineludible del origen del Salvador.
El rey Herodes
El rey Herodes
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
El rey Herodes al que se refiere aquí es Herodes el Grande y es preciso distinguirlo de otros personajes del mismo nombre que aparecen en la Biblia. Herodes el Grande fue el originador de toda la dinastía que lleva su nombre.
Herodes era descendiente de una nobre familia idumea y obtuvo de Antonio y Octavio el título de rey. Los idumeos eran descendientes de Esaú (Edom) y eran, así, gentiles. Tras su derrota en el año 125 a.C., se les había impuesto el judaísmo y la circunsición. Por su origen idumeo, Herodes el Grande no era considerado por sus contemporáneos como un israelita puro, con derecho legítimo al trono, y esta ilegitimidad, junto con el carácter implacable que incrementó hacia el final de su reinado, le atrajo el rechazo y descontento del pueblo judío.
Especialmente en los últimos 9 años de los 34 que duró su administración, Herodes se manifestó como un tirano despiadado y dispuesto a todo, incluso al sacrificio de sus seres queridos, para la conservación de su poder. Sus sospechas le llevaron a ordenar la muerte de la más querida para él de entre sus varias esposas, Mariamme, y de sus hijos Alejandro, Aristóbulo y Antípater. Se dice que Augusto César declaró sobre esto: "¡Más valdría ser el cerdo [porcum] de Herodes que su hijo [filum]!". Varios autores aseguran que Herodes el Grande padecía manías persecutorias y complejos de inseguridad.
No obstante, Herodes el Grande fue también el constructor de muchas obras arquitectónicas importantes, de las que se recuerdan con particularidad Masada, el puerto de Cesarea, la fortaleza Antonia y el templo de Jerusalén, el cual ha pasado a la memoria histórica como "el templo de Herodes". Aunque es paradójico que el mismo hombre que fue capaz de la matanza de Belén haya sido también el impulsor de una obra semejante como el templo, la crueldad y la tiranía de Herodes el Grande sólo supo ganarse el rechazo y el odio de su pueblo oprimido.
El rey Herodes murió a los sesenta años de edad, víctima, de acuerdo con Flavio Josefo (Ant. 17, 6,5 a 8,2), de espantosos ardores internos y de una terrible purulencia. Su cuerpo fue sepultado en la fortaleza Herodión, construida en lo alto de un monte escarpado, a dos horas de camino de Belén, por el sudeste.
En días del rey Herodes
En días del rey Herodes
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
Aunque existe cierto umbral de incertidumbre, la opinión aceptada por la mayoría de los eruditos es la de que Herodes el Grande murió en el año 4 a.C. y que los eventos narrados por Mateo para este capítulo, en los que Jesús era ya un niño, sucedieron poco antes. Es decir, que hay un probable desfase de unos seis años entre el verdadero nacimiento de Cristo y la fecha marcada en nuestro calendario. Esta diferencia afecta varios cronogramas comúnmente aceptados.
No hay una doctrina en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que favorezca o descarte esta observación. Tampoco hay una opinión uniforme entre las Autoridades Generales de la Iglesia. Algunas Autoridades Generales, como James E. Talmage, favorecen la fecha tradicional del nacimiento de Jesucristo; en tanto que otras, como J. Reuben Clark, se adhieren a la que establece esta fecha como anterior. La investigción histórica ha señalado, además, que el versículo uno de la sección 20 de Doctrina y Convenios es en realidad solamente la introducción del secretario y no parte concreta de la revelación contenida en esta sección. El autor de este comentario es de la opinión de que es prudente esperar a que el Seor nos conceda obtener revelación adicional para que sea posible resolver el dilema con mayor certidumbre.
Con respecto a la forma en que este desfase afecta la correspondencia cronológica de los eventos del Libro de Mormón con otros eventos bíblicos, la Enciclopedia del Mormonismo expone lo siguiente:
"... la mayoría de los historiadores cree que el primer año del rey Sedequías comenzó en 598-96 a.C. Lehi dejó Jerusalén poco después (1 Nefi 1:4; 2:4). La fecha del nacimiento de Cristo no se puede extraer directamente de fuentes históricas, pero se cree que el rey Herodes murió en 5-4 a.C., lo que implica que Cristo nació poco antes (). Usando estos dos eventos como puntos de referencia, Huber ha propuesto un año nefita de 360 días, porque 600 años coinciden con el intervalo de Lehi a Cristo (3 Nefi 1:1); dicho sistema tiene un precedente histórico y tiene respaldo aparente en ciertas profecías en las cuales la palabra "tiempo" iguala a 360 días (por ejemplo, , )". (Daniel H. Ludlow, Encyclopedia of Mormonism, bajo "Book of Mormon Chronology", traducción libre por Juan Pablo Marichal).
Magos
Magos
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
En la versión King James de la Biblia se traduce más apropiadamente el término griego magoi, usado aquí, como "hombres sabios". A pesar de que el original se traduce directamente como "magos", no se debe pensar que estos visitantes fuesen practicantes de la magia. La Wikipedia, en su entrada dedicada a los "Reyes Magos", incluye los párrafos siguientes:
"Si bien parece contradictorio que practicantes de la magia (severamente amonestada tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento) sean admitidos como adoradores de Jesús, hay que tener en cuenta que el término griego magós no era utilizado únicamente para referirse a los hechiceros. Se utiliza, en este caso, para referirse a ‘hombres sabios’ (así se los llama en diversas versiones de la Biblia en inglés) o, más específicamente, hombres de ciencia. De hecho, también poseían conocimiento de las Escrituras ()... Mateo no explicita que sean astrólogos que conocieran con precisión el movimiento de alguna estrella (2:7) a pesar de ser ésta la creencia general".
"Hay que tener en cuenta, además, que Oriente puede designar la región de Babilonia, y por lo tanto, para algunos autores, los magos, podrían corresponder a los llamados (en arameo): מדנחאי Medinja’ey, o “Doctores Babilónicos de la tradición oral” cuya escuela perduraría hasta entrado el siglo octavo de nuestra era.10 en Babilonia y quienes conociendo la interpretación de lo dicho en Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «, ». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource). (cf. Tárgum de Onqlós/Onkelos sobre este pasaje), habrían sido guiados por Dios hasta el Mesías. En este caso la estrella simbolizaría al mismo Mesías según el lenguaje midráshico contemporáneo".
Durante el relato, los "hombres sabios" orientales realizan una serie de actos que muestran que se apoyaban en la verdadera doctrina y que eran favorecidos por Dios como hombres inspirados y dignos. El élder Bruce R. McConkie explicó que, de hecho, no hay evidencia que pueda conducirnos a pensar que estos "hombres sabios" fuesen practicantes de la magia, prohibida por demás en el resto de la Biblia.
"El relato de Mateo sobre los "hombres sabios del oriente" que vinieron de Jerusalén en busca del Niño Jesús es a veces citado como una visita por tres Magos. (.) En realidad, no hay una base histórica para la leyenda de que pertenecían al culto Persa apóstata o de que eran tres. Es mucho mas probable que hayan sido hombres devotos que sabían sobre el advenimiento de nuestro Señor e incluso de la promesa que habría una nueva estrella y que vinieron como lo hubieran hecho profetas de cualquier época, a adorar a su Rey. Esta claro que estaban a tono con el Señor y habían recibido revelación pues fueron "avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes." (.)" (Bruce R. McConkie, Doctrina Mormona, bajo "Magos").
"El relato de Mateo sobre los "hombres sabios del oriente" que vinieron de Jerusalén en busca del Niño Jesús es a veces citado como una visita por tres Magos. (.) En realidad, no hay una base histórica para la leyenda de que pertenecían al culto Persa apóstata o de que eran tres. Es mucho mas probable que hayan sido hombres devotos que sabían sobre el advenimiento de nuestro Señor e incluso de la promesa que habría una nueva estrella y que vinieron como lo hubieran hecho profetas de cualquier época, a adorar a su Rey. Esta claro que estaban a tono con el Señor y habían recibido revelación pues fueron "avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes." (.)" (Bruce R. McConkie, Doctrina Mormona, bajo "Magos").
Del oriente
Del oriente
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
No se sabe de qué lugar preciso, pero probablemente Persia.
A Jerusalén
A Jerusalén
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,
Los sabios, aparentemente, no tenían idea precisa sobre dónde buscar al recién nacido, ya que desde su partida de oriente habían perdido la visibilidad de la estrella que les estaba sirviendo como orientación (ver ), por lo que llegaron primeramente a Jerusalén como el lugar más lógico para encontrar al rey de los judíos.
¿Dónde está el rey de los judíos?
¿Dónde está el rey de los judíos?
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
De acuerdo con Flavio Josefo, Herodes había sido designado por el imperio romano como "rey de los judíos". Ahora venían estos extranjeros que, por toda diplomacia, preguntaban por un rey que no era él.
La Traducción de José Smith muestra que, además, los hombres sabios identificaron claramente al niño como el Mesías esperado (TJS Mateo 3:2).
El rey de los judíos
El rey de los judíos
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Los magos, los gentiles de oriente, usan este título para designar al recien nacido. Jesús no volvería a ser llamado así sino hasta el momento de su muerte, y recibiría ese nombramiento por otros gentiles, los romanos, los gentiles de occidente. Su autoridad sería mejor reconocida por los gentiles de oriente y de occidente que por su propio pueblo.
Jamieson y Fausset infieren que el lenguaje excluyente usado por los visitantes ("el rey de los judíos") indica que ellos aparentemente no eran judíos. Compárese el lenguaje del gobernador y los soldados romanos en y Juan 27:29, respectivamente, con el usado por los propios judíos en Juan 27:42. También apuntan que los historiadores romanos Suetonio y Tácito testifican acerca de una expectativa prevaleciente en oriente sobre el hecho de que de Judea saldría un soberano para todo el mundo.
La estrella
La estrella
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Mucho se ha especulado sobre esta estrella, su aparición y su naturaleza. Se ha explicado que su aparición cumple la profecía pronunciada por Balaam en .
Del relato de Mateo, el único evangelista que la menciona, sacamos en claro que apareció al momento del nacimiento de Jesús y luego dejó de verse por un tiempo. No era demasiado notable, pues pasó desapercibida para muchos, incluyendo a Herodes.
El lenguaje que se utiliza en ha desconcertado a muchos, por lo que han surgido especulaciones que tratan de explicar la estrella como un meteoro o una nave. Por medio del Libro de Mormón sabemos que la estrella se vio al mismo tiempo en más de un continente, lo que reafirma su realidad como un astro celeste y pone fin a muchas de estas especulaciones
En el oriente
En el oriente
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
Es decir "cuando estábamos en el oriente". Por la forma en que este y el noveno versículo usan esta expresión, es aparente que la estrella se vio al momento del nacimiento de Jesús y entonces dejó de verse por un tiempo.
A adorarle
A adorarle
diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
A reconocer su majestad y rendirle servicio y devoción.
Herodes se turbó
Herodes se turbó
Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
Un niño al que los judíos considerasen como rey era un peligro para el imperio romano y para la estabilidad de su propia tiranía, por lo que Herodes el Grande se puso muy inquieto.
Toda Jerusalén con él
Toda Jerusalén con él
Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.
En su ira implacable, Herodes había asesinado sin piedad a miembros de su familia y también del Sanedrín. Cuando él se inquietaba, todos tenían motivos para temer.
Todos los principales sacerdotes, y los escribas
Todos los principales sacerdotes, y los escribas
Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Es decir, los líderes del pueblo judío. Esto incluía al sumo sacerdote, probablemente a las cabezas de las veinticuatro "clases" de sacerdotes, los "escribas" (intérpretes de la ley y, al mismo tiempo, abogados y teólogos) y los "ancianos". Juntos, todos estos líderes conformaban el Sanedrín.
Herodes el Grande recurrió a ellos no para honrarlos de manera especial ni porque creyese en su religión, sino porque su consulta era obligada en materia teológica y porque formaban parte de su gabinete.
El Cristo
El Cristo
Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Herodes preguntó específicamente por el Cristo porque ya los magos habían identificado al niño como el Mesías. Ver comentario al versículo 2. Este conocimiento previo de que el niño que había nacido era el Mesías hace aún más grave su crimen posterior.
Alma 7:10
Alma 7:10
Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
Los críticos del Libro de Mormón señalan el pasaje de Alma 7:10 como una contradicción a la Biblia. Alma 7:10 contiene una profecía que, en parte, dice lo siguiente:
Y he aquí, nacerá de María, en Jerusalén, que es la tierra de nuestros antepasados...(Libro de Mormón | Alma 7:10)
La acusación consiste en señalar que Jesucristo no nació en la ciudad de Jerusalén, sino que, como es bien sabido y como la Biblia declara, nació en Belén. Sin embargo, la lectura cuidadosa del mismo pasaje demuestra que no hay tal contradicción. Hay que señalar tres hechos a este respecto:
José Smith no carecía del conocimiento de que Jesús había nacido en Belén. Si él hubiese escrito el Libro de Mormón, lo hubiera consignado naturalmente de esa misma manera, acorde a su conocimiento.
El pasaje de Alma 7:10, en el Libro de Mormón, no se refiere a la ciudad de Jerusalén. Claramente indica que habla de Jerusalén como una tierra o región: "la tierra de nuestros antepasados". Belén se encuentra, efectivamente, en las cercanías de Jerusalén y en su jurisdicción directa, dentro de lo que podría ser considerado como parte de "la tierra de Jerusalén".
El uso de palabras específicas se puede apreciar más claramente en el original en inglés de Alma 7:10, ya que en dicho pasaje se utiliza para señalar la locación "at". Esta palabra expresa cercanía a un punto geográfico. No se usó la partícula "in". Es decir, el pasaje de Alma 7:10 no señala el lugar preciso del nacimiento de Jesús, sino la región en que nació. Lamentablemente, ambas palabras se traducen al español en la misma forma, lo que hace más difícil apreciar la diferencia.
Un hecho adicional es que la Traducción de José Smith enfatiza, de hecho, el nacimiento de Jesucristo en Belén, como puede apreciarse en el fragmento siguiente:
4 Y, habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó, diciendo: ¿Dónde está el lugar que está escrito por los profetas, en el que ha de nacer el Cristo? Porque temía en gran manera, aunque no creía en los profetas.
5 Y ellos le dijeron: Está escrito por los profetas, que él ha de nacer en Belén de Judea, pues han dicho así:
6 La palabra de Jehová vino a nosotros, diciendo: Y tú, Belén, que estás en la tierra de Judá, en ti nacerá un príncipe, que no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá el Mesías, que salvará a mi pueblo Israel. (José Smith, Traducción de José Smith, Mt 2.4–6).
Les preguntó dónde había de nacer el Cristo
Les preguntó dónde había de nacer el Cristo
Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
De acuerdo con la Traducción de José Smith, la pregunta específica de Herodes fue "¿Dónde está el lugar que está escrito por los profetas, en el que ha de nacer el Cristo?".
La Traducción de José Smith también especifica, en el mismo versículo, la razón particular que tenía Herodes el Grande para hacer esta pregunta: "Porque temía en gran manera, aunque no creía en los profetas". Herodes despreciaba las profecías de las escrituras pero, al mismo tiempo, estaba dispuesto a hacer cuanto fuera necesario para eliminar cualquier posible amenaza a su poder (TJS Mateo 3:4).
Escrito por el profeta
Escrito por el profeta
Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
En nuestras Biblias se refiere al profeta Miqueas, uno de los profetas menores en el Antiguo Testamento. Pero en lugar de asignar esta profecía solamente al profeta Miqueas, como sabemos actualmente, la Traducción de José Smith la asigna a varias profetas, como si hubiera sido más de uno el receptor y emisor de esta profecía. Obsérvese el tratamiento en plural en los siguientes versículos:
5 Y ellos le dijeron: Está escrito por los profetas, que él ha de nacer en Belén de Judea, pues han dicho así:
6 La palabra de Jehová vino a nosotros, diciendo: Y tú, Belén, que estás en la tierra de Judá, en ti nacerá un príncipe, que no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá el Mesías, que salvará a mi pueblo Israel.
El pasaje de Miqueas es referido también en :"¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?". Los judíos sabían que el Mesías había de proceder de la misma ciudad de donde era originario el rey David, algo que no se describe en el pasaje de Miqueas como lo tenemos actualmente.
Ellos le dijeron
Ellos le dijeron
Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
Los comentaristas Jamieson y Fausset apuntan que la respuesta del Sanedrín a Herodes fue "un rápido y voluntario testimonio de parte del más alto tribunal, el cual finalmente lo condenó a muerte".
De la tierra de Judá
De la tierra de Judá
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
De la tierra de Judá y no la otra Belén, de Zebulún. Nótese que Belén es referida a veces como "Belén de Judea" (, 5) y en otras ocasiones como "Belén de Judá" (; , ; ; ). Era "de Judá" por encontrarse en el territorio asignado por Josué a la tribu de Judá, y de Judea por encontrarse en la provincia romana de este nombre.
Porque de tí saldrá un guiador
Porque de tí saldrá un guiador
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
La Traducción de José Smith cita esta profecía de la siguiente manera: "porque de tí saldrá el Mesías, que salvará a mi pueblo Israel" (TJS ). Si los judíos recordaban de esta manera la escritura, no había posibilidad de error en cuanto al lugar de nacimiento del Mesías.
El guiador que apacentará a Israel
El guiador que apacentará a Israel
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
El élder Bruce R. McConkie indicó cómo habrá de cumplirse plenamente esta profecía de Miqueas:
"Esta profecía, tal como la entendieron y citaron los judíos, dice que de Belén "saldrá un guiador que apacentará a mi pueblo Israel." ( ) Cuando durante el milenio, el gobierno de Dios esté en su perfección, él será el Gobernador y "Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite," reinará "sobre el trono de David" y ordenará y establecerá su reino "en juicio y en justicia desde ahora y para siempre." (.)" (Bruce R. McConkie, Doctrina Mormona, bajo "Gobernador").
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá
Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
Porque de ti saldrá un guiador,
Que apacentará a mi pueblo Israel.
La ciudad de Belén era muy pequeña, sin importancia aparente. La profecía de Miqueas, sin embargo, le da una posición de honra entre "los príncipes de Judá", es decir, entre las ciudades más importantes en cuanto a liderazgo, por ser el lugar de nacimiento del esperado Mesías y Rey de reyes.
Llamándolos en secreto
Llamándolos en secreto
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
Herodes sostuvo una entrevista privada con los visitantes, con el propósito de obrar con cautela y que nadie se enterase de la información proporcionada.
Diligentemente
Diligentemente
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
El interrogatorio fue exhaustivo.
El tiempo de aparición de la estrella
El tiempo de aparición de la estrella
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;
El tiempo en que había aparecido la estrella era de suma importancia para Herodes, porque le permitiría calcular la edad del niño.
El niño
El niño
y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Después de haber averiguado la posible edad de Jesús, Herodes se refiere a él como niño (paidión) y no como bebé. Jesús tenía entonces alrededor de dos años de edad, que fue lo que dio pie después a Herodes para asesinar a todos los niños de esa edad y menores en Belén. El resto del pasaje es consistente con este tratamiento de niño.
Para que yo adore
Para que yo adore
y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Obviamente, Herodes albergaba el propósito del engaño y lo que deseaba era matar al niño en cuanto le fuera posible. "Adorar" al niño hubiera sido un reconocimiento de sometimiento y, de hecho, una tácita abdicación al reino.
Iba delante... se detuvo
Iba delante... se detuvo
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.
Las expresiones usadas en este versículo nos darían hoy en día la idea de que la estrella viajaba y se movía delante de ellos. Pero este era el tipo de lenguaje empleado de manera común en la antigüedad para referirse a la guía proporcionada por los astros a los navegantes o viajeros.
Cuando vieron la estrella
Cuando vieron la estrella
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Porque habían dejado de verla por algún tiempo.
Le adoraron
Le adoraron
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
La expresión griega autós, traducida como "lo", está expresada en tercera persona del singular, lo que ratifica que adoraron solamente al niño y no a su madre con él.
Postrándose, lo adoraron
Postrándose, lo adoraron
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Se nos ha mandado orar y adorar al Padre en el nombre del Hijo. No obstante, en varias ocasiones en que Jesús estaba físicamente presente, la adoración se dirigió también hacia él. Jesús explicó este comportamiento durante su visita a los nefitas:
"Padre, les has dado el Espíritu Santo porque creen en mí; y ves que creen en mí, porque los oyes, y oran a mí; y oran a mí porque estoy con ellos". (Libro de Mormón | 3 Nefi 19:22)
Otros ejemplos de adoración a Jesucristo mientras él estuvo en la tierra pueden encontrarse en ; y . En se enuncia una profecía sobre la adoración de los ángeles al Salvador, en tanto que en se describe una escena en la que recibe adoración en los cielos.
Abriendo sus tesoros
Abriendo sus tesoros
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
La expresión quiere decir que abrieron sus cofres de viaje. Comparar con Mateo 13:52.
Le ofrecieron presentes
Le ofrecieron presentes
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
El ofrecer presentes era, en épocas antiguas, parte del homenaje rendido a los reyes y a los personajes importantes. El acto de los gentiles de ofrecer presentes a Jesús prefigura el momento de su reinado milenario, tal como se puede apreciar en , ; ; ; y ).
El presidente Thomas S. Monson, en su libro Be Your Best Self, habló sobre el regalo que nos corresponde a nosotros dar a Jesús:
"Desde esa época, el espíritu de dar regalos ha estado presente en la mente de cada cristiano al conmemorar la temporada navideña. Me pregunto si podremos beneficiarnos hoy de preguntarnos: "¿Qué regalo podría dar a Dios o a otros en esta preciosa temporada del año?"
"Siento que puedo responder a esa pregunta y declarar con toda solemnidad que nuestro Padre Celestial desearía que cada uno de Sus hijos le brinde un regalo de obediencia para que amemos al Señor nuestro Dios con todos nuestros corazones, toda nuestra mente y toda nuestra fuerza. Entonces, estoy seguro que Él espera que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos".
Tres presentes
Tres presentes
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Era tradicional llevar presentes a los nobles y a los reyes. El hecho de que hayan sido tres presentes no necesariamente significa que hayan sido tres en número los visitantes de Persia, pero es el elemento que se ha tomado como base para establecer dicho número como una tradición.
Cualesquiera que sea el significado que se desee asignar a estos presentes, los tres eran propios de un rey y resultaron providenciales, pues sin duda proporcionaron los medios para la huida a Egipto y para la supervivencia inmediata.
Oro, incienso y mirra
Oro, incienso y mirra
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
El oro probablemente consistía en monedas de este preciado metal. Ningún valor hubiese tenido ofrecerlo al niño Jesús de no haber podido utilizarse.
El incienso, cuyo nombre griego es líbanos, es una resina tomada de árboles especiales y que era quemada durante la adoración, despidiendo un intenso aroma.
La mirra es otra preciosa resina usada como perfume aromático o como medicina. Era una preciada mercadería () y un valioso presente usado para honrar a los nobles y reyes (). Era también usado como perfume (; ) y formaba parte del "aceite de la santa unción" que se usó para ungir el tabernáculo durante su dedicación (). Así como Jesucristo recibió mirra al inicio de su vida, también se le ofreció poco antes del momento de su crucifixión (). Después de esta, Nicodemo, miembro del Sanedrín que se convirtió a Jesucristo, proveyó para su sepultura un compuesto de mirra y áloes ().
Avisados por revelación
Avisados por revelación
Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
El élder Bruce R. McConkie, en su obra Doctrinal New Testament Commentary, pone en duda que los "hombres sabios de oriente" hayan sido miembros de los Maggi. Si bien los Maggi pudieron saber de la estrella y de las profecías a través de sus estudios religiosos y de sus observaciones astronómicas, vemos que estos gentiles eran hombres dignos y de fe auténtica que tenían, además, acceso a la revelación directa del Espíritu Santo, tal como la tienen los siervos de Dios. La traducción inglesa, que denomina a los visitantes de oriente como "hombres sabios", es sin duda más precisa y descriptiva que nuestra desafortunada traducción de "magos" en el español. No eran reyes, porque no se les nombra así en el capítulo y existe una buena posibilidad para señalar que tampoco eran magos.
A su tierra
A su tierra
Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Mateo es discreto, en forma intencional, sobre el lugar específico de origen de los "hombres sabios de oriente".