La tierra como un regalo divino

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La tierra de Israel como regalo de Dios es fundamental en las promesas del pacto hechas con Abraham y sus descendientes.

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La tierra como parte de la creación de Dios

Génesis 1.9–10 NVI
Y dijo Dios: «¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca lo seco!» Y así sucedió. A lo seco Dios lo llamó «tierra», y al conjunto de aguas lo llamó «mar». Y Dios consideró que esto era bueno.

La tierra (Canaán) prometida a Abraham

Génesis 12.7 NVI
Allí el Señor se le apareció a Abram y le dijo: «Yo le daré esta tierra a tu descendencia.» Entonces Abram erigió un altar al Señor, porque se le había aparecido.
Ver también ; ; ;

Los límites de la tierra prometida

Génesis 15.18–21 NVI
En aquel día el Señor hizo un pacto con Abram. Le dijo: —A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates. Me refiero a la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
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La promesa de Dios y su cumplimiento gradual

La promesa hecha a los patriarcas

Génesis 26.3–4 NVI
Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia les daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham. Multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo, y les daré todas esas tierras. Por medio de tu descendencia todas las naciones de la tierra serán bendecidas,
Ver también ; ; ; ; Los patriarcas obtuvieron solo una muy pequeña parte de la tierra. Pero Génesis termina con la expectativa de alcanzar mucho más.

La promesa confirmada durante la peregrinación en el desierto

Éxodo 3.7–8 NVI
Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.
Ver también ; ; ; ; ; ;

Jerusalén capturada por David

2º Samuel 5.6–7 NVI
El rey y sus soldados marcharon sobre Jerusalén para atacar a los jebuseos, que vivían allí. Los jebuseos, pensando que David no podría entrar en la ciudad, le dijeron a David: «Aquí no entrarás; para ponerte en retirada, nos bastan los ciegos y los cojos.» Pero David logró capturar la fortaleza de Sión, que ahora se llama la Ciudad de David.

Exploración de la tierra prometida

Números 13.1–2 NVI
El Señor le dijo a Moisés: «Quiero que envíes a algunos de tus hombres a explorar la tierra que estoy por entregar a los israelitas. De cada tribu enviarás a un líder que la represente.»
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La entrada es postergada por la incredulidad y la rebelión

Números 13.27–33 NVI
Éste fue el informe: —Fuimos al país al que nos enviaste, ¡y por cierto que allí abundan la leche y la miel! Aquí pueden ver sus frutos. Pero el pueblo que allí habita es poderoso, y sus ciudades son enormes y están fortificadas. Hasta vimos anaquitas allí. Los amalecitas habitan el Néguev; los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, y los cananeos ocupan la zona costera y la ribera del río Jordán. Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés, y dijo: —Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos hacerlo. Pero los que habían ido con él respondieron: —No podremos combatir contra esa gente. ¡Son más fuertes que nosotros! Y comenzaron a esparcir entre los israelitas falsos rumores acerca de la tierra que habían explorado. Decían: —La tierra que hemos explorado se traga a sus habitantes, y los hombres que allí vimos son enormes. ¡Hasta vimos anaquitas! Comparados con ellos, parecíamos langostas, y así nos veían ellos a nosotros.
Ver también ; ;

Importancia decisiva de la obediencia en la tierra prometida

Moisés, al final de sus días, insta a los israelitas a recordarse siempre del Señor y de sus mandamientos; el disfrute de la tierra dependerá de la obediencia del pueblo. Ver también;

Invasión de la tierra

El tema del libro de Josué es la tierra: capítulos 1–12 Su invasión y conquista, capítulos 13–21 Su repartición entre las tribus de Israel. Ver también;

Conquista gradual de la tierra

Josué 13.1 NVI
Cuando Josué era ya bastante anciano, el Señor le dijo: «Ya estás muy viejo, y todavía queda mucho territorio por conquistar.
Ver también ; ; ; ; ; ;

La promesa cumplida

Josué 21.43–45 NVI
Así fue como el Señor les entregó a los israelitas todo el territorio que había prometido darles a sus antepasados; y el pueblo de Israel se estableció allí. El Señor les dio descanso en todo el territorio, cumpliendo así la promesa hecha años atrás a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacer frente a los israelitas, pues el Señor entregó en sus manos a cada uno de los que se les oponían. Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra.

División de la tierra

Josué 23.4–5 NVI
Yo repartí por sorteo, como herencia de sus tribus, tanto las tierras de las naciones que aún quedan como las de aquellas que ya han sido conquistadas, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. El Señor su Dios expulsará a esas naciones de estas tierras, y ustedes tomarán posesión de ellas, tal como él lo ha prometido.

Conflicto con los filisteos por la tierra

La ofensiva filistea había puesto en riesgo la probabilidad de una total posesión de la tierra hasta el tiempo en que David logró someterlos. Ver también; ; ; ; ; ; ; ;

La tierra en reposo y prosperidad

Bajo el gobierno de David

2º Samuel 7.1 NVI
Una vez que el rey David se hubo establecido en su palacio, el Señor le dio descanso de todos los enemigos que lo rodeaban.
Ver también ; ;

Bajo el gobierno de Salomón

1º Reyes 5.4 NVI
Pues bien, ahora el Señor mi Dios me ha dado paz por todas partes, de modo que no me amenazan ni adversarios ni calamidades.
Ver también

El exilio y el posterior retorno a la tierra

Pérdida de la tierra

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Ver también ; ; ; ; ;

Retorno a la tierra

Jeremías 23.7–8 NVI
»Por eso—afirma el Señor—vienen días en que ya no se dirá: “Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto”, sino: “Por la vida del Señor, que hizo salir a los descendientes de la familia de Israel, y los hizo llegar del país del norte, y de todos los países adonde los había expulsado.” Y habitarán en su propia tierra.»
Ver también ; ; ; ; ;
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