LA APOSTACIA
EL HOMBRE HA IGNORADO A DIOS
En el primer caso, se nos indica que en vez de reconocer lo que el Creador había hecho y agradecérselo, los hombres se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por las criaturas corruptibles. Frente a tal necedad, Pablo declara: “Por lo cual también Dios los entregó…” (1:22–24).
En el segundo caso, se señala que los hombres cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron a las criaturas en vez de adorar al Creador. Al contemplar este cuadro, Pablo dice: “Por esto Dios los entregó…” De nuevo se nota que ésta es la consecuencia natural de lo que ellos habían hecho (1:25–26).
En el tercer caso, se observa que ellos no estaban dispuestos a reconocer a Dios. Pablo explica que como ellos no querían tener en cuenta a Dios, El los entregó… (1:28).
La expresión “Dios los entregó” implica que Dios les dejó seguir en su camino hasta llegar a la consecuencia natural de ese estilo de vida. Mucha gente toma esa actitud hoy en día también. Dicen: “¿Por qué no nos deja Dios en paz para que hagamos lo que nos dé la gana?” En este caso Dios acepta la propuesta. Les deja ir hasta llegar al final de su camino