La Mision de la Iglesia
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Jesús envía a 70 Mensajeros
Jesús envía a 70 Mensajeros
Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Lucas
Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos.
No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino.
En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.
Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa.
En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante;
lucas 10.
y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid:
lucas
Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.
Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad.
¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido.
Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras.
Y tú, Capernaum, que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades serás abatida.
lucas 10.15
El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
lucas 10.
Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.