Oracion Misionera
Cómo orar por la obra misionera
Introduccion:
Con más de cincuenta años de ministerio mundial detrás de nosotros, podemos decir sin ninguna reserva, que la mayor necesidad en el campo del evangelismo mundial y las misiones no es dinero, obreros o materiales. La más grande necesidad es que los cristianos que con toda honestidad están preocupados por los millones de seres humanos que aún no han sido evangelizados, oren diariamente, en forma consistente, sistemática, ferviente y compasiva. ¿Serás tú uno de ellos?
sugerencias sencillas, sobre cómo se puede llevar a cabo, específicamente, el propósito de orar por la obra misionera mundial.
A nivel personal
las peticiones relacionadas con el avance misionero mundial deben ocupar un lugar preferencial. El modelo de oración que Jesús nos dio así lo sugiere. ¿Cómo comienza el Padre Nuestro? Pidiendo que el nombre de Dios sea santificado. ¿Dónde? La respuesta lógica es: «En toda la tierra». ¿Mas cómo van a santificar el nombre de Dios millones de personas que nunca han oído hablar de Él? ¿Cómo van a reverenciarlo, adorarlo y amarlo quienes todavía no lo conocen?
Tomemos nota: la primera petición en la oración que Jesús enseñó tiene trasfondo y sabor misionero. La segunda y la tercera no le van en zaga: que «venga tu reino» (sólo puede venir mediante la proclamación del evangelio del reino, Mateo 24:14) y «que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo». Ese cambio en el corazón del hombre sólo se puede lograr mediante la dinamita del evangelio.
Jesús puso demandas misioneras en el comienzo de la lista de oración. ¿Por qué no hacerlo también nosotros en nuestra lista de peticiones? Tal proceder está respaldado con una segura promesa: si buscamos primeramente el reino de Dios y su justicia (y la oración es uno de los medios que puede contribuir a darle esa prioridad) «todas estas cosas» (necesidades personales y materiales) nos serán dadas por añadidura.
A nivel de familia
¿Cómo está la salud del altar familiar en su hogar? ¿Sobrevive todavía? ¿Se reúne la familia por lo menos una vez al día alrededor de la mesa para leer un pasaje bíblico y orar? En tal caso, oraciones por motivos misioneros deben estar presentes.
Esto se podría lograr de varias maneras. Una forma sería haciéndolo diariamente. Tal vez intercediendo por uno o varios misioneros—con nombre y apellido—sirviendo en países lejanos. O presentando las necesidades de un país donde las puertas están cerradas para la proclamación del evangelio, o la misma implica sufrimiento, persecución
Otra manera sería asignar uno o dos días de la semana, en los cuales en el grupo familiar el tiempo de oración estaría dedicado totalmente a peticiones sobre misiones. Si el jefe de la familia tiene a las misiones en su corazón, lo más probable será que lo que llena su corazón se desborde en las oraciones de familia.
A nivel de iglesia
Primero, que se establezcan claramente varios períodos de oración por distintos temas, y que uno de ellos—si es posible el primero—sea asignado a asuntos misioneros: obreros, pueblos no alcanzados, finanzas, conflictos, etcétera.
Segundo, que el grupo que siente más intensamente la carga por misiones se separe del resto en una sala aparte, y se dedique a orar por los temas que afectan a las misiones, mientras otros presentan peticiones sobre otras necesidades en otro lugar.
A nivel del púlpito
En el programa dominical de la reunión más importante que celebra la iglesia la intercesión por misiones tiene por derecho propio un lugar bien ganado, y nada ni nadie debería arrebatárselo.
cada domingo del año, en la reunión principal, debe haber oración definida y directa por las misiones.
Algunos principales motivos de oración
A medida que se ora por los campos misioneros, va creciendo una larga lista de peticiones definidas a través de las informaciones que envían los misioneros de cada iglesia. Entre todas ellas se destacan que Dios:
1. Llame y levante obreros de nuestra iglesia.
2. Guíe la preparación espiritual y capacitación transcultural de los que son llamados.
3. Haga de nuestra iglesia una iglesia enviadora que sostenga y se haga responsable por los obreros que envía.
4. Muestre a la iglesia cuáles son los pueblos o grupos étnicos no alcanzados a los que los obreros deberían ir.
5. Provea un sostenimiento sólido—espiritual y financiero—a través de la iglesia, para el obrero y su familia en el campo de labor donde ha sido enviado.
En conclusión, como alguien dijo en una ocasión: «Dejemos de hablar sobre la oración, y pongámonos a orar».