Un Corazon rebosante (2)
Por la misericordia de David, Mefi-boset recibio todas las poseciones que pertenecian a Jonathan su padre, y el privilegio de ser sustentado por la casa del rey
Introducción
Historia de Juan Newton
Desarrollo:
I. Una historia de gracia y misericordia
A. Detalles a resaltar del texto
1. Nombre: Mefit-boset significa verguenza.
2. Lugar donde habitaba: Lodebar.
Where is he? He is living in Lo-debar. Lo-debar was not a good place to live. It was a relatively obscure spot on the east side of the Jordan River. It was not a place for a child of the king to be living. The name Lo-debar actually means the place of no pasture. It was a barren, dry wasteland. It even sounds bad. Here he is living in this miserable state separated from the palace and the tabernacle where the people of God would encounter the Lord. Separated from fellowship. Separated from everything in this self-imposed isolation.
3. Historia de Mefit-boset
¿Cómo pudo ocurrir que el hijo de Janotán hubiera quedado lisiado y que viviera en un lugar tan desértico? Eso ocurrió cuando Mefi-boset tenía sólo cinco años de edad, cuando la niñera que lo cuidaba supo de la muerte en combate de Saúl y Jonatán. En aquel momento, tomó al niño en brazos y huyó con él, creyendo que si lo capturarban le darían muerte. Como la niñera iba corriendo con el niño en brazos, el pequeño se le deslizó de las manos y quizás cayó al suelo empedrado, haciéndose daño en ambos pies. El niño nunca secuperó por completo de la caída, y por el resto de sus días caminó con la ayuda de muletas o cojeando (4:4).
B. Misericordia de David
La palabra misericordia que aparece en la pregunta de David ha sido traducida como “bondad misericordiosa” o “gracia”.
David envió a buscar a Mefi-boset, quien, cuando llegó, se postró sobre su rostro, e hizo reverencia (6). Esta acción, junto con el alentador No tengas temor (7) de David, indicaría el miedo de la suerte que por lo general caía sobre los miembros de familias rivales en las monarquías orientales. Mefi-boset no estaba seguro de las intenciones de David. Pero el rey decretó la devolución de todos los bienes de Saúl, que habían sido administrados por Siba para beneficio del rey, y le prometió a Mefi-boset un sitio permanente en su real mesa. Un perro muerto como yo (8), alguien tan indigno como yo. Siba recibió instrucciones de seguir administrando los bienes, pero entregar el producto a Mefi-boset (9–11). El mismo Mefi-boset se convirtió en el miembro de la casa real en Jerusalén (12–13).
Mefiboset se llevó una gran sorpresa, en vez de castigo recibió misericordia, y aún más recibió las tierras de su abuelo Saúl (la palabra padre aquí se refiere a abuelo).
1 Tres bendiciones dadas a Mefit-boset
Cualquiera, en el lugar de Mefi-boset, habría tenido razón para temer. La vida de este descendiente de Saúl dependía de la voluntad del rey. Tales situaciones, con frecuencia, concluían con el exterminio de todos los rivales. David sabía que mientras viviera cualquiera de los descendientes de Saúl, correría riesgo su trono. Pero su naturaleza generosa junto con la promesa que hizo a Jonatán lo impulsaron a ser bondadoso y misericordioso.
Haré contigo misericordia. Hasta ese momento la vida había sido despiadada con Mefi-boset. Casi hasta donde pudiera recordar había sido inválido y fugitivo. Su vida había estado en peligro. Sus dificultades ahora llegaban a su fin.
Indudablemente, David había confiscado esas tierras y ahora le pertenecían. Pero estaba dispuesto a devolverlas haciendo un sacrificio personal, para que Mefi-boset pudiera poseer todo lo que una vez perteneció a Saúl. Fue un regalo magnífico, impulsado por un notable espíritu de generosidad para con alguien que no lo esperaba.
Esta expresión no necesita ser entendida literalmente. Su significado básico es que aquel a quien se le concedía tal favor de allí en adelante sería sostenido por la dadivosidad del rey.
II. La mas admirable historia de gracias jamas contada.
Este capítulo nos ilustra la forma en que actúa la gracia de Dios. Al igual que Mefi-boset, nosotros somos sacados de nuestra desolación espiritual y restaurados a su compañerismo. Él nos rescató y nos convirtió en sus propios hijos e hijas, no tratándonos como mereceríamos, sino según su misericordia. “Pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia” (Romanos 5:20).
A. Nuestra condición
1. Vivimos una vida de vergüenza en el pecado
1 Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. 3 Entre ellos vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, andando en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
2. Vivimos una vida de temor y escondido en tierra de oscuridad
9 Pero Jehová Dios llamó al hombre, y le preguntó:
—¿Dónde estás?
10 Él respondió:
—Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; por eso me escondí.
I bet that Mephibosheth felt the king was against him. I bet he thought one of these days I am going to get a knock on my door and it is going to be the king. They are going to haul me off and kill me. He hates me. That is why I have to live in this place.
There are a lot of people out there right now that thinks God hates them. They think God is against them. They think God is out to destroy them. Why? They have been dropped in life. Something bad has happened. They feel that God did that to them. They feel God is not for them. It is not true.
I heard a story about a thief that was breaking into a house. It was very dark. As he was figuring out where the valuables might be, suddenly he heard a voice in the darkness say, “Jesus is watching you.” This thief looks around. Who said that? Again he hears it. The thief turns on his flashlight. It is a parrot. He sees the parrot on his perch. Again the parrot said, “Jesus is watching you.” The thief laughed. Then he moves his flashlight down and notices there is a Doberman Pincher at the foot of the parrot’s perch. The Doberman was not chained up. He had a very angry look on his face. Then the parrot said, “Sick ‘em Jesus.”
B. La manifestación de la gracia de Dios
1. La gracia se manifiesta salvándonos
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).
Nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de placeres y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, odiados y odiándonos unos a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con la humanidad, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia
La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad, 12 y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,
2. Explicación de la gracia
Let me contrast the word grace with a couple of other words to help you appreciate it. Justice is getting what you deserve. Mercy is not getting what you deserve. Grace is getting what you don’t deserve.
Let’s say that you went out and broke a law. You appeared before the judge. He prosecuted you to the full extent of the law. You got justice. Let’s say that the same judge decided to give you a break and didn’t send you to jail but put you on probation. You got mercy. Let’s say that that same judge not only did not put you on probation but wrote you a check for $1 million because you are such a nice guy. That is grace.
God has not given us justice. Don’t ever ask God to give you justice. You might as well ask the Lord to throw you into hell. That is what you deserve. That is what I deserve.
God have mercy upon me. Lord extend your grace to me.
Conclusion
Sentarse en el mejor lugar de la mesa.
The story is told years ago in the 1800’s if a little boy living in London. In abject poverty he lived. He heard that the great evangelist from America Dwight Moody was coming to speak in one of the churches there in London. This little boy decided that he wanted to hear the great evangelist. He made his way across the entire city. It was difficult. His shoes were beaten and torn up. He was in rags. He wanted to hear the great preacher. He finally found his way to that church where Moody was speaking. He was so excited. He scurried up the steps and began to walk in the door. A big old burly usher stopped him and said, “Where do you think you are going?” He said, “I am going to hear the great preacher D. L. Moody.” “No you aren’t. Not looking like that you aren’t. You get out of here. You are filthy. You are in rags. You aren’t fit to come into the church.” The little boy just went and sat down on the steps crying. He was so dejected that now he would not hear the preacher. Then a huge carriage pulled up in front of this church. Out of it stepped a large man. He began to make his way up the stops and he stopped and looked at the little boy. He said, “Son, what is wrong?” He said, “I wanted to go into this church and hear D. L. Moody but they wouldn’t let me in.” This bit man reached down his paw of a hand and said, “Son, I want you to put your hand in my hand and walk with me.” He took the hand of this big old guy. They walked up and that door opened and that usher backed off. That man led that little boy down the middle aisle right to the front row and sat him in the best seat in the house. That same man walked up on the platform and got behind the pulpit. That man was D. L. Moody. The reason the boy got into the church was because of Moody.
The reason we get into heaven is because of Jesus. That is what it all comes down to.
John Newton wrote the hymn “Amazing Grace.” As he thought upon the words: “By the grace of God I am what I am,” he said, “I am not what I ought to be. How imperfect and deficient I am! I am not what I wish to be. Though I am not what I ought to be, I can truly say that I am not what I once was—a slave to sin and Satan. I can heartily say with Paul: “By the grace of God I am what I am”!”