El Olor de los Creyentes
Notes
Transcript
Pasaje
Pasaje
(RVR60)
14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden;16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
1er Acercamiento
1er Acercamiento
Todos los creyentes somos Ministros
Todos los creyentes somos Ministros
Cuando a veces pensamos en la Iglesia, como una entidad y vemos como esta conformada, pensamos en Ministerios, el de varones, jóvenes, damas, matrimonios, ujieres, etc, etc y muchas veces pensamos que pues yo no estoy dentro de la parte administrativa o de liderazgo yo no tengo un ministerio
Pero déjame decirte que TODOS LOS CREYENTES TENEMOS UN MINISTERIO, y como tal necesitamos ser eficaces en el ministerio
La porción que estudiamos en este capítulo expone tres principios que tenemos que tomar en cuenta si queremos tener un ministerio eficaz.
MINISTRAMOS EN EL TRIUNFO DE CRISTO 2:14–16A
El apóstol comienza asegurándonos que triunfaremos porque Cristo es vencedor. La imagen que usa Pablo es la de un general triunfante que regresa a su nación para ser festejado. La procesión triunfal incluía al general, a sus soldados y a los prisioneros de guerra. En toda la trayectoria del desfile se quemaba incienso en honor a los dioses que habían dado la victoria.
Participamos en el triunfo de Cristo 2:14a
El Señor ya ganó la victoria sobre el diablo y sus huestes en la cruz () y en la resurrección (). Nuestro general, Cristo, triunfó sobre todos los principados y potestades y nosotros, como sus soldados, participamos en su victoria. Nuestra posición “en Cristo” (vv. 14, 17) garantiza que triunfaremos en nuestro ministerio.
Proclamamos el conocimiento de Cristo 2:14b–16a
Nuestra vida, a donde quiera que vayamos, despide un aroma agradable que permea todo lo que nos rodea. El conocimiento del Señor es el mensaje grato que anunciamos por medio de nuestra vida y palabras. Nuestra proclamación del evangelio sólo puede producir dos resultados en los oyentes: la muerte para los que lo rechazan y la vida para quienes lo reciben. La predicación de las buenas nuevas es responsabilidad nuestra, la respuesta a ella, del individuo.
SOMOS GRATO OLOR DE CRISTO
¡PENSEMOS!
¿Cuál es la mayor dificultad que usted enfrenta en su labor para el Señor? Escríbala en una hoja. Medite en y anote cómo la enseñanza de estos versículos puede ayudarle a salir avante en su situación.
MINISTRAMOS MEDIANTE LA CAPACITACION DIVINA 2:16–3:6b
La magnitud de la responsabilidad impulsa al apóstol a hacer la pregunta: “Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” (16b). La contestación negativa viene en 2:17–3:3 y la positiva en 3: 4–6.
El hombre no puede servir a Dios por sí mismo 2:17–3:3
En Corinto había muchos que pensaban que el éxito en el ministerio dependía de ellos mismos. Estos eran los falsos maestros, enemigos de Pablo, que habían negado su autoridad en esa iglesia.
No somos vendedores ambulantes 2:17. Muchos de esos falsos maestros confiaban en su propia capacidad de vender el evangelio. Medraban falsificando la palabra de Dios, es decir, se comportaban como comerciantes o buhoneros, mismos que eran conocidos por sus prácticas deshonestas. La misma palabra griega se usa en refiriéndose al vino mezclado con agua. En nuestros días los lecheros son famosos por diluir su producto con agua. El propósito es tener más que vender y por ende más ganancia.
Estos enemigos de Pablo se creían muy astutos. Lograron muchos adeptos y su apoyo económico porque adulteraban el mensaje. Falsificaban la Palabra de Dios. Su motivación era la ganancia material. En contraste, Pablo dice que su
ministerio se caracterizaba por la sinceridad. Era completamente transparente en todo. En él no se encontraba nada de engaño.
No dependemos de la recomendación humana 3:1–3. Los maestros falsos también se sentían suficientes porque portaban cartas de recomendación. Ellos no sólo confiaban en su propia capacidad (2:17) sino que también se apoyaban en otros hombres. Para ellos, las credenciales humanas tenían mucha importancia.
Pablo no portaba tales cartas, pero tenía algo mucho mejor: cartas escritas por el Señor que los hombres jamás podrían escribir. Sus credenciales procedían directamente de Dios y consistían en los hijos espirituales que tenía en Corinto. Nuestras cartas son los resultados de nuestro ministerio. Pablo enseña cuatro cosas acerca de ellas en el versículo 3:
1. Su autor es Cristo, “carta de Cristo”.
2. Su escritor es Pablo, “expedida por nosotros”.
3. Su tinta es el Espíritu Santo, “escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios”.
4. Su papel es el corazón de Pablo, “escritas en nuestros corazones (v. 2), “no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón” (v. 3).
Lloyd, R. (2005). Estudios Bı́blicos ELA: El ministerio eficaz (2da Corintios) (pp. 28–31). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.