Lección La Iglesia de Jesucristo #2
LECCIÓN 2
Actitudes piadosas que caracterizan la vida de los que pertenecen a Dios por fe en Cristo y poseen el Espíritu de Dios.
para que no me enaltezca sobremanera. El ataque fue doloroso pero tuvo propósito. Dios permitió que Satanás ocasionara estos problemas severos en la iglesia con el fin de hacer humilde a Pablo, quien por haber tenido tantas revelaciones y hasta una visión directa del cielo mismo, habría podido enorgullecerse.
15:22 obedecer es mejor que los sacrificios. Esta es una verdad esencial del AT. Samuel declaró que Dios desea obediencia de corazón por encima del sacrificio ritual de animales (cp. Sal. 51:16, 17; Is. 1:10–17). El sistema de sacrificios nunca tuvo la intención de reemplazar una vida obediente, sino de ser más bien una expresión de la misma (cp. Os. 6:6
rebelión… obstinación. Saúl necesitaba darse cuenta de que su verdadera adoración quedaba indicada por su conducta, no por sus sacrificios. Pero demostró ser un idólatra cuyo ídolo era él mismo
Cualquiera en la iglesia que sea insumiso, voluntarioso y faccioso debería ser expulsado. Se deben dar dos advertencias para seguir el modelo básico de disciplina eclesiástica establecido por Cristo
La ordenanza acerca de la disciplina de la Iglesia en los vv. 15–17 debe ser leída a la luz de la parábola de la oveja perdida en los vv. 12–14. La meta de este proceso es la restauración. Es exitosa, si “has ganado a tu hermano”. El paso número uno es “repréndele” en privado.
dilo a la iglesia. Si todavía se resiste a arrepentirse, el tercer paso requiere que el asunto sea notificado a toda la asamblea (v. 17), para que juntos puedan buscar amorosamente la reconciliación del hermano pecador. Pero si este paso llegara a fallar, el cuarto paso requiere que el ofensor sea expulsado y considerado por la iglesia como “gentil y publicano” (vea la nota sobre 5:46). La idea no es castigar solamente al ofensor o espantarlo completamente, sino apartarlo de la comunión de la iglesia como una nociva influencia para ella y, de aquí en adelante, considerarlo más como un candidato a ser evangelizado que como un hermano. En último caso, el pecado por el cual este es apartado es su impenitencia empedernida.