Nuestra esperanza
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La vida y la muerte
La vida y la muerte
Las estadísticas mundiales nos dicen hechos interesantes. Cada segundo nacen unas tres personas, mientras que mueren dos personas. Emocionalmente no nos tienen que preparar mucho para el nacimiento de alguien. Tenemos una idea de cuándo va a nacer, vemos el proceso de crecimiento del bebé en el vientre. La expectativa nos llena de emoción.
Hemos
La muerte es otra historia. Muchas veces no la vemos venir. Es ilógica. Una persona que aparenta estar sana puede desarrollar una enfermedad que acaba con su vida en días. Alguien puede morir en un accidente en un segundo o ser asesinado. Un infarto acaba con la vida de una persona en segundos. Entonces, no hay mucho que podamos hacer para prepararnos. Aún sabiendo que los días de alguien están contados, cuando por fin muere, no nos evita el dolor de su partida.
El pésame y las condolencias
El pésame y las condolencias
En vista de las estadísticas habrá algo que tendremos que hacer muy a menudo: expresar nuestras condolencias. Puede ser un momento muy incómodo porque no sabemos muchas veces qué decir. Mientras más joven seas, más difícil parece serlo.
Hay una diferencia enorme en el momento de expresar este pésame, dependiendo de si la familia es cristiana y si la persona que murió ha partido con el Señor. Cuando uno llega a ver a las personas hay dolor y tristeza, pero en medio de eso, también hay paz y fortaleza. Cuando llega al funeral de una persona que no conoció a Dios uno trata de hacerlo lo mejor que pueda, uno ofrece consuelo, pero no es lo mismo. Por ejemplo, no se le puede decir a la familia que su se querido ha pasado a mejor vida, que va a descansar, que está en presencia de su Señor. Uno se limita a experiencias que no tienen un enfoque espiritual: ustedes hicieron lo que humanamente hablando estuvo en sus manos, ustedes lo honraron como padre, él vio a todos formar sus familias, vio a sus nietos, etc.
La inquietud de los hermanos de Tesalónica
La inquietud de los hermanos de Tesalónica
Pablo se ve en una situación en la que tiene que animar a los hermanos de Tesalónica. El había fundado esta iglesia y después de su última visita, muchos hermanos habían muerto. A raíz de esas muertes, los hermanos estaban tristes y tenían ciertas preguntas serias en cuanto al destino de sus seres queridos.
Ellos esperaban el regreso del Señor. Esperaban que Jesús regresara ellos estando vivos. Entonces, ¿qué pasará con los hermanos que murieron cuando regrese Jesús? ¿Se perderán todo esto? ¿A dónde irán a parar ellos?
13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
“Los que duermen...”
“Los que duermen...”
Es un eufemismo. Es una expresión o palabra que se usa para sustituir otra que nos parece inadecuada para el momento. “Pasar a mejor vida” en vez de morir, “dar a luz” en vez de parir. “Poco agraciado” en vez de feo.
Cuando Pablo dice que duermen está usando un eufemismo. Jesús usó esta expresión para referirse a Lázaro cuando había muerto.
11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto;
Pablo no se refiere con esta expresión a que la gene cae en un profundo sueño cuando mueren. Cuando un creyente muere, su alma pasa a la presencia del Señor sin tener que esperar nada.
8 Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor.
42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Tristeza
Tristeza
Hay una diferencia en el duelo entre el creyente y el no creyente
Hay una diferencia en el duelo entre el creyente y el no creyente
No se deben reprimir las emociones. Si pasa algo que nos produzca alegría, debemos expresarnos. Si algo nos produce tristeza, debemos expresarlo. Estamos diseñados para sentir y aceptar esas emociones, no para negarlas o reprimirlas. Cristo sintió emociones y las expresó.
33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,
33 Al ver llorar a María y a los judíos que la habían acompañado, Jesús se turbó y se conmovió profundamente.
34 —¿Dónde lo han puesto?—preguntó. —Ven a verlo, Señor—le respondieron.
35 Jesús lloró.
21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
5 Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Mateo 26.
Así que, sentir tristeza por la muerte de un ser querido es normal. Es una respuesta de nuestro ser puesta por Dios. Cristo sintió y expresó varios tipos de emociones, por lo tanto, sentir tristeza no significa que nos falta fe o que somos espiritualmente inmaduros. De hecho, cuando alguien está triste por la muerte de un ser querido, nuestra respuesta no debe ser: no llores, no estés triste, él está con el Señor. Nuestra respuesta debe ser:
Cristo se puso triste. Son una respuesta puesta por Dios en nosotros. No son una falta de fe.
15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
Nuestra respuesta (llorar con los que lloran)
Tristeza como los que no tienen esperanza
Tristeza como los que no tienen esperanza
Hay una diferencia en el duelo entre el creyente y el no creyente
Hay una diferencia en el duelo entre el creyente y el no creyente
Habiendo reconocido que vamos a sentir tristeza y que es normal, la forma en que llevamos el duelo no debe ser igual al que no es creyente. La razón es que cuando uno no ha entregado su vida al Señor, no tiene la esperanza. ¿Cuál esperanza? Más adelante vamos a hablar de esa esperanza.
Cuando alguien no tiene esperanza, no tiene a qué aferrarse para sostenerse. Tener esperanza en este contexto no es esperar a ver si algo bueno pasa. Tiene que ver con esperar a que algo certero pase. Nosotros esperamos que mañana amanezca, que salga el sol. Es un hecho y lo esperamos. Va a pasar. Este es el sentido de “esperanza” en nuestro texto.
Respuesta basada en una verdad aceptada
Respuesta basada en una verdad aceptada
1 Tesalonicenses La muerte y la resurrección de Jesús
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Esta es la esperanza de la que estamos hablando. Es la certeza de que Dios traerá con Jesús a esas personas. Pablo apela a dos verdades que eran aceptadas por estos creyentes sin ninguna duda: que Jesús había muerto y que había resucitado. De la misma forma que estos eran dos hechos, la resurrección de quienes habían muerto, sería un hecho y debían esperarlo.
Tres pilares de la fe cristiana
Tres pilares de la fe cristiana
En este verso encontramos tres verdades que son pilares de nuestra fe. Jesús murió, Jesús resucitó y Jesús regresará. Si quitamos estos aspectos sobre naturales del cristianismo, es simplemente una filosofía de vida. El cristianismo tiene relevancia para nuestra vida diaria y para este mundo, pero trasciende esta realidad.
No los quite cuando comparta su fe porque no hay cristianismo sin ellos. Además deje que esta creencia sea lo que guíe su vida en este mundo.
El orden de los acontecimientos
El orden de los acontecimientos
Estos creyentes tenían otras preguntas ahora. ¿Cómo va a pasar esto? ¿Cuándo? Pablo nos da una descripción bastante detallada en cuanto al orden en que van a pasar ciertas cosas.
Será con voz de mando. Será una voz de autoridad que probablemente se escuchará en todo el mundo. Con voz de arcángel. La Biblia menciona a Miguel. Asi que puede ser él, pero no significa que haya solo uno. Trompeta de Dios. Siempre se ha usado para convocar. Estas tres acciones estarán anunciando la venida de nuestro Señor.
Quienes murieron en Cristo resucitan primero. Sus almas vienen con Jesús a buscar sus cuerpos transformados. Quienes estemos vivos y en Cristo seremos transformados sin pasar por la experiencia de la muerte. Entonces, todos nos reunimos en las nubes con el Señor para estar con él siempre.
¡Nos reuniremos con el Señor y con nuestros seres queridos!
Consolación
Consolación
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
1 Tesalo
Ese ser que tanto amamos y que se fue de este mundo, lo volveremos a ver. Tenemos la esperanza, la certeza, la promesa de parte de Dios, quien no miente, que nos reuniremos. Terminará todo dolor, toda tristeza, todo problema. Estas palabras deben de servirnos de consuelo.