SIEMPRE EN LA MESA DEL SEÑOR
PREÁMBULO:
Nombre dado por San Pablo—y que aparece solamente una vez en el Nuevo Testamento (1 Co. 11:20)—al rito celebrado por las comunidades primitivas cristianas, e instituido por Cristo mismo, para celebrar su memoria, la víspera de su Pasión
Términos para la cena del Señor en el NT
Hch 2:42 “partir el pan” puede significar tanto comer juntos como celebrar la cena del Señor; 1 Co 10:16 La palabra griega “koinonia” es traducida aquí “comunión”: así el término “santa comunión”; 1 Co 11:20 la cena del Señor; 1 Co 11:24 Subyacente a la frase “habiendo dado gracias” es el término griego “eucharisteo”, del cual viene el término “eucaristía”.
Temas conectadas con la cena del Señor
La pascua 1 Co 5:7–8 Ver también Jn 11:50 Las palabras de Caifás pudieron haber tenido un significado no intencional relacionado a la pascua; Jn 13:1; 19:14,33,36; Éx 12:46; Nm 9:12
El nuevo pacto 1 Co 11:25 pp Mt 26:27–28 pp Mr 14:23–24 pp Lc 22:20 La referencia del (nuevo) pacto implica una relación personal con Dios y el perdón de los pecados.
Recordatorio 1 Co 11:24 pp Lc 22:19
Dar gracias, compañerismo y unidad 1 Co 10:16 Ver también Mt 26:26–27 pp Mr 14:22–23 pp Lc 22:19; 1 Co 11:20–21
El regreso del Señor 1 Co 11:26 Ver también Mt 26:29 pp Mr 14:25 pp Lc 22:16; 1 Co 16:22; Ap 22:20
Separación del pecado 1 Co 10:21 Pablo se está refiriendo a banquetes en templos paganos. Ver también 1 Co 11:27–32
Un anticipo del cielo Mt 26:29 pp Mr 14:25
Ver también
Dar gracias, compañerismo y unidad 1 Co 10:16 Ver también Mt 26:26–27 pp Mr 14:22–23 pp Lc 22:19; 1 Co 11:20–21
El regreso del Señor 1 Co 11:26 Ver también Mt 26:29 pp Mr 14:25 pp Lc 22:16; 1 Co 16:22; Ap 22:20
Separación del pecado 1 Co 10:21 Pablo se está refiriendo a banquetes en templos paganos. Ver también 1 Co 11:27–32
Un anticipo del cielo Mt 26:29 pp Mr 14:25
I. LA OCASIÓN- LA PASCUA
Cuando se analizan juntos, estos factores relacionan fuertemente a la Última Cena con la cena de la Pascua. Pablo respalda esta conexión cuando se refiere a “Cristo, que es el Cordero de nuestra Pascua” (1 Cor 5:7 DHH) y a “Esa copa de bendición por la cual damos gracias” (1 Cor 10:16 NVI), la tercera copa del ritual de la Pascua.
El significado de la acción de Jesús puede entenderse mejor si se considera su trasfondo en el AT. La Cena se efectuó en el contexto de la Pascua judía. Juan afirma que Jesús murió en la tarde cuando el cordero pascual era sacrificado (Jn. 18:28).
El significado de la acción de Jesús puede entenderse mejor si se considera su trasfondo en el AT. La Cena se efectuó en el contexto de la Pascua judía. Juan afirma que Jesús murió en la tarde cuando el cordero pascual era sacrificado (Jn. 18:28). En este caso la Cena era anticipatoria a la cena pascual. Pero los Evangelios Sinópticos nos dicen que la Cena fue preparada como una pascua, fue observada con un solemne y gozoso ritual pascual, se bebió vino y se observó en la noche, los discípulos y Jesús estaban reclinados en lugar de sentados. Todo esto indica que era una verdadera cena pascual.
El significado de la acción de Jesús puede entenderse mejor si se considera su trasfondo en el AT. La Cena se efectuó en el contexto de la Pascua judía. Juan afirma que Jesús murió en la tarde cuando el cordero pascual era sacrificado (Jn. 18:28). En este caso la Cena era anticipatoria a la cena pascual. Pero los Evangelios Sinópticos nos dicen que la Cena fue preparada como una pascua, fue observada con un solemne y gozoso ritual pascual, se bebió vino y se observó en la noche, los discípulos y Jesús estaban reclinados en lugar de sentados. Todo esto indica que era una verdadera cena pascual.
En este caso la Cena era anticipatoria a la cena pascual. Pero los Evangelios Sinópticos nos dicen que la Cena fue preparada como una pascua, fue observada con un solemne y gozoso ritual pascual, se bebió vino y se observó en la noche, los discípulos y Jesús estaban reclinados en lugar de sentados. Todo esto indica que era una verdadera cena pascual.
A. CONTEXTO PASCUAL
1. El Escenario Original
La Pascua era la primera de las tres fiestas anuales de los judíos, a las que todos los varones adultos tenían que asistir en el santuario (cf. Éx. 23:14–17). En hebr. se llamaba pesaj, del vb. pasaj = pasar sobre, en el sentido de omitir la plaga en el lugar señalado con la sangre del cordero (cf. Éx. 12:12–13).
La Pascua estaba asociada a la fiesta de los panes sin levadura, la semana en la que la levadura se excluía estrictamente de la dieta de los hebreos (cf. Éx. 23:15).
La cena pascual nunca se comió sola, y tradicionalmente consistía en suficientes personas para poder consumir un cordero de un año de edad. Los comensales normalmente estaban sentados durante el tiempo de la cena. Más tarde la costumbre dictó que una persona se inclinara ante la cena pascual como signo de libertad. “Los esclavos comen de pie”, decía el dicho, “pero la gente se inclina para mostrar que han pasado de la esclavitud a la libertad”.
Entre el pueblo de Dios, la Pascua (pesach en hebreo, Éxodo 12:1–30) no era una celebración ordinaria. La ley dicta sus actividades. La ley ceremonial del Antiguo Testamento ordenaba observarla de manera anual (Éxodo 12:14). La tradición judía posterior añadió muchos detalles.
Si la familia era pequeña, se podía invitar a los vecinos para participar en la cena pascual. Lo que sobraba del cordero debía ser quemado aquella misma noche (cf. Nm. 9:12). Si alguien, por razones justificadas, no podía celebrar la Pascua en la fecha establecida, tenía permiso para celebrarla en el segundo mes. Pero si el descuido era voluntario, el infractor era castigado con la muerte (cf. Nm. 9:13). A las mujeres se les permitía participar en la celebración, pero no tenían la obligación de hacerlo (cf. 1 S. 1:3, 7; Lc. 2:41). La experiencia pascual había de repetirse cada año como medio de instrucción para las generaciones venideras (cf. Éx. 12:24–27).
Las costumbres cambiaron con el tiempo, pero el cordero sacrificial siguió siendo un elemento esencial del servicio. Mientras el templo estuvo en Jerusalén, los corderos fueron sacrificados de manera obediente. Hoy en día, las familias judías no sacrifican corderos porque el templo ya no sigue en pie. Sin embargo, todavía ponen un hueso asado en un lugar destacado de la mesa de Pascua para representar el cordero pascual.
2. El Ritual de la Pascua.
¿Cómo celebraban la Pascua los israelitas en el tiempo de Jesús? No lo sabemos con exactitud. Los ritos de la Pascua probablemente consistían en siete elementos servidos en una comida agradable e informativa. Los fieles decoraban la mesa con el cordero asado y el pan sin levadura. Junto a esos elementos de comida había una copa de vino ritual que se llenaría ceremonialmente cuatro veces. El vino era costoso y normalmente se servía, rebajado con agua, solamente en comidas especiales. La mesa también tenía hierbas amargas como lechuga salvaje o endivia, dos platos que contienen vinagre y agua con sal, más una sabrosa mezcla roja de nueces e higos, manzanas y canela.
La ley judía dictaba cómo preparar el cordero pascual (paschal). Los corderos, seleccionados con anticipación, normalmente eran matados en los terrenos del templo en la tarde, ¡algo para ver! Al toque de la trompeta, los oficiantes, en compañía de corderos, entraban por las puertas del patio del templo. Los sacerdotes y los levitas, estaban esperando en dos largas filas. La tarea de los levitas era matar los corderos y quemar la grasa, los riñones, el hígado, y la cola, de cada animal, en el altar, como sacrificio al Señor. Los sacerdotes, a su turno, almacenaban la sangre del cordero en vasijas de oro o plata y las pasaban al altar. Allí la sangre era derramada sobre el altar como expiación por el pecado. A los ojos de Dios, la sangre vital del animal cubría el pecado de la gente, igual que lo había hecho la sangre sobre el marco de la puerta en Egipto (Éxodo 12:7, 12, 13).
Entonces el oferente cargaba el cadáver del cordero, que estaba envuelto en la piel, hasta su hogar donde lo asaba (o lo cocinaba) sobre brasas al rojo vivo, teniendo especial cuidado en no romper ningún hueso (Éxodo 12:46). A la puesta del sol, el cordero asado era dispuesto sobre la mesa, y así comenzó la fiesta de la Pascua.
Entonces el oferente cargaba el cadáver del cordero, que estaba envuelto en la piel, hasta su hogar donde lo asaba (o lo cocinaba) sobre brasas al rojo vivo, teniendo especial cuidado en no romper ningún hueso (Éxodo 12:46). A la puesta del sol, el cordero asado era dispuesto sobre la mesa, y así comenzó la fiesta de la Pascua.
3. El Orden de la ceremonia de la Pascua en el Judaísmo del Siglo I dC.
a. Oración.
Una oración de acción de gracias ofrecida por el jefe de familia; se bebe la primera copa de vino (diluido).
b. Copa de vino.
c. El anfitrión se lava las manos y pasa el tazón grande a todos los participantes.
d. Remojo de las hierbas amargas en salsa.
La comida de las hierbas amargas, como un recordatorio de la amarga esclavitud en Egipto.
e. El cordero y el plato principal.
Se trincha el cordero y se come junto con el pan sin levadura. El cordero se comía en conmemoración de lo que se había ordenado a los antepasados hacer en la noche en que el Señor dio muerte a todos los primogénitos de Egipto y dio libertad a su pueblo (Ex. 12, 13). Los panes sin levadura eran en conmemoración de “los panes de la prisa” que comieron los antepasados.
f. Oración y segundo remojo de hierbas amargas en salsa.
g. Segunda copa de vino acompañada de un tiempo de preguntas y respuestas para los niños (ver ).
La pregunta de un hijo: “¿Por qué es esta noche diferente de todas las otras noches?” y la respuesta adecuada del padre, ya sea narrada o leída.
h. Se canta la primera parte de los Salmos de Halel (alabanza): 113–114 y se hace una oración.
i. Tras haberse lavado las manos, el maestro de ceremonias hace sopa para cada participante.
j. Todos comen hasta saciarse y finalizan con un pedazo de cordero.
k. Tercera copa de vino tras haberse lavado las manos.
l. Se canta la segunda parte de los Salmos de Halel (alabanza): 115–118.
m. Cuarta copa de vino que denota la llegada del reino.
4. En la hora de la Cena
B. Cristo aplicando la Pascua.
La Última Cena tenía la mirada puesta en la inminente crucifixión de Jesús y en su regreso. La Cena del Señor mira hacia la obra de Jesús en la cruz, a su futuro regreso y a la celebración del banquete mesiánico en su reino.
C. Un Error que debemos Evitar.
La observancia de la Pascua fue interrumpida con frecuencia en el AT. Desde la celebración al pie del Sinaí (cf. Nm. 9:1–14) no volvió a celebrarse hasta después de entrar en Canaán (cf. Jos. 5:10). Los piadosos reyes Ezequías (cf. 2 Cr. 30) y Josías (cf. 2 R. 23:21–23) exigieron que se observara. Ya no volvió a celebrarse hasta después de la dedicación del 2o. templo, como leemos en Esd. 6:19–22. En los evangelios se mencionan varias Pascuas a las que asistió Jesús (cf. Lc. 2:42–43; Jn. 2:13) y, en especial, la que él mismo celebró, en el aposento alto, en la víspera de su muerte (cf. Mt. 26:17–30 y paral.). Los judíos siguen celebrándola, con panes sin levadura, hierbas amargas y otras cosas, pero sin sacrificio de cordero.
D. Contexto de Pacto.
D. CONTEXTO DE PACTO.
Además, Jesús incluyó en la última Cena el ritual de una cena de pacto, y no sólo la cena sacrificial y pascual. En el AT, después que se hacía un pacto venía una cena en la que los participantes tenían comunión y se comprometían a ser fieles uno al otro (Gn. 26:30; 31:54; 2 S. 3:20). El pacto entre Dios e Israel en el Sinaí fue seguido igualmente por una comida en la que el pueblo «comió y bebió y vio a Dios». El nuevo pacto (Jer. 31:1–34) entre el Señor y su pueblo fue ratificado por Jesús en una comida en aquella Cena.
Al celebrar la Cena, Jesús hace énfasis en el significado escatológico y mesiánico de la cena pascual. En esta fiesta, los judíos miraban con expectación a una futura liberación que fue la que Egipto prefiguró como tipo. Una copa se dejaba aparte para el Mesías no fuera que él llegase esa misma noche para llevar a cabo esta liberación y cumplir la promesa del banquete mesiánico (cf. Is. 25–26; 65:13, etc.). Esta debería haber sido la copa que el Señor tomó en la institución de este nuevo rito, indicando que aun ahora el Mesías estaba presente para hacer fiesta con su pueblo.
II. Cristo la Pascua.
En este contexto, cuando Jesús da el pan y el vino como su cuerpo y sangre, con las palabras «haced esto en memoria de mí», está señalándose a sí mismo como el verdadero sustituto del cordero pascual, y a su muerte como al acontecimiento salvador que libertará al nuevo Israel, representado en sus discípulos, de toda esclavitud. Desde ese momento su sangre sería la señal por la cual Dios recordaría a su pueblo.
A. Un amor que recordar.
En la Cena del Señor se da una constante renovación del pacto entre Dios y la iglesia. La palabra «memoria» (anamnēsis) no sólo se refiere a que el hombre recuerde al Señor, sino también a que Dios recuerda al Mesías y su pacto, y de su promesa de restaurar el reino. En la Cena todo esto es traído delante de Dios en una oración verdaderamente intercesora.
III. LA IGLESIA EN LA MESA DEL SEÑOR.
La Cena del Señor en la iglesia primitiva
En el libro de Hechos hay menciones al “partimiento del pan” que no se refieren a una comida regular, sino a la celebración de la Cena del Señor (Hech 2:42, 46; 20:7, 11; 27:35). El partimiento del pan sucede dentro de una reunión de adoración (Hech 20:7). Las celebraciones de la Cena se hacían todas las semanas y a veces todos los días (Hech 2:46–47; 11:1; 20:7; 1 Cor 16:2). En ninguna parte del Nuevo Testamento hay un mandamiento sobre la frecuencia con la cual se debía celebrar la Cena del Señor.
Celebrando la cena del Señor en el NT
Como parte de una comida ordinaria 1 Co 11:21 La iglesia no estaba necesariamente equivocada al incluir el sacramento en una comida ordinaria; la exhortación de Pablo es que debió haber sido realizado de una manera caritativa.
En algunas iglesias primitivas se celebraba antes de la ceremonia ritual una cena fraterna, agape, en la cual comían y bebían gozosamente los hermanos. En Corinto se dieron algunos abusos de embriaguez, glotonería y discriminación de los más pobres, lo cual dio lugar a las amonestaciones de Pablo (1 Co. 11:20–22) para que se tome dignamente y se sepa discernir «el cuerpo del Señor» (1 Co. 11:28–34).