Gracia y Fe

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Tres problemas en la iglesia

Quisiera comenzar observando tres problemas existentes en la iglesia de hoy día.
Unos de los problemas mas serios que la iglesia tiene hoy es que simplemente no conoce a Dios, no conoce Su carácter santo y sus atributos perfectos.
Muchos hoy día cometen el error de los judíos, hacer a Dios menos de lo que es, para ellos poder hacerse mas de lo que son.
Romanos 10.3 LBLA
Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
Así que el primer problema es no comprender quien es Dios; el segundo problema es similar, y es no comprender quienes somos nosotros. Muchas personas no comprenden la condición en la que el hombre se encuentra después de la caída en Edén.
Por lo general, el hombre se ve a si mismo como mayormente bueno, como si todavía tuviese la capacidad de agradar a Dios por cuenta propia, o aun peor como si no necesitase a Dios para ser una buena persona.
Si nosotros no aprendemos a entender quien es Dios y quienes somos nosotros, se nos hará muy difícil entender el evangelio.
Ese es el tercer problema, muchas personas en la iglesia no entienden el evangelio.
El problema está en que la Palabra es muy clara

La santidad de Dios - Quien es Dios

¿Por que comenzar con la santidad de Dios?
Sin comprender la santidad de Dios, no podemos comprender nuestra necesidad, sin comprender nuestra necesidad, no podemos ver la hermosura de la gracia divina.
Isaías 6.1–4 LBLA
1 En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. 2 Por encima de El había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria. 4 Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Cuando Isaias es confrontado con la santidad y la gloria de Dios, lo que se hace sumamente evidente para el, es su pecaminosidad.
Isaías 6.5–6 LBLA
5 Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos. 6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas;
Isaías 6.5–7 LBLA
5 Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos. 6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas; 7 y con él tocó mi boca, y dijo: He aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado.
Isaías 6.1–5 LBLA
1 En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. 2 Por encima de El había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria. 4 Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos.
Isaías 6.1–6 LBLA
1 En el año de la muerte del rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y la orla de su manto llenaba el templo. 2 Por encima de El había serafines; cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria. 4 Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5 Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el Señor de los ejércitos. 6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas;
Apocalipsis 4.8 LBLA
8 Y los cuatro seres vivientes, cada uno de ellos con seis alas, estaban llenos de ojos alrededor y por dentro, y día y noche no cesaban de decir: Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.

La depravación del hombre - Quienes somos nosotros

¿Que ocurrió con el hombre en la caída?
Confesión Bautista 1689: Sección 6 P3
Siendo ellos la raíz de la raza humana, y estando por designio de Dios en lugar de toda la humanidad, la culpa del pecado fue imputada y la naturaleza corrompida transmitida a toda la posteridad que descendió de ellos mediante generación ordinaria, siendo ahora concebidos en pecado, y por naturaleza hijos de ira, siervos del pecado, sujetos a la muerte y a todas las demás desgracias – espirituales, temporales y eternas–, a no ser que el Señor Jesús los libere.
imputada y la naturaleza corrompida transmitida a toda la posteridad que descendió de ellos mediante generación ordinaria, siendo
ahora concebidos en pecado, y por naturaleza hijos de ira, siervos del pecado, sujetos a la muerte y a todas las demás desgracias –
El problema del hombre es uno de su corazón.
espirituales, temporales y eternas–, a no ser que el Señor Jesús los libere.
Génesis 6.5 LBLA
Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal.
Mateo 15.11 LBLA
11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.
Mateo 15.17–20 LBLA
17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
Mateo 15.11–20 LBLA
11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron cuando oyeron tus palabras? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento? 17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
Mateo 15.18–20 LBLA
18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.
jer
Jeremías 17.9 LBLA
9 Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?
Salmo 51.4–5 LBLA
4 Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos, de manera que eres justo cuando hablas, y sin reproche cuando juzgas. 5 He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.
El pecado primeramente no es algo que hacemos, sino algo con lo que nacemos, y por tal razón somos.
Salmo 51.5 LBLA
He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.
Salmo 58.3 LBLA
Desde la matriz están desviados los impíos; desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentiras.
Jeremías 17.9 LBLA
Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?
Ezequiel 11.19 LBLA
Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
ez
¿Cual es el diagnostico bíblico de la condición del hombre?
1. No comprende la verdad
1 Corintios 2.14 LBLA
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
2. Está ciego
2 Corintios 4.4 LBLA
en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
3. Está en tinieblas
Efesios 5.8 LBLA
8 porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
Colosenses 1.13 LBLA
13 Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado,
4. Está en un estado de muerte
Romanos 5.12 LBLA
12 Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron;
No solo estamos hablando de la muerte física sino también espiritual. Pablo en nos habla de estar “muertos en delitos y pecados”.
4. No son solo algunos, sino que todos están en la misma condición.
Romanos 3.10–18 LBLA
10 como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; 12 todos se han desviado, a una se hicieron inutiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta, engañan de continuo con su lengua, veneno de serpientes hay bajo sus labios; 14 llena esta su boca de maldicion y amargura; 15 sus pies son veloces para derramar sangre; 16 destruccion y miseria hay en sus caminos, 17 y la senda de paz no han conocido. 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.
En resumen… el hombre es completamente incapaz de buscar a Dios. Es lo que se conoce como Depravación Total.
Romanos 3 LBLA
1 ¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión? 2 Grande, en todo sentido. En primer lugar, porque a ellos les han sido confiados los oráculos de Dios. 3 Entonces ¿qué? Si algunos fueron infieles, ¿acaso su infidelidad anulará la fidelidad de Dios? 4 ¡De ningún modo! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando seas juzgado. 5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Acaso es injusto el Dios que expresa su ira? (Hablo en términos humanos). 6 ¡De ningún modo! Pues de otra manera, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué también soy yo aún juzgado como pecador? 8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos): Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de los tales es justa. 9 ¿Entonces qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? De ninguna manera; porque ya hemos denunciado que tanto judíos como griegos están todos bajo pecado; 10 como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios; 12 todos se han desviado, a una se hicieron inutiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta, engañan de continuo con su lengua, veneno de serpientes hay bajo sus labios; 14 llena esta su boca de maldicion y amargura; 15 sus pies son veloces para derramar sangre; 16 destruccion y miseria hay en sus caminos, 17 y la senda de paz no han conocido. 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos. 19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios; 20 porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado. 21 Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; 22 es decir, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; 23 por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, 26 para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús. 27 ¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley. 29 ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los gentiles, 30 porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos. 31 ¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún modo! Al contrario, confirmamos la ley.
Miguel Nuñez: “El hombre tiene una inclinación innata y natural hacia el pecado que hace que él no quiera buscar a Dios porque la idea misma de ese Dios no le es atractiva y en algunos casos le es, incluso, repulsiva.”
En esencia lo que la doctrina afirma es que la corrupción moral y espiritual que el hombre experimentó con la caída de Adán lo inhabilitó para experimentar el deseo de buscar a Dios porque su inclinación por el pecado es más poderosa.
Depravación total hace referencia “que todas las facultades del hombre (su razón, sus emociones, su voluntad) quedaron tan afectadas por las consecuencias del pecado, que en esa condición, al hombre se le imposibilita ir en busca de Su Dios.”
El hombre no viene a Dios no solo porque no puede, ya que esta en un estado de muerte espiritual, sino que también porque no quiere, o sea que su voluntad es contraria a la voluntad de Dios.
Núnez, Miguel. Enseñanzas que transformaron el mundo: Un llamado a despertar para la iglesia en Latino América. (Spanish Edition) (Kindle Locations 582-584). B&H Publishing Group. Kindle Edition.
Núnez, Miguel. Enseñanzas que transformaron el mundo: Un llamado a despertar para la iglesia en Latino América. (Spanish Edition) (Kindle Locations 578-580). B&H Publishing Group. Kindle Edition.
Núnez, Miguel. Enseñanzas que transformaron el mundo: Un llamado a despertar para la iglesia en Latino América. (Spanish Edition) (Kindle Locations 581-582). B&H Publishing Group. Kindle Edition.

SOLA GRATIA

rom 3
Aspectos generales de la gracia de Dios:
Es inmerecida - No hemos hecho nada para que podamos ser considerados merecedores de la gracia impartida sobre nosotros.
Importante diferenciar entre la gracia común y la gracia especial de Dios.
Es soberana y libre
Esto quizás es el punto mas controversial y difícil de entender en relación a la gracia divina.
Dios no nos debe nada, El hace como quiere y no esta obligado a darnos nada.
Nuestro orgullo se ve confrontado con esta verdad.
Penetremos un poco mas en nuestro entendimiento:
Confesión Bautista 1689:
Cristo, por su obediencia y muerte, saldó totalmente la deuda de todos aquellos que son justificados; y por el sacrificio de sí mismo en la sangre de su cruz, sufriendo en el lugar de ellos el castigo que merecían, hizo una satisfacción adecuada, real y completa a la justicia de Dios en favor de ellos; sin embargo, por cuanto Cristo fue dado por el Padre para ellos, y su obediencia y satisfacción fueron aceptadas en lugar de las de ellos, y ambas gratuitamente y no por nada en ellos, su justificación es solamente de pura gracia, a fin de que tanto la precisa justicia como la rica gracia de Dios fueran glorificadas en la justificación de los pecadores.
Observemos en
Efesios 2.1 LBLA
1 Y El os dio vida a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
De entrada somos confrontados con la realidad de que la salvación es una obra de Dios. Es como golpe en la cara para despertarnos a la realidad de que es Dios quien comienza todo el proceso.
Pablo no le da vuelta al asunto, no trata de ablandar el golpe, o distraernos de la realidad, simplemente nos deja plantada delante de nosotros que nuestra condición natural es una de muerte.
Efesios 2.2–3 LBLA
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Efesios 2.2 LBLA
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
Estábamos bajo el dominio del mundo; de Satanás y de nuestras concupiscencias; o sea que nuestro albedrío no era libre.
Efesios 2.4 LBLA
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó,
Efesios 2.3 LBLA
3 entre los cuales también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
La salvación no es porque la merecemos, sino que es por simple misericordia. No era por lo mucho que nosotros valemos que El nos salva, sino por lo mucho que nos ama, aun a pesar de nuestro pecado.
Efesios 2.5 LBLA
5 aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados),
No fue que yo me pude sacar de mi pecado y por tal razón vine a El, lo cual provoca que el me de vida, sino que en medio de mi incapacidad El hizo la obra.
¡Por gracia sois salvos!, anticipando el pensamiento que trata más extensamente más adelante. Recalca que la salvación viene de una fuente fuera del hombre y no corresponde a ningún mérito ni valor que tuviese. [...] la regeneración de nuestras almas es obra de la gracia de Dios, la que se manifiesta por medio de su misericordia y amor. Uno de los temas favoritos del apóstol Pablo es la gracia y no se cansa de mencionarla (ver 1:2, 7, 8). Todo lo que Dios hace y el creyente recibe es por gracia.

Recalca que la salvación viene de una fuente fuera del hombre y no corresponde a ningún mérito ni valor que tuviese. Tanto la resurrección de Jesús como la regeneración de nuestras almas es obra de la gracia de Dios, la que se manifiesta por medio de su misericordia y amor.

Efesios 2.6 LBLA
6 y con El nos resucitó, y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús,
La misma vida de Cristo está en nosotros y somos hechos co-participes de Su naturaleza y gloria.
A pesar de nuestras limitaciones temporales y terrenales, ya espiritualmente disfrutamos del cielo. En un sentido podemos decir que el cielo ha venido a nosotros en Cristo quien mora en nosotros.
¿Cual es el propósito de hacer todo esto?
Efesios 2.7 LBLA
7 a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
(LBLA)
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor 5 nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. 7 En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia 8 que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento 9 nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en El, 10 con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En El 11 también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, 12 a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. 13 En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria.

SOLA FIDE

Efesios 2.8 LBLA
8 Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios;
¿Como puede el hombre ser reconciliado con Dios? ¿Como podemos presentarnos justos delante del Juez del universo?
Esa pregunta fue la que perseguía a Lutero, en su religiosidad el buscaba agradar a Dios a través de sus muchos ayunos, y votos, vivía frustrado y molesto, hasta que se encontró con Romanos 1:17
Aunque vivía como un monje sin reproche, sentía que era un pecador ante Dios con una conciencia extremadamente perturbada. Yo no podía creer que él fue aplacado por mi satisfacción. Yo no amaba, sí, yo odiaba al Dios justo que castiga a los pecadores, y en secreto, si no blasfemo, sin duda murmurando mucho, yo estaba enojado con Dios, y dije: "Como si en verdad no basta que miserables pecadores , eternamente perdidos por el pecado original, son aplastados por toda clase de calamidades por la ley del decálogo, sin que Dios agregue dolor al dolor por el evangelio y también por el evangelio que nos amenaza con su justicia e ira! Por tal razón tenía rabia. Sin embargo, golpeé impunemente a Pablo en aquel lugar, deseando ardientemente conocer lo que San Pablo quería.
Por fin, por la misericordia de Dios, meditando día y noche, presté atención al contexto de las palabras: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (, LBLA)
"Allí empecé a entender que la justicia de Dios es aquella por la cual el justo vive por un don de Dios, a saber, por la fe. Y este es el significado: la justicia de Dios es revelada por el evangelio, es decir, la justicia pasiva con la cual el Dios misericordioso nos justifica por la fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Yo había nacido de nuevo y había entrado en el paraíso mismo del cual sus puertas fueron abiertas completamente.”
Fue este entendimiento de que encendió la chispa de la Reforma. Después de este entendimiento vinieron muchos otros más. Para Lutero la iglesia ya no era una institución definida por sucesión apostólica (como era la iglesia católica), sino que era una comunidad compuesta por aquellos que habían recibido fe. La salvación ya no venía por los sacramentos sino por fe. La idea de que los humanos tienen todavía una chispa de bondad en ellos que les permitía buscar a Dios ya no era un fundamento teológico sino una enseñanza de tontos. La humildad dejo de ser una virtud que te hacia ganar la gracia de Dios, y se convirtió en la respuesta necesaria al favor inmerecido de dicha gracia; y la fe ya no era el consentir o aceptar las enseñanzas de la iglesia cualquiera que fuesen, sino el confiar en las promesas de Dios y en los méritos de Cristo.
Romanos 1.17 LBLA
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivira.
La expresión la justicia de Dios hace referencia al estatus que Dios le da a aquellos que tienen fe; es el acto a través del cual Dios toma a aquellos que creen y los pone en una relación perfecta consigo mismo. Esa es la razón por lo que la llamamos justicia imputada, pues es una justicia que es atribuida o dada a nosotros por Dios mismo. Es Dios declarándonos justos, aunque somos injustos. Esta justificación es solo revelada, como dice Pablo, por fe y para fe. El comentarista Douglas Moo escribe:
La idea aquí perece ser que la fe es el método a través del cual recibimos salvación sin importar cual aspecto de la salvación estemos observando. La NVI usa una traducción más dinámica pero correcta cuando dice “por fe de principio a fin”. Podemos decir que cada aspecto de la Salvación que viene de Dios nos llega a nosotros solo por fe. Eso es cierto ya sea que estemos hablando de justificación (la salvación de la penalidad del pecado), o de la santificación (la salvación del poder del pecado), o de la glorificación (que es la salvación de la presencia del pecado). Confiar en Dios resulta en una salvación completa de principio a fin.
Antes de que nos enorgullezcamos de nuestra fe, notemos que Pablo en nos dice que es un don de Dios.
Cuando aceptamos la obra de Cristo echa a favor nuestro, estamos actuando a través de la fe suplida por la gracia de Dios. Ese es el acto supremo de fe humana, el acto, aunque, es nuestro, es primordialmente un acto de Dios, y es Su regalo para nosotros que procede de su gracia. Una persona que esta espiritualmente muerta no puede tomar una decisión de fe a menos que Dios primeramente sople en ella aliento de vida espiritual. La fe entonces es simplemente inhalar el aliento de vida que la gracia de Dios suple. La realidad es que, aunque al hombre le es requerido creer para ser salvo, aun la fe misma es parte del regalo de Dios y no puede ser ejercitada por poder propio. La gracia de Dios es preeminente en cada aspecto de la salvación, aun en proveernos la fe necesaria para creer en Cristo Jesús.
Efesios 2.9 LBLA
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Se excluye entonces todo intento de tratar de alcanzar la salvación por obras humanas. Ser miembro de una iglesia, el bautizarse, tomar la comunión, dar de nuestro dinero, ser un buen vecino, guardar los Diez Mandamientos, entre muchas otras cosas más, no poseen poder alguno para traer salvación. Lo único que podemos hacer para ser salvos es poner la fe en la obra completa que Jesús hizo por nosotros.
No estamos hablando de una fe muerta, una fe de solo palabras, sino de una fe viva que produce obras.
Efesios 2.10 LBLA
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

Un entendimiento apropiado del evangelio

Al principio les hable de 3 problemas serios en la iglesia, 1- que muchos no conocen quien es Dios, 2- que muchos no conocen quien es el hombre, y por tal razón se produce un mal entendimiento del evangelio.
Ya hemos visto quien es Dios, quienes somos nosotros, y hemos visto que la salvación es por gracia por medio de la fe, lo cual es un entendimiento apropiado del evangelio.
Debido a que los hombres son completamente incapaces de alcanzar y buscar a Dios, ya que están en un estado de muerte espiritual total, tienen que ser escogidos por Dios y, tal como dice , traídos por el Padre a Jesús, quien a su vez se ofreció a sí mismo como un sacrificio perfecto, comprando de tal manera una redención eficaz, actual, completa y final en la cruz para todos ellos; los cuales a su debido tiempo y de acuerdo al plan divino son alcanzados por la gracia soberana e irresistible de Dios, la cual los transforma, los hace nuevas criaturas, los lleva a creer en Cristo Jesús, y los sella con el sello incorruptible del Espíritu Santo, quien a su vez obra activamente en ellos para preservarlos con el poder infinito y soberano del Dios Creador del universo y los hace perseverar hasta el fin, para que así ninguno de ellos se pierda y los designios eternos de Dios sean cumplidos en ellos tal y como Dios mismo había estipulado desde antes de la fundación del mundo.
Cuando aceptamos la obra de Cristo echa a favor nuestro, estamos actuando a través de la fe suplida por la gracia de Dios. Ese es el acto supremo de fe humana, el acto, aunque, es nuestro, es primordialmente un acto de Dios, y es Su regalo para nosotros que procede de su gracia. Una persona que esta espiritualmente muerta no puede tomar una decisión de fe a menos que Dios primeramente sople en ella aliento de vida espiritual. La fe entonces es simplemente inhalar el aliento de vida que la gracia de Dios suple. La realidad es que, aunque al hombre le es requerido creer para ser salvo, aun la fe misma es parte del regalo de Dios y no puede ser ejercitada por poder propio. La gracia de Dios es preeminente en cada aspecto de la salvación, aun en proveernos la fe necesaria para creer en Cristo Jesús.
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