NUESTRA VOCACIÓN Y ELECCIÓN (2 Pedro 1.10)
Notes
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El apóstol Pedro está enfatizando en la confirmación de la “vocación y elección” a través de la práctica de virtudes cristianas (las que menciona en los versos 5-7).
-Para hacer este énfasis en el cristiano, Pedro repite la recomendación: (v. 5) “Poner toda diligencia” y (v. 10) “procurar”. Es como si nos dijera “Hagan todo el esfuerzo posible”; esto incluye la noción de urgencia.
-En la primera menciona 8 virtudes cristianas, y en la segunda habla de dos acciones divinas: “vocación y elección”.
EL LLAMADO Y LA ELECCIÓN
EL LLAMADO Y LA ELECCIÓN
La palabra “vocación”, quiere decir “llamado”.
La palabra “vocación”, quiere decir “llamado”.
Se trata de la condición en la que uno entra tras la aceptación de un llamado; especialmente todo lo que se espera de una persona que acepta el llamado de Dios a la esperanza de la salvación en Jesús.
El término “elección” nos habla de la acción de Dios al seleccionar deliberadamente a alguien.
El término “elección” nos habla de la acción de Dios al seleccionar deliberadamente a alguien.
Cinco consideraciones especiales:
Cinco consideraciones especiales:
1. La vocación es un resultado de la elección. Aunque es Dios quien produce ambas cosas, es la persona quien “activa” la vocación.
1. La vocación es un resultado de la elección. Aunque es Dios quien produce ambas cosas, es la persona quien “activa” la vocación.
2. Dios es el que escoge y llama a la persona. La elección y el llamamiento son y seguirán siendo actos redentores de Dios. Dios escoge al hombre desde la eternidad, pero lo llama en el tiempo.
2. Dios es el que escoge y llama a la persona. La elección y el llamamiento son y seguirán siendo actos redentores de Dios. Dios escoge al hombre desde la eternidad, pero lo llama en el tiempo.
Kistemaker, S. J. (1994). Comentario al Nuevo Testamento: 1 y 2 Pedro y Judas (p. 297). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
3. La elección se revela por medio de la fe en el evangelio; la vocación se evidencia a través de la practica del evangelio.
3. La elección se revela por medio de la fe en el evangelio; la vocación se evidencia a través de la practica del evangelio.
3. Solamente Dios decreta la elección y el llamamiento del hombre. La tarea del hombre es la de apropiarse de esta salvación para estar absolutamente seguro del llamado con que Dios lo ha convocado y para poder vivir en el conocimiento de que es un hijo de Dios.
3. Solamente Dios decreta la elección y el llamamiento del hombre. La tarea del hombre es la de apropiarse de esta salvación para estar absolutamente seguro del llamado con que Dios lo ha convocado y para poder vivir en el conocimiento de que es un hijo de Dios.
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,
Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ése era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús;
Kistemaker, S. J. (1994). Comentario al Nuevo Testamento: 1 y 2 Pedro y Judas (p. 297). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
9 Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ése era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús;
4. La elección se revela por medio de la fe en el evangelio; la vocación se evidencia a través de la práctica del evangelio.
4. La elección se revela por medio de la fe en el evangelio; la vocación se evidencia a través de la práctica del evangelio.
5. El llamamiento no es simplemente una invitación. Es un mandato real que el hombre debe obedecer. Y la elección es evidencia de la gracia y del amor de Dios para con el hombre.
5. El llamamiento no es simplemente una invitación. Es un mandato real que el hombre debe obedecer. Y la elección es evidencia de la gracia y del amor de Dios para con el hombre.
26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.
1 corintios 1.26-
El fruto de la elección y la vocación
El fruto de la elección y la vocación
-Es importante notar que el creyente no es el autor de la vocación y elección. Tampoco puede, mediante su esfuerzo, hacer más seguras su vocación y su elección. Sin embargo, la manifestación en el creyente del creciente conocimiento de Cristo y de sus excelencias o virtudes, son evidencias de haber sido llamado y elegido.
-El fruto de todo esto es la seguridad del creyente. Naturalmente que ese desarrollo, esa madurez espiritual, es producto del Espíritu Santo. Con semejantes puntos de apoyo, es imposible tropezar como dice Pedro.
Platt, A. T. (2002). Estudios Bíblicos ELA: Cómo enfrentar a los falsos maestros (2da Pedro y Judas) (p. 25). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
El creyente debe “hacer todo el esfuerzo posible” por mantener la alta posición que ha recibido como causa de su elección y vocación.
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;5 un Señor, una fe, un bautismo,6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.