Levantando manos santas No.1
Hombres llamados por Cristo
Tal vez algunos hombres que leen este versículo pueden dudar en tener ese deseo o buscar una función de liderazgo porque piensan que hacer eso puede ser egoísta o pecaminosamente ambicioso. Algunos lectores pueden incluso preguntarse por qué Pablo anima a los hombres a buscar el liderazgo, al considerar que nuestros impulsos pecaminosos naturales nos inducen a desear el peldaño más alto de la escalera y a menudo eso nos lleva a pisar a otros para llegar allí.
La respuesta se encuentra en la situación cultural de los días de Pablo y en las descripciones bíblicas de la función de un anciano. En primer lugar, el liderazgo en la iglesia primigenia apenas podía considerarse como una posición fascinante; la persecución de los cristianos era galopante, y los líderes eran los primeros en ser señalados para ello por las autoridades judías y romanas (Hch. 12:1–3). En segundo lugar, aquellos hombres que mantenían posiciones de liderazgo recibieron el mandato del propio Jesucristo de ser siervos de todos (Mar. 9:35; Luc. 22:24–27). Se les demandaba que fuesen líderes afectuosos y se les prohibía ser tiranos autoritarios o tratar de buscar su propio beneficio en cualquier manera (1 Ped. 5:1–3). Pablo estaba animando a todo hombre a desear ese tipo de liderazgo, porque el bienestar de la iglesia depende absolutamente de él.
Varón cristiano, ¿has pensado y orado cuidadosamente y de todo corazón por la posibilidad de servir al Señor y a Su Iglesia de esta manera? ¿Estás desarrollando tus capacidades de liderazgo en tu vida personal y en tu hogar con la esperanza de que Dios pueda usarlas para Su gloria en un cuerpo local de creyentes? Deberías estar preparado y dispuesto para ser el hombre que Dios está buscando para cumplir esta función tan crucial, porque sin tales hombres la iglesia sólo puede tambalearse y decepcionar a su Señor.
Si las iglesias quieren contener la corriente de esta inversión de las funciones bíblicas, no será suficiente simplemente con enfatizar las restricciones puestas sobre las mujeres en el ministerio; también tendrán que enfatizar la necesidad de hombres que desarrollen sus habilidades de enseñanza.