La Gloria de Cristo en la Creación y en la Redención
Antes que cualquier otra verdad que usted pueda disfrutar de Jesús, Juan quiere que usted conozca y atesore a Jesús en su majestad infinita.
1. La Gloria de Cristo en la Creación
Esta es la gran diferencia entre la perspectiva mundial atea y la perspectiva cristiana: para los ateos, todo comienza con una energía y materia inanimadas. Solo están existen. Como no hubo nada antes para convertirla en lo que es, pudo haber sido cualquier cosa. Pudo haber sido vida. Pero los ateos eligen creer que en el principio había materia y energía. No lo saben, lo suponen. Dicen que la materia impersonal y la energía impersonal son originales. Son absolutas. Son supremas.
Entonces, durante millones de años, sin un Creador, sin inteligencia, ni diseño, sin propósito, sin plan, surgen (del vacío intelectual, muerto, una materia y energía aleatorias), no solo las irreducibles complejidades de las estructuras biológicas interdependientes, también esta gloriosa realidad llamada personalidad viviente. Esa es su cuenta de la vida.
2. La gloria de Cristo en la redención
“Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”
Pero por ahora, enfóquese en esto: “En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Solo en Jesús hay vida eterna. Porque solo mediante él nuestra muerte puede ser reemplazada con vida, y nuestra ceguera puede ser reemplazada con luz. Venga a él. Crea en él. Recíbale. Y él será su vida, su gozo eterno.