vidas cambiadas

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toda persona que a tenido un verdadero encuentro con Jesús, su vida ha cambiado totalmente.

las multitudes se maravillaban, los religiosos se enojaban y los ángeles se gozaban viendo lo que El hacia en la tierra.
nadie daba nada por estos marginados, pero a Jesús le plació glorificarse en ellos.

I. mujer encorvada

a. el día exacto a la ora precisa

10Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo;* 11y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.

18 anios tenia con la mejer con esta enfermedad deficiencia. hay muchas deficiencias similares en las personas hoy dia.
esta enfermedad no la paraba para ir a la sinagoga . a lo mejor ella estaba alli para rogar a Dios por misericordia.
y eso es lo que muchos de nosotros también hacemos
b. la mujer se endereza cuando Jesús le pone su mano sanadora

12Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios.

solo cuando Jesus pone su mano sobre nosotro. hasta ese entonses podemos endererzarnos y mirar asia arriba.
cuan

II. Bartimeo el mendigo y ciego

a. Junto al Camino

46Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.

Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 15: Marcos 7. Jesús sana al ciego Bartimeo, 10:46–52

Penúltima parada de Jesús y sus discípulos antes de entrar en Jerusalén. En esta ocasión llegan a Jericó, ciudad milenaria, primera en ser conquistada por los israelitas, bajo el liderazgo de Josué (cf. Jos. 6)

muchos como este mendigo están junto al camino. ciegos y mendigando en su vida espiritual.
b. en el Camino

47Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

III. Un hombre a la puerta del Templo

a. paralizado junto a la puerta

1Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.

Pedro y Juan (1) son nombrados así sólo una vez en los evangelios, cuando fueron enviados por Jesús para preparar la Pascua para el Maestro y los discípulos (Lc. 22:8). Durante la noche que siguió, ellos eran aparentemente los únicos apóstoles que estaban en la casa del sumo sacerdote cuando Jesús fue juzgado por el Sanedrín (Jn. 18:15). Pasaron una noche juntos en una prisión (4:3, 13). Constituían la pareja enviada por los apóstoles en Jerusalén a Samaría (8:14). Es evidente que ellos trabajaban en estrecha colaboración en los primeros tiempos de la iglesia.

subian a las 3 pm a la oracion

Se nos detallan también el tiempo y el lugar del milagro. Fue en el templo, adonde Pedro y Juan habían subido juntos. Allí había bancos de peces entre los que había que echar la red del Evangelio. Bueno es subir al templo para asistir a los servicios religiosos; y todavía mejor cuando subimos juntos, pues la mejor compañía es la que se forma para adorar y alabar a Dios.

La puerta hermosa

Josefo dice que tenía 25 metros de altura y 23 de ancho, hecha de bronce sumamente ornamentada con plata y oro.

El paciente en quien se operó el milagro (v. 2) era un cojo de nacimiento, caso triste, que se veía forzado a pedir limosna, ya que no podía ganarse el sustento por medio del trabajo. Lo ponían cada día a la puerta del templo. Los que están en necesidad y no pueden trabajar, no han de avergonzarse de mendigar. Una muestra de nuestra sincera devoción a Dios cuando vamos a su casa es la disposición a ser generosos con quienes pasan necesidad. ¡Lástima que, muchas veces, haya tunantes que se hacen pasar por necesitados cuando no lo están! Pero es mejor dar de comer a diez zánganos que dejar morirse de hambre a una sola abeja.

b. caminando en

. 3Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7

7Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido.

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