Una Oración Perfecta (Parte 3)
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Introducción
Introducción
6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todo lo que me has dado viene de ti; 8 porque yo les he dado las palabras que me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de ti, y creyeron que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque son tuyos; 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y he sido glorificado en ellos.
La salvación es un regalo. Esa es una verdad central del evangelio. Pero cuando pensamos en esto concepto de un regalo en relación a la salvación, por lo general pensamos solo en el regalo de Dios en darnos a Jesús. Por lo general nos plantamos en versos como .
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Mientras que por un lado es cierto que la salvación es un regalo de Dios a nosotros, a su vez envuelve otro regalo, un de parte del Padre al Hijo.
La semana pasada yo les mencioné esto de manera breve; que los creyentes son un regalo del Padre al Hijo. Esto lo compartí por las redes sociales, e inmediatamente hubo un par de personas que presentaron sus quejas.
Lo que ocurre es que por lo general nosotros nos enfocamos en solo un lado de la salvación. Existe el lado humano, en el cual somos recipientes del amor de Dios y por la fe puesta en Jesús somos salvos; pero pocas personas se enfocan en el otro lado de la salvación, que podríamos decir se enfoca mas en lo divino que en lo humano.
Este lado trata con la soberanía de Dios, trata con el plan eterno, trata con el decreto divino, con la elección y predestinación, trata con la voluntad soberana y libre de Dios. El problema con muchas personas es que no