Escuela Dominical Diciembre 3 - 2018

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Nuestro modelo por tomar decisiones bíblicas es:
Así es, cuando sobre-enfatizamos el relajamiento, el rigor o la autoridad humana, ignoramos los hechos, metas y medios de las Escrituras. Y como resultado, no conocemos nuestro deber como deberíamos, así que no podemos ajustarnos al carácter de Dios. Y es por ello que siempre debemos tratar de descubrir y someternos al significado original de las Escrituras.
¿Cómo nos ayudan los hechos que encontramos en el mundo actual a saber nuestras obligaciones hacia Dios? Y ¿cómo es influenciado nuestro deber por los hechos de nuestras propias situaciones?
Nuestro modelo por tomar decisiones bíblicas es:
El juicio ético implica la aplicación de la Palabra de Dios a una situación por una persona.
Como lo indica este modelo, es sabio de nuestra parte ver las decisiones éticas desde tres perspectivas:
la perspectiva normativa de la Palabra de Dios,
la perspectiva circunstancial y
la perspectiva existencial.
Hace ocho días comenzamos a considerar la perspectiva circunstancial, vimos que para aplicar la palabra de Dios correctamente, necesitamos saber más del contenido y naturaleza de la palabra de Dios. También debemos saber algo sobre nuestra situación moderna, la situación a la que nosotros estamos aplicando la Palabra de Dios.
Al irnos enfocando en la perspectiva circunstancial en esta lección, debemos siempre recordar que para aplicar la palabra de Dios correctamente, necesitamos saber más del contenido y naturaleza de la palabra de Dios. También debemos saber algo sobre nuestra situación moderna, la situación a la que nosotros estamos aplicando la Palabra de Dios.
Terminamos considerando tres cosas que debemos evitar en la perspectiva circunstancial: el relajamiento, el rigor y la autoridad humana
Estas tres salidas al tomar decisiones éticas son fáciles, pero poco confiables a la hora de tomar decisiones difíciles. Al tomar cualquiera de estos atajos, estaremos ignorando los hechos, metas y medios de las Escrituras. Y como resultado, no conoceremos nuestro deber como deberíamos, así que no podemos ajustarnos al carácter de Dios. Y es por ello que siempre debemos tratar de descubrir y someternos al significado original de las Escrituras.
Así es, cuando sobre-enfatizamos el relajamiento, el rigor o la autoridad humana, ignoramos los hechos, metas y medios de las Escrituras. Y como resultado, no conocemos nuestro deber como deberíamos, así que no podemos ajustarnos al carácter de Dios. Y es por ello que siempre debemos tratar de descubrir y someternos al significado original de las Escrituras.
Sigamos considerando entonces: ¿Cómo nos ayudan los hechos que encontramos en el mundo actual a saber nuestras obligaciones hacia Dios? Y ¿cómo es influenciado nuestro deber por los hechos de nuestras propias situaciones?
Tenemos que reconocer que nuestro conocimiento de las normas de Dios no es exhaustivo. Más bien, la palabra de Dios nos proporciona información limitada sobre el carácter de Dios. Esta revelación es suficiente para todos nuestros esfuerzos por entender la ética,
no porque nos dice precisamente qué hacer en cada caso,
sino porque nos da la información necesaria sobre el carácter de Dios para deducir qué hacer en cada caso. Y una parte muy importante para deducir qué hacer, es entender las circunstancias a las que nosotros estamos aplicando la palabra de Dios.
Nuestro estudio sobre la aplicación de la revelación nos lleva una vez más a tres consideraciones circunstanciales:
Primero, consideraremos la necesidad de entender los hechos de nuestras circunstancias modernas.
Segundo, nos enfocaremos en las metas modernas.
Y tercero, consideraremos los medios modernos por los cuales Dios nos permite seguir estas metas modernas.
Y a lo largo de cada una de estas secciones, mostraremos nuestros puntos de vista recurriendo a las leyes bíblicas con respecto a la comida. Empecemos con los hechos de nuestras circunstancias modernas.

1. Los Hechos

Los cambios en los hechos requieren cambios en la aplicación de la Palabra de Dios.
Veamos como la Escritura hace uso de este principio. Veamos tres períodos históricos diferentes:
Los días del Éxodo bajo Moisés,
los días cuando la nación de Israel habitó la Tierra Prometida
y los días de la iglesia del Nuevo Testamento después de la ascensión de Cristo al cielo.
En estos tres periodos hay continuidad y discontinuidad.
A. Continuidad:
en relación al carácter de Dios, que siempre es inmutable - no puede cambiar. Y por lo tanto, en cada uno de estos periodos de la historia, el hecho de la existencia de Dios y los atributos particulares del carácter de Dios, permanecen iguales.
La humanidad estaba caída y en pecado, en una necesidad desesperada de la guía moral de Dios.
La comida debía ser ingerida para la Gloria de Dios. Y esta situación real sigue estando latente en nuestros días también.
B. Discontinuidad
Algunas acciones que en algunos periodos se consideraban pecado, en otros periodos no lo son. Veamos como algunos hechos relacionados a la comida cambiaron:
Veamos cómo los hechos relacionados a la comida cambiaron a lo largo de la historia. En los días del Éxodo, el pueblo de Israel se gobernaba por leyes relativamente estrictas, sólo se les permitía comer animales puros de ciertas maneras. Solo como un ejemplo, según Levíticos 17:3 - 4, durante su viaje a la tierra prometida, era pecado para los israelitas matar y comer ciertos animales limpios a menos que primero fueran presentados como una ofrenda al Señor en el tabernáculo.
En los días del Éxodo, el pueblo de Israel se gobernaba por leyes relativamente estrictas, sólo se les permitía comer animales puros de ciertas maneras. Solo como un ejemplo, según Levíticos 17:3 - 4, durante su viaje a la tierra prometida, era pecado para los israelitas matar y comer ciertos animales limpios a menos que primero fueran presentados como una ofrenda al Señor en el tabernáculo.
Pero ya que los israelitas quedaron bien establecidos y se extendieron a lo largo de la Tierra Prometida, las Escrituras dejan claro que se gobernaban por leyes relativamente relajadas. De hecho, el mismo Moisés se anticipó a esta posterior situación. Según , cuando los israelitas se establecieran en la tierra, se les permitiría matar y comer cualquier animal limpio en sus propios pueblos, sin tener que presentarlo en sacrificio ante el Señor.
En la tierra prometida tenemos leyes dietéticas mas relajadas. De hecho, el mismo Moisés se anticipó a esta posterior situación. Según , cuando los israelitas se establecieran en la tierra, se les permitiría matar y comer cualquier animal limpio en sus propios pueblos, sin tener que presentarlo en sacrificio ante el Señor.
Y después de la muerte expiatoria de Jesús y su ascensión al cielo, la iglesia se gobernó por leyes permisivas con respecto a la comida. Conforme aprendemos a través de la visión de Pedro en al 16, Dios declaró que todos los animales eran limpios, para no poner una piedra de tropiezo en el camino de los gentiles hacia la iglesia.
Y después de la muerte expiatoria de Jesús y su ascensión al cielo, la iglesia se gobernó por leyes permisivas con respecto a la comida. Conforme aprendemos a través de la visión de Pedro en al 16, Dios declaró que todos los animales eran limpios, para no poner una piedra de tropiezo en el camino de los gentiles hacia la iglesia.
Esta continuidad y discontinuidad, influyo en los juicios éticos:
Un juicio que permaneció igual fue el juicio de que Dios es bueno,
otro fue el juicio de que la humanidad es pecadora y la comida aun debe comerse para la gloria de Dios. Éstos y muchos otros juicios éticos permanecieron relativamente sin cambios a lo largo de estos periodos porque los hechos en los que se basaron permanecieron sin cambios.
Pero en la medida en que los hechos eran diferentes en cada periodo, los juicios éticos también eran diferentes. Durante el Éxodo, con respecto a ciertos animales, el juicio debía comer sólo animales limpios que se hubieran ofrecido a Dios. En la Tierra Prometida, el juicio debía ser comer sólo animales limpios. Y en el periodo de la iglesia del Nuevo Testamento, debía ser comer cualquier animal. En cada periodo, el carácter de Dios permaneció sin cambios. Pero las obligaciones que marcó su carácter dependiendo de la conducta variaron a la luz de las circunstancias conforme fueron cambiando.
Pero en la medida en que los hechos eran diferentes en cada periodo, los juicios éticos también eran diferentes. Durante el Éxodo, con respecto a ciertos animales, el juicio debía comer sólo animales limpios que se hubieran ofrecido a Dios. En la Tierra Prometida, el juicio debía ser comer sólo animales limpios. Y en el periodo de la iglesia del Nuevo Testamento, debía ser comer cualquier animal. En cada periodo, el carácter de Dios permaneció sin cambios. Pero las obligaciones que marcó su carácter dependiendo de la conducta variaron a la luz de las circunstancias conforme fueron cambiando.
¿Cómo debemos juzgar el pecado de la comida a la luz de los verdaderos cambios que han ocurrido? Bien, hay muchas diferencias entre nuestros hechos y aquéllos de Israel en los días del Éxodo y la vida de Israel en la Tierra Prometida.
Durante el Éxodo, se aplicaban leyes estrictas, llevando al juicio de comer sólo animales limpios que se habían ofrecido a Dios. Y en la Tierra Prometida, las leyes relajadas se aplicaban, llevando al juicio de comer sólo animales limpios.
Nosotros podemos y debemos aprender de estas leyes como cristianos en la actualidad, pero no están vigentes de la misma manera en nuestros días y por consiguiente sus aplicaciones han cambiado.
En este asunto, nuestras circunstancias están a la par con la iglesia primitiva. Así que, el pecado de la comida aun debe manejarse según las leyes Permisivas. al 16, al igual que otros pasajes como y , nos enseñan que el juicio de comer cualquier animal continúa estando vigente para la iglesia. Para demostrar ese punto, veamos sólo un pasaje que deja clara esta enseñanza. Escuche las palabras de Pablo en 1 de Timoteo capítulo 4 versículos 2 al 5:
Hipócritas y mentirosos… prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participaran de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad, porque todo lo que Dios creó es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias, ya que por la palabra de Dios y por la oración es santificado. ( [RV95])
En un grado u otro, cada juicio ético nos pide que identifiquemos las similitudes y diferencias entre los hechos actuales y los hechos bíblicos, para también rendir juicios éticos acordes.
Sin embargo, en el asunto de la comida, las similitudes circunstanciales entre la iglesia del Nuevo Testamento y el mundo actual indican que generalmente debemos seguir el ejemplo dado por la iglesia del Nuevo Testamento.
Ahora que hemos visto cuán importante es considerar las similitudes y diferencias entre los hechos en la Biblia y los hechos en nuestras propias vidas, debemos pasar a la pregunta de las metas en la vida de los cristianos actuales.

2. Metas

Consideremos una vez más las leyes de la comida en tiempos del Éxodo, la vida de Israel en la Tierra Prometida y la iglesia del Nuevo Testamento.
Continuidad:
En los días de Moisés, el propósito de las leyes de la comida era honrar la santidad de Dios y asegurar la santificación de su pueblo a su servicio. La meta era la santidad humana que reflejaba la santidad de Dios. Por ejemplo, en Levítico capítulo 11 versículos 44 y 45, el Señor le dijo a su pueblo: No contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra… Sean, pues, santos, porque yo soy santo. ( y 45) Y estas metas bastante generales continuaron vigentes a lo largo de los periodos del Éxodo, la vida de Israel en la Tierra Prometida y la iglesia, aunque las leyes de la comida cambiaron en estos últimos periodos. Por ejemplo, en Isaías capítulo 62 versículo 12, el profeta exhortó al pueblo de la Tierra Prometida a esforzarse por la santidad, para que les llamaran Pueblo Santo, Redimidos de Jehová. () Y en 1 de Pedro capítulo 1 versículos 15 y 16, el apóstol escribió estas palabras a la iglesia: Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. ( y 16) De hecho, cuando Pedro les dijo a los cristianos que fueran santos, citó la ley de alimentación que acabamos de leer en y 45.
No contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra… Sean, pues, santos, porque yo soy santo. ( y 45)
Y estas metas bastante generales continuaron vigentes a lo largo de los periodos del Éxodo, la vida de Israel en la Tierra Prometida y la iglesia, aunque las leyes de la comida cambiaron en estos últimos periodos.
Discontinuidad
Por ejemplo, en Isaías capítulo 62 versículo 12, el profeta exhortó al pueblo de la Tierra Prometida a esforzarse por la santidad, para que les llamaran:
Pueblo Santo, Redimidos de Jehová. ()
Cada periodo tenía también metas particulares para la santidad que se diferenciaban de las metas en otros periodos.
Y en 1 de Pedro capítulo 1 versículos 15 y 16, el apóstol escribió estas palabras a la iglesia:
Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. ( y 16)
Durante el Éxodo, una meta era separar a los Judíos de los Gentiles. Y esta meta se mantuvo mientras Israel vivió en la Tierra Prometida.
De hecho, cuando Pedro les dijo a los cristianos que fueran santos, citó la ley de alimentación que acabamos de leer en y 45.
Pero a pesar de estas similitudes, cada periodo tenía también metas particulares para la santidad que se diferenciaban de las metas en otros periodos. Durante el Éxodo, una meta era separar a los Judíos de los Gentiles. Y esta meta se mantuvo mientras Israel vivió en la Tierra Prometida.
Pero en la iglesia del Nuevo Testamento, las circunstancias cambiaron cuando Dios convirtió a muchos gentiles. En ese momento, la meta ya no era separar a los judíos de los de gentiles, sino unir a los Judíos con los Gentiles en la iglesia.
Pero en la iglesia del Nuevo Testamento, las circunstancias cambiaron cuando Dios convirtió a muchos gentiles. En ese momento, la meta ya no era separar a los judíos de los de gentiles, sino unir a los Judíos con los Gentiles en la iglesia.
Cada periodo también tenía juicios éticos que eran diferentes de los juicios en otros periodos.
En los días del Éxodo, la meta de separar a los judíos de los gentiles los llevó al juicio de rechazar las invitaciones a comer comida de los Gentiles. Y este juicio se habría repetido durante el tiempo de Israel en la Tierra Prometida.
Al mismo tiempo, cada periodo también tenía juicios éticos que eran diferentes de los juicios en otros periodos. En los días del Éxodo, la meta de separar a los judíos de los gentiles los llevó al juicio de rechazar las invitaciones a comer comida de los Gentiles. Y este juicio se habría repetido durante el tiempo de Israel en la Tierra Prometida. Pero el juicio correcto para la iglesia del Nuevo Testamento fue aceptar las invitaciones a comer comida de los Gentiles. Después de todo, esto era precisamente lo que Dios le había ordenado a Pedro que hiciera en . En todos los periodos, el carácter de Dios fue el mismo. Pero las metas implicadas por su carácter eran un tanto diferentes.
Pero el juicio correcto para la iglesia del Nuevo Testamento fue aceptar las invitaciones a comer comida de los Gentiles. Después de todo, esto era precisamente lo que Dios le había ordenado a Pedro que hiciera en . En todos los periodos, el carácter de Dios fue el mismo. Pero las metas implicadas por su carácter eran un tanto diferentes.
Ahora, al ver esta continuidad y discontinuidad, podemos ver que son instructivas para los cristianos modernos.
Con respecto a la continuidad, debemos seguir afirmando las metas de la gloria de Dios y nuestra santidad. Y esto nos debe seguir llevando a los juicios de que Dios es santo y que la humanidad debe esforzarse por ser santa. En estos términos, las metas y juicios del mundo actual reflejan las metas y juicios del mundo antiguo.
Pero también debemos considerar por un lado las diferencias entre las metas y los juicios actuales, y por el otro lado las metas y los juicios en las Escrituras. Durante el Éxodo, la meta era separar a los Judíos de los de Gentiles, y esto los llevó al juicio de rechazar las invitaciones a comer comida de los Gentiles. Y el mismo juicio aplicó durante el tiempo de Israel en la Tierra Prometida. Pero en los días de la iglesia del Nuevo Testamento, la meta fue unir a los Judíos con los Gentiles, llevándolos al juicio de aceptar las invitaciones a comer comida de los Gentiles.
Pero también debemos considerar por un lado las diferencias entre las metas y los juicios actuales, y por el otro lado las metas y los juicios en las Escrituras. Durante el Éxodo, la meta era separar a los Judíos de los de Gentiles, y esto los llevó al juicio de rechazar las invitaciones a comer comida de los Gentiles. Y el mismo juicio aplicó durante el tiempo de Israel en la Tierra Prometida. Pero en los días de la iglesia del Nuevo Testamento, la meta fue unir a los Judíos con los Gentiles, llevándolos al juicio de aceptar las invitaciones a comer comida de los Gentiles.
La iglesia actual aun consta de judíos y gentiles creyentes, así que las metas de nuestra situación son diferentes a las de los períodos del Éxodo y de la Tierra Prometida. Por consiguiente, no debemos hacer los mismos juicios que ellos hicieron. Pero nuestras metas son similares a aquéllas de la iglesia del Nuevo Testamento. Y como resultado, nuestro juicio debe ser el mismo que el suyo, de tal manera que nosotros también debemos aceptar las invitaciones a comer comida de los Gentiles.
De nuevo, todos los juicios éticos nos hacen considerar las metas modernas a la luz de las metas bíblicas y enfocarnos en las similitudes y diferencias entre ellas. En donde hay grandes diferencias, debemos dudar en adoptar los mismos juicios. Pero en donde hay gran similitud, debemos aceptar los juicios éticos.

3. Medios

Veamos por última vez las leyes de la comida de los periodos del Éxodo bajo Moisés, la vida de Israel en la Tierra Prometida y la iglesia del Nuevo Testamento, para ilustrar la importancia de considerar las similitudes y diferencias de los medios.
Por un lado, la similitud entre los medios en los días del Éxodo, la vida en la Tierra Prometida y la iglesia del Nuevo Testamento es bastante básica. En pocas palabras, las personas debían usar la comida para lograr la santidad en los tres periodos.
Las diferencias, sin embargo son más extensas.
Por ejemplo, durante el Éxodo, los medios para actuar en santidad conforme a la comida incluían la necesidad de sacrificar animales en el Tabernáculo antes de comerlos. Estos medios reglamentados funcionaron bien durante el tiempo que los israelitas viajaron en el desierto. Durante esos días, la nación entera vivió en los alrededores del Tabernáculo. Es más, indica que su comida principalmente consistió en maná, no en carne de animales domésticos.
Estos medios reglamentados funcionaron bien durante el tiempo que los israelitas viajaron en el desierto. Durante esos días, la nación entera vivió en los alrededores del Tabernáculo. Es más, indica que su comida principalmente consistió en maná, no en carne de animales domésticos.
Pero en la Tierra Prometida, muchos vivían lejos del tabernáculo y lejos del templo que Salomón construyó después en Jerusalén. Es más, Dios había dejado de proporcionarles el maná, y las personas estaban comiendo más animales domésticos. Así que, en , Dios adaptó sus requisitos ajustándolos a las nuevas circunstancias de la vida de su pueblo. Específicamente, Dios permitió que las personas mataran animales en sus propias ciudades. Seguía pidiendo santidad, pero dio nuevos medios para cumplir este requisito.
Pero en la Tierra Prometida, muchos vivían lejos del tabernáculo y lejos del templo que Salomón construyó después en Jerusalén. Es más, Dios había dejado de proporcionarles el maná, y las personas estaban comiendo más animales domésticos. Así que, en , Dios adaptó sus requisitos ajustándolos a las nuevas circunstancias de la vida de su pueblo.
Específicamente, Dios permitió que las personas mataran animales en sus propias ciudades. Seguía pidiendo santidad, pero dio nuevos medios para cumplir este requisito.
Como hemos visto, los requisitos cambiaron una vez más en los días de la Iglesia del Nuevo Testamento. Al expandirse el reino de Dios a las naciones, pueblos y culturas más allá de Israel, hubo gran afluencia de gentiles en la iglesia. Como resultado, la santidad ya no requería que los descendientes de judíos se mantuvieran separados de los descendientes de gentiles. Más bien, como Pedro aprendió en , la santidad ahora requería que se unieran con respecto a la comida, para que todos los cristianos pudieran convivir en armonía entre sí. De manera correcta, Dios utilizó un cambio hacia la comida sin restricciones para crear unidad entre los judíos y los gentiles en la iglesia.
Como hemos visto, los requisitos cambiaron una vez más en los días de la Iglesia del Nuevo Testamento. Al expandirse el reino de Dios a las naciones, pueblos y culturas más allá de Israel, hubo gran afluencia de gentiles en la iglesia. Como resultado, la santidad ya no requería que los descendientes de judíos se mantuvieran separados de los descendientes de gentiles. Más bien, como Pedro aprendió en , la santidad ahora requería que se unieran con respecto a la comida, para que todos los cristianos pudieran convivir en armonía entre sí.
De manera correcta, Dios utilizó un cambio hacia la comida sin restricciones para crear unidad entre los judíos y los gentiles en la iglesia.
Nosotros no vivimos cerca del tabernáculo, como vivía el pueblo de Dios durante el Éxodo, cuando el medio era sacrificar a los animales en el Tabernáculo y el juicio era que los animales debían sacrificarse en el Tabernáculo.
Tampoco vivimos en una nación completamente judía que debe permanecer separada de los gentiles, como era el caso en la Tierra Prometida, cuando el medio era matar a los animales en las ciudades y el juicio era matar animales limpios antes de comerlos. Así que, no debemos usar los medios que el pueblo de Dios empleó en estos periodos o dar juicios basados en esos medios.
Pero considere la Iglesia del Nuevo Testamento. Ellos usaron el medio de una comida sin restricciones e hicieron el juicio de comer lo que los Gentiles comen para mantener la unidad dentro de la iglesia. Y como nuestra situación es esencialmente igual a la de ellos, debemos usar los mismos medios y debemos dar el mismo juicio.
Al igual que con los hechos y metas, habrá algunos casos en los que la situación de la Iglesia del Nuevo Testamento difiera de la nuestra, por lo que no siempre podemos usar los mismos medios ni podemos dar los mismos juicios que la iglesia del Nuevo Testamento dio.

En Conclusión:

Cada norma revelada a nosotros debe aplicarse con diligencia y sabiduría, y no con una simple imitación de la conducta de las Escrituras.
Como creyentes que queremos tomar decisiones éticas, es muy importante que entendamos nuestra situación ética. Y como hemos visto, es útil pensar en nuestra situación por lo que se refiere a los hechos, metas y medios. Si atendemos a estas preocupaciones, podremos entender mejor la revelación de Dios. Y cuando lo hagamos, estaremos mejor preparados para hacer juicios que se ajusten al modelo bíblico para tomar decisiones éticas.
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