Cómo Tomar Decisiones Bíblicas Lección Seis La Perspectiva Situacional: En Busca de la Meta

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Hemos visto que el juicio ético implica la aplicación de la Palabra de Dios a una situación por una persona.
Para tomar una decisión ética debemos considerar tres aspectos esenciales:
la Palabra de Dios,
la situación,
y la persona tomando la decisión.
Estas tres consideraciones de juicios éticos corresponden a tres perspectivas, que debemos considerar en materias éticas:
La perspectiva normativa (Norma correcta);
La perspectiva situacional, (Como se aplica a nuestras circusntancias);
y la perspectiva existencial, que pone atención en las personas.
Ahora estamos considerando la perspectiva situacional, vimos la importancia de examinar las circusntancias a la ahora de aplicar los principios de la escritura. Ademas de tomar en cuenta los Hechos, debemos tener en cuenta la meta que debemos alcanzar en cada situación y los medios para llegar a la meta.
Hoy vamos a considerar la meta que debemos buscar a la hora de tomar decisiones éticas.
Los juicios éticos siempre tienen en mente una meta “la gloria de Dios”. y Dios se glorifica mayormente mediante el establecimiento y éxito de su reino en Cristo. En otras palabras, él será honrado grandemente, cuando sea reconocido por todas las criaturas, como el creador supremo, el rey sobre todo. La biblia específicamente apunta al reino de Dios como la meta que debemos buscar. Entre todas las metas que tenemos en la vida, nuestra primera preocupación debe ser la gloria de Dios, a través del éxito de su reino. Así que el reino de Dios es la meta de la ética cristiana:
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. ()
Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. ()
Consideremos primero el reino de Dios: que es y como se ha manifestado, luego veremos la vida en el reino y el programa de Dios para el reino (las metas especificas que el nos ha dado) para llevara cavo la meta que nos pide.
Primero exploraremos las circunstancias del reino de Dios, contestando preguntas tales como: ¿Qué es el reino? y ¿Cómo se manifiesta en la historia?
Segundo consideraremos la vida en el reino, con el enfoque en nuestras experiencias en el reino de Dios, y evaluándolas en términos de las metas generales que Dios nos ha dado.
Y tercero describiremos el programa para el reino, mirando algunas de las metas más específicas e inmediatas, que Dios ha ordenado, como el medio para llegar a la meta mayor del reino.

1. El Reino de Dios

I. CIRCUNSTANCIAS DEL REINO
El reino de Dios, implica que El es rey, que tiene un pueblo sobre el cual gobierna, que este reino tiene una administración especial y un desarrollo en la historia.
Los juicios éticos siempre tienen en mente la meta apropiada. “es la gloria de Dios”. Y la gloria de Dios se manifiesta en su reinado y en su reino.
Dios se glorifica mayormente mediante el establecimiento y éxito de su reino en Cristo. En otras palabras, él será honrado grandemente, cuando sea reconocido por todas las criaturas, como el creador supremo, el rey sobre todo.
Buscar el reino de Dios no es una de las tantas metas que tenemos como seguidores de Cristo.
Jesus habló del reino de Dios, como la meta de la ética, durante el Sermón Del Monte.
En este sermón Jesús estimuló a la gente a vivir éticamente. Y significativamente, él describió las bendiciones, y la ética en términos del reino de Dios. Considere algunos de los ejemplos obvios de esto:
· En Mateo capítulo 5 versículo 3 la bendición es el reino de los cielos y la misma bendición es repetida, en el versículo 10. es igual al “reino de Dios”.
· En el versículo 5, la bendición es la tierra por heredad. Esta también fue una bendición del reino, pues se refiere a la nueva tierra que Dios va a crear, cuando su reino llegue en toda su plenitud.
· Serán llamados hijos de Dios. se refiere al reinado y al reino de Dios. En los tiempos de la Biblia, los reyes humanos eran comúnmente llamados “Padres”, por sus súbditos. Jesús enseñó que Dios será el Padre Real, el Rey Amante de sus hijos benditos.
Él presentó el reino de Dios como el enfoque esencial de la ética cristiana.
Además de las Bienaventuranzas, el Padrenuestro, que está en Mateo capítulo 6 versículos 9 al 13, también se enfoca en el reino de Dios como la meta de la ética.
Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. ()
Cada una de estas cuatro declaraciones tiene el enfoque en el reino de Dios.
Jesús enseñó que no debemos tener ansiedad sobre las cosas terrenales. En cambio, debemos enfocar nuestra atención en el reino De Dios:
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. ()
Buscar el reino de Dios no es una de las tantas metas que tenemos como seguidores de Cristo. Entre todas las metas que tenemos en la vida, nuestra primera preocupación debe ser la gloria de Dios, a través del éxito de su reino. Así que el reino de Dios es la meta de la ética cristiana.
Componentes del Reino
En los días biblicos, se esperaba de los reyes que cumplieran sus responsabilidades hacia los ciudadanos de sus países. Era su responsabilidad proteger y proveer para ellos, y lidiar con ellos en forma amable. Los reyes también tenían la autoridad legal, para cobrar impuestos, de formar ejércitos, y de regular muchos aspectos de la vida. Los reyes de buena voluntad, reinaban con buena sabiduría, en beneficio de su pueblo; con esfuerzo los protegían de las fuerzas extranjeras, de los problemas domésticos, y de la naturaleza.
A. Un Rey
En la Biblia, Dios se presenta frecuentemente como soberano, o emperador supremo sobre toda la creación. Y todos los reyes de la tierra son sus vasallos, o reyes sirvientes, viviendo en la tierra, pero dando tributo a su superior en los cielos.
Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos. ()
Pues de Dios son los imperios de la tierra. ¡Él es grandemente enaltecido! (Salmo 47:10)
Las Escrituras también enseñan que él era rey en una forma especial sobre Israel en el Antiguo Testamento y en la Iglesia en el Nuevo Testamento.
Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre. ()
David como Salomón se sentaron en el trono del Señor en Jerusalén. El trono aún pertenecía a Dios, por lo tanto los reyes humanos de Israel se sentaron en el solamente como sus vasallos. Jesús confirmó que éste era aún el caso en sus días:
No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. ()
Dios gobernó sobre Israel desde su trono en el cielo, y Jerusalén era aún la capital terrenal de su reino. Dios es el rey sobre toda la creación, y rey en forma especial sobre Israel y la Iglesia.
B. El Pueblo
Cuando la Biblia habla del pueblo del reino de Dios, normalmente se refiere a la gente que Dios ha llamado para sí mismo, en contraste con la gente del mundo, que sigue los caminos del mal.
El Antiguo Testamento comúnmente habla de esta forma de Abraham y sus descendientes. Y el Nuevo Testamento generalmente usa este lenguaje para hablar acerca de la Iglesia, ya que los cristianos de todas las razas, han sido adoptados, en la familia de Abraham en Cristo.
En principio el pueblo eran todos los seres humanos que Dios creó: Le has hecho al hombre poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies. ()
Le has hecho al hombre poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies. ()
Pero en los días de Abraham, Dios limitó su enfoque a un nivel nacional, concentrándose en los descendientes de Abraham, como su reino especial: Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. ()
Pero en los días de Abraham, Dios limitó su enfoque a un nivel nacional, concentrándose en los descendientes de Abraham, como su reino especial:
Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. ()
Este enfoque nacional culminó en Jesús, Él último rey sobre el pueblo de Dios en la tierra. Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. () El reino de Dios ahora incluye gente de toda raza, y sigue expandiéndose a todos los rincones de la tierra. Con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. ()
Este enfoque nacional culminó en Jesús, Él último rey sobre el pueblo de Dios en la tierra.
Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. ()
El reino de Dios ahora incluye gente de toda raza, y sigue expandiéndose a todos los rincones de la tierra.
Con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. ()
C. La administración del Reino
Dios administró su reino mediante pactos. Sus pactos expresaban la buena voluntad de Dios hacia su pueblo. Enumeraron las obligaciones de la gente hacia Dios; y declararon las consecuencias de obediencia y desobediencia a estas obligaciones, específicamente bendiciones por la obediencia, y castigos por la desobediencia. Es común hablar de seis pactos importantes entre Dios y su pueblo:
El pacto de Dios con Adán en Oseas capítulo 6 versículo 7;
El pacto con Noé en Génesis capítulo 6 y capítulo 9;
el pacto con Abraham en Génesis capítulo 15 y 17;
el pacto a través de Moisés primeramente en Éxodo capítulo 19 al capítulo 24;
el pacto con David en 2 de Samuel capítulo 7, y , y 132;
y el pacto final en Cristo en lugares como Lucas capítulo 22 versículo 20, y Hebreos capítulo 12 versículos 23 al 29.
Estos pactos administraron y gobernaron sucesivamente el reino de Dios, mientras crecía a través de la historia. Desde el comienzo la relación de Dios con la humanidad, ha sido gobernada por pactos. La naturaleza pactual de Dios con su pueblo continuó a través del Antiguo Testamento en la historia de Israel. E incluso la fe cristiana del Nuevo Testamento, se explica en términos del nuevo pacto en Cristo.
Entender que Dios siempre ha administrado su reino a través del pacto, es muy importante para la ética cristiana.
Expresando esto en términos de nuestras lecciones, los pactos bíblicos indican el hecho de nuestra situación: Que Dios es nuestro Rey, y nosotros somos sus servidores.
Establecen las clases de metas del reino que Dios bendice.
Nuestra relación de pacto con Dios nos ayuda a entender cómo cada aspecto de nuestras vidas debe colaborar para traer gloria a nuestro gran Rey.
D. El Desarrollo histórico del Reino
Paz Inicial en el Jardín: Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. () Dios el gran Rey, mostró increíble buena voluntad, en el hecho de haberlos creado, dándoles un jardín ideal, y dándoles autoridad sobre toda la creación. Con respecto a las obligaciones humanas, el Señor exigió de ellos obediencia y servicio; lo que hicieron sin falta alguna. Y con respecto a consecuencias, la obediencia de la humanidad trajo grandes bendiciones de Dios. Esta fue la forma en que Dios creó el mundo para la humanidad, y es todavía la forma en que el mundo debería ser.
Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. ()
Durante la época de paz en el Jardín del Edén, la vida humana era de disfrute y gozo abundante, de gratitud y canción. En este período inicial, el resto del mundo no estaba desarrollado. Pero en el Jardín, donde la humanidad vivía, existía gran paz.
Dios el gran Rey, mostró increíble buena voluntad, en el hecho de haberlos creado, dándoles un jardín ideal, y dándoles autoridad sobre toda la creación. Con respecto a las obligaciones humanas, el Señor exigió de ellos obediencia y servicio; lo que hicieron sin falta alguna. Y con respecto a consecuencias, la obediencia de la humanidad trajo grandes bendiciones de Dios. Esta fue la forma en que Dios creó el mundo para la humanidad, y es todavía la forma en que el mundo debería ser.
Rebelión: La humanidad quebrantó las obligaciones del pacto hacia el gran Rey, y se pusieron en su contra. Y como resultado recibieron las maldiciones del pacto. En respuesta a su rebelión, Dios expulsó a Adán, y Eva del Jardín, y los obligó a vivir en un mundo donde el terreno era duro para trabajar, donde dar a luz era doloroso, donde la enfermedad, el hambre, y animales salvajes y la guerra, eran una amenaza para ellos, y sus hijos. Todavía estaban atados a las obligaciones del pacto, pero ahora estaban experimentando las consecuencias negativas, de estas obligaciones. Dios permitió que la enfermedad, la naturaleza, y la guerra amenazaran la humanidad a través de las generaciones. Y a pesar de todo, la humanidad no aprendió la lección. En vez de volverse hacia Dios en arrepentimiento, y en vez de guardar nuestras obligaciones al pacto, continuamos rebelándonos y perpetuando así las maldiciones del pacto.
B. Rebelión
La humanidad quebrantó las obligaciones del pacto hacia el gran Rey, y se pusieron en su contra.Y como resultado recibieron las maldiciones del pacto. En respuesta a su rebelión, Dios expulsó a Adán, y Eva del Jardín, y los obligó a vivir en un mundo donde el terreno era duro para trabajar, donde dar a luz era doloroso, donde la enfermedad, el hambre, y animales salvajes y la guerra, eran una amenaza para ellos, y sus hijos. Todavía estaban atados a las obligaciones del pacto, pero ahora estaban experimentando las consecuencias negativas, de estas obligaciones. Dios permitió que la enfermedad, la naturaleza, y la guerra amenazaran la humanidad a través de las generaciones. Y a pesar de todo, la humanidad no aprendió la lección. En vez de volverse hacia Dios en arrepentimiento, y en vez de guardar nuestras obligaciones al pacto, continuamos rebelándonos y perpetuando así las maldiciones del pacto.
Paz Final: Dios en su misericordia, no nos abandonó a nuestra rebeldía y maldiciones. Como vemos en , Dios no dio muerte inmediatamente a Adán y Eva cuando pecaron. En cambio él les permitió vivir. Y en medio de las maldiciones, les presentó la primera oferta del evangelio. Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón. ( [RV 95]) Dios estaba obrando hacia la meta de la redención y éxito de su reino, en forma completa. El Antiguo Testamento nos dice que el evangelio estaba en operación, reconciliando personas a Dios, y estableciendo paz entre Dios y su pueblo redimido. Jesús era el redentor a quien el Antiguo Testamento apuntaba en su totalidad. Él vino a la Tierra como el Rey representante de Dios, con el propósito de establecer un reino de fidelidad en la tierra, y para extender el reino inicial de Dios a través de todo el mundo. Él continúa esta misión en nuestros días. Y cuando él vuelva nuevamente en gloria, Jesús completará la restauración del reino, trayendo a todo el mundo a una gloriosa paz final, con nuestro divino Rey.
Paz Final
Dios en su misericordia, no nos abandonó a nuestra rebeldía y maldiciones. Como vemos en , Dios no dio muerte inmediatamente a Adán y Eva cuando pecaron. En cambio él les permitió vivir. Y en medio de las maldiciones, les presentó la primera oferta del evangelio.
Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón.
( [RV 95])
Dios estaba obrando hacia la meta de la redención y éxito de su reino, en forma completa. El Antiguo Testamento nos dice que el evangelio estaba en operación, reconciliando personas a Dios, y estableciendo paz entre Dios y su pueblo redimido.
Jesús era el redentor a quien el Antiguo Testamento apuntaba en su totalidad. Él vino a la Tierra como el Rey representante de Dios, con el propósito de establecer un reino de fidelidad en la tierra, y para extender el reino inicial de Dios a través de todo el mundo. Él continúa esta misión en nuestros días. Y cuando él vuelva nuevamente en gloria, Jesús completará la restauración del reino, trayendo a todo el mundo a una gloriosa paz final, con nuestro divino Rey.
Este es el reino de Dios, ahora veamos:

2. LA VIDA EN EL REINO

La meta más importante de la ética para nosotros es procurar la gloria de Dios a través del triunfo de su reino. Veamos algunas implicaciones prácticas de esta meta, especialmente en relación con nuestras vidas como ciudadanos del reino de Dios.
¿Cuál es el fin principal del hombre?
El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de él para siempre.
A. Glorificar a Dios
Las Escrituras usan la palabra gloria o kavod en hebreo, y doxa en griego – al decir varias cosas acerca de Dios. A menudo, “gloria” es su aparición, especialmente la nube de luz, que está alrededor de él, como es el caso en Éxodo capítulo 24 versículo 17, o Ezequiel capítulo 10 versículo 4.
Cuando hablamos de la gloria de Dios, como la meta de la ética, no estamos pensando en términos del ser de Dios per-se; sino de su notoriedad o reputación, especialmente la popularidad que él recibe a través de sus poderosas obras.
Pero cuando hablamos de la gloria de Dios, como la meta de la ética, no estamos pensando en términos de su aparición; sino de su notoriedad o reputación, especialmente la popularidad que él recibe a través de sus poderosas obras.
Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. ()
Diferente a los egipcios que resintieron las obras de poder y gloria, los cristianos deben apreciar el poder de Dios, e incrementar su fama, y reputación, proclamando sus actos y dándole gracias.
Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. (-20)
Cada vez que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. ( [RV 95])
La Glorificación de Dios
Fundamentalmente los seres humanos están obligados a glorificar a Dios, porque él es nuestro Rey. Y como nuestro Rey, él tiene el derecho de demandar nuestra alabanza y adoración.
Debemos mejorar el mundo, haciendo crecer el gobierno de Dios, y sus bendiciones. Y debemos multiplicar sus ciudadanos en su reino, enseñándoles a reconocer, dar honor y alabanza, a nuestro Rey soberano. Y mientras cumplimos este propósito, Su valor, notoriedad, y reputación crecerán. Y de esta manera Su gloria igualmente aumentará.
Cuando Dios creó a la humanidad, él nos asignó un propósito. Y ese propósito fue gobernar sobre la tierra como sus reyes vasallos, llevando su gobierno y bendiciones de su reino a través de todo el mundo. Y bajo el reino de Cristo, todavía es nuestro propósito. Debemos mejorar el mundo, haciendo crecer el gobierno de Dios, y sus bendiciones. Y debemos multiplicar sus ciudadanos en su reino, enseñándoles a reconocer, dar honor y alabanza, a nuestro Rey soberano. Y mientras cumplimos este propósito, Su valor, notoriedad, y reputación crecerán. Y de esta manera Su gloria igualmente aumentará.
La obediencia a todos los mandamientos es equivalente a la reverencia para su Gloria.
Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS ()
Glorificar el nombre glorioso y magnífico de Dios, es lo mismo que cumplir cuidadosamente todas las palabras de su ley. Y esto es así porque cuando tenemos la reverencia apropiada por Dios y su gloria, estamos expresando esta reverencia en obediencia a todos sus mandamientos.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. ()
También tenemos que disfrutar de Dios para siempre.
B. Gozar de Dios
¿Cómo reconciliamos nuestros deseos de ser felices, con los deseos de Dios de un mundo que le da gloria a él, y magnifica su reino? Bueno la respuesta es, el disfrute humano apropiado, trae gloria a Dios.
Dios, no quiso simplemente que los ciudadanos sólo le sirvieran. Dios es un Rey que ama. Él es bueno y lleno de gracia, y benevolente con nosotros. Y el desea ser amado por nosotros. Su reino ideal no es el de cobardía, por temor a él, y de obediencia para evitar el castigo. En cambio, en el reino de Dios ideal, todos aman al Señor y tienen compañerismo con él, y con su pueblo.
Cuando Dios creó el mundo, el rol de la humanidad fue multiplicarse y gobernar sobre el reino de Dios. Pero Dios, no quiso simplemente que los ciudadanos sólo le sirvieran. Dios es un Rey que ama. Él es bueno y lleno de gracia, y benevolente con nosotros. Y el desea ser amado por nosotros. Su reino ideal no es el de cobardía, por temor a él, y de obediencia para evitar el castigo. En cambio, en el reino de Dios ideal, todos aman al Señor y tienen compañerismo con él, y con su pueblo.
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. ()
La gente del reino de Dios debe ser caracterizada por el gozo y la paz. En otras palabras, ellos deberían gozar las bendiciones que su Dios provee:
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. ()
El reino de Dios es causa de gran gozo. Y la respuesta humana apropiada a las bendiciones del reino de Dios es gozo, y disfrute.
Rol de la Ley
La ley es instruirnos a vivir en maneras que nos guían a bendiciones y disfrute. Por lo tanto, cuando obedecemos la ley de Dios, gozamos de él y lo glorificamos al mismo tiempo. Lo gozamos a él, porque él bendice nuestra obediencia, y porque nos agrada traer gozo al Dios que amamos. Y nuestro gozo divino trae gloria a Dios, a través del cumplimiento de su propósito, reconociendo su valor, y expresándole gratitud. De todas maneras, el rol de la ley nos muestra que disfrutar de Dios, es una parte importante de la meta que Dios tiene para la humanidad.
La ley de Dios es la norma revelada, por la cual él gobierna su reino, y estamos obligados a vivir por ellas. Y cuando vivimos de acuerdo a la ley, recibimos las bendiciones que Dios ha dispuesto para la persona obediente en su reino. Por lo tanto, podemos decir que un rol de la ley es instruirnos a vivir en maneras que nos guían a bendiciones y disfrute.
Por supuesto, si usamos la ley erróneamente, entonces le pedimos a la ley que cumpla el rol que Dios nunca intentó para ella. Y esto puede conducirnos a terribles consecuencias. Por ejemplo, si tratamos de ganar la salvación con guardar la ley, ésta nos condena a muerte.
Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. ()
La ley es una maldición cuando la utilizamos erróneamente, como cuando tratamos de ganar la salvación a través de nuestras buenas obras, en vez de los méritos de Cristo.
La ley nos revela a Dios, enseñándonos como agradarle y cómo obtener sus bendiciones.
La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma… El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. ()
Dios nos ha dado reglas para seguir con el propósito de producir gozo en nuestras vidas. Y estas reglas son su ley. Por lo tanto, cuando obedecemos la ley de Dios, gozamos de él y lo glorificamos al mismo tiempo. Lo gozamos a él, porque él bendice nuestra obediencia, y porque nos agrada traer gozo al Dios que amamos. Y nuestro gozo divino trae gloria a Dios, a través del cumplimiento de su propósito, reconociendo su valor, y expresándole gratitud. De todas maneras, el rol de la ley nos muestra que disfrutar de Dios, es una parte importante de la meta que Dios tiene para la humanidad.
Por supuesto, en nuestro mundo presente, nuestro disfrute de Dios es a menudo bloqueado, por nuestro sufrimiento. Pero debemos recordar que en el plan de Dios para nosotros, nuestro sufrimiento es un medio hacia nuestro disfrute futuro de Dios.
Nuestras experiencias de gozo traen gran gloria, a nuestro divino Rey.
Ya consideramos el reino de Dios: que es y como se ha manifestado, vimos que la vida en el reino se trata de glorificar a Dios y disfrutar de él. Terminemos con el programa de Dios para el reino (las metas especificas que el nos ha dado) para llevara cavo la meta que nos pide.

3. PROGRAMA DEL REINO

El plan de Dios para el mundo, ha sido el mismo: establecer su Reino a través de todo el mundo, poblándolo con ciudadanos leales y rectos, los cuales convierten al mundo en un paraíso para su gloria y para nuestro deleite eterno.
Pero en cada época Dios ha dado metas específicas para su pueblo, como cumplir esta gran meta sobre todo. Veremos dos metas especificas, en las etapas mas criticas de la historia:
El Mandato Cultural, que Dios dio a Adán y Eva cuando él creó el mundo. Y la Gran Comisión, que Jesús asignó a la Iglesia, inmediatamente después de su Resurrección.
A. Mandato Cultural
Cuando Dios creó el mundo, el Jardín del Edén era la única área que él transformó en la perfecta habitación para la humanidad, y el único lugar suficientemente perfecto para la gloria de su presencia, con la humanidad. Fue el trabajo de los humanos mejorar y poblar el resto del mundo, expandiendo la comunidad del pueblo de Dios, y por lo tanto el lugar de la presencia del glorioso reino de Dios a través del globo.
Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla. ()
Este Mandato Cultural implica el establecimiento de poblaciones y sociedades humanas, que honrara a Dios, incluyendo el mejoramiento del mundo que acompaña estas sociedades.
Por medio de estas sociedades nuevas, Adán debía convertir el terreno salvaje, y la tierra abandonada, en jardines bellos, productivos, y dadores de vida para la gloria de Dios.
Las ordenanzas de la Creación estaban encaminadas a lograr esta meta:
Llenar la tierra y dominarla. Lo que implica la existencia del Matrimonio y el trabajo que mas tarde fueron ordenados: Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. () Los niños deben nacer de un matrimonio, y por lo tanto, el matrimonio es un requisito para la multiplicación de los seres humanos.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. ()
El mandato de la creación con respecto al matrimonio, está directamente relacionado con el Mandato Cultural de llenar la tierra, de ser fructífero, y multiplicarse. Los niños deben nacer de un matrimonio, y por lo tanto, el matrimonio es un requisito para la multiplicación de los seres humanos.
El trabajo, se relaciona directamente con el Mandato Cultural, de dominar la tierra, esto es, establecer sociedades humanas a través del mundo.: Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase… Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para Él. ()
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase… Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para Él. ()
Construir el reino de Dios es la meta de la humanidad. Y las ordenanzas de la creación nos muestran dos maneras especificas ordenadas por Dios para lograr esta meta. Al promover el matrimonio y el trabajo, estaremos expandiendo el reino de Dios en la Tierra, y le traeremos a él honor y gloria.
Como hemos dicho en esta lección, construir el reino de Dios es la meta de la humanidad. Y las ordenanzas de la creación nos muestran dos maneras básicas en que Dios nos ha mandado a trabajar hacia esta meta. Como resultado, la Iglesia siempre debe promover el matrimonio, y el trabajo. Y cuando lo hacemos, estaremos expandiendo el reino de Dios en la Tierra, y le traeremos a él honor y gloria.
Aplicaciones del Mandato Cultural, en las diferentes etapas históricas del Reino de Dios.
El Mandato Cultural fue dado en la creación, antes que la humanidad cayera en pecado. Dios estaba en paz con su pueblo. Y ya que no había pecado en la sociedad humana, la meta del Mandato Cultural era simplemente expandir, y desarrollar el reino de Dios, especialmente multiplicando individuos en el reino de Dios, y organizando el mundo natural y reordenando el mundo natural para crear sociedades humanas. En este sentido, el Mandato Cultural fue originalmente un mandato creativo en vez de ser un mandato redentor y restaurador: los seres humanos tenían que reproducir más gente a través del matrimonio, y crear sociedades organizadas, a través del trabajo.
Pero con la caída de la humanidad en pecado, la cultura humana cayó en corrupción, y Dios maldijo a la humanidad a causa del pecado. Entre otras cosas esta corrupción y maldición fue aplicada específicamente al matrimonio, y al trabajo.
Multiplicaré en gran manera los dolores en tus embarazos… tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti. ( [RV 95])
Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella los días de tu vida… Con el sudor de tu rostro comerás el pan. ( [RV 95])
Es mucho más difícil para la humanidad, cumplir con su obligación, de someter la tierra y extender el reino de Dios geográficamente. No hay ninguna sociedad humana que inherentemente manifieste el reino de Dios en la tierra. Pero el Mandato Cultural aún nos ordena casarnos, procrear, y trabajar con el propósito de extender el reino de Dios, a todos los rincones de la tierra. Por lo tanto, ¿Cómo hemos de extender el Mandato Cultural a pesar de la corrupción del mundo?
La humanidad ha continuado en pecado a través de la historia, pues no hay ninguna sociedad humana que inherentemente manifieste el reino de Dios en la tierra. Pero el Mandato Cultural aún nos ordena casarnos, procrear, y trabajar con el propósito de extender el reino de Dios, a todos los rincones de la tierra. Por lo tanto, ¿Cómo hemos de extender el Mandato Cultural a pesar de la corrupción del mundo?
La aplicación del Mandato Cultural tiene ahora una aplicación más extensa.
La meta del Mandato Cultural es hacer volver al mundo entero para ser el reino de Dios en la tierra, adecuado para habitación de su pueblo. Antes de la caída, esto sería cumplido simplemente a través de la construcción de sociedades y culturas nuevas.
Pero ahora el trabajo es más difícil. Debemos restaurar y redimir la sociedad humana caída purgando el pecado de nuestras culturas.
Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón. ( [RVA95])
En medio de las maldiciones después de la caída, Dios presentó el “Primer Evangelio”, indicando que él no abandonaría su creación al pecado y maldición.
El matrimonio y el trabajo, tienen cualidades redentoras.
El matrimonio y la reproducción, tan dolorosos y conflictivos como eran, eventualmente producirían la venida del Salvador del mundo. Y el trabajo, aún siendo extremadamente difícil, sustentaría la raza humana, hasta producir la venida del Redentor.
El llamado de Noé, seguía siendo el mismo de Adan. Repoblar la tierra con seres humanos que obedezcan y den honor al Señor. Luego Dios prometió que Abraham tendría innumerables descendientes, y que ellos heredarían no solamente la tierra prometida, sino que eventualmente la tierra entera.
Génesis capítulos 15, 17, y 22, Dios prometió que Abraham tendría innumerables descendientes, y que ellos heredarían no solamente la tierra prometida, sino que eventualmente la tierra entera.
Pero había aquí también un aspecto redentor. Abraham iba a conquistar las culturas paganas en existencia en la Tierra Prometida, y las iba a remplazar con el reino de Dios. Y sus descendientes extenderían eventualmente esta conquista atraves del mundo entero.
Y lo que fue verdad para Noé y Abraham continuó siéndolo a través de la Biblia.
Dios confirmó estas mismas promesas Abrahámicas en los días de Moisés. Y en fueron confirmadas nuevamente a David y sus descendientes. Como leemos en Apocalipsis capítulo 11 versículo 15, Jesús eventualmente gobernará sobre toda la tierra, extendiendo el reino de Dios a todo rincón.
Aún mas, Efesios capítulo 5 versículo 25 al 27, nos enseña que cuando Cristo venga a su reino, Él se casará con la Iglesia. Y de acuerdo a Hebreos capítulo 2 versículo 13, Cristo tendrá muchos hijos pues cada creyente es su hijo.
Así que el Mandato Cultural expresa el programa de Dios para su reino. Pero desde la caída, los resultados de este programa, han involucrado un proceso largo y difícil en la redención y la restauración. Sin embargo, a través del matrimonio y del trabajo, Dios aún está utilizando a la humanidad para cumplir el Mandato Cultural. Por supuesto, su reino no será completo, hasta que Cristo vuelva en gloria. Pero cuando ese día llegue, el mundo entero será llevado al paraíso glorioso que Dios siempre tuvo en mente.
B. Gran Comisión
La Gran Comisión es el nombramiento de Cristo de los once apóstoles fieles, como los representantes autorizados y el mandato a ellos de propagar el reino a través de todo el mundo. Esta comisión es comúnmente llamada “gran” porque explica la misión que abarca no solamente a los apóstoles, sino también la Iglesia que ellos construirían.
Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. ()
La Gran Comisión contiene tres elementos esenciales:
Primero, la declaración de Jesús que él posee la autoridad de construir su reino, y de comisionar a los apóstoles para el trabajo.
Segundo, Jesús comisionó o se encargó a sus apóstoles, instruyéndoles y autorizándoles para construir su reino.
Y tercero, Jesús les aseguró que él les daría poder y protección, en este mandato.
Aunque la Gran Comisión fue dada solamente a los apóstoles, la Gran Comisión también compromete a la Iglesia continuar su trabajo. Hablo de estar con ellos hasta el fin del mundo indicando que Él se aseguraría de que este trabajo se completaría a su regreso. Estos detalles indican siempre la consideración que los apóstoles cumplirían la Gran Comisión, mediante el establecimiento de la Iglesia, para hacer el trabajo.
Implicaciones
La responsabilidad de la Iglesia es continuar el programa del reino, que los apóstoles comenzaron. Es el trabajo de la iglesia evangelizar en el mundo, traer creyentes y sus familias a la iglesia, bautizarlos, y enseñarles a obedecer todo lo que Jesús mandó. A través de todas las generaciones, debemos trabajar para traer a todo el mundo al reino de Dios.
Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. ()
Es el trabajo de la iglesia evangelizar en el mundo, traer creyentes y sus familias a la iglesia, bautizarlos, y enseñarles a obedecer todo lo que Jesús mandó. A través de todas las generaciones, debemos trabajar para traer a todo el mundo al reino de Dios.

Que relación hay entre el Mandato Cultural y la Gran Comisión.

Las similitudes entre el Mandato Cultural y la Gran Comisión
Ambas requieren de nosotros llenar la tierra con ciudadanos del reino de Dios, dando a luz hijos en matrimonios o por medio del evangelismo:
Y ambos nos requieren dominar la tierra, ya sea mediante la construcción de sociedades, o discipulando naciones. La Gran Comisión ha sido y continúa siendo una manera importante de aplicar el Mandato Cultural, y la iglesia está obligada en seguirla.
La Gran Comisión es la aplicación de Cristo del Mandato Cultural hasta que él vuelva. Desde el ministerio de Cristo en esta tierra, la Gran Comisión ha sido y continúa siendo una manera importante de aplicar el Mandato Cultural, y la iglesia está obligada en seguirla.
Diferencias entre el Mandato Cultural, y la Gran Comisión
El Mandato Cultural es para cada era y la Gran Comisión se enfoca en la situación especial de la Iglesia antes del retorno de Cristo. El Mandato Cultural fue dado en la creación, y desde ese tiempo en adelante ha sido el trabajo de la humanidad transformar el mundo en un paraíso, digno de la habitación de Dios.
En contraste, la Gran Comisión no fue dada hasta el final del ministerio de Jesús en la tierra, y fue específicamente enfocado en las responsabilidades éticas primarias del pueblo de Dios, durante el último período de la historia del reino.
El Mandato Cultural requiere que la humanidad se case y dé a luz hijos físicos con el fin de procrear más seres humanos. También requiere procrear hijos espirituales que sean el reflejo de Dios en su reino. En contraste, la Gran Comisión enfatiza sólo la necesidad de procrear hijos espirituales haciendo discípulos.
PRIORIDADES
¿En que debemos enfocarnos como pueblo de Dios?
¿Debemos concentrarnos en una dirección o la otra? ¿Debe el construir culturas humanas tener precedente sobre en ministerio del evangelio? O ¿debe el ministerio del evangelio tener prioridad?
En un sentido, el Mandato Cultural tiene prioridad sobre la Gran Comisión en que vino primero y expresa la meta primaria de la humanidad, básicamente, el triunfo completo del reino de Dios a través del mundo entero.
Pero en otro sentido, la Gran Comisión tiene prioridad en que aplica el Mandato Cultural a las circunstancias especiales de la época presente, enfocándose en las necesidades especiales que deben ser hechas en nuestra era.
Mientras esperamos que Cristo retorne en gloria una de nuestras prioridades superiores es el rescatar hombres y mujeres a través de mundo del poder del pecado a través de la proclamación del evangelio. Debemos evaluar el Mandato Cultural a luz de la Gran Comisión.
Debemos evaluar el Mandato Cultural a luz de la Gran Comisión. Debemos entender que las declaraciones de la Gran Comisión son interpretaciones y aplicaciones normativas del Mandato Cultural para nuestro tiempo. Y en este sentido, debemos dar alguna prioridad a la Gran Comisión cuando se trata de una aplicación moderna.
Debemos entender que las declaraciones de la Gran Comisión son interpretaciones y aplicaciones normativas del Mandato Cultural para nuestro tiempo. Y en este sentido, debemos dar alguna prioridad a la Gran Comisión en nuestra situación histórica:
Pero yo de nada de esto me he aprovechado… me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número… Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. ()
Pero la caída del la humanidad en pecado hizo para nosotros esta meta imposible para cumplir. Por lo tanto, Dios ha comenzado a redimir la raza humana, con el propósito de restaurar el mundo y tornarlo en un reino perfecto. Y el medio principal que el a proveído para esta redención y restauración es evangelismo y discipulado, esas cosas que el ha mandado en la Gran Comisión.
Por lo tanto, la Gran Comisión, es la aplicación normativa del Mandato Cultural para esta era presente en la cual las fases finales del reino de Dios han ya comenzado, pero no han llegado a su realización completa.
IV. CONCLUSIÓN
Si el reino de Dios es la meta última de la ética Cristiana.
Entonces, cada uno de nuestros pensamientos, palabras y obras deben servir en alguna manera a la construcción del reino de Dios. Y cuando esto ocurre, Dios aprueba y las bendice, por lo cual pueden ser correctamente llamadas buenas éticamente. Y cuando distraen de la meta del reino, Dios la condena, por lo que son llamadas malas.
Cuando queremos hacer juicios éticos, debemos tomar en cuenta la forma en que nuestras decisiones serán de impacto en el reino de Dios.
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