Un Propósito verdaderamente nuevo
Como es podemos hacer muchas cosas buenas para la Obra de Dios, olvidandonos de Dios mismo.
Introducción.
Contexto Historico.
ÉFESO. Ciudad de Lidia, en la costa occidental de Asia Menor, a mitad de camino entre Mileto al sur y Esmirna al norte. Éfeso estaba situada en la encrucijada de caminos comerciales naturales, sobre la arteria principal que iba de Roma a Oriente. Poseía el célebre templo de Artemisa (Diana), que representaba a una diosa madre cuyo torso estaba totalmente cubierto de pechos. (Véase DIVINIDADES PAGANAS.) En el siglo II a.C., los jonios, de raza griega, se apoderaron de la ciudad. Éfeso vino a ser una de las 12 ciudades de la confederación jónica, y posteriormente la capital. Hacia el 555 a.C., Creso, rey de Lidia, cuya capital era Sardis, tomó Éfeso, pero poco después cayó bajo el yugo persa. Bajo Alejandro Magno vino a formar parte del imperio greco-macedónico. El 190 a.C. los romanos, al vencer a Antíoco el Grande en Magnesia, le arrebataron Éfeso, dándola a Eumeno II, rey de Pérgamo. A la muerte de Atalo III rey de Pérgamo el 133 a.C., Éfeso volvió a manos romanas, que hicieron de ella la capital de la provincia romana de Asia. Tiberio la reconstruyó después del terremoto sufrido el 29 d.C. Numerosos judíos que poseían el título de ciudadanos romanos residían en Éfeso, manteniendo allí una sinagoga (Hch. 18:19; 19:17; Ant. 14:10, 11 y 13). Al finalizar su segundo viaje misionero, Pablo, de camino hacia Jerusalén, hizo una breve visita a Éfeso, y predicó en su sinagoga. Dejó a Aquila y a Priscila en esta ciudad, para que ellos prosiguieran con la obra (Hch. 18:18–21). En la época de su tercer viaje, Pablo estuvo trabajando en Éfeso por lo menos 2 años y 3 meses. Dejó la ciudad después del montín provocado por Demetrio, el platero fabricante de templecillos de plata, que vio disminuir sus beneficios debido a la predicación del apóstol (Hch. 19; cp. 1 Co. 15:32; 16:8; 2 Ti. 1:1–18). Pablo dejó a Timoteo en Éfeso, a fin de que impidiera que la iglesia quedara corrompida por las falsas doctrinas (1 Ti. 1:3). Más tarde, no pudiendo pasar por Éfeso al volver de Europa, Pablo llamó a los ancianos de Éfeso a Mileto (Hch. 20:15, 16, 17). Tíquico, portador de la epístola a los Efesios, fue después enviado a Éfeso (Ef. 1:1; 6:21; 2 Ti. 4:12). La iglesia de Éfeso es una de las 7 iglesias de Asia a las que se dirigieron las cartas del Apocalipsis de Juan (Ap. 1:11; 2:1–7). Según la tradición, el apóstol Juan pasó los últimos años de su vida en Éfeso.
Éfeso, ruinas del teatro. Detalle de las excavaciones en el escenario y en la parte dedicada a la orquesta que fue testigo del amotinamiento popular contra Pablo, episodio que refiere el libro de los Hechos (19:23ss.). ABM.
En la actualidad, el mar se ha retirado de la ciudad debido a depósitos aluviales del río Caístro, que desembocaba junto a ella. Sólo quedan ruinas de lo que fuera una gran ciudad.