Sermón sin título
echada a un lado la ley Cristo introduce un nuevo estatus
En este párrafo Pablo amplía la gloriosa libertad del creyente, libre de la ley pero unido a Cristo, acabadas todas las distinciones de la ley. Lo que servía por un rato, ya no sirve más. Con la llegada de la fe o Cristo, la simiente a quien le dio Dios la promesa por pura gracia, entramos de inmediato en el pleno disfrute de los hijos de Dios bajo la única condición del oír con fe (3:2, 5).
Pablo ahora describe la herencia del creyente. Tal lleva la marca del hijo de Abraham por fe. La ley no aportó nada; sólo condenó p 61 al pecador y preparó al creyente para recibir por fe la promesa. La primera característica es “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (v. 27).
La primera característica es una plena co-crucifixión o identificación con Cristo en muerte al pecado --lo negativo—y revestido inmediatamente de Cristo. En este pasaje se oye el eco de Romanos 6:3: “Fuimos todos bautizados en su muerte” y la cita de Colosenses 2:12: “Sepultados con él en el bautismo”.
Dios toma cartas desde el primer minuto de nuestra salvación uniéndonos a su Hijo en la Cruz. Éste es el mensaje de la Cruz.