Hay algunos venerables olivos, de los que se dice que son los que había allí en tiempos del Señor. Sin embargo, no pueden ser los mismos, por cuanto Tito, durante el asedio de Jerusalén en el año 70, hizo talar todos los árboles cercanos a la ciudad (Guerras, 6:1, 1). Los existentes, aunque muy antiguos, tienen que ser posteriores. No hay certeza en cuanto a la exacta localización del sitio donde el Señor pasó su agonía, a pesar de la localización tradicional.