Rectitud propia y el evangelio
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· 26 viewsEl reclamo de rectitud propia es un obstáculo al evangelio, el cual insiste que la verdadera rectitud puede ser encontrada solamente en Jesucristo.
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El verdadero problema de la rectitud
El verdadero problema de la rectitud
En verdad yo sé que es así,
pero ¿cómo puede un hombre ser justo delante de Dios?
Ver también ; ; ; Aunque Eliú juzgó mal a Job, su punto principal, que solamente Dios era justo, estaba correcto; ;
La verdadera rectitud no es el resultado del esfuerzo humano
La verdadera rectitud no es el resultado del esfuerzo humano
Aunque la ley de Dios le dice a las personas qué es lo que Dios requiere, los seres humanos no pueden cumplirla debido a la debilidad de su naturaleza humana pecadora. Ver también; ; ; ; ; ;
Rectitud propia es una contradicción en sí
Rectitud propia es una contradicción en sí
Cuando pequen contra ti (pues no hay hombre que no peque) y estés airado contra ellos, y los entregues delante del enemigo, y éstos los lleven cautivos a una tierra, lejana o cercana,
Ver también ; ; ; ; ;
Dios llama al pueblo de su pretendida rectitud propia
Dios llama al pueblo de su pretendida rectitud propia
Dejad de considerar al hombre, cuyo soplo de vida está en su nariz;
pues ¿en qué ha de ser él estimado?
Ver también ; ;
Verdadera rectitud
Verdadera rectitud
Proviene de Dios
Proviene de Dios
Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
Ver también ; ; ; ;
Está fundamentada en Jesucristo
Está fundamentada en Jesucristo
y que de todas las cosas de que no pudisteis ser justificados por la ley de Moisés, por medio de El, todo aquel que cree es justificado.
Ver también ;
Viene por la fe
Viene por la fe
Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
Ver también ;
Se recibe en humildad
Se recibe en humildad
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador.”
Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.
Ver también ; ; ; ; ; ; ; ;