DAVID MUESTRA BONDAD A MEFIBOSET
AMOR
AMOR. Las Escrituras definen el amor en la única forma que puede y debe ser definido, esto es, enumerando sus atributos: «El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser» (1 Co. 13:4–8a). El amor es comunión entre personas; es una acción de entrega personal.
Dios es amor en su esencia misma (1 Jn. 4:8, 16). La naturaleza eterna y autogenerativa de Dios actúa ella misma en una entrega mutua entre el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cuando Cristo vino a la tierra, encarnó perfecto amor. Llevó el sello mismo de la naturaleza divina; los que lo vieron, vieron al Padre. Aun los enemigos de Cristo no encontraron falta en él.
La salvación fue concebida por el amor de Dios. El Padre planeó la salvación; el Hijo la ejecutó y el Espíritu Santo la aplica. Hay tal perfecta unidad en la deidad que algunos actos de redención se le atribuyen a una de las personas específicas o bien a la Deidad esencialmente.