EL SEÑORÍO DE CRISTO (Hechos 2.32-36)
Propósito: Afirmar nuestra constancia y nuestra fe mediante el conocimiento y la obediencia a la soberanía de Dios.
Pedro citó toda la profecía encerrada en las dos frases que quería utilizar en este sermón: “Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne” y “todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo”. El resto de la profecía que se incluyó en el sermón, no necesitaba explicación porque su propósito no tenía que ver directamente con estos aspectos del mensaje de Joel, detalles que se cumplirán hasta la Segunda Venida de Jesucristo, cuando Israel como nación le reconozca y goce de todas las bendiciones prometidas.
Pedro citó toda la profecía encerrada en las dos frases que quería utilizar en este sermón: “Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne” y “todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo”. El resto de la profecía que se incluyó en el sermón, no necesitaba explicación porque su propósito no tenía que ver directamente con estos aspectos del mensaje de Joel, detalles que se cumplirán hasta la Segunda Venida de Jesucristo, cuando Israel como nación le reconozca y goce de todas las bendiciones prometidas.
EL MESÍAS
EL CRISTO
EL SEÑOR
1. La venida del Espíritu Santo
2. La resurrección de Jesús
La palabra griega usual para Señor es Kurios, se usa en una forma variada, desde la forma educada de dirigirse a un superior, a la sujeción debida al amo de una casa, la cabeza de una familia, la suprema autoridad del estado, hasta llegar a la obediencia religiosa a Dios. En el primer siglo había muchos «señores» (1 Co. 8:5), siendo usado el título para cada una de las deidades de los cultos como para los emperadores romanos. Tal como se aplica a Dios en el AT, Señor indica el ejercicio activo de su poder sobre el mundo y los hombres, como el creador y gobernador, el dador de la vida y la muerte. De esta forma, Señor es un término que expresa no la naturaleza metafísica de la deidad, sino la autoridad suprema del Altísimo.
La evidencia de mayor importancia que confirmó la autoridad de Jesucristo fue la resurrección. Después de mencionarla como prueba adicional que apoyaba su interpretación de la profecía de Joel, Pedro la utilizó como base para la segunda parte de su argumento.