TIEMPOS DE REFRIGERIO

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Hechos de los Apóstoles 3.19–20 NTV
Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes.

Introducción .

Refrigerio: Actividad que renueva la salud y espíritu al ofrecer deleite y relajación.
refrigerio n. — actividad que renueva la salud y espíritu al ofrecer deleite y relajación.
En todas las personas está la necesidad de refrigerio aunque lo confundamos con mero ocio, liberar las tensiones, desconectarse de las preocupaciones, disfrutar algo
Las personas suelen trabajar muy duro para después gastar en unas vacaciones o la fiesta del fin de semana. Pero solo son momento de relajación.
Todas las personas necesitamos de descanso y refugio..
Salmo 55.4–8 NTV
Mi corazón late en el pecho con fuerza; me asalta el terror de la muerte. El miedo y el temblor me abruman, y no puedo dejar de temblar. Si tan sólo tuviera alas como una paloma, ¡me iría volando y descansaría! Volaría muy lejos, a la tranquilidad del desierto. Interludio Qué rápido me escaparía lejos de esta furiosa tormenta de odio.
Salmo 55.4–8 NVI
Se me estremece el corazón dentro del pecho, y me invade un pánico mortal. Temblando estoy de miedo, sobrecogido estoy de terror. ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto.Selah Presuroso volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad.

1. El verdadero refrigerio y refugio vienen de la presencia de Dios.

El verdadero refrigerio y refugio vienen de la presencia de Dios.

Tres puntos:

1. Renunciar a pretender encontrar refrigerio en otras personas, situaciones ó cosas.

Efesios 1.21 NVI
muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el venidero.
Básico. Nada traerá refrigerio más que la presencia de Dios. Si te arrepientes de tus pecados y te conviertes. Pero le dice esto al pueblo que se sorprendió con un milagro.
El pecado trae. Dolor, miedo y verguenza.
Isaías 30.15 NVI
Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!
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Pedro y Juan oran por un cojo de nacimiento
Hechos de los Apóstoles 3.1–8 NVI
Un día subían Pedro y Juan al templo a las tres de la tarde, que es la hora de la oración. Junto a la puerta llamada Hermosa había un hombre lisiado de nacimiento, al que todos los días dejaban allí para que pidiera limosna a los que entraban en el templo. Cuando éste vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió limosna. Pedro, con Juan, mirándolo fijamente, le dijo: —¡Míranos! El hombre fijó en ellos la mirada, esperando recibir algo. —No tengo plata ni oro—declaró Pedro—, pero lo que tengo te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda! Y tomándolo por la mano derecha, lo levantó. Al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron fuerza. De un salto se puso en pie y comenzó a caminar. Luego entró con ellos en el templo con sus propios pies, saltando y alabando a Dios.
Este cojo pretendía encontrar su refugio en situaciones, personas o cosas. Situación: Afuera del tempo. Personas piadosas que entran y salen, en cosas. El dinero.
Les rogaba por limosna. (Como la mujer sirofenicia rogaba por su hija endemoniada, cuando rogaron por la suegra de Pedro, el centurión que sanase a su siervo, el funcionario real que rogó por su hijo enfermo.
No identificaba su refugio. Es el tipo de muchos. Tienen acceso al refugio y no entran en el. (¡tan cerca del tempo tan lejos de Dios).
Estaba cabizbajo. Falta de fe. No creía ser escuchado. Pedro fijando en él los ojos (Dios si nos ve) Le dice ¡Míranos! verbo en imperativo una orden.
Buscaba un refugio equivocado. “No tengo ni plata ni oro” ¿Creía el cojo que con plata y oro se resolvería su problema?
“Lo que tengo te doy” ¿Qué tenían? Poder, confianza, fuerza, fortaleza.
No sacian. En nuestro corazón hay un hueco en forma de Dios.
¿Cuántas veces nos hemos refugiado en personas, situaciones o cosas incorrectas? Que nos hunden más.

2. Tu refrigerio no depende de las circunstancias.

Tu refrigerio no depende de las circunstancias.
Juan 5.2–11 NTV
Dentro de la ciudad, cerca de la Puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda, que tenía cinco pórticos cubiertos. Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos— estaban tendidos en los pórticos. Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud? —Es que no puedo, señor —contestó el enfermo—, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo. Jesús le dijo: —¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda! ¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla, ¡y comenzó a caminar! Pero ese milagro sucedió el día de descanso, así que los líderes judíos protestaron. Le dijeron al hombre que había sido sanado: —¡No puedes trabajar el día de descanso! ¡La ley no te permite cargar esa camilla! Pero él respondió: —El hombre que me sanó me dijo: “Toma tu camilla y anda”.
Juan 5.2–11 NVI
Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá. En esos pórticos se hallaban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó: —¿Quieres quedar sano? —Señor—respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua, y cuando trato de hacerlo, otro se mete antes. —Levántate, recoge tu camilla y anda—le contestó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar. Pero ese día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido cargar tu camilla. —El que me sanó me dijo: “Recoge tu camilla y anda”—les respondió.
Juan 5.2–11 NVI
Había allí, junto a la puerta de las Ovejas, un estanque rodeado de cinco pórticos, cuyo nombre en arameo es Betzatá. En esos pórticos se hallaban tendidos muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos se encontraba un hombre inválido que llevaba enfermo treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí, tirado en el suelo, y se enteró de que ya tenía mucho tiempo de estar así, le preguntó: —¿Quieres quedar sano? —Señor—respondió—, no tengo a nadie que me meta en el estanque mientras se agita el agua, y cuando trato de hacerlo, otro se mete antes. —Levántate, recoge tu camilla y anda—le contestó Jesús. Al instante aquel hombre quedó sano, así que tomó su camilla y echó a andar. Pero ese día era sábado. Por eso los judíos le dijeron al que había sido sanado: —Hoy es sábado; no te está permitido cargar tu camilla. —El que me sanó me dijo: “Recoge tu camilla y anda”—les respondió.
Recuerda que son FRUTOS
Gálatas 5.22 NVI
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,

3. Tu refrigerio depende de la presencia de Dios.

Salmo 1.1–3 NVI
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
Salmo 23.2 NVI
en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce;
Salmo 62.5–8 NVI
Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector y no habré de caer. Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios! Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio!Selah
Salmo 1.1
Salmo 116.7 NVI
¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo!
Salmo 55.4–8 NVI
Se me estremece el corazón dentro del pecho, y me invade un pánico mortal. Temblando estoy de miedo, sobrecogido estoy de terror. ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto.Selah Presuroso volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad.
Salmo 119.165 NVI
Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar.
Salmo 23.2 NVI
en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce;

2. El Descanso espiritual solo puede ser encontrado en Dios.

Salmo 62.5–8 NVI
Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector y no habré de caer. Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios! Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio!Selah
Salmo 62.1–2 NVI
Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación. Sólo él es mi roca y mi salvación; él es mi protector. ¡Jamás habré de caer!
Isaías 26.3–4 NVI
Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna.
Is. 26.
Isaías 40.28–31 NVI
¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Juan 14.27–28 NVI
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. »Ya me han oído decirles: “Me voy, pero vuelvo a ustedes.” Si me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Juan 14.
Juan 14.27 NVI
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
Isaías 58.11 NVI
El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.
Jeremías 6.16 NVI
Así dice el Señor: «Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: “No lo seguiremos.”
Jeremías 17.7–8 NVI
»Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.»
Juan 14.1 NTV
»No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.

CONCLUSIÓN

Renunciar a pretender encontrar refrigerio en otras personas, situaciones ó cosas.
Nuestro refrigerio no depende las circunstancias.
u refrigerio depende de la presencia de Dios.
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