NO NEGOCIES TU OJO DERECHO
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Najás el amonita subió contra Jabés de Galaad y la sitió. Los habitantes de la ciudad le dijeron:
—Haz un pacto con nosotros, y seremos tus siervos.
—Haré un pacto con ustedes—contestó Najás el amonita—, pero con una condición: que les saque a cada uno de ustedes el ojo derecho. Así dejaré en desgracia a todo Israel.
—Danos siete días para que podamos enviar mensajeros por todo el territorio de Israel—respondieron los ancianos de Jabés—. Si no hay quien nos libre de ustedes, nos rendiremos.
Introducción
Introducción
Saúl acababa de ser ungido por Samuel como rey de Israel, su trono estaba en peligro.
No existen los tratados de paz con el diablo y sus demonios.
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 5: 1 Samuel, 2 Samuel, y 1 Crónicas 2. Su comienzo propicio, 11:1–12:25
Las poderosas y malvadas fuerzas de Nahas (Serpiente) el amonita ya estaban instaladas en el campamento frente a Jabes de Galaab. Las fuerzas de esta "serpiente" eran mucho más superiores que la de esta ciudad. El
Comentario Bíblico Mundo Hispano Tomo 5: 1 Samuel, 2 Samuel, y 1 Crónicas 2. Su comienzo propicio, 11:1–12:25
Las poderosas y malvadas fuerzas de Nahas (Serpiente) el amonita ya estaban instaladas en el campamento frente a Jabes de Galaab. Las fuerzas de esta "serpiente" eran mucho más superiores que la de esta ciudad. El
Las poderosas y malvadas fuerzas de Nahas (Serpiente) el amonita ya estaban instaladas en el campamento frente a Jabes de Galab. Las fuerzas de esta "serpiente" eran mucho más superiores que la de esta ciudad.
Aquí no funciona el principio “si no puedes con el enemigo, únetele”
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
lo que buscaba era marcar a los Israelitas e imposibilitarlos para la guerra.
lo que buscaba era marcar a los Israelitas e imposibilitarlos para la guerra.
al negociación cara.
al negociación cara.
Un ojo de la cara.
Jabes significa Monte del testimonio.
Acabar con el testimonio.
Acabar con el testimonio.
- Jabes de Galaad quiere decir "monte del testimonio", y lo que esa serpiente quería destruir para siempre era el testimonio del pueblo de Dios. La analogía es evidente. Si Satanás no puede destruir la fe del creyente, por lo menos buscará que este haga concesiones, querrá obligarnos a negociar aceptando su poder sobre nosotros. El precio es muy alto: “le costó un ojo de la cara” se suele decir cuando el precio es desproporcional.
-traer verguenza
imposibilitar la guerra.
imposibilitar la guerra.
En aquel entonces los guerreros peleaban con la espada en la mano derecha y el escudo en la izquierda. Este los protegía casi completamente contra los ataques y estaba diseñado para que lo mantuvieran contra la cara, dejando libre solamente la visión del ojo derecho
la visión espiritual
la visión espiritual
desánimo.
desánimo.
Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá, que era la ciudad de Saúl, y le comunicaron el mensaje al pueblo, todos se echaron a llorar.
En esos momentos Saúl regresaba del campo arreando sus bueyes, y preguntó: «¿Qué le pasa a la gente? ¿Por qué están llorando?» Entonces le contaron lo que habían dicho los habitantes de Jabés.
Estar llenos del Espiritu Santo
Estar llenos del Espiritu Santo
Cuando Saúl escuchó la noticia, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder. Enfurecido,
agarró dos bueyes y los descuartizó, y con los mensajeros envió los pedazos por todo el territorio de Israel, con esta advertencia: «Así se hará con los bueyes de todo el que no salga para unirse a Saúl y Samuel.» El temor del Señor se apoderó del pueblo, y todos ellos, como un solo hombre, salieron a la guerra.
LA UNIDAD
Luego les dijo a los mensajeros que habían venido: «Vayan y díganles a los habitantes de Jabés de Galaad: “Mañana, cuando más calor haga, serán librados.” » Los mensajeros fueron y les comunicaron el mensaje a los de Jabés. Éstos se llenaron de alegría
y les dijeron a los amonitas: «Mañana nos rendiremos, y podrán hacer con nosotros lo que bien les parezca.»
Al día siguiente, antes del amanecer, Saúl organizó a los soldados en tres columnas. Invadieron el campamento de los amonitas, e hicieron una masacre entre ellos hasta la hora más calurosa del día. Los que sobrevivieron fueron dispersados, así que no quedaron dos hombres juntos.
El pueblo le dijo entonces a Samuel: —¿Quiénes son los que no querían que Saúl reinara sobre nosotros? Entréguenlos, que vamos a matarlos.
Najás el amonita subió contra Jabés de Galaad y la sitió. Los habitantes de la ciudad le dijeron:
—Haz un pacto con nosotros, y seremos tus siervos.
—Haré un pacto con ustedes—contestó Najás el amonita—, pero con una condición: que les saque a cada uno de ustedes el ojo derecho. Así dejaré en desgracia a todo Israel.
—Danos siete días para que podamos enviar mensajeros por todo el territorio de Israel—respondieron los ancianos de Jabés—. Si no hay quien nos libre de ustedes, nos rendiremos.