¿ESPEJOS O VENTANAS?

El espejo se centra en nosotros. La ventana en otros. El espejo mira nuestros defectos. La ventana nos hace mirar hacia la necesidad. El espejo nos quita mucho tiempo. La ventana le da tiempo a los demás.

El espejo es egocéntrico y narcisista. La ventana puede ofrecer empatía y solidaridad. El espejo nos hace olvidar de la presencia de otros más. La ventana nos avisa si viene alguien más.

El espejo nos aísla en nuestra individualidad. La ventana nos abre en mundo diverso. El espejo puede engañarnos. La ventana nos ofrece una perspectiva más objetiva.

El espejo nos encierra en nosotros mismos. Y la ventana nos brinda un aire fresco y oxigenador.

Seamos la Iglesia que use los espejos sólo para autoevaluarnos y mejorar, pero demos una mayor importancia a las ventanas que nos permiten conectar con la necesidad.

I. LUCHA ESPIRITUAL DIABÓLICA

II. LUCHA CARNAL CONTRA NOSOTROS MISMOS

III. LUCHA MUNDANAL QUE SE QUIERE INFILTRAR EN LA IGLESIA

CONCLUSIÓN