EL SEÑORÍO DE CRISTO SOBRE LA CREACIÓN (Salmo 8)
Propósito: Reconocer la obra de regeneradora de Jesucristo para libertarnos de nuestra naturaleza rebelde.
Este salmo es un himno o cántico de alabanza al Dios creador, que ha delegado a los seres humanos la responsabilidad de cuidar lo creado. El poema contrasta la capacidad creadora de Dios y la dignidad y honra de la humanidad. E incluye una afirmación teológica extraordinaria: El Dios que tiene el poder de crear el mundo y cuya gloria sobrepasa los límites del conocimiento humano le brinda a las personas la mayordomía de la creación. De esa forma el Señor del universo dignifica al ser humano, al encomendarle tan grande responsabilidad ecológica y personal.
Este salmo es el primer himno de alabanza del Salterio e interrumpe el grupo inicial de poemas de liberación y ayuda en las crisis, para hacer una afirmación firme y contundente en torno al Dios que se dirigen las oraciones: El Dios de los Salmos es una divinidad extraordinaria cuyo poder, autoridad y dominio sobrepasan los límites conocidos e imaginables para la humanidad. Además, el salmo pone claramente de manifiesto que los seres humanos no son un apéndice sin importancia y superficial en el cosmos, sino agentes divinos para mantener el equilibrio ecológico. El poema reconoce la grandeza de Dios y afirma la dignidad de la humanidad. Comienza y termina con la misma afirmación: ¡El Señor es nuestro Dios y su presencia en el mundo es importante! Y es el único poema del Salterio que se dirige en su totalidad a Dios.