SAL Y LUZ DEL MUNDO.
Notes
Transcript
LEER
Laodicea era la ciudad más opulenta de las siete que había en Asia. Se le conocía por su banca industrial, la manufactura de lana y la escuela de medicina que producía un medicamento para los ojos. Pero la ciudad siempre tuvo un problema con el suministro de agua. En cierta oportunidad se construyó un acueducto para transportar agua a la ciudad desde manantiales de agua caliente. Pero cuando el agua llegaba a la ciudad, no estaba ni caliente ni fría, solo tibia. La iglesia había llegado a ser tan insípida como el agua tibia que llegaba a la ciudad.
La iglesia de Laodicea se había vuelto tibia y por lo tanto era desagradable y repugnante. Los creyentes no adoptaban una posición firme. La indiferencia los había conducido a la ociosidad. Al dejar de hacer algo por Cristo, la iglesia se había endurecido y estaba satisfecha de sí misma. Estaba destruyéndose. No hay nada más desagradable que un cristiano solo de nombre que es autosuficiente. No se conforme con seguir a Dios a medias. Permita que Cristo avive su fe, y póngala en acción.
3.15 El agua tibia es desagradable. La iglesia de Laodicea se había vuelto tibia y por lo tanto era desagradable y repugnante. Los creyentes no adoptaban una posición firme. La indiferencia los había conducido a la ociosidad. Al dejar de hacer algo por Cristo, la iglesia se había endurecido y estaba satisfecha de sí misma. Estaba destruyéndose. No hay nada más desagradable que un cristiano solo de nombre que es autosuficiente. No se conforme con seguir a Dios a medias. Permita que Cristo avive su fe, y póngala en acción.
Hoy vivimos en un mundo cada vez más fragmentado y las iglesias cada vez mas tibias.
Hoy, los expertos describen a los Estados Unidos como una nación de «creyentes», pero no de «miembros», y los números así lo confirman. Según el encuestador George Barna, aunque la población adulta de los Estados Unidos aumentó un quince por ciento durante la década de 1990, ¡la cantidad de adultos que no asistían a la iglesia con regularidad, o que solo iban a las fiestas, aumentó un noventa y dos por ciento!. En otras palabras muchos lo que hacen es coquetear con la iglesia.
Hoy vivimos en un mundo cada vez más fragmentado. Hoy, los expertos describen a los Estados Unidos como una nación de «creyentes», pero no de «miembros», y los números lo confirman. Según el encuestador George Barna, aunque la población adulta de los Estados Unidos aumentó un quince por ciento durante la década de 1990, ¡la cantidad de adultos que no asistían a la iglesia con regularidad, o que solo iban a las fiestas, aumentó un noventa y dos por ciento!. En otras palabras muchos lo que hacen es coquetear con la iglesia.
En otras palabras muchos lo que hacen es coquetear con la iglesia
Primero, la actitud que tomamos hacia la iglesia suele estar centrada en nosotros mismos. Vamos por lo que podemos recibir: interacción social, programas o actividades. Y la pregunta principal de la mayoría es: ¿Qué puede hacer la iglesia por mí?
Hoy, los expertos describen a los Estados Unidos como una nación de «creyentes», pero no de «miembros», y los números lo confirman. Según el encuestador George Barna, aunque la población adulta de los Estados Unidos aumentó un quince por ciento durante la década de 1990, ¡la cantidad de adultos que no asistían a la iglesia con regularidad, o que solo iban en las fiestas, aumentó un noventa y dos por ciento! ¿Puede definir ahora lo que yo llamo «coquetear con la iglesia»? Le doy un breve perfil. ¿Ve en usted una o más de estas características? Primero, nuestra actitud hacia la iglesia suele estar centrada en nosotros mismos. Vamos por lo que podemos recibir: interacción social, programas o actividades. La pregunta principal es: ¿Qué puede hacer la iglesia por mí?
¿Puede definir ahora lo que yo llamo «coquetear con la iglesia»? Le doy un breve perfil. ¿Ve en usted una o más de estas características? Primero, nuestra actitud hacia la iglesia suele estar centrada en nosotros mismos. Vamos por lo que podemos recibir: interacción social, programas o actividades. La pregunta principal es: ¿Qué puede hacer la iglesia por mí?
Primero, nuestra actitud hacia la iglesia suele estar centrada en nosotros mismos. Vamos por lo que podemos recibir: interacción social, programas o actividades. La pregunta principal es de la mayoria es: ¿Qué puede hacer la iglesia por mí?
Un segundo signo del que coquetea con la iglesia es la independencia. Vamos a la iglesia porque es lo que se espera del cristiano, pero nos cuidamos de involucrarnos demasiado, en especial con la gente. No le prestamos mucha atención al propósito más amplio de Dios para nosotros como parte vital de una familia en una iglesia específica. Así que lo hacemos todo de forma mecánica, sin involucrarnos demasiado o en nada.
Y lo más esencial, quien coquetea con la iglesia suele ser crítico y enseguida encuentra defectos dentro de la misma.
FAMILIA:
La iglesia es el vehículo que Jesús eligió para llevar el mensaje del evangelio a cada generación y cada pueblo. La iglesia importa porque Jesús la eligió para contar y mostrar al mundo el mensaje de su amor. Y este mensaje llevado a lo largo de la historia y vivido para que todos lo vean es la única esperanza del mundo.
Paul David Tripp escribe a los cristianos:
“Su vida es mucho más que un buen empleo, un cónyuge comprensivo e hijos que no delinquen. Es mucho más que un lindo jardín, buenas vacaciones y ropa a la moda. En realidad, usted forma parte de algo inmenso, algo que comenzó antes de que naciera y que continuará después de que muera. Dios está rescatando a la humanidad caída, transportándolos a su reino, y poco a poco dándoles forma según su imagen, y quiere que usted forme parte de esto.”
Hermanos somos Sal y luz del mundo.
La Iglesia establecida por Dios siempre tuvo, tiene y tendrá influencia en todos los tiempos y ámbitos de la humanidad. Eso es lo que nos dice nuestro Señor:
“Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”,
La influencia de la Iglesia ha traspasado los tiempos, las culturas, las ideologías, las filosofías, la política y la economía, también la iglesia es una institución donde la semilla del evangelio sale hacia el mundo y llega a la familia, donde se asienta la sociedad y llega al gobierno, para que las naciones sepan manejar el código moral dado por Dios; y al individuo, para que este sepa el camino que debe seguir.
De una Iglesia saludable y alineada con las Escrituras emanan las verdades dadas por Dios en su revelación e inspiración. La Iglesia debe ser el puente de restauración de la humanidad, llevándola a encontrar el camino correcto al Padre, por medio de Jesucristo.
AHORA:
Produciendo fruto
En encontramos a Jesús contando a las multitudes la parábola del sembrador, para luego explicar a sus discípulos su significado. Vemos en el verso 23 “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”. Podemos ver que aquellos en quienes ha sido sembrada la semilla tenemos la responsabilidad de “oírla” con un corazón humilde, escudriñarla para “entenderla” y ponerla en práctica para dar “fruto”.
Uno de los problemas actuales es nuestra definición de “fruto”, definición que muchas veces no va de acuerdo con la Palabra de Dios.
Templos grandes, ministerios grandes, denominaciones grandes y porcentajes grandes no son fruto verdadero si no producen cambios reales en las sociedades que vivimos y en las personas que la componen. El bienestar de una sociedad no depende del gobierno: depende de lo que la Iglesia hace o deja de hacer.( LA IGLESIA DE LAODICEA FUE DESTRUIDA POR UN TERREMOTO EN EL 62DC , Y FUE REEDIFICADA POR SUS PROPIOS CIUDADANOS SIN EL AUXILIO DEL ESTADO.)
Lamentablemente, la falta de entendimiento de un cristianismo integral ha llevado a muchos ha diluir el poder del evangelio y el sacrificio redentor de Jesucristo, creando un evangelio antropocéntrico, lleno de positivismo y psicología cristiana, dejando por un lado el verdadero evangelio Cristocéntrico, lleno de retos, responsabilidades y que nos empuja a ser parte de un cambio real en la sociedad donde vivimos.
La Gran Comisión que nos da Jesucristo en debe ser más que un adorno que decore las paredes de nuestras iglesias. El “id y haced discípulos, enseñándoles” nos tiene que llevar a escudriñar las Escrituras para aprender y ser testigos fieles de las mismas, y no testigos de nuestros pensamientos e ideas. La gracia inmerecida que recibimos nos debe hacer ir y buscar a los que nadie está buscando. Nos empuja a poner “todos” nuestros recursos para el beneficio del Reino, y nos lleva a hacer iglesia afuera de las cuatro paredes.
Así que sin duda tenemos que hacernos la pregunta, ¿qué influencia tiene la iglesia ? ¿Qué influencia tenemos aquellos que profesamos la fe cristiana? ¿Qué tipo de cristianismo representamos? Estas preguntas van más allá de números, emociones o deseos. Nos ayudan a enfocarnos en nuestras responsabilidades y sobre todo nos ayudan en enfocarnos procurar entender la voluntad de Dios de acuerdo a las Escrituras. Quizás debamos hacerlo personal: ¿qué influencia tienes tú, como cristiano, en el mundo que te rodea? ¿Cómo está tu iglesia impactando tu ciudad?
HERMANOS:
Existen muchos Nicolas Cruz en nuestros barrios , escuelas , centros de trabajo y que estamos haciendo?
Todos aquellos que por gracia formamos el cuerpo de Cristo tenemos la responsabilidad que la Iglesia engendre esperanza. Lo que parece ser una crisis mundial de valores debe ser una gran oportunidad para la Iglesia, que sin cambiar su esencia puede seguir siendo efectiva y que su influencia, que viene del Creador, pueda seguir sembrándose en este mundo.
Existen muchos Nicolas Cruz en nuestros barrios , escuelas , centros de trabajo y que estamos haciendoTENEMOS QUE HACER NUESTRO PAPEL COMO IGLESIA