HECHOS, TESTIMONIO EN JERUSALEN
HECHOS
Stanley D. Toussaint
Traducción: Elsa Ramírez de Aguilar
INTRODUCCIÓN
Entre los escritos del N.T., Hechos sobresale por su singularidad. Esta afirmación se hace con base en varias consideraciones. Una de ellas es que, dentro de los escritos canónicos, este libro constituye la única secuencia histórica de los cuatro evangelios. Ninguna otra narración del N.T. continúa el registro dado por los cuatro evangelistas.
Además, provee el trasfondo y ambiente para la mayoría de los escritos de Pablo. Bruce escribe: “pero es a Lucas a quien debemos agradecer el coherente registro de la actividad apostólica de Pablo. Sin [Hechos] seríamos incalculablemente más pobres. Aun teniéndolo, hay mucho de las cartas de Pablo que nos es difícil entender; cuánto más sería si no tuviéramos el libro de Hechos” (F.F. Bruce, Commentary on the Book of the Acts, “Comentario del Libro de los Hechos” p. 27).
Hechos proporciona a los cristianos de hoy información básica y coherente acerca de la iglesia primitiva. Lucas describió las tensiones, persecuciones, frustraciones, problemas teológicos y esperanzas que enfrentó la neófita novia de Cristo. ¡Qué grande sería la carencia de la iglesia sin el material de Hechos!
Además, marca la transición entre la obra particular de Dios con los judíos hasta el establecimiento de su iglesia universal. En sentido real, el lector se traslada en estos 28 caps., desde Jerusalén hasta lo último de la tierra.
Además de todo esto, presenta un reto estimulante para todo cristiano de hoy. El celo, la fe, el gozo, el compromiso y la obediencia de aquellos cristianos primitivos es un ejemplo para todos los creyentes. Tanto como sea posible, es de suma importancia que los seguidores de Jesucristo se familiaricen íntimamente con este libro. Como afirma Rackham: “Difícilmente podemos sobreestimar la importancia de Hechos de los Apóstoles” (Richard Belward Rackham, The Acts of the Apostles, “Los Hechos de los Apóstoles”, p. xiii).
Título del libro. La primera evidencia que se tiene del nombre “Hechos” se encuentra en el Prólogo anti-marcionita al evangelio de Lucas, obra fechada entre 150 y 180 d.C. Cómo o por qué recibió este título es motivo de especulación.
Debe aceptarse que “Hechos” no es un título exacto, porque no contiene todos los hechos de todos los apóstoles. Sólo se narran con cierto detalle los ministerios de Pedro y Pablo. El gran apóstol Juan se menciona, pero no se registró ninguna de sus palabras. Por otro lado, la muerte del hermano de Juan, Jacobo, se describe en una breve oración (Hch. 12:12).
La obra podría titularse más exactamente “Ciertos Hechos de Algunos Apóstoles”. Sin embargo, el título “Los Hechos de los Apóstoles”, que es tan p 128 aceptado, identifica muy bien a esta obra de Lucas.
Propósito. Siendo inspirado por el Espíritu Santo, Lucas ciertamente tuvo un propósito al escribir. ¿Qué quiso lograr? Para decirlo de otra forma, ¿qué lo impulsó a seleccionar los materiales que incluyó en el libro? Hay dos respuestas posibles a estas interrogantes.
Por un lado, se ha dicho que el propósito principal es histórico. Por otro, que su meta era apologética; i.e., que quería hacer una defensa escrita. Todos aceptan que hay fines secundarios; pero la interrogante persiste en cuanto a cuál fue el objetivo principal.
El punto de vista de que el propósito de Hechos es hacer una apología paulina se apoya en el sorprendente número de paralelismos que hay entre Pedro y Pablo (V. “Paralelismo entre algunos milagros de Pedro y Pablo” en el Apéndice, pág. 350).
Quizá Lucas trató de defender el apostolado de Pablo, quien en verdad no fue considerado inferior a Pedro en poder y autoridad. Es posible que esto también explique la inclusión de tres relatos de la conversión de Pablo (caps. 9; 22; 26). Pero aunque haya paralelismos sorprendentes entre los ministerios de Pedro y Pablo, la confirmación del apostolado de Pablo es difícilmente el propósito primordial del libro, porque contiene demasiada información que no atañe a ese tema. Por ejemplo, ¿de qué manera ayudan a ese fin el nombramiento de los siete diáconos en Hechos 6 o la descripción detallada del naufragio de Hechos 27?
La mayoría de los eruditos reconoce que Hechos muestra la universalidad del cristianismo. ¿Será este su propósito principal? En efecto, narra que el evangelio alcanzó a los samaritanos, al eunuco etíope, a Cornelio, a los gentiles de Antioquía, a pobres y a ricos, a doctos e indoctos, a mujeres y hombres, a los de alta y noble posición, así como a los humildes. Esta interpretación también ayuda a explicar el énfasis que el autor pone en el concilio de Jerusalén, que describe en Hechos 15. Sin embargo, una vez más, esto no explica ciertos elementos del libro como la elección de Matías en Hechos 1 o la de los siete en el cap. 6.
Pero persiste la pregunta, ¿cuál fue el propósito principal de que se escribiera Hechos? F.F. Bruce, representante de quienes creen que el objetivo es apologético, afirma: “Lucas es, de hecho, uno de los primeros apologistas cristianos. Es el pionero absoluto de la forma particular de la apologética que se dirige a las autoridades seculares para establecer el hecho de que los cristianos acatan las leyes del estado” (Bruce, Hechos, pág. 24; cf. F.J. Foakes Jackson y Kirsoop Lake, eds. The Beginnings of Christianity, vol. 2, Prolegomena II: Criticism., “Los Comienzos del Cristianismo, Prolegómenos II: Crítica”, Grand Rapids: Baker Book House, 1979, págs. 177–87). Hay mucho en Hechos que apoya la idea de que el libro fue escrito para defender al cristianismo ante los gobernantes romanos.
La persecución que se menciona en Hechos siempre es de tipo religioso, a excepción de dos ocasiones: en Filipos (cap. 16) y Éfeso (cap. 19); en ambas, la oposición se debió a cierto interés personal. En las restantes, la persecución tuvo su origen en los judíos.
Sin embargo, puede discutirse si el propósito principal de Hechos es apologético, aunque gran parte del libro apoye ese punto de vista. Por ejemplo, ¿por qué habría de incluirse el naufragio de Hechos 27? Otra objeción p 129 al concepto del propósito apologético es la cercana relación que existe entre el evangelio de Lucas y Hechos. Es evidente que ambos forman parte de una obra compuesta de dos volúmenes. Hechos 1:1 es suficiente evidencia de esto. Por lo tanto, difícilmente puede ser este libro apologético en su propósito principal, porque en el evangelio de Lucas hay muy poco material que revele una intención semejante.
Seguramente, el punto de vista más popular acerca del propósito de Hechos es el histórico. De acuerdo a éste, la meta de Lucas era registrar el extendimiento del mensaje del evangelio desde Jerusalén, a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra (1:8). Barclay afirma: “La gran meta de Lucas fue mostrar la propagación del cristianismo y cómo la religión que comenzó en un pequeño rincón de Palestina, en menos de 30 años llegó hasta Roma” (William Barclay, The Acts of the Apostles, “Los Hechos de los Apóstoles”, p. xvii). Asimismo, explica la transición de un ministerio judío a uno gentil y en especial de Pedro a Pablo. Además, este punto de vista encaja bien con la perspectiva histórica que aparece en Hechos 1:1 y Lucas 1:1–4. El prólogo de Lucas 1:1–4 es parecido al de un historiador de la talla de Herodoto, Tucídides o Polibio. Está muy claro que Lucas estaba escribiendo historia en ambos libros.
Pero, ¿es Lucas sólo un historiador? Lucas y Hechos son libros históricos, pero también son intensamente teológicos y escatológicos. El libro de Hechos se inicia con una pregunta escatológica (1:6) y concluye con terminología escatológica (“el reino de Dios”, 28:31). Además, pone énfasis en la soberanía de Dios. A pesar de la intensa oposición de todo tipo, la palabra de Dios se difundió y la gente respondió a ella. Nada pudo detener el continuo crecimiento del cristianismo. Entonces, puede decirse que el propósito del libro de Hechos es como sigue: explicar, junto con el evangelio de Lucas, el avance del mensaje del reino de Dios dirigido ordenada y soberanamente, primero o los judíos, después a los gentiles, y de Jerusalén a Roma. En el evangelio de Lucas se responde la pregunta, ¿si el cristianismo tiene sus raíces en el A.T. y el judaísmo, “¿cómo llegó a ser una religión universal?” Actualmente, el libro de Hechos sigue respondiendo a la misma interrogante.
Junto a esta progresión mundial se encuentra un énfasis escatológico tanto en Lucas como en Hechos. La expresión profética reino de Dios aparece 32 veces en Lucas y 6 en Hechos, además de otras alusiones en 1:6 y 20:25 (cf. 1:3; 8:12; 14:22; 19:8; 28:23, 31). También hay muchas referencias a la escatología en otros términos y por inferencia (1:11; 2:19–21, 34–35; 3:19–25; 6:14; 10:42; 13:23–26, 32–33; 15:15–18; 17:3, 7, 31; 20:24–25, 32; 21:28; 23:6; 24:15–17, 21, 25; 26:6–8, 18; 28:20). Es obvio que el libro hace hincapié en la iglesia actual, pero también en la esposa de Cristo como heredera del reino. Entonces, puede concluirse que Lucas muestra la forma en que el mensaje del reino pasó de ser predicado principalmente a los judíos para ser llevado mayormente a los gentiles; y de Jerusalén hasta Roma.
Este avance fue dirigido en forma ordenada y soberana. Un tema que corre como elemento integrador a través del libro es la soberanía de Dios. A pesar de la fuerte oposición, la palabra crecía y se proclamaba bajo la dirección divina. Por lo tanto, el propósito de Lucas al escribir Hechos es mostrar la intención de Dios de incluir en su reino milenial a una población de creyentes p 130 de la época de la iglesia formada por judíos y gentiles.
Si se acepta esta declaración acerca del propósito del libro, no por eso quedan excluídas las primeras sugerencias. De todas formas, incluye a Pedro y a Pablo como los personajes principales; Pedro como ministro de la circuncisión y Pablo de los incircuncisos. Igualmente, Lucas pone énfasis en la universalidad del evangelio en ambos libros. Por otro lado, el desarrollo del libro, el cual se declara en 1:8, encaja dentro de esta declaración. Todo ello contribuye al propósito general que tuvo Lucas al escribirlo.
Fuentes que Lucas pudo haber usado. Bajo la inspiración del Espíritu Santo, probablemente el autor usó varias fuentes. En primer lugar y en forma principal, están sus experiencias personales. Esto se ve más claramente en las secciones donde se usa el pronombre “nosotros” (16:10–40; 20:5–28:31). Una segunda fuente de información pudo haber sido Pablo, con quien Lucas pasó mucho tiempo. La conversión del apóstol y sus experiencias en el ministerio debieron ser, sin duda, discutidas por ambos durante su largo tiempo de convivencia. Una tercera fuente son otros testigos a quienes Lucas contactó (cf. 20:4–5; 21:15–19). En Hechos 21:18–19 se menciona a Jacobo como conocido de Lucas. Seguramente estaba capacitado para proporcionar la información de los caps. iniciales de Hechos, los cuales parecen revelar que tuvo una fuente aramea. Además, mientras Pablo estuvo encarcelado durante dos años en Cesarea (24:27), Lucas pudo estar en libertad llevando a cabo su trabajo de investigación en Palestina (Luc. 1:2–3). Después de haber investigado y confirmado cuidadosamente los relatos obtenidos por boca de testigos oculares, escribió el libro de Hechos bajo la dirección del Espíritu Santo.
Fecha del libro. Hechos debe haber sido escrito antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. porque ciertamente un evento de tal magnitud no podría ser ignorado por el autor. Esto se confirma a la luz de uno de los temas básicos del libro: Dios se volvió a los gentiles y desechó a los judíos debido a que éstos rechazaron a Cristo.
Si hubiera ocurrido antes de escribir su libro, es difícil que Lucas omitiera el relato de la muerte de Pablo, la cual fija la tradición entre 66–68 d.C. Tampoco menciona las persecuciones de Nerón que empezaron después del gran incendio de Roma en 64 d.C.
Además, hacer una defensa del cristanismo ante Nerón usando el libro de Hechos para apelar a lo que los oficiales de menor rango habían legislado con respecto e Pablo, habría tenido muy poco impacto en tiempo del antagonismo neroniano. En ese tiempo, Nerón estaba tan decidido a destruir a la iglesia, que la defensa presentada en Hechos hubiera tenido poco efecto para disuadirlo.
La fecha en que se escribió Hechos generalmente aceptada por los eruditos conservadores, esta entre 60–62 d.C. Con respecto al lugar donde se escribió, podría ser Roma o posiblemente Cesarea o tal vez las dos. Al momento de escribirse el libro, la liberación de Pablo era inminente o acababa de suceder.
Bosquejo del libro de Hechos. El bosquejo usado en este estudio es resultado de dos claves que se encuentran en el libro. La primera y más obvia, es el v. lema, que se encuentra en Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder, p 131 cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
La segunda, es el uso que Lucas hace de “informes de avance” que intercala a través del libro (cf 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31). Ya que Lucas no usa una fórmula precisa, existe algo de debate en cuanto a la ubicación de otros informes de avance (cf 2:41; 4:31; 5:42; 8:25, 40; etc.). Sin embargo, esas otras declaraciones, o no tienen el mismo sentido de resumen, o no son conclusivas.
La preciosa relación de estos dos factores, el v. clave de Hechos 1:8 y los siete informes de avance, forman la base del siguiente bosquejo.
BOSQUEJO
I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)
A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)
1. Introducción (1:1–5)
2. Reclusión en Jerusalén (1:6–26)
3. Comienzo de la iglesia (cap. 2)
Informe de avance no. 1: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos” (2:47).
B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)
1. La iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)
2. Disciplina en la iglesia (4:32–5:11)
3. Progreso en la iglesia (5:12–42)
4. Administración en la iglesia (6:1–7)
Informe de avance no. 2: “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén” (6:7).
II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)
A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)
1. Arresto de Esteban (6:8–7:1)
2. Discurso de Esteban (7:2–53)
3. Ataque contra Esteban (7:54–8:1a)
B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)
1. En Samaria (8:1b–25)
2. Al eunuco etíope (8:26–40)
C. El mensaje de Saulo (9:1–31)
1. Conversión de Saulo (9:1–19a)
2. Conflictos de Saulo (9:19b–31)
Informe de avance no. 3: “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (9:31).
III. Testimonio hasta lo último de la tierra (9:32–28:31)
A. Extensión de la iglesia a Antioquía (9:32–12:24)
1. Preparación de Pedro para un evangelio universal (9:32–10:48)
2. Preparación de los apóstoles para el evangelio universal (11:1–18)
3. Preparación de la iglesia de Antioquía para el evangelio universal (11:19–30)
4. Persecución de la iglesia en Jerusalén (12:1–24)
Informe de avance no. 4: “Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba” (12:24).
B. Crecimiento de la iglesia en p 132 Asia Menor (12:25–16:5)
1. Llamamiento y dedicación de Bernabé y Saulo (12:25–13:3)
[Primer viaje misionero, caps. 13–14]
2. Gira en Asia Menor (13:4–14:28)
3. El concilio de Jerusalén (15:1–35)
4. Confirmación de las iglesias en Asia Menor (15:36–16:5)
[Segundo viaje misionero, 15:36–18:22]
Informe de avance no. 5: “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día” (16:5).
C. Crecimiento de la iglesia en el área del mar Egeo (16:6–19:20)
1. Llamamiento a Macedonia (16:6–10)
2. Conflictos en Macedonia (16:11–17:15)
3. Cruzada en Acaya (17:16–18:18)
4. Conclusión del segundo viaje misionero (18:19–22)
5. Conquista de Éfeso (18:23–19:20)
[Tercer viaje misionero, 18:23–21:16]
Informe de avance no. 6: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (19:20).
D. Extensión de la iglesia a Roma (19:21–28:31)
1. Culminación del tercer viaje (19:21–21:16)
2. Encarcelamiento en Jerusalén (21:17–23:32)
3. Encarcelamiento en Cesarea (23:33–26:32)
4. Encarcelamiento en Roma (caps. 27–28)
Informe de avance no. 7: “Pablo … recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (28:30–31).