HECHOS, TESTIMONIO EN JERUSALEN

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HECHOS

Stanley D. Toussaint

Traducción: Elsa Ramírez de Aguilar

INTRODUCCIÓN

Entre los escritos del N.T., Hechos sobresale por su singularidad. Esta afirmación se hace con base en varias consideraciones. Una de ellas es que, dentro de los escritos canónicos, este libro constituye la única secuencia histórica de los cuatro evangelios. Ninguna otra narración del N.T. continúa el registro dado por los cuatro evangelistas.

Además, provee el trasfondo y ambiente para la mayoría de los escritos de Pablo. Bruce escribe: “pero es a Lucas a quien debemos agradecer el coherente registro de la actividad apostólica de Pablo. Sin [Hechos] seríamos incalculablemente más pobres. Aun teniéndolo, hay mucho de las cartas de Pablo que nos es difícil entender; cuánto más sería si no tuviéramos el libro de Hechos” (F.F. Bruce, Commentary on the Book of the Acts, “Comentario del Libro de los Hechos” p. 27).

Hechos proporciona a los cristianos de hoy información básica y coherente acerca de la iglesia primitiva. Lucas describió las tensiones, persecuciones, frustraciones, problemas teológicos y esperanzas que enfrentó la neófita novia de Cristo. ¡Qué grande sería la carencia de la iglesia sin el material de Hechos!

Además, marca la transición entre la obra particular de Dios con los judíos hasta el establecimiento de su iglesia universal. En sentido real, el lector se traslada en estos 28 caps., desde Jerusalén hasta lo último de la tierra.

Además de todo esto, presenta un reto estimulante para todo cristiano de hoy. El celo, la fe, el gozo, el compromiso y la obediencia de aquellos cristianos primitivos es un ejemplo para todos los creyentes. Tanto como sea posible, es de suma importancia que los seguidores de Jesucristo se familiaricen íntimamente con este libro. Como afirma Rackham: “Difícilmente podemos sobreestimar la importancia de Hechos de los Apóstoles” (Richard Belward Rackham, The Acts of the Apostles, “Los Hechos de los Apóstoles”, p. xiii).

Título del libro. La primera evidencia que se tiene del nombre “Hechos” se encuentra en el Prólogo anti-marcionita al evangelio de Lucas, obra fechada entre 150 y 180 d.C. Cómo o por qué recibió este título es motivo de especulación.

Debe aceptarse que “Hechos” no es un título exacto, porque no contiene todos los hechos de todos los apóstoles. Sólo se narran con cierto detalle los ministerios de Pedro y Pablo. El gran apóstol Juan se menciona, pero no se registró ninguna de sus palabras. Por otro lado, la muerte del hermano de Juan, Jacobo, se describe en una breve oración (Hch. 12:12).

La obra podría titularse más exactamente “Ciertos Hechos de Algunos Apóstoles”. Sin embargo, el título “Los Hechos de los Apóstoles”, que es tan p 128 aceptado, identifica muy bien a esta obra de Lucas.

Propósito. Siendo inspirado por el Espíritu Santo, Lucas ciertamente tuvo un propósito al escribir. ¿Qué quiso lograr? Para decirlo de otra forma, ¿qué lo impulsó a seleccionar los materiales que incluyó en el libro? Hay dos respuestas posibles a estas interrogantes.

Por un lado, se ha dicho que el propósito principal es histórico. Por otro, que su meta era apologética; i.e., que quería hacer una defensa escrita. Todos aceptan que hay fines secundarios; pero la interrogante persiste en cuanto a cuál fue el objetivo principal.

El punto de vista de que el propósito de Hechos es hacer una apología paulina se apoya en el sorprendente número de paralelismos que hay entre Pedro y Pablo (V. “Paralelismo entre algunos milagros de Pedro y Pablo” en el Apéndice, pág. 350).

Quizá Lucas trató de defender el apostolado de Pablo, quien en verdad no fue considerado inferior a Pedro en poder y autoridad. Es posible que esto también explique la inclusión de tres relatos de la conversión de Pablo (caps. 9; 22; 26). Pero aunque haya paralelismos sorprendentes entre los ministerios de Pedro y Pablo, la confirmación del apostolado de Pablo es difícilmente el propósito primordial del libro, porque contiene demasiada información que no atañe a ese tema. Por ejemplo, ¿de qué manera ayudan a ese fin el nombramiento de los siete diáconos en Hechos 6 o la descripción detallada del naufragio de Hechos 27?

La mayoría de los eruditos reconoce que Hechos muestra la universalidad del cristianismo. ¿Será este su propósito principal? En efecto, narra que el evangelio alcanzó a los samaritanos, al eunuco etíope, a Cornelio, a los gentiles de Antioquía, a pobres y a ricos, a doctos e indoctos, a mujeres y hombres, a los de alta y noble posición, así como a los humildes. Esta interpretación también ayuda a explicar el énfasis que el autor pone en el concilio de Jerusalén, que describe en Hechos 15. Sin embargo, una vez más, esto no explica ciertos elementos del libro como la elección de Matías en Hechos 1 o la de los siete en el cap. 6.

Pero persiste la pregunta, ¿cuál fue el propósito principal de que se escribiera Hechos? F.F. Bruce, representante de quienes creen que el objetivo es apologético, afirma: “Lucas es, de hecho, uno de los primeros apologistas cristianos. Es el pionero absoluto de la forma particular de la apologética que se dirige a las autoridades seculares para establecer el hecho de que los cristianos acatan las leyes del estado” (Bruce, Hechos, pág. 24; cf. F.J. Foakes Jackson y Kirsoop Lake, eds. The Beginnings of Christianity, vol. 2, Prolegomena II: Criticism., “Los Comienzos del Cristianismo, Prolegómenos II: Crítica”, Grand Rapids: Baker Book House, 1979, págs. 177–87). Hay mucho en Hechos que apoya la idea de que el libro fue escrito para defender al cristianismo ante los gobernantes romanos.

La persecución que se menciona en Hechos siempre es de tipo religioso, a excepción de dos ocasiones: en Filipos (cap. 16) y Éfeso (cap. 19); en ambas, la oposición se debió a cierto interés personal. En las restantes, la persecución tuvo su origen en los judíos.

Sin embargo, puede discutirse si el propósito principal de Hechos es apologético, aunque gran parte del libro apoye ese punto de vista. Por ejemplo, ¿por qué habría de incluirse el naufragio de Hechos 27? Otra objeción p 129 al concepto del propósito apologético es la cercana relación que existe entre el evangelio de Lucas y Hechos. Es evidente que ambos forman parte de una obra compuesta de dos volúmenes. Hechos 1:1 es suficiente evidencia de esto. Por lo tanto, difícilmente puede ser este libro apologético en su propósito principal, porque en el evangelio de Lucas hay muy poco material que revele una intención semejante.

Seguramente, el punto de vista más popular acerca del propósito de Hechos es el histórico. De acuerdo a éste, la meta de Lucas era registrar el extendimiento del mensaje del evangelio desde Jerusalén, a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra (1:8). Barclay afirma: “La gran meta de Lucas fue mostrar la propagación del cristianismo y cómo la religión que comenzó en un pequeño rincón de Palestina, en menos de 30 años llegó hasta Roma” (William Barclay, The Acts of the Apostles, “Los Hechos de los Apóstoles”, p. xvii). Asimismo, explica la transición de un ministerio judío a uno gentil y en especial de Pedro a Pablo. Además, este punto de vista encaja bien con la perspectiva histórica que aparece en Hechos 1:1 y Lucas 1:1–4. El prólogo de Lucas 1:1–4 es parecido al de un historiador de la talla de Herodoto, Tucídides o Polibio. Está muy claro que Lucas estaba escribiendo historia en ambos libros.

Pero, ¿es Lucas sólo un historiador? Lucas y Hechos son libros históricos, pero también son intensamente teológicos y escatológicos. El libro de Hechos se inicia con una pregunta escatológica (1:6) y concluye con terminología escatológica (“el reino de Dios”, 28:31). Además, pone énfasis en la soberanía de Dios. A pesar de la intensa oposición de todo tipo, la palabra de Dios se difundió y la gente respondió a ella. Nada pudo detener el continuo crecimiento del cristianismo. Entonces, puede decirse que el propósito del libro de Hechos es como sigue: explicar, junto con el evangelio de Lucas, el avance del mensaje del reino de Dios dirigido ordenada y soberanamente, primero o los judíos, después a los gentiles, y de Jerusalén a Roma. En el evangelio de Lucas se responde la pregunta, ¿si el cristianismo tiene sus raíces en el A.T. y el judaísmo, “¿cómo llegó a ser una religión universal?” Actualmente, el libro de Hechos sigue respondiendo a la misma interrogante.

Junto a esta progresión mundial se encuentra un énfasis escatológico tanto en Lucas como en Hechos. La expresión profética reino de Dios aparece 32 veces en Lucas y 6 en Hechos, además de otras alusiones en 1:6 y 20:25 (cf. 1:3; 8:12; 14:22; 19:8; 28:23, 31). También hay muchas referencias a la escatología en otros términos y por inferencia (1:11; 2:19–21, 34–35; 3:19–25; 6:14; 10:42; 13:23–26, 32–33; 15:15–18; 17:3, 7, 31; 20:24–25, 32; 21:28; 23:6; 24:15–17, 21, 25; 26:6–8, 18; 28:20). Es obvio que el libro hace hincapié en la iglesia actual, pero también en la esposa de Cristo como heredera del reino. Entonces, puede concluirse que Lucas muestra la forma en que el mensaje del reino pasó de ser predicado principalmente a los judíos para ser llevado mayormente a los gentiles; y de Jerusalén hasta Roma.

Este avance fue dirigido en forma ordenada y soberana. Un tema que corre como elemento integrador a través del libro es la soberanía de Dios. A pesar de la fuerte oposición, la palabra crecía y se proclamaba bajo la dirección divina. Por lo tanto, el propósito de Lucas al escribir Hechos es mostrar la intención de Dios de incluir en su reino milenial a una población de creyentes p 130 de la época de la iglesia formada por judíos y gentiles.

Si se acepta esta declaración acerca del propósito del libro, no por eso quedan excluídas las primeras sugerencias. De todas formas, incluye a Pedro y a Pablo como los personajes principales; Pedro como ministro de la circuncisión y Pablo de los incircuncisos. Igualmente, Lucas pone énfasis en la universalidad del evangelio en ambos libros. Por otro lado, el desarrollo del libro, el cual se declara en 1:8, encaja dentro de esta declaración. Todo ello contribuye al propósito general que tuvo Lucas al escribirlo.

Fuentes que Lucas pudo haber usado. Bajo la inspiración del Espíritu Santo, probablemente el autor usó varias fuentes. En primer lugar y en forma principal, están sus experiencias personales. Esto se ve más claramente en las secciones donde se usa el pronombre “nosotros” (16:10–40; 20:5–28:31). Una segunda fuente de información pudo haber sido Pablo, con quien Lucas pasó mucho tiempo. La conversión del apóstol y sus experiencias en el ministerio debieron ser, sin duda, discutidas por ambos durante su largo tiempo de convivencia. Una tercera fuente son otros testigos a quienes Lucas contactó (cf. 20:4–5; 21:15–19). En Hechos 21:18–19 se menciona a Jacobo como conocido de Lucas. Seguramente estaba capacitado para proporcionar la información de los caps. iniciales de Hechos, los cuales parecen revelar que tuvo una fuente aramea. Además, mientras Pablo estuvo encarcelado durante dos años en Cesarea (24:27), Lucas pudo estar en libertad llevando a cabo su trabajo de investigación en Palestina (Luc. 1:2–3). Después de haber investigado y confirmado cuidadosamente los relatos obtenidos por boca de testigos oculares, escribió el libro de Hechos bajo la dirección del Espíritu Santo.

Fecha del libro. Hechos debe haber sido escrito antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. porque ciertamente un evento de tal magnitud no podría ser ignorado por el autor. Esto se confirma a la luz de uno de los temas básicos del libro: Dios se volvió a los gentiles y desechó a los judíos debido a que éstos rechazaron a Cristo.

Si hubiera ocurrido antes de escribir su libro, es difícil que Lucas omitiera el relato de la muerte de Pablo, la cual fija la tradición entre 66–68 d.C. Tampoco menciona las persecuciones de Nerón que empezaron después del gran incendio de Roma en 64 d.C.

Además, hacer una defensa del cristanismo ante Nerón usando el libro de Hechos para apelar a lo que los oficiales de menor rango habían legislado con respecto e Pablo, habría tenido muy poco impacto en tiempo del antagonismo neroniano. En ese tiempo, Nerón estaba tan decidido a destruir a la iglesia, que la defensa presentada en Hechos hubiera tenido poco efecto para disuadirlo.

La fecha en que se escribió Hechos generalmente aceptada por los eruditos conservadores, esta entre 60–62 d.C. Con respecto al lugar donde se escribió, podría ser Roma o posiblemente Cesarea o tal vez las dos. Al momento de escribirse el libro, la liberación de Pablo era inminente o acababa de suceder.

Bosquejo del libro de Hechos. El bosquejo usado en este estudio es resultado de dos claves que se encuentran en el libro. La primera y más obvia, es el v. lema, que se encuentra en Hechos 1:8: “Pero recibiréis poder, p 131 cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.

La segunda, es el uso que Lucas hace de “informes de avance” que intercala a través del libro (cf 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31). Ya que Lucas no usa una fórmula precisa, existe algo de debate en cuanto a la ubicación de otros informes de avance (cf 2:41; 4:31; 5:42; 8:25, 40; etc.). Sin embargo, esas otras declaraciones, o no tienen el mismo sentido de resumen, o no son conclusivas.

La preciosa relación de estos dos factores, el v. clave de Hechos 1:8 y los siete informes de avance, forman la base del siguiente bosquejo.

BOSQUEJO

I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)

A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)

1. Introducción (1:1–5)

2. Reclusión en Jerusalén (1:6–26)

3. Comienzo de la iglesia (cap. 2)

Informe de avance no. 1: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos” (2:47).

B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)

1. La iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)

2. Disciplina en la iglesia (4:32–5:11)

3. Progreso en la iglesia (5:12–42)

4. Administración en la iglesia (6:1–7)

Informe de avance no. 2: “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén” (6:7).

II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)

A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)

1. Arresto de Esteban (6:8–7:1)

2. Discurso de Esteban (7:2–53)

3. Ataque contra Esteban (7:54–8:1a)

B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)

1. En Samaria (8:1b–25)

2. Al eunuco etíope (8:26–40)

C. El mensaje de Saulo (9:1–31)

1. Conversión de Saulo (9:1–19a)

2. Conflictos de Saulo (9:19b–31)

Informe de avance no. 3: “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (9:31).

III. Testimonio hasta lo último de la tierra (9:32–28:31)

A. Extensión de la iglesia a Antioquía (9:32–12:24)

1. Preparación de Pedro para un evangelio universal (9:32–10:48)

2. Preparación de los apóstoles para el evangelio universal (11:1–18)

3. Preparación de la iglesia de Antioquía para el evangelio universal (11:19–30)

4. Persecución de la iglesia en Jerusalén (12:1–24)

Informe de avance no. 4: “Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba” (12:24).

B. Crecimiento de la iglesia en p 132 Asia Menor (12:25–16:5)

1. Llamamiento y dedicación de Bernabé y Saulo (12:25–13:3)

[Primer viaje misionero, caps. 13–14]

2. Gira en Asia Menor (13:4–14:28)

3. El concilio de Jerusalén (15:1–35)

4. Confirmación de las iglesias en Asia Menor (15:36–16:5)

[Segundo viaje misionero, 15:36–18:22]

Informe de avance no. 5: “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día” (16:5).

C. Crecimiento de la iglesia en el área del mar Egeo (16:6–19:20)

1. Llamamiento a Macedonia (16:6–10)

2. Conflictos en Macedonia (16:11–17:15)

3. Cruzada en Acaya (17:16–18:18)

4. Conclusión del segundo viaje misionero (18:19–22)

5. Conquista de Éfeso (18:23–19:20)

[Tercer viaje misionero, 18:23–21:16]

Informe de avance no. 6: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (19:20).

D. Extensión de la iglesia a Roma (19:21–28:31)

1. Culminación del tercer viaje (19:21–21:16)

2. Encarcelamiento en Jerusalén (21:17–23:32)

3. Encarcelamiento en Cesarea (23:33–26:32)

4. Encarcelamiento en Roma (caps. 27–28)

Informe de avance no. 7: “Pablo … recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (28:30–31).

HECHOS
Stanley D. Toussaint
Traducción: Elsa Ramírez de Aguilar

INTRODUCCIÓN

Entre los escritos del N.T., Hechos sobresale por su singularidad. Esta afirmación se hace con base en varias consideraciones. Una de ellas es que, dentro de los escritos canónicos, este libro constituye la única secuencia histórica de los cuatro evangelios. Ninguna otra narración del N.T. continúa el registro dado por los cuatro evangelistas.
Además, provee el trasfondo y ambiente para la mayoría de los escritos de Pablo. Bruce escribe: “pero es a Lucas a quien debemos agradecer el coherente registro de la actividad apostólica de Pablo. Sin [Hechos] seríamos incalculablemente más pobres. Aun teniéndolo, hay mucho de las cartas de Pablo que nos es difícil entender; cuánto más sería si no tuviéramos el libro de Hechos” (F.F. Bruce, Commentary on the Book of the Acts, “Comentario del Libro de los Hechos” p. 27).
Hechos proporciona a los cristianos de hoy información básica y coherente acerca de la iglesia primitiva. Lucas describió las tensiones, persecuciones, frustraciones, problemas teológicos y esperanzas que enfrentó la neófita novia de Cristo. ¡Qué grande sería la carencia de la iglesia sin el material de Hechos!
Además, marca la transición entre la obra particular de Dios con los judíos hasta el establecimiento de su iglesia universal. En sentido real, el lector se traslada en estos 28 caps., desde Jerusalén hasta lo último de la tierra.
Además de todo esto, presenta un reto estimulante para todo cristiano de hoy. El celo, la fe, el gozo, el compromiso y la obediencia de aquellos cristianos primitivos es un ejemplo para todos los creyentes. Tanto como sea posible, es de suma importancia que los seguidores de Jesucristo se familiaricen íntimamente con este libro. Como afirma Rackham: “Difícilmente podemos sobreestimar la importancia de Hechos de los Apóstoles” (Richard Belward Rackham, The Acts of the Apostles, “Los Hechos de los Apóstoles”, p. xiii).

Título del libro.

La primera evidencia que se tiene del nombre “Hechos” se encuentra en el Prólogo anti-marcionita al evangelio de Lucas, obra fechada entre 150 y 180 d.C. Cómo o por qué recibió este título es motivo de especulación.
Debe aceptarse que “Hechos” no es un título exacto, porque no contiene todos los hechos de todos los apóstoles. Sólo se narran con cierto detalle los ministerios de Pedro y Pablo. El gran apóstol Juan se menciona, pero no se registró ninguna de sus palabras. Por otro lado, la muerte del hermano de Juan, Jacobo, se describe en una breve oración ().
La obra podría titularse más exactamente “Ciertos Hechos de Algunos Apóstoles”. Sin embargo, el título “Los Hechos de los Apóstoles”, que es tan p 128 aceptado, identifica muy bien a esta obra de Lucas.

Propósito

Siendo inspirado por el Espíritu Santo, Lucas ciertamente tuvo un propósito al escribir. ¿Qué quiso lograr? Para decirlo de otra forma, ¿qué lo impulsó a seleccionar los materiales que incluyó en el libro? Hay dos respuestas posibles a estas interrogantes.
Por un lado, se ha dicho que el propósito principal es histórico. Por otro, que su meta era apologética; i.e., que quería hacer una defensa escrita. Todos aceptan que hay fines secundarios; pero la interrogante persiste en cuanto a cuál fue el objetivo principal.
El punto de vista de que el propósito de Hechos es hacer una apología paulina se apoya en el sorprendente número de paralelismos que hay entre Pedro y Pablo (V. “Paralelismo entre algunos milagros de Pedro y Pablo” en el Apéndice, pág. 350).
Quizá Lucas trató de defender el apostolado de Pablo, quien en verdad no fue considerado inferior a Pedro en poder y autoridad. Es posible que esto también explique la inclusión de tres relatos de la conversión de Pablo (caps. 9; 22; 26). Pero aunque haya paralelismos sorprendentes entre los ministerios de Pedro y Pablo, la confirmación del apostolado de Pablo es difícilmente el propósito primordial del libro, porque contiene demasiada información que no atañe a ese tema. Por ejemplo, ¿de qué manera ayudan a ese fin el nombramiento de los siete diáconos en o la descripción detallada del naufragio de ?
La mayoría de los eruditos reconoce que Hechos muestra la universalidad del cristianismo. ¿Será este su propósito principal? En efecto, narra que el evangelio alcanzó a los samaritanos, al eunuco etíope, a Cornelio, a los gentiles de Antioquía, a pobres y a ricos, a doctos e indoctos, a mujeres y hombres, a los de alta y noble posición, así como a los humildes. Esta interpretación también ayuda a explicar el énfasis que el autor pone en el concilio de Jerusalén, que describe en . Sin embargo, una vez más, esto no explica ciertos elementos del libro como la elección de Matías en o la de los siete en el cap. 6.
Pero persiste la pregunta, ¿cuál fue el propósito principal de que se escribiera Hechos? F.F. Bruce, representante de quienes creen que el objetivo es apologético, afirma: “Lucas es, de hecho, uno de los primeros apologistas cristianos. Es el pionero absoluto de la forma particular de la apologética que se dirige a las autoridades seculares para establecer el hecho de que los cristianos acatan las leyes del estado” (Bruce, Hechos, pág. 24; cf. F.J. Foakes Jackson y Kirsoop Lake, eds. The Beginnings of Christianity, vol. 2, Prolegomena II: Criticism., “Los Comienzos del Cristianismo, Prolegómenos II: Crítica”, Grand Rapids: Baker Book House, 1979, págs. 177–87). Hay mucho en Hechos que apoya la idea de que el libro fue escrito para defender al cristianismo ante los gobernantes romanos.
La persecución que se menciona en Hechos siempre es de tipo religioso, a excepción de dos ocasiones: en Filipos (cap. 16) y Éfeso (cap. 19); en ambas, la oposición se debió a cierto interés personal. En las restantes, la persecución tuvo su origen en los judíos.
Sin embargo, puede discutirse si el propósito principal de Hechos es apologético, aunque gran parte del libro apoye ese punto de vista. Por ejemplo, ¿por qué habría de incluirse el naufragio de ? Otra objeción p 129 al concepto del propósito apologético es la cercana relación que existe entre el evangelio de Lucas y Hechos. Es evidente que ambos forman parte de una obra compuesta de dos volúmenes. es suficiente evidencia de esto. Por lo tanto, difícilmente puede ser este libro apologético en su propósito principal, porque en el evangelio de Lucas hay muy poco material que revele una intención semejante.
Seguramente, el punto de vista más popular acerca del propósito de Hechos es el histórico. De acuerdo a éste, la meta de Lucas era registrar el extendimiento del mensaje del evangelio desde Jerusalén, a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra (1:8). Barclay afirma: “La gran meta de Lucas fue mostrar la propagación del cristianismo y cómo la religión que comenzó en un pequeño rincón de Palestina, en menos de 30 años llegó hasta Roma” (William Barclay, The Acts of the Apostles, “Los Hechos de los Apóstoles”, p. xvii). Asimismo, explica la transición de un ministerio judío a uno gentil y en especial de Pedro a Pablo. Además, este punto de vista encaja bien con la perspectiva histórica que aparece en y . El prólogo de es parecido al de un historiador de la talla de Herodoto, Tucídides o Polibio. Está muy claro que Lucas estaba escribiendo historia en ambos libros.
Pero, ¿es Lucas sólo un historiador? Lucas y Hechos son libros históricos, pero también son intensamente teológicos y escatológicos. El libro de Hechos se inicia con una pregunta escatológica (1:6) y concluye con terminología escatológica (“el reino de Dios”, 28:31). Además, pone énfasis en la soberanía de Dios. A pesar de la intensa oposición de todo tipo, la palabra de Dios se difundió y la gente respondió a ella. Nada pudo detener el continuo crecimiento del cristianismo. Entonces, puede decirse que el propósito del libro de Hechos es como sigue: explicar, junto con el evangelio de Lucas, el avance del mensaje del reino de Dios dirigido ordenada y soberanamente, primero o los judíos, después a los gentiles, y de Jerusalén a Roma. En el evangelio de Lucas se responde la pregunta, ¿si el cristianismo tiene sus raíces en el A.T. y el judaísmo, “¿cómo llegó a ser una religión universal?” Actualmente, el libro de Hechos sigue respondiendo a la misma interrogante.
Junto a esta progresión mundial se encuentra un énfasis escatológico tanto en Lucas como en Hechos. La expresión profética reino de Dios aparece 32 veces en Lucas y 6 en Hechos, además de otras alusiones en 1:6 y 20:25 (cf. 1:3; 8:12; 14:22; 19:8; 28:23, 31). También hay muchas referencias a la escatología en otros términos y por inferencia (1:11; 2:19–21, 34–35; 3:19–25; 6:14; 10:42; 13:23–26, 32–33; 15:15–18; 17:3, 7, 31; 20:24–25, 32; 21:28; 23:6; 24:15–17, 21, 25; 26:6–8, 18; 28:20). Es obvio que el libro hace hincapié en la iglesia actual, pero también en la esposa de Cristo como heredera del reino. Entonces, puede concluirse que Lucas muestra la forma en que el mensaje del reino pasó de ser predicado principalmente a los judíos para ser llevado mayormente a los gentiles; y de Jerusalén hasta Roma.
Este avance fue dirigido en forma ordenada y soberana. Un tema que corre como elemento integrador a través del libro es la soberanía de Dios. A pesar de la fuerte oposición, la palabra crecía y se proclamaba bajo la dirección divina. Por lo tanto, el propósito de Lucas al escribir Hechos es mostrar la intención de Dios de incluir en su reino milenial a una población de creyentes p 130 de la época de la iglesia formada por judíos y gentiles.
Si se acepta esta declaración acerca del propósito del libro, no por eso quedan excluídas las primeras sugerencias. De todas formas, incluye a Pedro y a Pablo como los personajes principales; Pedro como ministro de la circuncisión y Pablo de los incircuncisos. Igualmente, Lucas pone énfasis en la universalidad del evangelio en ambos libros. Por otro lado, el desarrollo del libro, el cual se declara en 1:8, encaja dentro de esta declaración. Todo ello contribuye al propósito general que tuvo Lucas al escribirlo.

Fuentes que Lucas pudo haber usado.

Bajo la inspiración del Espíritu Santo, probablemente el autor usó varias fuentes. En primer lugar y en forma principal, están sus experiencias personales. Esto se ve más claramente en las secciones donde se usa el pronombre “nosotros” (16:10–40; 20:5–28:31). Una segunda fuente de información pudo haber sido Pablo, con quien Lucas pasó mucho tiempo. La conversión del apóstol y sus experiencias en el ministerio debieron ser, sin duda, discutidas por ambos durante su largo tiempo de convivencia. Una tercera fuente son otros testigos a quienes Lucas contactó (cf. 20:4–5; 21:15–19). En se menciona a Jacobo como conocido de Lucas. Seguramente estaba capacitado para proporcionar la información de los caps. iniciales de Hechos, los cuales parecen revelar que tuvo una fuente aramea. Además, mientras Pablo estuvo encarcelado durante dos años en Cesarea (24:27), Lucas pudo estar en libertad llevando a cabo su trabajo de investigación en Palestina (). Después de haber investigado y confirmado cuidadosamente los relatos obtenidos por boca de testigos oculares, escribió el libro de Hechos bajo la dirección del Espíritu Santo.

Fecha del libro.

Hechos debe haber sido escrito antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. porque ciertamente un evento de tal magnitud no podría ser ignorado por el autor. Esto se confirma a la luz de uno de los temas básicos del libro: Dios se volvió a los gentiles y desechó a los judíos debido a que éstos rechazaron a Cristo.
Si hubiera ocurrido antes de escribir su libro, es difícil que Lucas omitiera el relato de la muerte de Pablo, la cual fija la tradición entre 66–68 d.C. Tampoco menciona las persecuciones de Nerón que empezaron después del gran incendio de Roma en 64 d.C.
Además, hacer una defensa del cristanismo ante Nerón usando el libro de Hechos para apelar a lo que los oficiales de menor rango habían legislado con respecto e Pablo, habría tenido muy poco impacto en tiempo del antagonismo neroniano. En ese tiempo, Nerón estaba tan decidido a destruir a la iglesia, que la defensa presentada en Hechos hubiera tenido poco efecto para disuadirlo.
La fecha en que se escribió Hechos generalmente aceptada por los eruditos conservadores, esta entre 60–62 d.C. Con respecto al lugar donde se escribió, podría ser Roma o posiblemente Cesarea o tal vez las dos. Al momento de escribirse el libro, la liberación de Pablo era inminente o acababa de suceder.
Bosquejo del libro de Hechos.
El bosquejo usado en este estudio es resultado de dos claves que se encuentran en el libro. La primera y más obvia, es el verso lema, que se encuentra en : “Pero recibiréis poder, pág. 131 cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
La segunda, es el uso que Lucas hace de “informes de avance” que intercala a través del libro (cf 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31). Ya que Lucas no usa una fórmula precisa, existe algo de debate en cuanto a la ubicación de otros informes de avance (cf 2:41; 4:31; 5:42; 8:25, 40; etc.). Sin embargo, esas otras declaraciones, o no tienen el mismo sentido de resumen, o no son conclusivas.
La preciosa relación de estos dos factores, el v. clave de y los siete informes de avance, forman la base del siguiente bosquejo.

BOSQUEJO

I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)
A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)
1. Introducción (1:1–5)
2. Reclusión en Jerusalén (1:6–26)
3. Comienzo de la iglesia (cap. 2)
Informe de avance no. 1: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia a los que habían de ser salvos” (2:47).
B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)
1. La iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)
2. Disciplina en la iglesia (4:32–5:11)
3. Progreso en la iglesia (5:12–42)
4. Administración en la iglesia (6:1–7)
Informe de avance no. 2: “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén” (6:7).
II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)
A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)
1. Arresto de Esteban (6:8–7:1)
2. Discurso de Esteban (7:2–53)
3. Ataque contra Esteban (7:54–8:1a)
B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)
1. En Samaria (8:1b–25)
2. Al eunuco etíope (8:26–40)
C. El mensaje de Saulo (9:1–31)
1. Conversión de Saulo (9:1–19a)
2. Conflictos de Saulo (9:19b–31)
Informe de avance no. 3: “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (9:31).
III. Testimonio hasta lo último de la tierra (9:32–28:31)
A. Extensión de la iglesia a Antioquía (9:32–12:24)
1. Preparación de Pedro para un evangelio universal (9:32–10:48)
2. Preparación de los apóstoles para el evangelio universal (11:1–18)
3. Preparación de la iglesia de Antioquía para el evangelio universal (11:19–30)
4. Persecución de la iglesia en Jerusalén (12:1–24)
Informe de avance no. 4: “Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba” (12:24).
B. Crecimiento de la iglesia en p 132 Asia Menor (12:25–16:5)
1. Llamamiento y dedicación de Bernabé y Saulo (12:25–13:3)
[Primer viaje misionero, caps. 13–14]
2. Gira en Asia Menor (13:4–14:28)
3. El concilio de Jerusalén (15:1–35)
4. Confirmación de las iglesias en Asia Menor (15:36–16:5)
[Segundo viaje misionero, 15:36–18:22]
Informe de avance no. 5: “Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día” (16:5).
C. Crecimiento de la iglesia en el área del mar Egeo (16:6–19:20)
1. Llamamiento a Macedonia (16:6–10)
2. Conflictos en Macedonia (16:11–17:15)
3. Cruzada en Acaya (17:16–18:18)
4. Conclusión del segundo viaje misionero (18:19–22)
5. Conquista de Éfeso (18:23–19:20)
[Tercer viaje misionero, 18:23–21:16]
Informe de avance no. 6: “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (19:20).
D. Extensión de la iglesia a Roma (19:21–28:31)
1. Culminación del tercer viaje (19:21–21:16)
2. Encarcelamiento en Jerusalén (21:17–23:32)
3. Encarcelamiento en Cesarea (23:33–26:32)
4. Encarcelamiento en Roma (caps. 27–28)
Informe de avance no. 7: “Pablo … recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (28:30–31).
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 127–132.

COMENTARIO

I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)

A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)

1. Introducción (1:1–5)

1:1–2. En los dos primeros vv. de este libro, Lucas vio su evangelio en retrospectiva. Teófilo pudo haber sido el mecenas de Lucas, el que financió la escritura de Lucas y Hechos. De cualquier forma, era creyente en Cristo. Estos dos libros confirmarían e instruirían en la fe tanto a Teófilo, como a la iglesia de Cristo (cf. ).
El verbo comenzó indica que Hechos continúa el registro del ministerio y enseñanza que Cristo inició en la tierra. Él sigue trabajando y enseñando hoy día a través de su pueblo.
La referencia que hace a la ascensión del Señor en en retrospectiva a .
El Señor dio dos mandamientos antes de regresar al cielo: (1) el grupo apostólico debía permanecer en Jerusalén (; cf. ); y (2) habrían de ir al mundo y ser testigos (; cf. ; ).
Aunque estos mandamientos podrían parecer contradictorios, debían obedecerse en secuencia.
1:3. Las apariciones del Señor después de su resurrección, fueron testimonio de la realidad de la misma. Cristo dio muchas pruebas indubitables p 133 acerca de esto. La palabra “pruebas” (tekmēriois) aparece sólo en esta ocasión en el N.T. y se refiere a una evidencia demostrable en contraste con las evidencias que proporcionan los testigos. En otras palabras, la resurrección fue probada palpablemente porque Jesús fue visto, tocado y sentido (cf. ; ).
Durante cuarenta días después de volver a la vida, el Señor se apareció a los apóstoles y discutió con ellos acerca del reino de Dios. ¿Qué quiere decir esto, si Dios siempre ha gobernado sobre el mundo y especialmente en Israel? (; , , , ; ; ; ; ; ; ; etc.). Sin embargo, vendrá un tiempo, comúnmente llamado el milenio, en que Dios va a irrumpir en la historia humana en forma espectacular para establecer su gobierno. Esto es lo que significa el término “el reino de Dios” (cf. el comentario de ; ). Aunque este tópico fue el tema de muchas de las enseñanzas y predicaciones del Señor antes de la cruz, él consideró oportuno hablar más ampliamente de él durante su ministerio de cuarenta días después de la resurrección. (V. “Los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión” en el Apéndice, pág. 349).
1:4. La promesa dada por el Padre, también anticipada en , era obviamente el Espíritu Santo (cf. ; ; ; ).
1:5. Juan ciertamente había profetizado el bautismo del Espíritu por el Señor Jesús. La grandeza de Cristo se vio en el hecho de que Juan se identificó con su gente a través del bautismo de agua, pero Jesucristo unió a sus seguidores con él mismo por medio del Espíritu Santo. La palabra bautizó, que normalmente significa “zambullir o sumergir” tiene aquí la idea de “unirse con” (cf. ). El Señor hizo la misma predicción del bautismo del Espíritu que Juan (; ; cf. ).

2. Reclusión en Jerusalén (1:6–26)

a. La ascensión (1:6–11)

1:6. Es muy esclarecedora la pregunta de los discípulos: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Esta oración se introduce con el conectivo entonces (men oun), el cual asocia el pensamiento del v. 6 con el 5. En la mente de los discípulos, el derramamiento del Espíritu Santo y la llegada del reino estaban estrechamente relacionados. Es lógico que lo estuvieran, porque el A.T. frecuentemente unía los dos (cf. ; ; ; ; ). Cuando Cristo mencionó la pronta venida del bautismo del Espíritu, ellos de inmediato pensaron que la restauración del reino de Israel estaba cercana (cf. el comentario acerca de “restauración” en ).
1:7. Algunos concluyen, por la respuesta del Señor, que los discípulos tenían un falso concepto del reino. Pero esto no es correcto. Cristo no los acusó de ello, porque si sus seguidores hubieran tenido una apreciación incorrecta, este sería el momento para que él la corrigiera. El hecho es que Cristo enseñó la venida de un reino terrenal, literal (; ; ). declara que el Señor instruyó a los discípulos acerca del reino; en verdad les dio la impresión correcta en cuanto a sus características y su establecimiento futuro. Lo que Jesús discute aquí (v. 7) es el tiempo en que se va a establecer el reino. La palabra gr. que se usa para tiempos (j̱ronous) básicamente describe p 134 la duración de tiempo, y la palabra que se utiliza para sazones (kairous) se refiere tanto a la extensión del tiempo como a la clase de tiempo (e.g., “tiempos difíciles”). A los discípulos no les concernía saber los tiempos ni los períodos críticos que el Padre había puesto en su sola potestad. Más adelante se daría más revelación concerniente a esto (cf. ).
1:8. Este v. contrasta (alla, pero) con el 7. En vez de conocer los tiempos y las fechas, los apóstoles debían ser testigos de Cristo hasta lo último de la tierra. Esto lo harían después de ser sobrenaturalmente investidos con poder por el Espíritu Santo.
El significado de la cláusula me seréis testigos esta sujeto a cuestionamiento. ¿Es este un mandamiento o una simple declaración de hecho? Gramaticalmente, las palabras pueden ser tomadas en ambas formas, pero debido a 10:42 (cf. 4:20) claramente es un imper. en tiempo futuro.
Es probable que “lo último de la tierra” se refiere a Roma, el orgulloso centro de la civilización mundial durante la era apostólica, que se ubicaba a una significativa distancia de Jerusalén (más de 2,240 kms. en trayectoria recta).
1:9–11. Estos vv. describen la ascensión del Señor, pero también anticipan su regreso. Él va a regresar en una nube, corporalmente, a la vista de la gente () y al monte de los Olivos () así … como los apóstoles lo vieron ir.
La ascensión de Cristo marcó el final de su ministerio en la tierra en forma corporal. También lo exaltó a la diestra del Padre (; ; ; ; ). Al mismo tiempo, la ascensión significó que la obra de Cristo en la tierra estaba ahora en manos de sus discípulos (, ).
Era imperativo que ocurriera la ascensión para que pudiera venir el Consolador prometido (cf. , ; ; ; ). El Espíritu Santo dotaría de poder a los discípulos mientras ministraban el evangelio y esperaban el reino.

b. La súplica del aposento alto (1:12–14)

1:12–14. Camino de un día de reposo era un poco más de 800 mts. (cf. ; ). El monte del Olivar queda a esa distancia al oriente de Jerusalén.
Los apóstoles estaban reunidos en un aposento alto. Era común que los grupos grandes se reunieran en los pisos superiores, porque en las casas de Palestina, los cuartos más grandes estaban arriba (cf. ). Los pisos bajos tenían cuartos más pequeños para que sus paredes soportaran el peso de los pisos superiores.
La oración (1:14) puede haber sido una petición específica de la promesa que se menciona en el v. 4. En gr. “oración” lleva el artículo. Los discípulos estaban siguiendo la instrucción sugerida por Jesús (). Pero, a partir del día de Pentecostés, ya no es necesario que los creyentes oren pidiendo el Espíritu Santo (cf. ).
Es evidente que la resurrección del Señor dirigió a sus hermanos a la conversión (cf. ; ). Si así fue, esta es la única aparición de Cristo que se tiene registrada, a gente no salva después de su resurrección.

c. Elección de un nuevo apóstol (1:15–26)

1:15. Pedro, dirigente del grupo apostólico, se levantó en medio de unos ciento veinte discípulos que estaban reunidos en Jerusalén. p 135 Seguramente había más seguidores en otros lados (cf. ).
1:16–17. La alusión de Pedro al A.T. muestra el alto concepto en que tenía las Escrituras. Los Salmos habían sido inspirados por el Espíritu Santo hablando por boca de David. La afirmación de Pedro fue que era necesario que se cumpliese la Escritura. El vb. “era necesario” viene de dei, el cual se usa para referirse a una necesidad lógica o divina.
Pedro dijo que David profetizó acerca de Judas. Pero, ¿cuándo habló David de Judas Iscariote? En verdad no se refirió a él directamente o por nombre. En los Salmos, el Mesías se promete como el Rey ideal. Por lo tanto, los salmos reales que hablan del rey de Israel, prefiguran a Cristo. Así, los enemigos del salmista real se convierten en enemigos del Mesías. Entonces, Judas fue profetizado en y 109:8 como afirma . Ambos salmos se clasifican como reales o imprecatorios (cf. ).
1:18–19. Aunque este mismo no fue quien compró personalmente un campo, lo hizo indirectamente. Los sacerdotes usaron el dinero de la traición que Judas arrojó dentro del templo para hacer esa adquisición a nombre del traidor ().
El registro del violento final de Judas de parece contradecir , el cual claramente dice que “se ahorcó” a sí mismo. Una explicación es que las entrañas de Judas rápidamente se hincharon y extendieron después de que se colgó, así que se reventó por la mitad. Otra explicación más probable, es que Judas se colgó al filo de un precipicio y la cuerda o rama del árbol en que estaba colgado se rompió y cuando cayó a las rocas abajo, “se reventó por la mitad”.
Acéldama es una palabra ar. que significa campo de sangre. Se desconoce la localización exacta de ese lugar, pero tradicionalmente se cree que está cerca a la Iglesia Ortodoxa Griega y el Convento de San Onofre, donde se unen los valles de Hinom y Cedrón al sureste de Jerusalén (V. “Mapa de la ubicación de Acéldama” en el Apéndice, pág. 351).
1:20. Para la cita que hace Pedro de y 109:8 con referencia a Judas, V. el comentario de .
1:21. Una vez más (cf. v. 16), Lucas usó el vb. dei que se traduce como es necesario, para mostrar una necesidad lógica o divina. Es interesante observar que el grupo de los apóstoles consideró conveniente llenar la vacante que Judas había dejado. Pero, más adelante, cuando murió el apóstol Jacobo (12:2), no se registra que designaran un sucesor. Era necesario llenar el puesto de Judas porque había quedado vacante su lugar prometido al cual hace referencia . En ese pasaje, el Señor prometió a los apóstoles que se sentarían en doce tronos y reinarían con él sobre Israel cuando regresara a la tierra (cf. ).
1:22. Se nota la importancia que los discípulos daban a la resurrección en el hecho de que uno de los requisitos que pusieron era que la persona seleccionada fuera testigo de su resurrección. Ésta es una de las piedras angulares de la fe cristiana (cf. ).
1:23–26. Con dos hombres entre quienes escoger, José (alias Barsabás y Justo) y Matías, los apóstoles hicieron dos cosas: oraron (reconociendo la omnisciencia del Señor, cf. : ; ) y echaron suertes. Probablemente habían escrito los nombres p 136 en piedras colocadas en un recipiente. Cuando echaron éstas fuera del recipiente, la primera piedra en caer fue la que consideraron que era la elección del Señor.
Esta es la última vez en la Biblia que se menciona la práctica de echar suertes para determinar la voluntad de Dios. Aquí se hace necesario hacer un par de observaciones. Primero, no estaba de por medio algún problema moral. Más bien, se trataba de hacer una selección entre dos hombres que aparentemente estaban igualmente calificados. Segundo, este procedimiento debe haberse basado en donde se dice que la decisión de la suerte viene del Señor.
Algunos piensan que la selección de Matías fue errada, que este fue un método por demás deficiente para elegirlo, y que Pablo hubiera llenado mejor la vacante que Judas dejó al apostatar. Sin embargo, los que creen que Matías fue una elección adecuada, argumentan que está orientado hacia los judíos y que Pablo fue enviado a los gentiles (). Además, Lucas, el amigo y compañero de Pablo, reconoció a los doce como grupo oficial (; ). Finalmente, en Hechos no se censura esta elección.

3. Comienzo de la iglesia (cap. 2)

a. La venida del Espíritu Santo (2:1–13)

2:1. El día de Pentecostés era una fiesta anual que seguía a la fiesta de las primicias por una semana de semanas (i.e., siete semanas, o cuarenta y nueve días). Por lo tanto, también se llamaba la fiesta de las semanas (cf. ). El nombre “Pentecostés” derivado del gr., significa cincuenta y se refiere al quincuagésimo día después de la fiesta de las primicias ().
No se sabe exactamente dónde estaban reunidos los seguidores de Cristo en aquella instancia. Lucas simplemente escribió diciendo que estaban todos unánimes juntos, es decir, en un mismo lugar, tal vez en los atrios del templo. De todas formas, al lugar se le llama una “casa” (), designación poco usual para el templo, aunque en ocasiones se hace referencia a él como tal (cf. 7:47). Si no era en el templo, deben haber estado cerca de él (cf. 2:6).
2:2–3. La referencia que se hace al “viento” y al “fuego” son importantes. La palabra que se usa para “Espíritu” (pneuma) se relaciona con pnoe, que se traduce aquí como “viento”; también significa aliento. Ambos sustantivos, “espíritu” y “viento” o “aliento” se derivan del vb. pneō, “soplar, respirar”. El estruendo como de un viento recio … del cielo señala la manifestación del poder del Espíritu Santo y que su venida fue completa.
Las lenguas … de fuego representan la presencia de Dios. Varias veces en el A.T. él se presentó a sí mismo en forma de llamas (; ; ; ; ; cf. ; ).
Ninguno de los creyentes presentes en aquel lugar quedó exento de ésta experiencia, porque las lenguas repartidas aparecieron asentándose sobre cada uno de ellos.
2:4. La llenura del Espíritu Santo es diferente del bautismo del Espíritu; éste último ocurre una sola vez en la vida de cada creyente al momento de la salvación (cf. 11:15–16; ; ; ). Pero la llenura del Espíritu puede darse no solamente al momento de la salvación, sino también en otras ocasiones después de ella p 137 (, ; , ; ; ; , ).
Una evidencia del bautismo del Espíritu Santo fue que comenzaron a hablar en otras lenguas (jeterais glōssais; cf. 11:15–16) que indudablemente se refiere a dialectos vivos. La palabra que se usa en 2:6, 8 es dialektō, que significa “idioma”, no expresiones producto de un éxtasis. Esto arroja luz sobre lo que significa “lenguas” cuando se mencionan en los caps. 2; 10; 19 y en .
Este evento marcó el inicio de la iglesia. Hasta aquel momento, la iglesia sólo había sido anunciada (). La esposa del Cordero se constituyó en un cuerpo por razón del bautismo del Espíritu (). Por lo tanto, la primera vez que ocurrió el bautismo del Espíritu indica la inauguración de la iglesia. Por supuesto, no establece que ese bautismo tuvo lugar el día de Pentecostés. Sin embargo, 1:5 lo anuncia y 11:15–16 se refiere a ello como un hecho pasado que tuvo lugar en Pentecostés. Por tanto, la iglesia nació en aquella ocasión. (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360.)
2:5–13. Moraban … en Jerusalén judíos de la “diáspora” (la dispersión; cf. ; ) que habían venido a la fiesta. Posiblemente eran bilingües y hablaban tanto gr. como sus lenguas nativas. Ellos quedaron perplejos al escuchar a judíos de Galilea hablando el lenguaje de las etnias que rodeaban el mar Mediterráneo.
Existe la interrogante de si sólo los doce hablaron en lenguas o todos los ciento veinte. Muchos factores apoyan la idea de que solamente los doce estuvieron implicados en ese fenómeno: (1) Se hace referencia a ellos como galileos (: cf. 1:11–13). (2) Pedro se puso en pie con “los once” (2:14). (3) El antecedente más cercano de “ellos” en el v. 1 se circunscribe a los “apóstoles” en 1:26. Un problema con este punto de vista es el número de lenguas mencionadas en 2:9–11, que son más de doce. Pero un apóstol pudo haber hablado más de una lengua en secuencia. No obstante, siempre existe la posibilidad de que los 120 hayan hablado en lenguas. Ya que la mayoría de ellos procedían de Galilea, no es extraño que a todos se les haya llamado galileos. La referencia que se hace a los doce puede indicar que eran los líderes de los ciento veinte.
Lo que se discutió en todas esas lenguas fueron las maravillas de Dios. Parece que estaban alabando a Dios; su mensaje no era de arrepentimiento, ni el evangelio.
Incapaces de explicar este milagro, los judíos incrédulos se quedaron perplejos y algunos recurrieron a la burla afirmando: Están llenos de mosto. La palabra “mosto” (gleukous) significa vino dulce nuevo.

b. Discurso de Pedro (2:14–40)

Este sermón tiene un tema dominante: Jesús es el Mesías y Señor (v. 36) y puede ser bosquejado como sigue:
I. Este es el cumplimiento de la profecía (vv. 15–21).
A. Una defensa (v. 15)
B. Una explicación (vv. 16–21)
II. Jesús es el Mesías (vv. 22–32)
A. Sus obras dan testimonio de que es el Mesías (v. 22)
B. Su resurrección da testimonio de que es el Mesías (vv. 23–32)
III. Jesús, el Mesías glorificado, derramó el Espíritu Santo (vv. 33–36)
IV. Aplicación (vv. 37–40). (V. “Sermones y discursos en Hechos” en el Apéndice, pág. 352.)
2:14–15. Pedro comenzó refutando p 138 la acusación de que estaban ebrios. Apenas eran las 9 a.m. (lit., la hora tercera del día; el día comenzaba a las 6 a.m.). ¡Era demasiado temprano para que un grupo de parranderos estuvieran borrachos!
2:16–21. En vez de estar ebrios, estaban experimentando lo descrito en . Como Pedro mismo dijo, esto es lo dicho por el profeta Joel. Esta cláusula no significa “Esto es como eso”; sino que en Pentecostés se cumplió lo que Joel había escrito. Sin embargo, no se cumplieron las profecías de Joel citadas en . La implicación es que el resto se verificaría si Israel se arrepentía. Este aspecto condicional se discute más ampliamente en el comentario de 3:19–23.
2:22. Pedro dijo que las maravillas hechas por Jesús era lo que Dios había utilizado para verificar las afirmaciones del Señor de que era el Mesías entre vosotros, los judíos (cf. ; ).
2:23. El punto de este v. está claro. La crucifixión no fue un accidente. Fue el determinado consejo … de Dios (boulē, “plan”) y la voluntad divina expresa, no sólo una intención. Fue una necesidad divina (cf. 4:28). Cuando Pedro se refiere a vosotros significa los judíos y por inicuos tal vez se refiera a los gentiles, porque la palabra “inicuos” significa “sin ley” (anomōn). Tanto judíos como gentiles estuvieron implicados en la muerte de Cristo. Muchas veces, los apóstoles acusaron a los judíos de crucificar a Jesús (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 7:52; 10:39; 13:28) aunque también consideraban que los gentiles eran culpables (2:23; 4:27; cf. ).
2:24. La resurrección del Señor es una doctrina básica en Hechos (v. 32; 3:15, 26; 4:10; 5:30; 10:40; 13:30, 33–34, 37; 17:31; 26:23). Aquí hay otra indicación de que él es el Mesías porque era imposible que fuese retenido por … la muerte ().
2:25–35. Estos vv. incluyen cuatro pruebas de la resurrección y ascensión del Señor: (a) La profecía de y la existencia del sepulcro, de David (), (b) Los testigos de la resurrección (v. 32), (c) los eventos sobrenaturales de Pentecostés (v. 33), y (d) la ascensión del hijo de David que fue superior a él (; ).
La palabra Hades (hadēs en gr.) que aparece en los vv. 27 y 31 se refiere tanto a la tumba (como en este caso) como al mundo inferior de los espíritus que han partido.
El punto que Pedro quería enfatizar es que puesto que David el patriarca y profeta murió y fue sepultado, no podría estar refiriéndose a sí mismo en . Más bien, estaba escribiendo acerca del Cristo (“el Mesías”) y su resurrección. El juramento () ve en retrospectiva a (cf. ). A este Jesús resucitó Dios y fue exaltado (cf. ; ) a la diestra del Padre (cf. ; ; ; ; ; ; ; ). Por eso, Jesús tenía la autoridad de enviar la promesa del Espíritu Santo (, ; , ; ; ), cuya presencia se hizo evidente por lo que habían visto (“lenguas … de fuego” ) y escuchado (“un viento recio” v. 2) y a través de los apóstoles que hablaban en otras lenguas (vv. 4, 6, 8, 11).
Así como David no hablaba de sí mismo en , tampoco lo hizo en . David no resucitó (, ) ni subió a los cielos (v. 34). El Señor es Jehová Dios, quien habló a mi Señor (de David), quien es Cristo, el Hijo de Dios.
p 139 Hechos registra cinco ocasiones en que algunos de los apóstoles dijeron ser testigos del Cristo resucitado (v. 32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31). ¡Ellos sabían de qué hablaban!
2:36. Este v. es la conclusión del argumento de Pedro. El sustantivo Señor, que se refiere a Cristo, probablemente es una referencia a Jehová. La misma palabra, kyrios, se usa para referirse a Dios en los vv. 21, 34, y 39 (cf. ). Esta es una fuerte afirmación de la deidad de Cristo.
2:37. Los vv. 37–40 contienen la aplicación del sermón de Pedro. La palabra compungieron (katenygēsan) significa “herir o punzar violentamente, aturdir”. Fue innegable la obra de convicción del Espíritu Santo (cf. ) en sus corazones.
La pregunta que presentaron contiene un matiz de desesperación (cf. ). Si los judíos habían crucificado a su Mesías y él había sido exaltado, ¿qué les quedaba a ellos? ¿Qué podían y debían hacer?
2:38–39. La respuesta de Pedro fue directa. Primero les exigió: arrepentíos. Este vb. (metanoēsate) significa “cambiar de perspectiva”, “tener un cambio de parecer”, “dar media vuelta a la dirección de la vida”. Obviamente, esto resulta en un cambio de conducta, pero el énfasis está en la mente o perspectiva de la persona. Los judíos habían rechazado a Jesús; ahora tenían que confiar en él. En Hechos, el arrepentimiento en repetidas ocasiones, forma parte del mensaje de los apóstoles (v. 38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21; 26:20).
Surge un problema con el mandato “bautícese” y su relación con el resto de 2:38. Existen varios puntos de vista: (1) Que ambos, arrepentimiento y bautismo, dan como resultado la remisión de pecados. Si se acepta este punto de vista, el bautismo es esencial para la salvación. El problema con esta interpretación es que en el resto de las Escrituras el perdón de pecados está basado en la fe sola (, ; ; ; ; ; etc.). Además, Pedro, el mismo orador, hablando más tarde, prometió el perdón de pecados sobre la base de la fe sola (; ; ; ).
(2) Una segunda interpretación traduce 2:38: “Bautizaos … sobre la base de la remisión de vuestros pecados”. La preposición que se usa aquí es eis, que en el caso acusativo, puede significar “a causa de, sobre la base de”. Se usa de esta manera en ; y . Aunque es posible que esta construcción signifique “sobre la base de”, esta no es la interpretación normal. Eis, en el caso acusativo, por lo general describe propósito o dirección.
(3) Un tercer punto de vista considera la cláusula y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo como un paréntesis. Hay diferentes factores que respaldan esta interpretación: (a) El v. hace una distinción entre los vbs. y sustantivos en sing. y pl. “Arrepentíos” es pl., igual que el pron. “vuestros” en la cláusula para perdón de los pecados (lit., “para remisión de vuestros pecados”, eis afesin tōn jamartiōn jymōn). Por lo tanto, el vb. “arrepentíos” debe de ir junto con el propósito del perdón de los pecados. Por otro lado, el imper. “bautícese” es sing., lo que lo deja fuera del resto de la oración. (b) Este concepto se ajusta a la proclamación de Pedro en , en la cual aparece la misma expresión “perdón de pecados” (afesin jamartiōn). Pero allí descansa sólo sobre la base de la fe. (c) En y el mismo escritor, Lucas, indica que el p 140 arrepentimiento resulta en la remisión de pecados.
El don del Espíritu Santo es la promesa de Dios (cf. 1:5, 8; 2:33) para aquellos que se vuelvan al Señor, incluyendo a los judíos y sus descendientes, así como a los que están lejos, o sea, a los gentiles (cf. , , ). une el lado humano de la salvación (“arrepentimiento”) y el lado divino (llamare significa “elegir”; cf. ).
2:40. Las palabras de Pedro en este v. ven retrospectivamente a los vv. 23 y 36. Israel era culpable de un pecado horrendo; pero los judíos podían librarse individualmente del juicio de Dios para esa generación si se arrepentían (cf. ; ; ). Serían puestos aparte para Cristo y su iglesia, si tan sólo se disociaran de Israel.

c. Descripción de la primera iglesia (2:41–47)

2:41. Tres mil que creyeron fueron bautizados, mostrando así su identificación con Cristo. Este grupo de personas se unió inmediatamente a la fraternidad de los creyentes.
2:42. La actividad de la iglesia primitiva tenía dos características. Los creyentes, en primer lugar, siguieron firmes (proskarterountes), “perseverando en”, o “siguiendo en” (cf. 1:14; 2:46; 6:4; 8:13; 10:7; ; ; ) en la doctrina o enseñanza de los apóstoles. En segundo lugar, estaban en comunión, la cual se define con el partimiento del pan y … las oraciones. La omisión de “y” entre “comunión” y “el partimiento del pan y la oración” indica que estas dos actividades explican lo que es la comunión.
Quizá “el partimiento del pan” tiene que ver tanto con la mesa del Señor, como con las comidas comunitarias (cf. ; ; ; ; ).
2:43. Las maravilllas (terata, “milagros que sobrecogen”) y señales milagrosas (sēmeia “milagros que apuntan a una verdad divina”) confirmaron la veracidad de los apóstoles (cf. ; ). Ellos hicieron muchas “señales y maravillas” de ese tipo (; ; ; , ; ; ). Cristo también había hecho muchas “maravillas”, “señales” y “milagros” (dynameis, “obras poderosas”).
2:44–45. La “venta” de las propiedades y compartir las posesiones puede implicar que la iglesia primitiva esperaba el pronto regreso del Señor para establecer su reino. Esta es una razón para explicar por qué no continuó esa práctica. Tener en común todas las cosas no era socialismo ni comunismo, porque era un acto voluntario (cf. 4:32, 34–35; 5:4). Tampoco fueron distribuidos sus bienes equitativamente, sino que se ofrendaron para satisfacer las necesidades conforme éstas se iban presentando.
2:46–47. Las actividades descritas en los vv. 42 al 47, podrían marcar una tendencia a separar a la iglesia del judaísmo tradicional; sin embargo, ellos seguían perseverando (proskarterountes; cf. v. 42) unánimes cada día (cf. v. 47) en el templo.
Uno de los subtemas de Hechos es el regocijo, porque una iglesia victoriosa es una iglesia que se goza. Esto se menciona en los vv. 46–47 y en muchas otras ocasiones (5:41; 8:8, 39; 11:23; 12:14; 13:48, 52; 14:17; 15:3, 31; 16:34; 21:17). Durante su comunión, partían el pan en las casas, y comían juntos (cf. 2:42) con alegría. (La palabra alabando [ainountes] se usa solamente nueve veces en el N.T., siete de p 141 las cuales son mencionadas por Lucas: , ; ; ; ; ; ; ).
Lucas concluye esta sección con el primero de los siete informes de avance (cf. ; ; ; ; ; ): cada día otros eran salvos. ¡La iglesia creció rápidamente desde el principio!

B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)

1. la iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)

a. La ocasión (cap. 3)

3:1. Aparentemente había varias horas de oración en el templo de Jerusalén, 9 a.m., al medio día, y a las 3 p.m. Tal vez aquí se refiera a las 3 p.m., porque eso ayuda a explicar el v. 4:3.
3:2. La descripción de un hombre cojo de nacimiento pone énfasis en su condición sin esperanza. “Tenía más de cuarenta años” (4:22). Cada día … era traído por la gente a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna. Esta puede haber sido la puerta oriental del área del templo, la cual comunicaba el atrio de los gentiles con el de las mujeres.
3:3–11. La sanidad sobrenatural de Dios al cojo realizada a través de Pedro y Juan (v. 7), junto con su reacción escandalosa (v. 8), atrajeron a una multitud. El autor dice: se llenaron de asombro y espanto de lo que había sucedido. Por eso, corrieron a reunirse en el pórtico … de Salomón, que era un pasillo de columnas que corría a lo largo del lado oriental del atrio exterior (cf. 5:12). Dos cojos más fueron sanados en Hechos (9:32–34; 14:8–10).
3:12. Pedro evaluó la situación y aprovechó la oportunidad para predicar. Su mensaje incluyó: (a) una explicación (vv. 12–16) y (b) una exhortación (vv. 17–26).
3:13–15. El apóstol atribuyó a Jesús el poder de la sanidad y lo describió como el “Siervo” (NVI) Jesús (cf. v. 26; 4:27, 30). Este nombre recuerda el título “el Siervo de Jehová” que se menciona en ; ; ; . Es interesante que en la LXX en se usan dos formas del vb. entregasteis (paradidōmi). El siervo humilde (cf. ) fue exaltado (ha sido glorificado; cf. ; ; ; ; , ) por el Dios de los ancestros de los judíos, Abraham … Isaac y … Jacob (cf. ; , ; ; ; ; ). Pedro puso un fuerte énfasis en las tres contradicciones de la conducta de la gente (3:13–15). Primero, dijo que los judíos fueron quienes pidieron la muerte de Cristo ante Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. En segundo lugar, los judíos negaron al Santo y al Justo y pidieron la libertad de un homicida. Tercero, Israel mató al Autor de la vida pero Dios lo ha resucitado de los muertos. Los títulos que Pedro da a Cristo son interesantes: “su Siervo Jesús” (NVI), “al Santo y al Justo” (cf. ) y el “Autor de la vida” (cf. ). En el tercer título se hace más fuerte la ironía: mataron al Autor de la vida, ¡pero él fue levantado a vida de entre los muertos! (V. el comentario de acerca de la resurrección de Jesús. Para los testigos de la resurrección, V. 2:32.)
3:16. La sanidad del cojo vino como resultado de su fe en el nombre de Jesús. La fe también fue evidente en muchos a quienes Jesús sanó p 142 (e.g. ; ; ). En los tiempos bíblicos, se consideraba que el nombre de una persona lo representaba a él y a sus características. Lucas mencionó el nombre (de Jesús) por lo menos 33 veces en Hechos (cf. , ; , ; , , , ; , ; etc.).
3:17–18. Aquí principia la exhortación de Pedro. El pueblo y sus gobernantes (cf. ) habían actuado por ignorancia (cf. ; ; ), en el sentido de que no reconocieron quién era Jesús en realidad. Así que Dios les daba otra oportunidad de arrepentirse. Aunque ellos lo crucificaron en ignorancia, el sufrimiento de Cristo cumplió las promesas veterotestamentarias (cf. ; ).
3:19–21. La exhortación de Pedro, así como hizo en su sermón de Pentecostés (2:38) fue un llamado al arrepentimiento. ¿Acaso estaba Pedro diciendo aquí que si Israel se arrepentía, se establecería en la tierra el reino de Dios? Esto debe responderse en forma afirmativa por varias razones: (1) La palabra restauración (3:21) está relacionada con la palabra “restaurarás” de 1:6. En 3:21, está en forma de sustantivo (apokatastaseōs) y en 1:6 es un vb. (apokathistaneis). Ambas ocasiones se refieren a la restauración del reino de Israel (cf. ; ). (2) El concepto de restauración es semejante al de regeneración cuando se usa en relación con el reino (cf. ; ; ; ). (3) Las cláusulas de propósito son diferentes en y 20. En el v. 19, para que traduce pros to (algunos mss. tienen eis to) con un infinitivo. Esto apunta hacia un propósito cercano. Las otras dos veces que se usa que en los vv. 19b y 20, son traducción de una construcción diferente (jopōs, con vbs. subjuntivos) y se refieren a propósitos posteriores. Así, el arrepentimiento resulta en perdón de pecados, que es el propósito cercano (v. 19a). Luego, si Israel como un todo se arrepentía, un segundo propósito más remoto, se cumpliría con la venida del reino (tiempos de refrigerio en la segunda venida del Señor). (4) El hecho de que Dios enviara a Cristo, que significa Mesías (v. 20) implica la venida del reino. (5) Los profetas del A.T. “han anunciado estos días” (v. 24; cf. v. 21). Los profetas veterotestamentarios no profetizaron la iglesia; para ellos era un misterio (; ). Pero, frecuentemente hablaron de la edad de oro mesiánica, o sea, del milenio.
Esta oferta de salvación y del milenio señala tanto la gracia de Dios como la incredulidad de Israel. Por un lado, Dios estaba dando a los judíos una oportunidad de arrepentirse al ver la señal de la resurrección de Cristo. Ellos habían rechazado a Jesús “antes de la cruz”; ahora se les ofrecía el Mesías después de la resurrección. Por otro lado, las palabras de Pedro subrayan el rechazo judío. A ellos se les dio la señal de Jonás y aun así se negaron a creer (cf. ). En un sentido real, este mensaje confirmó la incredulidad de Israel.
Algunos eruditos bíblicos se oponen al punto de vista de que Pedro ofreció el reino. Lo hacen basados en varias objeciones: (1) Si Dios sabía que Israel iba a rechazar la oferta, no les hizo un ofrecimiento legítimo. Pero éste fue tan genuino como lo es la presentación del evangelio a cualquier persona no elegida. (2) Esto ubica la verdad del reino en la época de la iglesia. Sin embargo, la verdad de la iglesia se encuentra mencionada antes de que ésta naciera en Pentecostés (cf. ; ; ; ). (3) p 143 Este punto de vista conduce al ultradispensacionalismo. Pero esta no es una consecuencia necesaria si la oferta se ve como una transición dentro de la era de la iglesia. Hechos debe considerarse como un libro clave, de trancisión, que establece un puente entre la obra de Cristo en la tierra y su manifestación a través de la iglesia.
En conclusión, muestra que el arrepentimiento de Israel debería tener dos propósitos (1) Para los israelitas como individuos se ofreció el perdón de pecados y (2) para Israel como nación el regreso de su Mesías para reinar.
3:22–23. Aquí se retrata a Jesús como el “Moisés del N.T.” para cumplir (cf. ). Cristo no sólo vendría a liberar como Moisés, sino también a juzgar como el legislador (cf. con ; también cf. ).
3:24–25. La mención que Pedro hace de Samuel como el profeta que siguió a Moisés (cf. 13:20) claramente implica que Josué no cumplió la profecía de .
De una u otra forma, todos los profetas (cf. , ) escribieron acerca de estos días, lo cual se refiere a la era mesiánica. Los judíos eran herederos de los profetas, y del pacto dado a Abraham (; ; ; y confirmado a los padres (e.g., Isaac, []). Entonces, los judíos serían bendecidos si como Abraham, creyeran (cf. ; ; ). De hecho, a través de Abraham serán benditas todas las familias de la tierra (cf. ; , ; ; ).
3:26. Jesús, el Hijo de Dios (cf. v. 13; 4:27, 30), fue enviado en primer lugar a los judíos (os bendijese). Este patrón cronológico fue seguido a través de los evangelios y Hechos (cf., e.g., ; ; ). La razón de esto es que el establecimiento del reino dependía y todavía depende, de la respuesta de Israel a él (cf. ; ).

b. El encarcelamiento (4:1–22)

4:1–2. Los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos estuvieron involucrados en la aprehensión de Pedro, Juan y el hombre sanado (v. 14). Ya que el jefe de la guardia del templo era responsable de mantener el orden en él, no debe sorprender que él, junto con los sacerdotes y los saduceos, interrumpieran a Pedro y Juan a fin de esparcir a la turba (cf. 3:11).
Los sacerdotes eran en su mayoría saduceos por su afiliación religiosa (5:17); por eso, los principales acusadores pertenecían a esa secta. Se distinguían por varias características: (a) Incredulidad en cuanto a la resurrección corporal y negación de la existencia de ángeles o espíritus (23:8); (b) lealtad al gobierno romano; (c) un deseo de mantener el statu quo; (d) su simpatía por la clase adinerada; y (e) su apego exclusivo al Pentateuco. Los saduceos estaban en gran manera resentidos por la predicación de Pedro y Juan, ya que iba directamente en contra de la negación que hacían de la resurrección y porque también hacía tambalear al sistema establecido.
4:3. Los dos apóstoles fueron encarcelados durante la noche porque era ya demasiado tarde, lo cual significa que ya estaba entrada la tarde (cf. 3 p.m. en 3:1) y era imposible iniciar un juicio.
4:4. Otro de los subtemas de Hechos es el crecimiento de la palabra de Dios a pesar de la oposición. Con fuerza irresistible, el mensaje siguió p 144 extendiéndose. Dos apóstoles de empuje fueron encarcelados, pero la palabra de Dios ¡no pudo ser acallada! (cf. 28:30–31; ).
4:5–6. La descripción cuidadosa que Lucas hace acerca de los dirigentes judíos, subraya la pompa y poder que se exhibieron en la asamblea. ¡Unos sencillos pescadores estaban frente a los más altos gobernantes de la tierra! La frase, los gobernantes, los ancianos y los escribas describe al sanedrín, la corte suprema judía (cf. v. 15). Anás era el suegro de Caifás y fue el sumo sacerdote del 6 al 15 d.C., año en que fue depuesto. Su yerno Caifás ocupó su lugar desde el año 18 hasta el 36 d.C. Pero aparentemente Anás, siendo en cierta manera el más respetado de los sacerdotes, siempre fue considerado por los judíos como sumo sacerdote. (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348, cf. el comentario de ; ; ). Esa era la misma asamblea que había juzgado a Jesús; ahora, irónicamente ¡estaban frente a dos de los más prominentes y atrevidos discípulos de Jesús! Nada se sabe acerca de Juan y Alejandro que se mencionan aquí.
4:7–10. Cuando Pedro y Juan fueron llevados para presentarse en medio del sanedrín, y luego que los interrogaron acerca del origen de su autoridad, Pedro, el portavoz, fue lleno del Espíritu Santo (cf. 2:4). Este es ya ¡el cuarto mensaje proclamado por Pedro en Hechos! Hablando con ironía, dijo: “¿Estamos sometidos a juicio por el beneficio hecho a un hombre enfermo?” El milagro no había sido realizado por el poder de ellos sino por el nombre de Jesucristo (cf. 3:16; 4:7, 12, 17–18). Aunque ellos habían crucificado a Jesús, Dios lo resucitó de los muertos (cf. 2:23–24; 3:15).
4:11. Quien sanó al ciego fue la piedra que los edificadores habían desechado. Pedro citó aquí . Existe desacuerdo acerca del trasfondo de este v. La piedra reprobada () puede ser (a) una verdadera piedra de construcción, (b) la nación de Israel, o (c) David. También puede ser un proverbio que Pedro usó sin tener en mente alguna aplicación específica. Probablemente, David se refiere a Israel como la piedra rechazada en , ya que fue una nación despreciada por otros pueblos. De cualquier forma, el v. encuentra su cumplimiento en Cristo Jesús, quien es el Israel “ideal” (cf. ; ; ; ; ; ). La piedra rechazada (Cristo desechado por la nación al ser crucificado) es la cabeza del ángulo, el Señor resucitado.
4:12. La palabra salvación regresa a que Pedro acababa de citar, porque es un tema prominente de ese salmo, donde los vv. 22–29 anuncian la salvación milenial. En , Pedro no sólo estaba hablando de la justificación individual, sino también de la salvación nacional profetizada en .
Al escuchar esto, los gobernantes fueron puestos a la defensiva. No sólo habían rechazado al único Salvador de Israel, sino que estaban impidiendo que se concluyera el edificio divino. No quedaba entonces otra medio de salvación para el pueblo (cf. ; ).
4:13–14. Las autoridades se maravillaban (cf. 3:10) de que Pedro y … Juan … hombres sin letras (agrammatoi, “iletrados”) y del vulgo (idiōtai) hablaran con tal denuedo (parrēsia, “atrevimiento” o “valor para hablar abierta y francamente”). El “denuedo” es otro tema prominente de p 145 Hechos (2:29; 4:13, 29, 31; 28:31; cf. el vb. “hablar valerosamente” en 9:27–28; 13:46; 14:3; 18:26; 19:8; 26:26). El sanedrín guardó silencio cuando se dio cuenta de que Pedro y Juan habían estado con Jesús (cf. ). De esa manera, los apóstoles estaban experimentando lo que Cristo había prometido (; ; ).
4:15–17. Es muy significativo que las autoridades no pudieron negar la verdad de la señal. Deliberadamente se abstuvieron de mencionar la palabra “Jesús” y se refirieron a él como este nombre (cf. la misma abstención del sumo sacerdote, 5:28).
Tal vez Lucas haya obtenido de Nicodemo o de Pablo la información referente a los sucesos acontecidos después de que cerraron las puertas. Aunque Pablo no era saduceo, tal vez tuvo acceso a esa información.
El concilio, o sea el sanedrín, era la corte suprema y cuerpo administrativo de los judíos que estaba compuesto por 71 miembros en su mayoría saduceos, incluyendo al sumo sacerdote. En Hechos, esta es primera de cuatro veces que los seguidores de Jesús son traídos ante el sanedrín (cf. Pedro y los apóstoles, 5:27; Esteban 6:12; y Pablo, 22:30).
4:18–22. Cuando intimaron a Pedro y Juan de que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús, ellos respondieron que debían obedecer a … Dios … antes que a las autoridades humanas (cf. 5:29). Ellos simplemente estaban siendo testigos como Cristo les había mandado (1:8). Las autoridades los amenazaron (aparentemente prometiendo castigarlos si seguían predicando a Jesús) y los soltaron. Tenían miedo de castigarles en ese momento porque todos glorificaban a Dios (cf. 3:9; 5:26).

c. La súplica (4:23–31)

Pueden apreciarse tres partes en esta oración de la iglesia primitiva: (1) Dios es soberano (v. 24). (2) El plan divino incluye que los creyentes enfrenten la oposición contra el Mesías (vv. 25–28). (3) Por causa de esto, pidieron a Dios que les concediera predicar con valor (vv. 29–30).
4:23–24. Es interesante observar que al enfrentar la persecución, los suyos (la gente de Pedro y Juan), reconocieron el poder soberano de Dios.
4:25–27. Las palabras (“dijiste, mediante el Espíritu Santo” que aparecen en la NVI) por boca de David tu siervo señalan, como muchos pasajes, la inspiración divina de las Escrituras por medio de instrumentos humanos (cf. 28:25). contiene una cita de , la cual profetiza la tribulación. En un sentido, Pedro vio la oposición al Mesías, el “ungido de Dios” (tou J̱ristou; cf. “ungiste”, ), predicha por David en , como cumplida en la iglesia primitiva. Los paralelismos son obvios. Las gentes (ethnē. ) son paralelas con los gentiles (ethnesin, v. 27); los pueblos (laoi, v. 25) con el pueblo de Israel (laois Israēl, v. 27); reyes (v. 26) con Herodes (v. 27); y los príncipes (v. 26) con Poncio Pilato (v. 27).
4:28–30. Así como el poder y la voluntad soberana de Dios habían antes determinado que Cristo enfrentaría oposición, en aquella ocasión Pedro y Juan oraron para que el poder de Dios se manifestara con todo denuedo en la iglesia apostólica. También pidieron al Señor, les concediera la habilidad sobrenatural para hacer sanidades y señales (sēmeia, cf. 2:43) p 146 y prodigios (terata; cf. 2:43) mediante el nombre de … Jesús.
4:31. La respuesta del Señor a la petición de los creyentes pidiendo denuedo se manifestó por un temblor en el lugar en que estaban congregados. También incluyó una llenura sobrenatural del Espíritu Santo (cf. v. 8). Cuando Lucas, como en este caso, usa una forma verbal para referirse a la llenura de los creyentes con el Espíritu, por lo general dice que la manifestación del Espíritu fue otorgada soberanamente por Dios. Esto es diferente al imper. en , el cual establece que los cristianos son responsables de ser llenos del Espíritu.

2. disciplina en la iglesia (4:32–5:11)

a. División de bienes (4:32–37)

Lucas tuvo dos razones para incluir este pasaje en este lugar. Por un lado, lo usó para presentar a Bernabé a sus lectores. Una de las técnicas de Lucas es presentar a un personaje de manera rápida, describiéndolo en un papel inferior y luego más adelante llevarlo a escena en un papel más sobresaliente. Esto fue lo que hizo con Bernabé.
Un segundo propósito del escritor en estos vv. fue mostrar la forma en que Bernabé y el resto de la iglesia contrastan con Ananías y Safira (cap. 5). La generosidad de la iglesia, y especialmente la de Bernabé, se diferenció en gran manera del egoísmo que mostró la mencionada pareja.
4:32–35. Los creyentes estaban unidos no sólo espiritualmente (eran de un corazón y un alma) sino también materialmente (cf. 2:44–45 y el comentario). La venta de sus bienes fue voluntaria y la distribución se hacía de acuerdo a la necesidad. El Señor respondió a sus oraciones pidiendo denuedo (4:29) porque los apóstoles siguieron predicando la resurrección de Cristo. Gracia (v. 33) es otra de las palabras que se usan frecuentemente en Hechos (e.g., 6:8; 11:23; 13:43; 14:3, 26; 15:11, 40; 18:27; 20:24, 32; etc.).
4:36–37. José recibió el sobrenombre de Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), evidentemente por su carácter y capacidad de animar a aquellos que estaban desanimados.
¿Cómo podía un levita poseer una propiedad como la de Bernabé? ¿No estaba prohibido que los levitas poseyeran tierras? (, ) La respuesta puede ser que mientras los levitas no debían poseer tierras en Israel, podían tenerlas en cualquier otro lado. Aparentemente, Bernabé, siendo de la isla de Chipre, poseía tierras en aquel lugar. También es posible que su esposa tuviera algún terreno en Israel y que lo vendieron juntos. Lo más probable es que ya no se respetaba la restricción de , , como se ve en el caso de Jeremías (cf. ; ).
b. Engaño de Ananías y Safira (5:1–11)
Esta historia nos hace pensar en la de Acán, como se relata en (cf. ; ).
5:1–2. El pecado de Ananías y Safira su mujer se explica en los vv. 3–4, 9. Por supuesto, ellos pudieron haber guardado el producto de la venta de su heredad, pero por acuerdo mutuo mintieron, diciendo que habían dado todo el dinero, cuando en realidad sólo habían entregado una parte … del precio.
La frase a los pies de los apóstoles es la misma que se usa en 4:35, 37 y hace un marcado contraste entre la acción de Ananías y la de Bernabé.
p 147 5:3. En respuesta, Pedro acusó a Ananías diciendo: llenó Satanás tu corazón. El vb. que se traduce por “llenó” es eplērōsen, de plēroō, que aquí da la idea de control o influencia. El mismo vb. se usa en el mandamiento: “sed llenos del Espíritu Santo” (). Ananías, un creyente, fue influenciado por Satanás, ¡no por el Espíritu! El hecho de que Pedro preguntara ¿por qué …? (“¿cómo es que …?”, NVI) implica que Satanás había tomado control de Ananías porque no había arreglado cuentas de un pecado anterior.
5:4. Pedro calificó la mentira de Ananías como hecha “al Espíritu Santo” (v. 3). En este v., Pedro se refirió a esa mentira como que la hicieron a Dios. Esta es una afirmación de la deidad del Espíritu Santo.
El hecho de que los creyentes tuvieran derecho a guardar su dinero, muestra que no se trataba de socialismo cristiano. Más bien, era un arreglo en que operaba el libre ejercicio de la voluntad, y cada quien daba para el sostenimiento de la iglesia y ésto sólo temporalmente, porque es evidente que la iglesia primitiva esperaba el regreso de Cristo durante su generación.
5:5–6. Al oir Ananías estas palabras, cayó y expiró. Como Pedro escribió posteriormente, el juicio comienza “por la casa de Dios” (). Este es un caso de “pecado de muerte” (). Esta disciplina fue muy severa porque estaba destinada a ser un ejemplo, así como Acán lo fue para Israel (cf. ).
5:7–10. Luego Safira, sin haberse percatado de la repentina muerte de su esposo, también mintió sobre la cantidad en que habían vendido la heredad.
Pedro acusó a Safira de estar de acuerdo con Ananías para tentar al Espíritu del Señor. “Probar el Espíritu del Señor” es ver cuánto uno se puede desviar sin que él lo castigue; equivale a retarlo para ver si va a cumplir su palabra, o llevarlo hasta los límites del juicio (cf. ; ).
5:11. Como resultado de la disciplina a esta pareja, todos los creyentes y no creyentes que oyeron estas cosas sintieron gran temor. Esta fue una consecuencia ya establecida en el v. 5 y repetida aquí para poner énfasis (cf. 19:17).
El propósito de este relato es múltiple: (1) Revela el desagrado que Dios siente por el pecado, particularmente la deshonestidad dentro de la iglesia. (2) Marca una gran diferencia entre la iglesia e Israel, porque en éste nunca se vio una disciplina semejante. La palabra iglesia (usada por primera vez aquí en Hechos) se refiere aquí, en 9:31 y 20:28 a la iglesia universal y en 11:26 y 13:1 a las congregaciones locales. (3) Indica que Dios estaba obrando en esta nueva entidad.

3. Progreso en la iglesia (5:12–42)

a. Autenticación de los apóstoles (5:12–16)

Este párrafo prepara a los lectores para lo que sigue. Una actividad semejante ¡difícilmente podría pasar desapercibida!
5:12. Una vez más, los apóstoles fueron usados por Dios para hacer muchas señales y prodigios (cf. el comentario de 2:43). Es interesante notar que el lugar de las reuniones regulares de la iglesia de Jerusalén era el pórtico de Salomón, donde la gente se congregó después de haber escuchado las noticias acerca de la sanidad del cojo (3:11).
p 148 5:13. Este v. probablemente significa que ningún hipócrita o incrédulo se atrevía a juntarse con ellos porque el caso de Ananías y Safira ¡los había asustado mucho!
Las palabras de los demás, ninguno son literales, “nadie más del resto” (tōn loipōn oudeis). Las palabras “los demás” se usan con respecto a los perdidos (trad. “otros” en ; cf. ; ; ; ).
5:14. A pesar de la aversión que los no salvos tenían para unirse al grupo de los creyentes, los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres. El rápido crecimiento numérico fue un fenómeno de la iglesia primitiva (cf. 2:41, 47; 4:4; 6:1, 7; 9:31).
5:15–16. Las señales milagrosas (cf. v. 12) confirmaron la palabra de Dios en medio de la incipiente iglesia. Esto muestra la divina aprobación soberana de ésta después de llevar a cabo la disciplina. Mucha gente manifestó no sólo su confianza en los apóstoles para sanar, sino también dejó ver su superstición. Pensaban que la sombra de Pedro que caía sobre los enfermos era la que en sí los sanaba.
El poder, divinamente dado a los apóstoles para sanar y echar fuera demonios, está de acuerdo a la promesa que les hiciera el Señor (; Mr. l6:17–18).

b. Segundo encarcelamiento y liberación de los apóstoles (5:17–20)

5:17–20. Después de esta segunda aprehensión y encarcelamiento de los apóstoles (aparentemente todos los doce estuvieron involucrados). Dios los liberó en forma sobrenatural. Les encomendó, por medio de un ángel que siguieran en la proclamación pública (en el templo, cerca del lugar de reunión de la iglesia; cf. v. 12) de todas las palabras de esta vida (una forma poco común de referirse al evangelio). En Hechos, este es el primero de tres milagros de encarcelamiento y liberación que se narran (cf. Pedro, 12:6–10; Pablo y Silas, 16:26–27).

c. Interrogatorio y defensa de los apóstoles (5:21–32)

5:21a. Es evidente la obediencia de los apóstoles a la instrucción del ángel (v. 20). Aunque habían dormido muy poco la noche anterior, entraron de mañana (lit., al amanecer) en el templo (cf. v. 20).
5:21b-25. Los hechos registrados en estos vv. están llenos de ironía: (1) los alguaciles estaban guardando cuidadosamente una cárcel vacía (vv. 21b-23). (2) Los principales dirigentes de Israel estaban reunidos para juzgar a prisioneros que no estaban en su poder. (3) Mientras los dirigentes deliberaban frenéticamente acerca de qué habría sucedido a los varones que estaban bajo su custodia, se les avisó que los apóstoles estaban predicando en los atrios del templo. El jefe de la guardia … y los principales sacerdotes (cf. 4:1), dudaban (lit., “estaban perplejos” o “no sabían que hacer”) en cuanto a cómo explicar lo de la celda cerrada con toda seguridad, pero vacía. Tal vez ellos mismos estaban preguntándose qué les pasaría a ellos, ¡que habían perdido a sus prisioneros! (Cf. 16:27–28.)
5:26–27. El jefe de la guardia y los oficiales de la cárcel los volvieron a capturar, pero ahora cuidadosamente (sin el uso de violencia, por temor a provocar el enojo del populacho) y los trajeron delante del concilio para interrogarlos. (Acerca del sanedrín, V. el comentario de 4:15; cf. 6:12; 22:30.)
p 149 5:28. El uso del pronombre ese dos veces, subraya la renuencia del sumo sacerdote a pronunciar el nombre de Jesús (“este nombre”, 4:17). ¡Obviamente, su odio por Jesucristo era grande!
5:29. Pedro aquí reiteró un principio básico que se había afirmado previamente en 4:19–20. Lo opuesto también es cierto: los cristianos deben obedecer a los gobernantes a menos que sea un pecado hacerlo (cf. ; ).
5:30–31. La respuesta de Pedro y los apóstoles acerca de la resurrección de Jesús debe haber enfurecido a los saduceos (cf. 4:1–2; 5:17; 23:8). Este es el mismo mensaje que Pedro, como portavoz de los apóstoles, había predicado antes: (a) ellos habían matado a Jesús, pero Dios lo levantó de entre los muertos (cf. 2:23–24, 36; 3:15; 4:10) y (b) podían recibir el perdón de sus pecados (cf. 2:38; 10:43; 13:38; 26:18) al volverse a él en arrepentimiento (cf. 2:38; 3:16; 4:12; 8:22).
5:32. Los apóstoles estaban conscientes de su responsabilidad, por lo que afirmaron: nosotros somos testigos suyos de estas cosas (rhēmatōn, “palabras, dichos” o “cosas”). Además, el Espíritu Santo corroboró el testimonio de ellos al capacitarlos sobrenaturalmente para predicar con denuedo y para hacer milagros. Este mismo Espíritu se ha dado a todos los que creen en Cristo ().

d. Liberación de los apóstoles (5:33–42)

5:33. La furia de los dirigentes hacia los apóstoles era de esperarse y querían matarlos. Su oposición siguió el mismo patrón que su hostilidad hacia el Señor pocas semanas antes. La oposición siempre crece, y así sucedió aquí.
5:34–35. Un fariseo … Gamaliel doctor de le ley, venerado de todo el pueblo, influenció en el sanedrín para que no se opusiera a los apóstoles. Él no habló porque tuviera simpatía por la iglesia, sino porque había entendido la forma en que Dios obra soberanamente en la tierra (cf. v. 39).
5:36. Nada se sabe de Teudas y sus cuatrocientos insurrectos, cuya rebelión fracasó. Aunque Josefo, historiador judío del primer siglo, describió una rebelión dirigida por un Teudas, fue posterior y mucho más grande. Además, fue después de la que dirigió el Judas descrito en el v. 37.
5:37. La insurrección dirigida por Judas el galileo fue la segunda ilustración de Gamaliel. Josefo dio un registro más amplio de este movimiento que culminó con la ejecución de Judas, pero que también provocó más revueltas.
5:38–39. Aquí se encuentra la conclusión y el mensaje central del discurso de Gamaliel. Al observar lo que sucediera al movimiento cristiano, ellos sabrían si era de origen humano o de Dios. Es interesante que este discurso fue en un sentido, una apología para la iglesia de Jesucristo, dada por un representante de los enemigos de ella. Tratar de detener la obra de Dios sería como ¡estar luchando contra Dios!
5:40. Las autoridades no consideraron correcto sólo amonestar a los apóstoles, por lo que decidieron azotarlos y les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús (sobre “el nombre” de Jesús, V. el comentario de 3:16). Los azotes fueron evidentemente un castigo para los apóstoles por desobedecer la amonestación que les habían hecho anteriormente (cf. 4:18, 21; 5:28).
5:41–42. A pesar de la sangrienta golpiza, los apóstoles salieron de la p 150 presencia del concilio, gozosos. Aquí se hace evidente una vez más el tema del gozo en el libro de Hechos (V. el comentario de 2:46–47). Una iglesia victoriosa se goza en la obra divina a pesar de la persecución, y como en este caso, aun a causa de ella. Los apóstoles se sintieron honrados de padecer afrenta por causa del Nombre (sobre el “nombre”, V. 3:16; cf. , ). Posteriormente, Pedro animó a los cristianos a “regocijarse” cuando “participaran” en los sufrimientos por causa de Cristo (; cf. ; ).
El propósito de Lucas al escribir fue mostrar la forma en que Israel como nación seguía firme en su trágico rechazo de Jesús el Mesías.
4. administración en la iglesia (6:1–7)
6:1. Los judíos griegos no podían hablar arameo, la lengua nativa de los judíos que vivían en Israel. Probablemente habían sido criados fuera de su tierra y eran bilingües que hablaban tanto griego como su lengua nativa (cf. 2:5–11). Tal vez también pertenecían a ese grupo otros gentiles prosélitos del judaísmo, que más tarde llegaron a ser cristianos. Los judíos nativos también eran bilingües, porque hablaban arameo y griego (cf. 21:40) En el mundo judío, existían tensiones entre los judíos griegos y los hebreos de lengua aramea; y trágicamente, esas tensiones se introdujeron a la iglesia.
6:2. Las mesas (trapezais) pueden referirse a las mesas usadas para servir comida o mesas de dinero, es decir, los bancos. Probablemente se refieren aquí al lugar donde se administraban los fondos y víveres para las viudas.
Los doce reconocieron que las prioridades de su ministerio eran la palabra … y la oración (cf. v. 4).
6:3–4. Los apóstoles mencionaron tres cualidades que debían tener los que se nombraran para servir: (a) Ser llenos del Espíritu Santo, (b) estar llenos de sabiduría (cf. v. 10) y además, (c) ser conocidos por estas cosas. Esto quiere decir que las dos primeras características debían formar parte de su reputación y que las tres eran necesarias para el buen manejo de las finanzas. (La fe, v. 5, no es otro distintivo, porque creer es simplemente el medio para estar lleno con el Espíritu Santo.)
La selección de siete varones puede relacionarse con la tradición de las comunidades judías en que siete hombres respetables administraban los negocios públicos y actuaban como concilio oficial. Al escoger a esos siete hombres, los doce persistieron en dar atención a la oración y … al ministerio de la palabra (cf. v. 2).
6:5. La propuesta de los doce agradó … a toda la multitud de discípulos. Es significativo que los siete tuvieran nombres griegos, implicando que eran helenistas. Nicolás, el último mencionado, no era ni siquiera judío, sino uno convertido al judaísmo y posteriormente al cristianismo. Evidentemente, la iglesia primitiva sintió que el problema de la falta de atención involuntaria hacia las viudas greco judías, se resolvería mejor si lo solucionaban los judíos helénicos, y que ciertamente ellos no iban a desatender a las viudas de habla aramea.
La presentación de los siete (cf. 21:8) prepara a los lectores para el ministerio de Esteban y Felipe, los primeros dos de la lista. Además, la referencia a los judíos griegos anticipa la extensión más amplia del evangelio fuera del círculo de Jerusalén y Judea. p 151 (No se sabe nada acerca de los otros cuatro: Prócoro … Nicanor … Timón y Parmenas).
6:6. Aunque la comunidad cristiana eligió a los siete, estos fueron comisionados por los apóstoles. Esto se hizo por medio de la oración y la imposición de las manos. La práctica de imponer las manos sobre otros era un gesto que significaba comisionar y dar autoridad (cf. 8:17–19; 13:3; 19:6; ; ; ).
¿Fueron estos los primeros diáconos? ¿Qué oficio eclesiástico se observa aquí? Existen tres respuestas a estas interrogantes.
(1) Algunos dicen que éstos fueron los primeros diáconos. Varios factores se usan para sostener este punto de vista. Primero, el oficio de diácono se da por sentado en las cartas de Pablo (cf. ). Si no es un relato de su inicio, entonces surge la interrogante, ¿cuándo y dónde se originaron los diáconos? Segundo, varias palabras relacionadas con el diaconado (diakonia) se encuentran aquí; “distribución” (lit. “servicio”) en el v. 1 es diakonia, y “servir” en el v. 2 es diakonein. Sin embargo, a estos hombres nunca se les llamó “diáconos” (diakonoi). Posteriormente se les llamó “los siete” (21:8). Además, las palabras “distribución” y “servir” no parecen tener aquí un sentido técnico. Estos términos se usan comúnmente en el N.T. en gr. sin darles algún sentido especial.
(2) Otros afirman que éstos fueron los precursores del oficio de anciano. Esta no es una interpretación común, pero adquiere su respaldo en 11:30, donde se refiere al dinero de ayuda dado a los ancianos. Si los diáconos manejaban estos fondos antes (cap. 6), se argumenta que posteriormente llegaron a ser los ancianos (cap. 11). Sin embargo, el oficio de anciano tuvo su origen en la sinagoga judía.
(3) Un tercer punto de vista es que ejercieron esa posición temporalmente con el propósito de satisfacer una necesidad específica. Esta parece ser la mejor interpretación por un par de razones. Primero, fueron escogidos para una tarea en particular, no una generalizada. Segundo, tuvieron una responsabilidad temporal por causa de la naturaleza comunitaria de la iglesia de Jerusalén. Aun así, esos hombres ilustran el papel y función del oficio de diácono.
6:7. Este v. contiene otro de los informes de avance de Lucas. La iglesia estaba creciendo rápidamente en número (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31). Es más, muchos sacerdotes judíos llegaban a ser creyentes (obedecían a la fe; cf. ). Con el nombramiento de estos hombres, los lectores quedan listos para leer acerca de la obra de Esteban y Felipe y la proclamación del evangelio afuera de Jerusalén.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 132–151.
I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)
A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)
1. introducción (1:1–5)
1:1–2. En los dos primeros vv. de este libro, Lucas vio su evangelio en retrospectiva. Teófilo pudo haber sido el mecenas de Lucas, el que financió la escritura de Lucas y Hechos. De cualquier forma, era creyente en Cristo. Estos dos libros confirmarían e instruirían en la fe tanto a Teófilo, como a la iglesia de Cristo (cf. ).
El vb. comenzó indica que Hechos continúa el registro del ministerio y enseñanza que Cristo inició en la tierra. Él sigue trabajando y enseñando hoy día a través de su pueblo.
La referencia que hace a la ascensión del Señor en en retrospectiva a .
El Señor dio dos mandamientos antes de regresar al cielo: (1) el grupo apostólico debía permanecer en Jerusalén (; cf. ); y (2) habrían de ir al mundo y ser testigos (; cf. ; ).
Aunque estos mandamientos podrían parecer contradictorios, debían obedecerse en secuencia.
1:3. Las apariciones del Señor después de su resurrección, fueron testimonio de la realidad de la misma. Cristo dio muchas pruebas indubitables p 133 acerca de esto. La palabra “pruebas” (tekmēriois) aparece sólo en esta ocasión en el N.T. y se refiere a una evidencia demostrable en contraste con las evidencias que proporcionan los testigos. En otras palabras, la resurrección fue probada palpablemente porque Jesús fue visto, tocado y sentido (cf. ; ).
Durante cuarenta días después de volver a la vida, el Señor se apareció a los apóstoles y discutió con ellos acerca del reino de Dios. ¿Qué quiere decir esto, si Dios siempre ha gobernado sobre el mundo y especialmente en Israel? (; , , , ; ; ; ; ; ; ; etc.). Sin embargo, vendrá un tiempo, comúnmente llamado el milenio, en que Dios va a irrumpir en la historia humana en forma espectacular para establecer su gobierno. Esto es lo que significa el término “el reino de Dios” (cf. el comentario de ; ). Aunque este tópico fue el tema de muchas de las enseñanzas y predicaciones del Señor antes de la cruz, él consideró oportuno hablar más ampliamente de él durante su ministerio de cuarenta días después de la resurrección. (V. “Los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión” en el Apéndice, pág. 349).
1:4. La promesa dada por el Padre, también anticipada en , era obviamente el Espíritu Santo (cf. ; ; ; ).
1:5. Juan ciertamente había profetizado el bautismo del Espíritu por el Señor Jesús. La grandeza de Cristo se vio en el hecho de que Juan se identificó con su gente a través del bautismo de agua, pero Jesucristo unió a sus seguidores con él mismo por medio del Espíritu Santo. La palabra bautizó, que normalmente significa “zambullir o sumergir” tiene aquí la idea de “unirse con” (cf. ). El Señor hizo la misma predicción del bautismo del Espíritu que Juan (; ; cf. ).
2. reclusión en jerusalén (1:6–26)
a. La ascensión (1:6–11)
1:6. Es muy esclarecedora la pregunta de los discípulos: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Esta oración se introduce con el conectivo entonces (men oun), el cual asocia el pensamiento del v. 6 con el 5. En la mente de los discípulos, el derramamiento del Espíritu Santo y la llegada del reino estaban estrechamente relacionados. Es lógico que lo estuvieran, porque el A.T. frecuentemente unía los dos (cf. ; ; ; ; ). Cuando Cristo mencionó la pronta venida del bautismo del Espíritu, ellos de inmediato pensaron que la restauración del reino de Israel estaba cercana (cf. el comentario acerca de “restauración” en ).
1:7. Algunos concluyen, por la respuesta del Señor, que los discípulos tenían un falso concepto del reino. Pero esto no es correcto. Cristo no los acusó de ello, porque si sus seguidores hubieran tenido una apreciación incorrecta, este sería el momento para que él la corrigiera. El hecho es que Cristo enseñó la venida de un reino terrenal, literal (; ; ). declara que el Señor instruyó a los discípulos acerca del reino; en verdad les dio la impresión correcta en cuanto a sus características y su establecimiento futuro. Lo que Jesús discute aquí (v. 7) es el tiempo en que se va a establecer el reino. La palabra gr. que se usa para tiempos (j̱ronous) básicamente describe p 134 la duración de tiempo, y la palabra que se utiliza para sazones (kairous) se refiere tanto a la extensión del tiempo como a la clase de tiempo (e.g., “tiempos difíciles”). A los discípulos no les concernía saber los tiempos ni los períodos críticos que el Padre había puesto en su sola potestad. Más adelante se daría más revelación concerniente a esto (cf. ).
1:8. Este v. contrasta (alla, pero) con el 7. En vez de conocer los tiempos y las fechas, los apóstoles debían ser testigos de Cristo hasta lo último de la tierra. Esto lo harían después de ser sobrenaturalmente investidos con poder por el Espíritu Santo.
El significado de la cláusula me seréis testigos esta sujeto a cuestionamiento. ¿Es este un mandamiento o una simple declaración de hecho? Gramaticalmente, las palabras pueden ser tomadas en ambas formas, pero debido a 10:42 (cf. 4:20) claramente es un imper. en tiempo futuro.
Es probable que “lo último de la tierra” se refiere a Roma, el orgulloso centro de la civilización mundial durante la era apostólica, que se ubicaba a una significativa distancia de Jerusalén (más de 2,240 kms. en trayectoria recta).
1:9–11. Estos vv. describen la ascensión del Señor, pero también anticipan su regreso. Él va a regresar en una nube, corporalmente, a la vista de la gente () y al monte de los Olivos () así … como los apóstoles lo vieron ir.
La ascensión de Cristo marcó el final de su ministerio en la tierra en forma corporal. También lo exaltó a la diestra del Padre (; ; ; ; ). Al mismo tiempo, la ascensión significó que la obra de Cristo en la tierra estaba ahora en manos de sus discípulos (, ).
Era imperativo que ocurriera la ascensión para que pudiera venir el Consolador prometido (cf. , ; ; ; ). El Espíritu Santo dotaría de poder a los discípulos mientras ministraban el evangelio y esperaban el reino.
b. La súplica del aposento alto (1:12–14)
1:12–14. Camino de un día de reposo era un poco más de 800 mts. (cf. ; ). El monte del Olivar queda a esa distancia al oriente de Jerusalén.
Los apóstoles estaban reunidos en un aposento alto. Era común que los grupos grandes se reunieran en los pisos superiores, porque en las casas de Palestina, los cuartos más grandes estaban arriba (cf. ). Los pisos bajos tenían cuartos más pequeños para que sus paredes soportaran el peso de los pisos superiores.
La oración (1:14) puede haber sido una petición específica de la promesa que se menciona en el v. 4. En gr. “oración” lleva el artículo. Los discípulos estaban siguiendo la instrucción sugerida por Jesús (). Pero, a partir del día de Pentecostés, ya no es necesario que los creyentes oren pidiendo el Espíritu Santo (cf. ).
Es evidente que la resurrección del Señor dirigió a sus hermanos a la conversión (cf. ; ). Si así fue, esta es la única aparición de Cristo que se tiene registrada, a gente no salva después de su resurrección.
c. Elección de un nuevo apóstol (1:15–26)
1:15. Pedro, dirigente del grupo apostólico, se levantó en medio de unos ciento veinte discípulos que estaban reunidos en Jerusalén. p 135 Seguramente había más seguidores en otros lados (cf. ).
1:16–17. La alusión de Pedro al A.T. muestra el alto concepto en que tenía las Escrituras. Los Salmos habían sido inspirados por el Espíritu Santo hablando por boca de David. La afirmación de Pedro fue que era necesario que se cumpliese la Escritura. El vb. “era necesario” viene de dei, el cual se usa para referirse a una necesidad lógica o divina.
Pedro dijo que David profetizó acerca de Judas. Pero, ¿cuándo habló David de Judas Iscariote? En verdad no se refirió a él directamente o por nombre. En los Salmos, el Mesías se promete como el Rey ideal. Por lo tanto, los salmos reales que hablan del rey de Israel, prefiguran a Cristo. Así, los enemigos del salmista real se convierten en enemigos del Mesías. Entonces, Judas fue profetizado en y 109:8 como afirma . Ambos salmos se clasifican como reales o imprecatorios (cf. ).
1:18–19. Aunque este mismo no fue quien compró personalmente un campo, lo hizo indirectamente. Los sacerdotes usaron el dinero de la traición que Judas arrojó dentro del templo para hacer esa adquisición a nombre del traidor ().
El registro del violento final de Judas de parece contradecir , el cual claramente dice que “se ahorcó” a sí mismo. Una explicación es que las entrañas de Judas rápidamente se hincharon y extendieron después de que se colgó, así que se reventó por la mitad. Otra explicación más probable, es que Judas se colgó al filo de un precipicio y la cuerda o rama del árbol en que estaba colgado se rompió y cuando cayó a las rocas abajo, “se reventó por la mitad”.
Acéldama es una palabra ar. que significa campo de sangre. Se desconoce la localización exacta de ese lugar, pero tradicionalmente se cree que está cerca a la Iglesia Ortodoxa Griega y el Convento de San Onofre, donde se unen los valles de Hinom y Cedrón al sureste de Jerusalén (V. “Mapa de la ubicación de Acéldama” en el Apéndice, pág. 351).
1:20. Para la cita que hace Pedro de y 109:8 con referencia a Judas, V. el comentario de .
1:21. Una vez más (cf. v. 16), Lucas usó el vb. dei que se traduce como es necesario, para mostrar una necesidad lógica o divina. Es interesante observar que el grupo de los apóstoles consideró conveniente llenar la vacante que Judas había dejado. Pero, más adelante, cuando murió el apóstol Jacobo (12:2), no se registra que designaran un sucesor. Era necesario llenar el puesto de Judas porque había quedado vacante su lugar prometido al cual hace referencia . En ese pasaje, el Señor prometió a los apóstoles que se sentarían en doce tronos y reinarían con él sobre Israel cuando regresara a la tierra (cf. ).
1:22. Se nota la importancia que los discípulos daban a la resurrección en el hecho de que uno de los requisitos que pusieron era que la persona seleccionada fuera testigo de su resurrección. Ésta es una de las piedras angulares de la fe cristiana (cf. ).
1:23–26. Con dos hombres entre quienes escoger, José (alias Barsabás y Justo) y Matías, los apóstoles hicieron dos cosas: oraron (reconociendo la omnisciencia del Señor, cf. : ; ) y echaron suertes. Probablemente habían escrito los nombres p 136 en piedras colocadas en un recipiente. Cuando echaron éstas fuera del recipiente, la primera piedra en caer fue la que consideraron que era la elección del Señor.
Esta es la última vez en la Biblia que se menciona la práctica de echar suertes para determinar la voluntad de Dios. Aquí se hace necesario hacer un par de observaciones. Primero, no estaba de por medio algún problema moral. Más bien, se trataba de hacer una selección entre dos hombres que aparentemente estaban igualmente calificados. Segundo, este procedimiento debe haberse basado en donde se dice que la decisión de la suerte viene del Señor.
Algunos piensan que la selección de Matías fue errada, que este fue un método por demás deficiente para elegirlo, y que Pablo hubiera llenado mejor la vacante que Judas dejó al apostatar. Sin embargo, los que creen que Matías fue una elección adecuada, argumentan que está orientado hacia los judíos y que Pablo fue enviado a los gentiles (). Además, Lucas, el amigo y compañero de Pablo, reconoció a los doce como grupo oficial (; ). Finalmente, en Hechos no se censura esta elección.
3. comienzo de la iglesia (cap. 2)
a. La venida del Espíritu Santo (2:1–13)
2:1. El día de Pentecostés era una fiesta anual que seguía a la fiesta de las primicias por una semana de semanas (i.e., siete semanas, o cuarenta y nueve días). Por lo tanto, también se llamaba la fiesta de las semanas (cf. ). El nombre “Pentecostés” derivado del gr., significa cincuenta y se refiere al quincuagésimo día después de la fiesta de las primicias ().
No se sabe exactamente dónde estaban reunidos los seguidores de Cristo en aquella instancia. Lucas simplemente escribió diciendo que estaban todos unánimes juntos, es decir, en un mismo lugar, tal vez en los atrios del templo. De todas formas, al lugar se le llama una “casa” (), designación poco usual para el templo, aunque en ocasiones se hace referencia a él como tal (cf. 7:47). Si no era en el templo, deben haber estado cerca de él (cf. 2:6).
2:2–3. La referencia que se hace al “viento” y al “fuego” son importantes. La palabra que se usa para “Espíritu” (pneuma) se relaciona con pnoe, que se traduce aquí como “viento”; también significa aliento. Ambos sustantivos, “espíritu” y “viento” o “aliento” se derivan del vb. pneō, “soplar, respirar”. El estruendo como de un viento recio … del cielo señala la manifestación del poder del Espíritu Santo y que su venida fue completa.
Las lenguas … de fuego representan la presencia de Dios. Varias veces en el A.T. él se presentó a sí mismo en forma de llamas (; ; ; ; ; cf. ; ).
Ninguno de los creyentes presentes en aquel lugar quedó exento de ésta experiencia, porque las lenguas repartidas aparecieron asentándose sobre cada uno de ellos.
2:4. La llenura del Espíritu Santo es diferente del bautismo del Espíritu; éste último ocurre una sola vez en la vida de cada creyente al momento de la salvación (cf. 11:15–16; ; ; ). Pero la llenura del Espíritu puede darse no solamente al momento de la salvación, sino también en otras ocasiones después de ella p 137 (, ; , ; ; ; , ).
Una evidencia del bautismo del Espíritu Santo fue que comenzaron a hablar en otras lenguas (jeterais glōssais; cf. 11:15–16) que indudablemente se refiere a dialectos vivos. La palabra que se usa en 2:6, 8 es dialektō, que significa “idioma”, no expresiones producto de un éxtasis. Esto arroja luz sobre lo que significa “lenguas” cuando se mencionan en los caps. 2; 10; 19 y en .
Este evento marcó el inicio de la iglesia. Hasta aquel momento, la iglesia sólo había sido anunciada (). La esposa del Cordero se constituyó en un cuerpo por razón del bautismo del Espíritu (). Por lo tanto, la primera vez que ocurrió el bautismo del Espíritu indica la inauguración de la iglesia. Por supuesto, no establece que ese bautismo tuvo lugar el día de Pentecostés. Sin embargo, 1:5 lo anuncia y 11:15–16 se refiere a ello como un hecho pasado que tuvo lugar en Pentecostés. Por tanto, la iglesia nació en aquella ocasión. (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360.)
2:5–13. Moraban … en Jerusalén judíos de la “diáspora” (la dispersión; cf. ; ) que habían venido a la fiesta. Posiblemente eran bilingües y hablaban tanto gr. como sus lenguas nativas. Ellos quedaron perplejos al escuchar a judíos de Galilea hablando el lenguaje de las etnias que rodeaban el mar Mediterráneo.
Existe la interrogante de si sólo los doce hablaron en lenguas o todos los ciento veinte. Muchos factores apoyan la idea de que solamente los doce estuvieron implicados en ese fenómeno: (1) Se hace referencia a ellos como galileos (: cf. 1:11–13). (2) Pedro se puso en pie con “los once” (2:14). (3) El antecedente más cercano de “ellos” en el v. 1 se circunscribe a los “apóstoles” en 1:26. Un problema con este punto de vista es el número de lenguas mencionadas en 2:9–11, que son más de doce. Pero un apóstol pudo haber hablado más de una lengua en secuencia. No obstante, siempre existe la posibilidad de que los 120 hayan hablado en lenguas. Ya que la mayoría de ellos procedían de Galilea, no es extraño que a todos se les haya llamado galileos. La referencia que se hace a los doce puede indicar que eran los líderes de los ciento veinte.
Lo que se discutió en todas esas lenguas fueron las maravillas de Dios. Parece que estaban alabando a Dios; su mensaje no era de arrepentimiento, ni el evangelio.
Incapaces de explicar este milagro, los judíos incrédulos se quedaron perplejos y algunos recurrieron a la burla afirmando: Están llenos de mosto. La palabra “mosto” (gleukous) significa vino dulce nuevo.
b. Discurso de Pedro (2:14–40)
Este sermón tiene un tema dominante: Jesús es el Mesías y Señor (v. 36) y puede ser bosquejado como sigue:
I. Este es el cumplimiento de la profecía (vv. 15–21).
A. Una defensa (v. 15)
B. Una explicación (vv. 16–21)
II. Jesús es el Mesías (vv. 22–32)
A. Sus obras dan testimonio de que es el Mesías (v. 22)
B. Su resurrección da testimonio de que es el Mesías (vv. 23–32)
III. Jesús, el Mesías glorificado, derramó el Espíritu Santo (vv. 33–36)
IV. Aplicación (vv. 37–40). (V. “Sermones y discursos en Hechos” en el Apéndice, pág. 352.)
2:14–15. Pedro comenzó refutando p 138 la acusación de que estaban ebrios. Apenas eran las 9 a.m. (lit., la hora tercera del día; el día comenzaba a las 6 a.m.). ¡Era demasiado temprano para que un grupo de parranderos estuvieran borrachos!
2:16–21. En vez de estar ebrios, estaban experimentando lo descrito en . Como Pedro mismo dijo, esto es lo dicho por el profeta Joel. Esta cláusula no significa “Esto es como eso”; sino que en Pentecostés se cumplió lo que Joel había escrito. Sin embargo, no se cumplieron las profecías de Joel citadas en . La implicación es que el resto se verificaría si Israel se arrepentía. Este aspecto condicional se discute más ampliamente en el comentario de 3:19–23.
2:22. Pedro dijo que las maravillas hechas por Jesús era lo que Dios había utilizado para verificar las afirmaciones del Señor de que era el Mesías entre vosotros, los judíos (cf. ; ).
2:23. El punto de este v. está claro. La crucifixión no fue un accidente. Fue el determinado consejo … de Dios (boulē, “plan”) y la voluntad divina expresa, no sólo una intención. Fue una necesidad divina (cf. 4:28). Cuando Pedro se refiere a vosotros significa los judíos y por inicuos tal vez se refiera a los gentiles, porque la palabra “inicuos” significa “sin ley” (anomōn). Tanto judíos como gentiles estuvieron implicados en la muerte de Cristo. Muchas veces, los apóstoles acusaron a los judíos de crucificar a Jesús (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 7:52; 10:39; 13:28) aunque también consideraban que los gentiles eran culpables (2:23; 4:27; cf. ).
2:24. La resurrección del Señor es una doctrina básica en Hechos (v. 32; 3:15, 26; 4:10; 5:30; 10:40; 13:30, 33–34, 37; 17:31; 26:23). Aquí hay otra indicación de que él es el Mesías porque era imposible que fuese retenido por … la muerte ().
2:25–35. Estos vv. incluyen cuatro pruebas de la resurrección y ascensión del Señor: (a) La profecía de y la existencia del sepulcro, de David (), (b) Los testigos de la resurrección (v. 32), (c) los eventos sobrenaturales de Pentecostés (v. 33), y (d) la ascensión del hijo de David que fue superior a él (; ).
La palabra Hades (hadēs en gr.) que aparece en los vv. 27 y 31 se refiere tanto a la tumba (como en este caso) como al mundo inferior de los espíritus que han partido.
El punto que Pedro quería enfatizar es que puesto que David el patriarca y profeta murió y fue sepultado, no podría estar refiriéndose a sí mismo en . Más bien, estaba escribiendo acerca del Cristo (“el Mesías”) y su resurrección. El juramento () ve en retrospectiva a (cf. ). A este Jesús resucitó Dios y fue exaltado (cf. ; ) a la diestra del Padre (cf. ; ; ; ; ; ; ; ). Por eso, Jesús tenía la autoridad de enviar la promesa del Espíritu Santo (, ; , ; ; ), cuya presencia se hizo evidente por lo que habían visto (“lenguas … de fuego” ) y escuchado (“un viento recio” v. 2) y a través de los apóstoles que hablaban en otras lenguas (vv. 4, 6, 8, 11).
Así como David no hablaba de sí mismo en , tampoco lo hizo en . David no resucitó (, ) ni subió a los cielos (v. 34). El Señor es Jehová Dios, quien habló a mi Señor (de David), quien es Cristo, el Hijo de Dios.
p 139 Hechos registra cinco ocasiones en que algunos de los apóstoles dijeron ser testigos del Cristo resucitado (v. 32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31). ¡Ellos sabían de qué hablaban!
2:36. Este v. es la conclusión del argumento de Pedro. El sustantivo Señor, que se refiere a Cristo, probablemente es una referencia a Jehová. La misma palabra, kyrios, se usa para referirse a Dios en los vv. 21, 34, y 39 (cf. ). Esta es una fuerte afirmación de la deidad de Cristo.
2:37. Los vv. 37–40 contienen la aplicación del sermón de Pedro. La palabra compungieron (katenygēsan) significa “herir o punzar violentamente, aturdir”. Fue innegable la obra de convicción del Espíritu Santo (cf. ) en sus corazones.
La pregunta que presentaron contiene un matiz de desesperación (cf. ). Si los judíos habían crucificado a su Mesías y él había sido exaltado, ¿qué les quedaba a ellos? ¿Qué podían y debían hacer?
2:38–39. La respuesta de Pedro fue directa. Primero les exigió: arrepentíos. Este vb. (metanoēsate) significa “cambiar de perspectiva”, “tener un cambio de parecer”, “dar media vuelta a la dirección de la vida”. Obviamente, esto resulta en un cambio de conducta, pero el énfasis está en la mente o perspectiva de la persona. Los judíos habían rechazado a Jesús; ahora tenían que confiar en él. En Hechos, el arrepentimiento en repetidas ocasiones, forma parte del mensaje de los apóstoles (v. 38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21; 26:20).
Surge un problema con el mandato “bautícese” y su relación con el resto de 2:38. Existen varios puntos de vista: (1) Que ambos, arrepentimiento y bautismo, dan como resultado la remisión de pecados. Si se acepta este punto de vista, el bautismo es esencial para la salvación. El problema con esta interpretación es que en el resto de las Escrituras el perdón de pecados está basado en la fe sola (, ; ; ; ; ; etc.). Además, Pedro, el mismo orador, hablando más tarde, prometió el perdón de pecados sobre la base de la fe sola (; ; ; ).
(2) Una segunda interpretación traduce 2:38: “Bautizaos … sobre la base de la remisión de vuestros pecados”. La preposición que se usa aquí es eis, que en el caso acusativo, puede significar “a causa de, sobre la base de”. Se usa de esta manera en ; y . Aunque es posible que esta construcción signifique “sobre la base de”, esta no es la interpretación normal. Eis, en el caso acusativo, por lo general describe propósito o dirección.
(3) Un tercer punto de vista considera la cláusula y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo como un paréntesis. Hay diferentes factores que respaldan esta interpretación: (a) El v. hace una distinción entre los vbs. y sustantivos en sing. y pl. “Arrepentíos” es pl., igual que el pron. “vuestros” en la cláusula para perdón de los pecados (lit., “para remisión de vuestros pecados”, eis afesin tōn jamartiōn jymōn). Por lo tanto, el vb. “arrepentíos” debe de ir junto con el propósito del perdón de los pecados. Por otro lado, el imper. “bautícese” es sing., lo que lo deja fuera del resto de la oración. (b) Este concepto se ajusta a la proclamación de Pedro en , en la cual aparece la misma expresión “perdón de pecados” (afesin jamartiōn). Pero allí descansa sólo sobre la base de la fe. (c) En y el mismo escritor, Lucas, indica que el p 140 arrepentimiento resulta en la remisión de pecados.
El don del Espíritu Santo es la promesa de Dios (cf. 1:5, 8; 2:33) para aquellos que se vuelvan al Señor, incluyendo a los judíos y sus descendientes, así como a los que están lejos, o sea, a los gentiles (cf. , , ). une el lado humano de la salvación (“arrepentimiento”) y el lado divino (llamare significa “elegir”; cf. ).
2:40. Las palabras de Pedro en este v. ven retrospectivamente a los vv. 23 y 36. Israel era culpable de un pecado horrendo; pero los judíos podían librarse individualmente del juicio de Dios para esa generación si se arrepentían (cf. ; ; ). Serían puestos aparte para Cristo y su iglesia, si tan sólo se disociaran de Israel.
c. Descripción de la primera iglesia (2:41–47)
2:41. Tres mil que creyeron fueron bautizados, mostrando así su identificación con Cristo. Este grupo de personas se unió inmediatamente a la fraternidad de los creyentes.
2:42. La actividad de la iglesia primitiva tenía dos características. Los creyentes, en primer lugar, siguieron firmes (proskarterountes), “perseverando en”, o “siguiendo en” (cf. 1:14; 2:46; 6:4; 8:13; 10:7; ; ; ) en la doctrina o enseñanza de los apóstoles. En segundo lugar, estaban en comunión, la cual se define con el partimiento del pan y … las oraciones. La omisión de “y” entre “comunión” y “el partimiento del pan y la oración” indica que estas dos actividades explican lo que es la comunión.
Quizá “el partimiento del pan” tiene que ver tanto con la mesa del Señor, como con las comidas comunitarias (cf. ; ; ; ; ).
2:43. Las maravilllas (terata, “milagros que sobrecogen”) y señales milagrosas (sēmeia “milagros que apuntan a una verdad divina”) confirmaron la veracidad de los apóstoles (cf. ; ). Ellos hicieron muchas “señales y maravillas” de ese tipo (; ; ; , ; ; ). Cristo también había hecho muchas “maravillas”, “señales” y “milagros” (dynameis, “obras poderosas”).
2:44–45. La “venta” de las propiedades y compartir las posesiones puede implicar que la iglesia primitiva esperaba el pronto regreso del Señor para establecer su reino. Esta es una razón para explicar por qué no continuó esa práctica. Tener en común todas las cosas no era socialismo ni comunismo, porque era un acto voluntario (cf. 4:32, 34–35; 5:4). Tampoco fueron distribuidos sus bienes equitativamente, sino que se ofrendaron para satisfacer las necesidades conforme éstas se iban presentando.
2:46–47. Las actividades descritas en los vv. 42 al 47, podrían marcar una tendencia a separar a la iglesia del judaísmo tradicional; sin embargo, ellos seguían perseverando (proskarterountes; cf. v. 42) unánimes cada día (cf. v. 47) en el templo.
Uno de los subtemas de Hechos es el regocijo, porque una iglesia victoriosa es una iglesia que se goza. Esto se menciona en los vv. 46–47 y en muchas otras ocasiones (5:41; 8:8, 39; 11:23; 12:14; 13:48, 52; 14:17; 15:3, 31; 16:34; 21:17). Durante su comunión, partían el pan en las casas, y comían juntos (cf. 2:42) con alegría. (La palabra alabando [ainountes] se usa solamente nueve veces en el N.T., siete de p 141 las cuales son mencionadas por Lucas: , ; ; ; ; ; ; ).
Lucas concluye esta sección con el primero de los siete informes de avance (cf. ; ; ; ; ; ): cada día otros eran salvos. ¡La iglesia creció rápidamente desde el principio!
B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)
1. la iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)
a. La ocasión (cap. 3)
3:1. Aparentemente había varias horas de oración en el templo de Jerusalén, 9 a.m., al medio día, y a las 3 p.m. Tal vez aquí se refiera a las 3 p.m., porque eso ayuda a explicar el v. 4:3.
3:2. La descripción de un hombre cojo de nacimiento pone énfasis en su condición sin esperanza. “Tenía más de cuarenta años” (4:22). Cada día … era traído por la gente a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna. Esta puede haber sido la puerta oriental del área del templo, la cual comunicaba el atrio de los gentiles con el de las mujeres.
3:3–11. La sanidad sobrenatural de Dios al cojo realizada a través de Pedro y Juan (v. 7), junto con su reacción escandalosa (v. 8), atrajeron a una multitud. El autor dice: se llenaron de asombro y espanto de lo que había sucedido. Por eso, corrieron a reunirse en el pórtico … de Salomón, que era un pasillo de columnas que corría a lo largo del lado oriental del atrio exterior (cf. 5:12). Dos cojos más fueron sanados en Hechos (9:32–34; 14:8–10).
3:12. Pedro evaluó la situación y aprovechó la oportunidad para predicar. Su mensaje incluyó: (a) una explicación (vv. 12–16) y (b) una exhortación (vv. 17–26).
3:13–15. El apóstol atribuyó a Jesús el poder de la sanidad y lo describió como el “Siervo” (NVI) Jesús (cf. v. 26; 4:27, 30). Este nombre recuerda el título “el Siervo de Jehová” que se menciona en ; ; ; . Es interesante que en la LXX en se usan dos formas del vb. entregasteis (paradidōmi). El siervo humilde (cf. ) fue exaltado (ha sido glorificado; cf. ; ; ; ; , ) por el Dios de los ancestros de los judíos, Abraham … Isaac y … Jacob (cf. ; , ; ; ; ; ). Pedro puso un fuerte énfasis en las tres contradicciones de la conducta de la gente (3:13–15). Primero, dijo que los judíos fueron quienes pidieron la muerte de Cristo ante Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. En segundo lugar, los judíos negaron al Santo y al Justo y pidieron la libertad de un homicida. Tercero, Israel mató al Autor de la vida pero Dios lo ha resucitado de los muertos. Los títulos que Pedro da a Cristo son interesantes: “su Siervo Jesús” (NVI), “al Santo y al Justo” (cf. ) y el “Autor de la vida” (cf. ). En el tercer título se hace más fuerte la ironía: mataron al Autor de la vida, ¡pero él fue levantado a vida de entre los muertos! (V. el comentario de acerca de la resurrección de Jesús. Para los testigos de la resurrección, V. 2:32.)
3:16. La sanidad del cojo vino como resultado de su fe en el nombre de Jesús. La fe también fue evidente en muchos a quienes Jesús sanó p 142 (e.g. ; ; ). En los tiempos bíblicos, se consideraba que el nombre de una persona lo representaba a él y a sus características. Lucas mencionó el nombre (de Jesús) por lo menos 33 veces en Hechos (cf. , ; , ; , , , ; , ; etc.).
3:17–18. Aquí principia la exhortación de Pedro. El pueblo y sus gobernantes (cf. ) habían actuado por ignorancia (cf. ; ; ), en el sentido de que no reconocieron quién era Jesús en realidad. Así que Dios les daba otra oportunidad de arrepentirse. Aunque ellos lo crucificaron en ignorancia, el sufrimiento de Cristo cumplió las promesas veterotestamentarias (cf. ; ).
3:19–21. La exhortación de Pedro, así como hizo en su sermón de Pentecostés (2:38) fue un llamado al arrepentimiento. ¿Acaso estaba Pedro diciendo aquí que si Israel se arrepentía, se establecería en la tierra el reino de Dios? Esto debe responderse en forma afirmativa por varias razones: (1) La palabra restauración (3:21) está relacionada con la palabra “restaurarás” de 1:6. En 3:21, está en forma de sustantivo (apokatastaseōs) y en 1:6 es un vb. (apokathistaneis). Ambas ocasiones se refieren a la restauración del reino de Israel (cf. ; ). (2) El concepto de restauración es semejante al de regeneración cuando se usa en relación con el reino (cf. ; ; ; ). (3) Las cláusulas de propósito son diferentes en y 20. En el v. 19, para que traduce pros to (algunos mss. tienen eis to) con un infinitivo. Esto apunta hacia un propósito cercano. Las otras dos veces que se usa que en los vv. 19b y 20, son traducción de una construcción diferente (jopōs, con vbs. subjuntivos) y se refieren a propósitos posteriores. Así, el arrepentimiento resulta en perdón de pecados, que es el propósito cercano (v. 19a). Luego, si Israel como un todo se arrepentía, un segundo propósito más remoto, se cumpliría con la venida del reino (tiempos de refrigerio en la segunda venida del Señor). (4) El hecho de que Dios enviara a Cristo, que significa Mesías (v. 20) implica la venida del reino. (5) Los profetas del A.T. “han anunciado estos días” (v. 24; cf. v. 21). Los profetas veterotestamentarios no profetizaron la iglesia; para ellos era un misterio (; ). Pero, frecuentemente hablaron de la edad de oro mesiánica, o sea, del milenio.
Esta oferta de salvación y del milenio señala tanto la gracia de Dios como la incredulidad de Israel. Por un lado, Dios estaba dando a los judíos una oportunidad de arrepentirse al ver la señal de la resurrección de Cristo. Ellos habían rechazado a Jesús “antes de la cruz”; ahora se les ofrecía el Mesías después de la resurrección. Por otro lado, las palabras de Pedro subrayan el rechazo judío. A ellos se les dio la señal de Jonás y aun así se negaron a creer (cf. ). En un sentido real, este mensaje confirmó la incredulidad de Israel.
Algunos eruditos bíblicos se oponen al punto de vista de que Pedro ofreció el reino. Lo hacen basados en varias objeciones: (1) Si Dios sabía que Israel iba a rechazar la oferta, no les hizo un ofrecimiento legítimo. Pero éste fue tan genuino como lo es la presentación del evangelio a cualquier persona no elegida. (2) Esto ubica la verdad del reino en la época de la iglesia. Sin embargo, la verdad de la iglesia se encuentra mencionada antes de que ésta naciera en Pentecostés (cf. ; ; ; ). (3) p 143 Este punto de vista conduce al ultradispensacionalismo. Pero esta no es una consecuencia necesaria si la oferta se ve como una transición dentro de la era de la iglesia. Hechos debe considerarse como un libro clave, de trancisión, que establece un puente entre la obra de Cristo en la tierra y su manifestación a través de la iglesia.
En conclusión, muestra que el arrepentimiento de Israel debería tener dos propósitos (1) Para los israelitas como individuos se ofreció el perdón de pecados y (2) para Israel como nación el regreso de su Mesías para reinar.
3:22–23. Aquí se retrata a Jesús como el “Moisés del N.T.” para cumplir (cf. ). Cristo no sólo vendría a liberar como Moisés, sino también a juzgar como el legislador (cf. con ; también cf. ).
3:24–25. La mención que Pedro hace de Samuel como el profeta que siguió a Moisés (cf. 13:20) claramente implica que Josué no cumplió la profecía de .
De una u otra forma, todos los profetas (cf. , ) escribieron acerca de estos días, lo cual se refiere a la era mesiánica. Los judíos eran herederos de los profetas, y del pacto dado a Abraham (; ; ; y confirmado a los padres (e.g., Isaac, []). Entonces, los judíos serían bendecidos si como Abraham, creyeran (cf. ; ; ). De hecho, a través de Abraham serán benditas todas las familias de la tierra (cf. ; , ; ; ).
3:26. Jesús, el Hijo de Dios (cf. v. 13; 4:27, 30), fue enviado en primer lugar a los judíos (os bendijese). Este patrón cronológico fue seguido a través de los evangelios y Hechos (cf., e.g., ; ; ). La razón de esto es que el establecimiento del reino dependía y todavía depende, de la respuesta de Israel a él (cf. ; ).
b. El encarcelamiento (4:1–22)
4:1–2. Los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos estuvieron involucrados en la aprehensión de Pedro, Juan y el hombre sanado (v. 14). Ya que el jefe de la guardia del templo era responsable de mantener el orden en él, no debe sorprender que él, junto con los sacerdotes y los saduceos, interrumpieran a Pedro y Juan a fin de esparcir a la turba (cf. 3:11).
Los sacerdotes eran en su mayoría saduceos por su afiliación religiosa (5:17); por eso, los principales acusadores pertenecían a esa secta. Se distinguían por varias características: (a) Incredulidad en cuanto a la resurrección corporal y negación de la existencia de ángeles o espíritus (23:8); (b) lealtad al gobierno romano; (c) un deseo de mantener el statu quo; (d) su simpatía por la clase adinerada; y (e) su apego exclusivo al Pentateuco. Los saduceos estaban en gran manera resentidos por la predicación de Pedro y Juan, ya que iba directamente en contra de la negación que hacían de la resurrección y porque también hacía tambalear al sistema establecido.
4:3. Los dos apóstoles fueron encarcelados durante la noche porque era ya demasiado tarde, lo cual significa que ya estaba entrada la tarde (cf. 3 p.m. en 3:1) y era imposible iniciar un juicio.
4:4. Otro de los subtemas de Hechos es el crecimiento de la palabra de Dios a pesar de la oposición. Con fuerza irresistible, el mensaje siguió p 144 extendiéndose. Dos apóstoles de empuje fueron encarcelados, pero la palabra de Dios ¡no pudo ser acallada! (cf. 28:30–31; ).
4:5–6. La descripción cuidadosa que Lucas hace acerca de los dirigentes judíos, subraya la pompa y poder que se exhibieron en la asamblea. ¡Unos sencillos pescadores estaban frente a los más altos gobernantes de la tierra! La frase, los gobernantes, los ancianos y los escribas describe al sanedrín, la corte suprema judía (cf. v. 15). Anás era el suegro de Caifás y fue el sumo sacerdote del 6 al 15 d.C., año en que fue depuesto. Su yerno Caifás ocupó su lugar desde el año 18 hasta el 36 d.C. Pero aparentemente Anás, siendo en cierta manera el más respetado de los sacerdotes, siempre fue considerado por los judíos como sumo sacerdote. (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348, cf. el comentario de ; ; ). Esa era la misma asamblea que había juzgado a Jesús; ahora, irónicamente ¡estaban frente a dos de los más prominentes y atrevidos discípulos de Jesús! Nada se sabe acerca de Juan y Alejandro que se mencionan aquí.
4:7–10. Cuando Pedro y Juan fueron llevados para presentarse en medio del sanedrín, y luego que los interrogaron acerca del origen de su autoridad, Pedro, el portavoz, fue lleno del Espíritu Santo (cf. 2:4). Este es ya ¡el cuarto mensaje proclamado por Pedro en Hechos! Hablando con ironía, dijo: “¿Estamos sometidos a juicio por el beneficio hecho a un hombre enfermo?” El milagro no había sido realizado por el poder de ellos sino por el nombre de Jesucristo (cf. 3:16; 4:7, 12, 17–18). Aunque ellos habían crucificado a Jesús, Dios lo resucitó de los muertos (cf. 2:23–24; 3:15).
4:11. Quien sanó al ciego fue la piedra que los edificadores habían desechado. Pedro citó aquí . Existe desacuerdo acerca del trasfondo de este v. La piedra reprobada () puede ser (a) una verdadera piedra de construcción, (b) la nación de Israel, o (c) David. También puede ser un proverbio que Pedro usó sin tener en mente alguna aplicación específica. Probablemente, David se refiere a Israel como la piedra rechazada en , ya que fue una nación despreciada por otros pueblos. De cualquier forma, el v. encuentra su cumplimiento en Cristo Jesús, quien es el Israel “ideal” (cf. ; ; ; ; ; ). La piedra rechazada (Cristo desechado por la nación al ser crucificado) es la cabeza del ángulo, el Señor resucitado.
4:12. La palabra salvación regresa a que Pedro acababa de citar, porque es un tema prominente de ese salmo, donde los vv. 22–29 anuncian la salvación milenial. En , Pedro no sólo estaba hablando de la justificación individual, sino también de la salvación nacional profetizada en .
Al escuchar esto, los gobernantes fueron puestos a la defensiva. No sólo habían rechazado al único Salvador de Israel, sino que estaban impidiendo que se concluyera el edificio divino. No quedaba entonces otra medio de salvación para el pueblo (cf. ; ).
4:13–14. Las autoridades se maravillaban (cf. 3:10) de que Pedro y … Juan … hombres sin letras (agrammatoi, “iletrados”) y del vulgo (idiōtai) hablaran con tal denuedo (parrēsia, “atrevimiento” o “valor para hablar abierta y francamente”). El “denuedo” es otro tema prominente de p 145 Hechos (2:29; 4:13, 29, 31; 28:31; cf. el vb. “hablar valerosamente” en 9:27–28; 13:46; 14:3; 18:26; 19:8; 26:26). El sanedrín guardó silencio cuando se dio cuenta de que Pedro y Juan habían estado con Jesús (cf. ). De esa manera, los apóstoles estaban experimentando lo que Cristo había prometido (; ; ).
4:15–17. Es muy significativo que las autoridades no pudieron negar la verdad de la señal. Deliberadamente se abstuvieron de mencionar la palabra “Jesús” y se refirieron a él como este nombre (cf. la misma abstención del sumo sacerdote, 5:28).
Tal vez Lucas haya obtenido de Nicodemo o de Pablo la información referente a los sucesos acontecidos después de que cerraron las puertas. Aunque Pablo no era saduceo, tal vez tuvo acceso a esa información.
El concilio, o sea el sanedrín, era la corte suprema y cuerpo administrativo de los judíos que estaba compuesto por 71 miembros en su mayoría saduceos, incluyendo al sumo sacerdote. En Hechos, esta es primera de cuatro veces que los seguidores de Jesús son traídos ante el sanedrín (cf. Pedro y los apóstoles, 5:27; Esteban 6:12; y Pablo, 22:30).
4:18–22. Cuando intimaron a Pedro y Juan de que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús, ellos respondieron que debían obedecer a … Dios … antes que a las autoridades humanas (cf. 5:29). Ellos simplemente estaban siendo testigos como Cristo les había mandado (1:8). Las autoridades los amenazaron (aparentemente prometiendo castigarlos si seguían predicando a Jesús) y los soltaron. Tenían miedo de castigarles en ese momento porque todos glorificaban a Dios (cf. 3:9; 5:26).
c. La súplica (4:23–31)
Pueden apreciarse tres partes en esta oración de la iglesia primitiva: (1) Dios es soberano (v. 24). (2) El plan divino incluye que los creyentes enfrenten la oposición contra el Mesías (vv. 25–28). (3) Por causa de esto, pidieron a Dios que les concediera predicar con valor (vv. 29–30).
4:23–24. Es interesante observar que al enfrentar la persecución, los suyos (la gente de Pedro y Juan), reconocieron el poder soberano de Dios.
4:25–27. Las palabras (“dijiste, mediante el Espíritu Santo” que aparecen en la NVI) por boca de David tu siervo señalan, como muchos pasajes, la inspiración divina de las Escrituras por medio de instrumentos humanos (cf. 28:25). contiene una cita de , la cual profetiza la tribulación. En un sentido, Pedro vio la oposición al Mesías, el “ungido de Dios” (tou J̱ristou; cf. “ungiste”, ), predicha por David en , como cumplida en la iglesia primitiva. Los paralelismos son obvios. Las gentes (ethnē. ) son paralelas con los gentiles (ethnesin, v. 27); los pueblos (laoi, v. 25) con el pueblo de Israel (laois Israēl, v. 27); reyes (v. 26) con Herodes (v. 27); y los príncipes (v. 26) con Poncio Pilato (v. 27).
4:28–30. Así como el poder y la voluntad soberana de Dios habían antes determinado que Cristo enfrentaría oposición, en aquella ocasión Pedro y Juan oraron para que el poder de Dios se manifestara con todo denuedo en la iglesia apostólica. También pidieron al Señor, les concediera la habilidad sobrenatural para hacer sanidades y señales (sēmeia, cf. 2:43) p 146 y prodigios (terata; cf. 2:43) mediante el nombre de … Jesús.
4:31. La respuesta del Señor a la petición de los creyentes pidiendo denuedo se manifestó por un temblor en el lugar en que estaban congregados. También incluyó una llenura sobrenatural del Espíritu Santo (cf. v. 8). Cuando Lucas, como en este caso, usa una forma verbal para referirse a la llenura de los creyentes con el Espíritu, por lo general dice que la manifestación del Espíritu fue otorgada soberanamente por Dios. Esto es diferente al imper. en , el cual establece que los cristianos son responsables de ser llenos del Espíritu.
2. disciplina en la iglesia (4:32–5:11)
a. División de bienes (4:32–37)
Un segundo propósito del escritor en estos vv. fue mostrar la forma en que Bernabé y el resto de la iglesia contrastan con Ananías y Safira (cap. 5). La generosidad de la iglesia, y especialmente la de Bernabé, se diferenció en gran manera del egoísmo que mostró la mencionada pareja.
4:32–35. Los creyentes estaban unidos no sólo espiritualmente (eran de un corazón y un alma) sino también materialmente (cf. 2:44–45 y el comentario). La venta de sus bienes fue voluntaria y la distribución se hacía de acuerdo a la necesidad. El Señor respondió a sus oraciones pidiendo denuedo (4:29) porque los apóstoles siguieron predicando la resurrección de Cristo. Gracia (v. 33) es otra de las palabras que se usan frecuentemente en Hechos (e.g., 6:8; 11:23; 13:43; 14:3, 26; 15:11, 40; 18:27; 20:24, 32; etc.).
4:36–37. José recibió el sobrenombre de Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), evidentemente por su carácter y capacidad de animar a aquellos que estaban desanimados.
¿Cómo podía un levita poseer una propiedad como la de Bernabé? ¿No estaba prohibido que los levitas poseyeran tierras? (, ) La respuesta puede ser que mientras los levitas no debían poseer tierras en Israel, podían tenerlas en cualquier otro lado. Aparentemente, Bernabé, siendo de la isla de Chipre, poseía tierras en aquel lugar. También es posible que su esposa tuviera algún terreno en Israel y que lo vendieron juntos. Lo más probable es que ya no se respetaba la restricción de , , como se ve en el caso de Jeremías (cf. ; ).
b. Engaño de Ananías y Safira (5:1–11)
Esta historia nos hace pensar en la de Acán, como se relata en (cf. ; ).
5:1–2. El pecado de Ananías y Safira su mujer se explica en los vv. 3–4, 9. Por supuesto, ellos pudieron haber guardado el producto de la venta de su heredad, pero por acuerdo mutuo mintieron, diciendo que habían dado todo el dinero, cuando en realidad sólo habían entregado una parte … del precio.
La frase a los pies de los apóstoles es la misma que se usa en 4:35, 37 y hace un marcado contraste entre la acción de Ananías y la de Bernabé.
p 147 5:3. En respuesta, Pedro acusó a Ananías diciendo: llenó Satanás tu corazón. El vb. que se traduce por “llenó” es eplērōsen, de plēroō, que aquí da la idea de control o influencia. El mismo vb. se usa en el mandamiento: “sed llenos del Espíritu Santo” (). Ananías, un creyente, fue influenciado por Satanás, ¡no por el Espíritu! El hecho de que Pedro preguntara ¿por qué …? (“¿cómo es que …?”, NVI) implica que Satanás había tomado control de Ananías porque no había arreglado cuentas de un pecado anterior.
5:4. Pedro calificó la mentira de Ananías como hecha “al Espíritu Santo” (v. 3). En este v., Pedro se refirió a esa mentira como que la hicieron a Dios. Esta es una afirmación de la deidad del Espíritu Santo.
El hecho de que los creyentes tuvieran derecho a guardar su dinero, muestra que no se trataba de socialismo cristiano. Más bien, era un arreglo en que operaba el libre ejercicio de la voluntad, y cada quien daba para el sostenimiento de la iglesia y ésto sólo temporalmente, porque es evidente que la iglesia primitiva esperaba el regreso de Cristo durante su generación.
5:5–6. Al oir Ananías estas palabras, cayó y expiró. Como Pedro escribió posteriormente, el juicio comienza “por la casa de Dios” (). Este es un caso de “pecado de muerte” (). Esta disciplina fue muy severa porque estaba destinada a ser un ejemplo, así como Acán lo fue para Israel (cf. ).
5:7–10. Luego Safira, sin haberse percatado de la repentina muerte de su esposo, también mintió sobre la cantidad en que habían vendido la heredad.
Pedro acusó a Safira de estar de acuerdo con Ananías para tentar al Espíritu del Señor. “Probar el Espíritu del Señor” es ver cuánto uno se puede desviar sin que él lo castigue; equivale a retarlo para ver si va a cumplir su palabra, o llevarlo hasta los límites del juicio (cf. ; ).
5:11. Como resultado de la disciplina a esta pareja, todos los creyentes y no creyentes que oyeron estas cosas sintieron gran temor. Esta fue una consecuencia ya establecida en el v. 5 y repetida aquí para poner énfasis (cf. 19:17).
El propósito de este relato es múltiple: (1) Revela el desagrado que Dios siente por el pecado, particularmente la deshonestidad dentro de la iglesia. (2) Marca una gran diferencia entre la iglesia e Israel, porque en éste nunca se vio una disciplina semejante. La palabra iglesia (usada por primera vez aquí en Hechos) se refiere aquí, en 9:31 y 20:28 a la iglesia universal y en 11:26 y 13:1 a las congregaciones locales. (3) Indica que Dios estaba obrando en esta nueva entidad.
3. progreso en la iglesia (5:12–42)
a. Autenticación de los apóstoles (5:12–16)
Este párrafo prepara a los lectores para lo que sigue. Una actividad semejante ¡difícilmente podría pasar desapercibida!
5:12. Una vez más, los apóstoles fueron usados por Dios para hacer muchas señales y prodigios (cf. el comentario de 2:43). Es interesante notar que el lugar de las reuniones regulares de la iglesia de Jerusalén era el pórtico de Salomón, donde la gente se congregó después de haber escuchado las noticias acerca de la sanidad del cojo (3:11).
p 148 5:13. Este v. probablemente significa que ningún hipócrita o incrédulo se atrevía a juntarse con ellos porque el caso de Ananías y Safira ¡los había asustado mucho!
Las palabras de los demás, ninguno son literales, “nadie más del resto” (tōn loipōn oudeis). Las palabras “los demás” se usan con respecto a los perdidos (trad. “otros” en ; cf. ; ; ; ).
5:14. A pesar de la aversión que los no salvos tenían para unirse al grupo de los creyentes, los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres. El rápido crecimiento numérico fue un fenómeno de la iglesia primitiva (cf. 2:41, 47; 4:4; 6:1, 7; 9:31).
5:15–16. Las señales milagrosas (cf. v. 12) confirmaron la palabra de Dios en medio de la incipiente iglesia. Esto muestra la divina aprobación soberana de ésta después de llevar a cabo la disciplina. Mucha gente manifestó no sólo su confianza en los apóstoles para sanar, sino también dejó ver su superstición. Pensaban que la sombra de Pedro que caía sobre los enfermos era la que en sí los sanaba.
El poder, divinamente dado a los apóstoles para sanar y echar fuera demonios, está de acuerdo a la promesa que les hiciera el Señor (; Mr. l6:17–18).
b. Segundo encarcelamiento y liberación de los apóstoles (5:17–20)
5:17–20. Después de esta segunda aprehensión y encarcelamiento de los apóstoles (aparentemente todos los doce estuvieron involucrados). Dios los liberó en forma sobrenatural. Les encomendó, por medio de un ángel que siguieran en la proclamación pública (en el templo, cerca del lugar de reunión de la iglesia; cf. v. 12) de todas las palabras de esta vida (una forma poco común de referirse al evangelio). En Hechos, este es el primero de tres milagros de encarcelamiento y liberación que se narran (cf. Pedro, 12:6–10; Pablo y Silas, 16:26–27).
c. Interrogatorio y defensa de los apóstoles (5:21–32)
5:21a. Es evidente la obediencia de los apóstoles a la instrucción del ángel (v. 20). Aunque habían dormido muy poco la noche anterior, entraron de mañana (lit., al amanecer) en el templo (cf. v. 20).
5:21b-25. Los hechos registrados en estos vv. están llenos de ironía: (1) los alguaciles estaban guardando cuidadosamente una cárcel vacía (vv. 21b-23). (2) Los principales dirigentes de Israel estaban reunidos para juzgar a prisioneros que no estaban en su poder. (3) Mientras los dirigentes deliberaban frenéticamente acerca de qué habría sucedido a los varones que estaban bajo su custodia, se les avisó que los apóstoles estaban predicando en los atrios del templo. El jefe de la guardia … y los principales sacerdotes (cf. 4:1), dudaban (lit., “estaban perplejos” o “no sabían que hacer”) en cuanto a cómo explicar lo de la celda cerrada con toda seguridad, pero vacía. Tal vez ellos mismos estaban preguntándose qué les pasaría a ellos, ¡que habían perdido a sus prisioneros! (Cf. 16:27–28.)
5:26–27. El jefe de la guardia y los oficiales de la cárcel los volvieron a capturar, pero ahora cuidadosamente (sin el uso de violencia, por temor a provocar el enojo del populacho) y los trajeron delante del concilio para interrogarlos. (Acerca del sanedrín, V. el comentario de 4:15; cf. 6:12; 22:30.)
p 149 5:28. El uso del pronombre ese dos veces, subraya la renuencia del sumo sacerdote a pronunciar el nombre de Jesús (“este nombre”, 4:17). ¡Obviamente, su odio por Jesucristo era grande!
5:29. Pedro aquí reiteró un principio básico que se había afirmado previamente en 4:19–20. Lo opuesto también es cierto: los cristianos deben obedecer a los gobernantes a menos que sea un pecado hacerlo (cf. ; ).
5:30–31. La respuesta de Pedro y los apóstoles acerca de la resurrección de Jesús debe haber enfurecido a los saduceos (cf. 4:1–2; 5:17; 23:8). Este es el mismo mensaje que Pedro, como portavoz de los apóstoles, había predicado antes: (a) ellos habían matado a Jesús, pero Dios lo levantó de entre los muertos (cf. 2:23–24, 36; 3:15; 4:10) y (b) podían recibir el perdón de sus pecados (cf. 2:38; 10:43; 13:38; 26:18) al volverse a él en arrepentimiento (cf. 2:38; 3:16; 4:12; 8:22).
5:32. Los apóstoles estaban conscientes de su responsabilidad, por lo que afirmaron: nosotros somos testigos suyos de estas cosas (rhēmatōn, “palabras, dichos” o “cosas”). Además, el Espíritu Santo corroboró el testimonio de ellos al capacitarlos sobrenaturalmente para predicar con denuedo y para hacer milagros. Este mismo Espíritu se ha dado a todos los que creen en Cristo ().
d. Liberación de los apóstoles (5:33–42)
5:33. La furia de los dirigentes hacia los apóstoles era de esperarse y querían matarlos. Su oposición siguió el mismo patrón que su hostilidad hacia el Señor pocas semanas antes. La oposición siempre crece, y así sucedió aquí.
5:34–35. Un fariseo … Gamaliel doctor de le ley, venerado de todo el pueblo, influenció en el sanedrín para que no se opusiera a los apóstoles. Él no habló porque tuviera simpatía por la iglesia, sino porque había entendido la forma en que Dios obra soberanamente en la tierra (cf. v. 39).
5:36. Nada se sabe de Teudas y sus cuatrocientos insurrectos, cuya rebelión fracasó. Aunque Josefo, historiador judío del primer siglo, describió una rebelión dirigida por un Teudas, fue posterior y mucho más grande. Además, fue después de la que dirigió el Judas descrito en el v. 37.
5:37. La insurrección dirigida por Judas el galileo fue la segunda ilustración de Gamaliel. Josefo dio un registro más amplio de este movimiento que culminó con la ejecución de Judas, pero que también provocó más revueltas.
5:38–39. Aquí se encuentra la conclusión y el mensaje central del discurso de Gamaliel. Al observar lo que sucediera al movimiento cristiano, ellos sabrían si era de origen humano o de Dios. Es interesante que este discurso fue en un sentido, una apología para la iglesia de Jesucristo, dada por un representante de los enemigos de ella. Tratar de detener la obra de Dios sería como ¡estar luchando contra Dios!
5:40. Las autoridades no consideraron correcto sólo amonestar a los apóstoles, por lo que decidieron azotarlos y les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús (sobre “el nombre” de Jesús, V. el comentario de 3:16). Los azotes fueron evidentemente un castigo para los apóstoles por desobedecer la amonestación que les habían hecho anteriormente (cf. 4:18, 21; 5:28).
5:41–42. A pesar de la sangrienta golpiza, los apóstoles salieron de la p 150 presencia del concilio, gozosos. Aquí se hace evidente una vez más el tema del gozo en el libro de Hechos (V. el comentario de 2:46–47). Una iglesia victoriosa se goza en la obra divina a pesar de la persecución, y como en este caso, aun a causa de ella. Los apóstoles se sintieron honrados de padecer afrenta por causa del Nombre (sobre el “nombre”, V. 3:16; cf. , ). Posteriormente, Pedro animó a los cristianos a “regocijarse” cuando “participaran” en los sufrimientos por causa de Cristo (; cf. ; ).
El propósito de Lucas al escribir fue mostrar la forma en que Israel como nación seguía firme en su trágico rechazo de Jesús el Mesías.
4. administración en la iglesia (6:1–7)
6:1. Los judíos griegos no podían hablar arameo, la lengua nativa de los judíos que vivían en Israel. Probablemente habían sido criados fuera de su tierra y eran bilingües que hablaban tanto griego como su lengua nativa (cf. 2:5–11). Tal vez también pertenecían a ese grupo otros gentiles prosélitos del judaísmo, que más tarde llegaron a ser cristianos. Los judíos nativos también eran bilingües, porque hablaban arameo y griego (cf. 21:40) En el mundo judío, existían tensiones entre los judíos griegos y los hebreos de lengua aramea; y trágicamente, esas tensiones se introdujeron a la iglesia.
6:2. Las mesas (trapezais) pueden referirse a las mesas usadas para servir comida o mesas de dinero, es decir, los bancos. Probablemente se refieren aquí al lugar donde se administraban los fondos y víveres para las viudas.
Los doce reconocieron que las prioridades de su ministerio eran la palabra … y la oración (cf. v. 4).
6:3–4. Los apóstoles mencionaron tres cualidades que debían tener los que se nombraran para servir: (a) Ser llenos del Espíritu Santo, (b) estar llenos de sabiduría (cf. v. 10) y además, (c) ser conocidos por estas cosas. Esto quiere decir que las dos primeras características debían formar parte de su reputación y que las tres eran necesarias para el buen manejo de las finanzas. (La fe, v. 5, no es otro distintivo, porque creer es simplemente el medio para estar lleno con el Espíritu Santo.)
La selección de siete varones puede relacionarse con la tradición de las comunidades judías en que siete hombres respetables administraban los negocios públicos y actuaban como concilio oficial. Al escoger a esos siete hombres, los doce persistieron en dar atención a la oración y … al ministerio de la palabra (cf. v. 2).
6:5. La propuesta de los doce agradó … a toda la multitud de discípulos. Es significativo que los siete tuvieran nombres griegos, implicando que eran helenistas. Nicolás, el último mencionado, no era ni siquiera judío, sino uno convertido al judaísmo y posteriormente al cristianismo. Evidentemente, la iglesia primitiva sintió que el problema de la falta de atención involuntaria hacia las viudas greco judías, se resolvería mejor si lo solucionaban los judíos helénicos, y que ciertamente ellos no iban a desatender a las viudas de habla aramea.
La presentación de los siete (cf. 21:8) prepara a los lectores para el ministerio de Esteban y Felipe, los primeros dos de la lista. Además, la referencia a los judíos griegos anticipa la extensión más amplia del evangelio fuera del círculo de Jerusalén y Judea. p 151 (No se sabe nada acerca de los otros cuatro: Prócoro … Nicanor … Timón y Parmenas).
6:6. Aunque la comunidad cristiana eligió a los siete, estos fueron comisionados por los apóstoles. Esto se hizo por medio de la oración y la imposición de las manos. La práctica de imponer las manos sobre otros era un gesto que significaba comisionar y dar autoridad (cf. 8:17–19; 13:3; 19:6; ; ; ).
¿Fueron estos los primeros diáconos? ¿Qué oficio eclesiástico se observa aquí? Existen tres respuestas a estas interrogantes.
(1) Algunos dicen que éstos fueron los primeros diáconos. Varios factores se usan para sostener este punto de vista. Primero, el oficio de diácono se da por sentado en las cartas de Pablo (cf. ). Si no es un relato de su inicio, entonces surge la interrogante, ¿cuándo y dónde se originaron los diáconos? Segundo, varias palabras relacionadas con el diaconado (diakonia) se encuentran aquí; “distribución” (lit. “servicio”) en el v. 1 es diakonia, y “servir” en el v. 2 es diakonein. Sin embargo, a estos hombres nunca se les llamó “diáconos” (diakonoi). Posteriormente se les llamó “los siete” (21:8). Además, las palabras “distribución” y “servir” no parecen tener aquí un sentido técnico. Estos términos se usan comúnmente en el N.T. en gr. sin darles algún sentido especial.
(2) Otros afirman que éstos fueron los precursores del oficio de anciano. Esta no es una interpretación común, pero adquiere su respaldo en 11:30, donde se refiere al dinero de ayuda dado a los ancianos. Si los diáconos manejaban estos fondos antes (cap. 6), se argumenta que posteriormente llegaron a ser los ancianos (cap. 11). Sin embargo, el oficio de anciano tuvo su origen en la sinagoga judía.
(3) Un tercer punto de vista es que ejercieron esa posición temporalmente con el propósito de satisfacer una necesidad específica. Esta parece ser la mejor interpretación por un par de razones. Primero, fueron escogidos para una tarea en particular, no una generalizada. Segundo, tuvieron una responsabilidad temporal por causa de la naturaleza comunitaria de la iglesia de Jerusalén. Aun así, esos hombres ilustran el papel y función del oficio de diácono.
6:7. Este v. contiene otro de los informes de avance de Lucas. La iglesia estaba creciendo rápidamente en número (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31). Es más, muchos sacerdotes judíos llegaban a ser creyentes (obedecían a la fe; cf. ). Con el nombramiento de estos hombres, los lectores quedan listos para leer acerca de la obra de Esteban y Felipe y la proclamación del evangelio afuera de Jerusalén.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 132–151.
COMENTARIO
I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)
A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)
1. introducción (1:1–5)
1:1–2. En los dos primeros vv. de este libro, Lucas vio su evangelio en retrospectiva. Teófilo pudo haber sido el mecenas de Lucas, el que financió la escritura de Lucas y Hechos. De cualquier forma, era creyente en Cristo. Estos dos libros confirmarían e instruirían en la fe tanto a Teófilo, como a la iglesia de Cristo (cf. ).
El vb. comenzó indica que Hechos continúa el registro del ministerio y enseñanza que Cristo inició en la tierra. Él sigue trabajando y enseñando hoy día a través de su pueblo.
La referencia que hace a la ascensión del Señor en en retrospectiva a .
El Señor dio dos mandamientos antes de regresar al cielo: (1) el grupo apostólico debía permanecer en Jerusalén (; cf. ); y (2) habrían de ir al mundo y ser testigos (; cf. ; ).
Aunque estos mandamientos podrían parecer contradictorios, debían obedecerse en secuencia.
1:3. Las apariciones del Señor después de su resurrección, fueron testimonio de la realidad de la misma. Cristo dio muchas pruebas indubitables p 133 acerca de esto. La palabra “pruebas” (tekmēriois) aparece sólo en esta ocasión en el N.T. y se refiere a una evidencia demostrable en contraste con las evidencias que proporcionan los testigos. En otras palabras, la resurrección fue probada palpablemente porque Jesús fue visto, tocado y sentido (cf. ; ).
Durante cuarenta días después de volver a la vida, el Señor se apareció a los apóstoles y discutió con ellos acerca del reino de Dios. ¿Qué quiere decir esto, si Dios siempre ha gobernado sobre el mundo y especialmente en Israel? (; , , , ; ; ; ; ; ; ; etc.). Sin embargo, vendrá un tiempo, comúnmente llamado el milenio, en que Dios va a irrumpir en la historia humana en forma espectacular para establecer su gobierno. Esto es lo que significa el término “el reino de Dios” (cf. el comentario de ; ). Aunque este tópico fue el tema de muchas de las enseñanzas y predicaciones del Señor antes de la cruz, él consideró oportuno hablar más ampliamente de él durante su ministerio de cuarenta días después de la resurrección. (V. “Los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión” en el Apéndice, pág. 349).
1:4. La promesa dada por el Padre, también anticipada en , era obviamente el Espíritu Santo (cf. ; ; ; ).
1:5. Juan ciertamente había profetizado el bautismo del Espíritu por el Señor Jesús. La grandeza de Cristo se vio en el hecho de que Juan se identificó con su gente a través del bautismo de agua, pero Jesucristo unió a sus seguidores con él mismo por medio del Espíritu Santo. La palabra bautizó, que normalmente significa “zambullir o sumergir” tiene aquí la idea de “unirse con” (cf. ). El Señor hizo la misma predicción del bautismo del Espíritu que Juan (; ; cf. ).
2. reclusión en jerusalén (1:6–26)
a. La ascensión (1:6–11)
1:6. Es muy esclarecedora la pregunta de los discípulos: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Esta oración se introduce con el conectivo entonces (men oun), el cual asocia el pensamiento del v. 6 con el 5. En la mente de los discípulos, el derramamiento del Espíritu Santo y la llegada del reino estaban estrechamente relacionados. Es lógico que lo estuvieran, porque el A.T. frecuentemente unía los dos (cf. ; ; ; ; ). Cuando Cristo mencionó la pronta venida del bautismo del Espíritu, ellos de inmediato pensaron que la restauración del reino de Israel estaba cercana (cf. el comentario acerca de “restauración” en ).
1:7. Algunos concluyen, por la respuesta del Señor, que los discípulos tenían un falso concepto del reino. Pero esto no es correcto. Cristo no los acusó de ello, porque si sus seguidores hubieran tenido una apreciación incorrecta, este sería el momento para que él la corrigiera. El hecho es que Cristo enseñó la venida de un reino terrenal, literal (; ; ). declara que el Señor instruyó a los discípulos acerca del reino; en verdad les dio la impresión correcta en cuanto a sus características y su establecimiento futuro. Lo que Jesús discute aquí (v. 7) es el tiempo en que se va a establecer el reino. La palabra gr. que se usa para tiempos (j̱ronous) básicamente describe p 134 la duración de tiempo, y la palabra que se utiliza para sazones (kairous) se refiere tanto a la extensión del tiempo como a la clase de tiempo (e.g., “tiempos difíciles”). A los discípulos no les concernía saber los tiempos ni los períodos críticos que el Padre había puesto en su sola potestad. Más adelante se daría más revelación concerniente a esto (cf. ).
1:8. Este v. contrasta (alla, pero) con el 7. En vez de conocer los tiempos y las fechas, los apóstoles debían ser testigos de Cristo hasta lo último de la tierra. Esto lo harían después de ser sobrenaturalmente investidos con poder por el Espíritu Santo.
El significado de la cláusula me seréis testigos esta sujeto a cuestionamiento. ¿Es este un mandamiento o una simple declaración de hecho? Gramaticalmente, las palabras pueden ser tomadas en ambas formas, pero debido a 10:42 (cf. 4:20) claramente es un imper. en tiempo futuro.
Es probable que “lo último de la tierra” se refiere a Roma, el orgulloso centro de la civilización mundial durante la era apostólica, que se ubicaba a una significativa distancia de Jerusalén (más de 2,240 kms. en trayectoria recta).
1:9–11. Estos vv. describen la ascensión del Señor, pero también anticipan su regreso. Él va a regresar en una nube, corporalmente, a la vista de la gente () y al monte de los Olivos () así … como los apóstoles lo vieron ir.
La ascensión de Cristo marcó el final de su ministerio en la tierra en forma corporal. También lo exaltó a la diestra del Padre (; ; ; ; ). Al mismo tiempo, la ascensión significó que la obra de Cristo en la tierra estaba ahora en manos de sus discípulos (, ).
Era imperativo que ocurriera la ascensión para que pudiera venir el Consolador prometido (cf. , ; ; ; ). El Espíritu Santo dotaría de poder a los discípulos mientras ministraban el evangelio y esperaban el reino.
b. La súplica del aposento alto (1:12–14)
1:12–14. Camino de un día de reposo era un poco más de 800 mts. (cf. ; ). El monte del Olivar queda a esa distancia al oriente de Jerusalén.
Los apóstoles estaban reunidos en un aposento alto. Era común que los grupos grandes se reunieran en los pisos superiores, porque en las casas de Palestina, los cuartos más grandes estaban arriba (cf. ). Los pisos bajos tenían cuartos más pequeños para que sus paredes soportaran el peso de los pisos superiores.
La oración (1:14) puede haber sido una petición específica de la promesa que se menciona en el v. 4. En gr. “oración” lleva el artículo. Los discípulos estaban siguiendo la instrucción sugerida por Jesús (). Pero, a partir del día de Pentecostés, ya no es necesario que los creyentes oren pidiendo el Espíritu Santo (cf. ).
Es evidente que la resurrección del Señor dirigió a sus hermanos a la conversión (cf. ; ). Si así fue, esta es la única aparición de Cristo que se tiene registrada, a gente no salva después de su resurrección.
c. Elección de un nuevo apóstol (1:15–26)
1:15. Pedro, dirigente del grupo apostólico, se levantó en medio de unos ciento veinte discípulos que estaban reunidos en Jerusalén. p 135 Seguramente había más seguidores en otros lados (cf. ).
1:16–17. La alusión de Pedro al A.T. muestra el alto concepto en que tenía las Escrituras. Los Salmos habían sido inspirados por el Espíritu Santo hablando por boca de David. La afirmación de Pedro fue que era necesario que se cumpliese la Escritura. El vb. “era necesario” viene de dei, el cual se usa para referirse a una necesidad lógica o divina.
Pedro dijo que David profetizó acerca de Judas. Pero, ¿cuándo habló David de Judas Iscariote? En verdad no se refirió a él directamente o por nombre. En los Salmos, el Mesías se promete como el Rey ideal. Por lo tanto, los salmos reales que hablan del rey de Israel, prefiguran a Cristo. Así, los enemigos del salmista real se convierten en enemigos del Mesías. Entonces, Judas fue profetizado en y 109:8 como afirma . Ambos salmos se clasifican como reales o imprecatorios (cf. ).
1:18–19. Aunque este mismo no fue quien compró personalmente un campo, lo hizo indirectamente. Los sacerdotes usaron el dinero de la traición que Judas arrojó dentro del templo para hacer esa adquisición a nombre del traidor ().
El registro del violento final de Judas de parece contradecir , el cual claramente dice que “se ahorcó” a sí mismo. Una explicación es que las entrañas de Judas rápidamente se hincharon y extendieron después de que se colgó, así que se reventó por la mitad. Otra explicación más probable, es que Judas se colgó al filo de un precipicio y la cuerda o rama del árbol en que estaba colgado se rompió y cuando cayó a las rocas abajo, “se reventó por la mitad”.
Acéldama es una palabra ar. que significa campo de sangre. Se desconoce la localización exacta de ese lugar, pero tradicionalmente se cree que está cerca a la Iglesia Ortodoxa Griega y el Convento de San Onofre, donde se unen los valles de Hinom y Cedrón al sureste de Jerusalén (V. “Mapa de la ubicación de Acéldama” en el Apéndice, pág. 351).
1:20. Para la cita que hace Pedro de y 109:8 con referencia a Judas, V. el comentario de .
II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)
II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)
A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)
1. arresto de esteban (6:8–7:1)
A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)
El ministerio, arresto y juicio de Esteban son tremendamente similares a los del Señor.
1:22. Se nota la importancia que los discípulos daban a la resurrección en el hecho de que uno de los requisitos que pusieron era que la persona seleccionada fuera testigo de su resurrección. Ésta es una de las piedras angulares de la fe cristiana (cf. ).
6:8. Como Cristo y los apóstoles, Esteban estaba lleno de gracia y de poder de Dios (cf. 4:33; Lc. 2:40, 52). Es interesante notar que Esteban estaba “lleno de” o controlado por cinco factores: el Espíritu, la sabiduría, la fe, la gracia y el poder (Hch. 6:3, 5, 8). ¡Qué líder tan sobresaliente! Además, hizo grandes prodigios y señales p 152 (cf. 2:22; Lc. 24:19; también cf. Hch. 2:43). Estas evidencias de la gracia de Dios se mostraban aparte de las responsabilidades que tenía en la ministración diaria a las viudas.
1. arresto de esteban (6:8–7:1)
6:9–11. La sinagoga … de los libertos posiblemente se componía de aquellos que, ya fuera ellos mismos o sus ancestros, habían sido puestos en libertad por ser prisioneros de guerra o esclavos. Pero no se conoce con seguridad quiénes eran.
Los miembros de esa sinagoga provenían de tres áreas distintas: el Norte de África (Cirene y Alejandría eran dos de sus principales ciudades), Asia (la parte occidental de la moderna Turquía) y Cilicia. Posiblemente esta era la asamblea a la cual asistía Pablo, porque Tarso estaba situada en la provincia de Cilicia.
El ministerio, arresto y juicio de Esteban son tremendamente similares a los del Señor.
Además de ser uno de los siete y de los que hacían milagros, Esteban también fue un polemista muy destacado. Sus enemigos no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (cf. “lleno del Espíritu Santo y sabiduría” en el v. 3 y “lleno … del Espíritu Santo” en v. 5 y 7:55).
1:23–26. Con dos hombres entre quienes escoger, José (alias Barsabás y Justo) y Matías, los apóstoles hicieron dos cosas: oraron (reconociendo la omnisciencia del Señor, cf. : ; ) y echaron suertes. Probablemente habían escrito los nombres p 136 en piedras colocadas en un recipiente. Cuando echaron éstas fuera del recipiente, la primera piedra en caer fue la que consideraron que era la elección del Señor.
Para eliminar a Esteban, los miembros de la sinagoga indujeron encubiertamente a ciertos individuos para que iniciaran una acusación en su contra. Como aquellos que acusaron al Señor Jesús, estos hicieron responsable a Esteban de hablar palabras blasfemas (cf. Mt. 26:65).
6:8. Como Cristo y los apóstoles, Esteban estaba lleno de gracia y de poder de Dios (cf. 4:33; , ). Es interesante notar que Esteban estaba “lleno de” o controlado por cinco factores: el Espíritu, la sabiduría, la fe, la gracia y el poder (, , ). ¡Qué líder tan sobresaliente! Además, hizo grandes prodigios y señales p 152 (cf. 2:22; ; también cf. ). Estas evidencias de la gracia de Dios se mostraban aparte de las responsabilidades que tenía en la ministración diaria a las viudas.
6:12–14. Eso fue suficiente para exacerbar a laicos y gobernantes. Apresaron a Esteban y lo acusaron ante el concilio. Esta es la tercera de cuatro veces en Hechos en que los seguidores del Señor son llevados a la corte judía; los otros fueron Pedro y Juan (4:15), Pedro y los apóstoles (5:27) y Pablo (22:30).
Los testigos falsos no eran del todo mentirosos. Probablemente Esteban había mencionado las cosas de que lo acusaban. Sin embargo, hicieron una mala presentación de las intenciones y el sentido en que había hecho sus declaraciones (cf. Mt. 26:61; Mr. 14:58; Jn. 2:19). El Señor mismo había predicho la destrucción del templo (Mt. 24:1–2; Mr. 13:1–2; Lc. 21:5–6) aunque nunca dijo que él lo haría. La otra parte de la acusación contra Esteban involucraba la naturaleza temporal del sistema mosaico. Indudablemente, él vio las implicaciones teológicas de la justificación por la fe y el cumplimiento de la ley en Cristo. Además, si el evangelio es para todo el mundo (Hch. 1:8), la ley tenía que haber sido temporal.
6:9–11. La sinagoga … de los libertos posiblemente se componía de aquellos que, ya fuera ellos mismos o sus ancestros, habían sido puestos en libertad por ser prisioneros de guerra o esclavos. Pero no se conoce con seguridad quiénes eran.
6:15. Todos … en el concilio, los 71 miembros, fijaron los ojos en él esperando su respuesta, vieron su rostro como el rostro de un ángel. Es evidente que su cara resplandecía con gran gloria (cf. el rostro de Moisés en Éx. 34:29, 35).
7:1. El sumo sacerdote mencionado aquí probablemente es Caifás, el mismo que presidió los juicios del Señor (Mt. 26:57; Mr. 14:54; Lc. 22:53; Jn. 18:13, 24; cf. el comentario de Hch. 4:5–6).
Esta es la última vez en la Biblia que se menciona la práctica de echar suertes para determinar la voluntad de Dios. Aquí se hace necesario hacer un par de observaciones. Primero, no estaba de por medio algún problema moral. Más bien, se trataba de hacer una selección entre dos hombres que aparentemente estaban igualmente calificados. Segundo, este procedimiento debe haberse basado en donde se dice que la decisión de la suerte viene del Señor.
Los miembros de esa sinagoga provenían de tres áreas distintas: el Norte de África (Cirene y Alejandría eran dos de sus principales ciudades), Asia (la parte occidental de la moderna Turquía) y Cilicia. Posiblemente esta era la asamblea a la cual asistía Pablo, porque Tarso estaba situada en la provincia de Cilicia.
2. discurso de esteban (7:2–53)
7:2–53. Este es el mensaje más largo de los registrados en Hechos, lo cual muestra la importancia que Lucas le dio. Esteban, un greco judío, por su vida y palabras, preparó el camino para que el evangelio llegara más allá de los límites del judaísmo.
Además de ser uno de los siete y de los que hacían milagros, Esteban también fue un polemista muy destacado. Sus enemigos no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (cf. “lleno del Espíritu Santo y sabiduría” en el v. 3 y “lleno … del Espíritu Santo” en v. 5 y 7:55).
Pero, ¿qué fue lo que dijo Esteban en su discurso que provocó su muerte? Aunque se refirió a las acusaciones que se le habían hecho, Esteban no hizo una defensa rigurosa de sí mismo. p 153 Al contrario, expuso ordenadamente la historia de Israel y las obras pasadas de Dios para justificar el cristianismo.
En su discurso, corren tres ideas como los hilos de un tejido.
Algunos piensan que la selección de Matías fue errada, que este fue un método por demás deficiente para elegirlo, y que Pablo hubiera llenado mejor la vacante que Judas dejó al apostatar. Sin embargo, los que creen que Matías fue una elección adecuada, argumentan que está orientado hacia los judíos y que Pablo fue enviado a los gentiles (). Además, Lucas, el amigo y compañero de Pablo, reconoció a los doce como grupo oficial (; ). Finalmente, en Hechos no se censura esta elección.
Para eliminar a Esteban, los miembros de la sinagoga indujeron encubiertamente a ciertos individuos para que iniciaran una acusación en su contra. Como aquellos que acusaron al Señor Jesús, estos hicieron responsable a Esteban de hablar palabras blasfemas (cf. ).
1. En el programa de Dios hay progreso y cambios. Dios había sido creativo e innovador en su trato con los humanos y particularmente con Israel. Esteban desarrolló este pensamiento en cinco puntos: (a) La promesa a Abraham (vv. 2–8). De haber empezado a trabajar con toda la raza humana, el Señor soberanamente llamó a Abraham, padre de los judíos, desde Mesopotamia a la tierra prometida, y le dio doce bisnietos que llegaron a ser los progenitores de las tribus de Israel. (b) La estancia de José (vv. 9–16). Este cambio a Egipto fue el cumplimiento de la predicción de Dios registrada en los vv. 6–7. También fue un cambio radical para los descendientes de Jacob. (c) La liberación bajo el mando de Moisés (vv. 17–43). Una gran parte del discurso de Esteban se centra en Moisés y el Éxodo, otro de los aspectos importantes de la historia de Israel. (d) La edificación del tabernáculo (vv. 44–46). Se construyó el tabernáculo en forma portátil, implicando así que era temporal. (Se le llamó el tabernáculo del testimonio porque testificaba la presencia de Dios entre ellos.) (e) La construcción del templo (vv. 47–50). Aun en ese caso, el templo era símbolo de la presencia divina y no la verdadera casa de Dios.
En las obras efectuadas por Dios en la nación desde Abraham hasta Salomón, había habido innovaciones y cambios. El punto es muy claro: si el Señor hizo tantos cambios durante la historia de Israel, ¿quién podía decir que la ley y el templo eran permanentes?
6:12–14. Eso fue suficiente para exacerbar a laicos y gobernantes. Apresaron a Esteban y lo acusaron ante el concilio. Esta es la tercera de cuatro veces en Hechos en que los seguidores del Señor son llevados a la corte judía; los otros fueron Pedro y Juan (4:15), Pedro y los apóstoles (5:27) y Pablo (22:30).
2. Las bendiciones de Dios no están limitadas a la tierra de Israel y al área del templo. Algunos de los más grandes beneficios fueron conferidos a Israel desvinculados del templo y la tierra.
A continuación, Esteban dio cuatro ejemplos: (a) los patriarcas de Israel y los gobernantes fueron bendecidos estando fuera de la tierra. Abraham fue llamado en Mesopotamia y recibió promesas antes que morase en Harán (vv. 2–5). José encontró en Egipto el favor de Faraón porque Dios estaba con él (vv. 9–10). Moisés fue comisionado por Dios en Madián (vv. 29–34). Para respaldar el hecho de que Dios bendijo a Moisés mientras estaba en Madián, Esteban cuidadosamente relató que sus dos hijos nacieron en aquel lugar. (b) La ley misma fue dada fuera de la tierra: Moisés estuvo en la congregación en el desierto (v. 38). (c) El tabernáculo fue construido en el desierto y estuvo con ellos en el desierto (v. 44). De hecho, los judíos lo introdujeron con ellos al tomar posesión de la tierra (v. 45). (d) Aun el templo, aunque fue construido en la tierra, no estaba limitado en su teología. ¿Como iba el templo a ser la morada de Dios cuando las Escrituras declaran: el cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies? (v. 49; Is. 66:1).
Los testigos falsos no eran del todo mentirosos. Probablemente Esteban había mencionado las cosas de que lo acusaban. Sin embargo, hicieron una mala presentación de las intenciones y el sentido en que había hecho sus declaraciones (cf. ; ; ). El Señor mismo había predicho la destrucción del templo (; ; ) aunque nunca dijo que él lo haría. La otra parte de la acusación contra Esteban involucraba la naturaleza temporal del sistema mosaico. Indudablemente, él vio las implicaciones teológicas de la justificación por la fe y el cumplimiento de la ley en Cristo. Además, si el evangelio es para todo el mundo (), la ley tenía que haber sido temporal.
3. En el pasado, repetidamente Israel había dado evidencia de su oposición a los planes de Dios y a sus siervos. Este es el punto principal del discurso de Esteban, como lo afirma su clímax (Hch. 7:51–53). Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. Este tema se ve a través del mensaje, pero hay unos puntos específicos. (a) En vez de ir directamente desde Mesopotamia a la tierra prometida, p 154 Abraham acampó en Harán (vv. 2–4). (b) A José sus hermanos lo vendieron como esclavo en Egipto (v. 9). (c) Moisés fue rechazado por los hijos de Israel (vv. 23–29). Es altamente significativo que tanto José como Moisés no hayan sido aceptados, sino hasta su segunda aparición (vv. 13, 35–36). Este paralelismo con Cristo no debe haber pasado desapercibido a los oyentes de Esteban. (d) Israel rechazó la verdadera adoración y se volvió a los ídolos (vv. 39–43). Su vulgar incredulidad se hizo obvia en la idolatría, un pecado que odiaban los judíos, particularmente los de la era apostólica. Como resultado, Dios juzgó a la nación enviándola al exilio en Babilonia (v. 43). (e) El pueblo de Israel no entendió la razón de ser del templo (vv. 48–50). La fuerte y clara afirmación de Esteban (v. 48) implica que los judíos creyeron que el templo era la morada de Dios sobre la tierra, o sea, la contraparte judía del monte Olimpo. En realidad, el templo estaba puesto como lugar de adoración y oración; pero no era la casa de Dios (cf. 1 R. 8:23–53).
3. comienzo de la iglesia (cap. 2)
Los tres puntos principales de Esteban en este discurso encajan bien. Ya que existe una progresión en el programa de Dios y que sus bendiciones no están limitadas al templo, Israel debería ser más cuidadoso y no “resistirse” (Hch. 7:51) a las obras del Todopoderoso, como lo había hecho en el pasado. Ellos se estarían oponiendo al propósito divino al rehusarse a ver su obra en la iglesia y su bendición fuera de las fronteras de Israel. Esta defensa se relacionó específicamente con la acusación hecha a Esteban en 6:11–14.
6:15. Todos … en el concilio, los 71 miembros, fijaron los ojos en él esperando su respuesta, vieron su rostro como el rostro de un ángel. Es evidente que su cara resplandecía con gran gloria (cf. el rostro de Moisés en , ).
Existe un problema cronológico en 7:6, donde Esteban dice que Israel sería reducido a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. En Gálatas 3:17, Pablo da a entender que el período de tiempo que transcurrió desde la promesa hecha a Abraham en Génesis 15:13–16 hasta el monte Sinaí, fue de 430 años. La diferencia entre 400 y 430 años puede ser fácilmente explicada al entenderse que Esteban usó números redondos. Otra explicación es que los 400 años fueron en verdad el tiempo que duró la esclavitud, mientras que los 430 años describen el período desde la confirmación del pacto en Génesis 35:9–15 hasta el Éxodo, que ocurrió en el 1446 a.C. Sin embargo, el mayor problema se encuentra en el tiempo que Israel pasó como esclavo en Egipto. Si Gálatas 3:17 significa que fueron 430 años desde la promesa dada a Abraham (Gn. 15) hasta el Éxodo, el tiempo que pasaron en Egipto sería entonces de 215 años. Sin embargo, si Hechos 7:6 se toma literalmente, la esclavitud duró 400 años. Tal vez la mejor solución es decir que Pablo estaba considerando períodos de tiempo. Las promesas fueron dadas a Abraham, Isaac y Jacob y estos tres patriarcas, todos recibieron la promesa de Dios. La promesa fue reconfirmada en Génesis 46:1–4 a Jacob en Beerseba, mientras viajaba rumbo a Egipto. Desde ese punto (el fin de la entrega de la promesa de Dios a los patriarcas) hasta el Éxodo, pasaron 400 años. (Cf. Harold W. Hoehner, The Duration of the Egyptian Bondage. “Duración de la esclavitud en Egipto”, Bibliotheca Sacra 126. Octubre-Diciembre de 1969: 306–16).
Otra aparente discrepancia en el discurso de Esteban está en Hechos 7:14. Esteban estableció que eran setenta y cinco personas las que componían la parentela de Jacob, pero el texto hebr. dice “setenta” tanto en Génesis 46:27 como en Éxodo 1:5. En p 155 ambos lugares, la LXX menciona setenta y cinco. Comúnmente se dice que Esteban, por ser un judío que hablaba griego, debe haber citado la LXX y por lo tanto, sólo cometió un error involuntario. Sin embargo, esta dificultad puede resolverse de otras maneras. Una de las más ampliamente aceptadas es reconocer que el texto hebr. incluye a Jacob, a José, y a los dos hijos de José, Efraín y Manasés (un total de 70), pero que la LXX omite a Jacob y a José, pero incluye los siete nietos (mencionados en 1 Cr. 7:14–15, 20–25). Esto se sostiene por el texto hebr. de Génesis 46:8–26 que enumera 66 nombres, omitiendo los de Jacob, José y los dos hijos de José. Otra solución es que los 75 de la LXX incluyen a los 66 más las 9 esposas de los doce hijos de Jacob (las esposas de Judá y Simeón habían muerto y la de José estaba en Egipto).
7:1. El sumo sacerdote mencionado aquí probablemente es Caifás, el mismo que presidió los juicios del Señor (; ; ; , ; cf. el comentario de ).
Hechos 7:16 contiene otra aparente discrepancia. Las palabras de Esteban implican que Jacob fue enterrado en Siquem, mientras que el A.T. claramente afirma que él y su esposa Lea (así como sus padres Isaac y Rebeca y sus abuelos Abraham y Sara) fueron sepultados en la cueva de Macpela en Hebrón (Gn. 49:29–50:13). Sin embargo, los cuerpos enterrados en Siquem no incluían el de Jacob, pero sí el de José y sus hermanos. José fue sepultado en Egipto, pero lo volvieron a enterrar en Siquem (Gn. 50:26; Éx. 13:19; Jos. 24:32). Aunque Josué 24:32 se refiere sólo a los huesos de José, evidentemente sus hermanos también fueron sepultados en Siquem (aunque Josefo opina de otra forma). Entonces, el pronombre los cuales (Hch. 7:16) no incluye a Abraham, Isaac, y Jacob, pero ve retrospectivamente a las palabras nuestros padres del v. 15 y se refiere a José y a sus hermanos.
a. La venida del Espíritu Santo (2:1–13)
La frase de Esteban el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem (v. 16) presenta otro problema. En realidad, fue Jacob y no Abraham el que compró el pedazo de tierra (Gn. 33:19). Esto debe ser explicado porque fue Abraham en un sentido, el que hizo la compra de la propiedad a través de la persona de su nieto. A Abraham se le daría título de Siquem a través de Jacob.
2. discurso de esteban (7:2–53)
Esta alusión favorable a Siquem, la capital de los samaritanos no debe haber sido del agrado de quienes escuchaban a Esteban. Pero esta referencia a Samaria prepara a los lectores para el siguiente paso en la extensión del evangelio (Hch. 8).
3. ataque contra esteban (7:54–8:1a)
7:2–53. Este es el mensaje más largo de los registrados en Hechos, lo cual muestra la importancia que Lucas le dio. Esteban, un greco judío, por su vida y palabras, preparó el camino para que el evangelio llegara más allá de los límites del judaísmo.
7:54–56. La respuesta de las autoridades religiosas al mensaje de Esteban era fácilmente predecible: Se enfurecían en sus corazones (cf. 5:33), y crujían los dientes contra él.
En vez de sentirse intimidado, Esteban, lleno del Espíritu Santo (cf. 6:3, 5, 10), vio la gloria de Dios, y a Jesús (“de pie”, NVI) que estaba a la diestra de Dios. El Señor Jesús normalmente está sentado a la mano derecha del Padre (Sal. 110:1; Ro. 8:34; Col. 3:1; He. 1:3, 13; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22). La posición “de pie” (NVI) quizá implique que el Salvador estaba parado para dar la bienvenida a Esteban.
2:1. El día de Pentecostés era una fiesta anual que seguía a la fiesta de las primicias por una semana de semanas (i.e., siete semanas, o cuarenta y nueve días). Por lo tanto, también se llamaba la fiesta de las semanas (cf. ). El nombre “Pentecostés” derivado del gr., significa cincuenta y se refiere al quincuagésimo día después de la fiesta de las primicias ().
Pero, ¿qué fue lo que dijo Esteban en su discurso que provocó su muerte? Aunque se refirió a las acusaciones que se le habían hecho, Esteban no hizo una defensa rigurosa de sí mismo. p 153 Al contrario, expuso ordenadamente la historia de Israel y las obras pasadas de Dios para justificar el cristianismo.
Hechos 7:56 es un v. culminante en este cap. por varias razones. Primero, repite la afirmación hecha por Cristo en su juicio delante del sumo sacerdote (Mr. 14:62). Así como resultó en la acusación que se le hizo a Jesús de blasfemia, la misma afirmación produjo p 156 una respuesta violenta hacia Esteban. Segundo, el término Hijo del Hombre está lleno de significado. Esta es la última vez que se usa en el N.T., y es la única que no es mencionada por el Señor Jesús. Esta expresión, Hijo del Hombre, muestra que Jesús es el Mesías porque viene de la cita de Daniel 7:13–14. Definitivamente es escatológica. (V. el comentario adicional sobre “el Hijo del Hombre” en Mr. 8:31.) Tercero, Hechos 7:56 combina dos grandes pasajes mesiánicos: Daniel 7:13–14 y Salmos 110:1. El primero hace énfasis en el aspecto universal del gobierno del Señor. No dice que simplemente era un gobernador judío; sino que es el Salvador del mundo. Salmos 110:1 presenta al Mesías como sentado a la diestra de Dios. Además de hacer hincapié en el poder y la posición, esto también muestra aceptación. Cristo es por lo tanto el Mediador (cf. 1 Ti. 2:5), probando así que la gente tiene acceso a Dios por otros medios aparte del templo y sus sacerdotes.
7:57–58. La respuesta del sanedrín fue inmediata y violenta porque entendieron las implicaciones teológicas de la doctrina de Esteban: Israel era culpable, la ley era temporal y el templo iba a ser deshecho. Así que echándole fuera de la ciudad, le apedrearon. La blasfemia se castigaba con la muerte (Lv. 24:16). Es irónico que los judíos martirizaran a Esteban, cuando sus antecesores habían adorado a “Moloc” (Hch. 7:43). De acuerdo a la ley de Moisés, ellos deberían haber sido condenados a muerte (Lv. 20:2).
En su discurso, corren tres ideas como los hilos de un tejido.
Un joven teólogo que se llamaba Saulo estuvo de acuerdo en que apedrearan a Esteban. Los testigos pusieron sus ropas a sus pies. Esto significa que al guardar sus ropas, Saulo estaba dando su aprobación al asesinato (Hch. 8:1; 22:20).
7:59–60. En palabras que recuerdan las del crucificado, Esteban encomendó su espíritu al Señor y clamó a favor de sus enemigos (cf. Lc. 23:34, 46). Lucas registró el hecho de su muerte al decir simplemente que Esteban durmió. Para un cristiano, su cuerpo (no su alma) duerme al morir (cf. Jn. 11:11; 1 Ts. 4:13, 15).
No se sabe exactamente dónde estaban reunidos los seguidores de Cristo en aquella instancia. Lucas simplemente escribió diciendo que estaban todos unánimes juntos, es decir, en un mismo lugar, tal vez en los atrios del templo. De todas formas, al lugar se le llama una “casa” (), designación poco usual para el templo, aunque en ocasiones se hace referencia a él como tal (cf. 7:47). Si no era en el templo, deben haber estado cerca de él (cf. 2:6).
1. En el programa de Dios hay progreso y cambios. Dios había sido creativo e innovador en su trato con los humanos y particularmente con Israel. Esteban desarrolló este pensamiento en cinco puntos: (a) La promesa a Abraham (vv. 2–8). De haber empezado a trabajar con toda la raza humana, el Señor soberanamente llamó a Abraham, padre de los judíos, desde Mesopotamia a la tierra prometida, y le dio doce bisnietos que llegaron a ser los progenitores de las tribus de Israel. (b) La estancia de José (vv. 9–16). Este cambio a Egipto fue el cumplimiento de la predicción de Dios registrada en los vv. 6–7. También fue un cambio radical para los descendientes de Jacob. (c) La liberación bajo el mando de Moisés (vv. 17–43). Una gran parte del discurso de Esteban se centra en Moisés y el Éxodo, otro de los aspectos importantes de la historia de Israel. (d) La edificación del tabernáculo (vv. 44–46). Se construyó el tabernáculo en forma portátil, implicando así que era temporal. (Se le llamó el tabernáculo del testimonio porque testificaba la presencia de Dios entre ellos.) (e) La construcción del templo (vv. 47–50). Aun en ese caso, el templo era símbolo de la presencia divina y no la verdadera casa de Dios.
8:1a. La palabra consentía (syneudokōn) indica una aprobación activa, no simplemente un consentimiento pasivo (cf. Ro. 1:32). Esto da un significado más completo a la participación de Saulo en Hechos 7:58.
B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)
En las obras efectuadas por Dios en la nación desde Abraham hasta Salomón, había habido innovaciones y cambios. El punto es muy claro: si el Señor hizo tantos cambios durante la historia de Israel, ¿quién podía decir que la ley y el templo eran permanentes?
1. en samaria (8:1b–25)
a. Persecución de la iglesia (8:1b–3)
2:2–3. La referencia que se hace al “viento” y al “fuego” son importantes. La palabra que se usa para “Espíritu” (pneuma) se relaciona con pnoe, que se traduce aquí como “viento”; también significa aliento. Ambos sustantivos, “espíritu” y “viento” o “aliento” se derivan del vb. pneō, “soplar, respirar”. El estruendo como de un viento recio … del cielo señala la manifestación del poder del Espíritu Santo y que su venida fue completa.
2. Las bendiciones de Dios no están limitadas a la tierra de Israel y al área del templo. Algunos de los más grandes beneficios fueron conferidos a Israel desvinculados del templo y la tierra.
El cap. 8 está íntimamente ligado con los caps. 6 y 7. El tema de persecución que comenzó en el 6 continúa en el 8. Además, el personaje de Saulo, quien fue presentado en el 7, también se encuentra en el 8. Existe una cercana relación entre Felipe (cap. 8) y Esteban (caps. 6 y 7) porque ambos pertenecían al grupo de los siete (6:5). Hasta se sigue el mismo orden de sus nombres de 6:5 en la secuencia de la narración de 6:8–8:40.
8:1b. En aquel día indica que la persecución de la iglesia se inició con el martirio de Esteban. Eso implica que los gobernantes judíos aprobaron la ejecución del discípulo. Israel estaba en el proceso de confirmar su trágica decisión de rechazar a Jesús como su Mesías.
A continuación, Esteban dio cuatro ejemplos: (a) los patriarcas de Israel y los gobernantes fueron bendecidos estando fuera de la tierra. Abraham fue llamado en Mesopotamia y recibió promesas antes que morase en Harán (vv. 2–5). José encontró en Egipto el favor de Faraón porque Dios estaba con él (vv. 9–10). Moisés fue comisionado por Dios en Madián (vv. 29–34). Para respaldar el hecho de que Dios bendijo a Moisés mientras estaba en Madián, Esteban cuidadosamente relató que sus dos hijos nacieron en aquel lugar. (b) La ley misma fue dada fuera de la tierra: Moisés estuvo en la congregación en el desierto (v. 38). (c) El tabernáculo fue construido en el desierto y estuvo con ellos en el desierto (v. 44). De hecho, los judíos lo introdujeron con ellos al tomar posesión de la tierra (v. 45). (d) Aun el templo, aunque fue construido en la tierra, no estaba limitado en su teología. ¿Como iba el templo a ser la morada de Dios cuando las Escrituras declaran: el cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies? (v. 49; ).
El hecho de que todos los creyentes de Jerusalén … fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles, fue el p 157 método que Dios usó para cumplir el mandato de 1:8. La palabra “esparcidos” (diesparēsan), que también se usa en 8:4, viene del vb. speirō que se refiere a la siembra de la semilla (Mt. 6:26; 13:3–4, 18; 25:24, 26; Lc. 8:5; 12:24; etc.) Esta afirmación también prepara el camino para el ministerio de Felipe en Samaria (Hch. 8:4–25).
Aunque Lucas se refiere a “todos”, no intenta incluir a cada uno, porque la iglesia siguió funcionando en Jerusalén. Por el contexto, debe entenderse que los blancos principales de la persecución eran los judíos de habla griega ya que podían identificarse fácilmente y ser asociados con Esteban.
3. En el pasado, repetidamente Israel había dado evidencia de su oposición a los planes de Dios y a sus siervos. Este es el punto principal del discurso de Esteban, como lo afirma su clímax (). Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. Este tema se ve a través del mensaje, pero hay unos puntos específicos. (a) En vez de ir directamente desde Mesopotamia a la tierra prometida, p 154 Abraham acampó en Harán (vv. 2–4). (b) A José sus hermanos lo vendieron como esclavo en Egipto (v. 9). (c) Moisés fue rechazado por los hijos de Israel (vv. 23–29). Es altamente significativo que tanto José como Moisés no hayan sido aceptados, sino hasta su segunda aparición (vv. 13, 35–36). Este paralelismo con Cristo no debe haber pasado desapercibido a los oyentes de Esteban. (d) Israel rechazó la verdadera adoración y se volvió a los ídolos (vv. 39–43). Su vulgar incredulidad se hizo obvia en la idolatría, un pecado que odiaban los judíos, particularmente los de la era apostólica. Como resultado, Dios juzgó a la nación enviándola al exilio en Babilonia (v. 43). (e) El pueblo de Israel no entendió la razón de ser del templo (vv. 48–50). La fuerte y clara afirmación de Esteban (v. 48) implica que los judíos creyeron que el templo era la morada de Dios sobre la tierra, o sea, la contraparte judía del monte Olimpo. En realidad, el templo estaba puesto como lugar de adoración y oración; pero no era la casa de Dios (cf. ).
No se establece por qué los apóstoles no salieron de la ciudad. Tal vez fue el sentido de responsabilidad por la iglesia en Jerusalén lo que los mantuvo allí. Indudablemente, la iglesia en esa ciudad llegó a ser más judía con la evacuación de la gente que sería más parecida a Esteban. Al mismo tiempo, esa persecución profundizó la división entre la iglesia y el judaísmo.
Las lenguas … de fuego representan la presencia de Dios. Varias veces en el A.T. él se presentó a sí mismo en forma de llamas (; ; ; ; ; cf. ; ).
8:2–3. Estos vv. contrastan grandemente entre sí. Hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Por otro lado, Saulo asolaba la iglesia. La palabra que se usa para “asolaba” (elymaineto, usada sólo aquí en el N.T.) aparece en la LXX en Salmos 79:13 (80:13 en la RVR60) refiriéndose a los cerdos salvajes que destruyen una viña. El celo de Saulo contra los cristianos fue tan grande, que era como si estuviera lanzando un ataque despiadado contra ellos (cf. Hch. 9:1, 13). Con violencia arrastraba a hombres y a mujeres (cf. 9:29; 22:4–5) y los azotaba (22:19; 26:11). Esto causó estragos en Jerusalén (9:21). El encarcelamiento posterior de Saulo como apóstol de Jesucristo se contrasta al que hizo con estos seguidores.
Los tres puntos principales de Esteban en este discurso encajan bien. Ya que existe una progresión en el programa de Dios y que sus bendiciones no están limitadas al templo, Israel debería ser más cuidadoso y no “resistirse” () a las obras del Todopoderoso, como lo había hecho en el pasado. Ellos se estarían oponiendo al propósito divino al rehusarse a ver su obra en la iglesia y su bendición fuera de las fronteras de Israel. Esta defensa se relacionó específicamente con la acusación hecha a Esteban en 6:11–14.
El martirio de Esteban junto con la persecución subsecuente de la iglesia confirmó la incredulidad de Israel y su rechazo obstinado a aceptar a Jesús como su Redentor.
b. Proclamación del mensaje (8:4–8)
Existe un problema cronológico en 7:6, donde Esteban dice que Israel sería reducido a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. En , Pablo da a entender que el período de tiempo que transcurrió desde la promesa hecha a Abraham en hasta el monte Sinaí, fue de 430 años. La diferencia entre 400 y 430 años puede ser fácilmente explicada al entenderse que Esteban usó números redondos. Otra explicación es que los 400 años fueron en verdad el tiempo que duró la esclavitud, mientras que los 430 años describen el período desde la confirmación del pacto en hasta el Éxodo, que ocurrió en el 1446 a.C. Sin embargo, el mayor problema se encuentra en el tiempo que Israel pasó como esclavo en Egipto. Si significa que fueron 430 años desde la promesa dada a Abraham () hasta el Éxodo, el tiempo que pasaron en Egipto sería entonces de 215 años. Sin embargo, si se toma literalmente, la esclavitud duró 400 años. Tal vez la mejor solución es decir que Pablo estaba considerando períodos de tiempo. Las promesas fueron dadas a Abraham, Isaac y Jacob y estos tres patriarcas, todos recibieron la promesa de Dios. La promesa fue reconfirmada en Jacob en Beerseba, mientras viajaba rumbo a Egipto. Desde ese punto (el fin de la entrega de la promesa de Dios a los patriarcas) hasta el Éxodo, pasaron 400 años. (Cf. Harold W. Hoehner, The Duration of the Egyptian Bondage. “Duración de la esclavitud en Egipto”, Bibliotheca Sacra 126. Octubre-Diciembre de 1969: 306–16).
8:4. En gr., este v. principia con “pero por su parte” (men oun que se traduce con un simple “pero” en la RVR60). Por causa de la persecución, los creyentes fueron esparcidos (cf. v. 1) y la palabra de Dios divulgada (cf. Ro. 8:28; 2 Co. 2:14; Fil. 1:12–14) Esta es otra evidencia del control soberano de Dios; a pesar de la oposición, la palabra del Señor crecía (cf. Hch. 12:24; 19:20).
Ninguno de los creyentes presentes en aquel lugar quedó exento de ésta experiencia, porque las lenguas repartidas aparecieron asentándose sobre cada uno de ellos.
8:5. Felipe, un greco judío y, por lo tanto, de un criterio más amplio que los judíos de habla aramea de Israel (cf. 6:1) fue a los samaritanos. Samaria está al norte de Jerusalén, pero Lucas dice que descendió porque la ciudad estaba más abajo en elevación que Jerusalén. El significado del ministerio de Felipe en una ciudad no nombrada se ve cuando se compara Hechos 8:5 con Mateo 10:5–6, Lucas 9:52–54 y Juan 4:9.
Otra aparente discrepancia en el discurso de Esteban está en . Esteban estableció que eran setenta y cinco personas las que componían la parentela de Jacob, pero el texto hebr. dice “setenta” tanto en como en . En p 155 ambos lugares, la LXX menciona setenta y cinco. Comúnmente se dice que Esteban, por ser un judío que hablaba griego, debe haber citado la LXX y por lo tanto, sólo cometió un error involuntario. Sin embargo, esta dificultad puede resolverse de otras maneras. Una de las más ampliamente aceptadas es reconocer que el texto hebr. incluye a Jacob, a José, y a los dos hijos de José, Efraín y Manasés (un total de 70), pero que la LXX omite a Jacob y a José, pero incluye los siete nietos (mencionados en , ). Esto se sostiene por el texto hebr. de que enumera 66 nombres, omitiendo los de Jacob, José y los dos hijos de José. Otra solución es que los 75 de la LXX incluyen a los 66 más las 9 esposas de los doce hijos de Jacob (las esposas de Judá y Simeón habían muerto y la de José estaba en Egipto).
8:6–7. La proclamación de Felipe acerca de Cristo fue confirmada por señales milagrosas (sēmeia; cf. v. 13) de manera que todos escuchaban atentamente las cosas que decía Felipe. Además, los milagros (echar fuera espíritus inmundos, i.e. demonios, y sanar paralíticos y cojos [cf. 3:1–10]) autenticaron su mensaje (cf. 2:43).
8:8. Una vez más, el evangelio dio como resultado gran gozo (cf. el comentario de 2:46–47).
contiene otra aparente discrepancia. Las palabras de Esteban implican que Jacob fue enterrado en Siquem, mientras que el A.T. claramente afirma que él y su esposa Lea (así como sus padres Isaac y Rebeca y sus abuelos Abraham y Sara) fueron sepultados en la cueva de Macpela en Hebrón (). Sin embargo, los cuerpos enterrados en Siquem no incluían el de Jacob, pero sí el de José y sus hermanos. José fue sepultado en Egipto, pero lo volvieron a enterrar en Siquem (; ; ). Aunque se refiere sólo a los huesos de José, evidentemente sus hermanos también fueron sepultados en Siquem (aunque Josefo opina de otra forma). Entonces, el pronombre los cuales () no incluye a Abraham, Isaac, y Jacob, pero ve retrospectivamente a las palabras nuestros padres del v. 15 y se refiere a José y a sus hermanos.
c. Profesiones de fe (8:9–13)
8:9–10. Existen muchas tradiciones en cuanto a Simón el mago. Se p 158 argumenta: (a) que fue el fundador de las herejías gnósticas, (b) que fue a Roma y pervirtió la doctrina cristiana en ese lugar, y (c) que se involucró en un concurso de milagros con Pedro y perdió. De cualquier forma, este Simón de Samaria ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria. A causa de su “magia”, habilidad de ejercer control sobre la naturaleza o las personas por medio de un poder demoniaco, la gente lo llamó a él gran poder. Puede que hayan pensado, o tal vez no, que poseía una cierta forma de deidad. De cualquier forma, Simón se hizo pasar por algún grande, y la gente de Samaria creyó en él. Además, aceptaba sus adulaciones.
2:4. La llenura del Espíritu Santo es diferente del bautismo del Espíritu; éste último ocurre una sola vez en la vida de cada creyente al momento de la salvación (cf. 11:15–16; ; ; ). Pero la llenura del Espíritu puede darse no solamente al momento de la salvación, sino también en otras ocasiones después de ella p 137 (, ; , ; ; ; , ).
La frase de Esteban el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem (v. 16) presenta otro problema. En realidad, fue Jacob y no Abraham el que compró el pedazo de tierra (). Esto debe ser explicado porque fue Abraham en un sentido, el que hizo la compra de la propiedad a través de la persona de su nieto. A Abraham se le daría título de Siquem a través de Jacob.
8:11–12. Las artes mágicas de Simón significan su magia y poderes demoniacos (las palabras gr. que se traducen como “ejercía la magia” y “artes mágicas” están relacionadas entre sí). Cuando Felipe llegó a Samaria, anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre (cf. 3:16) de Jesucristo. El término “el reino de Dios” se refiere al reino venidero (cf. 1:3, 6). “El nombre de Jesucristo” se refiere a su posición como Mesías (cf. 8:5, “el Cristo” lit. el Mesías). En otras palabras, el mensaje significa que algunos samaritanos llegarían a heredar el milenio por fe en Jesús, el Mesías.
Como evidencia de su fe, los samaritanos se bautizaban hombres y mujeres (cf. “a hombres y a mujeres” en v. 3). Los contrastes y similitudes entre Simón y Felipe son asombrosos. Ambos hacían milagros, Simón por medio del poder demoniaco y Felipe por el poder divino. Simón se jactaba y recibía la aclamación para sí mismo, pero Felipe proclamaba a Cristo. La gente estaba sorprendida de la magia de Simón, pero se convirtieron a Cristo por el ministerio de Felipe.
Esta alusión favorable a Siquem, la capital de los samaritanos no debe haber sido del agrado de quienes escuchaban a Esteban. Pero esta referencia a Samaria prepara a los lectores para el siguiente paso en la extensión del evangelio ().
8:13. Es sorprendente que creyó Simón mismo y fue bautizado. Ahora, en vez de que la gente siguiera a Simón, ¡él seguía a Felipe! Su respuesta debe haber tenido un efecto profundo en sus propios seguidores.
¿Recibió Simón la salvación? Lucas no especifica esto claramente, así que es difícil ser dogmático en esto. Pero siete hechos sugieren que probablemente Simón no nació de nuevo: (1) El vb. “creer” (pisteuō) no siempre se refiere a la fe salvadora. La fe de Simón pudo haber sido como la de los demonios de Santiago 2:19, un asentimiento meramente intelectual. (2) Además, la fe basada en señales no es una fe digna de confianza (cf. Jn. 2:23–25; 4:48). (3) Lucas nunca afirmó que Simón recibiera el Espíritu Santo (Hch. 8:17–18). (4) Simón siguió teniendo un interés egocéntrico en la expresión del poder milagroso (vv. 18–19). (5) El vb. “arrepentirse” (metanoeō) que se usa en el v. 22 se aplica normalmente a gente que se encuentra perdida. (6) El término “perezca” (eis apōleian) que se usa en el v. 20 es fuerte. Está relacionada con la palabra “se pierda” usada en Juan 3:16. (7) La descripción de Simón en Hechos 8:23 es más la de un hombre perdido que la de uno salvo (cf. Dt. 29:18). Aun así, no podemos ser dogmáticos en este punto. El Señor conoce a los que son suyos (2 Ti. 2:19).
Una evidencia del bautismo del Espíritu Santo fue que comenzaron a hablar en otras lenguas (jeterais glōssais; cf. 11:15–16) que indudablemente se refiere a dialectos vivos. La palabra que se usa en 2:6, 8 es dialektō, que significa “idioma”, no expresiones producto de un éxtasis. Esto arroja luz sobre lo que significa “lenguas” cuando se mencionan en los caps. 2; 10; 19 y en .
3. ataque contra esteban (7:54–8:1a)
d. La prueba de la obra (8:14–17)
8:14–17. Era necesario que los apóstoles que estaban en Jerusalén comisionaran a Pedro y a Juan para ir a Samaria por varias razones. Generalmente, el Espíritu Santo bautiza, mora y sella al creyente en el momento en que éste viene a la fe, pero en esa ocasión, el retraso tuvo varios propósitos: p 159 (1) la oración de Pedro y Juan (para que los nuevos creyentes fueran investidos del Espíritu Santo) y su imposición de las manos (lo cual resultó en la venida de esa divina persona sobre ellos), confirmó el ministerio de Felipe entre los samaritanos y autenticó la nueva obra entre los apóstoles que estaban en Jerusalén. (2) También confirmó el ministerio de Felipe a los samaritanos. El mensaje que él predicó fue convalidado por la llegada del Espíritu Santo, una señal de la venida del reino (cf. v. 12; Jer. 31:31–34; Ez. 36:23–27; Jl. 2:28–32). (3) Tal vez la razón más importante de que Dios retuviera la llegada del Espíritu hasta que los representantes apostólicos vinieran desde la iglesia de Jerusalén, fue para evitar un cisma. Debido a la propensión natural a vivir separados que tenían los judíos y los samaritanos, era esencial para Pedro y … Juan dar oficialmente la bienvenida a la iglesia a los creyentes samaritanos. Es muy significativo el contraste entre la actitud de Juan aquí y en Lucas 9:52–54.
7:54–56. La respuesta de las autoridades religiosas al mensaje de Esteban era fácilmente predecible: Se enfurecían en sus corazones (cf. 5:33), y crujían los dientes contra él.
e. Perversión de la verdad (8:18–24)
8:18–19. La frase vio Simón que … se daba el Espíritu Santo implica que había algunas manifestaciones externas que hacían evidente la venida del Espíritu Santo. Posiblemente era el hablar en lenguas, aunque las Escrituras no lo mencionan (cf. 2:4; 10:45–46; 19:6).
En vez de sentirse intimidado, Esteban, lleno del Espíritu Santo (cf. 6:3, 5, 10), vio la gloria de Dios, y a Jesús (“de pie”, NVI) que estaba a la diestra de Dios. El Señor Jesús normalmente está sentado a la mano derecha del Padre (; ; ; , ; ; ; ; ). La posición “de pie” (NVI) quizá implique que el Salvador estaba parado para dar la bienvenida a Esteban.
El término simonía, que se refiere a la compra o venta de cosas que se consideran religiosas o sagradas, tales como un oficio eclesiástico, viene del deseo de Simón de comprar ese poder para impartir el Espíritu Santo a otros.
Este evento marcó el inicio de la iglesia. Hasta aquel momento, la iglesia sólo había sido anunciada (). La esposa del Cordero se constituyó en un cuerpo por razón del bautismo del Espíritu (). Por lo tanto, la primera vez que ocurrió el bautismo del Espíritu indica la inauguración de la iglesia. Por supuesto, no establece que ese bautismo tuvo lugar el día de Pentecostés. Sin embargo, 1:5 lo anuncia y 11:15–16 se refiere a ello como un hecho pasado que tuvo lugar en Pentecostés. Por tanto, la iglesia nació en aquella ocasión. (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360.)
El propósito de Lucas al incluir este incidente con relación a Simón, fue mostrar la superioridad del cristianismo sobre el ocultismo y los endemoniados. Varias veces tuvo lugar esta clase de conflicto en Hechos, y Cristo siempre obtuvo la victoria (13:6–12; 16:16–18; 19:13–20; 28:1–6).
es un v. culminante en este cap. por varias razones. Primero, repite la afirmación hecha por Cristo en su juicio delante del sumo sacerdote (). Así como resultó en la acusación que se le hizo a Jesús de blasfemia, la misma afirmación produjo p 156 una respuesta violenta hacia Esteban. Segundo, el término Hijo del Hombre está lleno de significado. Esta es la última vez que se usa en el N.T., y es la única que no es mencionada por el Señor Jesús. Esta expresión, Hijo del Hombre, muestra que Jesús es el Mesías porque viene de la cita de . Definitivamente es escatológica. (V. el comentario adicional sobre “el Hijo del Hombre” en .) Tercero, combina dos grandes pasajes mesiánicos: y . El primero hace énfasis en el aspecto universal del gobierno del Señor. No dice que simplemente era un gobernador judío; sino que es el Salvador del mundo. presenta al Mesías como sentado a la diestra de Dios. Además de hacer hincapié en el poder y la posición, esto también muestra aceptación. Cristo es por lo tanto el Mediador (cf. ), probando así que la gente tiene acceso a Dios por otros medios aparte del templo y sus sacerdotes.
8:20. La respuesta de Pedro a la petición de Simón fue de enojo: Tu dinero perezca contigo.
La razón de que el apóstol usara un lenguaje tan áspero fue la incapacidad de Simón para entender la gracia y la naturaleza gratuita de la salvación y las bendiciones de Dios. Pedro explicó su acerba respuesta diciendo: has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
7:57–58. La respuesta del sanedrín fue inmediata y violenta porque entendieron las implicaciones teológicas de la doctrina de Esteban: Israel era culpable, la ley era temporal y el templo iba a ser deshecho. Así que echándole fuera de la ciudad, le apedrearon. La blasfemia se castigaba con la muerte (). Es irónico que los judíos martirizaran a Esteban, cuando sus antecesores habían adorado a “Moloc” (). De acuerdo a la ley de Moisés, ellos deberían haber sido condenados a muerte ().
8:21–22. El lenguaje usado en este v., no tienes tú parte ni suerte en este asunto (logō “palabra, asunto”) implica que Simón no era cristiano. (Para ver una terminología similar, V. Dt. 12:12; 14:27. Así como los levitas no tendrían herencia en la tierra prometida, así tampoco Simón tenía parte en el asunto de la salvación.) El adverbio quizás no significa que Dios esté renuente a perdonar el pecado. La cuestión es si Simón se arrepentiría de las intenciones de su corazón.
2:5–13. Moraban … en Jerusalén judíos de la “diáspora” (la dispersión; cf. ; ) que habían venido a la fiesta. Posiblemente eran bilingües y hablaban tanto gr. como sus lenguas nativas. Ellos quedaron perplejos al escuchar a judíos de Galilea hablando el lenguaje de las etnias que rodeaban el mar Mediterráneo.
8:23–24. La alusión de Pedro a la “amargura” (lit., “hiel de amargura”, j̱olēn pikrias) parece referirse a Deuteronomio 29:18, que habla de la idolatría y de la amargura de la apostasía (cf. He. 12:15). Simón había sido cautivado por la falsa doctrina y el pecado. La respuesta de Simón pudo haber sido genuina o un simple lamento de temor. Por lo menos se preocupó del resultado de su trágica petición (Hch. 8:18–19).
Un joven teólogo que se llamaba Saulo estuvo de acuerdo en que apedrearan a Esteban. Los testigos pusieron sus ropas a sus pies. Esto significa que al guardar sus ropas, Saulo estaba dando su aprobación al asesinato (; ).
f. El avance de la obra (8:25)
8:25. Pedro y Juan estaban tan convencidos de la obra de Dios entre p 160 los samaritanos, que cuando volvieron a Jerusalén también compartieron el evangelio … en muchas poblaciones de los samaritanos. ¡Fue un hecho muy asombroso para estos apóstoles judíos!
7:59–60. En palabras que recuerdan las del crucificado, Esteban encomendó su espíritu al Señor y clamó a favor de sus enemigos (cf. , ). Lucas registró el hecho de su muerte al decir simplemente que Esteban durmió. Para un cristiano, su cuerpo (no su alma) duerme al morir (cf. ; , ).
2. al eunuco etíope (8:26–40)
Existe la interrogante de si sólo los doce hablaron en lenguas o todos los ciento veinte. Muchos factores apoyan la idea de que solamente los doce estuvieron implicados en ese fenómeno: (1) Se hace referencia a ellos como galileos (: cf. 1:11–13). (2) Pedro se puso en pie con “los once” (2:14). (3) El antecedente más cercano de “ellos” en el v. 1 se circunscribe a los “apóstoles” en 1:26. Un problema con este punto de vista es el número de lenguas mencionadas en 2:9–11, que son más de doce. Pero un apóstol pudo haber hablado más de una lengua en secuencia. No obstante, siempre existe la posibilidad de que los 120 hayan hablado en lenguas. Ya que la mayoría de ellos procedían de Galilea, no es extraño que a todos se les haya llamado galileos. La referencia que se hace a los doce puede indicar que eran los líderes de los ciento veinte.
a. El mandamiento (8:26)
8:1a. La palabra consentía (syneudokōn) indica una aprobación activa, no simplemente un consentimiento pasivo (cf. ). Esto da un significado más completo a la participación de Saulo en .
8:26. Aunque Lucas no registró ningún mandato de Dios para que Felipe predicara a los samaritanos (v. 5), sí dice que el Señor dirigió soberanamente a Felipe hasta Gaza (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Se hace referencia a la carretera como a el camino … desierto. La expresión puede referirse tanto a un camino desértico como a una ciudad que estaba desierta. La antigua Gaza fue destruida en el año 93 a.C. y reconstruida más cerca del Mediterráneo en el 57 a.C. La ciudad antigua se llama Gaza Desértica. El término gr. usado para el mandamiento del ángel se ha traducido correctamente: Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. La referencia al camino en 8:36 puede implicar que éste, y no la ciudad, se encontraba en un área desértica.
b. El contacto (8:27–30)
B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)
8:27. El etíope, eunuco, se describe ampliamente como funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros. “Etiopía” no se refiere aquí a la que se conoce en el mundo moderno, sino a la antigua Nubia, la región comprendida entre Asuán en el sur de Egipto hasta Jartum en Sudán. Candace era un título que se daba a la reina madre, así como se usa el nombre faraón para designar al rey de Egipto. El poder gubernamental descansaba en manos de Candace, porque su hijo, que era adorado como vástago del sol, era demasiado sublime como para ocuparse de actividades tan mundanas como gobernar a la nación. Por eso, la nación era dirigida por la reina madre. Es interesante el hecho de que este eunuco haya venido a Jerusalén para adorar, porque la ley prohibía que los eunucos entraran en la asamblea del Señor (Dt. 23:1). Sin embargo, Isaías 56:3–5 predijo grandes bendiciones para los eunucos en la era milenial. Es evidente que éste era un adorador de Jehová, aunque no fuera un prosélito en todo el sentido de la palabra.
8:28–30. La riqueza del eunuco se revela en la descripción de que volvía sentado en su carro. Mientras que ese oficial de la tesorería viajaba, iba leyendo al profeta Isaías. Puesto que era costumbre leer en voz alta, Felipe fácilmente oyó la porción de la Escritura que leía el eunuco (v. 30). Es interesante notar que Felipe fue guiado primero por un ángel (v. 26) y luego por el Espíritu Santo (v. 29).
Lo que se discutió en todas esas lenguas fueron las maravillas de Dios. Parece que estaban alabando a Dios; su mensaje no era de arrepentimiento, ni el evangelio.
1. en samaria (8:1b–25)
c. La conversión (8:31–35)
8:31–35. La cita de Isaías 53:7–8 había dejado perplejo al eunuco. Aprovechando la oportunidad de contar con la presencia de Felipe para que le explicara el pasaje, invitó al apóstol a que subiese a su carro. El etíope sabía que el pasaje describía a un individuo, pero ¿era Isaías o algún otro? Felipe usó bien la ocasión para presentar el evangelio de Jesús partiendo de Isaías 53 (cf. Jn. 5:39).
a. Persecución de la iglesia (8:1b–3)
d. Los consecuencias (8:36–40)
8:36–39. El primer resultado de la evangelización de Felipe fue la conversión p 161 del eunuco. Su respuesta, ¿qué impide que yo sea bautizado? indica que el bautismo de agua era evidencia de una decisión personal de confiar en Cristo (cf. Mt. 28:19) El segundo resultado fue de alegría para el eunuco, quien siguió gozoso su camino. Un tercer resultado fue que el evangelio tuvo un alcance más amplio al llegar a alguien que no era judío ni samaritano, sino un gentil (africano) adorador de Jehová, pero que no era un prosélito del judaísmo en plena comunión. Posiblemente el eunuco era incircunciso. (La NVI menciona que sólo algunos mss. gr. posteriores añaden el v. 37 y que probablemente éste no estaba incluido en los originales.)
Incapaces de explicar este milagro, los judíos incrédulos se quedaron perplejos y algunos recurrieron a la burla afirmando: Están llenos de mosto. La palabra “mosto” (gleukous) significa vino dulce nuevo.
El cap. 8 está íntimamente ligado con los caps. 6 y 7. El tema de persecución que comenzó en el 6 continúa en el 8. Además, el personaje de Saulo, quien fue presentado en el 7, también se encuentra en el 8. Existe una cercana relación entre Felipe (cap. 8) y Esteban (caps. 6 y 7) porque ambos pertenecían al grupo de los siete (6:5). Hasta se sigue el mismo orden de sus nombres de 6:5 en la secuencia de la narración de 6:8–8:40.
Cuando el bautismo se realizó, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más. Se desconoce qué sucedió al eunuco etíope después de esto.
8:40. Pero Felipe se encontró en Azoto. Esta es la ciudad de Asdod, antigua capital Filistea. Mientras que viajaba para Cesarea … anunciaba el evangelio en todas las ciudades a lo largo del camino (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Es evidente que Felipe se estableció en Cesarea, porque todavía vivía allí veinte años después (cf. 21:8). Es significativo que un evangelista puede vivir como residente o como itinerante, y Felipe desempeño ambos tipos de ministerios.
8:1b. En aquel día indica que la persecución de la iglesia se inició con el martirio de Esteban. Eso implica que los gobernantes judíos aprobaron la ejecución del discípulo. Israel estaba en el proceso de confirmar su trágica decisión de rechazar a Jesús como su Mesías.
El área que rodea a Azoto y Cesarea fue posteriormente visitada por Pedro (9:32–43). Aunque Felipe el evangelista residía en Cesarea, el Señor llamó a Pedro desde Jope para llevar el evangelio a Cornelio, que también vivía en esa ciudad (caps. 10–11).
C. El mensaje de Saulo (9:1–31)
El hecho de que todos los creyentes de Jerusalén … fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles, fue el p 157 método que Dios usó para cumplir el mandato de 1:8. La palabra “esparcidos” (diesparēsan), que también se usa en 8:4, viene del vb. speirō que se refiere a la siembra de la semilla (; , ; , ; ; ; etc.) Esta afirmación también prepara el camino para el ministerio de Felipe en Samaria ().
Algunos creen que la conversión de Saulo (Pablo) es el acontecimiento más importante de la historia de la iglesia desde Pentecostés. Lucas en verdad lo consideró muy significativo, porque lo registró tres veces en Hechos (caps. 9, 22 y 26).
b. Discurso de Pedro (2:14–40)
La inclusión de la conversión de Saulo en esta coyuntura prepara a los lectores para la narrativa de la forma en que se extendió el evangelio a los gentiles (cap. 10). Sin embargo, el apóstol a los gentiles (Gá. 2:8; Ef. 3:8) fue precedido en su ministerio por la evangelización que Pedro hizo de Cornelio y su casa.
Aunque Lucas se refiere a “todos”, no intenta incluir a cada uno, porque la iglesia siguió funcionando en Jerusalén. Por el contexto, debe entenderse que los blancos principales de la persecución eran los judíos de habla griega ya que podían identificarse fácilmente y ser asociados con Esteban.
El relato de la experiencia de Saulo en el camino a Damasco puede haber sido registrado aquí para relacionarlo con el martirio de Esteban. El discurso de Esteban parece haber estimulado a Saulo para que redoblara sus esfuerzos de aplastar a la cristiandad (Hch. 8:1–3) Si la doctrina propagada por Esteban era correcta, entonces la ley estaba en peligro. Así que Saulo, celoso como era, siguió persiguiendo a la iglesia (Gá. 1:13; Fil. 3:6).
¡Pero Saulo el perseguidor estaba a punto de convertirse en Pablo el apóstol de Jesucristo! Su trasfondo y cualidades se combinaban perfectamente para realizar la obra a que Dios lo había llamado: (1) Conocía bien la cultura y lenguaje judíos (Hch. 21:40; Fil. 3:5). (2) Ya que había crecido en Tarso, tenía conocimiento profundo de la cultura griega y sus filosofías (Hch. 17:22–31; Tit. 1:12). (3) Poseía todos los privilegios de un ciudadano romano (Hch. 16:37; 22:23–29; 25:10–12). (4) Había sido entrenado y adiestrado en teología judía (Gá. 1:14). (5) Puesto que estaba capacitado para realizar un trabajo secular, podía sostenerse a sí mismo (Hch. 18:3; 1 Co. 9:4–18; 2 Co. 11:7–11; 1 Ts. 2:9; 2 Ts. 3:8). (6) Además, p 162 Dios le dio celo, así como cualidades de liderazgo y discernimiento teológico.
No se establece por qué los apóstoles no salieron de la ciudad. Tal vez fue el sentido de responsabilidad por la iglesia en Jerusalén lo que los mantuvo allí. Indudablemente, la iglesia en esa ciudad llegó a ser más judía con la evacuación de la gente que sería más parecida a Esteban. Al mismo tiempo, esa persecución profundizó la división entre la iglesia y el judaísmo.
1. conversión de saulo (9:1–19a)
Este sermón tiene un tema dominante: Jesús es el Mesías y Señor (v. 36) y puede ser bosquejado como sigue:
a. Convicción de Saulo (9:1–9)
8:2–3. Estos vv. contrastan grandemente entre sí. Hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Por otro lado, Saulo asolaba la iglesia. La palabra que se usa para “asolaba” (elymaineto, usada sólo aquí en el N.T.) aparece en la LXX en (80:13 en la RVR60) refiriéndose a los cerdos salvajes que destruyen una viña. El celo de Saulo contra los cristianos fue tan grande, que era como si estuviera lanzando un ataque despiadado contra ellos (cf. , ). Con violencia arrastraba a hombres y a mujeres (cf. 9:29; 22:4–5) y los azotaba (22:19; 26:11). Esto causó estragos en Jerusalén (9:21). El encarcelamiento posterior de Saulo como apóstol de Jesucristo se contrasta al que hizo con estos seguidores.
9:1a. El adverbio aún va retrospectivamente hasta 8:3. Mientras el evangelio seguía avanzando fuera de Jerusalén, Saulo seguía su inexorable persecución de la iglesia.
9:1b–2. Tan grande era el odio de Saulo por la iglesia, que vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353.) Esta ciudad no estaba bajo el control de Judea, Galilea ni Decápolis. Entonces, ¿qué jurisdicción podría tener el sumo sacerdote sobre las sinagogas de Damasco? Esto generalmente se responde diciendo que Roma reconocía el derecho de extradición cuando el sumo sacerdote de Jerusalén lo invocaba. Pero esto también puede explicarse de otro modo. En ese tiempo, tal vez Damasco estaba bajo la jurisdicción de Areto IV, rey nabateo (cf. 2 Co. 11:32–33). Puesto que odiaba a los romanos, ese monarca tal vez concedió ese favor al sumo sacerdote con el fin de ganarse el favor de los judíos antiimperialistas.
El martirio de Esteban junto con la persecución subsecuente de la iglesia confirmó la incredulidad de Israel y su rechazo obstinado a aceptar a Jesús como su Redentor.
La mención que el autor hace de las sinagogas de Damasco indica que el cristianismo todavía se asociaba con el judaísmo (en Stg. 2:2 la palabra “congregación” viene del gr. synagōgēn, “sinagoga”). La referencia que hace a Damasco muestra que el cristianismo se extendió muy rápidamente.
Es extraño que Saulo se haya referido al cristianismo como este Camino, término que sólo se usa en Hechos (19:9, 23; 22:4; 24:14, 22).
I. Este es el cumplimiento de la profecía (vv. 15–21).
b. Proclamación del mensaje (8:4–8)
9:3–4. Saulo no sólo oyó la voz del Señor Jesús, sino que también lo vio (cf. 9:17, 27; 22:14; 26:16; 1 Co. 9:1, 15:8). Aunque no se declara en forma explícita este hecho, sí se implica en la referencia que hace el autor a un resplandor de luz del cielo. Para el apostolado de Saulo, era imprescindible que viera a Jesús resucitado (cf. 1 Co. 9:1).
La interrogante ¿por qué me persigues? (cf. Hch. 9:5) está cargada de significado porque muestra la unión de Cristo con su iglesia. El Señor no preguntó “¿por qué persigues a mi iglesia?” La referencia a “me” le dio a Saulo el primer atisbo de la gran doctrina de que los cristianos están en Cristo. Esa misma verdad fue expresada antes por Lucas al decir que el Señor sigue su obra en la tierra a través de la iglesia (1:1). También el engaño de Ananías a Pedro fue una mentira al Espíritu Santo (5:3). Lucas, junto con Pablo, vieron a Cristo y a la iglesia como la Cabeza y su cuerpo.
8:4. En gr., este v. principia con “pero por su parte” (men oun que se traduce con un simple “pero” en la RVR60). Por causa de la persecución, los creyentes fueron esparcidos (cf. v. 1) y la palabra de Dios divulgada (cf. ; ; ) Esta es otra evidencia del control soberano de Dios; a pesar de la oposición, la palabra del Señor crecía (cf. ; ).
9:5. Algunos interpretan la palabra “Señor” incluida en la pregunta de Saulo ¿Quién eres, Señor? (kyrie) como “señor” en el sentido de un nombre común de respeto dado a alguien desconocido. Es posible que este sustantivo tenga ese significado, como lo tiene en Mateo 13:27; 27:63; Juan 4:11; Hechos 10:4 y en otras partes. Sin embargo, hay muchas cosas sobrenaturales en el pasaje como para usar el simple vocativo “señor”. Aunque Saulo no reconoció inmediatamente a éste como Jesús, debe haber intuido que era un ser sobrenatural. Fue entonces que el Señor se identificó ante Saulo diciendo: Yo soy Jesús (cf. 9:17).
Las palabras, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”, no se encuentran en los mejores y más antiguos p 163 mss., pero aparece en Hechos 26:14.
A. Una defensa (v. 15)
8:5. Felipe, un greco judío y, por lo tanto, de un criterio más amplio que los judíos de habla aramea de Israel (cf. 6:1) fue a los samaritanos. Samaria está al norte de Jerusalén, pero Lucas dice que descendió porque la ciudad estaba más abajo en elevación que Jerusalén. El significado del ministerio de Felipe en una ciudad no nombrada se ve cuando se compara con , y .
9:6. El Señor resucitado comisionó a Saulo diciendo: levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Esto no significa que Ananías (v. 10) enseñó a Saulo la doctrina de la justificación, como algunos afirman. En vez de ello, se le dijo que debía proclamar el evangelio, lo cual incluiría sufrimientos (vv. 15–16; 22:10, 15; 26:16–20). El Señor mismo le enseñó a Pablo la verdad acerca de la justificación por la fe en el camino a Damasco; Hechos 26:18 es claro en este punto (cf. Gá. 1:11–12).
9:7. Una aparente discrepancia surge entre el v. 7 y 22:9. En 9:7 Lucas registró que los hombres que viajaban con Saulo oyeron la voz (fōnēs), pero en 22:9, Lucas escribió que “no entendieron la voz” (fōnēn). La cláusula en 22:9 puede traducirse “no escucharon el sonido”. La RVR60 traduce correctamente el versículo, porque el vb. “oir” con el caso genitivo puede significar “escuchar un sonido” y con el caso acusativo, “escuchar con entendimiento”. El caso genitivo se usó en 9:7 y el acusativo en 22:9. De manera que los acompañantes de Saulo escucharon el sonido (9:7) pero no entendieron lo que Cristo dijo (22:9).
8:6–7. La proclamación de Felipe acerca de Cristo fue confirmada por señales milagrosas (sēmeia; cf. v. 13) de manera que todos escuchaban atentamente las cosas que decía Felipe. Además, los milagros (echar fuera espíritus inmundos, i.e. demonios, y sanar paralíticos y cojos [cf. 3:1–10]) autenticaron su mensaje (cf. 2:43).
9:8. Si el “aguijón en la carne” de Saulo era un problema de la vista (cf. el comentario de 2 Co. 12:7), ésto debe haber sido el preludio de su padecimiento. De cualquier forma, hay un agudo contraste entre el Saulo de 9:1 y el del v. 8. Al principio, iba iracundo por el camino, decidido a capturar y encarcelar a los cristianos. Poco después, era guiado como un niño y por la mano, le metieron en Damasco. La gracia de Dios a menudo se manifiesta en actos llenos de poder y en aparentes catástrofes.
9:9. Los tres días de ceguera, ayuno y oración (v. 11) fueron un tiempo de espera. Saulo todavía no recibía el mensaje que Dios le había prometido (v. 6).
8:8. Una vez más, el evangelio dio como resultado gran gozo (cf. el comentario de 2:46–47).
b. La contrición de Saulo (9:10–19a)
B. Una explicación (vv. 16–21)
9:10–14. Por medio de una visión, Dios instruyó al renuente Ananías para que restaurara la vista de Saulo, por lo que tuvo que ir hasta donde estaba Saulo, posando con un hombre llamado Judas cuya casa estaba en la calle … Derecha que era una de las dos calles paralelas que corrían desde el muro oriental hasta el occidental. La primera referencia al lugar de nacimiento de Saulo (Tarso) se da en el v. 11 (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353 cf. el comentario de v. 30).
c. Profesiones de fe (8:9–13)
Es interesante notar que los creyentes son llamados santos aquí por primera vez en el libro de Hechos (v. 13). La iglesia consta de “los puestos aparte” (jagiois; cf. “santos” en Ro. 1:1; Ef. 1:1; Fil. 1:1). Por Hechos 9:14 se hace evidente que las noticias de la llegada de Saulo para perseguir a los creyentes de Damasco lo habían precedido, por lo que Ananías tenía miedo de lo que Saulo pudiera hacer.
9:15. El Señor aseguró a Ananías … que instrumento escogido le era éste, para llevar su nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel. Saulo llegaría a ser Pablo, el apóstol de los incircuncisos (Ro. 11:13; Gá. 2:2, 7–8; Ef. 3:8), incluyendo reyes (cf. el gobernador Félix [Hch. 24:1–23], el gobernador Porcio Festo [24:27–25:12], el rey Herodes Agripa II [25:13–26:32] y posiblemente el emperador Nerón [25:11]). Por supuesto, el apóstol también ministró “a los hijos de Israel” (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; p 164 19:8; 26:17–20; Ro. 1:16). ¡Qué sorprendente que aquel violento perseguidor de los cristianos fuera transformado en testigo del evangelio, tan dinámico y lleno de fuerza.
8:9–10. Existen muchas tradiciones en cuanto a Simón el mago. Se p 158 argumenta: (a) que fue el fundador de las herejías gnósticas, (b) que fue a Roma y pervirtió la doctrina cristiana en ese lugar, y (c) que se involucró en un concurso de milagros con Pedro y perdió. De cualquier forma, este Simón de Samaria ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria. A causa de su “magia”, habilidad de ejercer control sobre la naturaleza o las personas por medio de un poder demoniaco, la gente lo llamó a él gran poder. Puede que hayan pensado, o tal vez no, que poseía una cierta forma de deidad. De cualquier forma, Simón se hizo pasar por algún grande, y la gente de Samaria creyó en él. Además, aceptaba sus adulaciones.
9:16. El cumplimiento parcial de esta predicción se ve en el resumen que Saulo hizo de sus sufrimientos (2 Co. 11:23–27).
II. Jesús es el Mesías (vv. 22–32)
En el diálogo entre Ananías y el Señor se incluye tres veces en tres vv. la palabra nombre (Hch. 9:14–16; cf. 3:16).
8:11–12. Las artes mágicas de Simón significan su magia y poderes demoniacos (las palabras gr. que se traducen como “ejercía la magia” y “artes mágicas” están relacionadas entre sí). Cuando Felipe llegó a Samaria, anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre (cf. 3:16) de Jesucristo. El término “el reino de Dios” se refiere al reino venidero (cf. 1:3, 6). “El nombre de Jesucristo” se refiere a su posición como Mesías (cf. 8:5, “el Cristo” lit. el Mesías). En otras palabras, el mensaje significa que algunos samaritanos llegarían a heredar el milenio por fe en Jesús, el Mesías.
9:17. Hermano Saulo … ¡Qué consoladoras deben haber sido estas palabras para Saulo! El primero que se registra que llamó a Saulo hermano cristiano fue Ananías. Se da una declaración más completa acerca de las palabras de Ananías en 22:14–16. El recelo de Ananías por Saulo fue transformado en amor por el apóstol a los gentiles gracias a la dirección del Señor. Ananías se identificó con Saulo poniendo sobre él las manos.
La llenura del Espíritu Santo que Saulo experimentó claramente siguió a su conversión (cf. 4:8, 31; Ef. 5:18).
Como evidencia de su fe, los samaritanos se bautizaban hombres y mujeres (cf. “a hombres y a mujeres” en v. 3). Los contrastes y similitudes entre Simón y Felipe son asombrosos. Ambos hacían milagros, Simón por medio del poder demoniaco y Felipe por el poder divino. Simón se jactaba y recibía la aclamación para sí mismo, pero Felipe proclamaba a Cristo. La gente estaba sorprendida de la magia de Simón, pero se convirtieron a Cristo por el ministerio de Felipe.
9:18. Al sanar de su ceguera, le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista. La palabra “escamas” (lepides del vb. lepō, “pelar”) se aplica a las escamas de peces y cocodrilos. Como en varias conversiones que se registraron antes en Hechos, el bautismo de agua siguió a la conversión (8:12, 38).
A. Sus obras dan testimonio de que es el Mesías (v. 22)
Después de estas cosas, Ananías desaparece de la escena y no se vuelve a mencionar con excepción del cap. 22, donde Pablo narra su conversión.
8:13. Es sorprendente que creyó Simón mismo y fue bautizado. Ahora, en vez de que la gente siguiera a Simón, ¡él seguía a Felipe! Su respuesta debe haber tenido un efecto profundo en sus propios seguidores.
9:19a. Los tres días sin comida ni bebida, además del impacto de su “encuentro” con el Cristo resucitado, dejaron a Pablo muy débil. Sin embargo, varias cosas le ayudaron a recobrar las fuerzas: su encuentro con Ananías, su sanidad, la llenura del Espíritu, el bautismo de agua, y el haber tomado alimento.
2. conflictos de saulo (9:19b–31)
¿Recibió Simón la salvación? Lucas no especifica esto claramente, así que es difícil ser dogmático en esto. Pero siete hechos sugieren que probablemente Simón no nació de nuevo: (1) El vb. “creer” (pisteuō) no siempre se refiere a la fe salvadora. La fe de Simón pudo haber sido como la de los demonios de , un asentimiento meramente intelectual. (2) Además, la fe basada en señales no es una fe digna de confianza (cf. ; ). (3) Lucas nunca afirmó que Simón recibiera el Espíritu Santo (). (4) Simón siguió teniendo un interés egocéntrico en la expresión del poder milagroso (vv. 18–19). (5) El vb. “arrepentirse” (metanoeō) que se usa en el v. 22 se aplica normalmente a gente que se encuentra perdida. (6) El término “perezca” (eis apōleian) que se usa en el v. 20 es fuerte. Está relacionada con la palabra “se pierda” usada en . (7) La descripción de Simón en es más la de un hombre perdido que la de uno salvo (cf. ). Aun así, no podemos ser dogmáticos en este punto. El Señor conoce a los que son suyos ().
a. La confesión de Saulo (9:19b–22)
9:19b–20. Después de pasar unos días con los cristianos en Damasco, Saulo comenzó a predicar a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. La predicación a los judíos en las sinagogas fue una de las estrategias que usó el apóstol en sus viajes misioneros (V. el primer viaje [13:5, 14; 14:1]; el segundo viaje [17:2, 10, 17; 18:4]; el tercer viaje [18:19; 19:8]). Hechos 9:20 contiene la única vez que se usa la frase “Hijo de Dios” en Hechos. La primera cosa que Saulo aprendió en su experiencia del camino a Damasco fue saber quién es Jesús.
B. Su resurrección da testimonio de que es el Mesías (vv. 23–32)
d. La prueba de la obra (8:14–17)
9:21. Los judíos estaban atónitos, lo cual es comprensible. El vb. gr. existanto lit. significa “estaban fuera de sí mismos, habían perdido sus sentidos”; mucha gente respondió de la misma manera a Jesús (Mr. 2:12; 5:42; 6:51). Esta palabra se usa cinco veces en Hechos (2:7; 8:13; 9:21; 10:45; 12:16). Indudablemente, la campaña de intensa persecución de Saulo causó estragos en Jerusalén (cf. 8:3; 22:19; 26:11).
9:22. Saulo usó su preparación teológica con ventaja al insistir en la verdad de que el Señor Jesús era el Mesías. Él había ido a Damasco a perseguir a la iglesia y había terminado predicando a Jesús. ¡Qué contraste! ¡Qué gracia tan admirable! No es de extrañarse que los judíos damascenos estuvieran confundidos (synej̱ynnen, “aturdidos” de synj̱eō, usado en el N.T. sólo en 2:6; 9:22; 21:27, 31).
8:14–17. Era necesario que los apóstoles que estaban en Jerusalén comisionaran a Pedro y a Juan para ir a Samaria por varias razones. Generalmente, el Espíritu Santo bautiza, mora y sella al creyente en el momento en que éste viene a la fe, pero en esa ocasión, el retraso tuvo varios propósitos: p 159 (1) la oración de Pedro y Juan (para que los nuevos creyentes fueran investidos del Espíritu Santo) y su imposición de las manos (lo cual resultó en la venida de esa divina persona sobre ellos), confirmó el ministerio de Felipe entre los samaritanos y autenticó la nueva obra entre los apóstoles que estaban en Jerusalén. (2) También confirmó el ministerio de Felipe a los samaritanos. El mensaje que él predicó fue convalidado por la llegada del Espíritu Santo, una señal de la venida del reino (cf. v. 12; ; ; ). (3) Tal vez la razón más importante de que Dios retuviera la llegada del Espíritu hasta que los representantes apostólicos vinieran desde la iglesia de Jerusalén, fue para evitar un cisma. Debido a la propensión natural a vivir separados que tenían los judíos y los samaritanos, era esencial para Pedro y … Juan dar oficialmente la bienvenida a la iglesia a los creyentes samaritanos. Es muy significativo el contraste entre la actitud de Juan aquí y en .
p 165 b. Conspiraciones contra Saulo (9:23–31)
(1) En Damasco. 9:23–25. Uno de los temas de Hechos, subrayado en este párrafo, es la oposición de los líderes judíos al evangelio. Segunda Corintios 11:32–33 establece claramente que éste fue un esfuerzo conjunto entre los judíos y el gobernador que estaba bajo el rey nabateo Areto siendo los judíos los principales instigadores. Los seguidores de Saulo le advirtieron que existía la resolución de los judíos de matarle … Y … le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta, porque las puertas de la ciudad estaban vigiladas. Los planes de Saulo de perseguir a los cristianos de Damasco tomaron un giro inesperado. Él había entrado a la ciudad ciego y ¡salió de ella escondido en una canasta! Irónicamente él llegó a ser objeto de persecución.
III. Jesús, el Mesías glorificado, derramó el Espíritu Santo (vv. 33–36)
e. Perversión de la verdad (8:18–24)
La referencia a los “discípulos” (mathētai) muestra que ya Pablo estaba teniendo un ministerio fructífero y que era un líder muy bien dotado.
Al resumir la narración, Lucas omite el breve viaje de Saulo a Arabia, el cual menciona el apóstol en Gálatas 1:17. Probablemente, éste tuvo lugar entre Hechos 9:22 y 23, aunque se desconoce el propósito de que pasara un tiempo en ese lugar. Tal vez fue allí para evangelizar, pero el área estaba muy escasamente poblada y la estrategia de Saulo consistía en ir a los centros metropolitanos más poblados. Puede haber dejado Damasco para reducir la persecución de la iglesia. Pero lo más probable es que viajó a Arabia para meditar y estudiar.
8:18–19. La frase vio Simón que … se daba el Espíritu Santo implica que había algunas manifestaciones externas que hacían evidente la venida del Espíritu Santo. Posiblemente era el hablar en lenguas, aunque las Escrituras no lo mencionan (cf. 2:4; 10:45–46; 19:6).
(2) En Jerusalén (9:26–30). 9:26–28. Saulo había salido de Jerusalén como jurado enemigo de los cristianos con objeto de perseguir a la iglesia en Damasco; pero debido a la gracia soberana de Dios, se unió a la iglesia y predicó el evangelio en esa misma ciudad. También se unió a la obra de Jerusalén, pero los creyentes de esa ciudad no quisieron confiar en él (cf. el mismo temor de Ananías, v. 13). En Damasco, Saulo necesitó de un amigo, Ananías. En Jerusalén necesitaba otro, y ese fue Bernabé, cuyo nombre significa “hijo de consolación” (4:36) y que probó ser eso precisamente para Saulo. Bernabé se menciona en Hechos en otras cuatro ocasiones. (a) 11:22–24; (b) 11:30; 12:25; (c) 13:1–2, 50; 14:12; (d) 15:2, 12, 22, 25, 37. Los creyentes de Jerusalén, convencidos por Bernabé de que en verdad se había convertido, permitieron a Saulo quedarse con ellos. En Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús, y en Jerusalén … hablaba denodadamente en el nombre del Señor (cf. comentarios acerca de “denuedo” en 4:31).
9:29. Saulo hablaba … y disputaba con los judíos griegos, continuando así la obra de Esteban (cf. 6:8–10). Es evidente que la habilidad de Saulo para debatir era muy superior a la de los judíos griegos, porque éstos procuraban matarle.
El término simonía, que se refiere a la compra o venta de cosas que se consideran religiosas o sagradas, tales como un oficio eclesiástico, viene del deseo de Simón de comprar ese poder para impartir el Espíritu Santo a otros.
9:30. Los hermanos (cf. v. 17) de Jerusalén lo escoltaron hasta Cesarea, puerto que se encontraba a unos 100 kms. de distancia por carretera, y le enviaron a Tarso, su ciudad natal, que era una población antigua. En ese entonces, sobrepasaba los 4,000 años, y era un centro intelectual del imperio romano. (Para una investigación breve de los eventos importantes de la historia de Tarso, V., V. Gilbert Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge, “Manual de Conocimiento Bíblico de Victor”, Wheaton, Ill.: Scripture Press, Victor Books, 1981, p. 555.)
IV. Aplicación (vv. 37–40). (V. “Sermones y discursos en Hechos” en el Apéndice, pág. 352.)
Los primeros viajes de Saulo en el p 166 marco cronológico del cap. 9 pueden resumirse como sigue:
El propósito de Lucas al incluir este incidente con relación a Simón, fue mostrar la superioridad del cristianismo sobre el ocultismo y los endemoniados. Varias veces tuvo lugar esta clase de conflicto en Hechos, y Cristo siempre obtuvo la victoria (13:6–12; 16:16–18; 19:13–20; 28:1–6).
1. Jerusalén (vv. 1–2)
2. Damasco (vv. 3–22)
8:20. La respuesta de Pedro a la petición de Simón fue de enojo: Tu dinero perezca contigo.
3. Arabia (Gá. 1:17)
2:14–15. Pedro comenzó refutando p 138 la acusación de que estaban ebrios. Apenas eran las 9 a.m. (lit., la hora tercera del día; el día comenzaba a las 6 a.m.). ¡Era demasiado temprano para que un grupo de parranderos estuvieran borrachos!
4. Damasco (Hch. 9:23–25, Gá. 1:17; 2 Co. 11:32–33)
La razón de que el apóstol usara un lenguaje tan áspero fue la incapacidad de Simón para entender la gracia y la naturaleza gratuita de la salvación y las bendiciones de Dios. Pedro explicó su acerba respuesta diciendo: has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
5. Jerusalén (Hch. 9:26–29; Gá. 1:18–20)
6. Cesarea (Hch. 9:30)
8:21–22. El lenguaje usado en este v., no tienes tú parte ni suerte en este asunto (logō “palabra, asunto”) implica que Simón no era cristiano. (Para ver una terminología similar, V. ; . Así como los levitas no tendrían herencia en la tierra prometida, así tampoco Simón tenía parte en el asunto de la salvación.) El adverbio quizás no significa que Dios esté renuente a perdonar el pecado. La cuestión es si Simón se arrepentiría de las intenciones de su corazón.
7. Tarso (v. 30; Gá. 1:21–24)
(3) Conclusión. 9:31. En la frase las iglesias … por toda Judea, Galilea y Samaria la palabra que se traduce como “iglesias”, en gr. aparece en realidad en sing. Obviamente, Lucas se estaba refiriendo a la iglesia universal que estaba dispersa en Palestina.
2:16–21. En vez de estar ebrios, estaban experimentando lo descrito en . Como Pedro mismo dijo, esto es lo dicho por el profeta Joel. Esta cláusula no significa “Esto es como eso”; sino que en Pentecostés se cumplió lo que Joel había escrito. Sin embargo, no se cumplieron las profecías de Joel citadas en . La implicación es que el resto se verificaría si Israel se arrepentía. Este aspecto condicional se discute más ampliamente en el comentario de 3:19–23.
8:23–24. La alusión de Pedro a la “amargura” (lit., “hiel de amargura”, j̱olēn pikrias) parece referirse a , que habla de la idolatría y de la amargura de la apostasía (cf. ). Simón había sido cautivado por la falsa doctrina y el pecado. La respuesta de Simón pudo haber sido genuina o un simple lamento de temor. Por lo menos se preocupó del resultado de su trágica petición ().
Tan fuerte era el antagonismo judío contra Saulo y su ministerio, que después de que salió de aquella región, la iglesia disfrutó de un tiempo de paz.
La iglesia seguía confinada a los judíos, a los medio judíos (los samaritanos), y a los prosélitos del judaísmo que se convirtieron en cristianos (con la única excepción del eunuco de Etiopía, 8:26–40). Pero todo estaba listo para que se extendiera a un nuevo segmento de la población mundial.
f. El avance de la obra (8:25)
Con este tercer informe de avance, de los siete que dio acerca del crecimiento espiritual y numérico de la iglesia (cf. 2:47; 6:7; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31), Lucas pone término a esta sección del libro.
III. Testimonio hasta lo último de la tierra (9:32–28:31)
2:22. Pedro dijo que las maravillas hechas por Jesús era lo que Dios había utilizado para verificar las afirmaciones del Señor de que era el Mesías entre vosotros, los judíos (cf. ; ).
8:25. Pedro y Juan estaban tan convencidos de la obra de Dios entre p 160 los samaritanos, que cuando volvieron a Jerusalén también compartieron el evangelio … en muchas poblaciones de los samaritanos. ¡Fue un hecho muy asombroso para estos apóstoles judíos!
A. Extensión de la iglesia a Antioquía (9:32–12:24)
1. preparación de pedro para un evangelio universal (9:32–10:48)
2. al eunuco etíope (8:26–40)
a. Pedro en Lida (9:32–35)
9:32–35. La anterior mención de Pedro fue en 8:25, donde se dice que iba con Juan de regreso de Samaria a Jerusalén. Pedro estaba realizando una misión itinerante alrededor de Judea, la cual lo llevó a Lida. Esa ciudad sólo se menciona en esta ocasión en el N.T. Hoy en día se llama Lod, y el aeropuerto internacional de Israel está al norte de ella. Más adelante, Pedro desarrolló un extenso ministerio itinerante, lo cual se hace evidente por 1 Corintios 9:5. Esto también se entiende por los destinatarios de su primera epístola (1 P. 1:1). Felipe había precedido a Pedro en el área que rodeaba a Cesarea (Hch. 8:40).
a. El mandamiento (8:26)
2:23. El punto de este v. está claro. La crucifixión no fue un accidente. Fue el determinado consejo … de Dios (boulē, “plan”) y la voluntad divina expresa, no sólo una intención. Fue una necesidad divina (cf. 4:28). Cuando Pedro se refiere a vosotros significa los judíos y por inicuos tal vez se refiera a los gentiles, porque la palabra “inicuos” significa “sin ley” (anomōn). Tanto judíos como gentiles estuvieron implicados en la muerte de Cristo. Muchas veces, los apóstoles acusaron a los judíos de crucificar a Jesús (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 7:52; 10:39; 13:28) aunque también consideraban que los gentiles eran culpables (2:23; 4:27; cf. ).
La sanidad milagrosa de Eneas, paralítico que hacía ocho años que estaba en cama, fue razón para que muchos creyeran en Cristo. En Hechos, Lucas usó las palabras se convirtieron al Señor en tres ocasiones para referirse a la salvación (9:35; 11:21; 15:19). El evangelio estaba comenzando a atraer a una audiencia más amplia, porque mucha gente de esa región costera era gentil. Sarón es la llanura fértil ubicada a lo largo de la costa de Palestina, como de 16 kms. de ancho y unos 80 de largo. Lida quedaba en el extremo sureste de esa planicie. Este milagro fue la segunda sanidad que Pedro efectuó en un paralítico (cf. 3:1–10; también cf. 14:8–10).
b. Pedro en Jope (9:36–43)
8:26. Aunque Lucas no registró ningún mandato de Dios para que Felipe predicara a los samaritanos (v. 5), sí dice que el Señor dirigió soberanamente a Felipe hasta Gaza (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Se hace referencia a la carretera como a el camino … desierto. La expresión puede referirse tanto a un camino desértico como a una ciudad que estaba desierta. La antigua Gaza fue destruida en el año 93 a.C. y reconstruida más cerca del Mediterráneo en el 57 a.C. La ciudad antigua se llama Gaza Desértica. El término gr. usado para el mandamiento del ángel se ha traducido correctamente: Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. La referencia al camino en 8:36 puede implicar que éste, y no la ciudad, se encontraba en un área desértica.
9:36–38. Mientras que Pedro estaba en Lida, una amada mujer cristiana (una discípula) que vivía en Jope y que respondía al nombre de Dorcas … murió. Su nombre significa en gr. “gacela” como también su contraparte Tabita en ar. Ella era conocida por la ayuda desinteresada que proporcionaba a los pobres. Ya que las ciudades de Lida y Jope quedaban a p 167 sólo 20 kms. de distancia, enviaron a dos hombres desde Jope para que llamaran a Pedro. (Para una breve reseña acerca de la historia de Jope, V., V. Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge “Manual de Conocimiento Bíblico de Víctor” p. 559.) De acuerdo al relato de Hechos, nadie había sido levantado de los muertos en la iglesia, pero la fe de los creyentes era tan grande, que esperaba que el Señor usara a Pedro para resucitar a Dorcas.
9:39–41. Cuando … Pedro … llegó sacó de la sala a las viudas y a otros creyentes que se lamentaban. Oró de rodillas por Dorcas y le mandó que se levantara (cf. Mr. 5:41). Para evitar la contaminación ceremonial (cf. Lv. 21:1; Nm. 5:2; 9:6–10; 19:11), Pedro no la tocó hasta después de que Dios le restauró la vida.
b. El contacto (8:27–30)
9:42–43. Este milagro, como los anteriores, guiaron a muchos a creer en el Señor (2:43, 47; 4:4; 5:12, 14; 8:6; 9:33–35). Después de realizar el milagro, Pedro … se quedó … en Jope por algún tiempo (lit. “suficientes días”) en casa de un cierto Simón, curtidor, que estaba cerca del mar (10:6).
2:24. La resurrección del Señor es una doctrina básica en Hechos (v. 32; 3:15, 26; 4:10; 5:30; 10:40; 13:30, 33–34, 37; 17:31; 26:23). Aquí hay otra indicación de que él es el Mesías porque era imposible que fuese retenido por … la muerte ().
Este pasaje (9:32–43) muestra la excelente preparación que Pedro recibió para su siguiente experiencia con Cornelio. (1) Dos milagros sobresalientes confirmaron su ministerio; Dios estaba con él de una forma especial. (2) Estaba ministrando en una región que era en parte gentil. (3) Vivir en casa de Simón el curtidor fue significativo porque éste era considerado ceremonialmente inmundo ya que estaba constantemente en contacto con pieles de animales muertos (Lv. 11:40).
8:27. El etíope, eunuco, se describe ampliamente como funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros. “Etiopía” no se refiere aquí a la que se conoce en el mundo moderno, sino a la antigua Nubia, la región comprendida entre Asuán en el sur de Egipto hasta Jartum en Sudán. Candace era un título que se daba a la reina madre, así como se usa el nombre faraón para designar al rey de Egipto. El poder gubernamental descansaba en manos de Candace, porque su hijo, que era adorado como vástago del sol, era demasiado sublime como para ocuparse de actividades tan mundanas como gobernar a la nación. Por eso, la nación era dirigida por la reina madre. Es interesante el hecho de que este eunuco haya venido a Jerusalén para adorar, porque la ley prohibía que los eunucos entraran en la asamblea del Señor (). Sin embargo, predijo grandes bendiciones para los eunucos en la era milenial. Es evidente que éste era un adorador de Jehová, aunque no fuera un prosélito en todo el sentido de la palabra.
c. Pedro y Cornelio (cap. 10)
La importancia de este evento se ve en el hecho de que Lucas lo relata tres veces: aquí en Hechos 10, de nuevo en el cap. 11 y finalmente en 15:6–9. La extensión geográfica del evangelio en Hechos es un cumplimiento inicial de las palabras de Jesús de Mateo 8:11: “vendrán muchos del oriente y del occidente y se sentarán … en el reino de los cielos”.
8:28–30. La riqueza del eunuco se revela en la descripción de que volvía sentado en su carro. Mientras que ese oficial de la tesorería viajaba, iba leyendo al profeta Isaías. Puesto que era costumbre leer en voz alta, Felipe fácilmente oyó la porción de la Escritura que leía el eunuco (v. 30). Es interesante notar que Felipe fue guiado primero por un ángel (v. 26) y luego por el Espíritu Santo (v. 29).
(1) La visión de Cornelio (10:1–8). 10:1. En visiones separadas, dadas a ambos, Pedro y Cornelio fueron preparados para este suceso tan significativo. Primero se describe a Cornelio y su visión. Éste era un centurión, oficial romano a cargo de cien soldados, de la compañía llamada la Italiana, compuesta de 600 soldados. En el N.T., los centuriones son vistos siempre de forma positiva (cf. Mt. 8:5–10; 27:54; Mr. 15:44–45; Hch. 22:25–26; 23:17–18; 27:6, 43). El centurión Cornelio vino a ser uno de los primeros gentiles que escucharon las buenas nuevas del perdón de Jesucristo después de Pentecostés.
2:25–35. Estos vv. incluyen cuatro pruebas de la resurrección y ascensión del Señor: (a) La profecía de y la existencia del sepulcro, de David (), (b) Los testigos de la resurrección (v. 32), (c) los eventos sobrenaturales de Pentecostés (v. 33), y (d) la ascensión del hijo de David que fue superior a él (; ).
10:2. Por la descripción que se hace de Cornelio llamándolo piadoso (eusebēs, usada solamente aquí y en v. 7; 2 P. 2:9) y temeroso de Dios (“justo y temeroso de Dios”, Hch. 10:22), puede deducirse que no se había convertido al judaísmo en forma completa (no había sido circuncidado, 11:3), pero adoraba a Jehová. Evidentemente asistía a los cultos de la sinagoga y en la medida de sus conocimientos y habilidades, seguía las Escrituras del A.T. Sin embargo, no había recibido la salvación del N.T. (cf. 11:14).
c. La conversión (8:31–35)
10:3–6. La mención al tiempo la hora novena del día (las tres de la tarde), puede referirse a la hora judía de oración (cf. 3:1). Si así fuera, el Señor se acercó a Cornelio por medio de un ángel, mientras que estaba en oración (cf. 10:9). Más adelante, Cornelio llamó al ángel “un varón con vestido p 168 resplandeciente” (v. 30). Cornelio le respondió al ángel preguntándole: ¿qué es, Señor? Tal vez aquí la palabra “Señor” (kyrie) es la palabra de cortesía (cf. el comentario de 9:5). La piedad de este soldado se hizo evidente por sus oraciones y su generosidad, pues daba limosnas a los pobres (cf. 10:2). El ángel lo instruyó a que enviara por Simón … Pedro a la casa de Simón curtidor (cf. 9:43).
10:7. Ido el ángel que hablaba con Cornelio, el centurión llamó a tres de sus hombres (o sea, dos … criados) y a un ayudante, militar, también un hombre devoto (eusebē; cf. v. 2). Indudablemente, los tres habían sido influenciados por la piedad de Cornelio.
8:31–35. La cita de había dejado perplejo al eunuco. Aprovechando la oportunidad de contar con la presencia de Felipe para que le explicara el pasaje, invitó al apóstol a que subiese a su carro. El etíope sabía que el pasaje describía a un individuo, pero ¿era Isaías o algún otro? Felipe usó bien la ocasión para presentar el evangelio de Jesús partiendo de (cf. ).
10:8. Les contó todo lo que había sucedido. El sustantivo castellano “exégesis” se relaciona con el part. gr. que se usa aquí (exēgēsamenos) y el vb. significa que “explicó” todas las cosas.
Los tres fueron a Jope, a unos 53 kms. al sur de Cesarea (v. 24), para que regresaran trayendo al apóstol Pedro.
La palabra Hades (hadēs en gr.) que aparece en los vv. 27 y 31 se refiere tanto a la tumba (como en este caso) como al mundo inferior de los espíritus que han partido.
d. Los consecuencias (8:36–40)
(2) La visión de Pedro (10:9–16). 10:9. Debe asumirse que Pedro oraba por la mañana y por la tarde, porque eran las horas normales de oración. Además, lo hacía al medio día (la hora sexta). Orar tres veces al día no era un mandamiento de las Escrituras, pero Pedro seguía el ejemplo de los hombres piadosos que le habían precedido (cf. Sal. 55:17; Dn. 6:10). Pedro subió a la azotea (techo plano) para orar; ese lugar debe haberle dado privacidad.
10:10–12. Mientras sentía hambre … le sobrevino un éxtasis, en el cual Dios le dio una visión de un gran lienzo que descendía … a la tierra con toda clase de cuadrúpedos … y reptiles y aves.
8:36–39. El primer resultado de la evangelización de Felipe fue la conversión p 161 del eunuco. Su respuesta, ¿qué impide que yo sea bautizado? indica que el bautismo de agua era evidencia de una decisión personal de confiar en Cristo (cf. ) El segundo resultado fue de alegría para el eunuco, quien siguió gozoso su camino. Un tercer resultado fue que el evangelio tuvo un alcance más amplio al llegar a alguien que no era judío ni samaritano, sino un gentil (africano) adorador de Jehová, pero que no era un prosélito del judaísmo en plena comunión. Posiblemente el eunuco era incircunciso. (La NVI menciona que sólo algunos mss. gr. posteriores añaden el v. 37 y que probablemente éste no estaba incluido en los originales.)
10:13–14. Cuando Dios le mandó; a Pedro que comiera de esos animales, su respuesta fue: “Señor, no”. Es significativo que su negación (“por supuesto que no”) es mēdamōs, un término más cortés y subjetivo que oudamōs (“de ninguna manera”, el cual sólo se usa en Mt. 2:6). Esta es la tercera vez en la carrera de Pedro que se negó directamente a cumplir la voluntad de Dios (cf. Mt. 16:23; Jn. 13:8).
Pedro sabía por la ley que no debía comer animales inmundos (Lv. 11). Pero, ¿no podía haber matado y comido de los animales limpios y dejar los inmundos? Probablemente Pedro entendió que el mandamiento los incluía a todos. O tal vez el gran lienzo sólo contenía animales inmundos.
El punto que Pedro quería enfatizar es que puesto que David el patriarca y profeta murió y fue sepultado, no podría estar refiriéndose a sí mismo en . Más bien, estaba escribiendo acerca del Cristo (“el Mesías”) y su resurrección. El juramento () ve en retrospectiva a (cf. ). A este Jesús resucitó Dios y fue exaltado (cf. ; ) a la diestra del Padre (cf. ; ; ; ; ; ; ; ). Por eso, Jesús tenía la autoridad de enviar la promesa del Espíritu Santo (, ; , ; ; ), cuya presencia se hizo evidente por lo que habían visto (“lenguas … de fuego” ) y escuchado (“un viento recio” v. 2) y a través de los apóstoles que hablaban en otras lenguas (vv. 4, 6, 8, 11).
Cuando el bautismo se realizó, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más. Se desconoce qué sucedió al eunuco etíope después de esto.
10:15. Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esta refutación le da más significado a Marcos 7:14–23 (cf. 1 Ti. 4:4). Se acepta generalmente que Marcos escribió las palabras de Pedro. Mirando en retrospectiva, éste debe haber reconocido que Jesús, como el Mesías, limpió todas las cosas de la inmundicia ceremonial.
10:16. ¿Por qué Pedro rehusó tres veces comer los alimentos inmundos? Tal vez esto indica énfasis. Pero más que eso, revela seguridad y verdad. Esta es una situación en que Pedro estaba siendo demasiado escrupuloso, más allá de la voluntad de Dios. Sus intenciones eran buenas, pero estaba desobedeciendo. También, ¿habrá aquí alguna relación con la triple negación de Pedro (Jn. 18:17, 25–27) y con sus tres afirmaciones de su amor por el Señor? (Jn. 21:15–17)
8:40. Pero Felipe se encontró en Azoto. Esta es la ciudad de Asdod, antigua capital Filistea. Mientras que viajaba para Cesarea … anunciaba el evangelio en todas las ciudades a lo largo del camino (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Es evidente que Felipe se estableció en Cesarea, porque todavía vivía allí veinte años después (cf. 21:8). Es significativo que un evangelista puede vivir como residente o como itinerante, y Felipe desempeño ambos tipos de ministerios.
(3) La visita de los mensajeros (10:17–23a). 10:17–22. En un momento maravilloso, y por la coordinación del Dios soberano, los tres mensajeros y p 169 Pedro se encontraron. El Espíritu Santo, que avisó a Pedro de la llegada de los tres hombres, puede haber sido aquel cuya voz no identificada había escuchado antes (vv. 13, 15).
Los hombres de Cornelio hablaron grandes cosas de su amo (cf. vv. 2, 4) y comunicaron a Pedro el propósito que llevaban.
El área que rodea a Azoto y Cesarea fue posteriormente visitada por Pedro (9:32–43). Aunque Felipe el evangelista residía en Cesarea, el Señor llamó a Pedro desde Jope para llevar el evangelio a Cornelio, que también vivía en esa ciudad (caps. 10–11).
10:23a. Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Ya que Pedro estaba esperando su comida (cf. v. 10), indudablemente lo compartió con sus huéspedes. Quizá había comenzado a discernir la lección que contenía la visión.
Así como David no hablaba de sí mismo en , tampoco lo hizo en . David no resucitó (, ) ni subió a los cielos (v. 34). El Señor es Jehová Dios, quien habló a mi Señor (de David), quien es Cristo, el Hijo de Dios.
(4) La visita a los gentiles (10:23b–43). 10:23b. Para cuando Pedro y los huéspedes terminaron de comer, tal vez ya era demasiado tarde para emprender el viaje de regreso a Cesarea ese mismo día. Al día siguiente, iniciaron su viaje de casi dos días (los emisarios de Cornelio habían salido de Cesarea después de las 3 p.m. un día [vv. 3, 8] y llegaron al medio día dos días después [vv. 9, 19]. Cf. “hace cuatro días” en v. 30).
C. El mensaje de Saulo (9:1–31)
Pedro llevó consigo a algunos de los hermanos de Jope. El ministerio en pareja era una práctica común en los evangelios y Hechos; los obreros cristianos frecuentemente salían de dos en dos. En esta inusitada situación, por lo menos seis personas acompañaron a Pedro (11:12), porque así habría siete testigos para dar fe lo que pudiera ocurrir.
10:24. Cornelio tenía tal confianza en que Pedro llegaría y esperaba con tal ansiedad el mensaje del apóstol, que había convocado a sus parientes y amigos más íntimos.
Algunos creen que la conversión de Saulo (Pablo) es el acontecimiento más importante de la historia de la iglesia desde Pentecostés. Lucas en verdad lo consideró muy significativo, porque lo registró tres veces en Hechos (caps. 9, 22 y 26).
10:25–26. Cuando Pedro entró … Cornelio se postró delante del apóstol en actitud de adoración. El vb. prosekynēsen lit. significa adoró. Pedro, rechazando su homenaje, le mandó que se pusiera de pie, pues dijo, yo mismo también soy hombre.
p 139 Hechos registra cinco ocasiones en que algunos de los apóstoles dijeron ser testigos del Cristo resucitado (v. 32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31). ¡Ellos sabían de qué hablaban!
10:27–29. Pedro estaba consciente de las consecuencias que traería el que fraternizara con los gentiles en sus hogares (cf. 11:2–3), pero había aprendido bien la lección de la visión. El mandamiento de comer animales inmundos significaba que él no debía llamar a ningún hombre … común o inmundo. Por lo cual, vino sin replicar.
La inclusión de la conversión de Saulo en esta coyuntura prepara a los lectores para la narrativa de la forma en que se extendió el evangelio a los gentiles (cap. 10). Sin embargo, el apóstol a los gentiles (; ) fue precedido en su ministerio por la evangelización que Pedro hizo de Cornelio y su casa.
10:30–33. Después de que Cornelio les refirió las circunstancias de haber llamado a Pedro a su casa, dijo: Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado. ¡Qué audiencia tan divinamente preparada!
10:34–35. Las palabras de Pedro fueron revolucionarias. Hicieron a un lado el prejuicio y adoctrinación recibida por muchas generaciones de judíos. Sin embargo, la salvación de los gentiles era una doctrina conocida en el A.T. (cf. Jonás; Gn. 12:3). En el A.T., los judíos eran el pueblo escogido de Dios, receptores especiales de sus promesas y revelación. Pedro estableció aquí que el programa de Dios estaba alcanzando al mundo a través de la iglesia.
El relato de la experiencia de Saulo en el camino a Damasco puede haber sido registrado aquí para relacionarlo con el martirio de Esteban. El discurso de Esteban parece haber estimulado a Saulo para que redoblara sus esfuerzos de aplastar a la cristiandad () Si la doctrina propagada por Esteban era correcta, entonces la ley estaba en peligro. Así que Saulo, celoso como era, siguió persiguiendo a la iglesia (; ).
Hay un debate considerable acerca de las palabras de Pedro en el sentido de que Dios en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Esto no enseña la salvación por obras, porque la primera responsabilidad de una persona delante de Dios es temerlo, lo cual es equivalente a confiar en él y reverenciarlo. Es el dicho paralelo en el N.T. de Miqueas 6:8. Además, la aceptación de Dios de tales personas se refiere a la bienvenida que les da en una buena relación a través de la fe en Cristo (cf. Hch. 11:14).
p 170 10:36–37. A continuación, Pedro bosquejó la obra de Jesucristo (vv. 36–43), el soberano Señor de todos, a través de quien Dios envió … el evangelio de la paz. Los estudiantes bíblicos frecuentemente han observado que esto es un paralelo casi perfecto con el evangelio de Marcos. Marcos inició su evangelio con el bautismo de Juan y trazó el ministerio del Señor Jesús desde Galilea a Judea, hasta Jerusalén y finalmente hasta la crucifixión, la resurrección y la gran comisión.
2:36. Este v. es la conclusión del argumento de Pedro. El sustantivo Señor, que se refiere a Cristo, probablemente es una referencia a Jehová. La misma palabra, kyrios, se usa para referirse a Dios en los vv. 21, 34, y 39 (cf. ). Esta es una fuerte afirmación de la deidad de Cristo.
¡Pero Saulo el perseguidor estaba a punto de convertirse en Pablo el apóstol de Jesucristo! Su trasfondo y cualidades se combinaban perfectamente para realizar la obra a que Dios lo había llamado: (1) Conocía bien la cultura y lenguaje judíos (; ). (2) Ya que había crecido en Tarso, tenía conocimiento profundo de la cultura griega y sus filosofías (; ). (3) Poseía todos los privilegios de un ciudadano romano (; ; ). (4) Había sido entrenado y adiestrado en teología judía (). (5) Puesto que estaba capacitado para realizar un trabajo secular, podía sostenerse a sí mismo (; ; ; ; ). (6) Además, p 162 Dios le dio celo, así como cualidades de liderazgo y discernimiento teológico.
10:38. La palabra Mesías significa “Ungido”, de manera que cuando Pedro dijo, Dios ungió … a Jesús de Nazaret estaba diciendo “Dios lo declaró el Mesías” (cf. Is. 61:1–3; Lc. 4:16–21; Hch. 4:27). Esta afirmación tuvo lugar en el bautismo del Señor (cf. Mt. 3:16–17; Mr. 1:9–11; Lc. 3:21–22; Jn. 1:32–34). Isaías habló del Ungido como alguien que realizaría grandes obras (Is. 61:1–3) y como Pedro declaró: anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo.
10:39–41. Pedro afirmó que él y sus asociados eran testigos oculares de todo lo que Jesús hizo. A quien mataron colgándole en un madero, la forma más ignominiosa de ejecución. Anteriormente, el apóstol había dicho a los judíos en Jerusalén, vosotros “matasteis al Autor de la vida” (3:15); a los gobernantes, dijo: “vosotros crucificasteis” (4:10); y al sanedrín replicó: “vosotros matasteis colgándole de un madero” (5:30). Esteban también dijo al sanedrín: “de quien vosotros habéis sido … matadores” (7:52). En cinco ocasiones en Hechos, los apóstoles dijeron haber sido testigos del Cristo resucitado (2:32; 3:15; 5:32; 10:41; 13:30–31). Después que Cristo resucitó de los muertos, los discípulos comieron y bebieron con él (cf. Jn. 21:13). Esto fue una prueba de que el Señor Jesús resucitado no era un fantasma sin cuerpo. Asimismo, explica la verdad de que Cristo fue visto en forma corporal (Hch. 10:40).
1. conversión de saulo (9:1–19a)
10:42–43. Pedro puso en claro que el ministerio de Cristo resultaba tanto en juicio (v. 42) como en salvación (v. 43). La frase clave es todos los que en él creyeren. Esta construcción gramatical en gr. consiste de un gerundio con un artículo, lo cual es casi equivalente a un sustantivo (en este caso “todo creyente en él”). El elemento clave en la salvación es la fe, creer en Cristo. El mensaje del perdón de pecados (cf. 2:38; 5:31; 13:38; 26:18) por medio de la fe en el Mesías, había sido un tema del cual los profetas habían hablado mucho (e.g., Is. 53:11; Jer. 31:34; Ez. 36:25–26).
(5) La confirmación del Espíritu (10:44–48). 10:44–45. El mensaje de Pedro terminó abruptamente por la interrupción soberana del Espíritu Santo, quien cayó sobre todos los que oían el discurso de Pedro acerca de Jesús, y creyeron. Los seis (cf. v. 23; 11:12) fieles de la circuncisión … se quedaron atónitos (exestēsan; “estaban fuera de sí mismos”; cf. 9:21) al ver esta evidencia de igualdad entre los gentiles y los creyentes judíos.
2:37. Los vv. 37–40 contienen la aplicación del sermón de Pedro. La palabra compungieron (katenygēsan) significa “herir o punzar violentamente, aturdir”. Fue innegable la obra de convicción del Espíritu Santo (cf. ) en sus corazones.
a. Convicción de Saulo (9:1–9)
10:46. La señal que Dios usó para dar validez a la verdad de la salvación de los gentiles fue que hablaban en lenguas. (En lo que respecta al significado del hablar en lenguas en Hechos, V. el comentario de 19:1–7).
10:47–48. Pedro se dio cuenta de inmediato de por lo menos tres implicaciones teológicas en lo que había sucedido: (1) Él no podía discutir con Dios (11:17). (2) Cornelio y su casa, aunque eran incircuncisos (11:3), fueron bautizados porque habían creído en el Señor Jesús, como se evidenció p 171 al recibir el Espíritu Santo. El orden de estos eventos fue: creer en Cristo, recibir el Espíritu Santo, hablar en lenguas y ser bautizados en agua. (3) La realidad de la conversión de Cornelio fue confirmada por la estancia de Pedro con él durante varios días. Esto tal vez fue para instruirlo más a fondo en la nueva fe que había encontrado.
9:1a. El adverbio aún va retrospectivamente hasta 8:3. Mientras el evangelio seguía avanzando fuera de Jerusalén, Saulo seguía su inexorable persecución de la iglesia.
2. preparación de los apóstoles para el evangelio universal (11:1–18)
a. La acusación (11:1–3)
9:1b–2. Tan grande era el odio de Saulo por la iglesia, que vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353.) Esta ciudad no estaba bajo el control de Judea, Galilea ni Decápolis. Entonces, ¿qué jurisdicción podría tener el sumo sacerdote sobre las sinagogas de Damasco? Esto generalmente se responde diciendo que Roma reconocía el derecho de extradición cuando el sumo sacerdote de Jerusalén lo invocaba. Pero esto también puede explicarse de otro modo. En ese tiempo, tal vez Damasco estaba bajo la jurisdicción de Areto IV, rey nabateo (cf. ). Puesto que odiaba a los romanos, ese monarca tal vez concedió ese favor al sumo sacerdote con el fin de ganarse el favor de los judíos antiimperialistas.
La pregunta que presentaron contiene un matiz de desesperación (cf. ). Si los judíos habían crucificado a su Mesías y él había sido exaltado, ¿qué les quedaba a ellos? ¿Qué podían y debían hacer?
11:1–2. La respuesta de parte de los cristianos judíos fue muy variada. La expresión los … de la circuncisión (también se usa en 10:45) obviamente describe a los cristianos que seguían apegados a la ley de Moisés (cf. 15:5; 21:20; Gá. 2:12).
11:3. La acusación contra Pedro fue que entró en casa de hombres incircuncisos y había comido con ellos. El principal problema no era su predicación a los gentiles, sino comer con ellos (cf. Mr. 2:16; Lc. 15:2; Gá. 2:12). Esto da mayor significado a la visión de Pedro (Hch. 10:9–16). Comer con alguien era una señal de aceptación y comunión (cf. 1 Co. 5:11). Este asunto podría haber causado un serio rompimiento dentro de la iglesia.
La mención que el autor hace de las sinagogas de Damasco indica que el cristianismo todavía se asociaba con el judaísmo (en palabra “congregación” viene del gr. synagōgēn, “sinagoga”). La referencia que hace a Damasco muestra que el cristianismo se extendió muy rápidamente.
b. La respuesta (11:4–17)
11:4–14. Pedro relató brevemente a los creyentes de la circuncisión que estaban en Jerusalén lo que había ocurrido (cf. cap. 10), incluyendo su visión (11:5–7), su respuesta a ella (vv. 8–10) y el viaje a la casa de Cornelio (vv. 11–14).
Es extraño que Saulo se haya referido al cristianismo como este Camino, término que sólo se usa en Hechos (19:9, 23; 22:4; 24:14, 22).
11:15–16. Al narrar lo que aconteció después, hizo una importante identificación del día de Pentecostés con la predicción que había hecho el Señor acerca del bautismo del Espíritu (1:4–5). Lucas no declara específicamente en el cap. 2 que Pentecostés haya sido el cumplimiento, pero aquí Pedro lo señala de esa manera con la frase al principio (cf. 10:47, “como nosotros” y 11:17 “el mismo don que a nosotros”). Por lo tanto, la era de la iglesia tuvo su inicio en Pentecostés.
2:38–39. La respuesta de Pedro fue directa. Primero les exigió: arrepentíos. Este vb. (metanoēsate) significa “cambiar de perspectiva”, “tener un cambio de parecer”, “dar media vuelta a la dirección de la vida”. Obviamente, esto resulta en un cambio de conducta, pero el énfasis está en la mente o perspectiva de la persona. Los judíos habían rechazado a Jesús; ahora tenían que confiar en él. En Hechos, el arrepentimiento en repetidas ocasiones, forma parte del mensaje de los apóstoles (v. 38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21; 26:20).
11:17. La defensa de Pedro no se basó en lo que él hizo, sino en lo que el Padre hizo. Dios no había hecho distinción entre los judíos y los gentiles, así que ¿cómo podría hacerlo Pedro?
9:3–4. Saulo no sólo oyó la voz del Señor Jesús, sino que también lo vio (cf. 9:17, 27; 22:14; 26:16; , ). Aunque no se declara en forma explícita este hecho, sí se implica en la referencia que hace el autor a un resplandor de luz del cielo. Para el apostolado de Saulo, era imprescindible que viera a Jesús resucitado (cf. ).
c. La absolución (11:18)
11:18. Los santos reconocieron junto con Pedro que la conversión de los gentiles había principiado en Dios y que ellos no debían interponerse en su camino. Esta respuesta tuvo dos resultados subsecuentes y significativos. Primero, preservó la unidad del cuerpo de Cristo, la iglesia. Segundo, abrió una profunda brecha entre los creyentes de la era de la iglesia y los adoradores del templo de Jerusalén. Antes de esto, los judíos comunes veían con favor a los cristianos (cf. 2:47; 5:13, 26), pero después, repentinamente empezaron a oponerse a la iglesia. Este antagonismo se manifiesta en la respuesta del pueblo de Israel a la ejecución de Jacobo (12:2–3; cf. 12:11). Tal vez esta identificación con los gentiles haya sido lo que dio pie a la oposición de los judíos.
La interrogante ¿por qué me persigues? (cf. ) está cargada de significado porque muestra la unión de Cristo con su iglesia. El Señor no preguntó “¿por qué persigues a mi iglesia?” La referencia a “me” le dio a Saulo el primer atisbo de la gran doctrina de que los cristianos están en Cristo. Esa misma verdad fue expresada antes por Lucas al decir que el Señor sigue su obra en la tierra a través de la iglesia (1:1). También el engaño de Ananías a Pedro fue una mentira al Espíritu Santo (5:3). Lucas, junto con Pablo, vieron a Cristo y a la iglesia como la Cabeza y su cuerpo.
3. preparación de la iglesia en antioquía para el evangelio universal (11:19–30)
Surge un problema con el mandato “bautícese” y su relación con el resto de 2:38. Existen varios puntos de vista: (1) Que ambos, arrepentimiento y bautismo, dan como resultado la remisión de pecados. Si se acepta este punto de vista, el bautismo es esencial para la salvación. El problema con esta interpretación es que en el resto de las Escrituras el perdón de pecados está basado en la fe sola (, ; ; ; ; ; etc.). Además, Pedro, el mismo orador, hablando más tarde, prometió el perdón de pecados sobre la base de la fe sola (; ; ; ).
a. Naturaleza cosmopolita de la iglesia (11:19–21)
9:5. Algunos interpretan la palabra “Señor” incluida en la pregunta de Saulo ¿Quién eres, Señor? (kyrie) como “señor” en el sentido de un nombre común de respeto dado a alguien desconocido. Es posible que este sustantivo tenga ese significado, como lo tiene en ; ; ; y en otras partes. Sin embargo, hay muchas cosas sobrenaturales en el pasaje como para usar el simple vocativo “señor”. Aunque Saulo no reconoció inmediatamente a éste como Jesús, debe haber intuido que era un ser sobrenatural. Fue entonces que el Señor se identificó ante Saulo diciendo: Yo soy Jesús (cf. 9:17).
Este es un punto crucial en el relato de Hechos. Por primera vez, la iglesia evangelizó activamente a los p 172 gentiles. Los samaritanos del cap. 8 eran parcialmente judíos; el eunuco etíope iba leyendo por sí mismo Isaías 53 cuando regresaba de Jerusalén y aun Cornelio tomó la iniciativa de conocer el evangelio por labios de Pedro. Pero aquí es donde la iglesia da los primeros pasos para llevar el mensaje a los griegos incircuncisos.
11:19. La narración regresa a Esteban (8:1–2) para señalar un resultado más de su martirio. Su muerte había ayudado a movilizar el evangelio hacia Samaria (cf. la similitud entre 8:4 y 11:19). Asimismo, había incitado a Saulo a perseguir a la iglesia más vigorosamente (8:3) y por consecuencia, había sido convertido (9:1–30). Un tercer resultado del martirio de Esteban fue la expansión del evangelio a las tierras gentiles de Fenicia, Chipre y Antioquía.
Las palabras, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”, no se encuentran en los mejores y más antiguos p 163 mss., pero aparece en .
11:20. La referencia que se hace a Antioquía de Siria prepara al lector para entender la importancia que tuvo esa ciudad en la narración subsecuente. La ciudad, una de las muchas que llevaban el mismo nombre, era la tercera más grande del imperio romano después de Roma y Alejandría. Localizada cerca del río Orontes, 24 kms. tierra adentro, se conocía como Antioquía del Orontes. Había sido planeada cuidadosamente y estaba convenientemente situada; era un importante centro comercial y albergaba a una comunidad judía bastante grande. A pesar de que era una ciudad detestable, que participaba en la inmoralidad creciente y la prostitución ritual como parte del culto en el templo, la iglesia de Antioquía estaba destinada a ser la base de operaciones de los viajes misioneros de Pablo. Juvenal, famoso autor romano de sátiras, se quejó diciendo “Durante mucho tiempo, las aguas negras del Orontes sirio han descargado en el Tíber”. Con esto quería decir que Antioquía era tan corrupta, que estaba impactando a Roma, que quedaba a más de 2,080 kms. de distancia.
Este sorprendente avance del evangelio a los gentiles (griegos que vivían en Antioquía) fue realizado por colaboradores de la fe que no se mencionan. Sin embargo, fue muy importante y crucial el paso que dieron estos creyentes de Chipre, isla que no quedaba muy lejos de Antioquía, y de Cirene, ciudad localizada en el norte de África (cf. Mt. 27:32; Hch. 2:10; 6:9; 13:1).
(2) Una segunda interpretación traduce 2:38: “Bautizaos … sobre la base de la remisión de vuestros pecados”. La preposición que se usa aquí es eis, que en el caso acusativo, puede significar “a causa de, sobre la base de”. Se usa de esta manera en ; y . Aunque es posible que esta construcción signifique “sobre la base de”, esta no es la interpretación normal. Eis, en el caso acusativo, por lo general describe propósito o dirección.
9:6. El Señor resucitado comisionó a Saulo diciendo: levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Esto no significa que Ananías (v. 10) enseñó a Saulo la doctrina de la justificación, como algunos afirman. En vez de ello, se le dijo que debía proclamar el evangelio, lo cual incluiría sufrimientos (vv. 15–16; 22:10, 15; 26:16–20). El Señor mismo le enseñó a Pablo la verdad acerca de la justificación por la fe en el camino a Damasco; es claro en este punto (cf. ).
11:21. La cláusula creyó y se convirtió al Señor no se refiere necesariamente a dos acciones separadas. La construcción gr. (part. aoristo con un vb. finito en aoristo) frecuentemente indica que las dos acciones fueron simultáneas. Por lo tanto, esta cláusula significa “al creer se volvieron al Señor.”
b. Confirmación de la iglesia (11:22–26)
9:7. Una aparente discrepancia surge entre el v. 7 y 22:9. En 9:7 Lucas registró que los hombres que viajaban con Saulo oyeron la voz (fōnēs), pero en 22:9, Lucas escribió que “no entendieron la voz” (fōnēn). La cláusula en 22:9 puede traducirse “no escucharon el sonido”. La RVR60 traduce correctamente el versículo, porque el vb. “oir” con el caso genitivo puede significar “escuchar un sonido” y con el caso acusativo, “escuchar con entendimiento”. El caso genitivo se usó en 9:7 y el acusativo en 22:9. De manera que los acompañantes de Saulo escucharon el sonido (9:7) pero no entendieron lo que Cristo dijo (22:9).
11:22. Un movimiento tan importante de parte de la iglesia no podía escapar a la atención de la iglesia madre de Jerusalén. Anteriormente, los apóstoles habían enviado a Pedro y a Juan a supervisar el ministerio de Felipe en Samaria. Ahora, los santos de Jerusalén enviaron a Bernabé … hasta Antioquía, a más de 500 kms. al norte. La selección de ese delegado fue de crucial importancia; Bernabé fue una elección sabia por varias razones. Primero, como algunos de los embajadores cristianos que iniciaron la obra, eran de Chipre (4:36; 11:20). Segundo, era generoso (4:37) y por lo tanto, pensaba primero en sus semejantes. Tercero, era un caballero compasivo como se infiere por el p 173 sobrenombre que recibió (4:36) y por el testimonio que da Lucas acerca de él (11:24).
11:23. Bernabé no pudo más que llegar a la conclusión de que Dios estaba verdaderamente obrando en Antioquía, y como Lucas frecuentemente anotó, estaba presente la evidencia del gozo. Haciendo honor a su sobrenombre, “hijo de consolación” (4:36), exhortó (animó) a los creyentes (cf. 14:22). (Bernabé también se menciona en 9:27; 11:25, 30; 12:25; 13:1–2, 7, 43, 46, 50; 14:3, 12, 14, 20; 15:2, 12, 22, 25, 35–37, 39; 1 Co. 9:6, Gá. 2:1, 9, 13; Col. 4:10.)
(3) Un tercer punto de vista considera la cláusula y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo como un paréntesis. Hay diferentes factores que respaldan esta interpretación: (a) El v. hace una distinción entre los vbs. y sustantivos en sing. y pl. “Arrepentíos” es pl., igual que el pron. “vuestros” en la cláusula para perdón de los pecados (lit., “para remisión de vuestros pecados”, eis afesin tōn jamartiōn jymōn). Por lo tanto, el vb. “arrepentíos” debe de ir junto con el propósito del perdón de los pecados. Por otro lado, el imper. “bautícese” es sing., lo que lo deja fuera del resto de la oración. (b) Este concepto se ajusta a la proclamación de Pedro en , en la cual aparece la misma expresión “perdón de pecados” (afesin jamartiōn). Pero allí descansa sólo sobre la base de la fe. (c) En y el mismo escritor, Lucas, indica que el p 140 arrepentimiento resulta en la remisión de pecados.
9:8. Si el “aguijón en la carne” de Saulo era un problema de la vista (cf. el comentario de ), ésto debe haber sido el preludio de su padecimiento. De cualquier forma, hay un agudo contraste entre el Saulo de 9:1 y el del v. 8. Al principio, iba iracundo por el camino, decidido a capturar y encarcelar a los cristianos. Poco después, era guiado como un niño y por la mano, le metieron en Damasco. La gracia de Dios a menudo se manifiesta en actos llenos de poder y en aparentes catástrofes.
11:24. Tres cosas se dicen acerca de él: que era varón bueno, que estaba lleno del Espíritu Santo y que estaba lleno de fe (Esteban también estaba lleno de fe y del Espíritu Santo; 6:5). Lucas escribió esta descripción de Bernabé después de la confrontación entre Pablo y Bernabé, registrada en 15:39. Ya que Lucas era compañero de viaje de Pablo, esta afirmación acerca de Bernabé también debe haber sido compartida por Pablo.
11:25. La obra en Antioquía creció a tal grado, que Bernabé necesitó ayuda. No pudo pensar en alguien que encajara mejor que Saulo, quien estaba viviendo en Tarso (cf. 9:30). Posiblemente, algunos sufrimientos y persecuciones que Pablo describió en 2 Corintios 11:23–27 tuvieran lugar mientras estaba en Tarso. También allí pudo ser donde tuvo la revelación que narra en 2 Corintios 12:1–4. Basados en Hechos 22:17–21, algunos piensan que Saulo ya estaba ministrando a los gentiles cuando Bernabé lo contactó para que viniera a Antioquía.
9:9. Los tres días de ceguera, ayuno y oración (v. 11) fueron un tiempo de espera. Saulo todavía no recibía el mensaje que Dios le había prometido (v. 6).
11:26. Bernabé y Saulo ministraron durante un año completo en Antioquía, enseñando a mucha gente mientras la iglesia seguía creciendo numéricamente (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31; 11:21, 24).
A los discípulos de Jesús se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. La terminación “ianos” significa “pertenecientes al partido de”. De esa forma, “los cristianos” eran los que pertenecían al partido de Cristo. La palabra “cristianos” se usa sólo dos veces más en el N.T.: en 26:28 y 1 Pedro 4:16. El significado de este nombre cobra relevancia por el orden que tienen las palabras en el texto gr., y significa que la gente reconocía a los cristianos como un grupo distinto. La iglesia se estaba separando más y más del judaísmo.
b. La contrición de Saulo (9:10–19a)
c. La caridad de la iglesia (11:27–30)
El don del Espíritu Santo es la promesa de Dios (cf. 1:5, 8; 2:33) para aquellos que se vuelvan al Señor, incluyendo a los judíos y sus descendientes, así como a los que están lejos, o sea, a los gentiles (cf. , , ). une el lado humano de la salvación (“arrepentimiento”) y el lado divino (llamare significa “elegir”; cf. ).
11:27. Algunos creyentes de Jerusalén con el don de profecía descendieron de Jerusalén a Antioquía. (Aunque iban hacia el norte, dice “descendieron” porque Jerusalén está a una elevación mucho mayor que Antioquía.)
9:10–14. Por medio de una visión, Dios instruyó al renuente Ananías para que restaurara la vista de Saulo, por lo que tuvo que ir hasta donde estaba Saulo, posando con un hombre llamado Judas cuya casa estaba en la calle … Derecha que era una de las dos calles paralelas que corrían desde el muro oriental hasta el occidental. La primera referencia al lugar de nacimiento de Saulo (Tarso) se da en el v. 11 (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353 cf. el comentario de v. 30).
11:28. Agabo, también mencionado en 21:10–11, profetizó que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada. Esta fue en verdad una serie de hambrunas severas que afectaron varias secciones del imperio romano durante el tiempo del emperador Claudio (41–54 d.C.). Este es el mismo que posteriormente expulsó a los judíos de Roma (18:2). (V. “Emperadores Romanos de los tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354.)
11:29–30. Los cristianos de Antioquía, cada uno conforme a lo que tenía (cf. 1 Co. 16:2; 2 Co. 9:7), enviaron dinero para los creyentes en Judea. Esta expresión de amor indudablemente unió a las dos iglesias (cf. Ro. 15:27).
Es interesante notar que los creyentes son llamados santos aquí por primera vez en el libro de Hechos (v. 13). La iglesia consta de “los puestos aparte” (jagiois; cf. “santos” en ; ; ). Por se hace evidente que las noticias de la llegada de Saulo para perseguir a los creyentes de Damasco lo habían precedido, por lo que Ananías tenía miedo de lo que Saulo pudiera hacer.
Cuando Bernabé y … Saulo llevaron el regalo, lo entregaron a los ancianos. p 174 Esta es la primera mención de ancianos en la iglesia que se hace en Hechos y es significativo que eran quienes manejaban las finanzas; es evidente que tenían la supervisión primaria sobre todos los aspectos del ministerio. Más adelante, Pablo y sus acompañantes presentaron la ofrenda de las iglesias de Acaya, Macedonia, y Asia Menor a los ancianos de la iglesia de Jerusalén. Esto puede haber sucedido cuando Pablo llegó a Jerusalén (Hch. 21:18; aun cuando este v. no se refiere a ofrendar).
2:40. Las palabras de Pedro en este v. ven retrospectivamente a los vv. 23 y 36. Israel era culpable de un pecado horrendo; pero los judíos podían librarse individualmente del juicio de Dios para esa generación si se arrepentían (cf. ; ; ). Serían puestos aparte para Cristo y su iglesia, si tan sólo se disociaran de Israel.
Aunque hay ciertas dudas en cuanto a ello, esta visita durante el hambre mencionada en 11:27–30 es probablemente la misma a la que se hace referencia en Gálatas 2:1–10.
9:15. El Señor aseguró a Ananías … que instrumento escogido le era éste, para llevar su nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel. Saulo llegaría a ser Pablo, el apóstol de los incircuncisos (; , ; ), incluyendo reyes (cf. el gobernador Félix [], el gobernador Porcio Festo [24:27–25:12], el rey Herodes Agripa II [25:13–26:32] y posiblemente el emperador Nerón [25:11]). Por supuesto, el apóstol también ministró “a los hijos de Israel” (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; p 164 19:8; 26:17–20; ). ¡Qué sorprendente que aquel violento perseguidor de los cristianos fuera transformado en testigo del evangelio, tan dinámico y lleno de fuerza.
4. persecución de la iglesia en jerusalén (12:1–24)
El propósito de esta sección de Hechos es confirmar el rechazo del Mesías por parte de Israel. Lucas ha ido hilando cuidadosamente este tema a través de todo el libro, y puede verse en 4:1–30 (esp. 4:29); 5:17–40; 6:11–8:3; 9:1–2, 29. Esta antipatía de Israel estableció el escenario para el primer viaje misionero.
9:16. El cumplimiento parcial de esta predicción se ve en el resumen que Saulo hizo de sus sufrimientos ().
a. Martirio de Jacobo (12:1–2)
c. Descripción de la primera iglesia (2:41–47)
12:1–2. Con mucho arte, Lucas contrastó el amor de la iglesia de Antioquía por los santos de Jerusalén con la fría enemistad de Herodes y los judíos contra la iglesia.
En el diálogo entre Ananías y el Señor se incluye tres veces en tres vv. la palabra nombre (; cf. 3:16).
El Herodes que aquí se menciona es Agripa I, gobernante bastante popular entre los judíos porque era parcialmente judío debido a su ascendencia asmonea. Su reino cubría casi la misma extensión que la de su abuelo Herodes el Grande. Se le conoce por haber hecho toda clase de cosas para ganar el favor de los judíos, así que consideró que era buena bandera política arrestar a los cristianos y ejecutar a Jacobo, hermano de Juan. Herodes Agripa I murió en el año 44 d.C. Su hijo Herodes Agripa II, fue rey de Judea de 50–70 d.C. Pablo fue llevado a juicio ante Agripa II y su hermana Berenice (25:13–26:32). (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355.)
b. Encarcelamiento y liberación de Pedro (12:3–19)
9:17. Hermano Saulo … ¡Qué consoladoras deben haber sido estas palabras para Saulo! El primero que se registra que llamó a Saulo hermano cristiano fue Ananías. Se da una declaración más completa acerca de las palabras de Ananías en 22:14–16. El recelo de Ananías por Saulo fue transformado en amor por el apóstol a los gentiles gracias a la dirección del Señor. Ananías se identificó con Saulo poniendo sobre él las manos.
Este incidente claramente establece que la iglesia era un grupo plenamente identificado que había llegado a ser odiado y despreciado por los judíos.
12:3–4. La ejecución de Jacobo agradó a los judíos, de manera que Herodes arrestó y encarceló a Pedro durante los días de los panes sin levadura. Esta fiesta primaveral de siete días seguía inmediatamente a la de la pascua. Herodes se proponía sacarle (a Pedro) al pueblo después de la pascua. La “pascua” aquí se refiere a la combinación del festival de ocho días, que incluía la pascua misma, seguida de los siete días de la fiesta de los panes sin levadura. Herodes tenía por lo menos dos razones para ejecutar a Pedro. Primero, Pedro era conocido como dirigente de la iglesia. Segundo, había fraternizado con los gentiles.
2:41. Tres mil que creyeron fueron bautizados, mostrando así su identificación con Cristo. Este grupo de personas se unió inmediatamente a la fraternidad de los creyentes.
La llenura del Espíritu Santo que Saulo experimentó claramente siguió a su conversión (cf. 4:8, 31; ).
Herodes se aseguró de que el encarcelamiento de Pedro fuera seguro, ¡entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen! Posiblemente esto significa que dos de ellos estaban encadenados a Pedro, uno a cada lado, y dos permanecían de pie montando guardia fuera de la cárcel (cf. vv. 6, 10). Posiblemente, cada uno de los cuatro escuadrones montaba guardia p 175 durante seis horas, ya que es posible que las autoridades recordaran que Pedro se había escapado con anterioridad (cf. 5:19–24) y Herodes no quería que esto volviera a ocurrir.
12:5. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. El contraste es obvio. Pedro estaba atado, ¡pero la oración corría libremente!
9:18. Al sanar de su ceguera, le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista. La palabra “escamas” (lepides del vb. lepō, “pelar”) se aplica a las escamas de peces y cocodrilos. Como en varias conversiones que se registraron antes en Hechos, el bautismo de agua siguió a la conversión (8:12, 38).
12:6. Pedro estaba tan confiado en el Señor, que aquella misma noche, antes del juicio, estaba … durmiendo (cf. 1 P. 2:23; 5:7). No tenía temor por su vida porque Cristo le había dicho que viviría hasta una avanzada edad (Jn 21:18).
12:7–10. Esta es la segunda vez que un ángel ayuda a Pedro a escapar (cf. 5:17–20). El ángel, despertando a Pedro, le dijo que se vistiera y lo siguiera fuera de la prisión. Dios obró de una manera sobrenatural, de manera que las cadenas se le cayeron de las manos. Los guardias permanecieron dormidos y después, el ángel abrió la puerta de hierro.
Después de estas cosas, Ananías desaparece de la escena y no se vuelve a mencionar con excepción del cap. 22, donde Pablo narra su conversión.
2:42. La actividad de la iglesia primitiva tenía dos características. Los creyentes, en primer lugar, siguieron firmes (proskarterountes), “perseverando en”, o “siguiendo en” (cf. 1:14; 2:46; 6:4; 8:13; 10:7; ; ; ) en la doctrina o enseñanza de los apóstoles. En segundo lugar, estaban en comunión, la cual se define con el partimiento del pan y … las oraciones. La omisión de “y” entre “comunión” y “el partimiento del pan y la oración” indica que estas dos actividades explican lo que es la comunión.
12:11. Uno de los subtemas de Hechos es el crecimiento del evangelio a pesar de la oposición. Esto se ve en la liberación del apóstol. Cuando Pedro volvió en sí, animado por el aire fresco de la noche, reconoció la liberación que Dios le había dado de la mano de Herodes y de los judíos. Fue entonces que se dio cuenta de que no era una visión (v. 9).
12:12. Este v. introduce al lector a Juan Marcos, quien figura en forma destacada en el primer viaje misionero de Pablo. Es evidente que su madre, María, era una mujer prominente que tenía dinero. Probablemente su casa era el lugar principal de reunión para la iglesia, de manera que debe haber sido espaciosa. Ya que no se menciona al padre de Juan Marcos, María pudo haber sido viuda. Se considera que este Marcos fue el escritor del evangelio que lleva su nombre (cf. Mr. 14:51–52; 1 P. 5:13).
9:19a. Los tres días sin comida ni bebida, además del impacto de su “encuentro” con el Cristo resucitado, dejaron a Pablo muy débil. Sin embargo, varias cosas le ayudaron a recobrar las fuerzas: su encuentro con Ananías, su sanidad, la llenura del Espíritu, el bautismo de agua, y el haber tomado alimento.
12:13–17. La historia de la inesperada llegada de Pedro a la casa de Marcos está llena de humor e interés humano. Aquí también se hace evidente el gozo que es un subtema del libro de Hechos. Una muchacha … Rode, quien respondió al llamado que Pedro hiciera a la puerta … reconoció su voz. Aunque los santos estaban orando fervientemente (v. 5) por la liberación de Pedro, no esperaban una respuesta tan inmediata. Cuando Rode insistió en que Pedro estaba a la puerta, le respondieron ¡Estás loca!… ¡Es su ángel! Esta exclamación implica una creencia en los ángeles personales; i.e., los que están asignados a individuos (cf. Dn. 10:21; Mt. 18:10). También sugiere la creencia en que un ángel es igual en apariencia a la persona con quien está identificado.
Cuando vieron a Pedro, se quedaron atónitos (exestēsan; cf. 9:21). La mención que Pedro hace de Jacobo indica que éste tenía un lugar prominente en la iglesia de Jerusalén. Claramente se ve que este Jacobo era el medio hermano del Señor.
2. conflictos de saulo (9:19b–31)
Después de darse a conocer a los hermanos, Pedro salió, y se fue a otro lugar pero no se sabe a dónde. Según 1 P. 1:1, es posible que fuera a Asia Menor. Posteriormente estuvo en Antioquía de Siria (Gá. 2:11). También Pablo menciona el ministerio itinerante de Pedro (1 Co. 1:12; 9:5).
Quizá “el partimiento del pan” tiene que ver tanto con la mesa del Señor, como con las comidas comunitarias (cf. ; ; ; ; ).
12:18–19. Después de investigar acerca de la huida de Pedro, Herodes interrogó a los guardas y en consecuencia determinó llevarlos a la muerte. El monarca no dudó en justificar su violencia al razonar que los p 176 guardas que dejan escapar a los prisioneros son irresponsables e indignos de confianza. De esta manera, perdió 16 carceleros (cf. v. 4). Luego, Herodes salió de Judea para quedarse por algún tiempo en Cesarea, capital de la provincia romana de Judea, desde la cual el gobernador romano dirigía a la nación.
a. La confesión de Saulo (9:19b–22)
c. Muerte de Herodes Agripa I (12:20–23)
12:20–23. Tiro y Sidón pertenecían a la circunscripción del gobierno de Herodes. Por alguna razón, la gente de aquella región había incurrido en su enojo. Ya que esas ciudades dependían de Galilea en cuanto a la provisión de grano, deseaban hacer las paces con Herodes Agripa. Probablemente sobornaron a Blasto, que era camarero mayor del rey, para que propiciara una reconciliación. Y un día señalado, cuando Herodes estaba dando su discurso, el pueblo lo honró como a un dios, y Dios el Señor lo castigó con la muerte. Esto sucedió en el año 44 d.C. Este relato es paralelo al que da Josefo en Antigüedades de los Judíos (19. 8. 2). Después de la muerte de Herodes, Félix y Festo gobernaron sucesivamente Judea.
9:19b–20. Después de pasar unos días con los cristianos en Damasco, Saulo comenzó a predicar a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. La predicación a los judíos en las sinagogas fue una de las estrategias que usó el apóstol en sus viajes misioneros (V. el primer viaje [13:5, 14; 14:1]; el segundo viaje [17:2, 10, 17; 18:4]; el tercer viaje [18:19; 19:8]). contiene la única vez que se usa la frase “Hijo de Dios” en Hechos. La primera cosa que Saulo aprendió en su experiencia del camino a Damasco fue saber quién es Jesús.
Tres hijos de Herodes figuran en forma destacada en la última parte de la narración de Hechos. Ellos son: Drusila, esposa de Félix (24:24–26); Berenice (25:13, 23) y Herodes Agripa II (25:13–26:32).
2:43. Las maravilllas (terata, “milagros que sobrecogen”) y señales milagrosas (sēmeia “milagros que apuntan a una verdad divina”) confirmaron la veracidad de los apóstoles (cf. ; ). Ellos hicieron muchas “señales y maravillas” de ese tipo (; ; ; , ; ; ). Cristo también había hecho muchas “maravillas”, “señales” y “milagros” (dynameis, “obras poderosas”).
d. Prosperidad de la iglesia (12:24)
9:21. Los judíos estaban atónitos, lo cual es comprensible. El vb. gr. existanto lit. significa “estaban fuera de sí mismos, habían perdido sus sentidos”; mucha gente respondió de la misma manera a Jesús (; ; ). Esta palabra se usa cinco veces en Hechos (2:7; 8:13; 9:21; 10:45; 12:16). Indudablemente, la campaña de intensa persecución de Saulo causó estragos en Jerusalén (cf. 8:3; 22:19; 26:11).
12:24. Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba (cf. palabras similares en 6:7; 13:49; 19:20). A pesar de la oposición y de la persecución, el Señor soberanamente prosperaba la obra de su iglesia. Con este informe de avance, Lucas trajo a su fin otra sección de su escrito (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31). Desde Antioquía, el mensaje del evangelio estaba listo para seguir rumbo a Asia Menor.
B. Crecimiento de la iglesia en Asia Menor (12:25–16:5)
9:22. Saulo usó su preparación teológica con ventaja al insistir en la verdad de que el Señor Jesús era el Mesías. Él había ido a Damasco a perseguir a la iglesia y había terminado predicando a Jesús. ¡Qué contraste! ¡Qué gracia tan admirable! No es de extrañarse que los judíos damascenos estuvieran confundidos (synej̱ynnen, “aturdidos” de synj̱eō, usado en el N.T. sólo en 2:6; 9:22; 21:27, 31).
1. llamamiento y dedicación de bernabé y saulo (12:25–13:3)
12:25. Después de depositar en manos de los ancianos de Jerusalén (11:27–30) la ofrenda monetaria que llevaron a causa del hambre que se estaba sufriendo, Bernabé y Saulo regresaron a Antioquía y llevaron con ellos desde Jerusalén (Hch. 12:12) a Juan … Marcos (cf. 13:5), sobrino de Bernabé (Col. 4:10).
2:44–45. La “venta” de las propiedades y compartir las posesiones puede implicar que la iglesia primitiva esperaba el pronto regreso del Señor para establecer su reino. Esta es una razón para explicar por qué no continuó esa práctica. Tener en común todas las cosas no era socialismo ni comunismo, porque era un acto voluntario (cf. 4:32, 34–35; 5:4). Tampoco fueron distribuidos sus bienes equitativamente, sino que se ofrendaron para satisfacer las necesidades conforme éstas se iban presentando.
p 165 b. Conspiraciones contra Saulo (9:23–31)
[Primer viaje misionero, caps. 13–14]
13:1. La iglesia que estaba en Antioquía llegó a ser entonces la base de operaciones del ministerio de Saulo. Jerusalén seguía siendo la iglesia madre, pero la iglesia misionera era Antioquía, la cual quedaba en el río Orontes (V. “Mapa del primer viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 356). Además, Pedro dejó de ser la figura central para dar lugar a Saulo.
(1) En Damasco. 9:23–25. Uno de los temas de Hechos, subrayado en este párrafo, es la oposición de los líderes judíos al evangelio. establece claramente que éste fue un esfuerzo conjunto entre los judíos y el gobernador que estaba bajo el rey nabateo Areto siendo los judíos los principales instigadores. Los seguidores de Saulo le advirtieron que existía la resolución de los judíos de matarle … Y … le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta, porque las puertas de la ciudad estaban vigiladas. Los planes de Saulo de perseguir a los cristianos de Damasco tomaron un giro inesperado. Él había entrado a la ciudad ciego y ¡salió de ella escondido en una canasta! Irónicamente él llegó a ser objeto de persecución.
La diversidad de trasfondos culturales de los dirigentes de la iglesia de Antioquía muestra la naturaleza cosmopolita que tenía. Bernabé era judío de Chipre (4:36). Simón también era judío, pero su sobrenombre latino Niger no solamente indica que era de tez oscura, sino que se movía en el ambiente romano. Tal vez fuera el Simón de Cirene que cargó la cruz de Cristo (Mt. 27:32; Mr. 15:21), pero esto es en gran manera cuestionable. Lucio era de Cirene, del norte de p 177 África (cf. Hch. 11:20). Manaén tenía contactos en círculos altos, porque se había criado junto con Herodes el tetrarca, o sea Herodes Antipas, quien decapitó a Juan el Bautista, y que humilló grandemente al Señor durante su juicio (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355). Alguien de su corte (Manaén) llegó a ser discípulo y otro (Herodes), un antagonista. Al final de la lista, porque era el último en este escenario, estaba Saulo, judío entrenado en las escuelas rabínicas. A pesar de que cada uno de ellos tenía distinto trasfondo, fungían como uno solo.
Tal vez el nombre de Bernabé aparezca primero en la lista porque, como delegado de la iglesia madre, tenía la posición de más influencia.
2:46–47. Las actividades descritas en los vv. 42 al 47, podrían marcar una tendencia a separar a la iglesia del judaísmo tradicional; sin embargo, ellos seguían perseverando (proskarterountes; cf. v. 42) unánimes cada día (cf. v. 47) en el templo.
La referencia a los “discípulos” (mathētai) muestra que ya Pablo estaba teniendo un ministerio fructífero y que era un líder muy bien dotado.
13:2. Es evidente que Dios dio a conocer su voluntad en la iglesia a través de los profetas (cf. v. 1). Con frecuencia en Hechos, el Espíritu Santo dio instrucciones a los líderes establecidos por Dios (e.g. 8:29; 10:19; 13:4). Aquí dirigió a los cinco, mientras estaban ministrando … y ayunando, para que apartaran a Bernabé y a Saulo. Una vez más se subraya el principio de una pareja que trabaja junta. El vb. apartadme (aforizō) se usa en relación a tres separaciones en la vida de Saulo. La primera, en su nacimiento cuando fue apartado para Dios (Gá. 1:15). Otra, en su conversión, donde se dice que fue apartado para el evangelio (Ro. 1:1). Y la última cuando se dice que en Antioquía fue apartado para un servicio específico (Hch. 13:2).
13:3. Los dirigentes de la iglesia impusieron las manos a Bernabé y a Saulo y los despidieron. Este acto identificó a la iglesia con el ministerio que realizarían, así como con el reconocimiento de que Dios los dirigía (cf. la autoidentificación de Ananías con Saulo al imponerle las manos, 9:17). Dos de los más selectos líderes fueron enviados en esa primera misión.
Al resumir la narración, Lucas omite el breve viaje de Saulo a Arabia, el cual menciona el apóstol en . Probablemente, éste tuvo lugar entre y 23, aunque se desconoce el propósito de que pasara un tiempo en ese lugar. Tal vez fue allí para evangelizar, pero el área estaba muy escasamente poblada y la estrategia de Saulo consistía en ir a los centros metropolitanos más poblados. Puede haber dejado Damasco para reducir la persecución de la iglesia. Pero lo más probable es que viajó a Arabia para meditar y estudiar.
2. gira en asia menor (13:4–14:28)
a. En Chipre (13:4–12)
(2) En Jerusalén (9:26–30). 9:26–28. Saulo había salido de Jerusalén como jurado enemigo de los cristianos con objeto de perseguir a la iglesia en Damasco; pero debido a la gracia soberana de Dios, se unió a la iglesia y predicó el evangelio en esa misma ciudad. También se unió a la obra de Jerusalén, pero los creyentes de esa ciudad no quisieron confiar en él (cf. el mismo temor de Ananías, v. 13). En Damasco, Saulo necesitó de un amigo, Ananías. En Jerusalén necesitaba otro, y ese fue Bernabé, cuyo nombre significa “hijo de consolación” (4:36) y que probó ser eso precisamente para Saulo. Bernabé se menciona en Hechos en otras cuatro ocasiones. (a) 11:22–24; (b) 11:30; 12:25; (c) 13:1–2, 50; 14:12; (d) 15:2, 12, 22, 25, 37. Los creyentes de Jerusalén, convencidos por Bernabé de que en verdad se había convertido, permitieron a Saulo quedarse con ellos. En Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús, y en Jerusalén … hablaba denodadamente en el nombre del Señor (cf. comentarios acerca de “denuedo” en 4:31).
13:4. Bajo la dirección del Espíritu Santo (cf. v. 2), primero descendieron a Seleucia, puerto a 26 kms. de Antioquía, y de allí navegaron a Chipre. Esa isla, conocida en el A.T. como Quitim (Gn. 10:4), era el lugar donde había nacido Bernabé (Hch. 4:36). Esto implica que él era quien iba dirigiendo el equipo (cf. el orden de los nombres en 13:2, 7).
Uno de los subtemas de Hechos es el regocijo, porque una iglesia victoriosa es una iglesia que se goza. Esto se menciona en los vv. 46–47 y en muchas otras ocasiones (5:41; 8:8, 39; 11:23; 12:14; 13:48, 52; 14:17; 15:3, 31; 16:34; 21:17). Durante su comunión, partían el pan en las casas, y comían juntos (cf. 2:42) con alegría. (La palabra alabando [ainountes] se usa solamente nueve veces en el N.T., siete de p 141 las cuales son mencionadas por Lucas: , ; ; ; ; ; ; ).
13:5. Salamina era la ciudad más grande de la parte oriente de Chipre. Es evidente que en aquel lugar residía un número grande de judíos, porque Bernabé y Saulo anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas, no en una sinagoga.
9:29. Saulo hablaba … y disputaba con los judíos griegos, continuando así la obra de Esteban (cf. 6:8–10). Es evidente que la habilidad de Saulo para debatir era muy superior a la de los judíos griegos, porque éstos procuraban matarle.
Fue muy sabio ir a esos centros religiosos: (1) En ese tiempo se daba prioridad a que fueran los judíos quienes primero recibieran el evangelio (cf. Ro. 1:16; Hch. 13:46; 17:2; 18:4, 19; 19:8). (2) Los gentiles que asistían a la sinagoga serían campo fértil para sembrar el evangelio, porque ya estaban familiarizados con el A.T. y el anuncio del Mesías.
Juan Marcos, el sobrino de Bernabé (Col. 4:10), iba con ellos de ayudante (cf. Hch. 12:25). Lo que se trata de decir con la palabra “ayudante” (jypēretēn) es cuestionable. Probablemente ayudaba en la instrucción de los nuevos creyentes, en los bautizos (cf. 1 Co. 1:14–17), y en cualquier cosa que estuviera a su alcance.
9:30. Los hermanos (cf. v. 17) de Jerusalén lo escoltaron hasta Cesarea, puerto que se encontraba a unos 100 kms. de distancia por carretera, y le enviaron a Tarso, su ciudad natal, que era una población antigua. En ese entonces, sobrepasaba los 4,000 años, y era un centro intelectual del imperio romano. (Para una investigación breve de los eventos importantes de la historia de Tarso, V., V. Gilbert Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge, “Manual de Conocimiento Bíblico de Victor”, Wheaton, Ill.: Scripture Press, Victor Books, 1981, p. 555.)
13:6. No se registran los resultados del ministerio en Salamina. Pafos, a 160 kms. al sureste de Salamina, p 178 lugar donde estaba el gobierno provincial, fue el siguiente punto donde tuvieron ministerio. Lo que tuvo lugar allí tiene gran significado para el progreso del evangelio a los gentiles.
Lucas concluye esta sección con el primero de los siete informes de avance (cf. ; ; ; ; ; ): cada día otros eran salvos. ¡La iglesia creció rápidamente desde el principio!
En Pafos, Bernabé y Saulo se encontraron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús. La palabra “mago” (magos) puede describir a un consejero o caballero honorable (e.g., los “magos” de Mt. 2:1, 7, 16); o puede referirse a un brujo fraudulento, como en este caso. Está relacionada con el vb. “practicar magia” (mageuō), usado con respecto a Simón (Hch. 8:9).
Los primeros viajes de Saulo en el p 166 marco cronológico del cap. 9 pueden resumirse como sigue:
13:7. Resulta que Barjesús era uno de los asistentes del procónsul Sergio Paulo. Este mago se sintió muy amenazado por el interés intelectual del procónsul en el evangelio. Los procónsules eran gobernadores designados por el senado romano. Por su lado, los procuradores eran nombrados por el emperador. En el N.T. se mencionan tres procuradores de Judea: Poncio Pilato (26–36 d.C.), Antonio Félix (52–59? d.C.), y Porcio Festo (59–62 d.C.).
13:8. El mago … procuró apartar de la fe al procónsul. El nombre Elimas ofrece algo de problema. Probablemente fuera la palabra semítica que significa “mago”, la cual se le dio, o que él mismo tomó como sobrenombre.
1. Jerusalén (vv. 1–2)
13:9. Fue en aquel momento que Saulo (por primera vez se le llama Pablo) se puso al frente del grupo misionero y asumió el liderazgo. Probablemente era más agresivo y conocía mejor que Bernabé la mente de los gentiles. Desde entonces en adelante, Pablo fue el líder y su nombre se antepuso al de Bernabé, con excepción de las veces que estuvieron en Jerusalén (15:12, 25) y en 14:14.
B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)
Además, desde ese momento se le llamó con el nombre romano Pablo. Su apelativo judío solamente se usó para hacer mención de su vida anterior durante sus testimonios personales (22:7; 26:14).
2. Damasco (vv. 3–22)
13:10. En ar., Barjesús significa “Hijo de Jesús”. Pero Pablo le dijo que en vez de ser hijo de Jesús (que significa “Jehová es Salvación”), Elimas era hijo (juie, lit. “hijo”) del diablo. Pablo lo insultó usando lenguaje fuerte: Barjesús era enemigo de toda justicia, estaba lleno de todo engaño (dolou) y de toda maldad (rhadiourgias, “travesura inescrupulosa, obra que fácilmente engaña”, usado solamente aquí en el N.T.) y trastornaba los caminos rectos del Señor. La magia, obrar poderosamente con ayuda y control de los demonios, lo había llevado a engañar de muchas formas a otros y a distorsionar la verdad. El ocultismo es verdaderamente peligroso.
Este es el segundo de cuatro incidentes del conflicto con los poderes demoniacos y la victoria sobre ellos en Hechos (cf. 8:9–23; 16:16–18; 19:13–17).
3. Arabia ()
13:11–12. A manera de castigo, Pablo dejó temporalmente ciego a Elimas. Este es el primer milagro de Pablo que se registra y se realizó en un judío que estaba impidiendo que se predicara el evangelio a un gentil.
Al ver el milagro, el interés de Sergio Paulo en la palabra de Dios (v. 7) floreció hasta convertirse en una fe genuina en Cristo. Es interesante notar que el nombre griego del procónsul y del apóstol es el mismo: Paulus.
1. la iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)
4. Damasco (, ; )
Este incidente es importante por tres razones: (1) Marca el principio del liderazgo de Pablo en este viaje; el v. 13 se refiere a “Pablo y sus compañeros”. (2) De ese punto en adelante, el ministerio se dirigió cada vez p 179 más a los gentiles. (3) Además, está lleno de analogías sutiles: un gentil llamado Paulo aceptó el mensaje, mientras que un judío se opuso a ello. La ceguera de los judíos ilustra la ceguera como juicio de Israel (cf. 28:26–27). De esta manera, Lucas pone énfasis en la naturaleza de Hechos como libro de transición. Por un lado, los gentiles llegaron a ser el objetivo principal del evangelio, y por el otro, temporalmente Dios se alejó de los judíos para castigarlos de esa manera.
b. En Antioquía de Pisidia (13:13–52)
5. Jerusalén (; )
(1) La deserción de Juan Marcos 13:13. La excelencia del carácter de Bernabé se manifiesta por su aceptación de Pablo como dirigente. Así que, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan (i.e., Juan Marcos), apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Lo que motivó a Marcos a desertar está abierto a especulaciones: (1) Tal vez se haya desilusionado con el cambio de liderazgo. Después de todo, Bernabé, el que dirigía al principio del viaje, era su primo. (2) El nuevo énfasis que se puso en los gentiles debe haber sido un cambio muy grande para un judío palestino como era Marcos. (3) Posiblemente temía pasar por el peligroso camino a través de las montañas Taurinas que llevaban a Antioquía, a través de las cuales Pablo estaba decidido a viajar. (4) Hay algo de evidencia de que Pablo enfermó en Perge, posiblemente de malaria, ya que esa ciudad era foco de infecciones. Además, Pablo predicó a la gente de Galacia “a causa de una enfermedad” (Gá. 4:13). El equipo misionero debe haber ido tierra adentro, a una zona más alta, para evitar los riesgos de la malaria y Marcos, desanimado por ello, puede haber regresado a casa. (5) Algunos piensan que extrañaba su hogar. Su madre pudo haber sido viuda (Hch. 12:12) y tal vez el hijo se sentía solo, lejos de ella y de su casa. Cualquiera que sea la razón, Pablo consideró que era una deserción y una falta grave (cf. 15:38).
(2) El discurso en el primer sábado (13:14–41). 13:14. Antioquía quedaba en verdad en Frigia, pero era conocida como Antioquía de Pisidia porque estaba muy cerca de Pisidia. Al igual que otras ciudades como Listra, Troas, Filipos y Corinto, Antioquía era una colonia romana. Pablo visitó esas ciudades porque estaban situadas en puntos estratégicos.
a. La ocasión (cap. 3)
6. Cesarea ()
13:15. La primera oportunidad que Pablo y Bernabé tuvieron para predicar fue en la sinagoga. En la reunión del sábado era costumbre leer dos porciones del A.T., una de la ley (el Pentateuco) y otra de los profetas. “La ley y los profetas” se refiere a todo el A.T. (cf. Mt. 5:17; 7:12; 11:13; 22:40; Lc. 16:16; Hch. 24:14; 28:23; Ro. 3:21). Es evidente que Pablo y Bernabé se habían dado a conocer a los principales de la sinagoga antes de la reunión. Después de que se leyeron las Escrituras, se les invitó a compartir alguna palabra de exhortación para el pueblo.
13:16–25. Pablo aprovechó la oportunidad para afirmar que las expectativas veterotestamentarias acerca del Mesías se cumplieron en la persona de Jesucristo. Lucas registró algunos “sermones ejemplares” Pablo en Hechos (cf. 14:15–17; 17:22–31; 20:18–35). Éste, el primero de ellos que se registra, y el que se ha preservado más completo, ilustra la manera en que el apóstol Pablo predicaba a una audiencia con profundos conocimientos del A.T.
7. Tarso (v. 30; )
El mensaje puede dividirse en tres partes, que se distinguen porque es p 180 donde usa el vocativo “varones” (13:16, 26, 38) y se bosqueja como sigue: (1) esperanza y preparación para la venida del Mesías (vv. 16–25), (2) rechazo, crucifixión y resurrección del Señor Jesús (vv. 26–37), y (3) aplicación y reto (vv. 38–41).
El apóstol comenzó con los vocativos, varones israelitas, y los que teméis a Dios (v. 16). Este llamado se dirige tanto a los judíos como a los gentiles, aunque quizá éstos no se habían convertido completamente al judaísmo. Es más, aunque eran adoradores del Dios de Israel (cf. vv. 26, 43), no habían recibido la salvación novotestamentaria. (La frase que se traduce “prosélitos piadosos” en el v. 43 debiera traducirse “adoradores”. Se refiere a adoradores paganos pero no prosélitos totalmente convertidos al judaísmo. En Hechos la frase se usa casi en un sentido técnico.)
(3) Conclusión. 9:31. En la frase las iglesias … por toda Judea, Galilea y Samaria la palabra que se traduce como “iglesias”, en gr. aparece en realidad en sing. Obviamente, Lucas se estaba refiriendo a la iglesia universal que estaba dispersa en Palestina.
Al hacer un repaso de la historia de Israel, Pablo mencionó los eventos y personajes claves: la estancia en tierra de Egipto (v. 17), el éxodo (v. 17), la peregrinación en el desierto durante cuarenta años (v. 18), la conquista y posesión de Palestina (v. 19; las siete naciones en la tierra de Canaán que Dios destruyó están enumeradas en Dt. 7:1), el período de los jueces (Hch. 13:20) y la monarquía bajo Saúl y David (vv. 21–22). La mención de David proporciona una transición fácil para referirse al Salvador … Jesús (v. 23) y a su predecesor Juan el Bautista (vv. 24–25). (Cf. el mensaje de Esteban en 7:2–47.) Los cuatrocientos cincuenta años (13:20) incluyen la opresión en Egipto (400 años), la peregrinación en el desierto (40 años), y la conquista de Canaán bajo la dirección de Josué (10 años).
3:1. Aparentemente había varias horas de oración en el templo de Jerusalén, 9 a.m., al medio día, y a las 3 p.m. Tal vez aquí se refiera a las 3 p.m., porque eso ayuda a explicar el v. 4:3.
13:26–37. Pablo, como Pedro (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 10:39) y Esteban (7:52), directamente culparon a los judíos de matar a Jesús. Su resurrección, frecuentemente mencionada por sus seguidores en Hechos, fue atestiguada durante muchos días. Esta es la quinta vez que los apóstoles afirmaron en Hechos que habían sido testigos de la resurrección de Jesucristo (2:32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31).
Tan fuerte era el antagonismo judío contra Saulo y su ministerio, que después de que salió de aquella región, la iglesia disfrutó de un tiempo de paz.
Las palabras resucitando (lit. levantando) a Jesús (v. 33), ¿se refieren a su resurrección o a su exaltación? Probablemente a lo último, por muchas razones: (1) Cuando la resurrección se menciona en el siguiente v., se explica como que fue de los muertos. (2) El mismo vb. “levantar” (anistēmi) se usa en el sentido de levantar en 3:22, 26; 7:37. (3) Un sinónimo (egeirō) se utiliza en 13:22 para referirse a la promoción de David al reinado. (4) La razón principal para pensar que se refiere a la exaltación de Jesús se debe al significado de el salmo segundo (Sal. 2:7). Ese pasaje del A.T., citado por Pablo (Hch. 13:33), describe el ungimiento del Rey, que se cumplirá en forma total en el milenio.
Pablo confirmó el hecho de la resurrección de Jesús de entre los muertos al citar Isaías 55:3 y Salmos 16:10 (Hch. 13:34–35). Anteriormente Pedro había presentado una argumentación similar de Salmos 16:10 (V. el comentario de Hch. 2:25–32).
La iglesia seguía confinada a los judíos, a los medio judíos (los samaritanos), y a los prosélitos del judaísmo que se convirtieron en cristianos (con la única excepción del eunuco de Etiopía, 8:26–40). Pero todo estaba listo para que se extendiera a un nuevo segmento de la población mundial.
13:38–39. Los apóstoles hablaron del perdón de pecados repetidas veces en Hechos (cf. 2:38; 5:31; 26:18). Hechos 13:39 fundamenta la tesis de la epístola de Pablo a los Gálatas, la cual probablemente fue escrita poco después de su primer viaje misionero y antes del concilio de Jerusalén (Hch. 15). (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos” en el Apéndice, pág. 357.)
3:2. La descripción de un hombre cojo de nacimiento pone énfasis en su condición sin esperanza. “Tenía más de cuarenta años” (4:22). Cada día … era traído por la gente a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna. Esta puede haber sido la puerta oriental del área del templo, la cual comunicaba el atrio de los gentiles con el de las mujeres.
p 181 13:40–41. Habacuc 1:5, citado en Hechos 13:41, es una advertencia apropiada de un juicio inminente. El profeta había dicho que Judá caería ante de Babilonia (Hab. 1:6), lo cual sería obra de Dios. Aquí Pablo dejó sin nombre la fuente del juicio sobre los judíos incrédulos de sus días. La advertencia de Pablo era: creed o seréis juzgados.
Con este tercer informe de avance, de los siete que dio acerca del crecimiento espiritual y numérico de la iglesia (cf. 2:47; 6:7; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31), Lucas pone término a esta sección del libro.
(3) La disputa en el segundo sábado (13:42–52). 13:42–43. Los dirigentes estaban interesados en el mensaje de Pablo y deseaban escuchar más al respecto. Algunos estaban dispuestos a aceptar el evangelio; Pablo y … Bernabé … les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.
13:44–45. El siguiente día de reposo … los judíos (i.e., los dirigentes judíos) movidos por celos … rebatían lo que Pablo decía (“rebatían” traduce el part. gr. blasfēmountes).
III. Testimonio hasta lo último de la tierra (9:32–28:31)
13:46. A fin de combatir la oposición judía Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios. La predicación apostólica fue notoria por su atrevimiento (V. comentario de 4:13).
Por diferentes razones, era necesario que los apóstoles fueran primero a los judíos. En primer lugar, porque la venida del reino terrenal dependía de la respuesta de Israel a la venida de Cristo (cf Mt. 23:39; Ro. 11:26). En segundo, porque sólo después del rechazo judío del evangelio, podía Pablo dedicarse a los gentiles. Tercero, el mensaje de Jesús es fundamentalmente judío, ya que el Mesías, el A.T. y todas las promesas pertenecen al sistema judaico. (Acerca de “a los judíos primero”, cf. Hch. 3:26; Ro. 1:16.)
3:3–11. La sanidad sobrenatural de Dios al cojo realizada a través de Pedro y Juan (v. 7), junto con su reacción escandalosa (v. 8), atrajeron a una multitud. El autor dice: se llenaron de asombro y espanto de lo que había sucedido. Por eso, corrieron a reunirse en el pórtico … de Salomón, que era un pasillo de columnas que corría a lo largo del lado oriental del atrio exterior (cf. 5:12). Dos cojos más fueron sanados en Hechos (9:32–34; 14:8–10).
A. Extensión de la iglesia a Antioquía (9:32–12:24)
De manera que Pablo se volvió a los gentiles en Antioquía. Este patrón se repitió una y otra vez en cada ciudad hasta que Pablo llegó a Roma (cf. Hch. 13:50–51; 14:2–6; 17:5, 13–15; 18:6; 19:8–9). Allí, por última vez en Hechos, Pablo se volvió a los gentiles dejando a los judíos (28:23–28).
13:47. Al hacer este cambio hacia los gentiles, Pablo y Bernabé vieron el cumplimiento de la profecía de Isaías 49:6: Te he puesto para luz de los gentiles. Este pasaje del A.T. tiene por lo menos tres aplicaciones: para Israel (Is. 49:3), para Cristo (Lc. 2:29–32), y para Pablo, el apóstol a los gentiles.
1. preparación de pedro para un evangelio universal (9:32–10:48)
13:48. Los gentiles … se regocijaban del rumbo que siguieron los acontecimientos y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Es difícil pasar por alto aquí la doctrina de la elección divina; las palabras “estaban ordenados”, vienen del vb. tassō, palabra militar que significa “poner en orden” o “asignar”. Lucas la usó aquí para mostrar que el decreto divino de elección incluía a los gentiles.
13:49–51. Las buenas nuevas se compartieron de manera que la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia (cf. 6:7, 12:24; 19:20). Pero los judíos tenían contactos en las esferas altas y los usaron para levantar una persecución contra Pablo y Bernabé, quienes de acuerdo con la instrucción del Señor (Mt. 10:14), sacudieron contra ellos el polvo de sus pies y dejaron la ciudad.
3:12. Pedro evaluó la situación y aprovechó la oportunidad para predicar. Su mensaje incluyó: (a) una explicación (vv. 12–16) y (b) una exhortación (vv. 17–26).
a. Pedro en Lida (9:32–35)
13:52. Una vez más, el gozo se manifestó como fruto del evangelio (cf. v. 48; 2:46). Además, todos estaban llenos … del Espíritu Santo (cf. 2:4).
c. En Iconio (14:1–6)
9:32–35. La anterior mención de Pedro fue en 8:25, donde se dice que iba con Juan de regreso de Samaria a Jerusalén. Pedro estaba realizando una misión itinerante alrededor de Judea, la cual lo llevó a Lida. Esa ciudad sólo se menciona en esta ocasión en el N.T. Hoy en día se llama Lod, y el aeropuerto internacional de Israel está al norte de ella. Más adelante, Pedro desarrolló un extenso ministerio itinerante, lo cual se hace evidente por . Esto también se entiende por los destinatarios de su primera epístola (). Felipe había precedido a Pedro en el área que rodeaba a Cesarea ().
14:1–2. Este párr. (vv. 1–6) confirma los eventos que ocurrieron en Antioquía p 182 de Pisidia. El Espíritu de Dios estaba claramente prosperando el ministerio apostólico, como se hace evidente por la predicación tan efectiva, ya que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Pero de nuevo hubo oposición (cf. el crecimiento y oposición en 13:49–50). El resultado de esa oposición se ve en 14:6.
14:3. La RVR60 traduce el conectivo oun con la frase por tanto. Esta conjunción presenta un poco de problema. Puede sugerir que para cuando surgió la oposición (v. 2) se proveyó de más oportunidad para la predicación. O también puede indicar que la oposición era una evidencia de la obra de Dios en los corazones de las personas (cf. 1 Co. 16:8–9), produciendo así más predicación. Probablemente lo último es preferible.
La sanidad milagrosa de Eneas, paralítico que hacía ocho años que estaba en cama, fue razón para que muchos creyeran en Cristo. En Hechos, Lucas usó las palabras se convirtieron al Señor en tres ocasiones para referirse a la salvación (9:35; 11:21; 15:19). El evangelio estaba comenzando a atraer a una audiencia más amplia, porque mucha gente de esa región costera era gentil. Sarón es la llanura fértil ubicada a lo largo de la costa de Palestina, como de 16 kms. de ancho y unos 80 de largo. Lida quedaba en el extremo sureste de esa planicie. Este milagro fue la segunda sanidad que Pedro efectuó en un paralítico (cf. 3:1–10; también cf. 14:8–10).
3:13–15. El apóstol atribuyó a Jesús el poder de la sanidad y lo describió como el “Siervo” (NVI) Jesús (cf. v. 26; 4:27, 30). Este nombre recuerda el título “el Siervo de Jehová” que se menciona en ; ; ; . Es interesante que en la LXX en se usan dos formas del vb. entregasteis (paradidōmi). El siervo humilde (cf. ) fue exaltado (ha sido glorificado; cf. ; ; ; ; , ) por el Dios de los ancestros de los judíos, Abraham … Isaac y … Jacob (cf. ; , ; ; ; ; ). Pedro puso un fuerte énfasis en las tres contradicciones de la conducta de la gente (3:13–15). Primero, dijo que los judíos fueron quienes pidieron la muerte de Cristo ante Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. En segundo lugar, los judíos negaron al Santo y al Justo y pidieron la libertad de un homicida. Tercero, Israel mató al Autor de la vida pero Dios lo ha resucitado de los muertos. Los títulos que Pedro da a Cristo son interesantes: “su Siervo Jesús” (NVI), “al Santo y al Justo” (cf. ) y el “Autor de la vida” (cf. ). En el tercer título se hace más fuerte la ironía: mataron al Autor de la vida, ¡pero él fue levantado a vida de entre los muertos! (V. el comentario de acerca de la resurrección de Jesús. Para los testigos de la resurrección, V. 2:32.)
Una vez más se hace evidente el denuedo apostólico (cf. Hch. 4:13; 13:46).
La referencia a señales milagrosas y prodigios es una confirmación más del respaldo divino a este ministerio (cf. 2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 8:6, 13; 15:12). Más adelante, Pablo se refirió a estos milagros para dar valor a la realidad del evangelio entre los gálatas (Gá. 3:5). Por supuesto, aquí se asume la postura de que se refiere a Galacia del Sur con el término “Galacia” que se usa en esa carta. (V. Introducción a Gálatas para una discusión sobre los puntos de vista acerca de Galacia del sur y del norte, Tomo 3 de este Comentario). Acerca de la naturaleza confirmativa de los milagros, V. el comentario de 2 Corintios 12:12 (Tomo 3 de este Comentario) y Hebreos 2:3–4 (Tomo 4 de este Comentario).
b. Pedro en Jope (9:36–43)
14:4. Se hace referencia a la comitiva apostólica como los apóstoles. Y eso eran, porque la palabra significa “aquellos enviados con autoridad, en representación de otro” y estos hombres habían sido enviados por la iglesia de Antioquía del río Orontes (13:3) llevando su autoridad.
14:5–6. Cuando Pablo y Bernabé supieron de un complot para afrentarlos y apedrearlos … huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia. Se confirma en este pasaje la exactitud de Lucas como historiador. Aunque Iconio era también una ciudad de Licaonia, sus ciudadanos eran primeramente frigios. En localidad y naturaleza, Listra y Derbe eran de Licaonia (cf. “lengua licaónica” v. 11).
9:36–38. Mientras que Pedro estaba en Lida, una amada mujer cristiana (una discípula) que vivía en Jope y que respondía al nombre de Dorcas … murió. Su nombre significa en gr. “gacela” como también su contraparte Tabita en ar. Ella era conocida por la ayuda desinteresada que proporcionaba a los pobres. Ya que las ciudades de Lida y Jope quedaban a p 167 sólo 20 kms. de distancia, enviaron a dos hombres desde Jope para que llamaran a Pedro. (Para una breve reseña acerca de la historia de Jope, V., V. Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge “Manual de Conocimiento Bíblico de Víctor” p. 559.) De acuerdo al relato de Hechos, nadie había sido levantado de los muertos en la iglesia, pero la fe de los creyentes era tan grande, que esperaba que el Señor usara a Pedro para resucitar a Dorcas.
d. En Listra (14:7–20a)
3:16. La sanidad del cojo vino como resultado de su fe en el nombre de Jesús. La fe también fue evidente en muchos a quienes Jesús sanó p 142 (e.g. ; ; ). En los tiempos bíblicos, se consideraba que el nombre de una persona lo representaba a él y a sus características. Lucas mencionó el nombre (de Jesús) por lo menos 33 veces en Hechos (cf. , ; , ; , , , ; , ; etc.).
(1) La superstición de los gentiles (14:7–18). 14:7. Pablo y Bernabé no fueron a Listra y Derbe simplemente para escapar de la persecución; también fueron para predicar el evangelio. La construcción verbal y allí predicaban el evangelio pone énfasis en una acción continua durante un cierto período de tiempo.
9:39–41. Cuando … Pedro … llegó sacó de la sala a las viudas y a otros creyentes que se lamentaban. Oró de rodillas por Dorcas y le mandó que se levantara (cf. ). Para evitar la contaminación ceremonial (cf. ; ; ; ), Pedro no la tocó hasta después de que Dios le restauró la vida.
14:8. En Listra, otra colonia romana, vivía por lo menos un paralítico desahuciado. Las deplorables circunstancias de aquel hombre se aprecian en las frases: imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Aparentemente no había sinagoga judía en Listra, de manera que Dios usó una forma diferente para introducir el evangelio a esa gente; por medio de la sanidad del inválido sin esperanza. Esta es la tercera vez que en Hechos se sana a un paralítico (3:1–10; 9:33–35).
14:9–10. La sanidad que Pablo realizó en aquel enfermo tiene gran parecido con la que Pedro hizo en el cap. 3. En ambos casos, la discapacidad era de nacimiento (3:2; 14:8). Ambos, Pedro y Pablo, primero miraron atentamente al que iban a sanar (3:4; p 183 14:9); en los dos casos, ambos hombres reaccionaron saltando y caminando (3:8; 14:10). Esto muestra que Pablo era igual a Pedro en su apostolado (cf. Introducción).
9:42–43. Este milagro, como los anteriores, guiaron a muchos a creer en el Señor (2:43, 47; 4:4; 5:12, 14; 8:6; 9:33–35). Después de realizar el milagro, Pedro … se quedó … en Jope por algún tiempo (lit. “suficientes días”) en casa de un cierto Simón, curtidor, que estaba cerca del mar (10:6).
14:11–13. La respuesta de la gente de Licaonia fue de creencia pagana. Ya que hablaban en su lengua autóctona, Pablo y Bernabé no podían entender lo que decían. El que atribuyeran deidad a Bernabé y a Pablo, probablemente puede basarse en una leyenda acerca de Zeus y Hermes que visitaron a una pareja de ancianos de Listra llamados Filemón y Baucis y que fueron ampliamente recompensados por su hospitalidad.
3:17–18. Aquí principia la exhortación de Pedro. El pueblo y sus gobernantes (cf. ) habían actuado por ignorancia (cf. ; ; ), en el sentido de que no reconocieron quién era Jesús en realidad. Así que Dios les daba otra oportunidad de arrepentirse. Aunque ellos lo crucificaron en ignorancia, el sufrimiento de Cristo cumplió las promesas veterotestamentarias (cf. ; ).
Zeus era el dios jefe y Hermes era el mensajero, equivalentes a los dioses romanos Júpiter y Mercurio, respectivamente. ¿Por qué, entonces, se hace referencia a Bernabé como Zeus cuando Pablo era el dirigente? La respuesta es que Pablo era quien hablaba, y por lo tanto, podía ser llamado Hermes. Bernabé, el más callado de los dos, podría verse como Zeus, el dios excelso que permanecía tras bambalinas.
Este pasaje (9:32–43) muestra la excelente preparación que Pedro recibió para su siguiente experiencia con Cornelio. (1) Dos milagros sobresalientes confirmaron su ministerio; Dios estaba con él de una forma especial. (2) Estaba ministrando en una región que era en parte gentil. (3) Vivir en casa de Simón el curtidor fue significativo porque éste era considerado ceremonialmente inmundo ya que estaba constantemente en contacto con pieles de animales muertos ().
En una acción espontánea, el sacerdote de Júpiter … trajo toros y guirnaldas delante de las puertas de manera que la gente pudiera ofrecer sacrificios a Pablo y Bernabé. Las guirnaldas eran coronas de lana que se colocaban sobre los animales para el sacrificio.
14:14. Cuando … los dos apóstoles se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, se horrorizaron. El rasgar sus ropas fue una forma de mostrar su completo desacuerdo con la blasfemia. Generalmente, las rasgaduras llegaban hasta diez o doce cms. abajo del cuello de la ropa.
c. Pedro y Cornelio (cap. 10)
14:15–18. Este mensaje, evidentemente predicado por ambos apóstoles (vb. pl. en el gr.), es otro sermón ejemplar. Muestra cómo aquellos primeros predicadores se dirigían a los paganos supersticiosos. En contraste, el primero de los mensajes de Pablo muestra cómo predicó a quienes conocían bien el A.T. (cf. 13:16–41).
Después de descartar su deidad, demandaron a sus oyentes que se convirtieran de sus dioses de vanidad al único Dios vivo, quien es el Creador de todo, y por tanto, supremo en todas las cosas (cf. 17:24; Ro. 1:19–20). Él se puede identificar no sólo por su creación del cielo y la tierra, sino también por su entrega providencial de sustento y de alegría.
3:19–21. La exhortación de Pedro, así como hizo en su sermón de Pentecostés (2:38) fue un llamado al arrepentimiento. ¿Acaso estaba Pedro diciendo aquí que si Israel se arrepentía, se establecería en la tierra el reino de Dios? Esto debe responderse en forma afirmativa por varias razones: (1) La palabra restauración (3:21) está relacionada con la palabra “restaurarás” de 1:6. En 3:21, está en forma de sustantivo (apokatastaseōs) y en 1:6 es un vb. (apokathistaneis). Ambas ocasiones se refieren a la restauración del reino de Israel (cf. ; ). (2) El concepto de restauración es semejante al de regeneración cuando se usa en relación con el reino (cf. ; ; ; ). (3) Las cláusulas de propósito son diferentes en y 20. En el v. 19, para que traduce pros to (algunos mss. tienen eis to) con un infinitivo. Esto apunta hacia un propósito cercano. Las otras dos veces que se usa que en los vv. 19b y 20, son traducción de una construcción diferente (jopōs, con vbs. subjuntivos) y se refieren a propósitos posteriores. Así, el arrepentimiento resulta en perdón de pecados, que es el propósito cercano (v. 19a). Luego, si Israel como un todo se arrepentía, un segundo propósito más remoto, se cumpliría con la venida del reino (tiempos de refrigerio en la segunda venida del Señor). (4) El hecho de que Dios enviara a Cristo, que significa Mesías (v. 20) implica la venida del reino. (5) Los profetas del A.T. “han anunciado estos días” (v. 24; cf. v. 21). Los profetas veterotestamentarios no profetizaron la iglesia; para ellos era un misterio (; ). Pero, frecuentemente hablaron de la edad de oro mesiánica, o sea, del milenio.
La importancia de este evento se ve en el hecho de que Lucas lo relata tres veces: aquí en , de nuevo en el cap. 11 y finalmente en 15:6–9. La extensión geográfica del evangelio en Hechos es un cumplimiento inicial de las palabras de Jesús de : “vendrán muchos del oriente y del occidente y se sentarán … en el reino de los cielos”.
Algunos interpretan Hechos 14:16 en el sentido de que Dios no va a juzgar a los gentiles que vivieron antes de la era apostólica. Sin embargo, el v. 16 debe interpretarse juntamente con el v. 17. Hasta la época de la iglesia, Dios no había dado una revelación directa a las naciones (i.e., a todas las gentes), de manera que eran responsables sólo de sus reacciones a la revelación general que se puede discernir en la creación (cf. el comentario de 17:27, 30 y Ro. 1:18–20).
(2) El apedreamiento de Pablo. 14:19–20a. Una vez más, algunos judíos se constituyeron en enemigos del evangelio de la gracia, e incitaron contra ellos a la multitud, la misma que acababa de tratar de hacer a Pablo y a Bernabé dioses. De manera que apedrearon a Pablo. Esta es la segunda de cinco veces que una multitud fue provocada a causa del ministerio de Pablo (cf. 13:50; 16:19–22; 17:5–8, 13; 19:25–34). No se afirma si Pablo estuvo o no muerto; probablemente quedó inconsciente y agonizaba (cf. 2 Co. 12:2–4). De cualquier forma, su recuperación fue tan rápida, que se consideró como un milagro. La referencia al p 184 apedreamiento que mencionó Pablo (2 Co. 11:25) indudablemente tomó en cuenta este incidente (cf. 2 Ti. 3:11).
(1) La visión de Cornelio (10:1–8). 10:1. En visiones separadas, dadas a ambos, Pedro y Cornelio fueron preparados para este suceso tan significativo. Primero se describe a Cornelio y su visión. Éste era un centurión, oficial romano a cargo de cien soldados, de la compañía llamada la Italiana, compuesta de 600 soldados. En el N.T., los centuriones son vistos siempre de forma positiva (cf. ; ; ; ; ; , ). El centurión Cornelio vino a ser uno de los primeros gentiles que escucharon las buenas nuevas del perdón de Jesucristo después de Pentecostés.
e. En Derbe (14:20b–21a)
14:20b–21a. El ministerio de los apóstoles tuvo éxito en la ciudad más remota al oriente de Asia Menor que fue alcanzada en ese viaje. El evangelio no enfrentó gran oposición, e hicieron muchos discípulos para el Señor Jesús (cf. 20:4).
Esta oferta de salvación y del milenio señala tanto la gracia de Dios como la incredulidad de Israel. Por un lado, Dios estaba dando a los judíos una oportunidad de arrepentirse al ver la señal de la resurrección de Cristo. Ellos habían rechazado a Jesús “antes de la cruz”; ahora se les ofrecía el Mesías después de la resurrección. Por otro lado, las palabras de Pedro subrayan el rechazo judío. A ellos se les dio la señal de Jonás y aun así se negaron a creer (cf. ). En un sentido real, este mensaje confirmó la incredulidad de Israel.
10:2. Por la descripción que se hace de Cornelio llamándolo piadoso (eusebēs, usada solamente aquí y en v. 7; ) y temeroso de Dios (“justo y temeroso de Dios”, ), puede deducirse que no se había convertido al judaísmo en forma completa (no había sido circuncidado, 11:3), pero adoraba a Jehová. Evidentemente asistía a los cultos de la sinagoga y en la medida de sus conocimientos y habilidades, seguía las Escrituras del A.T. Sin embargo, no había recibido la salvación del N.T. (cf. 11:14).
f. El regreso a Antioquía de Siria (14:21b–28)
14:21b–22. Tarso, la ciudad natal de Pablo, quedaba a sólo unos 250 kms. más allá de Derbe, pero los dos apóstoles regresaron por Asia Menor a fin de confirmar a las iglesias recientemente establecidas.
10:3–6. La mención al tiempo la hora novena del día (las tres de la tarde), puede referirse a la hora judía de oración (cf. 3:1). Si así fuera, el Señor se acercó a Cornelio por medio de un ángel, mientras que estaba en oración (cf. 10:9). Más adelante, Cornelio llamó al ángel “un varón con vestido p 168 resplandeciente” (v. 30). Cornelio le respondió al ángel preguntándole: ¿qué es, Señor? Tal vez aquí la palabra “Señor” (kyrie) es la palabra de cortesía (cf. el comentario de 9:5). La piedad de este soldado se hizo evidente por sus oraciones y su generosidad, pues daba limosnas a los pobres (cf. 10:2). El ángel lo instruyó a que enviara por Simón … Pedro a la casa de Simón curtidor (cf. 9:43).
Por medio de advertencias y promesas, Pablo y Bernabé fortalecieron (cf. 15:32, 41) y animaron a los creyentes. Con anterioridad, Bernabé había animado a los creyentes de Antioquía de Siria (11:23). Las advertencias consistían en la predicción de muchas tribulaciones y la promesa era la expectativa de que entrarían al reino de Dios. El último término ciertamente describe el reino escatológico de Cristo en la tierra.
14:23. Los creyentes no sólo recibieron edificación, sino también se les organizó. Pablo y Bernabé constituyeron ancianos en cada iglesia, que no eran novatos en la fe (1 Ti. 3:6). Probablemente eran judíos provenientes de las sinagogas, donde habían sido entrenados en las Escrituras. Así, los ancianos de las sinagogas llegaron a serlo de las iglesias.
10:7. Ido el ángel que hablaba con Cornelio, el centurión llamó a tres de sus hombres (o sea, dos … criados) y a un ayudante, militar, también un hombre devoto (eusebē; cf. v. 2). Indudablemente, los tres habían sido influenciados por la piedad de Cornelio.
14:24–28. Cuando los apóstoles regresaron a Antioquía (regresando a través de las provincias de Pisidia y Panfilia y predicando en Perge; cf. 13:13–14), dieron a la iglesia que los envió un informe completo de las grandes cosas que había hecho Dios con ellos. La cláusula cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles, es muy importante: (a) Muestra que el evangelio había llegado a los gentiles. (b) Que fue por medio del mensaje “por la fe” y no por las obras de la ley. (c) Que Dios lo hizo, porque él abrió la puerta.
Algunos eruditos bíblicos se oponen al punto de vista de que Pedro ofreció el reino. Lo hacen basados en varias objeciones: (1) Si Dios sabía que Israel iba a rechazar la oferta, no les hizo un ofrecimiento legítimo. Pero éste fue tan genuino como lo es la presentación del evangelio a cualquier persona no elegida. (2) Esto ubica la verdad del reino en la época de la iglesia. Sin embargo, la verdad de la iglesia se encuentra mencionada antes de que ésta naciera en Pentecostés (cf. ; ; ; ). (3) p 143 Este punto de vista conduce al ultradispensacionalismo. Pero esta no es una consecuencia necesaria si la oferta se ve como una transición dentro de la era de la iglesia. Hechos debe considerarse como un libro clave, de trancisión, que establece un puente entre la obra de Cristo en la tierra y su manifestación a través de la iglesia.
De esa manera termina el primer viaje misionero, que duró entre uno y dos años, y en el cual Pablo y Bernabé viajaron más de 1,120 kms. por tierra y 800 por mar. Pero más importante que todo, es que derribaron la pared intermedia que había entre judíos y gentiles (cf. Ef. 2:14–16). Los dos apóstoles habían sido encomendados por la iglesia de Antioquía a la gracia de Dios (cf. Hch. 15:40) y realmente vieron en operación esa gracia divina (cf. “gracia” en 13:43; 14:3).
10:8. Les contó todo lo que había sucedido. El sustantivo castellano “exégesis” se relaciona con el part. gr. que se usa aquí (exēgēsamenos) y el vb. significa que “explicó” todas las cosas.
Probablemente Pablo escribió su carta a los Gálatas desde Antioquía, poco tiempo después de su primer viaje misionero y antes del concilio de Jerusalén (Hch. 15).
3. el concilio de jerusalén (15:1–35)
Los tres fueron a Jope, a unos 53 kms. al sur de Cesarea (v. 24), para que regresaran trayendo al apóstol Pedro.
a. Disensión concerniente a la circuncisión (15:1–2)
En conclusión, muestra que el arrepentimiento de Israel debería tener dos propósitos (1) Para los israelitas como individuos se ofreció el perdón de pecados y (2) para Israel como nación el regreso de su Mesías para reinar.
15:1–2. Algunos que venían de Judea a Antioquía pueden ser los mismos a quienes se hace referencia en Gálatas 2:12. Ellos insistían en que la circuncisión era esencial para la justificación. Tal vez basaban su teología en pasajes tales como Génesis 17:14 y Éxodo 12:48–49.
(2) La visión de Pedro (10:9–16). 10:9. Debe asumirse que Pedro oraba por la mañana y por la tarde, porque eran las horas normales de oración. Además, lo hacía al medio día (la hora sexta). Orar tres veces al día no era un mandamiento de las Escrituras, pero Pedro seguía el ejemplo de los hombres piadosos que le habían precedido (cf. ; ). Pedro subió a la azotea (techo plano) para orar; ese lugar debe haberle dado privacidad.
De cualquier forma, iban a causar un grave cisma en la iglesia, y su enseñanza hizo que Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda p 185 no pequeña con ellos.
Los creyentes de Judea eran muy dogmáticos en su doctrina a pesar del hecho de que no tenían autoridad de la iglesia de Jerusalén. No se dice cómo explicaban el caso de Cornelio (Hch. 10) o la obra de Bernabé (11:22–24). Tal vez sentían que el caso de Cornelio era único, y que los creyentes de Antioquía mencionados en el cap. 11 eran tan insignificantes que no podían usarlos como ejemplo. Ahora que el movimiento se estaba convirtiendo en algo arrollador, esta era su forma de protestar.
10:10–12. Mientras sentía hambre … le sobrevino un éxtasis, en el cual Dios le dio una visión de un gran lienzo que descendía … a la tierra con toda clase de cuadrúpedos … y reptiles y aves.
La iglesia de Antioquía sintió que era sabio discutir el asunto con los apóstoles y los ancianos de Jerusalén. Así que comisionaron a Pablo y Bernabé para esa tarea y sabiamente enviaron a algunos otros de ellos como testigos. Esos testigos iban a proteger a Pablo y Bernabé de ser acusados de distorsionar los hechos.
b. Discusión concerniente a la circuncisión (15:3–12)
3:22–23. Aquí se retrata a Jesús como el “Moisés del N.T.” para cumplir (cf. ). Cristo no sólo vendría a liberar como Moisés, sino también a juzgar como el legislador (cf. con ; también cf. ).
10:13–14. Cuando Dios le mandó; a Pedro que comiera de esos animales, su respuesta fue: “Señor, no”. Es significativo que su negación (“por supuesto que no”) es mēdamōs, un término más cortés y subjetivo que oudamōs (“de ninguna manera”, el cual sólo se usa en ). Esta es la tercera vez en la carrera de Pedro que se negó directamente a cumplir la voluntad de Dios (cf. ; ).
15:3–4. Mientras los hombres de la delegación iban en camino a Jerusalén, informaban las buenas noticias acerca de la conversión de los gentiles, a los hermanos de Fenicia y Samaria. Una vez más la respuesta de la iglesia fue el gozo (cf. 2:46). Además, la iglesia de Jerusalén y sus dirigentes dieron la bienvenida a Pablo y Bernabé. Esta no era la actitud de los opositores.
15:5. El tema fue abiertamente expuesto por los fariseos creyentes. Es significativo que practicar la circuncisión implicaba la obligación de guardar toda la ley del A.T., como Pablo escribió posteriormente (Gá. 5:3). En última instancia, el método de justificación determina el método de santificación (cf. Col. 2:6).
Pedro sabía por la ley que no debía comer animales inmundos (). Pero, ¿no podía haber matado y comido de los animales limpios y dejar los inmundos? Probablemente Pedro entendió que el mandamiento los incluía a todos. O tal vez el gran lienzo sólo contenía animales inmundos.
15:6–9. Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Además, muchos otros creyentes estaban presentes (cf. vv. 12, 22).
El problema de ninguna manera era pequeño; había mucha discusión (zētēseōs, que significa “búsqueda, debate, cuestionamiento”; se traduce por “discusión” en v. 2 y “cuestiones” en 1 Ti. 6:4; 2 Ti. 2:23 y Tit. 3:9). Pedro sabiamente permitió que esto siguiera durante un tiempo para evitar dar la impresión de que los resultados habían sido predeterminados. La fecha de ese concilio por lo general se asume que fue el 49 d.C. Cuando Pedro se refirió a que Dios escogió a Cornelio hace algún tiempo estaba viendo hacia atrás unos diez años (Hch. 10:1–11:18). El asunto sobre si el Señor aceptaba o no a los gentiles se había definido en aquel entonces. La evidencia de esto, dijo Pedro, era que Dios … dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo (10:44–46) lo mismo que hizo con los judíos (2:4; 11:15). Así que ninguna diferencia hizo Dios entre los judíos y los gentiles creyentes. Todos son aceptados por la fe.
3:24–25. La mención que Pedro hace de Samuel como el profeta que siguió a Moisés (cf. 13:20) claramente implica que Josué no cumplió la profecía de .
10:15. Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esta refutación le da más significado a (cf. ). Se acepta generalmente que Marcos escribió las palabras de Pedro. Mirando en retrospectiva, éste debe haber reconocido que Jesús, como el Mesías, limpió todas las cosas de la inmundicia ceremonial.
15:10. El pedir a los gentiles que se circuncidaran y obedecieran la ley mosaica hubiera dado dos resultados: (a) los judíos tentarían (peirazete) a Dios (cf. Dt. 6:16) y (b) pondrían sobre la cerviz de los discípulos un yugo imposible de llevar (cf. Mt. 23:4). Tentar a Dios es ver qué tan lejos se puede llegar con él (cf. Hch. 5:9). Poner yugo sobre la cerviz de los discípulos era una forma adecuada de declarar el segundo resultado, porque “tomar el yugo” se usaba para describir a los prosélitos gentiles que entraban al judaísmo; significaba una obligación.
Al discutir el asunto, Pedro no p 186 sólo hizo referencia a los gentiles, sino también a todos los creyentes que se sometían a la ley. El término “discípulos” era usado tanto para judíos como para gentiles.
10:16. ¿Por qué Pedro rehusó tres veces comer los alimentos inmundos? Tal vez esto indica énfasis. Pero más que eso, revela seguridad y verdad. Esta es una situación en que Pedro estaba siendo demasiado escrupuloso, más allá de la voluntad de Dios. Sus intenciones eran buenas, pero estaba desobedeciendo. También, ¿habrá aquí alguna relación con la triple negación de Pedro (, ) y con sus tres afirmaciones de su amor por el Señor? ()
15:11. La declaración, seremos salvos, de igual modo que ellos, es sorprendente. Un judío bajo la ley diría lo opuesto y en un orden inverso (“son salvos como nosotros lo somos”), pero aquél que conoce la gracia de Dios, como Pedro, no hablaría así. La salvación para cualquiera, sea judío o gentil, es por la gracia de Dios (v. 11) y es por fe (v. 9; cf. Gá. 2:16; Ef. 2:8).
15:12. Bernabé y Pablo, quienes fueron los siguientes en dirigirse a la asamblea, describieron las grandes señales y maravillas (sēmeia y terata; cf. 2:43 [V. el comentario allí]; 5:12, 6:8; 8:6, 13; 14:3) que había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Esto convencería especialmente a los judíos (cf. 1 Co. 1:22), de manera que oyeron en silencio. Esta respuesta implicó que no argumentarían contra los testimonios de Pedro, Pablo y Bernabé.
(3) La visita de los mensajeros (10:17–23a). 10:17–22. En un momento maravilloso, y por la coordinación del Dios soberano, los tres mensajeros y p 169 Pedro se encontraron. El Espíritu Santo, que avisó a Pedro de la llegada de los tres hombres, puede haber sido aquel cuya voz no identificada había escuchado antes (vv. 13, 15).
De una u otra forma, todos los profetas (cf. , ) escribieron acerca de estos días, lo cual se refiere a la era mesiánica. Los judíos eran herederos de los profetas, y del pacto dado a Abraham (; ; ; y confirmado a los padres (e.g., Isaac, []). Entonces, los judíos serían bendecidos si como Abraham, creyeran (cf. ; ; ). De hecho, a través de Abraham serán benditas todas las familias de la tierra (cf. ; , ; ; ).
c. Decisión concerniente a la circuncisión (15:13–29)
15:13–14. Jacobo, evidentemente cabeza de la iglesia en Jerusalén, tomó luego la palabra y resumió los argumentos. Él fue medio hermano de Jesús y escribió la epístola de Santiago.
Los hombres de Cornelio hablaron grandes cosas de su amo (cf. vv. 2, 4) y comunicaron a Pedro el propósito que llevaban.
Principió discutiendo la experiencia de Pedro (Hch. 10). Al hacer referencia a ese apóstol como Simón, usó el nombre que sería lógico usar en Jerusalén (el gr. dice Symeōn, una forma aun más judía de escribirlo, usado sólo aquí y en 2 P. 1:1 en el N.T.).
La frase por primera vez es crucial, porque afirma que Pablo y Bernabé no eran los primeros en ir a los gentiles. Como Pedro acababa de decir (Hch. 15:7–11), el asunto ya había sido decidido en cuanto a lo esencial (caps. 10–11) antes de que Pablo y Bernabé salieran en su primer viaje misionero.
10:23a. Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Ya que Pedro estaba esperando su comida (cf. v. 10), indudablemente lo compartió con sus huéspedes. Quizá había comenzado a discernir la lección que contenía la visión.
15:15–18. Es comprensible que el concilio deseara algo más que sólo testimonio de la experiencia. Querían saber cómo correspondía al testimonio de las Escrituras. Esa fue la prueba máxima.
3:26. Jesús, el Hijo de Dios (cf. v. 13; 4:27, 30), fue enviado en primer lugar a los judíos (os bendijese). Este patrón cronológico fue seguido a través de los evangelios y Hechos (cf., e.g., ; ; ). La razón de esto es que el establecimiento del reino dependía y todavía depende, de la respuesta de Israel a él (cf. ; ).
Para probar que la salvación de los gentiles sin la circuncisión es una doctrina veterotestamentaria, Jacobo citó Amós 9:11–12. Pero surgen muchos problemas con esta cita.
(4) La visita a los gentiles (10:23b–43). 10:23b. Para cuando Pedro y los huéspedes terminaron de comer, tal vez ya era demasiado tarde para emprender el viaje de regreso a Cesarea ese mismo día. Al día siguiente, iniciaron su viaje de casi dos días (los emisarios de Cornelio habían salido de Cesarea después de las 3 p.m. un día [vv. 3, 8] y llegaron al medio día dos días después [vv. 9, 19]. Cf. “hace cuatro días” en v. 30).
Uno de ellos es el texto. Jacobo citó un pasaje similar de la LXX (el A.T. gr.) que difiere del texto hebr. Amós 9:12 puede traducirse del hebr.: “Que ellos pueden poseer el remanente de Edom y todas las naciones que son llamadas por mi nombre”. Pero Jacobo usó el sustantivo de los hombres (o “de la humanidad”), no “Edom,” y el vb. busque y no “posea”.
Las consonantes hebreas para “Edom” y para “Adán” son idénticas (’ḏm). La confusión en las vocales (añadidas mucho después) es fácil de entender. La única distinción en el hebr. entre “posea” (yāraš) y “busque” (dāraš) es una consonante. El texto que Jacobo usó bien puede representar el original.
Pedro llevó consigo a algunos de los hermanos de Jope. El ministerio en pareja era una práctica común en los evangelios y Hechos; los obreros cristianos frecuentemente salían de dos en dos. En esta inusitada situación, por lo menos seis personas acompañaron a Pedro (11:12), porque así habría siete testigos para dar fe lo que pudiera ocurrir.
Otro problema, el mayor de ellos, tiene que ver con la interpretación. ¿Qué quiso decir Amós cuando escribió estos vv., y cómo usó Jacobo el pasaje? Varias observaciones deben tomarse en cuenta antes de interpretar el pasaje. (1) Jacobo no dijo que Amós 9:11–12 se cumplía en la iglesia; simplemente afirmó que lo que estaba sucediendo en la iglesia está en completo acuerdo p 187 con … los profetas del A.T. (2) La palabra “profetas” es pl., implica que la cita de Amós era representativa de lo que los profetas en general afirmaron. (3) El punto principal de Jacobo está claro: la salvación de los gentiles aparte de la ley no es contradictoria con los profetas del A.T. (4) Las palabras después de esto no se encuentran ni en el TM ni en la LXX; ambos tienen “en aquel día”. Cualquier interpretación del pasaje debe considerar estos factores.
b. El encarcelamiento (4:1–22)
Algunos estudiosos bíblicos interpretan estos vv. en tres maneras diferentes. Aquellos que sostienen la teología amilenial dicen que la casa reconstruida (skēnēn, “tabernáculo”) de David es la iglesia que Dios está usando para predicar a los gentiles. Mientras este punto de vista parece razonable, muchos factores se oponen a ello. El vb. volveré (anastrepsō), usado en Hechos 15:16, significa un verdadero regreso. Lucas sólo lo usó en 5:22 (“volvieron”) y aquí (no lo usó en su evangelio). En ambos casos, describe un regreso literal y corporal. Ya que el Hijo de Dios todavía no ha regresado físicamente, esta reedificación todavía no ha tenido lugar. (2) El ministerio presente de Cristo en el cielo no está asociado con el trono davídico en ninguna otra parte del N.T. Ahora está sentado a la diestra de Dios (Sal. 110:1; Ro. 8:34; Col. 3:1; He. 1:3; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22). Cuando regrese, se sentará en el trono de David (2 S. 7:16; Sal. 89:4; Mt. 19:28; 25:31). (3) La iglesia era un misterio, una verdad no revelada a los santos del A.T. (Ro. 16:25; Ef. 3:5–6; Col. 1:24–27), de manera que no puede hacerse referencia a ella en Amós.
10:24. Cornelio tenía tal confianza en que Pedro llegaría y esperaba con tal ansiedad el mensaje del apóstol, que había convocado a sus parientes y amigos más íntimos.
Un segundo punto de vista del pasaje lo sostienen comúnmente los premilenaristas. De acuerdo a ese enfoque, existen cuatro movimientos cronológicos en el pasaje: la presente era de la iglesia (“para tomar de ellos pueblo para su nombre,” Hch. 15:14), el regreso de Cristo a Israel (v. 16a), el establecimiento del reino davídico (v. 16b), y la conversión de los gentiles a Dios (v. 17). Aunque el apóstol interpreta estos vv. de manera lógica, este punto de vista tiene algunas dificultades. (1) La cita comienza con las palabras “después de esto”. Los premilenaristas afirman que Jacobo usó esta frase para apoyar su interpretación del pasaje. Pero puesto que la cita comienza con “después de esto” Jacobo debe haber tomado en cuenta el sentido de Amós 9:11. Por lo tanto, esa frase no mira retrospectivamente a Hechos 15:14, sino a Amós 9:8–10, que describe la tribulación (“tiempo de angustia para Jacob,” Jer. 30:7). (2) Si la frase “después de esto” en Amós 9:11 se refiere a la era presente, entonces Amós predijo la iglesia en el A.T.
Un tercer punto de vista, también premilenial, puede ser más aceptable. Jacobo simplemente afirmó que los gentiles van a ser salvos durante el milenio, cuando Cristo regrese y reedifique el tabernáculo de David, que está caído, lo cual significa restaurar la nación de Israel. Amós no dijo nada de la supuesta necesidad de que los gentiles se circuncidaran. Varios factores apoyan esta interpretación: (1) Esto encaja con el propósito del concilio. Si los gentiles serán salvos durante la era del reino (el milenio), ¿por qué tienen que hacerse prosélitos del judaísmo a través de la circuncisión en la era de la iglesia? (2) Ese enfoque encaja con el significado de “en aquel día” de Amós 9:11. Después de la tribulación (Am. 9:8–10) Dios establecerá el reino mesiánico (Am. 9:11–12). Jacobo (Hch. 15:16) interpretó “en aquel p 188 día” como que significaba “en aquel tiempo cuando” Dios hará ésto (la tribulación), después hará aquéllo. En ese sentido es que Jacobo pudo decir “después de esto”. (3) Esta interpretación da significado a la frase “primera vez” en el v. 14. Cornelio y su casa fueron unos de los primeros gentiles que llegaron a formar parte del cuerpo de Cristo, la iglesia. La salvación de los gentiles culminaría en una gran bendición para ellos durante el milenio (cf. Ro. 11:12). (4) Varios profetas predijeron la salvación de los gentiles durante el milenio, como lo afirma Jacobo en Hechos 15:15 (e.g., Is. 42:6; 60:3; Mal. 1:11).
10:25–26. Cuando Pedro entró … Cornelio se postró delante del apóstol en actitud de adoración. El vb. prosekynēsen lit. significa adoró. Pedro, rechazando su homenaje, le mandó que se pusiera de pie, pues dijo, yo mismo también soy hombre.
15:19–21. Como resultado de esa discusión teológica, Jacobo expuso una decisión práctica. Consideró que era razonable (krinō, lit. “juzgo”) que la iglesia no inquietara (parenojlein “inquiete”, sólo usado aquí en el N.T.) a los gentiles. Esto concuerda con los sentimientos de Pedro expresados en el v. 10. Sino (una conjunción adversativa muy fuerte), que sugirió que hicieran una carta estipulando una ética que no ofendiera a aquellos que se aferraban al A.T.
Los gentiles debían abstenerse de tres cosas: (a) comida contaminada por los ídolos, (b) inmoralidad sexual, fornicación, y (c) carne de animal ahogado y de sangre. Muchos maestros de la Biblia dicen que estos son sólo asuntos ceremoniales. La comida contaminada por ídolos se explica en el v. 29 como referencia a los alimentos que se sacrificaban “a ídolos” (cf. 21:25). Afirman que este es el mismo problema que Pablo discutió posteriormente (1 Co. 8–10). La abstinencia de inmoralidad sexual se explica como haciendo referencia a las leyes maritales de Levítico 18:6–20. La prohibición de comer sangre se toma como relacionada con Levítico 17:10–14. Entonces, de acuerdo con esta interpretación, las tres prohibiciones se refieren a la ley ceremonial judía.
4:1–2. Los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos estuvieron involucrados en la aprehensión de Pedro, Juan y el hombre sanado (v. 14). Ya que el jefe de la guardia del templo era responsable de mantener el orden en él, no debe sorprender que él, junto con los sacerdotes y los saduceos, interrumpieran a Pedro y Juan a fin de esparcir a la turba (cf. 3:11).
10:27–29. Pedro estaba consciente de las consecuencias que traería el que fraternizara con los gentiles en sus hogares (cf. 11:2–3), pero había aprendido bien la lección de la visión. El mandamiento de comer animales inmundos significaba que él no debía llamar a ningún hombre … común o inmundo. Por lo cual, vino sin replicar.
Sin embargo, parece mejor tomarlas como asuntos morales. La mención de comida contaminada por los ídolos debe ser tomada en el mismo sentido que Apocalipsis 2:14, 20. Era una práctica común entre los gentiles usar el templo de sus ídolos para banquetes y celebraciones. Pablo también condenó la práctica de los cristianos que participaban en eso (1 Co. 10:14–22). La fornicación era un pecado tan común entre los gentiles, que era aceptada. El problema de inmoralidad proseguía entre los cristianos con frecuencia, como se testifica en los enunciados en su contra que aparecen en el N.T. (cf. 1 Co. 6:12–18, donde Pablo evidentemente estaba respondiendo a argumentos a favor de la inmoralidad). La tercera prohibición va más allá de Levítico 17, a Génesis 9, donde Dios estableció el pacto con Noé, un “contrato” que todavía tiene vigencia hoy. En él, Dios concedió a la humanidad el privilegio de comer carne, pero la sangre debía sacarse de ella.
Las tres prohibiciones de Hechos 15:20 se interpretan mejor en un sentido ético o moral. Si esto es así, siguen siendo responsabilidad del cristiano de hoy, aun el punto de no comer morcilla y carne cruda. Si dejaban de asistir a banquetes en los templos, o de involucrarse en fornicación, o de comer carne cruda, los gentiles cristianos estarían manteniendo altas normas morales y evitarían ofender a sus hermanos judíos. Había judíos en cada ciudad que podían sentirse agraviados porque los cristianos no cumplían esas condiciones, ya que estaban bien familiarizados con esos asuntos morales.
10:30–33. Después de que Cornelio les refirió las circunstancias de haber llamado a Pedro a su casa, dijo: Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado. ¡Qué audiencia tan divinamente preparada!
p 189 15:22. A toda la iglesia (cf. v. 12) se le permitió expresarse personalmente sobre este asunto. Es interesante que dos testigos fueron asignados para ayudar a Pablo y Bernabé y para proteger ambos lados (v. 2). Ellos confirmarían “de palabra … lo mismo” que estaba escrito (v. 27). Nadie podría decir que había una comunicación deficiente en este difícil asunto.
Silas fue uno de esos dos varones. Esto va de acuerdo con el estilo de Lucas que introduce sutilmente a alguien en escena, que posteriormente llega a ser un personaje principal (cf. v. 40). Estos dos enviados, también “profetas” (v. 32), pueden haber representado a dos corrientes de la iglesia de Jerusalén. Judas, probablemente hermano de José (cf. 1:23), representando a los hebreos; y Silas, ciudadano romano (cf. 16:37), a los helenistas.
Los sacerdotes eran en su mayoría saduceos por su afiliación religiosa (5:17); por eso, los principales acusadores pertenecían a esa secta. Se distinguían por varias características: (a) Incredulidad en cuanto a la resurrección corporal y negación de la existencia de ángeles o espíritus (23:8); (b) lealtad al gobierno romano; (c) un deseo de mantener el statu quo; (d) su simpatía por la clase adinerada; y (e) su apego exclusivo al Pentateuco. Los saduceos estaban en gran manera resentidos por la predicación de Pedro y Juan, ya que iba directamente en contra de la negación que hacían de la resurrección y porque también hacía tambalear al sistema establecido.
10:34–35. Las palabras de Pedro fueron revolucionarias. Hicieron a un lado el prejuicio y adoctrinación recibida por muchas generaciones de judíos. Sin embargo, la salvación de los gentiles era una doctrina conocida en el A.T. (cf. Jonás; ). En el A.T., los judíos eran el pueblo escogido de Dios, receptores especiales de sus promesas y revelación. Pedro estableció aquí que el programa de Dios estaba alcanzando al mundo a través de la iglesia.
15:23–29. La carta que enviaron los apóstoles y los ancianos, confirmó las decisiones del concilio. La admiración de la iglesia por Bernabé y Pablo se hace evidente por las palabras nuestros amados y el conocimiento que tenían de que Pablo y Bernabé habían expuesto su vida por el nombre (cf. el comentario de 3:16) de nuestro Señor Jesucristo (cf. 13:50; 14:5, 19). Es muy significativa la referencia que la carta hace al Espíritu Santo como el “promotor principal” de este discernimiento de la verdad.
d. La delegación entre los gentiles (15:30–35)
Hay un debate considerable acerca de las palabras de Pedro en el sentido de que Dios en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Esto no enseña la salvación por obras, porque la primera responsabilidad de una persona delante de Dios es temerlo, lo cual es equivalente a confiar en él y reverenciarlo. Es el dicho paralelo en el N.T. de . Además, la aceptación de Dios de tales personas se refiere a la bienvenida que les da en una buena relación a través de la fe en Cristo (cf. ).
15:30–35. Los miembros de la comitiva que representaba a la iglesia de Jerusalén descendieron (Antioquía está en un nivel de terreno más bajo que Jerusalén), junto con Judas y Silas, a Antioquía y … entregaron la carta. Los hermanos de Antioquía se sintieron muy animados por la carta y por la presencia de Judas y Silas, los profetas, que consolaron y fortalecieron aun más a la iglesia con un larguísimo mensaje.
Los santos de Antioquía apreciaron el ministerio de Judas y Silas y los despidieron con bendiciones. La palabra paz expresaba un deseo de bienestar en todas las áreas de su vida.
p 170 10:36–37. A continuación, Pedro bosquejó la obra de Jesucristo (vv. 36–43), el soberano Señor de todos, a través de quien Dios envió … el evangelio de la paz. Los estudiantes bíblicos frecuentemente han observado que esto es un paralelo casi perfecto con el evangelio de Marcos. Marcos inició su evangelio con el bautismo de Juan y trazó el ministerio del Señor Jesús desde Galilea a Judea, hasta Jerusalén y finalmente hasta la crucifixión, la resurrección y la gran comisión.
El v. 34 se omite en muchos mss. griegos importantes. Posiblemente un escriba lo haya agregado posteriormente a fin de explicar la elección de Silas (v. 40).
4:3. Los dos apóstoles fueron encarcelados durante la noche porque era ya demasiado tarde, lo cual significa que ya estaba entrada la tarde (cf. 3 p.m. en 3:1) y era imposible iniciar un juicio.
En los meses siguientes, Pablo y Bernabé continuaron ministrando a los santos en Antioquía.
10:38. La palabra Mesías significa “Ungido”, de manera que cuando Pedro dijo, Dios ungió … a Jesús de Nazaret estaba diciendo “Dios lo declaró el Mesías” (cf. ; ; ). Esta afirmación tuvo lugar en el bautismo del Señor (cf. ; ; ; ). Isaías habló del Ungido como alguien que realizaría grandes obras () y como Pedro declaró: anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo.
4. confirmación de las iglesias en asia menor (15:36–16:5)
[Segundo viaje misionero, 15:36–18:22]
10:39–41. Pedro afirmó que él y sus asociados eran testigos oculares de todo lo que Jesús hizo. A quien mataron colgándole en un madero, la forma más ignominiosa de ejecución. Anteriormente, el apóstol había dicho a los judíos en Jerusalén, vosotros “matasteis al Autor de la vida” (3:15); a los gobernantes, dijo: “vosotros crucificasteis” (4:10); y al sanedrín replicó: “vosotros matasteis colgándole de un madero” (5:30). Esteban también dijo al sanedrín: “de quien vosotros habéis sido … matadores” (7:52). En cinco ocasiones en Hechos, los apóstoles dijeron haber sido testigos del Cristo resucitado (2:32; 3:15; 5:32; 10:41; 13:30–31). Después que Cristo resucitó de los muertos, los discípulos comieron y bebieron con él (cf. ). Esto fue una prueba de que el Señor Jesús resucitado no era un fantasma sin cuerpo. Asimismo, explica la verdad de que Cristo fue visto en forma corporal ().
a. Desavenencia entre Pablo y Bernabé (15:36–41)
4:4. Otro de los subtemas de Hechos es el crecimiento de la palabra de Dios a pesar de la oposición. Con fuerza irresistible, el mensaje siguió p 144 extendiéndose. Dos apóstoles de empuje fueron encarcelados, pero la palabra de Dios ¡no pudo ser acallada! (cf. 28:30–31; ).
15:36–41. Posteriormente, cuando Pablo le propuso a Bernabé que regresaran a confirmar a las iglesias establecidas en su primer viaje, Bernabé quiso que llevasen consigo a Juan. Pablo no estuvo de acuerdo con esa sugerencia, porque Marcos se había apartado de ellos anteriormente desde Panfilia (cf. 13:13). La discusión se convirtió en tal desacuerdo (paroxysmos, “provocar perturbación, alborotar, despertar”, raíz del vocablo español paroxismo) entre ellos, que se separaron el uno del otro. El Señor estaba controlando esa disensión, porque gracias a ella, se organizaron dos viajes misioneros en lugar de uno (V. “Mapa del segundo viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 358). Uno se dirigió a Chipre con p 190 Bernabé y Marcos, y el otro a Siria y Cilicia y en última instancia, a Europa con Pablo y Silas. Probablemente ambos, Pablo y Bernabé, estaban en lo cierto en su evaluación acerca de Marcos. Tal vez era demasiado pronto para que Marcos saliera a aventurarse con un apóstol progentil como Pablo. Pero Bernabé, con mucho discernimiento, vio buena madera en su primo Marcos (cf. Col. 4:10; 2 Ti. 4:11; Flm. 24; 1 P. 5:13). Posteriormente, Pablo habló de Bernabé en términos positivos (1 Co. 9:6; Col. 4:10). El apóstol Pablo debía mucho a Bernabé y parece que siguieron siendo amigos a pesar de su pugna en cuanto a Marcos.
10:42–43. Pedro puso en claro que el ministerio de Cristo resultaba tanto en juicio (v. 42) como en salvación (v. 43). La frase clave es todos los que en él creyeren. Esta construcción gramatical en gr. consiste de un gerundio con un artículo, lo cual es casi equivalente a un sustantivo (en este caso “todo creyente en él”). El elemento clave en la salvación es la fe, creer en Cristo. El mensaje del perdón de pecados (cf. 2:38; 5:31; 13:38; 26:18) por medio de la fe en el Mesías, había sido un tema del cual los profetas habían hablado mucho (e.g., ; ; ).
Ni Marcos ni Bernabé vuelven a mencionarse en Hechos; lo mismo se puede decir en cuanto a Pedro después del concilio de Jerusalén (Hch. 15).
La elección que Pablo hiciera de Silas (en gr.), cuyo nombre romano era Silvano (2 Co. 1:19; 1 Ts. 1:1; 2 Ts. 1:1; 1 P. 5:12), fue sabia porque (1) actuó como representante oficial de la iglesia de Jerusalén para llevar a Antioquía el decreto del concilio de Jerusalén (Hch. 15:22); (2) era ciudadano romano (16:37); (3) era profeta (15:32); (4) la iglesia de Antioquía lo conocía bien, de manera que ambos, Pablo y Silas, fueron encomendados por los hermanos a la gracia del Señor. (5) Ya que Silas fungió como amanuense de Pedro, debe concluirse que dominaba el idioma gr. (cf. 1 P. 5:12). El ministerio de Pablo y Silas incluyó confirmar a las iglesias (cf. Hch. 14:22; 15:32).
(5) La confirmación del Espíritu (10:44–48). 10:44–45. El mensaje de Pedro terminó abruptamente por la interrupción soberana del Espíritu Santo, quien cayó sobre todos los que oían el discurso de Pedro acerca de Jesús, y creyeron. Los seis (cf. v. 23; 11:12) fieles de la circuncisión … se quedaron atónitos (exestēsan; “estaban fuera de sí mismos”; cf. 9:21) al ver esta evidencia de igualdad entre los gentiles y los creyentes judíos.
b. Reclutamiento de Timoteo (16:1–5)
4:5–6. La descripción cuidadosa que Lucas hace acerca de los dirigentes judíos, subraya la pompa y poder que se exhibieron en la asamblea. ¡Unos sencillos pescadores estaban frente a los más altos gobernantes de la tierra! La frase, los gobernantes, los ancianos y los escribas describe al sanedrín, la corte suprema judía (cf. v. 15). Anás era el suegro de Caifás y fue el sumo sacerdote del 6 al 15 d.C., año en que fue depuesto. Su yerno Caifás ocupó su lugar desde el año 18 hasta el 36 d.C. Pero aparentemente Anás, siendo en cierta manera el más respetado de los sacerdotes, siempre fue considerado por los judíos como sumo sacerdote. (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348, cf. el comentario de ; ; ). Esa era la misma asamblea que había juzgado a Jesús; ahora, irónicamente ¡estaban frente a dos de los más prominentes y atrevidos discípulos de Jesús! Nada se sabe acerca de Juan y Alejandro que se mencionan aquí.
16:1–3. Timoteo, cuyo hogar estaba en Listra, provenía de un matrimonio mixto; su madre era judía y su padre griego. Probablemente se haya convertido por el ministerio de Pablo durante la primera visita del apóstol a Listra (cf. 1 Ti. 1:2). Algunos sugieren que fue llevado a los pies del Señor gracias a la influencia de su abuela Loida y su madre Eunice (2 Ti. 1:5). De cualquier forma, llegó a ser protegido de Pablo. Debido a la buena reputación de Timoteo (Hch. 16:2), quiso Pablo que éste fuese con él, probablemente como ayudante como antes había sido Marcos. Sin embargo, había un problema. Los judíos a quienes Pablo iba a predicar, se ofenderían si sabían que un hombre con madre judía era incircunciso. De manera que Pablo le circuncidó. Aparentemente era incircunciso debido a la influencia de su padre.
10:46. La señal que Dios usó para dar validez a la verdad de la salvación de los gentiles fue que hablaban en lenguas. (En lo que respecta al significado del hablar en lenguas en Hechos, V. el comentario de 19:1–7).
Esto parece contradecir el pensamiento de Pablo expresado en Gálatas 2:3–5, donde se rehusó a que Tito se circuncidara. Sin embargo, las situaciones eran diferentes. En Gálatas 2 el asunto que se trata es el método de justificación; aquí era una cuestión de no ofender (cf. 1 Co. 9:19–23). Por supuesto, el concilio de Jerusalén había determinado que la circuncisión no era necesaria para la salvación (Hch. 15:10–11, 19). En Hechos 16, Pablo actuó como lo hizo por el bien del ministerio y tomó una decisión sabia.
16:4. Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que se habían acordado en el concilio de Jerusalén (15:23–29). Asumiendo que Pablo escribió Gálatas después del primer viaje misionero, pero antes del concilio de Jerusalén, el informe de la decisión sería una confirmación fuerte del evangelio que él predicaba y de lo que había escrito en esa carta.
10:47–48. Pedro se dio cuenta de inmediato de por lo menos tres implicaciones teológicas en lo que había sucedido: (1) Él no podía discutir con Dios (11:17). (2) Cornelio y su casa, aunque eran incircuncisos (11:3), fueron bautizados porque habían creído en el Señor Jesús, como se evidenció p 171 al recibir el Espíritu Santo. El orden de estos eventos fue: creer en Cristo, recibir el Espíritu Santo, hablar en lenguas y ser bautizados en agua. (3) La realidad de la conversión de Cornelio fue confirmada por la estancia de Pedro con él durante varios días. Esto tal vez fue para instruirlo más a fondo en la nueva fe que había encontrado.
16:5. Con otro informe de avance (cf. Introducción), Lucas cerró esta otra sección de su libro. La palabra confirmadas (estereounto, “hacer sólido o firme”), difiere de su sinónimo p 191 epistērizō (“fortalecer”; 14:22; 15:32, 41).
C. Crecimiento de la iglesia en el área del mar Egeo (16:6–19:20)
4:7–10. Cuando Pedro y Juan fueron llevados para presentarse en medio del sanedrín, y luego que los interrogaron acerca del origen de su autoridad, Pedro, el portavoz, fue lleno del Espíritu Santo (cf. 2:4). Este es ya ¡el cuarto mensaje proclamado por Pedro en Hechos! Hablando con ironía, dijo: “¿Estamos sometidos a juicio por el beneficio hecho a un hombre enfermo?” El milagro no había sido realizado por el poder de ellos sino por el nombre de Jesucristo (cf. 3:16; 4:7, 12, 17–18). Aunque ellos habían crucificado a Jesús, Dios lo resucitó de los muertos (cf. 2:23–24; 3:15).
2. preparación de los apóstoles para el evangelio universal (11:1–18)
1. llamamiento a macedonia (16:6–10)
16:6–7. Primeramente, la dirección de Dios fue en sentido negativo. Es evidente que la comitiva misionera primero intentó ir hacia el oeste de Asia, cuya ciudad principal era Éfeso. Así que viajaron a través de Frigia y la provincia de Galacia (cf. 18:23). Posiblemente esto debe entenderse como la región frigia de Galacia. Siguieron después al norte, a Misia oriental e intentaron ir a Bitinia, pero de nuevo el Espíritu les impidió que lo hicieran. No se declara cómo se manifestaron esos vetos divinos. Pudieron haber sido las circunstancias, una palabra de profecía, una visión, o cualquier otro fenómeno. De cualquier forma, Dios planeó que la gente de Éfeso y Bitinia escucharan el mensaje posteriormente (cf. 18:19–21, 24–19:41; 1 P. 1:1).
a. La acusación (11:1–3)
16:8–9. Por último, en Troas, ciudad portuaria del mar Egeo y cerca de la antigua ciudad de Troya, Dios dio a Pablo una dirección positiva por medio de una visión de noche. Macedonia era una provincia subordinada al senado romano, y corresponde a la región que actualmente se encuentra al norte de Grecia.
16:10. La primera de las secciones de Hechos escritas en primera persona del pl. comienza aquí, indicando que Lucas se unió al equipo de Pablo, Silas y Timoteo. Pero no se da a conocer cómo, por qué, y la localización precisa en que Lucas se unió al grupo.
11:1–2. La respuesta de parte de los cristianos judíos fue muy variada. La expresión los … de la circuncisión (también se usa en 10:45) obviamente describe a los cristianos que seguían apegados a la ley de Moisés (cf. 15:5; 21:20; ).
4:11. Quien sanó al ciego fue la piedra que los edificadores habían desechado. Pedro citó aquí . Existe desacuerdo acerca del trasfondo de este v. La piedra reprobada () puede ser (a) una verdadera piedra de construcción, (b) la nación de Israel, o (c) David. También puede ser un proverbio que Pedro usó sin tener en mente alguna aplicación específica. Probablemente, David se refiere a Israel como la piedra rechazada en , ya que fue una nación despreciada por otros pueblos. De cualquier forma, el v. encuentra su cumplimiento en Cristo Jesús, quien es el Israel “ideal” (cf. ; ; ; ; ; ). La piedra rechazada (Cristo desechado por la nación al ser crucificado) es la cabeza del ángulo, el Señor resucitado.
2. conflictos en macedonia (16:11–17:15)
a. En Filipos (16:11–40)
11:3. La acusación contra Pedro fue que entró en casa de hombres incircuncisos y había comido con ellos. El principal problema no era su predicación a los gentiles, sino comer con ellos (cf. ; ; ). Esto da mayor significado a la visión de Pedro (). Comer con alguien era una señal de aceptación y comunión (cf. ). Este asunto podría haber causado un serio rompimiento dentro de la iglesia.
(1) La conversión de Lidia (16:11–15). 16:11. El viaje de Troas … a Samotracia, y … a Neápolis, ciudad portuaria de Filipos, fue rápido, implicando que el viento estaba a favor de ellos (cf. 20:6 donde el viaje en dirección opuesta les llevó cinco días).
16:12. De Neápolis, los misioneros viajaron 16 kms. siguiendo la vía Ignacia, que llevaba a Filipos, la cual Lucas describe como la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia romana. Claramente, Lucas manifestó orgullo por la ciudad que llegó a amar. Algunos dicen que allí creció y asistió a la escuela de medicina. Filipos, originalmente llamada Crenides (“Fuentes”), fue conquistada por Felipe de Macedonia y nombrada en honor a él. En el año 168 a.C. la ciudad llegó a ser posesión romana. Después que Marco Antonio y Octavio derrotaron a Bruto y Casio, asesinos de Julio César, cerca de Filipos en el año 42 a.C., la ciudad fue constituida colonia romana. Esto le dio privilegios especiales (e.g., menos impuestos) pero lo más sobresaliente fue que llegó a ser como una Roma “trasplantada” (cf. el comentario acerca de Filipos en la Introducción a Fil., Tomo 3 de este Comentario). El propósito principal de las colonias era militar, porque los gobernantes consideraron sabio tener ciudadanos y simpatizantes romanos establecidos en lugares estratégicos. Por ello, Octavio (quien llegó a ser Augusto César, primer emperador romano, en el 27 a.C.) colocó a más colonos (sobre todo exsoldados), en Filipos tras derrotar a Marco Antonio en el año 31 a.C. en Accio, que se encontraba en la costa occidental de Grecia.
b. La respuesta (11:4–17)
p 192 16:13. La población judía de Filipos debe haber sido escasa, porque no había sinagoga. Se requerían diez varones judíos para que se estableciera una sinagoga. Un lugar donde solía hacerse la oración (cf. v. 16), el cual puede haber estado al aire libre o en un edificio sencillo, estaba localizado junto al río Gangites, como a dos kms. y medio al oeste de la ciudad.
4:12. La palabra salvación regresa a que Pedro acababa de citar, porque es un tema prominente de ese salmo, donde los vv. 22–29 anuncian la salvación milenial. En , Pedro no sólo estaba hablando de la justificación individual, sino también de la salvación nacional profetizada en .
Los misioneros presentaron el evangelio a las mujeres que se habían reunido allí.
11:4–14. Pedro relató brevemente a los creyentes de la circuncisión que estaban en Jerusalén lo que había ocurrido (cf. cap. 10), incluyendo su visión (11:5–7), su respuesta a ella (vv. 8–10) y el viaje a la casa de Cornelio (vv. 11–14).
16:14. Lidia era una vendedora de tela de color púrpura. Ese color procede de un molusco llamado múrice, o de la raíz de una planta. Ella era de Tiatira, ciudad conocida por su comercio en Asia Menor (cf. el comentario de Tiatira en Ap. 2:18–29). Era una adoradora de Dios, término usado para referirse a los gentiles (e.g. Cornelio [Hch. 10:2], aquellos en Tesalónica [17:4] y Atenas [17:17]) que no eran prosélitos del judaísmo, pero que sí adoraban a Jehová. Aun así, no pertenecían a la iglesia del N.T., el cuerpo de Cristo. El Señor abrió el corazón de ella (cf. Lc. 24:45) para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Una vez más, Lucas resalta la soberanía de Dios en la salvación (cf. Hch. 13:48).
16:15. Luego, Lidia fue bautizada, aparentemente enseguida de manifestar su fe en Cristo. Los miembros de su familia probablemente se refiere a los sirvientes así como a sus hijos, si es que era viuda. Otras personas que vinieron al conocimiento de Cristo junto con sus casas fueron Cornelio (10:24, 44), el carcelero de Filipos (16:31), Crispo (18:8), Aristóbulo (Ro. 16:10), Narciso (Ro. 16:11) y Estéfanas (1 Co. 1:16).
11:15–16. Al narrar lo que aconteció después, hizo una importante identificación del día de Pentecostés con la predicción que había hecho el Señor acerca del bautismo del Espíritu (1:4–5). Lucas no declara específicamente en el cap. 2 que Pentecostés haya sido el cumplimiento, pero aquí Pedro lo señala de esa manera con la frase al principio (cf. 10:47, “como nosotros” y 11:17 “el mismo don que a nosotros”). Por lo tanto, la era de la iglesia tuvo su inicio en Pentecostés.
Que era adinerada es evidente por el tamaño de su casa. Debe haber sido lo suficientemente amplia como para hospedar a cuatro hombres así como al resto de su familia sin causar problemas (cf. Hch. 16:40).
Al escuchar esto, los gobernantes fueron puestos a la defensiva. No sólo habían rechazado al único Salvador de Israel, sino que estaban impidiendo que se concluyera el edificio divino. No quedaba entonces otra medio de salvación para el pueblo (cf. ; ).
(2) La liberación de la adivina 16:16–18. Algunos hombres estaban explotando a una muchacha que estaba poseída por un demonio y que tenía la habilidad de predecir el futuro. Las palabras castellanas espíritu de adivinación son traducción de dos palabras griegas, “un espíritu, una pitonisa”. Este último concepto se originó en la ciudad griega de Delfos, donde se creía que el dios Apolo había tomado forma corporal en un pitón. La primera sacerdotisa de Delfos se decía que estaba poseída por Apolos y por lo tanto, tenía la capacidad de predecir el futuro. De modo que cualquiera que estuviera poseído por un espíritu de pitón podía predecir eventos venideros. Sin duda, un verdadero demonio era el que daba a una persona semejantes poderes predictivos. Los demonios sacan ventaja de la adoración a los dioses falsos (cf. 17:23; 1 Co. 10:20).
11:17. La defensa de Pedro no se basó en lo que él hizo, sino en lo que el Padre hizo. Dios no había hecho distinción entre los judíos y los gentiles, así que ¿cómo podría hacerlo Pedro?
La muchacha siguió a Pablo y a los otros y daba voces (tiempo imperf.) declarando quiénes eran: siervos del Dios Altísimo y lo que predicaban: el camino de salvación. Aunque sus palabras eran ciertas, el evangelio de Cristo podía verse dañado al ser relacionado con una muchacha esclava poseída por un demonio. De manera que, después de muchos días … Pablo exorcizó al demonio hablando directamente al espíritu. (Otros casos de victoria sobre lo oculto en Hechos están registrados en 8:9–24; 13:6–12; 19:13–20.)
(3) La conversión del carcelero (16:19–34). 16:19–21. Las colonias romanas estaban dirigidas por dos gobernadores llamados en latín douuiri. El término magistrados traduce la palabra gr. p 193 stratēgois, que es el equivalente a la palabra latina.
c. La absolución (11:18)
La acusación de los amos de la muchacha esclava contra Pablo y Silas fue obviamente perjudicial. Poco antes de este incidente, el emperador Claudio había expulsado a los judíos de Roma (18:2) y Filipos, por ser una colonia romana, podría haber adoptado el mismo sentimiento antisemita. Esto también ayuda a explicar por qué Timoteo y Lucas no fueron acusados ante las autoridades. Timoteo era medio gentil (16:1) y Lucas probablemente era gentil.
Además, Pablo y Silas fueron acusados de alborotar a la ciudad al enseñar costumbres que no les era lícito recibir ni hacer, pues eran romanos. Roma permitía que la gente de las colonias tuviera su propia religión, pero que no hicieran proselitismo entre los ciudadanos romanos. Los dirigentes civiles no podían distinguir entre el judaísmo y el cristianismo (cf. 18:14–15), de manera que podían ver que la predicación de Pablo y Silas era una infracción flagrante de la ley imperial.
4:13–14. Las autoridades se maravillaban (cf. 3:10) de que Pedro y … Juan … hombres sin letras (agrammatoi, “iletrados”) y del vulgo (idiōtai) hablaran con tal denuedo (parrēsia, “atrevimiento” o “valor para hablar abierta y francamente”). El “denuedo” es otro tema prominente de p 145 Hechos (2:29; 4:13, 29, 31; 28:31; cf. el vb. “hablar valerosamente” en 9:27–28; 13:46; 14:3; 18:26; 19:8; 26:26). El sanedrín guardó silencio cuando se dio cuenta de que Pedro y Juan habían estado con Jesús (cf. ). De esa manera, los apóstoles estaban experimentando lo que Cristo había prometido (; ; ).
11:18. Los santos reconocieron junto con Pedro que la conversión de los gentiles había principiado en Dios y que ellos no debían interponerse en su camino. Esta respuesta tuvo dos resultados subsecuentes y significativos. Primero, preservó la unidad del cuerpo de Cristo, la iglesia. Segundo, abrió una profunda brecha entre los creyentes de la era de la iglesia y los adoradores del templo de Jerusalén. Antes de esto, los judíos comunes veían con favor a los cristianos (cf. 2:47; 5:13, 26), pero después, repentinamente empezaron a oponerse a la iglesia. Este antagonismo se manifiesta en la respuesta del pueblo de Israel a la ejecución de Jacobo (12:2–3; cf. 12:11). Tal vez esta identificación con los gentiles haya sido lo que dio pie a la oposición de los judíos.
16:22. Impulsados por el pueblo … los magistrados … ordenaron azotarles con varas. El vb. que se traduce por azotarlos viene de rhabdizō, que lit. significa “azotar con vara”. Esta es una de las tres veces que Pablo en 2 Corintios 11:25 menciona haber sido azotado. Ese texto es el único otro vez donde aparece este vb. en el N.T.
16:23–24. Pablo y Silas fueron cruelmente azotados y luego el encargado los metió en el calabozo. ¡Qué recepción recibieron en la primera ciudad europea donde predicaron el evangelio! El carcelero tenía órdenes estrictas y no iba a permitir que escaparan, de manera que los mandó a la celda de más adentro (posiblemente una mazmorra, o por lo menos la más segura), y les aseguró los pies en el cepo.
3. preparación de la iglesia en antioquía para el evangelio universal (11:19–30)
16:25. El hecho de que Pablo y Silas estuvieran cantando en el interior de la prisión da significado especial al tema del gozo en Hechos (cf. Salmos 42:8; “de noche su cántico estará conmigo”). Su oración e himnos no solamente eran escuchados por Dios, sino también los presos los oían.
16:26. Esta liberación sobrenatural recuerda al lector las experiencias paralelas de Pedro (cf. 5:18–20; 12:3–11). Lo que sucedió esa noche fue algo poco común para una cárcel. Hubo un terremoto que hizo que la cárcel se sacudiera, las puertas se abrieron y las cadenas cayeron de todos los prisioneros.
4:15–17. Es muy significativo que las autoridades no pudieron negar la verdad de la señal. Deliberadamente se abstuvieron de mencionar la palabra “Jesús” y se refirieron a él como este nombre (cf. la misma abstención del sumo sacerdote, 5:28).
a. Naturaleza cosmopolita de la iglesia (11:19–21)
16:27–28. Puesto que el carcelero era responsable de cualquier evasión de los presos (cf. 12:19), sacó la espada y se iba a matar. Mas Pablo, viendo lo que quería hacer, le confirmó que los prisioneros no habían huido. Tal vez los otros estaban tan impresionados con el Dios de Pablo y Silas, que no se atrevieron a hacerlo.
16:29–30. Llegando a la celda de Pablo y Silas, el carcelero, temblando … sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Esta pregunta está llena de significado. Él debe haber sabido a qué se refería. Indudablemente había escuchado la historia de la muchacha esclava y su anuncio de que estos hombres eran siervos de Dios que traían el mensaje de salvación (v. 17). Posiblemente también las oraciones y cánticos de Pablo y … Silas (v. 25) habían llegado a sus oídos. El sorprendente terremoto, con la subsecuente oportunidad para que escaparan los prisioneros y las palabras de seguridad de Pablo, todo esto p 194 lo movió a inquirir cómo podía salvarse.
Este es un punto crucial en el relato de Hechos. Por primera vez, la iglesia evangelizó activamente a los p 172 gentiles. Los samaritanos del cap. 8 eran parcialmente judíos; el eunuco etíope iba leyendo por sí mismo cuando regresaba de Jerusalén y aun Cornelio tomó la iniciativa de conocer el evangelio por labios de Pedro. Pero aquí es donde la iglesia da los primeros pasos para llevar el mensaje a los griegos incircuncisos.
16:31–32. El v. 31 es un pasaje clave para el mensaje de la salvación por la fe sola. Todo lo que se necesita para ser justificado es fe en el Señor Jesucristo. El carcelero preguntó qué debía hacer. La respuesta fue que no tenía que hacer obras; solamente necesitaba creer en Jesús quien es el Señor.
Las palabras y tu casa significa que los miembros de su familia que tenían suficiente edad para creer, serían salvos (cf. v. 34) al confiar en Cristo; cada uno de ellos tenía que creer para ser salvo.
11:19. La narración regresa a Esteban (8:1–2) para señalar un resultado más de su martirio. Su muerte había ayudado a movilizar el evangelio hacia Samaria (cf. la similitud entre 8:4 y 11:19). Asimismo, había incitado a Saulo a perseguir a la iglesia más vigorosamente (8:3) y por consecuencia, había sido convertido (9:1–30). Un tercer resultado del martirio de Esteban fue la expansión del evangelio a las tierras gentiles de Fenicia, Chipre y Antioquía.
16:33. El carcelero les lavó las heridas a Pablo y Silas (cf. v. 23). Era inconcebible que un carcelero hiciera algo así con sus prisioneros. Luego, por el bautismo de agua dio testimonio él con todos los suyos de que sus pecados habían sido lavados.
Tal vez Lucas haya obtenido de Nicodemo o de Pablo la información referente a los sucesos acontecidos después de que cerraron las puertas. Aunque Pablo no era saduceo, tal vez tuvo acceso a esa información.
16:34. Además, ¡llevó a los exprisioneros a su hogar y les puso la mesa! Y se regocijó con toda su casa. Una vez más, se manifiesta el gozo como evidencia del evangelio victorioso.
11:20. La referencia que se hace a Antioquía de Siria prepara al lector para entender la importancia que tuvo esa ciudad en la narración subsecuente. La ciudad, una de las muchas que llevaban el mismo nombre, era la tercera más grande del imperio romano después de Roma y Alejandría. Localizada cerca del río Orontes, 24 kms. tierra adentro, se conocía como Antioquía del Orontes. Había sido planeada cuidadosamente y estaba convenientemente situada; era un importante centro comercial y albergaba a una comunidad judía bastante grande. A pesar de que era una ciudad detestable, que participaba en la inmoralidad creciente y la prostitución ritual como parte del culto en el templo, la iglesia de Antioquía estaba destinada a ser la base de operaciones de los viajes misioneros de Pablo. Juvenal, famoso autor romano de sátiras, se quejó diciendo “Durante mucho tiempo, las aguas negras del Orontes sirio han descargado en el Tíber”. Con esto quería decir que Antioquía era tan corrupta, que estaba impactando a Roma, que quedaba a más de 2,080 kms. de distancia.
(4) Liberación de Pablo y Silas (16:35–40). 16:35–36. Aparentemente el carcelero llevó a Pablo y a Silas de regreso a la cárcel. No se especifica qué fue lo que urgió a los magistrados a cambiar de idea. Tal vez el terremoto sacudió sus sentidos, o después de reflexionar más, se dieron cuenta de cuán injustos habían sido.
16:37–40. La demanda que Pablo hizo a los magistrados para que escoltaran a él y a Silas fuera de la cárcel, parece ser una venganza, pero probablemente se debió a que quería evitar que la joven iglesia de Filipos recibiera más hostigamiento. Cuando menos, haría que los creyentes tuvieran una posición más segura ante los oficiales.
Este sorprendente avance del evangelio a los gentiles (griegos que vivían en Antioquía) fue realizado por colaboradores de la fe que no se mencionan. Sin embargo, fue muy importante y crucial el paso que dieron estos creyentes de Chipre, isla que no quedaba muy lejos de Antioquía, y de Cirene, ciudad localizada en el norte de África (cf. ; ; ; ).
Pero, ¿por qué esperó Pablo tanto tiempo para mencionar su ciudadanía romana? Tal vez el alboroto en el juicio (vv. 19–22) evitó que fuera escuchado. O quizá Pablo a propósito esperó hasta el momento más propicio para sacar a luz esa información. El haber nacido ciudadano romano (22:28), le daba ciertos privilegios, incluyendo el derecho a tener una audiencia pública. Además, ningún ciudadano romano podía ser azotado.
El concilio, o sea el sanedrín, era la corte suprema y cuerpo administrativo de los judíos que estaba compuesto por 71 miembros en su mayoría saduceos, incluyendo al sumo sacerdote. En Hechos, esta es primera de cuatro veces que los seguidores de Jesús son traídos ante el sanedrín (cf. Pedro y los apóstoles, 5:27; Esteban 6:12; y Pablo, 22:30).
Sólo dos veces en Hechos Pablo fue herido o amenazado por los gentiles, en Filipos y en Éfeso (19:23–41). En ambos casos, fue porque la gente estaba perdiendo dinero en sus intereses creados y en cada uno de ellos Pablo fue vindicado por un oficial romano. Después de su liberación de la cárcel, entraron en casa de Lidia y se reunieron con los hermanos.
11:21. La cláusula creyó y se convirtió al Señor no se refiere necesariamente a dos acciones separadas. La construcción gr. (part. aoristo con un vb. finito en aoristo) frecuentemente indica que las dos acciones fueron simultáneas. Por lo tanto, esta cláusula significa “al creer se volvieron al Señor.”
Con la partida de Pablo termina la primera sección que aparece en primera persona del plural, lo cual indica que Lucas se quedó en Filipos (cf. se fueron en 16:40).
b. En Tesalónica (17:1–9)
b. Confirmación de la iglesia (11:22–26)
17:1. El viaje desde Filipos hasta Tesalónica era como de 160 kms. Anfípolis y Apolonia quedaban a intervalos de aproximadamente 48 kms. siguiendo la vía Ignacia. Evidentemente no había sinagogas en esas ciudades, por lo que Pablo no se detuvo. Una sinagoga era un excelente punto de contacto para el evangelio (cf. v. 10); de manera que Pablo se quedó en Tesalónica, la moderna Salónica, para predicar.
4:18–22. Cuando intimaron a Pedro y Juan de que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús, ellos respondieron que debían obedecer a … Dios … antes que a las autoridades humanas (cf. 5:29). Ellos simplemente estaban siendo testigos como Cristo les había mandado (1:8). Las autoridades los amenazaron (aparentemente prometiendo castigarlos si seguían predicando a Jesús) y los soltaron. Tenían miedo de castigarles en ese momento porque todos glorificaban a Dios (cf. 3:9; 5:26).
17:2. La referencia a los tres días de reposo no significa que el equipo misionero permaneció en Tesalónica sólo durante tres semanas. Pablo realizó la obra con énfasis judío durante p 195 tres días de reposo y luego se volvió a los gentiles y les ministró durante algunas semanas más. Hay tres razones por las cuales se puede aceptar esta interpretación: (1) La iglesia de Filipos envió dinero a Pablo por lo menos dos veces durante esa visita (Fil. 4:15–16), lo cual implica un lapso de tiempo mayor de tres semanas. (2) Además, Pablo se sostuvo a sí mismo trabajando con sus manos (1 Ts. 2:9; 2 Ts. 3:7–10). Esto quizá indica que pasó un tiempo considerable antes de que llegara la ayuda de Filipos. (3) La mayoría de los convertidos de Tesalónica no eran de la sinagoga, sino gentiles entregados a la idolatría (cf. 1 Ts. 1:9).
11:22. Un movimiento tan importante de parte de la iglesia no podía escapar a la atención de la iglesia madre de Jerusalén. Anteriormente, los apóstoles habían enviado a Pedro y a Juan a supervisar el ministerio de Felipe en Samaria. Ahora, los santos de Jerusalén enviaron a Bernabé … hasta Antioquía, a más de 500 kms. al norte. La selección de ese delegado fue de crucial importancia; Bernabé fue una elección sabia por varias razones. Primero, como algunos de los embajadores cristianos que iniciaron la obra, eran de Chipre (4:36; 11:20). Segundo, era generoso (4:37) y por lo tanto, pensaba primero en sus semejantes. Tercero, era un caballero compasivo como se infiere por el p 173 sobrenombre que recibió (4:36) y por el testimonio que da Lucas acerca de él (11:24).
17:3–4. El ministerio de Pablo y Silas al presentar a Jesús crucificado y resucitado como el Cristo (el Mesías) encontró respuesta en algunos de los judíos, muchos de los griegos piadosos (cf. 16:14, donde se usa la misma palabra con respecto a Lidia, quien “adoraba a Dios”; cf. la misma palabra en 17:17) y mujeres nobles no pocas (cf. v. 12). El mensaje del evangelio fue recibido por gente de distinta nacionalidad y posición social.
17:5. Evidentemente, Lucas incluyó este incidente para enfatizar la persistencia del rechazo judío. Jasón probablemente había provisto de alojamiento para Pablo y Silas. Los judíos … procuraban encontrar a Pablo y Silas para sacarlos al pueblo. Tesalónica era una ciudad libre, lo cual significa que era soberana en sus asuntos locales y no estaba sujeta a una administración provincial. Además de los gobernantes locales, tenía también su propia asamblea, llamada la dēmos, que aquí se traduce “pueblo” (cf. 19:30, 33 [“pueblo”] donde también se usa ese sustantivo).
11:23. Bernabé no pudo más que llegar a la conclusión de que Dios estaba verdaderamente obrando en Antioquía, y como Lucas frecuentemente anotó, estaba presente la evidencia del gozo. Haciendo honor a su sobrenombre, “hijo de consolación” (4:36), exhortó (animó) a los creyentes (cf. 14:22). (Bernabé también se menciona en 9:27; 11:25, 30; 12:25; 13:1–2, 7, 43, 46, 50; 14:3, 12, 14, 20; 15:2, 12, 22, 25, 35–37, 39; , , , ; .)
17:6–7. Ya que la turba no pudo hallar a Pablo y a Silas trajeron a Jasón y a algunos otros creyentes y los acusaron ante las autoridades de la ciudad (politarj̱as, lit. “gobernadores de la ciudad”). En las ciudades de Macedonia, esos magistrados formaban la asamblea local de representantes. Específicamente, la acusación era contra Jasón (posiblemente un pariente de Pablo; cf. Ro. 16:21), por haber recibido a hombres que trastornaban el mundo entero, la cual es una obvia exageración, y que contravenían los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Este cargo es significativo, porque muestra que los judíos estaban detrás de la turba (cf. Hch. 17:5); sólo ellos podían conocer tan bien la teología de Pablo como para hacer un cargo semejante. (Los judíos también acusaron a Jesús de pretender ser “un rey”; Lc. 23:2.) Además, refleja la proclamación de Pablo. Como lo indican las epístolas a los Tesalonicenses, Pablo predicaba que el reino mesiánico iba a ser establecido con el regreso de Cristo (1 Ts. 3:13; 5:1–11; 2 Ts. 1:5–10; 2:14; cf. Lc. 23:2; Jn. 18:33–37).
17:8–9. El pueblo y los líderes políticos (politarj̱as) estaban alborotados (etaraxan, “agitados, perturbados, confundidos” cf. Jn. 11:33; Hch. 16:20), probablemente porque no podían encontrar a Pablo y a Silas (17:6), la causa del problema. Probablemente la fianza era para garantizar que Pablo y Silas se irían de la ciudad para no volver. En caso de que suscitaran más problemas, Jasón y … los demás perderían su dinero. Esto puede explicar por qué se le prohibió regresar a Pablo (1 Ts. 2:18). A pesar de esto, los cristianos de Tesalónica se mantuvieron proclamando el evangelio con mucha osadía (1 Ts. 1:7–10; cf. 1 Ts. 2:14–16).
c. La súplica (4:23–31)
11:24. Tres cosas se dicen acerca de él: que era varón bueno, que estaba lleno del Espíritu Santo y que estaba lleno de fe (Esteban también estaba lleno de fe y del Espíritu Santo; 6:5). Lucas escribió esta descripción de Bernabé después de la confrontación entre Pablo y Bernabé, registrada en 15:39. Ya que Lucas era compañero de viaje de Pablo, esta afirmación acerca de Bernabé también debe haber sido compartida por Pablo.
p 196 c. En Berea (17:10–15)
17:10. Ocultos bajo el manto de la noche (cf. otro escape nocturno de Pablo; 9:25), los hermanos enviaron … a Pablo y a Silas hasta Berea. Tal vez Timoteo los acompañó o se les unió en Berea posteriormente (cf. 17:14). Esa ciudad estaba como a 74 kms. al suroeste de Tesalónica, en las faldas orientales de una monte. También se encontraba situada en la ruta a Acaya, provincia que actualmente corresponde al sur de Grecia; Sópater era de Berea (20:4). Como acostumbraban, Pablo y Silas entraron en la sinagoga de los judíos (cf. 17:2, 17; 18:4, 19; 19:8).
11:25. La obra en Antioquía creció a tal grado, que Bernabé necesitó ayuda. No pudo pensar en alguien que encajara mejor que Saulo, quien estaba viviendo en Tarso (cf. 9:30). Posiblemente, algunos sufrimientos y persecuciones que Pablo describió en tuvieran lugar mientras estaba en Tarso. También allí pudo ser donde tuvo la revelación que narra en . Basados en , algunos piensan que Saulo ya estaba ministrando a los gentiles cuando Bernabé lo contactó para que viniera a Antioquía.
17:11–12. Los judíos de Berea eran más nobles que los que estaban en Tesalónica. Recibieron el mensaje de Pablo con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si las cosas que Pablo decía eran así. Esto marcó una gran diferencia con los judíos de Tesalónica, de los cuales sólo algunos creyeron (v. 4), mientras que la mayoría sentían celos de Pablo y le crearon problemas. El interés de los bereanos en la palabra resultó en muchas conversiones tanto de judíos como de griegos. Es interesante que algunas mujeres griegas de distinción fueron las que recibieron a Cristo tanto en Tesalónica como en Berea (vv. 4, 12).
17:13–14. Una vez más, los incrédulos judíos (procedentes de Tesalónica) propiciaron la expulsión de Pablo. Alborotaron es la misma palabra que se usa en v. 8. Silas y Timoteo se quedaron … en Berea para ayudar en el establecimiento de la naciente iglesia, mientras que Pablo se dirigió hacia el sur.
11:26. Bernabé y Saulo ministraron durante un año completo en Antioquía, enseñando a mucha gente mientras la iglesia seguía creciendo numéricamente (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31; 11:21, 24).
Pueden apreciarse tres partes en esta oración de la iglesia primitiva: (1) Dios es soberano (v. 24). (2) El plan divino incluye que los creyentes enfrenten la oposición contra el Mesías (vv. 25–28). (3) Por causa de esto, pidieron a Dios que les concediera predicar con valor (vv. 29–30).
17:15. No se sabe si Pablo fue a Atenas por barco o por tierra. De cualquier forma, lo llevaron algunos hermanos para garantizar que su llegada fuera segura. Pablo dio instrucciones a sus amigos para Silas y Timoteo, de que viniesen a él (en Atenas) lo más pronto que pudiesen.
Es claro por 1 Tesalonicenses 3:1–2, 6 que Silas y Timoteo se volvieron a reunir con Pablo en Atenas. Asimismo, Silas fue comisionado por Pablo para que se fuera de Atenas y luego se uniera a ellos en Corinto (cf. Hch. 18:1–5).
A los discípulos de Jesús se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. La terminación “ianos” significa “pertenecientes al partido de”. De esa forma, “los cristianos” eran los que pertenecían al partido de Cristo. La palabra “cristianos” se usa sólo dos veces más en el N.T.: en 26:28 y . El significado de este nombre cobra relevancia por el orden que tienen las palabras en el texto gr., y significa que la gente reconocía a los cristianos como un grupo distinto. La iglesia se estaba separando más y más del judaísmo.
3. cruzada en acaya (17:16–18:18)
a. En Atenas (17:16–34)
c. La caridad de la iglesia (11:27–30)
17:16. La gloria que Grecia había tenido en los s. quinto y cuarto a.C. estaba en decadencia en los días de Pablo y esto se veía aun en Atenas. Había pasado ya el apogeo del que fuera motivo de orgullo helenista. Aun así, Atenas seguía siendo un centro cultural vital y poseía una universidad que era mundialmente famosa. Muchos de sus edificios de renombre fueron construidos durante los días de su líder Pericles (461–429 a.C.). La belleza de su arquitectura y arte no pudo ser apreciada por Pablo porque su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. El arte de Atenas era un reflejo de su religión. La capital intelectual del mundo estaba produciendo idolatría.
4:23–24. Es interesante observar que al enfrentar la persecución, los suyos (la gente de Pedro y Juan), reconocieron el poder soberano de Dios.
17:17. En esa ciudad, Pablo sostuvo la batalla espiritual en dos frentes, en la sinagoga … y en la plaza. En la primera, sin duda usó su acercamiento normal, probando por medio de las Escrituras del A.T. que Jesús es el Mesías (cf. vv. 2–3). En aquella sinagoga había judíos y gentiles piadosos (cf. v. 4). En la plaza (agora, centro de la vida pública), estaban los filósofos p 197 debatiendo y presentando sus puntos de vista. Así que Pablo discutía … con los que concurrían.
11:27. Algunos creyentes de Jerusalén con el don de profecía descendieron de Jerusalén a Antioquía. (Aunque iban hacia el norte, dice “descendieron” porque Jerusalén está a una elevación mucho mayor que Antioquía.)
17:18. Los principales antagonistas de Pablo en el agora eran los filósofos de los epicúreos y de los estoicos. Los epicúreos, seguidores de Epicuro (341–270 a.C.), decían que el fin último del hombre era el placer y la felicidad. Este placer, creían ellos, se lograba evitando los excesos y el temor a la muerte, buscando la tranquilidad y la ausencia del dolor, y amando a la humanidad. Creían que si los dioses existían, no participaban en los eventos humanos.
Por el otro lado, los estoicos eran seguidores de Zenón (ca. 320–250 a. C.) y recibieron su nombre por el pórtico pintado o stoa, desde donde tradicionalmente enseñaba su maestro en Atenas. Eran panteístas en su enfoque y creían que un gran “propósito” dirigía el curso de la historia. La responsabilidad del hombre era amoldarse y alinearse con ese “propósito” a través de la tragedia y el triunfo. Obviamente, este punto de vista, aunque producía ciertas cualidades nobles, también resultaba en un falso orgullo y autosuficiencia.
11:28. Agabo, también mencionado en 21:10–11, profetizó que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada. Esta fue en verdad una serie de hambrunas severas que afectaron varias secciones del imperio romano durante el tiempo del emperador Claudio (41–54 d.C.). Este es el mismo que posteriormente expulsó a los judíos de Roma (18:2). (V. “Emperadores Romanos de los tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354.)
Cuando estos filósofos conocieron a Pablo, comenzaron a disputar con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? “Disputaban” es syneballon (lit. “tirarse con”; i.e., lanzarse unos a otros ideas). Esto difiere un poco de lo que Pablo hacía en las sinagogas. Allí él razonaba (dielegeto, “discutió, conversó”, v. 17; cf. la misma palabra en v. 2; 18:4, 19; 19:8). El término que se traduce como “palabrero” es spermalogos (lit. “que picotea semilla”). Describe a alguien que es como un pájaro que recoge semillas, el que toma algo que aprende por aquí y por allá y luego lo transmite como si fuera propio. Y otros dijeron: Parece que es predicador de nuevos dioses. Esta respuesta se originó debido a su incapacidad de entender la doctrina de Pablo acerca de Cristo y de la resurrección; que era totalmente extraña a su pensamiento (cf. 17:31–32).
4:25–27. Las palabras (“dijiste, mediante el Espíritu Santo” que aparecen en la NVI) por boca de David tu siervo señalan, como muchos pasajes, la inspiración divina de las Escrituras por medio de instrumentos humanos (cf. 28:25). contiene una cita de , la cual profetiza la tribulación. En un sentido, Pedro vio la oposición al Mesías, el “ungido de Dios” (tou J̱ristou; cf. “ungiste”, ), predicha por David en , como cumplida en la iglesia primitiva. Los paralelismos son obvios. Las gentes (ethnē. ) son paralelas con los gentiles (ethnesin, v. 27); los pueblos (laoi, v. 25) con el pueblo de Israel (laois Israēl, v. 27); reyes (v. 26) con Herodes (v. 27); y los príncipes (v. 26) con Poncio Pilato (v. 27).
17:19–21. El Areópago, lit. “monte de Ares”, era el lugar de reunión del consejo del Areópago, cuerpo supremo para decidir en asuntos judiciales y legislativos de la ciudad. En la era apostólica, su poder se había reducido a supervisar asuntos religiosos y educativos.
11:29–30. Los cristianos de Antioquía, cada uno conforme a lo que tenía (cf. ; ), enviaron dinero para los creyentes en Judea. Esta expresión de amor indudablemente unió a las dos iglesias (cf. ).
Existe algo de duda en cuanto a dónde se reunía este consejo en los días de Pablo. Algunos piensan que en el tradicional monte Marte detrás del agora, inmediatamente al oeste de la Acrópolis. Otros dicen que se reunía en Stoa Basileius, un edificio del agora. El consejo quiso saber acerca de la nueva enseñanza de Pablo, que contenía cosas extrañas a sus oídos. En Atenas, el centro intelectual del mundo antiguo, a los atenienses y los extranjeros residentes les encantaba decir u oir algo nuevo. Esta apertura dio a Pablo oportunidad para predicar su mensaje.
17:22. Comenzando con este v. (y continuando hasta el v. 31), se encuentra otro de los “sermones ejemplares” proclamados por el apóstol Pablo (cf. 13:16–41; 14:15–18; 20:18–35). Éste muestra la forma en que Pablo se dirigía a los intelectuales paganos. El énfasis de su mensaje es claro: Dios el Creador, quien se ha revelado a sí mismo en la creación, ha mandado ahora que todos los hombres se arrepientan, porque cada uno dará cuentas a Jesucristo, a quien Dios resucitó de los muertos.
Cuando Bernabé y … Saulo llevaron el regalo, lo entregaron a los ancianos. p 174 Esta es la primera mención de ancianos en la iglesia que se hace en Hechos y es significativo que eran quienes manejaban las finanzas; es evidente que tenían la supervisión primaria sobre todos los aspectos del ministerio. Más adelante, Pablo y sus acompañantes presentaron la ofrenda de las iglesias de Acaya, Macedonia, y Asia Menor a los ancianos de la iglesia de Jerusalén. Esto puede haber sucedido cuando Pablo llegó a Jerusalén (; aun cuando este v. no se refiere a ofrendar).
El discurso de Pablo consta de tres partes: (a) introducción (17:22–23), p 198 (b) el Dios no conocido (vv. 24–29), y (c) el mensaje de Dios (vv. 30–31).
Pablo principió su exposición sabiamente, reconociendo que ellos eran muy religiosos. Estas dos palabras traducen la griega deisidaimonesterous que es un término compuesto de tres vocablos deidō (“temer o reverenciar”), daimōn (“deidades, espíritus malos”), y stereos (“firme, duro”). La idea es que los atenienses estaban convencidos y seguros en su reverencia a sus deidades. Esta fue una palabra cuidadosamente seleccionada por el apóstol. Al escucharla, los varones atenienses habrían pensado en sus deidades o dioses. Pero Pablo sutilmente implicó que los suyos eran malos espíritus o demonios, no dioses. Detrás de los ídolos hay demonios (cf. el comentario de 16:16).
4:28–30. Así como el poder y la voluntad soberana de Dios habían antes determinado que Cristo enfrentaría oposición, en aquella ocasión Pedro y Juan oraron para que el poder de Dios se manifestara con todo denuedo en la iglesia apostólica. También pidieron al Señor, les concediera la habilidad sobrenatural para hacer sanidades y señales (sēmeia, cf. 2:43) p 146 y prodigios (terata; cf. 2:43) mediante el nombre de … Jesús.
Aunque hay ciertas dudas en cuanto a ello, esta visita durante el hambre mencionada en 11:27–30 es probablemente la misma a la que se hace referencia en .
17:23. Los atenienses, quienes temían pasar por alto a alguna deidad que no conocieran, habían dedicado un altar al dios no conocido. Cuando Pablo hizo referencia a esto, no hizo énfasis en el altar, sino en su ignorancia del Dios verdadero.
17:24. Ya que Dios … hizo … todas las cosas, es supremo sobre todo, Señor del cielo y de la tierra, (cf. 14:15; cf. Sal. 24:1). Un Dios tan grande no habita en templos humanamente construidos, como suponían los atenienses que moraban sus dioses (cf. las palabras de Esteban en Hch. 7:48–50).
4. persecución de la iglesia en jerusalén (12:1–24)
17:25. Dios es más grande que los templos humanos, pero también es autosuficiente y no necesita de nada de lo que el hombre pueda proporcionarle. Esta verdad apelaría a los epicúreos, quienes creían que los dioses existentes no participaban en los eventos humanos.
La última parte del v., que trata de la vida provista por Dios (cf. v. 28) así como de las necesidades materiales (cf. 14:17), concordaba con la filosofía de los estoicos que pretendían amoldar su vida al gran “propósito” del cosmos. De esa manera, Pablo comenzó su explicación a partir de donde estaban sus oyentes, con la idea de separarlos de sus conceptos inadecuados acerca de la verdad.
4:31. La respuesta del Señor a la petición de los creyentes pidiendo denuedo se manifestó por un temblor en el lugar en que estaban congregados. También incluyó una llenura sobrenatural del Espíritu Santo (cf. v. 8). Cuando Lucas, como en este caso, usa una forma verbal para referirse a la llenura de los creyentes con el Espíritu, por lo general dice que la manifestación del Espíritu fue otorgada soberanamente por Dios. Esto es diferente al imper. en , el cual establece que los cristianos son responsables de ser llenos del Espíritu.
El propósito de esta sección de Hechos es confirmar el rechazo del Mesías por parte de Israel. Lucas ha ido hilando cuidadosamente este tema a través de todo el libro, y puede verse en 4:1–30 (esp. 4:29); 5:17–40; 6:11–8:3; 9:1–2, 29. Esta antipatía de Israel estableció el escenario para el primer viaje misionero.
17:26. De una sangre hace referencia retrospectiva a Adán. Seguramente, esto fue un revés para el orgullo ateniense; ¡ellos también venían de una misma fuente original de creación que los otros! Uno de los propósitos de esa creación había sido poblar el planeta (Gn. 1:28).
Ese Dios todopoderoso ha decretado soberanamente la historia (los tiempos) y las fronteras (los límites) para las naciones (cf. Dt. 32:8). ¡Grecia no era la única nación sobre … la tierra!
a. Martirio de Jacobo (12:1–2)
17:27. Uno de los propósitos de Dios al revelarse en la creación y en la historia es que los hombres busquen a Dios (cf. Ro. 1:19–20), quien aunque soberano (Hch. 17:24), también es inmanente y no está tan lejos que no pueda ser hallado.
17:28. Para respaldar este dicho, Pablo aparentemente citó a Epiménides, poeta cretense (a quien también citó posteriormente en Tit. 1:12): Porque en él vivimos (cf. Hch. 17:25), y nos movemos, y somos. Pablo también citó al poeta Arato, de la tierra natal de Pablo, Cilicia: Porque linaje suyo somos. Esta segunda cita es de la obra de Arato Fainomena. Toda la gente, los atenienses junto con los demás, son linaje de Dios, no en el sentido de que sean sus hijos redimidos o de que posean elementos de la deidad, sino que son creados por Dios y reciben la vida y aliento de él (v. 25). La creación misma y la existencia de los p 199 atenienses dependía de este único Dios ¡a quien ellos no conocían! No podía hacerse una afirmación semejante de ninguno de entre los muchos dioses que adoraban los griegos.
12:1–2. Con mucho arte, Lucas contrastó el amor de la iglesia de Antioquía por los santos de Jerusalén con la fría enemistad de Herodes y los judíos contra la iglesia.
2. disciplina en la iglesia (4:32–5:11)
17:29. La conclusión es inevitable: ya que los humanos han sido creados por Dios … la Divinidad, en ninguna manera puede tener forma de ídolo, o imagen concebida y construida por el hombre (cf. Ro. 1:22–23). (“Divinidad” es traducción de theion, que lit. significa “naturaleza divina”, frecuentemente usado en gr. clásico, pero sólo esta vez y en 2 P. 1:3–4 en el N.T.). Éste sería un concepto revolucionario para los atenienses, cuya ciudad estaba “entregada a la idolatría” (Hch. 17:16) y llena de “santuarios” (objetos de adoración v. 23).
17:30. Dios pasó por alto la ignorancia humana revelada en la idolatría, i.e., había sido paciente. Aunque la gente esté bajo la ira divina (Ro. 1:18) y no tenga excusa debido a la revelación natural (Ro. 1:19–20), Dios pasó “por alto, en su paciencia (anoj̱ē, retrasar, detener) los pecados pasados” (Ro. 3:25). Esto tiene paralelo con Hechos 14:16: “En las edades pasadas, él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos” (cf. el comentario que aparece allí). A través del tiempo, los gentiles han sido responsables de la revelación general que se les ha dado. Ahora, con la proclamación del evangelio por todo el mundo, los gentiles también son responsables de la revelación especial. Su respuesta debe ser obedecer el mandamiento de Dios de que se arrepientan de sus pecados.
El Herodes que aquí se menciona es Agripa I, gobernante bastante popular entre los judíos porque era parcialmente judío debido a su ascendencia asmonea. Su reino cubría casi la misma extensión que la de su abuelo Herodes el Grande. Se le conoce por haber hecho toda clase de cosas para ganar el favor de los judíos, así que consideró que era buena bandera política arrestar a los cristianos y ejecutar a Jacobo, hermano de Juan. Herodes Agripa I murió en el año 44 d.C. Su hijo Herodes Agripa II, fue rey de Judea de 50–70 d.C. Pablo fue llevado a juicio ante Agripa II y su hermana Berenice (25:13–26:32). (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355.)
17:31. En este punto, Pablo presentó un enfoque netamente cristiano. Su referencia al varón claramente se refiere a Daniel 7:13–14 que habla del Hijo del Hombre. Éste, a quien Dios el Padre designó … juzgará al mundo con justicia (cf. Jn. 5:22). La autenticación de la persona y obra de Cristo fue su resurrección. En esta ocasión, de nuevo fue predicada la resurrección de Jesús. La idea de la resurrección (cf. Hch. 17:18, 32) era incompatible con la filosofía griega. Ellos querían librarse de sus cuerpos, ¡no volverlos a tomar! También la idea de un juicio personal era de mal gusto para ellos. El mensaje del evangelio dio en el centro de las necesidades de los atenienses.
Es interesante que Pablo (vv. 30–31) discutiera los tópicos del pecado (arrepientan), la rectitud (justicia) y el juicio (juzgará), que son las mismas áreas en las que Jesús dijo que el Espíritu convencería a la gente (Jn. 16:5–11).
b. Encarcelamiento y liberación de Pedro (12:3–19)
17:32–34. Para un griego era una insensatez que un hombre se levantara de la tumba para vivir para siempre. De manera que unos de ellos se burlaban. Otros, que tenían más discernimiento, dijeron que querían oir acerca de esto otra vez. Como resultado, algunos creyeron, juntándose con él. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago y llamado el areopagita (i.e., miembro del concilio; cf. el comentario del v. 19) y una mujer llamada Dámaris. Otras mujeres que se convirtieron en Hechos incluyen a Lidia (16:14–15), unas cuantas mujeres importantes de Tesalónica (17:4) y un número de mujeres griegas prominentes de Berea (v. 12).
a. División de bienes (4:32–37)
¿Fue un fracaso el ministerio de Pablo en Atenas? Esto es difícil de evaluar porque no hay registro de que se fundara alguna iglesia en esa ciudad. Posteriormente, Pablo se refirió a la “familia” de Estéfanas en Corinto (1 Co. 16:15) como “las primicias de Acaya”. (Atenas estaba en Acaya.) ¿Cómo p 200 pudo haber sido esto, si algunos se convirtieron en Atenas, como lo afirma Hechos 17:34? Probablemente la solución se encuentra en pensar de Estéfanas como “las primicias” de una iglesia de Acaya. Tal vez la palabra “primicias” pueda usarse en un sentido pl., o sea más de una persona.
Este incidente claramente establece que la iglesia era un grupo plenamente identificado que había llegado a ser odiado y despreciado por los judíos.
Si no se inició una iglesia en Atenas, el fracaso no estuvo en el mensaje de Pablo o en sus métodos, sino en la dureza de corazón de los atenienses.
b. En Corinto (18:1–18)
12:3–4. La ejecución de Jacobo agradó a los judíos, de manera que Herodes arrestó y encarceló a Pedro durante los días de los panes sin levadura. Esta fiesta primaveral de siete días seguía inmediatamente a la de la pascua. Herodes se proponía sacarle (a Pedro) al pueblo después de la pascua. La “pascua” aquí se refiere a la combinación del festival de ocho días, que incluía la pascua misma, seguida de los siete días de la fiesta de los panes sin levadura. Herodes tenía por lo menos dos razones para ejecutar a Pedro. Primero, Pedro era conocido como dirigente de la iglesia. Segundo, había fraternizado con los gentiles.
18:1. Sin explicar las circunstancias, Lucas simplemente declaró: Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Las ciudades de Atenas y Corinto, aunque sólo quedan a 80 kms. de distancia, eran bastante diferentes. La primera se destacaba por su cultura y agudeza intelectual, la segunda, por su comercio y libertinaje. Esta última está localizada justo al sur de un istmo que une la península del Peloponeso con Acaya al norte. El comercio terrestre que se movilizaba entre el norte y el sur pasaba por Corinto, tal como lo hacía el comercio marítimo que iba del oriente a occidente. Corinto poseía dos ciudades portuarias: Licaonia localizada a tres kms. al oeste sobre el golfo de Corinto, el cual daba al mar Adriático, y Cencrea, a unos 12 kms. al sureste, que traía comercio del mar Egeo. La punta sur de la península del Peloponeso era muy peligrosa para los viajes marítimos, así que los barcos anclaban en uno de los puertos de Corinto y acarreaban sus mercancías a través del istmo hasta el otro lado para embarcarlas allí.
Lucas tuvo dos razones para incluir este pasaje en este lugar. Por un lado, lo usó para presentar a Bernabé a sus lectores. Una de las técnicas de Lucas es presentar a un personaje de manera rápida, describiéndolo en un papel inferior y luego más adelante llevarlo a escena en un papel más sobresaliente. Esto fue lo que hizo con Bernabé.
En el año 146 a.C., los romanos arrasaron Corinto. Sin embargo, su localización estratégica no permitió que la ciudad muriera y fue reconstruida un siglo después, en el año 46 a.C.
Herodes se aseguró de que el encarcelamiento de Pedro fuera seguro, ¡entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen! Posiblemente esto significa que dos de ellos estaban encadenados a Pedro, uno a cada lado, y dos permanecían de pie montando guardia fuera de la cárcel (cf. vv. 6, 10). Posiblemente, cada uno de los cuatro escuadrones montaba guardia p 175 durante seis horas, ya que es posible que las autoridades recordaran que Pedro se había escapado con anterioridad (cf. 5:19–24) y Herodes no quería que esto volviera a ocurrir.
Como pudiera esperarse de una ciudad que se sostenía del comercio y los viajeros, Corinto era notable por su vida libertina y licenciosa. Era un centro de adoración de Afrodita, la deidad del amor, que promocionaba la inmoralidad en nombre de la religión.
Políticamente, Corinto era una colonia romana y capital de la provincia de Acaya.
12:5. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. El contraste es obvio. Pedro estaba atado, ¡pero la oración corría libremente!
Algunas de las emociones que asaltaban a Pablo cuando llegó a Corinto se ven reflejadas en 1 Corintios 2:1–5. Su debilidad, temor y mucho temblor pueden atribuirse a muchos factores: (1) Llegó solo. (2) Las dificultades con que se había enfrentado desde que llegó a Macedonia deben haberlo llenado de preocupación por lo que le esperaba en Corinto (cf. Hch. 18:9–10) (3) En un mundo endurecido por el desenfreno, Corinto era conocida por su libertinaje sexual.
El hecho de que Pablo llegara solo a Corinto, puede explicar que él mismo haya bautizado a algunos en aquella ciudad, práctica que normalmente delegaba en otros (cf. 1 Co. 1:14–17).
Un segundo propósito del escritor en estos vv. fue mostrar la forma en que Bernabé y el resto de la iglesia contrastan con Ananías y Safira (cap. 5). La generosidad de la iglesia, y especialmente la de Bernabé, se diferenció en gran manera del egoísmo que mostró la mencionada pareja.
12:6. Pedro estaba tan confiado en el Señor, que aquella misma noche, antes del juicio, estaba … durmiendo (cf. ; ). No tenía temor por su vida porque Cristo le había dicho que viviría hasta una avanzada edad ().
18:2. En Corinto, Pablo conoció a Aquila y a Priscila su mujer. Aquila era un judío, oriundo del Ponto, provincia localizada al noreste de Asia Menor y al sur del mar Negro. Desalojados de Roma debido a un edicto que vino de Claudio alrededor del año 49 o 50 d.C. donde decía que todos los judíos saliesen de Roma, Aquila y Priscila habían llegado a Corinto a ejercer su negocio. (Claudio reinó desde al año 41 d.C. al 54 d.C.; V. “Emperadores romanos de tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354.) Suetonio (69?–140 d.C.), biógrafo de los emperadores romanos, describió lo que puede haber sido la causa de semejante p 201 decreto. En su Vida de Claudio (25. 4) se refirió a los constantes alborotos provocados por los judíos a instigación de Cresto. Posiblemente, el nombre de Cresto sea una referencia a Cristo.
No se sabe si Aquila y Priscila ya eran cristianos antes de conocer a Pablo. El hecho de que Aquila sea llamado “un judío” no quiere decir que conociera a Cristo (cf. Apolos, un judío; Hch. 18:24). Tampoco debe aducirse que Pablo vivió con ellos porque eran cristianos; se quedó con ellos porque eran fabricantes de tiendas como él (v. 3).
12:7–10. Esta es la segunda vez que un ángel ayuda a Pedro a escapar (cf. 5:17–20). El ángel, despertando a Pedro, le dijo que se vistiera y lo siguiera fuera de la prisión. Dios obró de una manera sobrenatural, de manera que las cadenas se le cayeron de las manos. Los guardias permanecieron dormidos y después, el ángel abrió la puerta de hierro.
Muchas veces, el nombre de Priscila aparece antes del de Aquila (vv. 18–19, 26; Ro. 16:3). Esto puede ser por causa de que procedía de una familia noble.
18:3. Su negocio era hacer tiendas. El término usado aquí es skēnopoioi, el cual, dicen algunos, incluye trabajar con cuero. Tal vez el cuero se usaba en la fabricación de las tiendas así como el pelo de cabra, artículo por el que era bien conocida la provincia natal de Pablo, Cilicia.
12:11. Uno de los subtemas de Hechos es el crecimiento del evangelio a pesar de la oposición. Esto se ve en la liberación del apóstol. Cuando Pedro volvió en sí, animado por el aire fresco de la noche, reconoció la liberación que Dios le había dado de la mano de Herodes y de los judíos. Fue entonces que se dio cuenta de que no era una visión (v. 9).
4:32–35. Los creyentes estaban unidos no sólo espiritualmente (eran de un corazón y un alma) sino también materialmente (cf. 2:44–45 y el comentario). La venta de sus bienes fue voluntaria y la distribución se hacía de acuerdo a la necesidad. El Señor respondió a sus oraciones pidiendo denuedo (4:29) porque los apóstoles siguieron predicando la resurrección de Cristo. Gracia (v. 33) es otra de las palabras que se usan frecuentemente en Hechos (e.g., 6:8; 11:23; 13:43; 14:3, 26; 15:11, 40; 18:27; 20:24, 32; etc.).
Como todavía es común en el medio oriente, el taller de trabajo de un hombre estaba en el primer nivel de la casa y los cuartos de vivienda en la parte superior.
18:4. Una vez más, Pablo, de acuerdo a su costumbre, inició su obra de evangelismo en la sinagoga (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:19; 19:8).
12:12. Este v. introduce al lector a Juan Marcos, quien figura en forma destacada en el primer viaje misionero de Pablo. Es evidente que su madre, María, era una mujer prominente que tenía dinero. Probablemente su casa era el lugar principal de reunión para la iglesia, de manera que debe haber sido espaciosa. Ya que no se menciona al padre de Juan Marcos, María pudo haber sido viuda. Se considera que este Marcos fue el escritor del evangelio que lleva su nombre (cf. ; ).
18:5. Con la llegada de Silas y Timoteo … de Macedonia (cf. 17:14–15), Pablo se entregó por entero a la predicación. El vb. gr. que se traduce como “estaba entregado por entero” es syneij̱eto (de synej̱o) el cual aquí usado en voz pas. significa “ser constreñido”. Muchos factores acerca de la llegada de Timoteo y Silas animaron a Pablo: (1) Evidentemente la pareja trajo ayuda financiera desde Macedonia (cf. 2 Co. 11:9; Fil. 4:15). Debido a ello, ya no era necesario que Pablo siguiera trabajando en su oficio y podía entregarse de lleno a la obra del evangelio. (2) Las buenas noticias acerca de la estabilidad de la iglesia de Tesalónica reanimaron a Pablo (cf. 1 Ts. 3:6–8). (3) Su compañía debe haber sido de gran ánimo para el apóstol.
El mensaje que siguió predicando fue el mismo que había aprendido en el camino a Damasco: Jesús es el Cristo, es decir, el Mesías (cf. Hch. 2:36; 3:18, 20; 17:3; 18:28).
12:13–17. La historia de la inesperada llegada de Pedro a la casa de Marcos está llena de humor e interés humano. Aquí también se hace evidente el gozo que es un subtema del libro de Hechos. Una muchacha … Rode, quien respondió al llamado que Pedro hiciera a la puerta … reconoció su voz. Aunque los santos estaban orando fervientemente (v. 5) por la liberación de Pedro, no esperaban una respuesta tan inmediata. Cuando Rode insistió en que Pedro estaba a la puerta, le respondieron ¡Estás loca!… ¡Es su ángel! Esta exclamación implica una creencia en los ángeles personales; i.e., los que están asignados a individuos (cf. ; ). También sugiere la creencia en que un ángel es igual en apariencia a la persona con quien está identificado.
18:6. Una vez más se ve el patrón de la oposición judía al evangelio, seguido del subsecuente cambio de Pablo a los gentiles (cf. 13:7–11, 46; 14:2–6; 17:5; 19:8–9; 28:23–28).
4:36–37. José recibió el sobrenombre de Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), evidentemente por su carácter y capacidad de animar a aquellos que estaban desanimados.
El hecho de que Pablo se sacudiera los vestidos es paralelo con el acto de Pablo y Bernabé de sacudir sus pies (13:51). Cuando Pablo dijo: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza, se estaba refiriendo a la destrucción de los incrédulos y a la responsabilidad que tenían en ello (cf. Ez. 33:1–6).
Cuando vieron a Pedro, se quedaron atónitos (exestēsan; cf. 9:21). La mención que Pedro hace de Jacobo indica que éste tenía un lugar prominente en la iglesia de Jerusalén. Claramente se ve que este Jacobo era el medio hermano del Señor.
18:7–8. Después de que Pablo salió de la sinagoga, encontró un lugar ideal para predicar el evangelio a la asamblea de los santos, en la casa de … Justo, junto a la misma sinagoga Quizá era gentil, porque se le denomina temeroso de Dios (cf. 16:14; 17:4). Además, Crispo … creyó en el Señor con toda su casa. Éste debe haber sido muy conocedor de las Escrituras del A.T. y su conversión indudablemente sirvió de impulso para que muchos de los corintios se convirtieran.
18:9–11. Algunas circunstancias amenazadoras deben haber causado la visión del Señor. Tal vez era la respuesta de Dios al voto hecho por Pablo p 202 (cf. v. 18 y los comentarios que allí se hacen). El Señor animó a Pablo a que siguiera ministrando en Corinto, asegurándole que ningún mal vendría sobre él. Sin duda, el apóstol recibió con beneplácito esas palabras debido a los ataques recientes que había sufrido en otras ciudades (cf. 17:5, 13) y allí mismo en Corinto (18:6). Pablo siguió obedientemente la dirección del Señor y se detuvo allí un año y seis meses (cf. v. 18), sólo en Éfeso se quedó más tiempo, unos dos o tres años (19:10; 20:31).
Después de darse a conocer a los hermanos, Pedro salió, y se fue a otro lugar pero no se sabe a dónde. Según , es posible que fuera a Asia Menor. Posteriormente estuvo en Antioquía de Siria (). También Pablo menciona el ministerio itinerante de Pedro (; ).
Es interesante notar que la palabra utilizada para pueblo en 18:10 es laos, con frecuencia se usaba para referirse al pueblo de Dios, Israel. Claramente, los planes de Dios para el mundo incluían que la iglesia tomara temporalmente el lugar de su pueblo escogido, los judíos (cf. Ro. 11:11–21).
¿Cómo podía un levita poseer una propiedad como la de Bernabé? ¿No estaba prohibido que los levitas poseyeran tierras? (, ) La respuesta puede ser que mientras los levitas no debían poseer tierras en Israel, podían tenerlas en cualquier otro lado. Aparentemente, Bernabé, siendo de la isla de Chipre, poseía tierras en aquel lugar. También es posible que su esposa tuviera algún terreno en Israel y que lo vendieron juntos. Lo más probable es que ya no se respetaba la restricción de , , como se ve en el caso de Jeremías (cf. ; ).
18:12. Los vv. 12–17 son un punto crítico en la apologética de Lucas. Primero, son importantes por causa de quién era Galión, un procónsul romano y gobernador de Acaya; cualquier decisión tomada por él establecería un precedente legal. Además, era hermano de Séneca (4? a.C.–65 d.C.), filósofo de gran influencia en Roma.
12:18–19. Después de investigar acerca de la huida de Pedro, Herodes interrogó a los guardas y en consecuencia determinó llevarlos a la muerte. El monarca no dudó en justificar su violencia al razonar que los p 176 guardas que dejan escapar a los prisioneros son irresponsables e indignos de confianza. De esta manera, perdió 16 carceleros (cf. v. 4). Luego, Herodes salió de Judea para quedarse por algún tiempo en Cesarea, capital de la provincia romana de Judea, desde la cual el gobernador romano dirigía a la nación.
Los judíos incrédulos no se iban a detener por eso en su oposición a Pablo (cf. v. 6). Más bien, se unieron y le llevaron al tribunal.
18:13–15. Los judíos acusaron a Pablo de persuadir a los hombres a honrar a Dios contra la ley romana. Roma no permitía la propagación de nuevas religiones. El judaísmo era una creencia aceptada y establecida, pero los judíos estaban diciendo que el cristianismo era un culto nuevo y diferente del judaísmo.
c. Muerte de Herodes Agripa I (12:20–23)
Sin embargo, Galión lo vio de una manera distinta. Para él, el cristianismo estaba bajo el amparo del judaísmo y por lo tanto no eran cuestiones para ser establecidas en una corte civil. Esta decisión fue crucial, porque equivalía a legitimar el cristianismo a los ojos de la ley romana.
18:16–17. La explosión espontánea de violencia contra Sóstenes, principal de la sinagoga, puso de manifiesto el espíritu de antisemitismo que existía debajo de la superficie en la sociedad de Corinto. Por su lado, los gentiles no querían saber nada de los pleitos entre los judíos. Evidentemente, Sóstenes había llegado a ser el principal de la sinagoga en lugar de Crispo y había dirigido la acusación de los judíos contra Pablo. Posiblemente sea el mismo Sóstenes que posteriormente se convirtió y a quien Pablo se refiere en 1 Corintios 1:1.
b. Engaño de Ananías y Safira (5:1–11)
12:20–23. Tiro y Sidón pertenecían a la circunscripción del gobierno de Herodes. Por alguna razón, la gente de aquella región había incurrido en su enojo. Ya que esas ciudades dependían de Galilea en cuanto a la provisión de grano, deseaban hacer las paces con Herodes Agripa. Probablemente sobornaron a Blasto, que era camarero mayor del rey, para que propiciara una reconciliación. Y un día señalado, cuando Herodes estaba dando su discurso, el pueblo lo honró como a un dios, y Dios el Señor lo castigó con la muerte. Esto sucedió en el año 44 d.C. Este relato es paralelo al que da Josefo en Antigüedades de los Judíos (19. 8. 2). Después de la muerte de Herodes, Félix y Festo gobernaron sucesivamente Judea.
Este insignificante incidente nada se le daba a Galión. Aunque hubo violencia, no le interesaban los asuntos religiosos.
18:18. El tiempo exacto de la permanencia de Pablo en Corinto no está claro, ya que los 18 meses (v. 11) pueden empezar a contarse desde el tiempo de la visión de Pablo (vv. 9–10) o pueden incluir todo el tiempo que Pablo pasó allí (del v. 5 en adelante).
Tres hijos de Herodes figuran en forma destacada en la última parte de la narración de Hechos. Ellos son: Drusila, esposa de Félix (24:24–26); Berenice (25:13, 23) y Herodes Agripa II (25:13–26:32).
Después, Pablo se fue de Corinto, rumbo a la iglesia que lo había enviado, Antioquía sobre el río Orontes en Siria. Pero antes de salir se rapó la cabeza en Cencrea, el puerto que estaba al sureste de Corinto, porque tenía hecho voto aunque no se establece cuándo lo hizo. Quizá fue cuando salió de Troas para Macedonia, o al principio de su ministerio en Corinto, o más posiblemente, antes de que el Señor le diera la visión (vv. 9–10). Tal vez el voto consistía en dejarse crecer el cabello y para entonces ya había terminado el tiempo del voto de nazareo (después de como año y medio), por p 203 lo que Pablo se hizo un corte de cabello en Cencrea (cf. Nm. 6:1–21).
Josefo escribió acerca de algunos judíos que después de algún infortunio acostumbraban raparse la cabeza y se rehusaban a ofrecer sacrificios durante 30 días (Guerras judías 2.15.1). Si éste fuera el caso, Pablo se habría cortado el cabello al iniciar su voto. Pero esto es algo improbable porque no se menciona ninguna enfermedad o alguna otra aflicción (a menos que 2 Co. 12:7–9 pueda incluirse aquí).
Esta historia nos hace pensar en la de Acán, como se relata en (cf. ; ).
d. Prosperidad de la iglesia (12:24)
Mientras Pablo estaba en Corinto, escribió 1 y 2 Tesalonicenses (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos” en el Apéndice, pág. 357).
4. conclusión del segundo viaje misionero (18:19–22)
12:24. Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba (cf. palabras similares en 6:7; 13:49; 19:20). A pesar de la oposición y de la persecución, el Señor soberanamente prosperaba la obra de su iglesia. Con este informe de avance, Lucas trajo a su fin otra sección de su escrito (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31). Desde Antioquía, el mensaje del evangelio estaba listo para seguir rumbo a Asia Menor.
18:19. Priscila y Aquila acompañaron a Pablo hasta Éfeso. Evidentemente Silas y Timoteo permanecieron en Macedonia y Acaya para supervisar las iglesias. No se sabe el motivo por el que Priscila y Aquila se trasladaron a Éfeso. Probablemente por el bien del evangelio.
Como en toda ciudad donde había una sinagoga, Pablo entró y discutía con los judíos (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4; 19:8).
B. Crecimiento de la iglesia en Asia Menor (12:25–16:5)
5:1–2. El pecado de Ananías y Safira su mujer se explica en los vv. 3–4, 9. Por supuesto, ellos pudieron haber guardado el producto de la venta de su heredad, pero por acuerdo mutuo mintieron, diciendo que habían dado todo el dinero, cuando en realidad sólo habían entregado una parte … del precio.
18:20–21. A diferencia del obstinado rechazo a creer de los judíos en otras sinagogas, los de Éfeso desearon tener más intercambio con Pablo. Sin embargo, él quería seguir su viaje de regreso a casa. Algunos mss. añaden que el deseo de Pablo era ir a Jerusalén con el fin de estar en una fiesta. Si esto es cierto, probablemente quería ir para cumplir con la pascua.
18:22. Después de tocar tierra en Cesarea, en la costa palestina, un viaje de unos 800 kms. desde Éfeso, Pablo subió (a Jerusalén) para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. “Subió” y “descendió” son términos casi técnicos que se refieren a ir a y salir de la elevación más alta de Jerusalén.
1. llamamiento y dedicación de bernabé y saulo (12:25–13:3)
5. conquista de éfeso (18:23–19:20)
[Tercer viaje misionero, 18:23–21:16]
12:25. Después de depositar en manos de los ancianos de Jerusalén (11:27–30) la ofrenda monetaria que llevaron a causa del hambre que se estaba sufriendo, Bernabé y Saulo regresaron a Antioquía y llevaron con ellos desde Jerusalén () a Juan … Marcos (cf. 13:5), sobrino de Bernabé ().
a. Inicio del tercer viaje de Pablo (18:23)
La frase a los pies de los apóstoles es la misma que se usa en 4:35, 37 y hace un marcado contraste entre la acción de Ananías y la de Bernabé.
18:23. Usando muy pocas palabras, Lucas relata la primera parte del tercer viaje misionero del apóstol (V. “Mapa del tercer viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 359). Obviamente, la meta del autor era destacar el ministerio de Pablo en Éfeso. En el viaje que hizo a esa ciudad, ministró en Galacia y … Frigia (cf. 16:6), confirmando a todos los discípulos. Sin duda, muchos de ellos eran convertidos de su segundo viaje misionero. Por esa razón, se usa el incidente de 18:24–28 para introducir la obra de Pablo en Éfeso.
[Primer viaje misionero, caps. 13–14]
b. La instrucción que recibió Apolos (18:24–28)
En este episodio (18:24–28) y en el siguiente (19:1–7), se aprecia la naturaleza transicional de esta fase de la historia de la iglesia. Puede asumirse de 19:1–7 que Apolos no había recibido el bautismo cristiano y probablemente tampoco el Espíritu Santo.
13:1. La iglesia que estaba en Antioquía llegó a ser entonces la base de operaciones del ministerio de Saulo. Jerusalén seguía siendo la iglesia madre, pero la iglesia misionera era Antioquía, la cual quedaba en el río Orontes (V. “Mapa del primer viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 356). Además, Pedro dejó de ser la figura central para dar lugar a Saulo.
Esta sección de Hechos también muestra que el cristianismo es resultado lógico de las enseñanzas del A.T. y del ministerio de Juan el Bautista. De hecho, el mensaje de Pablo era superior al de aquel gigante espiritual. Aunque el mensaje de Juan había llegado tan lejos como Alejandría y Éfeso, p 204 su obra sólo podía realizarse plenamente a través de Cristo.
p 147 5:3. En respuesta, Pedro acusó a Ananías diciendo: llenó Satanás tu corazón. El vb. que se traduce por “llenó” es eplērōsen, de plēroō, que aquí da la idea de control o influencia. El mismo vb. se usa en el mandamiento: “sed llenos del Espíritu Santo” (). Ananías, un creyente, fue influenciado por Satanás, ¡no por el Espíritu! El hecho de que Pedro preguntara ¿por qué …? (“¿cómo es que …?”, NVI) implica que Satanás había tomado control de Ananías porque no había arreglado cuentas de un pecado anterior.
18:24. Lo que tuvo lugar en los vv. 24–28 ocurrió después de que Pablo salió de Éfeso (v. 21) y antes de su regreso (19:1). Durante ese intervalo se había iniciado una iglesia, probablemente debido a la influencia de Aquila y Priscila. A esa iglesia llegó el carismático Apolos procedente de Alejandría, que estaba en el norte de África. Por ser un judío, tenía buen conocimiento de las Escrituras del A.T.
La diversidad de trasfondos culturales de los dirigentes de la iglesia de Antioquía muestra la naturaleza cosmopolita que tenía. Bernabé era judío de Chipre (4:36). Simón también era judío, pero su sobrenombre latino Niger no solamente indica que era de tez oscura, sino que se movía en el ambiente romano. Tal vez fuera el Simón de Cirene que cargó la cruz de Cristo (; ), pero esto es en gran manera cuestionable. Lucio era de Cirene, del norte de p 177 África (cf. ). Manaén tenía contactos en círculos altos, porque se había criado junto con Herodes el tetrarca, o sea Herodes Antipas, quien decapitó a Juan el Bautista, y que humilló grandemente al Señor durante su juicio (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355). Alguien de su corte (Manaén) llegó a ser discípulo y otro (Herodes), un antagonista. Al final de la lista, porque era el último en este escenario, estaba Saulo, judío entrenado en las escuelas rabínicas. A pesar de que cada uno de ellos tenía distinto trasfondo, fungían como uno solo.
18:25. Su doctrina respecto al Señor era correcta, pero incompleta. Probablemente esto significa que Apolos no sabía nada acerca del bautismo del Espíritu Santo. El bautismo de Juan simbolizaba la limpieza de parte de Dios cuando la persona se arrepentía ante el Señor (cf. 19:4). Pero el bautismo cristiano representa la unión del creyente con Cristo en su muerte, sepultura, y resurrección y se efectúa por medio del bautismo del Espíritu Santo (cf. Ro. 6:3–10; 1 Co. 12:13; Gá. 3:27; Col. 2:12).
18:26. En vez de corregir a Apolos en público, Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios (cf. “el camino del Señor” v. 25).
Tal vez el nombre de Bernabé aparezca primero en la lista porque, como delegado de la iglesia madre, tenía la posición de más influencia.
18:27–28. Equipado con esta nueva doctrina, Apolos cruzó el mar Egeo rumbo a Acaya (tal vez a Corinto) donde fue maravillosamente usado por Dios. Con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras (las cuales conocía bien, v. 24) que Jesús es el Cristo. Este también era el método que Pablo usaba (v. 5). Tan podero so fue el ministerio de Apolos, que algunos creyentes divisionistas de Corinto formaron un partido que lo apoyaba (1 Co. 1:12). No hay indicación de que él haya promovido semejante división y Pablo tampoco lo consideró responsable de ella.
c. Influencia del evangelio (19:1–20)
5:4. Pedro calificó la mentira de Ananías como hecha “al Espíritu Santo” (v. 3). En este v., Pedro se refirió a esa mentira como que la hicieron a Dios. Esta es una afirmación de la deidad del Espíritu Santo.
13:2. Es evidente que Dios dio a conocer su voluntad en la iglesia a través de los profetas (cf. v. 1). Con frecuencia en Hechos, el Espíritu Santo dio instrucciones a los líderes establecidos por Dios (e.g. 8:29; 10:19; 13:4). Aquí dirigió a los cinco, mientras estaban ministrando … y ayunando, para que apartaran a Bernabé y a Saulo. Una vez más se subraya el principio de una pareja que trabaja junta. El vb. apartadme (aforizō) se usa en relación a tres separaciones en la vida de Saulo. La primera, en su nacimiento cuando fue apartado para Dios (). Otra, en su conversión, donde se dice que fue apartado para el evangelio (). Y la última cuando se dice que en Antioquía fue apartado para un servicio específico ().
(1) Con los doce (19:1–7). 19:1–2. Éfeso llegó a ser la base de operaciones de Pablo durante su tercer viaje misionero. También era el hogar del templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Su templo, de acuerdo a las ruinas que aún existen, era de 71 mts. de ancho y 125 mts. de largo, ¡cuatro veces el tamaño del Partenón de Atenas! Como centro comercial, Éfeso era la ciudad principal de la provincia de Asia. Las extensas ruinas existentes revelan la gloria de su pasado. Sin embargo, el río Caistro azolvó completamente el puerto y posteriormente fue abandonado. Durante el tiempo de Pablo la ciudad estaba cerca de su cenit.
Llegando a esa área metropolitana por la carretera interior (tal vez la ruta más corta), Pablo encontró a ciertos discípulos. Lo que Lucas quiso decir con “discípulos” no está claro. Normalmente él usaba la expresión para referirse a los cristianos. Puede que aquí tenga ese significado, porque la interrogante de Pablo menciona cuando creísteis (i.e., creyeron en Jesucristo).
13:3. Los dirigentes de la iglesia impusieron las manos a Bernabé y a Saulo y los despidieron. Este acto identificó a la iglesia con el ministerio que realizarían, así como con el reconocimiento de que Dios los dirigía (cf. la autoidentificación de Ananías con Saulo al imponerle las manos, 9:17). Dos de los más selectos líderes fueron enviados en esa primera misión.
La respuesta de esos discípulos es algo enigmática. Cuando dijeron Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo, tal vez signifique que no habían escuchado que había sido enviado o que se estaba dando. Una construcción similar se usa en gr. en Juan 7:39. Además, Juan el Bautista claramente predijo la obra venidera del Espíritu Santo (Mt. 3:11; Mr. 1:8; Lc. 3:16; cf. Juan 1:32–33).
19:3–4. Como Apolos (18:25), esos discípulos efesios tenían conocimiento p 205 sólo del bautismo de Juan, la señal de arrepentimiento hacia Dios (Mt. 3:2, 6, 8, 11; Mr. 1:4–5; Lc. 3:8). Pablo les dijo que Juan señalaba hacia Jesucristo como aquel en quien ellos debían creer (Mt. 3:11–12; Mr. 1:7–8; Lc. 3:16–17).
El hecho de que los creyentes tuvieran derecho a guardar su dinero, muestra que no se trataba de socialismo cristiano. Más bien, era un arreglo en que operaba el libre ejercicio de la voluntad, y cada quien daba para el sostenimiento de la iglesia y ésto sólo temporalmente, porque es evidente que la iglesia primitiva esperaba el regreso de Cristo durante su generación.
2. gira en asia menor (13:4–14:28)
19:5. Este es el único lugar del N.T. que se refiere a que alguien se haya vuelto a bautizar. Claramente, el ministerio de Juan fue preparatorio, porque Cristo es el cumplimiento de todas las cosas.
19:6. La imposición de las manos puede haber sido en relación con el bautismo. Una posibilidad más cierta es que se haya efectuado después de ello. Como resultado, el Espíritu Santo vino sobre esos discípulos y hablaban en lenguas, y profetizaban. La mención de las lenguas en Hechos confirma la declaración de Pablo de que “son por señal … a los incrédulos” (cf. el comentario de 1 Co. 14:22). El propósito de las lenguas era eliminar la incredulidad. El cuadro que aparece en el Apéndice compara el uso de las lenguas en Hechos y señala su propósito específico (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360).
a. En Chipre (13:4–12)
Debe notarse que la recepción del Espíritu Santo en Hechos no sigue ningún patrón establecido. Algunas veces vino a los creyentes antes del bautismo (Hch. 10:44), en otras, durante o después del bautismo (8:12–16; 19:6), o por la imposición de las manos apostólicas (8:17; 19:6). Aun así, Pablo declaró (Ro. 8:9) que cualquiera que no tiene el Espíritu Santo no es cristiano. Obviamente Hechos, que es un libro de transición, no debe ser usado como fuente doctrinal acerca de cómo se recibe el Espíritu Santo (cf. el comentario acerca de las lenguas, 1 Co. 13:8–14:25, Tomo 3 de este Comentario).
19:7. La referencia a los doce hombres no implica, como algunos han sugerido, que la iglesia es el nuevo Israel. Si ese número tuviera algún significado, sería que Israel todavía está pendiente de experimentar la plenitud del Espíritu (cf. Ez. 36:26–27; Jl. 2:28–32; Zac. 12:10–14).
13:4. Bajo la dirección del Espíritu Santo (cf. v. 2), primero descendieron a Seleucia, puerto a 26 kms. de Antioquía, y de allí navegaron a Chipre. Esa isla, conocida en el A.T. como Quitim (), era el lugar donde había nacido Bernabé (). Esto implica que él era quien iba dirigiendo el equipo (cf. el orden de los nombres en 13:2, 7).
(2) En la sinagoga. 19:8. De acuerdo a su promesa (18:21) Pablo regresó a la sinagoga de Éfeso y habló con denuedo por espacio de tres meses. Presentarse por tres meses en una sinagoga sin que se levantara un alboroto, fue una victoria para Pablo. Tal vez la naturaleza cosmopolita de Éfeso hizo que los judíos de aquel lugar fueran más tolerantes. Con referencia al denuedo de los apóstoles, V. el comentario de 4:13.
5:5–6. Al oir Ananías estas palabras, cayó y expiró. Como Pedro escribió posteriormente, el juicio comienza “por la casa de Dios” (). Este es un caso de “pecado de muerte” (). Esta disciplina fue muy severa porque estaba destinada a ser un ejemplo, así como Acán lo fue para Israel (cf. ).
El tema de su discusión fue el reino de Dios, el cual obviamente incluía a la persona y obra de Cristo, pero a la vez debe haber sido un atisbo de su reino milenial (cf. 1:3, 6).
13:5. Salamina era la ciudad más grande de la parte oriente de Chipre. Es evidente que en aquel lugar residía un número grande de judíos, porque Bernabé y Saulo anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas, no en una sinagoga.
(3) En la escuela de Tiranno (19:9–12). 19:9. Una vez más surge el conocido patrón de oposición judía (cf. 18:6). Esta vez, los judíos maldijeron el Camino (acerca de “el camino,” cf. 9:2; 19:23; 22:4; 24:14, 22) delante de la multitud. Así que se apartó Pablo de ellos.
Después de sacar a los creyentes de la sinagoga, enseñó cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Aparentemente este señor puso su escuela a la disposición de los maestros itinerantes. Un ms. gr. añade que el local estaba disponible de las 11 a.m. a las 4 p.m., horario en que la mayoría de la gente tomaba su comida del mediodía y una “siesta”. Esta tradición probablemente es correcta. Durante el resto del día, Pablo desempeñaba su oficio (20:34).
Fue muy sabio ir a esos centros religiosos: (1) En ese tiempo se daba prioridad a que fueran los judíos quienes primero recibieran el evangelio (cf. ; ; ; , ; ). (2) Los gentiles que asistían a la sinagoga serían campo fértil para sembrar el evangelio, porque ya estaban familiarizados con el A.T. y el anuncio del Mesías.
19:10. Pablo ministró en Éfeso p 206 por espacio de dos años. Pero de acuerdo a Hechos 20:31, estuvo allí durante tres. Ya que era costumbre contar una parte de la unidad como un todo, en realidad su ministerio duró de dos a tres años.
5:7–10. Luego Safira, sin haberse percatado de la repentina muerte de su esposo, también mintió sobre la cantidad en que habían vendido la heredad.
Tan efectiva fue su labor, que el evangelio se extendió por toda la provincia de Asia, la costa occidental de la moderna Turquía. Durante ese tiempo se fundaron las iglesias de Colosas, Laodicea y de Hierápolis (Col. 4:13). Algunos creen que las siete iglesias mencionadas en Apocalipsis 2–3 se iniciaron en ese tiempo, pero esto no puede afirmarse con seguridad.
Juan Marcos, el sobrino de Bernabé (), iba con ellos de ayudante (cf. ). Lo que se trata de decir con la palabra “ayudante” (jypēretēn) es cuestionable. Probablemente ayudaba en la instrucción de los nuevos creyentes, en los bautizos (cf. ), y en cualquier cosa que estuviera a su alcance.
19:11–12. Estas proezas de Pablo son milagros semejantes a los que Pedro realizó en 5:15–16. Es evidente que la mano de Dios estaba sobre Pablo bendiciéndole y autenticando su ministerio. Es posible que los paños o delantales fueran símbolos tangibles del poder de Dios a través del apóstol pero no tenían poderes mágicos en sí mismos. Ciertamente ésta no es base para que en la actualidad la gente trate de repetir un milagro semejante. Como se ve muchas veces en Hechos, los milagros confirmaban la obra de los apóstoles (2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 8:6, 13; 14:3; 15:12; cf. 2 Co. 12:12; He. 2:3–4).
La mención de espíritus malos tiende un puente entre esta porción y el incidente que sigue (Hch. 19:13–20).
13:6. No se registran los resultados del ministerio en Salamina. Pafos, a 160 kms. al sureste de Salamina, p 178 lugar donde estaba el gobierno provincial, fue el siguiente punto donde tuvieron ministerio. Lo que tuvo lugar allí tiene gran significado para el progreso del evangelio a los gentiles.
(4) Con exorcismo y hechicería (19:13–20). Uno de los temas de Hechos es la victoria de Cristo sobre el ocultismo (cf. 8:9–24; 13:6–12; 16:16–18). Este incidente es otro ejemplo de su poder sobre los demonios.
Pedro acusó a Safira de estar de acuerdo con Ananías para tentar al Espíritu del Señor. “Probar el Espíritu del Señor” es ver cuánto uno se puede desviar sin que él lo castigue; equivale a retarlo para ver si va a cumplir su palabra, o llevarlo hasta los límites del juicio (cf. ; ).
19:13. Algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, quienes obviamente usaban gran variedad de encantamientos y métodos mágicos intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus demoniacos.
En Pafos, Bernabé y Saulo se encontraron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús. La palabra “mago” (magos) puede describir a un consejero o caballero honorable (e.g., los “magos” de , , ); o puede referirse a un brujo fraudulento, como en este caso. Está relacionada con el vb. “practicar magia” (mageuō), usado con respecto a Simón ().
19:14. Se dice que Esceva era judío, y jefe de los sacerdotes. Pero tal vez él fue quien se autonombró así y Lucas simplemente registra su jactancia. O tal vez fuera en verdad un jefe sacerdotal cuyos siete hijos se habían extraviado siguiendo el exorcismo.
19:15. Puede haber algún significado en la variación de vbs. asignados a “conozco” usado por el espíritu malo (i.e., el demonio). Él dijo: A Jesús conozco (ginōskō, “conocer por interacción y experiencia”), y añadió sé quien es Pablo (epistamai, “tener conocimiento acerca de, entender”). Pero el demonio no sabía quiénes eran los hijos de Esceva.
13:7. Resulta que Barjesús era uno de los asistentes del procónsul Sergio Paulo. Este mago se sintió muy amenazado por el interés intelectual del procónsul en el evangelio. Los procónsules eran gobernadores designados por el senado romano. Por su lado, los procuradores eran nombrados por el emperador. En el N.T. se mencionan tres procuradores de Judea: Poncio Pilato (26–36 d.C.), Antonio Félix (52–59? d.C.), y Porcio Festo (59–62 d.C.).
19:16. En vez de ser exorcizado, el hombre poseído por el demonio adquirió una fuerza sobrenatural y saltó sobre todos los siete (amfoterōn normalmente significa “ambos” pero también puede aplicarse a “todos”), dominándolos. Los siete hijos huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Los demonios algunas veces pueden hacer que aquellos a quienes tienen poseídos adquieran poderes físicos poco comunes (cf. Mr. 5:3–4).
19:17–18. El resultado fue que sobrevino temor (o asombro, fobos) tanto a judíos como a gentiles (cf. 5:5) y alta estima por el nombre de Jesús (en contraste con el intento de usar su nombre para hacer el exorcismo; cf. 19:13). Muchos cristianos también habían estado involucrados en la hechicería y el espiritismo y abiertamente vinieron confesando y dando cuenta de sus hechos. El sustantivo que se traduce como “hechos” es praxeis, que probablemente describe dichos y fórmulas mágicas. El dar a conocer p 207 sus secretos podría hacer que perdieran sus poderes.
5:11. Como resultado de la disciplina a esta pareja, todos los creyentes y no creyentes que oyeron estas cosas sintieron gran temor. Esta fue una consecuencia ya establecida en el v. 5 y repetida aquí para poner énfasis (cf. 19:17).
13:8. El mago … procuró apartar de la fe al procónsul. El nombre Elimas ofrece algo de problema. Probablemente fuera la palabra semítica que significa “mago”, la cual se le dio, o que él mismo tomó como sobrenombre.
19:19. Además, muchos … quemaron sus manuales de magia. En la hechicería la gente, con la asistencia de demonios, busca dominar a otros. La palabra que se traduce por “piezas de plata” es en realidad argyriou, la cual simplemente significa “plata”. Por lo tanto, el valor de las monedas es desconocido. Pero cincuenta mil piezas de plata era una gran suma.
19:20. La iglesia purificada llegó a ser una iglesia poderosa y creciente. (La propagación de la palabra del Señor también se menciona en 6:7; 12:24; 13:49.) Con este sexto informe de avance, Lucas concluye otra sección de su libro (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 28:30–31).
13:9. Fue en aquel momento que Saulo (por primera vez se le llama Pablo) se puso al frente del grupo misionero y asumió el liderazgo. Probablemente era más agresivo y conocía mejor que Bernabé la mente de los gentiles. Desde entonces en adelante, Pablo fue el líder y su nombre se antepuso al de Bernabé, con excepción de las veces que estuvieron en Jerusalén (15:12, 25) y en 14:14.
D. Extensión de la iglesia a Roma (19:21–28:31)
1. culminación del tercer viaje (19:21–21:16)
Además, desde ese momento se le llamó con el nombre romano Pablo. Su apelativo judío solamente se usó para hacer mención de su vida anterior durante sus testimonios personales (22:7; 26:14).
El propósito de este relato es múltiple: (1) Revela el desagrado que Dios siente por el pecado, particularmente la deshonestidad dentro de la iglesia. (2) Marca una gran diferencia entre la iglesia e Israel, porque en éste nunca se vio una disciplina semejante. La palabra iglesia (usada por primera vez aquí en Hechos) se refiere aquí, en 9:31 y 20:28 a la iglesia universal y en 11:26 y 13:1 a las congregaciones locales. (3) Indica que Dios estaba obrando en esta nueva entidad.
a. El disturbio de Éfeso (19:21–41)
19:21. Este v. marca el tono que seguirá el resto del libro. La mira de Pablo estaba ahora puesta en Roma (vía Jerusalén) con la meta final de llegar hasta España (Ro. 1:15; 15:22–24). Lucas no hace referencia a ese país porque uno de sus propósitos al escribir Hechos fue trazar el extendimiento del evangelio hasta que Pablo llegó a Roma, centro del mundo conocido. Muchos han observado que el evangelio de Lucas se enfoca en Jerusalén, mientras que Hechos pone énfasis en la salida del evangelio desde Jerusalén hacia Roma. Parece que esas dos ciudades son el punto focal de Lucas/Hechos.
13:10. En ar., Barjesús significa “Hijo de Jesús”. Pero Pablo le dijo que en vez de ser hijo de Jesús (que significa “Jehová es Salvación”), Elimas era hijo (juie, lit. “hijo”) del diablo. Pablo lo insultó usando lenguaje fuerte: Barjesús era enemigo de toda justicia, estaba lleno de todo engaño (dolou) y de toda maldad (rhadiourgias, “travesura inescrupulosa, obra que fácilmente engaña”, usado solamente aquí en el N.T.) y trastornaba los caminos rectos del Señor. La magia, obrar poderosamente con ayuda y control de los demonios, lo había llevado a engañar de muchas formas a otros y a distorsionar la verdad. El ocultismo es verdaderamente peligroso.
El texto dice: Pablo se propuso en espíritu (etheto jo Paulos en tō pneumati). Esto puede significar que fue en el propio espíritu de Pablo o bien en el Espíritu Santo. Puesto que el vb. significa “propuso” no “fue dirigido”, quizá se refiera al espíritu de Pablo.
Sin embargo, primero él deseaba visitar las iglesias de Macedonia y Acaya. Los propósitos de ese itinerario eran (a) confirmar a las iglesias y (b) levantar una ofrenda para los santos de Jerusalén.
Este es el segundo de cuatro incidentes del conflicto con los poderes demoniacos y la victoria sobre ellos en Hechos (cf. 8:9–23; 16:16–18; 19:13–17).
19:22. Timoteo, que estuvo anteriormente con Pablo en Corinto (18:5), entra otra vez en escena. Él y Erasto fueron enviados a Macedonia, evidentemente para que hicieran preparativos para la llegada de Pablo, quien menciona a Erasto en 2 Timoteo 4:20.
3. progreso en la iglesia (5:12–42)
19:23–24. Antes de la salida de Pablo, y como un incentivo para forzarlo a dejar Éfeso, hubo un alboroto. Acerca de la palabra el Camino, V. el comentario de 9:2.
13:11–12. A manera de castigo, Pablo dejó temporalmente ciego a Elimas. Este es el primer milagro de Pablo que se registra y se realizó en un judío que estaba impidiendo que se predicara el evangelio a un gentil.
Sólo en dos de los incidentes registrados en Hechos, los gentiles se opusieron a Pablo: (a) en esta ocasión y (b) en el caso de la adivina de Filipos (16:16–24). En ambos, la oposición se debió a que habían de por medio intereses monetarios.
Eran dos las deidades de Asia Menor que llevaban el nombre de Artemisa. Una se adoraba en la cultura griega y su contraparte romana era Diana. Era la diosa virgen y reina de la cacería. La otra era Artemisa de los efesios, diosa de la fertilidad, que se caracterizaba por tener múltiples senos. Tal vez la estatua original era un meteorito parecido a una mujer con muchos senos (cf. 19:35).
Al ver el milagro, el interés de Sergio Paulo en la palabra de Dios (v. 7) floreció hasta convertirse en una fe genuina en Cristo. Es interesante notar que el nombre griego del procónsul y del apóstol es el mismo: Paulus.
Un platero hacía estatuas (templecillos de plata) de la diosa de Éfeso, pero a causa del poder del evangelio, su negocio estaba a punto de fracasar.
a. Autenticación de los apóstoles (5:12–16)
p 208 19:25–27. Demetrio (v. 24) un platero, reunió a los otros obreros del mismo oficio y les exhortó a hacer algo en base al negocio que tenían en común (este nuestro negocio venga a desacreditarse) y a la religión (el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada). Este llamado a la acción basado en el culto a Diana es evidentemente una hipocresía, porque su interés era financiero más que otra cosa. Artemisa era adorada en muchas ciudades además de Éfeso y para ellos la afirmación de Pablo en el sentido de que no son dioses los que se hacen con las manos, arruinaría su oficio de hacer ídolos.
Este incidente es importante por tres razones: (1) Marca el principio del liderazgo de Pablo en este viaje; el v. 13 se refiere a “Pablo y sus compañeros”. (2) De ese punto en adelante, el ministerio se dirigió cada vez p 179 más a los gentiles. (3) Además, está lleno de analogías sutiles: un gentil llamado Paulo aceptó el mensaje, mientras que un judío se opuso a ello. La ceguera de los judíos ilustra la ceguera como juicio de Israel (cf. 28:26–27). De esta manera, Lucas pone énfasis en la naturaleza de Hechos como libro de transición. Por un lado, los gentiles llegaron a ser el objetivo principal del evangelio, y por el otro, temporalmente Dios se alejó de los judíos para castigarlos de esa manera.
19:28–29. Los plateros, enfurecidos contra Pablo por el discurso de Demetrio, instigaron una revuelta y … se lanzaron al teatro de Éfeso, el lugar más grande para llevar a cabo una asamblea popular en esa ciudad, el cual tenía asientos para 25,000 personas. Como muestra de su oposición, la gente prendió a Gayo y a Aristarco (cf. 20:4). Gayo era un nombre muy común; así que es dudoso que sea el mismo que se menciona en Romanos 16:23 y 1 Corintios 1:14. Aristarco también se nombra en Hechos 20:4 y 27:2. Es evidente que ambos escaparon con muy poco o ningún daño.
19:30–31. Estos vv. son importantes no sólo por lo que directamente afirman, sino también por lo que implican. Pablo estaba ansioso de defender el evangelio, listo para enfrentarse a sus opositores. Pero los cristianos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia le impidieron verse envuelto en la revuelta. Ellos eran líderes políticos (lit. Asiarj̱ōn “gobernadores de Asia”), que estaban encargados del bienestar político y religioso de la comunidad. Deben haber tenido buenas relaciones con Roma y por lo tanto, este hecho nos da evidencia de que el cristianismo estaba bien visto por el gobierno.
b. En Antioquía de Pisidia (13:13–52)
19:32–34. En este pasaje se aprecia el sentido del humor de Lucas. Irónicamente, la concurrencia estaba confusa, y la mayor parte de ellos no sabían por qué se habían reunido. Como los judíos eran monoteístas y se oponían fuertemente a los ídolos, empujaron a Alejandro al frente, a fin de desligarse de los misioneros y explicar que la baja en el negocio de los ídolos de Diana no era culpa de los judíos. Sin embargo, el antisemitismo surgió con fuerza en la turba, que rehusó escuchar a un judío, y gritaron con frenesí casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
19:35–39. El término escribano (gramateus, lit, “escriba”) no hace justicia al trabajo de este hombre. Realmente era el jefe ejecutivo de la ciudad. Cuando él se presentó, la gente escuchó.
Este párrafo prepara a los lectores para lo que sigue. Una actividad semejante ¡difícilmente podría pasar desapercibida!
(1) La deserción de Juan . La excelencia del carácter de Bernabé se manifiesta por su aceptación de Pablo como dirigente. Así que, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan (i.e., Juan Marcos), apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Lo que motivó a Marcos a desertar está abierto a especulaciones: (1) Tal vez se haya desilusionado con el cambio de liderazgo. Después de todo, Bernabé, el que dirigía al principio del viaje, era su primo. (2) El nuevo énfasis que se puso en los gentiles debe haber sido un cambio muy grande para un judío palestino como era Marcos. (3) Posiblemente temía pasar por el peligroso camino a través de las montañas Taurinas que llevaban a Antioquía, a través de las cuales Pablo estaba decidido a viajar. (4) Hay algo de evidencia de que Pablo enfermó en Perge, posiblemente de malaria, ya que esa ciudad era foco de infecciones. Además, Pablo predicó a la gente de Galacia “a causa de una enfermedad” (). El equipo misionero debe haber ido tierra adentro, a una zona más alta, para evitar los riesgos de la malaria y Marcos, desanimado por ello, puede haber regresado a casa. (5) Algunos piensan que extrañaba su hogar. Su madre pudo haber sido viuda () y tal vez el hijo se sentía solo, lejos de ella y de su casa. Cualquiera que sea la razón, Pablo consideró que era una deserción y una falta grave (cf. 15:38).
Primero, les recordó la posición de Éfeso como guardiana del templo de … Diana, y de la imagen venida del cielo. La última afirmación pudo haber sido una refutación sutil de la declaración (v. 26, “no son dioses los que se hacen con las manos”). Artemisa, argumentó él, no era obra de manos humanas. Entonces, ¿por qué preocuparse por la predicación de Pablo? Segundo, el escribano dictaminó la inocencia de Gayo y Aristarco, y de paso exoneró también a Pablo (v. 37). Tercero, señaló los métodos legales para obtener audiencias, que era a través de los tribunales, procónsules y asambleas legales (vv. 38–39). Esta asamblea no era legal.
19:40–41. Finalmente, ese oficial anónimo advirtió acerca de las implicaciones políticas si la ciudad era acusada de sedición. Les sería difícil dar p 209 a Roma una explicación lógica de la revuelta y la ciudad podía ser privada de algunas de sus libertades por causa de ello. De manera que Pablo fue absuelto de cualquier hecho impropio, ya fuera religioso o político.
(2) El discurso en el primer sábado (13:14–41). 13:14. Antioquía quedaba en verdad en Frigia, pero era conocida como Antioquía de Pisidia porque estaba muy cerca de Pisidia. Al igual que otras ciudades como Listra, Troas, Filipos y Corinto, Antioquía era una colonia romana. Pablo visitó esas ciudades porque estaban situadas en puntos estratégicos.
Mientras Pablo estaba en Éfeso, escribió 1 Corintios, así como una carta anterior a los corintios, la cual no forma parte del canon bíblico (cf. 1 Co. 5:9). Además, hizo una tercera visita a Corinto que no se registra en Hechos (cf. 2 Co. 12:14; 13:1; V. “Contactos y Correspondencia” en la Introducción de 2 Co., Tomo 3 de este Comentario).
b. Partida de Macedonia y Acaya (20:1–6)
5:12. Una vez más, los apóstoles fueron usados por Dios para hacer muchas señales y prodigios (cf. el comentario de 2:43). Es interesante notar que el lugar de las reuniones regulares de la iglesia de Jerusalén era el pórtico de Salomón, donde la gente se congregó después de haber escuchado las noticias acerca de la sanidad del cojo (3:11).
13:15. La primera oportunidad que Pablo y Bernabé tuvieron para predicar fue en la sinagoga. En la reunión del sábado era costumbre leer dos porciones del A.T., una de la ley (el Pentateuco) y otra de los profetas. “La ley y los profetas” se refiere a todo el A.T. (cf. ; ; ; ; ; ; ; ). Es evidente que Pablo y Bernabé se habían dado a conocer a los principales de la sinagoga antes de la reunión. Después de que se leyeron las Escrituras, se les invitó a compartir alguna palabra de exhortación para el pueblo.
20:1–2. Este segmento del tercer viaje misionero fue brevemente cubierto por Lucas. Segunda Corintios 2:12–13; 7:5–7 da información adicional acerca de la escala de Pablo en Troas con propósitos evangelísticos y de su deseo de ver a Tito para obtener un informe de la iglesia de Corinto. Subsecuentemente, Pablo fue a Macedonia (cf. Hch. 19:21), se encontró con Tito, y escribió 2 Corintios.
Durante ese tiempo, Pablo tal vez llegó tan lejos como Ilírico, que corresponde aproximadamente al territorio de la ex-Yugoslavia (Ro. 15:19; cf. 2 Co. 10:13).
13:16–25. Pablo aprovechó la oportunidad para afirmar que las expectativas veterotestamentarias acerca del Mesías se cumplieron en la persona de Jesucristo. Lucas registró algunos “sermones ejemplares” Pablo en Hechos (cf. 14:15–17; 17:22–31; 20:18–35). Éste, el primero de ellos que se registra, y el que se ha preservado más completo, ilustra la manera en que el apóstol Pablo predicaba a una audiencia con profundos conocimientos del A.T.
20:3. Durante la estadía del apóstol de tres meses en Acaya, escribió Romanos (cf. Ro. 15:23–16:2) desde Corinto.
Las asechanzas por los judíos contra Pablo eran con el propósito de asesinarlo en el barco y tirar su cuerpo al mar. De alguna forma, el macabro plan llegó al conocimiento de Pablo, y tomó la decisión de no ir directamente al Mediterráneo oriental sino de volver por Macedonia. Posiblemente él quería estar en Jerusalén para la pascua; pero ahora a lo más que podía aspirar era llegar para Pentecostés (Hch. 20:16).
El mensaje puede dividirse en tres partes, que se distinguen porque es p 180 donde usa el vocativo “varones” (13:16, 26, 38) y se bosqueja como sigue: (1) esperanza y preparación para la venida del Mesías (vv. 16–25), (2) rechazo, crucifixión y resurrección del Señor Jesús (vv. 26–37), y (3) aplicación y reto (vv. 38–41).
20:4–6. La mención de estos siete hombres implica lo que se afirmó en otro lado: Pablo estaba interesado en la colecta para los santos de Jerusalén. Éstos, como representantes de distintas iglesias, eran los encargados de llevar los fondos. Tres eran de Macedonia Sópater …, Aristarco y Segundo y cuatro de ellos eran de Asia, Gayo … Timoteo … Tíquico (cf. Ef. 6:21, Col. 4:7; 2 Ti. 4:12; Tit. 3:12), y Trófimo (cf. Hch. 21:29; 2 Ti. 4:20) y su punto de reunión fue Troas. En Hechos 19:29 se dice que Gayo era de Macedonia, mientras que en 20:4 se dice que era de Derbe. Probablemente son dos hombres diferentes (cf. un tercer Gayo de Corinto, 1 Co. 1:14).
p 148 5:13. Este v. probablemente significa que ningún hipócrita o incrédulo se atrevía a juntarse con ellos porque el caso de Ananías y Safira ¡los había asustado mucho!
En Hechos 20:5–6 Lucas inserta otra de las secciones en que habla en primera persona del pl. Según el cap. 16, Lucas permaneció en Filipos y evidentemente estaba ahí hasta ese momento. Luego se reunió de nuevo con el equipo para acompañar a Pablo a Jerusalén. La fiesta de los panes sin levadura se celebraba en la primavera. Hicieron el viaje de 240 kms. desde Filipos hasta Troas en cinco días.
El apóstol comenzó con los vocativos, varones israelitas, y los que teméis a Dios (v. 16). Este llamado se dirige tanto a los judíos como a los gentiles, aunque quizá éstos no se habían convertido completamente al judaísmo. Es más, aunque eran adoradores del Dios de Israel (cf. vv. 26, 43), no habían recibido la salvación novotestamentaria. (La frase que se traduce “prosélitos piadosos” en el v. 43 debiera traducirse “adoradores”. Se refiere a adoradores paganos pero no prosélitos totalmente convertidos al judaísmo. En Hechos la frase se usa casi en un sentido técnico.)
c. El discurso en Troas (20:7–12)
20:7. Este es el v. más claro del N.T. que indica que el domingo era el día normal de reunión de la iglesia apostólica. Pablo se quedó en Troas durante siete días (v. 6) y la iglesia se reunió el primer día de la semana. El método de Lucas para contar los días aquí no es el judío, que mide el día desde la caída del sol hasta la otra puesta del sol, sino el romano, que contaba de medianoche a medianoche. Esto puede afirmarse con seguridad p 210 porque “el alba” (v. 11) era al día siguiente (v. 7).
Al hacer un repaso de la historia de Israel, Pablo mencionó los eventos y personajes claves: la estancia en tierra de Egipto (v. 17), el éxodo (v. 17), la peregrinación en el desierto durante cuarenta años (v. 18), la conquista y posesión de Palestina (v. 19; las siete naciones en la tierra de Canaán que Dios destruyó están enumeradas en ), el período de los jueces () y la monarquía bajo Saúl y David (vv. 21–22). La mención de David proporciona una transición fácil para referirse al Salvador … Jesús (v. 23) y a su predecesor Juan el Bautista (vv. 24–25). (Cf. el mensaje de Esteban en 7:2–47.) Los cuatrocientos cincuenta años (13:20) incluyen la opresión en Egipto (400 años), la peregrinación en el desierto (40 años), y la conquista de Canaán bajo la dirección de Josué (10 años).
Probablemente la iglesia se reunía de noche porque la mayoría de la gente tenía que trabajar durante el día. Ya que Pablo iba a dejarlos, posiblemente por última vez, prolongó su discurso hasta la medianoche.
Las palabras de los demás, ninguno son literales, “nadie más del resto” (tōn loipōn oudeis). Las palabras “los demás” se usan con respecto a los perdidos (trad. “otros” en ; cf. ; ; ; ).
20:8–10. La presencia de muchas lámparas debió haber contribuido a una atmósfera soporífica, porque las lámparas consumían oxígeno. Quizá la aglomeración de gente agravó la situación.
13:26–37. Pablo, como Pedro (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 10:39) y Esteban (7:52), directamente culparon a los judíos de matar a Jesús. Su resurrección, frecuentemente mencionada por sus seguidores en Hechos, fue atestiguada durante muchos días. Esta es la quinta vez que los apóstoles afirmaron en Hechos que habían sido testigos de la resurrección de Jesucristo (2:32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31).
Un joven llamado Eutico (lit. “afortunado”) probó la veracidad de su nombre. Lucas, el médico, afirmó que Eutico fue levantado muerto después de que cayó de la ventana de un tercer piso. Era normal que los cuartos más grandes estuvieran en el piso superior de un edificio (V. el comentario de 1:13). Siguiendo las acciones de Elías y Eliseo (1 R. 17:21; 2 R. 4:34–35), Pablo abrazó a Eutico y el joven volvió a la vida.
20:11–12. Como parte de la comida participaron de la cena del Señor (partieron el pan y comieron; cf. v. 7) y la reunión continuó hasta el alba. Eutico, el joven afortunado (cf. vv. 9–10), fue llevado a casa vivo.
Las palabras resucitando (lit. levantando) a Jesús (v. 33), ¿se refieren a su resurrección o a su exaltación? Probablemente a lo último, por muchas razones: (1) Cuando la resurrección se menciona en el siguiente v., se explica como que fue de los muertos. (2) El mismo vb. “levantar” (anistēmi) se usa en el sentido de levantar en 3:22, 26; 7:37. (3) Un sinónimo (egeirō) se utiliza en 13:22 para referirse a la promoción de David al reinado. (4) La razón principal para pensar que se refiere a la exaltación de Jesús se debe al significado de el salmo segundo (). Ese pasaje del A.T., citado por Pablo (), describe el ungimiento del Rey, que se cumplirá en forma total en el milenio.
d. El discurso en Mileto (20:13–38)
5:14. A pesar de la aversión que los no salvos tenían para unirse al grupo de los creyentes, los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres. El rápido crecimiento numérico fue un fenómeno de la iglesia primitiva (cf. 2:41, 47; 4:4; 6:1, 7; 9:31).
20:13–15. Evidentemente, Pablo se quedó en Troas más tiempo del planeado al principio (v. 7). Para compensar el atraso, envió al resto del equipo por delante. El viaje por tierra de Troas a Asón es mucho más corto que por mar. Con ese arreglo, Pablo pudo quedarse un tiempo más en Troas. Ellos se embarcaron desde Asón a Mitilene … Quío … Samos y Mileto. Viajar las últimas tres etapas requería un día para cada una.
Pablo confirmó el hecho de la resurrección de Jesús de entre los muertos al citar y (). Anteriormente Pedro había presentado una argumentación similar de (V. el comentario de ).
20:16–17. Pablo evitó detenerse en Éfeso porque iba de prisa para estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén. Él sabía que le iba a llevar demasiado tiempo despedirse de sus muchos amigos de Éfeso. Mileto quedaba como a 48 kms. por tierra al sur de Éfeso, de manera que hizo llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso para que llegaran hasta allí. Es evidente que su embarcación hizo una escala de varios días en Mileto.
20:18. Aquí principia otro “sermón ejemplar” de Pablo (cf. 13:16–41; 14:15–17; 17:22–31). Éste fue dado a dirigentes cristianos, hombres a quienes amaba profundamente y consta de tres partes: (a) un repaso de los tres años de ministerio que Pablo pasó en Éfeso (20:18–21), (b) una descripción de la situación presente (vv. 22–27), y (c) las responsabilidades futuras de los ancianos de Éfeso (vv. 28–35).
13:38–39. Los apóstoles hablaron del perdón de pecados repetidas veces en Hechos (cf. 2:38; 5:31; 26:18). fundamenta la tesis de la epístola de Pablo a los Gálatas, la cual probablemente fue escrita poco después de su primer viaje misionero y antes del concilio de Jerusalén (). (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos” en el Apéndice, pág. 357.)
20:19. En Éfeso, como en otros lugares, los judíos habían conspirado contra Pablo, aunque el alboroto que se registra en Hechos 19 se centra en la oposición de parte de los gentiles. Aquí, Lucas hace referencia a las asechanzas de parte de los judíos, pero no las detalla (cf. las palabras de Pablo en 1 Co. 15:30–32; 16:9; 2 Co. 1:8–10).
20:20. El ministerio de Pablo por las casas (cf. 2:46) se contrasta con su ministerio público y probablemente se refiere a las iglesias que se reunían en los hogares. Si así fuera, cada anciano era el sobreveedor de una de esas iglesias de casa. Pablo hizo ambas cosas, predicar y enseñar.
5:15–16. Las señales milagrosas (cf. v. 12) confirmaron la palabra de Dios en medio de la incipiente iglesia. Esto muestra la divina aprobación soberana de ésta después de llevar a cabo la disciplina. Mucha gente manifestó no sólo su confianza en los apóstoles para sanar, sino también dejó ver su superstición. Pensaban que la sombra de Pedro que caía sobre los enfermos era la que en sí los sanaba.
p 181 13:40–41. , citado en , es una advertencia apropiada de un juicio inminente. El profeta había dicho que Judá caería ante de Babilonia (), lo cual sería obra de Dios. Aquí Pablo dejó sin nombre la fuente del juicio sobre los judíos incrédulos de sus días. La advertencia de Pablo era: creed o seréis juzgados.
20:21. En el gr., las palabras arrepentimiento y fe se rigen por un solo artículo. Esto puede implicar que ponen énfasis en dos aspectos de confiar en Cristo (cf. 2:38). Cuando una persona pone su fe en Cristo, en ese p 211 momento se está volviendo de (arrepentirse de) su anterior incredulidad. Este es el mismo mensaje tanto para judíos como para gentiles (cf. 19:10; Gá. 3:28).
20:22. Aquí Pablo comenzó a describir circunstancias presentes (vv. 22–27). Las palabras ligado yo en espíritu, significan lit. “atado en el espíritu” (dedemenos … tō pneumati) y probablemente se refiere a la dirección del Espíritu Santo en la vida del apóstol (cf. Lc. 2:27; 4:1; Hch. 8:29; 10:19; 11:12; 16:6–7). La razón que Pablo tenía para ir a Jerusalén, aunque no se establece, evidentemente era para llevar la ofrenda de las iglesias para los santos necesitados de Jerusalén (24:17; cf. el comentario de 21:12–14).
(3) La disputa en el segundo sábado (13:42–52). 13:42–43. Los dirigentes estaban interesados en el mensaje de Pablo y deseaban escuchar más al respecto. Algunos estaban dispuestos a aceptar el evangelio; Pablo y … Bernabé … les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.
20:23. Ya Pablo había sido advertido por el Espíritu Santo, esto quiere decir por la gente que había sido dotada por el Espíritu con el don de profecía, que le esperaban prisiones y tribulaciones en Jerusalén. Él sabía que tendría problemas en esa ciudad cuando escribió Romanos 15:30–31. Aun así, estaba decidido a ir allá (cf. Hch. 19:21; 20:16).
20:24–25. Cuando estos vv. se leen juntos, se hace claro que la predicación del reino de Dios y del evangelio de la gracia de Dios están íntimamente relacionados. La obra de gracia de Dios capacita a los gentiles creyentes a tener tanto el privilegio de la salvación como para entrar en el reino milenial del Señor.
13:44–45. El siguiente día de reposo … los judíos (i.e., los dirigentes judíos) movidos por celos … rebatían lo que Pablo decía (“rebatían” traduce el part. gr. blasfēmountes).
El poder, divinamente dado a los apóstoles para sanar y echar fuera demonios, está de acuerdo a la promesa que les hiciera el Señor (; Mr. l6:17–18).
Por causa de la advertencia recibida (v. 23), Pablo dio por sentado que los ancianos de Éfeso no lo verían más. La trad. de la RVR60 ninguno de todos vosotros, es un poco fuerte. En gr., se refiere a que todos ellos (como grupo) no verían de nuevo a Pablo (lit. “ninguno de todos vosotros [como grupo] verá más mi rostro”). Él no dijo que ninguno de ellos lo vería de nuevo (cf. el vb. pl. en v. 38). Su ambición era terminar su carrera, lo cual posteriormente dijo haber logrado (2 Ti. 4:7).
20:26–27. De acuerdo con Ezequiel 33:1–6, Pablo declaró estar limpio de la sangre de todos los hombres de Éfeso (cf. el comentario de Hch. 18:6). Él predicó a “todos los hombres” (cf. “todos … en Asia, judíos y griegos”, 19:10). Y el contenido de su predicación fue todo el consejo (boulēn, “propósito, plan”; cf. 2:23; 4:28; 13:36; Ef. 1:11; He. 6:17) de Dios. Es interesante notar que Pablo usó varias palabras para referirse a su papel de comunicar el evangelio: (a) “anunciar” (Hch. 20:20, 27) que viene de anangello (“proclamar, anunciar”); (b) “enseñar” (de didaskō, v. 20); (c) “testificando” (v. 21) y “dar testimonio” (v. 24) ambos de diamartyromai (“dar testimonio solemne”); (d) “protesto” (martyromai, “testificar,” v. 26).
13:46. A fin de combatir la oposición judía Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios. La predicación apostólica fue notoria por su atrevimiento (V. comentario de 4:13).
20:28. En los vv. 28–35 Pablo se concentró en las responsabilidades futuras que enfrentarían los ancianos de Éfeso. Primero, les mandó a mirar (prosej̱ete, “atender” en el sentido de tener cuidado) por ellos mismos y por todo el rebaño. Es significativo que antes de que pudieran proveer para el rebaño, deberían cuidar de su propio bienestar espiritual.
Aquí se describe a los ancianos como obispos (episkopous, del vb. episkopeō, “ver por, cuidar de”). El término “anciano” en primer lugar tiene antecedentes judíos y subraya la dignidad del oficio, mientras que “obispos” es principalmente una palabra griega en su derivación y pone énfasis en la responsabilidad del oficio, i.e., “cuidar” de otros.
Por diferentes razones, era necesario que los apóstoles fueran primero a los judíos. En primer lugar, porque la venida del reino terrenal dependía de la respuesta de Israel a la venida de Cristo (cf ; ). En segundo, porque sólo después del rechazo judío del evangelio, podía Pablo dedicarse a los gentiles. Tercero, el mensaje de Jesús es fundamentalmente judío, ya que el Mesías, el A.T. y todas las promesas pertenecen al sistema judaico. (Acerca de “a los judíos primero”, cf. ; .)
El valor del rebaño, al cual iban a apacentar (poimainein, tiempo pres. del infinitivo, cf. 1 P. 5:2), está determinado p 212 porque Pablo lo define como la iglesia del Señor (i.e., la iglesia que le pertenece a Dios) y cuando se refiere a su adquisición (cf. Sal. 74:2) por su propia sangre. En ninguna parte de la Biblia se habla de la sangre de Dios el Padre. El gr. aquí puede leerse “por la sangre de su propiedad,” es decir, su propio Hijo. La palabra gr. ganó significa “adquirió, obtuvo”.
b. Segundo encarcelamiento y liberación de los apóstoles (5:17–20)
20:29–31. Estos vv. explican la necesidad del mandamiento para los ancianos de cuidar de ellos mismos y del rebaño (v. 28). Falsos maestros, llamados lobos rapaces entrarían al rebaño, o aun algunos de ellos mismos, distorsionarían la verdad. La advertencia es confirmada por referencias subsecuentes a la iglesia de Éfeso (1 Ti. 1:6–7, 19–20; 4:1–7; 2 Ti. 1:15; 2:17–18; 3:1–9; Ap. 2:1–7). De nuevo, Pablo demandó a los dirigentes: velad. Repetidas veces les advirtió del peligro del error doctrinal. A tal grado, que lo había hecho con lágrimas (cf. Hch. 20:19).
De manera que Pablo se volvió a los gentiles en Antioquía. Este patrón se repitió una y otra vez en cada ciudad hasta que Pablo llegó a Roma (cf. ; ; , ; ; ). Allí, por última vez en Hechos, Pablo se volvió a los gentiles dejando a los judíos (28:23–28).
20:32. Luego, Pablo los encomendó a Dios, y a la palabra de su gracia. Aunque confiar en Dios es esencial, esto debe ir acompañado de la obediencia a su palabra, la cual es capaz de llevarlos a la edificación (que va a sobreedificaros) y darles herencia con todos los santificados (cf. 26:18; Ef. 1:18; Col. 1:12; 1 P. 1:4).
20:33–34. Pablo trabajó para proveer para sí mismo y para otros (cf. 18:3; Ef. 4:28).
13:47. Al hacer este cambio hacia los gentiles, Pablo y Bernabé vieron el cumplimiento de la profecía de : Te he puesto para luz de los gentiles. Este pasaje del A.T. tiene por lo menos tres aplicaciones: para Israel (), para Cristo (), y para Pablo, el apóstol a los gentiles.
20:35. El trabajo difícil también capacitó a Pablo para ayudar a los necesitados (cf. 1 Ts. 5:14). Las palabras del Señor Jesús, … Más bienaventurado es dar que recibir no se encuentran en ninguno de los cuatro evangelios. Se originan en una tradición oral que se transmitió en la iglesia primitiva.
5:17–20. Después de esta segunda aprehensión y encarcelamiento de los apóstoles (aparentemente todos los doce estuvieron involucrados). Dios los liberó en forma sobrenatural. Les encomendó, por medio de un ángel que siguieran en la proclamación pública (en el templo, cerca del lugar de reunión de la iglesia; cf. v. 12) de todas las palabras de esta vida (una forma poco común de referirse al evangelio). En Hechos, este es el primero de tres milagros de encarcelamiento y liberación que se narran (cf. Pedro, 12:6–10; Pablo y Silas, 16:26–27).
20:36–38. Aquí se muestra el profundo amor que los ancianos sentían por Pablo. El resto del viaje a Jerusalén (21:1–25) está lleno de expresiones de amor para el apóstol. ¿Por qué se detuvo Lucas a incluir estos puntos? Lo hizo para contrastar la respuesta que Pablo recibió en tierras gentiles con la que le dieron los judíos de Jerusalén.
13:48. Los gentiles … se regocijaban del rumbo que siguieron los acontecimientos y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Es difícil pasar por alto aquí la doctrina de la elección divina; las palabras “estaban ordenados”, vienen del vb. tassō, palabra militar que significa “poner en orden” o “asignar”. Lucas la usó aquí para mostrar que el decreto divino de elección incluía a los gentiles.
e. Los que querían disuadir al apóstol de ir a Jerusalén (21:1–16)
21:1. Cada una de las escalas que se mencionan de Cos a Rodas a Pátara, representan evidentemente un día de viaje marítimo (cf. 20:13–15).
13:49–51. Las buenas nuevas se compartieron de manera que la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia (cf. 6:7, 12:24; 19:20). Pero los judíos tenían contactos en las esferas altas y los usaron para levantar una persecución contra Pablo y Bernabé, quienes de acuerdo con la instrucción del Señor (), sacudieron contra ellos el polvo de sus pies y dejaron la ciudad.
21:2. En vez de quedarse a bordo del barco que se detenía en un puerto cada tarde, Pablo abordó un barco que evidentemente era más grande y que haría el viaje a Fenicia sin escalas.
21:3–4. Yendo al sur de Chipre … arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí, tarea que requería una semana (v. 4). La persecución de la iglesia en Jerusalén había esparcido a los creyentes hasta Fenicia (11:19), de manera que Pablo buscó a los hermanos de ahí.
c. Interrogatorio y defensa de los apóstoles (5:21–32)
13:52. Una vez más, el gozo se manifestó como fruto del evangelio (cf. v. 48; 2:46). Además, todos estaban llenos … del Espíritu Santo (cf. 2:4).
Por el Espíritu los creyentes de Tiro decían a Pablo … que no subiese a Jerusalén. En vista de esta frase “por el Espíritu,” ¿estuvo Pablo equivocado de seguir su viaje a Jerusalén? Probablemente no estaba violando la voluntad de Dios por varias razones: (1) Hechos 20:22 y 21:14 implican que era la voluntad de Dios que siguiera a Jerusalén (cf. 19:21). (2) El consuelo que Dios le dio (23:11) implica que Pablo no había rechazado obstinadamente la voluntad divina. (3) En 23:1 Pablo declaró que había vivido en toda buena conciencia hasta ese día.
p 213 Entonces, probablemente las palabras “por el Espíritu” (21:4) indican que ellos sabían a través del Espíritu, que Pablo iba a sufrir en Jerusalén (cf. 20:23); por lo tanto, y debido a que estaban interesados en su seguridad, trataron de disuadirlo.
c. En Iconio (14:1–6)
21:5–6. Este fue el primer contacto de Pablo con la iglesia de Tiro y aunque sólo estuvo con ellos una semana, se estableció un fuerte lazo de amor entre ellos. La escena de la partida no es tan conmovedora como la de Mileto (20:37), pero sí muy significativa.
21:7. Luego el viaje siguió 36 kms. al sur a Tolemaida, la moderna Acre o Akka, para hacer una parada de un día. Quizá la iglesia de allí comenzó como resultado de las persecuciones mencionadas en 11:19; igual que como sucedió con la iglesia de Tiro.
5:21a. Es evidente la obediencia de los apóstoles a la instrucción del ángel (v. 20). Aunque habían dormido muy poco la noche anterior, entraron de mañana (lit., al amanecer) en el templo (cf. v. 20).
14:1–2. Este párr. (vv. 1–6) confirma los eventos que ocurrieron en Antioquía p 182 de Pisidia. El Espíritu de Dios estaba claramente prosperando el ministerio apostólico, como se hace evidente por la predicación tan efectiva, ya que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Pero de nuevo hubo oposición (cf. el crecimiento y oposición en 13:49–50). El resultado de esa oposición se ve en 14:6.
21:8–9. El viaje de 64 kms. a Cesarea puede haber sido por tierra o por mar; quizá fue marítimo, porque la ruta terrestre era difícil y el puerto de Cesarea era cómodo.
El anfitrión de Pablo allí fue Felipe el evangelista que fue uno de los siete (cf. 6:1–5) encargados de ministrar a las viudas de Jerusalén. Su obra evangelística se describió en el cap. 8. Evidentemente, se había establecido en Cesarea (cf. 8:40), aun cuando era la ciudad más romana de Israel. Cuando Pablo llegó, ya había radicado allí durante unos 20 años.
14:3. La RVR60 traduce el conectivo oun con la frase por tanto. Esta conjunción presenta un poco de problema. Puede sugerir que para cuando surgió la oposición (v. 2) se proveyó de más oportunidad para la predicación. O también puede indicar que la oposición era una evidencia de la obra de Dios en los corazones de las personas (cf. ), produciendo así más predicación. Probablemente lo último es preferible.
Este tenía cuatro hijas doncellas (parthenoi, lit. “vírgenes”) que profetizaban. Este don espiritual, presente en la iglesia primitiva, no estaba limitado a los hombres (cf. 1 Co. 11:5). Es raro que ellas no dijeran nada, tomando en cuenta todas las otras profecías concernientes a los sufrimientos que padecería Pablo en Jerusalén.
21:10–11. Un profeta llamado Agabo presentado en 11:28, descendió de Judea, evidentemente de Jerusalén, porque esa era su ciudad y Cesarea era de la provincia de Judea, hizo una ilustración dramática de cómo Pablo sería atado en Jerusalén. Los profetas frecuentemente dramatizaban sus predicciones (cf. 1 R. 11:29–31; Is. 20:2–4; Jer. 13:1–7; Ez. 4). El hecho de que Pablo iba a ser encarcelado era del conocimiento de muchos, incluyendo a Pablo mismo (Hch. 20:23).
Una vez más se hace evidente el denuedo apostólico (cf. ; ).
5:21b-25. Los hechos registrados en estos vv. están llenos de ironía: (1) los alguaciles estaban guardando cuidadosamente una cárcel vacía (vv. 21b-23). (2) Los principales dirigentes de Israel estaban reunidos para juzgar a prisioneros que no estaban en su poder. (3) Mientras los dirigentes deliberaban frenéticamente acerca de qué habría sucedido a los varones que estaban bajo su custodia, se les avisó que los apóstoles estaban predicando en los atrios del templo. El jefe de la guardia … y los principales sacerdotes (cf. 4:1), dudaban (lit., “estaban perplejos” o “no sabían que hacer”) en cuanto a cómo explicar lo de la celda cerrada con toda seguridad, pero vacía. Tal vez ellos mismos estaban preguntándose qué les pasaría a ellos, ¡que habían perdido a sus prisioneros! (Cf. 16:27–28.)
21:12–14. Después de que la gente escuchó esta profecía, le rogaron que no subiese a Jerusalén (cf. v. 4). Hasta Lucas se unió al ruego, como se deja ver con el uso de rogamos aquí. Pero el apóstol no se dejó disuadir.
Aunque Lucas no lo dice en forma abierta, una razón por la que era importante que Pablo viajara a Jerusalén era porque llevaba la ofrenda para los creyentes de aquella ciudad (cf. 24:17; Ro. 15:25–27; 1 Co. 16:1–4; 2 Co. 8:13–14; 9:12–13; Gá. 2:10). Pablo quería entregar esa donación para fortalecer una de sus doctrinas básicas, a saber, la unidad de los judíos y gentiles en Cristo (Ef. 2:11–22; 3:6).
La referencia a señales milagrosas y prodigios es una confirmación más del respaldo divino a este ministerio (cf. 2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 8:6, 13; 15:12). Más adelante, Pablo se refirió a estos milagros para dar valor a la realidad del evangelio entre los gálatas (). Por supuesto, aquí se asume la postura de que se refiere a Galacia del Sur con el término “Galacia” que se usa en esa carta. (V. Introducción a Gálatas para una discusión sobre los puntos de vista acerca de Galacia del sur y del norte, Tomo 3 de este Comentario). Acerca de la naturaleza confirmativa de los milagros, V. el comentario de (Tomo 3 de este Comentario) y (Tomo 4 de este Comentario).
21:15–16. La distancia desde Cesarea a Jerusalén es como de 104 kms. y se requerían dos días de viaje a caballo. Algunos piensan que la casa de Mnasón estaba a mitad del camino, donde Pablo y su equipo pasaron la noche. Pero es más probable que fuera residente de Jerusalén. Es interesante que este discípulo era de Chipre, la isla donde nació Bernabé.
2. encarcelamiento en jerusalén (21:17–23:32)
14:4. Se hace referencia a la comitiva apostólica como los apóstoles. Y eso eran, porque la palabra significa “aquellos enviados con autoridad, en representación de otro” y estos hombres habían sido enviados por la iglesia de Antioquía del río Orontes (13:3) llevando su autoridad.
a. La detención de Pablo (21:17–36)
5:26–27. El jefe de la guardia y los oficiales de la cárcel los volvieron a capturar, pero ahora cuidadosamente (sin el uso de violencia, por temor a provocar el enojo del populacho) y los trajeron delante del concilio para interrogarlos. (Acerca del sanedrín, V. el comentario de 4:15; cf. 6:12; 22:30.)
(1) El voto de Pablo (21:17–26). 21:17–19. Tan pronto como fue posible, p 214 Pablo y su equipo tuvieron una audiencia con Jacobo, cabeza de la iglesia en Jerusalén (cf. 15:13–21), y con todos los ancianos de la misma. Lucas sólo menciona el informe de Pablo de lo que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio (cf. 14:27). Es probable que Pablo aprovechara la ocasión para entregar la gran ofrenda para los santos de Jerusalén (24:17) a Jacobo en presencia de los ancianos. Probablemente Lucas omitió este asunto del dinero porque su énfasis estaba en que el evangelio había pasado de los judíos a los gentiles.
14:5–6. Cuando Pablo y Bernabé supieron de un complot para afrentarlos y apedrearlos … huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia. Se confirma en este pasaje la exactitud de Lucas como historiador. Aunque Iconio era también una ciudad de Licaonia, sus ciudadanos eran primeramente frigios. En localidad y naturaleza, Listra y Derbe eran de Licaonia (cf. “lengua licaónica” v. 11).
21:20–21. Cuando los dirigentes de la iglesia de Jerusalén oyeron del ministerio de Pablo entre los gentiles, glorificaron a Dios. Indudablemente se incluyeron acciones de gracias por las ofrendas enviadas por los gentiles para los creyentes judíos de la ciudad (V. el comentario de los vv. 12–14).
Mientras que había regocijo por el informe de Pablo, también había preocupación acerca de la reputación del apóstol entre los creyentes judíos, quienes estaban celosos por la ley, ya que se había propagado un informe claramente falso con respecto a Pablo. Era verdad que Pablo enseñaba a los gentiles en el sentido de que religiosamente era innecesario circuncidar a sus hijos y no les enseñaba las costumbres judías. Sin embargo, él nunca enseñó a los judíos … diciéndoles que no circuncidaran a sus hijos o que dejaran de observar las costumbres judías.
d. En Listra (14:7–20a)
21:22–24. Jacobo y los ancianos sugirieron que Pablo observara los ritos de la purificación junto con cuatro hombres que tenían obligación de cumplir voto y que además, pagara sus gastos. Esto fue con el propósito de aplacar a los creyentes judíos. No se declara que Pablo haya logrado esto, porque no era ése el propósito de Lucas.
p 149 5:28. El uso del pronombre ese dos veces, subraya la renuencia del sumo sacerdote a pronunciar el nombre de Jesús (“este nombre”, 4:17). ¡Obviamente, su odio por Jesucristo era grande!
Los detalles de ese voto se desconocen. Sólo se puede especular lo que Pablo debía hacer. Evidentemente, los cuatro hombres habían hecho un voto de nazareo, al término del cual se requería que cada uno de ellos presentara algunos sacrificios costosos (cf. Nm. 6:13–17). Es obvio que aquellos hombres eran demasiado pobres como para pagarlos y se pidió a Pablo que sufragara el gasto de sus sacrificios, mostrando así simpatía por los celosos de la ley.
(1) La superstición de los gentiles (14:7–18). 14:7. Pablo y Bernabé no fueron a Listra y Derbe simplemente para escapar de la persecución; también fueron para predicar el evangelio. La construcción verbal y allí predicaban el evangelio pone énfasis en una acción continua durante un cierto período de tiempo.
¿Estaba equivocado Pablo al entrar en esos arreglos, que eran parte específica de la ley? Puede decirse que no por varias razones: (1) Pablo mismo había hecho previamente un voto de nazareo (Hch. 18:18). (2) Posteriormente, delante de Festo se refirió a este incidente sin mostrar vergüenza (24:17–18). (3) Esta acción de parte de Pablo sólo confirmó uno de los principios de su ministerio, que era hacerse como judío para ganar a los judíos, y hacerse como uno bajo la ley para ganar a quienes estaban bajo la ley (1 Co. 9:20). (4) Una de las metas de Pablo para realizar el viaje a Jerusalén, aparte de ayudar a los pobres, era unificar a judíos y gentiles. (5) El apóstol no estaba negando la obra consumada de Cristo en la cruz al ofrecer sacrificios de animales. Las epístolas que Pablo ya había escrito para entonces (Gá., 1 y 2 Ts., 1 y 2 Co., Ro.) habían puesto en claro que una negación semejante sería incomprensible. Debe entenderse que él consideró estos sacrificios como conmemorativos. Después de todo, ese será el significado de los sacrificios durante el milenio p 215 (Ez. 43:18–46:24; Mal. 1:11; 3:3–4). (6) Posteriormente, Pablo afirmó que nunca había violado su propia conciencia (Hch. 23:1).
21:25–26. Una vez más, se repitió la decisión del concilio de Jerusalén (cf. 15:20, 29). Los ancianos aseguraron a Pablo que su plan (mencionado en 21:23–24) no tenía conflicto con la decisión original del concilio. Entonces Pablo siguió las instrucciones de ellos y se purificó con los cuatro hombres (vv. 23–24). Esto no está en conflicto con la enseñanza paulina de que judíos y gentiles no pueden ser salvos por la ley. Este era asunto de costumbre judía, no de salvación o de santificación.
14:8. En Listra, otra colonia romana, vivía por lo menos un paralítico desahuciado. Las deplorables circunstancias de aquel hombre se aprecian en las frases: imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Aparentemente no había sinagoga judía en Listra, de manera que Dios usó una forma diferente para introducir el evangelio a esa gente; por medio de la sanidad del inválido sin esperanza. Esta es la tercera vez que en Hechos se sana a un paralítico (3:1–10; 9:33–35).
(2) La violencia de la gente (21:27–36). 21:27. La oposición a Pablo no vino de los creyentes, sino por parte de unos judíos (incrédulos) de Asia, lugar donde el evangelio había gozado de gran éxito. Estos hombres, que estaban en Jerusalén para celebrar la fiesta de Pentecostés, inmediatamente reconocieron a su enemigo en el templo e incitaron a toda la multitud y le echaron mano. Esta es la sexta vez que una multitud fue incitada a causa del ministerio de Pablo (14:19; 16:19–22; 17:5–8, 13; 19:25–34).
21:28–29. Estos cargos, claramente falsos, que trajeron contra Pablo eran similares a aquellos que se levantaron contra Esteban (6:11, 13–14). Cuando lo acusaron de introducir a griegos en el templo asumieron algo que era falso. Un acto semejante a ojos de los judíos habría profanado ese santo lugar. Se permitía que los gentiles entraran en el patio de los gentiles, pero no más adentro. Se han encontrado dos inscripciones en la balaustrada que separaba el patio de los gentiles del resto del templo. En ellas, se advierte a los gentiles que serían responsables de su propia muerte, lo cual seguramente ocurriría si traspasaban la barrera (cf. Ef. 2:14)
5:29. Pedro aquí reiteró un principio básico que se había afirmado previamente en 4:19–20. Lo opuesto también es cierto: los cristianos deben obedecer a los gobernantes a menos que sea un pecado hacerlo (cf. ; ).
14:9–10. La sanidad que Pablo realizó en aquel enfermo tiene gran parecido con la que Pedro hizo en el cap. 3. En ambos casos, la discapacidad era de nacimiento (3:2; 14:8). Ambos, Pedro y Pablo, primero miraron atentamente al que iban a sanar (3:4; p 183 14:9); en los dos casos, ambos hombres reaccionaron saltando y caminando (3:8; 14:10). Esto muestra que Pablo era igual a Pedro en su apostolado (cf. Introducción).
Esta regla estaba tan profundamente arraigada, que los romanos dieron permiso a los judíos de cumplir esta sentencia de muerte, aun cuando el intruso fuera ciudadano romano.
21:30. Toda la ciudad se conmovió y se movilizó a la acción; se apoderaron de Pablo, le arrastraron fuera del templo. Aquí el “templo” se refiere al atrio de los hombres. Después que sacaron a Pablo, inmediatamente cerraron las puertas de manera que nadie pudiera pasar más allá del atrio de los gentiles, haciendo así inmundo al templo.
14:11–13. La respuesta de la gente de Licaonia fue de creencia pagana. Ya que hablaban en su lengua autóctona, Pablo y Bernabé no podían entender lo que decían. El que atribuyeran deidad a Bernabé y a Pablo, probablemente puede basarse en una leyenda acerca de Zeus y Hermes que visitaron a una pareja de ancianos de Listra llamados Filemón y Baucis y que fueron ampliamente recompensados por su hospitalidad.
21:31–32. Junto al área del templo al noroeste, estaba la fortaleza Antonia con dos escalinatas que llevaban al patio exterior del templo (V. “Sitio del templo de Jerusalén”, en el Apéndice, pág. 342). Una tropa estaba de guardia allí y se añadirían más durante los días de la fiesta judía. La compañía pertenecía a la décima legión romana. El tribuno de las tropas de la fortaleza, Claudio Lisias (cf. 23:26), de una vez tomó soldados y centuriones y corrió a ellos. “Tribuno” es j̱iliarj̱os, dirigente de mil soldados (25:23). Los “centuriones” (j̱ekatontarj̱as, lit. “gobernadores de cientos”) indica que por lo menos doscientos soldados estuvieron involucrados, ya que el sustantivo está en pl.
21:33–36. Esos hombres rescataron a Pablo, quien prontamente fue arrestado (epelabeto, “echar mano a” el mismo vb. que se traduce “apoderándose” en v. 30) por el tribuno, quien le mandó atar con dos cadenas. Tan grande era el alboroto y la violencia, que Pablo tuvo que ser llevado en peso por los soldados … p 216 mientras la muchedumbre del pueblo seguía gritando: ¡Muera! En la misma ciudad, una multitud había proferido similares palabras contra el Señor Jesús (Lc. 23:18; Jn. 19:15).
Zeus era el dios jefe y Hermes era el mensajero, equivalentes a los dioses romanos Júpiter y Mercurio, respectivamente. ¿Por qué, entonces, se hace referencia a Bernabé como Zeus cuando Pablo era el dirigente? La respuesta es que Pablo era quien hablaba, y por lo tanto, podía ser llamado Hermes. Bernabé, el más callado de los dos, podría verse como Zeus, el dios excelso que permanecía tras bambalinas.
5:30–31. La respuesta de Pedro y los apóstoles acerca de la resurrección de Jesús debe haber enfurecido a los saduceos (cf. 4:1–2; 5:17; 23:8). Este es el mismo mensaje que Pedro, como portavoz de los apóstoles, había predicado antes: (a) ellos habían matado a Jesús, pero Dios lo levantó de entre los muertos (cf. 2:23–24, 36; 3:15; 4:10) y (b) podían recibir el perdón de sus pecados (cf. 2:38; 10:43; 13:38; 26:18) al volverse a él en arrepentimiento (cf. 2:38; 3:16; 4:12; 8:22).
b. Defensa de Pablo (21:37–23:10)
(1) Delante de la turba (21:37–22:29) 21:37–38. El tribuno quedó sorprendido de que Pablo hablara griego. Había dado por sentado que era un egipcio insurrecto que aún no había sido aprehendido por los romanos y que por lo mismo, era incapaz de hablar griego o bien, se rehusaba a hacerlo.
En una acción espontánea, el sacerdote de Júpiter … trajo toros y guirnaldas delante de las puertas de manera que la gente pudiera ofrecer sacrificios a Pablo y Bernabé. Las guirnaldas eran coronas de lana que se colocaban sobre los animales para el sacrificio.
Josefo escribió acerca de un egipcio impostor que aseguraba ser un profeta. Él dijo que ese egipcio había reunido a treinta mil seguidores (Lucas con exactitud afirma que fueron cuatro mil; Josefo tenía la tendencia a exagerar los números) y en el 54 d.C. llegó al monte de los Olivos prometiendo a sus seguidores que las paredes de Jerusalén se derrumbarían ante su mandato. En vez de ello, el ejército romano prontamente cayó sobre ellos, mató a algunos y capturó a otros, mientras que el resto fue esparcido. El egipcio escapó.
Indudablemente, a la gente de Israel le habría gustado echarle mano a ese personaje que había causado tantos problemas. Cuando Lisias vio el tumulto en el templo, dio por sentado que el centro de la atención era ese egipcio y que los judíos estaban descargando su ira contra él.
14:14. Cuando … los dos apóstoles se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, se horrorizaron. El rasgar sus ropas fue una forma de mostrar su completo desacuerdo con la blasfemia. Generalmente, las rasgaduras llegaban hasta diez o doce cms. abajo del cuello de la ropa.
21:39–40. Pablo aseguró al tribuno que era judío (con derecho a estar en el templo) y también ciudadano … de Tarso, donde había aprendido griego. Tarso era una ciudad que gozaba de buena reputación, particularmente como centro educacativo. Hasta ese momento, Pablo no había revelado su ciudadanía romana (cf. 22:23–29).
5:32. Los apóstoles estaban conscientes de su responsabilidad, por lo que afirmaron: nosotros somos testigos suyos de estas cosas (rhēmatōn, “palabras, dichos” o “cosas”). Además, el Espíritu Santo corroboró el testimonio de ellos al capacitarlos sobrenaturalmente para predicar con denuedo y para hacer milagros. Este mismo Espíritu se ha dado a todos los que creen en Cristo ().
Cuando a Pablo … se le permitió hablar a la turba, se dirigió a ellos en lengua hebrea (aramea), idioma común de los judíos palestinos, que se usaba por todo el Medio Oriente en aquel tiempo. Se puso en pie en las gradas de la fortaleza, viendo al pueblo que estaba abajo.
14:15–18. Este mensaje, evidentemente predicado por ambos apóstoles (vb. pl. en el gr.), es otro sermón ejemplar. Muestra cómo aquellos primeros predicadores se dirigían a los paganos supersticiosos. En contraste, el primero de los mensajes de Pablo muestra cómo predicó a quienes conocían bien el A.T. (cf. 13:16–41).
La defensa de Pablo consta de tres partes: (a) su conducta antes de su conversión (22:1–5), (b) su conversión (22:6–16), y (c) su comisión al ministerio (22:17–21).
22:1. Los vocativos Varones hermanos y padres con los que Pablo inicia su discurso, son los mismos que usó Esteban (7:2). Sin duda, ¡el discurso y martirio de Esteban tuvieron un efecto imperecedero en Pablo! (cf. 8:1).
Después de descartar su deidad, demandaron a sus oyentes que se convirtieran de sus dioses de vanidad al único Dios vivo, quien es el Creador de todo, y por tanto, supremo en todas las cosas (cf. 17:24; ). Él se puede identificar no sólo por su creación del cielo y la tierra, sino también por su entrega providencial de sustento y de alegría.
22:2. Cuando lo escucharon hablar en hebreo (arameo), se callaron. Indudablemente los judíos que habitaban Palestina estaban complacidos, si no es que sorprendidos, de que un judío de la dispersión como Pablo, hablara hebreo tan bien como griego. Así que se calmaron y escucharon.
d. Liberación de los apóstoles (5:33–42)
22:3–9. No se sabe cuánto tiempo pasó Pablo en Jerusalén durante su crianza (26:4). La forma verbal que se traduce como criado viene de anatrefō, el cual también significa “educar”. Uno de sus mentores fue el amado y estimado Gamaliel (cf. 5:34).
Algunos interpretan en el sentido de que Dios no va a juzgar a los gentiles que vivieron antes de la era apostólica. Sin embargo, el v. 16 debe interpretarse juntamente con el v. 17. Hasta la época de la iglesia, Dios no había dado una revelación directa a las naciones (i.e., a todas las gentes), de manera que eran responsables sólo de sus reacciones a la revelación general que se puede discernir en la creación (cf. el comentario de 17:27, 30 y ).
El punto que Pablo quería enfatizar aquí es obvio. Él había estado enteramente comprometido con la ley para aplastar a la cristiandad. Acerca del Camino, V. el comentario de 9:2 (cf. 19:9, 23; 22:4; 24:14). Su determinación era tan profunda, que solamente una transformación radical sobrenatural pudo cambiar su punto de vista. A continuación, relató los eventos de su conversión (22:6–9; cf. 9:1–6).
p 217 22:10–11. La declaración allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas (cf. 9:6), ve adelante al futuro ministerio de Pablo y anticipa sus palabras de 22:14–15.
(2) El apedreamiento de Pablo. 14:19–20a. Una vez más, algunos judíos se constituyeron en enemigos del evangelio de la gracia, e incitaron contra ellos a la multitud, la misma que acababa de tratar de hacer a Pablo y a Bernabé dioses. De manera que apedrearon a Pablo. Esta es la segunda de cinco veces que una multitud fue provocada a causa del ministerio de Pablo (cf. 13:50; 16:19–22; 17:5–8, 13; 19:25–34). No se afirma si Pablo estuvo o no muerto; probablemente quedó inconsciente y agonizaba (cf. ). De cualquier forma, su recuperación fue tan rápida, que se consideró como un milagro. La referencia al p 184 apedreamiento que mencionó Pablo () indudablemente tomó en cuenta este incidente (cf. ).
22:12–13. El enfoque judaico de este discurso se ve en la descripción que Pablo hace acerca de Ananías, varón piadoso … que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban. Sin embargo, no se menciona esto acerca de Ananías en Hechos 9. Hermano refleja el mismo punto de vista de 22:5 donde los judíos de Damasco eran llamados “hermanos” de los judíos de Jerusalén.
22:14–15. La referencia de haber visto a Cristo, el Justo, es importante porque este hecho calificó a Pablo para ser apóstol (cf. 1 Co. 9:1; 15:8). El término “Justo” fue usado también por Esteban (Hch. 7:52). Todos los hombres a quienes Pablo tenía que presentar el evangelio, incluye a los gentiles, reyes, y judíos (9:15).
5:33. La furia de los dirigentes hacia los apóstoles era de esperarse y querían matarlos. Su oposición siguió el mismo patrón que su hostilidad hacia el Señor pocas semanas antes. La oposición siempre crece, y así sucedió aquí.
e. En Derbe (14:20b–21a)
22:16. Dos interrogantes surgen acerca de este v. Primero, ¿cuándo fue Pablo salvo, en el camino a Damasco, o en la casa de Judas? Muchos factores sugieren que experimentó la salvación en el camino a Damasco porque: (1) El evangelio le fue presentado directamente por Cristo (Gá. 1:11–12), no después por Ananías. (2) Con anterioridad (22:10), Pablo había dicho que se había sometido en fe a Cristo. (3) Pablo fue lleno del Espíritu antes de su bautismo con agua (9:17–18). (4) El part. aoristo en gr. epikalesamenos, traducido invocando su nombre, se refiere tanto a la acción que es simultánea con o antes de la del vb. principal. Aquí la invocación de Pablo del nombre de Cristo (para salvación) precedió a su bautismo de agua. El part. pudiera traducirse, “habiendo invocado su nombre”.
Segundo, ¿qué significan, entonces, las palabras lava tus pecados? ¿Enseñan que la salvación viene por el bautismo de agua? Como Pablo ya estaba limpio espiritualmente (V. el comentario acerca del párrafo anterior), esas palabras tienen que referirse al simbolismo del bautismo. El bautismo es una ilustración de la obra interna de Dios al limpiar el pecado (cf. 1 Co. 6:11; 1 P. 3:21).
14:20b–21a. El ministerio de los apóstoles tuvo éxito en la ciudad más remota al oriente de Asia Menor que fue alcanzada en ese viaje. El evangelio no enfrentó gran oposición, e hicieron muchos discípulos para el Señor Jesús (cf. 20:4).
22:17–18. La partida de Pablo de Jerusalén, de acuerdo a 9:29–30, fue debido al consejo de hermanos cristianos. En realidad, la combinación de revelación divina (22:17–18) y dirección humana fue la que guió a Pablo a ir a Tarso.
22:19–20. La respuesta de Pablo al Señor muestra que él pensó que los judíos iban a impresionarse por el cambio radical de su vida. Después de todo, él había sido muy celoso al perseguir a los creyentes (8:3; 9:2; 22:4–5; 26:11), hasta el grado de tomar parte en el martirio de Esteban (7:58; 8:1).
5:34–35. Un fariseo … Gamaliel doctor de le ley, venerado de todo el pueblo, influenció en el sanedrín para que no se opusiera a los apóstoles. Él no habló porque tuviera simpatía por la iglesia, sino porque había entendido la forma en que Dios obra soberanamente en la tierra (cf. v. 39).
f. El regreso a Antioquía de Siria (14:21b–28)
22:21–22. Cuando Pablo mencionó su comisión de predicar a los gentiles, la turba fue movida a una ira y violencia instantáneas. El hecho de predicar a los gentiles no debiera haber causado una respuesta semejante, porque las autoridades religiosas de Israel también lo habían hecho (cf. Mt. 23:15). El dicho de Pablo que enfureció a la turba fue que tanto los judíos como los gentiles eran iguales sin la ley de Moisés (cf. Ef. 2:11–22; 3:2–6; Gá. 3:28).
Esta respuesta es importante para el argumento de Hechos; indica que los judíos de Jerusalén habían rehusado el evangelio de Jesucristo en forma irrevocable y habían sellado su destino. Menos de 20 años después, en el 70 d.C., la ciudad de Jerusalén se convirtió en un montón de escombros y p 218 ruinas (cf. Mt. 24:1–2; 21:41; 22:7). Por supuesto, esto no significa que Israel no vaya a ser restaurado en el futuro (cf. Ro. 11:26).
14:21b–22. Tarso, la ciudad natal de Pablo, quedaba a sólo unos 250 kms. más allá de Derbe, pero los dos apóstoles regresaron por Asia Menor a fin de confirmar a las iglesias recientemente establecidas.
22:23–24. Los que formaban la turba arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire como expresiones de profundo enojo. El tribuno, quien no podía entender hebreo (arameo) estaba confundido por todas las cosas que estaban pasando. Pero había decidido llegar al fondo de todo, aun cuando esto significara azotar a Pablo.
Los azotes que se mencionan aquí son diferentes a los que recibió con vara en Filipos y en dos ocasiones más (2 Co. 11:25; Hch. 16:22–23). Tampoco son iguales a los 39 latigazos judíos que se aplicaban con cuerdas largas, castigo que Pablo había recibido cinco veces (2 Co. 11:24). El azote romano se daba con cuerdas más cortas hiladas con piezas de metal o hueso y unidas a una pieza de madera fuerte que funcionaba como mango. Con ellos, era posible matar a un hombre o dejarlo permanentemente lisiado. Este fue el castigo que Cristo recibió (Mt. 27:26), dejándolo incapacitado para cargar su cruz.
Por medio de advertencias y promesas, Pablo y Bernabé fortalecieron (cf. 15:32, 41) y animaron a los creyentes. Con anterioridad, Bernabé había animado a los creyentes de Antioquía de Siria (11:23). Las advertencias consistían en la predicción de muchas tribulaciones y la promesa era la expectativa de que entrarían al reino de Dios. El último término ciertamente describe el reino escatológico de Cristo en la tierra.
5:36. Nada se sabe de Teudas y sus cuatrocientos insurrectos, cuya rebelión fracasó. Aunque Josefo, historiador judío del primer siglo, describió una rebelión dirigida por un Teudas, fue posterior y mucho más grande. Además, fue después de la que dirigió el Judas descrito en el v. 37.
22:25–27. Por ley, un ciudadano romano que no había sido condenado por un crimen, no podía ser flagelado. Pablo llamó la atención del centurión a este hecho a través de una pregunta. Cuando esto fue informado al tribuno, dudó que Pablo, en sus circunstancias y siendo objeto de tal aborrecimiento por parte de los judíos, pudiera ser ciudadano romano.
22:28. Durante el reino del emperador Claudio (41–54 d.C.; V. “Emperadores romanos de tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354) era posible comprar la ciudadanía romana. Aquellos que estaban en el gobierno y que vendían ese privilegio podían enriquecerse con el dinero del soborno. En contraste con el tribuno …, Pablo … lo era de nacimiento porque sus padres eran ciudadanos.
14:23. Los creyentes no sólo recibieron edificación, sino también se les organizó. Pablo y Bernabé constituyeron ancianos en cada iglesia, que no eran novatos en la fe (). Probablemente eran judíos provenientes de las sinagogas, donde habían sido entrenados en las Escrituras. Así, los ancianos de las sinagogas llegaron a serlo de las iglesias.
22:29. El tribuno, sabiendo que lo había atado, temía que en Roma se enteraran de que había violado la ley romana. Tal vez las cadenas eran las que lo sujetaban para el flagelamiento. No obstante que era ciudadano romano, posteriormente Pablo volvió a ser encadenado (26:29).
¿Podía cualquiera evitar el azote simplemente por afirmar que era ciudadano romano? Tal vez; pero si una persona lo hacía y era falso, era digno de pena de muerte.
14:24–28. Cuando los apóstoles regresaron a Antioquía (regresando a través de las provincias de Pisidia y Panfilia y predicando en Perge; cf. 13:13–14), dieron a la iglesia que los envió un informe completo de las grandes cosas que había hecho Dios con ellos. La cláusula cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles, es muy importante: (a) Muestra que el evangelio había llegado a los gentiles. (b) Que fue por medio del mensaje “por la fe” y no por las obras de la ley. (c) Que Dios lo hizo, porque él abrió la puerta.
(2) Ante el sanedrín (22:30–23:10). 22:30. Ya para entonces, el tribuno sabía que las acusaciones contra Pablo procedían de los judíos (cf. vv. 23–29) y la mejor forma de ventilar el caso era tener una audiencia delante del concilio (sanedrín). Si el prisionero era encontrado inocente, podía ser liberado; pero si los cargos eran válidos, el caso podía ser remitido al procurador, el gobernador romano (cf. 23:26–30).
5:37. La insurrección dirigida por Judas el galileo fue la segunda ilustración de Gamaliel. Josefo dio un registro más amplio de este movimiento que culminó con la ejecución de Judas, pero que también provocó más revueltas.
23:1–2. El escenario para este breve juicio se presenta aquí. Después que Pablo afirmó que tenía toda buena conciencia en su ministerio (cf. 24:16; 1 Co. 4:4), el sumo sacerdote Ananías ordenó … a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Esta acción se entiende al tomar en cuenta lo que se sabe de él por parte del historiador Josefo, que lo describe como insolente, de temperamento colérico, profano y avaro. Irónicamente, al principio del ministerio de Pablo, fue otro Ananías el que lo ayudó a recibir la vista.
De esa manera termina el primer viaje misionero, que duró entre uno y dos años, y en el cual Pablo y Bernabé viajaron más de 1,120 kms. por tierra y 800 por mar. Pero más importante que todo, es que derribaron la pared intermedia que había entre judíos y gentiles (cf. ). Los dos apóstoles habían sido encomendados por la iglesia de Antioquía a la gracia de Dios (cf. ) y realmente vieron en operación esa gracia divina (cf. “gracia” en 13:43; 14:3).
23:3–5. La respuesta acerba de Pablo fue provocada por el mandato p 219 ilegal del sumo sacerdote. ¿Cómo podía violar la ley mientras fungía como juez de alguien que supuestamente la había transgredido? La ley judía asumía que el acusado era inocente hasta que se probaba su culpabilidad. Como una pared blanqueada, Ananías se veía correcto exteriormente, pero en lo interno era débil y corrupto. También Jesús fue golpeado en la boca durante sus juicios y protestó por la ilegalidad de ello (Jn. 18:20–23).
La declaración de Pablo, No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote, presenta un problema. Esto difícilmente pudo ser cierto porque padeciera alguna deficiencia visual, ya que se dice que Pablo había mirado “fijamente (atenisas, lit. “ver decididamente”) al concilio” (Hch. 23:1). Las palabras de Pablo podrían haber sido irónicas porque estaba tratando de decir que no podía reconocer a un sacerdote en un hombre tan violento. Sin embargo, la palabra “hermanos” (v. 5) hace que esta interpretación no sea probable. Quizá había tal confusión, que el sumo sacerdote no se podía identificar. Ciertamente, no llevaba sus vestiduras sacerdotales. También es probable que Pablo no conociera a Ananías personalmente porque el apóstol no había tenido contacto con el sanedrín durante muchos años y el sumo sacerdocio cambiaba con frecuencia (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348).
Probablemente Pablo escribió su carta a los Gálatas desde Antioquía, poco tiempo después de su primer viaje misionero y antes del concilio de Jerusalén ().
De cualquier forma, Pablo reconoció la posición del sumo sacerdote, aunque no lo respetara como persona.
5:38–39. Aquí se encuentra la conclusión y el mensaje central del discurso de Gamaliel. Al observar lo que sucediera al movimiento cristiano, ellos sabrían si era de origen humano o de Dios. Es interesante que este discurso fue en un sentido, una apología para la iglesia de Jesucristo, dada por un representante de los enemigos de ella. Tratar de detener la obra de Dios sería como ¡estar luchando contra Dios!
23:6–9. En una escena semejante, era imposible hacer justicia. Al reconocer esto, Pablo cambió completamente su táctica y afirmó su esperanza en la resurrección de los muertos al igual que los fariseos (sobre esta esperanza, cf. 24:15; 26:6–7; 28:20). Esto interrumpió inmediatamente el procedimiento, porque dio inicio a una disensión entre los fariseos y los saduceos (cf. 4:1–2). Al usar esta astuta táctica, Pablo dividió a sus enemigos. Es sorprendente que los fariseos defendieran a Pablo, pues lo consideraban un compañero fariseo.
3. el concilio de jerusalén (15:1–35)
23:10. Pablo estaba en un peligro mayor en medio de los judíos de lo que podría estar en una prisión romana. De manera que nuevamente se dio orden de que lo llevasen gradas arriba a las barracas de la fortaleza Antonia (cf. 21:35).
c. Peligro para Pablo (23:11–32)
a. Disensión concerniente a la circuncisión (15:1–2)
23:11. La importancia de esta visión no fue sólo para confortarlo y animarlo (cf. 18:9–10), sino que también fue la confirmación de sus planes de ir a Roma. Literalmente, el evangelio de Cristo iría de Jerusalén a Roma por medio del apóstol Pablo. Esta fue la cuarta visión que el Señor dio al apóstol (cf. 9:4–6; 16:9; 18:9–10).
23:12–13. Tan grande fue el odio hacia Pablo, que venido el día … cuarenta … judíos fanáticos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo (cf. los esfuerzos de la multitud para matarlo; 21:31). El vb. que se traduce juramentar es anatematizō (de donde se deriva la palabra castellana “anatema”), lo cual significa que una persona se pone a sí misma bajo una maldición si no cumple el juramento. Se presupone que esos hombres fueron posteriormente liberados de su voto por medio de sus abogados, ya que las circunstancias de Pablo cambiaron a través de una dramática serie de eventos.
5:40. Las autoridades no consideraron correcto sólo amonestar a los apóstoles, por lo que decidieron azotarlos y les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús (sobre “el nombre” de Jesús, V. el comentario de 3:16). Los azotes fueron evidentemente un castigo para los apóstoles por desobedecer la amonestación que les habían hecho anteriormente (cf. 4:18, 21; 5:28).
15:1–2. Algunos que venían de Judea a Antioquía pueden ser los mismos a quienes se hace referencia en . Ellos insistían en que la circuncisión era esencial para la justificación. Tal vez basaban su teología en pasajes tales como y .
23:14–15. La complicidad de los principales sacerdotes y ancianos p 220 en ese complot revela que no tenían un caso legítimo contra Pablo y que eran viles. El celo fanático de los cuarenta hombres se ve también en que un número de ellos tal vez morirían al pelear contra los guardias de Pablo, si su plan se llevara a cabo.
23:16–22. El sobrino anónimo de Pablo, de alguna manera oyó acerca de la celada de los cuarenta hombres. Con esta información, fue a las barracas para darla a conocer a Pablo y luego al tribuno. Muchas interrogantes sin respuesta vienen a la mente. ¿Era cristiano el sobrino de Pablo? ¿Cómo consiguió esa información? ¿Vivía la hermana de Pablo en Jerusalén? Si Pablo tenía parientes en Jerusalén, ¿por qué no se hospedó con ellos?
De cualquier forma, iban a causar un grave cisma en la iglesia, y su enseñanza hizo que Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda p 185 no pequeña con ellos.
El sobrino de Pablo era un joven (vv. 17–19, 22). La palabra gr. neanias, que se usa en el v. 17, fue usada anteriormente con respecto a Pablo (7:58) y Eutico (20:9) y puede referirse a un hombre de entre veinte y cuarenta años. (Neaniskos, sinónimo de neanios, se utiliza en 23:18 y 22; el v. 19 de la NVI incluye “al joven” pero el texto gr. no lo tiene). Cuando el tribuno de la fortaleza supo del plan, advirtió al sobrino de Pablo que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.
23:23–24. El tribuno decidió alejar a Pablo de ese peligroso paraje, de manera que tomó todas las precauciones posibles para que el apóstol escapara. Primero, envió a Pablo en compañía de más de 470 hombres, dos centuriones … doscientos soldados (cada centurión mandaba a cien), setenta jinetes y doscientos lanceros. Segundo, comenzaron el viaje bajo la complicidad de la noche, a las 9 p.m. Además, Cesarea sería un lugar mucho más seguro, no propenso a tumultos como Jerusalén. Por tercera vez, Pablo dejó una ciudad subrepticiamente, durante la noche (cf. Damasco, 9:25; Tesalónica, 17:10).
Los creyentes de Judea eran muy dogmáticos en su doctrina a pesar del hecho de que no tenían autoridad de la iglesia de Jerusalén. No se dice cómo explicaban el caso de Cornelio () o la obra de Bernabé (11:22–24). Tal vez sentían que el caso de Cornelio era único, y que los creyentes de Antioquía mencionados en el cap. 11 eran tan insignificantes que no podían usarlos como ejemplo. Ahora que el movimiento se estaba convirtiendo en algo arrollador, esta era su forma de protestar.
5:41–42. A pesar de la sangrienta golpiza, los apóstoles salieron de la p 150 presencia del concilio, gozosos. Aquí se hace evidente una vez más el tema del gozo en el libro de Hechos (V. el comentario de 2:46–47). Una iglesia victoriosa se goza en la obra divina a pesar de la persecución, y como en este caso, aun a causa de ella. Los apóstoles se sintieron honrados de padecer afrenta por causa del Nombre (sobre el “nombre”, V. 3:16; cf. , ). Posteriormente, Pedro animó a los cristianos a “regocijarse” cuando “participaran” en los sufrimientos por causa de Cristo (; cf. ; ).
23:25–30. Cuando un prisionero era transferido a un superior, se requería que el oficial subordinado acompañara al sujeto con una declaración escrita del caso.
La carta de Claudio Lisias presenta lo esencial del caso. El tribuno torció la verdad al decir que lo libró él (v. 27), porque ciertamente fue a través de un subordinado que él tuvo conocimiento de que Pablo era ciudadano romano (22:26). También, discretamente evitó mencionar que se había estado preparando para dar a Pablo una azotaína (cf. 22:25, 29).
La iglesia de Antioquía sintió que era sabio discutir el asunto con los apóstoles y los ancianos de Jerusalén. Así que comisionaron a Pablo y Bernabé para esa tarea y sabiamente enviaron a algunos otros de ellos como testigos. Esos testigos iban a proteger a Pablo y Bernabé de ser acusados de distorsionar los hechos.
La importancia de esa misiva se ve en 23:29, donde el tribuno declaró que Pablo era inocente. Compare comentarios similares hechos por Galión (18:14–15); el dirigente de Éfeso (19:40), los fariseos (23:9), Festo (25:25) y Herodes Agripa II (26:31–32).
23:31–32. El viaje de Jerusalén a Antípatris era de más de 56 kms. Aquélla debe haber sido una marcha muy presurosa, porque llegaron al día siguiente. El terreno desde Jerusalén a Lida o Jope (la moderna Lod; cf. 9:32–43), a once o doce kms. antes de Antípatris, era difícil y facilitaba que algún grupo pusiera una emboscada. Una vez que la compañía llegara a Antípatris, ya no se necesitaban más los soldados. Los otros cuarenta y tres kms. hasta Cesarea podían atravesarse con menos riesgo.
b. Discusión concerniente a la circuncisión (15:3–12)
3. encarcelamiento en cesarea (23:33–26:32)
El propósito de Lucas al escribir fue mostrar la forma en que Israel como nación seguía firme en su trágico rechazo de Jesús el Mesías.
a. Defensa de Pablo ante Félix (23:33–24:27)
15:3–4. Mientras los hombres de la delegación iban en camino a Jerusalén, informaban las buenas noticias acerca de la conversión de los gentiles, a los hermanos de Fenicia y Samaria. Una vez más la respuesta de la iglesia fue el gozo (cf. 2:46). Además, la iglesia de Jerusalén y sus dirigentes dieron la bienvenida a Pablo y Bernabé. Esta no era la actitud de los opositores.
23:33–35. Cuando la caballería y Pablo … llegaron, Félix lo sujetó a un p 221 pequeño interrogatorio preliminar. Félix fue procurador (gobernador) de Judea entre ca. 52–58 d.C. y es uno de los tres procuradores romanos que se mencionan en el N.T. Los otros son Poncio Pilato (26–36 d.C.) y Porcio Festo (58–62 d.C.). Félix se casó con Drusila (24:24), hermana de Herodes Agripa II, el Agripa de 25:13–26:32. (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355.)
Después de que Félix supo que Pablo era de Cilicia, determinó escuchar el caso. Evidentemente, un caso podía ser tratado en la provincia del acusado, o en donde se hubiera cometido el supuesto crimen. La verdadera interrogante era de qué clase de (poias) provincia provenía Pablo. Por aquel tiempo, Cilicia no era una provincia completa, sino que estaba bajo el delegado de Siria, ante quien Félix era responsable. El delegado no iba a querer molestarse con un caso tan pequeño como éste. Además, Félix no quería incurrir en la ira de los judíos forzándolos a presentar su querella contra Pablo en su ciudad natal Tarso, que estaba demasiado lejos. Félix sólo tenía un camino y era escuchar el caso. Pero los testigos contra Pablo tendrían que estar presentes (cf. Hch. 23:30).
15:5. El tema fue abiertamente expuesto por los fariseos creyentes. Es significativo que practicar la circuncisión implicaba la obligación de guardar toda la ley del A.T., como Pablo escribió posteriormente (). En última instancia, el método de justificación determina el método de santificación (cf. ).
24:1. El mismo sumo sacerdote descendió a Cesarea, así como algunos de los ancianos del sanedrín. Ellos habían contratado a un abogado (rhētoros, “un orador público”, usado sólo esta vez en el N.T.), Tértulo, quien iba a presentar el caso ante Félix.
4. administración en la iglesia (6:1–7)
24:2–4. El abogado pasó casi tanto tiempo en su introducción como el que tardó en presentar los cargos específicos contra Pablo. Su descripción de Félix fue excesivamente halagadora y aduladora, porque éste era conocido por su uso violento de la fuerza represiva y su corrupto autoengrandecimiento. El procurador había sido esclavo, ganó su libertad, y se congració con la corte imperial. Tácito, el historiador romano, satíricamente resumió el carácter de Félix con el breve comentario, “… ejerció el poder real con la mente de un esclavo”.
15:6–9. Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Además, muchos otros creyentes estaban presentes (cf. vv. 12, 22).
24:5–8. Las acusaciones eran tres: (1) Pablo era una plaga, y promotor de sediciones … por todo el mundo. (2) Era cabecilla de la secta de los nazarenos. (3) Intentó … profanar el templo.
El primer cargo tenía matices políticos, porque Roma deseaba mantener el orden a lo largo y ancho del imperio.
El problema de ninguna manera era pequeño; había mucha discusión (zētēseōs, que significa “búsqueda, debate, cuestionamiento”; se traduce por “discusión” en v. 2 y “cuestiones” en ; y ). Pedro sabiamente permitió que esto siguiera durante un tiempo para evitar dar la impresión de que los resultados habían sido predeterminados. La fecha de ese concilio por lo general se asume que fue el 49 d.C. Cuando Pedro se refirió a que Dios escogió a Cornelio hace algún tiempo estaba viendo hacia atrás unos diez años (). El asunto sobre si el Señor aceptaba o no a los gentiles se había definido en aquel entonces. La evidencia de esto, dijo Pedro, era que Dios … dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo (10:44–46) lo mismo que hizo con los judíos (2:4; 11:15). Así que ninguna diferencia hizo Dios entre los judíos y los gentiles creyentes. Todos son aceptados por la fe.
El segundo cargo también era de interés para el gobierno porque Tértulo hizo parecer que el cristianismo estaba divorciado de la religión judía. Roma permitía el judaísmo como una religio licita (una religión legal), pero no toleraría ninguna religión nueva. Al describir al cristianismo como una “secta” (jaireseōs, “bando, partido, escuela”; de la cual viene la palabra castellana “herejía”) de los nazarenos, el abogado hizo parecer la fe de Pablo como cismática y grotesca.
6:1. Los judíos griegos no podían hablar arameo, la lengua nativa de los judíos que vivían en Israel. Probablemente habían sido criados fuera de su tierra y eran bilingües que hablaban tanto griego como su lengua nativa (cf. 2:5–11). Tal vez también pertenecían a ese grupo otros gentiles prosélitos del judaísmo, que más tarde llegaron a ser cristianos. Los judíos nativos también eran bilingües, porque hablaban arameo y griego (cf. 21:40) En el mundo judío, existían tensiones entre los judíos griegos y los hebreos de lengua aramea; y trágicamente, esas tensiones se introdujeron a la iglesia.
Profanar el templo también tenía un tono político, porque los romanos habían dado permiso a los judíos de matar a cualquier gentil que traspasara las barreras del templo (cf. 21:28). En este punto, Tértulo modificó el cargo que originalmente se hizo en 21:28. En aquel entonces, Pablo había sido acusado de introducir a un gentil (Trófimo, el efesio) dentro de los patios del templo. Después se dijo que Pablo había intentado profanarlo. La verdad se vio severamente afectada en la cláusula prendiéndole, implicando que ellos tomaron a Pablo para arrestarlo. (La RVR60 agrega algunas palabras a los p 222 vv. 6–8 que se encuentran únicamente en unos pocos mss. gr. menos confiables, “quisimos juzgarle … que viniesen a ti”.)
15:10. El pedir a los gentiles que se circuncidaran y obedecieran la ley mosaica hubiera dado dos resultados: (a) los judíos tentarían (peirazete) a Dios (cf. ) y (b) pondrían sobre la cerviz de los discípulos un yugo imposible de llevar (cf. ). Tentar a Dios es ver qué tan lejos se puede llegar con él (cf. ). Poner yugo sobre la cerviz de los discípulos era una forma adecuada de declarar el segundo resultado, porque “tomar el yugo” se usaba para describir a los prosélitos gentiles que entraban al judaísmo; significaba una obligación.
24:9–10. Después de que los judíos respaldaron la veracidad de los cargos que hiciera el abogado contra el acusado, se dio a Pablo la oportunidad de responder.
Su introducción fue mucho más corta y veraz. Él dio por sentado que Félix conocía la situación en Judea lo suficientemente bien como para hacer una decisión acertada.
Al discutir el asunto, Pedro no p 186 sólo hizo referencia a los gentiles, sino también a todos los creyentes que se sometían a la ley. El término “discípulos” era usado tanto para judíos como para gentiles.
24:11. Pablo expresó varios puntos en su defensa. Primero, él no había estado en Jerusalén el tiempo suficiente como para instigar a una turba. De hecho, uno de sus propósitos de estar en Jerusalén era adorar y cumplir con la fiesta de Pentecostés (20:16). Otra razón se desarrolla en 24:17–18.
24:12–13. Segundo, los calumniadores de Pablo no pudieron comprobar que él hubiera estado disputando … ni amotinando una turba en la ciudad.
6:2. Las mesas (trapezais) pueden referirse a las mesas usadas para servir comida o mesas de dinero, es decir, los bancos. Probablemente se refieren aquí al lugar donde se administraban los fondos y víveres para las viudas.
15:11. La declaración, seremos salvos, de igual modo que ellos, es sorprendente. Un judío bajo la ley diría lo opuesto y en un orden inverso (“son salvos como nosotros lo somos”), pero aquél que conoce la gracia de Dios, como Pedro, no hablaría así. La salvación para cualquiera, sea judío o gentil, es por la gracia de Dios (v. 11) y es por fe (v. 9; cf. ; ).
24:14–16. Tercero, él adoró al Dios de Israel en completa conformidad con la ley y … los profetas (cf. 26:22; 28:23). (Acerca del término “la ley y los profetas”, V. Mt. 5:17.) Además, su fe no estaba puesta en una herejía, sino en el cristianismo, el cual era conocido como el Camino (cf. Hch. 9:2; 19:9, 23; 22:4; 24:22). Su esperanza en la resurrección (cf. 23:6; 26:6–7) era la misma que la de sus acusadores (Pablo supuso que un número de ellos eran fariseos). Con esto, quiso decir que el cristianismo era una consecuencia del A.T. Además, siempre buscó tener su conciencia sin ofensa (cf. 23:1). “Sin ofensa” es traducción de aproskopon (lit. “no causar tropiezo, o no ofender”), usada sólo dos veces más en el N.T., ambas por Pablo (1 Co. 10:32; Fil. 1:10).
24:17. Esta es la única vez en Hechos que se menciona el propósito de traer una ofrenda a Jerusalén de parte de las iglesias gentiles. Lucas no hizo sobresalir este hecho, porque era un asunto menor en su argumento. Sin embargo, para Pablo era muy importante, como se hace notar por sus frecuentes alusiones a ello en sus epístolas (Ro. 15:25–28; 1 Co. 16:1–4; 2 Co. 8:13–14; 9:12–13; Gá. 2:10).
15:12. Bernabé y Pablo, quienes fueron los siguientes en dirigirse a la asamblea, describieron las grandes señales y maravillas (sēmeia y terata; cf. 2:43 [V. el comentario allí]; 5:12, 6:8; 8:6, 13; 14:3) que había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Esto convencería especialmente a los judíos (cf. ), de manera que oyeron en silencio. Esta respuesta implicó que no argumentarían contra los testimonios de Pedro, Pablo y Bernabé.
¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que fue a Jerusalén a … presentar ofrendas? Tal vez que entró al templo a “presentar ofrendas” (cf. Hch. 24:18). Pero es más probable que se haya referido a que ofreció ofrendas de acción de gracias por las bendiciones de Dios sobre su ministerio.
24:18. Una vez más, Pablo afirmó que él no era el instigador de un alboroto (cf. v. 12); ¡eran sus acusadores!
c. Decisión concerniente a la circuncisión (15:13–29)
Los doce reconocieron que las prioridades de su ministerio eran la palabra … y la oración (cf. v. 4).
24:19–21. Finalmente, dijo que sus primeros acusadores no estaban presentes, los cuales eran unos judíos de Asia y los que originalmente hicieron las acusaciones falsas e incitaron al tumulto en el templo (cf. 21:27). Ya que el concilio no lo había encontrado culpable (23:1–9), el discurso de Tértulo en verdad no contenía ningún cargo legítimo.
24:22. Sólo puede ser conjeturado cómo supo Félix acerca del cristianismo. Probablemente lo haya escuchado de labios de su esposa Drusila, hija de Herodes Agripa I y hermana de Herodes Agripa II. Ya que era judía (v. 24), tal vez sabía acerca del Camino. Además de esto, es poco probable que Félix haya gobernado Judea durante varios años sin tener algún conocimiento previo acerca de la fe de la iglesia primitiva.
15:13–14. Jacobo, evidentemente cabeza de la iglesia en Jerusalén, tomó luego la palabra y resumió los argumentos. Él fue medio hermano de Jesús y escribió la epístola de Santiago.
p 223 En vez de tomar una decisión que hubiera sido desfavorable para las autoridades religiosas, aplazó los procedimientos. Él dijo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. Si Claudio Lisias (cf. 23:25–30) llegaba o no a Cesarea, no importaba; el caso había sido pospuesto indefinidamente.
24:23. Félix, evidentemente estaba consciente de la inocencia de Pablo, por lo que le otorgó una limitada libertad como prisionero bajo el cuidado de un centurión. Posteriormente, otro centurión dio a Pablo una libertad semejante en Sidón (27:3).
Principió discutiendo la experiencia de Pedro (). Al hacer referencia a ese apóstol como Simón, usó el nombre que sería lógico usar en Jerusalén (el gr. dice Symeōn, una forma aun más judía de escribirlo, usado sólo aquí y en en el N.T.).
24:24–26. Félix debe haber hecho un breve viaje con Drusila su mujer. Cuando regresaron, llamó a Pablo quien le habló acerca de la fe en Jesucristo. Félix se sintió incómodo cuando Pablo disertó acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero y con razón, porque él sabía bien que su matrimonio con Drusila era el tercero y que había roto otro matrimonio para quedarse con ella. Además, su régimen estaba marcado por injusticias que contrastaban con la justicia de Dios. Asimismo, era un hombre que dejaba mucho que desear en el área del dominio propio.
6:3–4. Los apóstoles mencionaron tres cualidades que debían tener los que se nombraran para servir: (a) Ser llenos del Espíritu Santo, (b) estar llenos de sabiduría (cf. v. 10) y además, (c) ser conocidos por estas cosas. Esto quiere decir que las dos primeras características debían formar parte de su reputación y que las tres eran necesarias para el buen manejo de las finanzas. (La fe, v. 5, no es otro distintivo, porque creer es simplemente el medio para estar lleno con el Espíritu Santo.)
La hipocresía y avaricia de Félix se ven en su deseo de ser sobornado por Pablo.
La frase por primera vez es crucial, porque afirma que Pablo y Bernabé no eran los primeros en ir a los gentiles. Como Pedro acababa de decir (), el asunto ya había sido decidido en cuanto a lo esencial (caps. 10–11) antes de que Pablo y Bernabé salieran en su primer viaje misionero.
24:27. Para aplacar a los judíos, Félix dejó preso a Pablo, aunque sabía que era inocente. Félix eventualmente perdió su puesto debido a que actuó con crueldad desmedida al reprimir un conflicto entre judíos y gentiles de Cesarea.
b. Defensa de Pablo ante Festo (25:1–12)
15:15–18. Es comprensible que el concilio deseara algo más que sólo testimonio de la experiencia. Querían saber cómo correspondía al testimonio de las Escrituras. Esa fue la prueba máxima.
25:1. Esta sección (vv. 1–12) es crucial, porque en ella Pablo apela a César. Esto estableció la dirección que iba a tomar el resto del libro y también la forma en que el apóstol llegó a Roma.
La selección de siete varones puede relacionarse con la tradición de las comunidades judías en que siete hombres respetables administraban los negocios públicos y actuaban como concilio oficial. Al escoger a esos siete hombres, los doce persistieron en dar atención a la oración y … al ministerio de la palabra (cf. v. 2).
Poco se sabe de Porcio Festo, procurador romano de Judea, 58–62 d.C., pero lo que la historia nos revela es favorable. Su deseo de gobernar bien se atestigua por su ida a Jerusalén tres días después de su llegada a la provincia. Indudablemente había tenido noticias de la naturaleza inestable de esa ciudad.
Para probar que la salvación de los gentiles sin la circuncisión es una doctrina veterotestamentaria, Jacobo citó . Pero surgen muchos problemas con esta cita.
25:2–3. Un asunto que pesaba grandemente en la mente de las autoridades religiosas era el juicio contra Pablo. Ellos sabían que su acusación era tan débil, que la única forma en que podían zafarse de ese molesto misionero era preparando una celada y matándolo mientras era transportado de Cesarea a Jerusalén, así que rogaron a Festo que lo hiciera traer a Jerusalén.
25:4–5. Es evidente que Festo sintió que la solicitud era poco razonable; de manera que, prometió reabrir el caso en Cesarea, puesto que Pablo ya estaba allí y Festo iba de regreso para allá.
Uno de ellos es el texto. Jacobo citó un pasaje similar de la LXX (el A.T. gr.) que difiere del texto hebr. puede traducirse del hebr.: “Que ellos pueden poseer el remanente de Edom y todas las naciones que son llamadas por mi nombre”. Pero Jacobo usó el sustantivo de los hombres (o “de la humanidad”), no “Edom,” y el vb. busque y no “posea”.
25:6–7. La escena de los juicios anteriores se repitió. Sin embargo, Lucas añadió que las acusaciones eran muchas y graves.
25:8–9. Después de que Pablo negó breve y categóricamente las acusaciones que se le hacían, Festo preguntó al prisionero si quería subir a Jerusalén para otro juicio. Festo había cambiado de opinión en cuanto a esto (cf. vv. 4–5), tal vez porque pensó que al tratar de agradarlos, podría aplacar a los judíos. También se dio cuenta que no sabía cómo manejar esta clase de casos religiosos (v. 20).
6:5. La propuesta de los doce agradó … a toda la multitud de discípulos. Es significativo que los siete tuvieran nombres griegos, implicando que eran helenistas. Nicolás, el último mencionado, no era ni siquiera judío, sino uno convertido al judaísmo y posteriormente al cristianismo. Evidentemente, la iglesia primitiva sintió que el problema de la falta de atención involuntaria hacia las viudas greco judías, se resolvería mejor si lo solucionaban los judíos helénicos, y que ciertamente ellos no iban a desatender a las viudas de habla aramea.
Las consonantes hebreas para “Edom” y para “Adán” son idénticas (’ḏm). La confusión en las vocales (añadidas mucho después) es fácil de entender. La única distinción en el hebr. entre “posea” (yāraš) y “busque” (dāraš) es una consonante. El texto que Jacobo usó bien puede representar el original.
25:10. Pablo no quería saber nada de ese cambio de opinión por p 224 varias razones: (1) El viaje de Cesarea a Jerusalén sería muy peligroso porque si bien los cuarenta judíos que dos años antes (cf. 24:27) habían jurado asesinarlo (23:13–14) para entonces ya se habían liberado de su juramento de alguna forma, todavía querrían matarlo. (2) Era muy remota la posibilidad de que tuviera un juicio justo en Jerusalén. (3) Además, ya había pasado dos años como prisionero en Cesarea.
Los cargos que se presentaron contra Pablo eran civiles (ellos decían que había cometido faltas contra los judíos); por lo tanto, el presente tribunal donde Festo representaba al César, era el adecuado.
Otro problema, el mayor de ellos, tiene que ver con la interpretación. ¿Qué quiso decir Amós cuando escribió estos vv., y cómo usó Jacobo el pasaje? Varias observaciones deben tomarse en cuenta antes de interpretar el pasaje. (1) Jacobo no dijo que se cumplía en la iglesia; simplemente afirmó que lo que estaba sucediendo en la iglesia está en completo acuerdo p 187 con … los profetas del A.T. (2) La palabra “profetas” es pl., implica que la cita de Amós era representativa de lo que los profetas en general afirmaron. (3) El punto principal de Jacobo está claro: la salvación de los gentiles aparte de la ley no es contradictoria con los profetas del A.T. (4) Las palabras después de esto no se encuentran ni en el TM ni en la LXX; ambos tienen “en aquel día”. Cualquier interpretación del pasaje debe considerar estos factores.
25:11. Los cargos que le hicieron fueron lo bastante serios como para demandar la pena de muerte. Si se probaba que las acusaciones eran verdad, Pablo dijo que estaba dispuesto a morir. Él interpretó la sugerencia de Festo de ir a Jerusalén (v. 9) como equivalente a entregar a Pablo a los judíos, aunque el juicio iba a ser conducido por el procurador.
25:12. Hay debate en cuanto a si Festo estaba legalmente obligado a remitir el caso a César (Nerón, quien reinó de 54–68 d.C.), o si podía manejar el asunto por sí mismo. Si Festo hubiera escuchado el caso y tomado una decisión negativa, Pablo todavía podía haber apelado a César. Pero tal vez Festo no tuvo otra alternativa que transferir el caso a Roma. Así que, después que hubo hablado con el consejo, anunció que en vista de la apelación de Pablo, él debía ir a César.
Algunos estudiosos bíblicos interpretan estos vv. en tres maneras diferentes. Aquellos que sostienen la teología amilenial dicen que la casa reconstruida (skēnēn, “tabernáculo”) de David es la iglesia que Dios está usando para predicar a los gentiles. Mientras este punto de vista parece razonable, muchos factores se oponen a ello. El vb. volveré (anastrepsō), usado en , significa un verdadero regreso. Lucas sólo lo usó en 5:22 (“volvieron”) y aquí (no lo usó en su evangelio). En ambos casos, describe un regreso literal y corporal. Ya que el Hijo de Dios todavía no ha regresado físicamente, esta reedificación todavía no ha tenido lugar. (2) El ministerio presente de Cristo en el cielo no está asociado con el trono davídico en ninguna otra parte del N.T. Ahora está sentado a la diestra de Dios (; ; ; ; ; ; ; ). Cuando regrese, se sentará en el trono de David (; ; ; ). (3) La iglesia era un misterio, una verdad no revelada a los santos del A.T. (; ; ), de manera que no puede hacerse referencia a ella en Amós.
La presentación de los siete (cf. 21:8) prepara a los lectores para el ministerio de Esteban y Felipe, los primeros dos de la lista. Además, la referencia a los judíos griegos anticipa la extensión más amplia del evangelio fuera del círculo de Jerusalén y Judea. p 151 (No se sabe nada acerca de los otros cuatro: Prócoro … Nicanor … Timón y Parmenas).
c. Defensa de Pablo ante Agripa II (25:13–26:32)
25:13. El rey Agripa, a quien se hace referencia aquí, es Agripa II, hijo de Herodes Agripa I (12:1) y bisnieto de Herodes el Grande (Mt. 2:1). (V. “Herodes el Grande y su descendientes” en el Apéndice, pág. 355.) Para entonces, ya era un hombre de unos 30 años y gobernaba los territorios que estaban al noreste de Palestina con el título de rey. Ya que era amigo de la familia imperial de Roma, se le concedió el privilegio de designar al sumo sacerdote judío y también había sido nombrado custodio de los tesoros del templo. Su trasfondo lo calificaba perfectamente para escuchar a Pablo porque estaba bien informado acerca de la religión judía (cf. Hch. 25:26–27).
Un segundo punto de vista del pasaje lo sostienen comúnmente los premilenaristas. De acuerdo a ese enfoque, existen cuatro movimientos cronológicos en el pasaje: la presente era de la iglesia (“para tomar de ellos pueblo para su nombre,” ), el regreso de Cristo a Israel (v. 16a), el establecimiento del reino davídico (v. 16b), y la conversión de los gentiles a Dios (v. 17). Aunque el apóstol interpreta estos vv. de manera lógica, este punto de vista tiene algunas dificultades. (1) La cita comienza con las palabras “después de esto”. Los premilenaristas afirman que Jacobo usó esta frase para apoyar su interpretación del pasaje. Pero puesto que la cita comienza con “después de esto” Jacobo debe haber tomado en cuenta el sentido de . Por lo tanto, esa frase no mira retrospectivamente a , sino a , que describe la tribulación (“tiempo de angustia para Jacob,” ). (2) Si la frase “después de esto” en se refiere a la era presente, entonces Amós predijo la iglesia en el A.T.
Agripa II y su hermana Berenice vinieron a Cesarea para saludar a Festo. Aunque Berenice tendía a apoyar a los judíos, llevaba una vida libertina, ya que sostenía una relación incestuosa con su hermano Agripa.
25:14–21. Festo repasó el procedimiento de la causa de Pablo que le había dejado Félix y confesó francamente que se sentía incapaz de manejar el caso (v. 20). En particular, no entendía la insistencia de Pablo en la resurrección de Cristo (v. 19).
Un tercer punto de vista, también premilenial, puede ser más aceptable. Jacobo simplemente afirmó que los gentiles van a ser salvos durante el milenio, cuando Cristo regrese y reedifique el tabernáculo de David, que está caído, lo cual significa restaurar la nación de Israel. Amós no dijo nada de la supuesta necesidad de que los gentiles se circuncidaran. Varios factores apoyan esta interpretación: (1) Esto encaja con el propósito del concilio. Si los gentiles serán salvos durante la era del reino (el milenio), ¿por qué tienen que hacerse prosélitos del judaísmo a través de la circuncisión en la era de la iglesia? (2) Ese enfoque encaja con el significado de “en aquel día” de . Después de la tribulación () Dios establecerá el reino mesiánico (). Jacobo () interpretó “en aquel p 188 día” como que significaba “en aquel tiempo cuando” Dios hará ésto (la tribulación), después hará aquéllo. En ese sentido es que Jacobo pudo decir “después de esto”. (3) Esta interpretación da significado a la frase “primera vez” en el v. 14. Cornelio y su casa fueron unos de los primeros gentiles que llegaron a formar parte del cuerpo de Cristo, la iglesia. La salvación de los gentiles culminaría en una gran bendición para ellos durante el milenio (cf. ). (4) Varios profetas predijeron la salvación de los gentiles durante el milenio, como lo afirma Jacobo en (e.g., ; ; ).
25:22. El repaso de la situación tuvo el efecto deseado sobre Agripa. La familia herodiana era útil a Roma por su conocimiento de los asuntos judíos y los puntos de vista de Agripa serían de ayuda a Festo.
6:6. Aunque la comunidad cristiana eligió a los siete, estos fueron comisionados por los apóstoles. Esto se hizo por medio de la oración y la imposición de las manos. La práctica de imponer las manos sobre otros era un gesto que significaba comisionar y dar autoridad (cf. 8:17–19; 13:3; 19:6; ; ; ).
25:23–24. El insignificante rey Agripa y su hermana Berenice aprovecharon la ocasión para hacer alarde de su posición, ropas y ceremonial. Lucas indudablemente quería contrastar al pobre prisionero Pablo presente en el salón de audiencias con Agripa, Berenice, los oficiales de más alto rango y principales hombres de la ciudad. Ya que había cinco cohortes (cada cohorte tenía mil soldados) estacionadas en Cesarea, cinco oficiales (j̱iliarjoi, lit., “comandantes de mil”; cf. p 225 21:31) de alto mando estaban allí. Festo le dijo a Agripa que los judíos le exigían que diera muerte a Pablo.
15:19–21. Como resultado de esa discusión teológica, Jacobo expuso una decisión práctica. Consideró que era razonable (krinō, lit. “juzgo”) que la iglesia no inquietara (parenojlein “inquiete”, sólo usado aquí en el N.T.) a los gentiles. Esto concuerda con los sentimientos de Pedro expresados en el v. 10. Sino (una conjunción adversativa muy fuerte), que sugirió que hicieran una carta estipulando una ética que no ofendiera a aquellos que se aferraban al A.T.
25:25–27. Lo afirmado en el v. 25 es importante porque muestra que Festo, como Félix antes que él, halló que Pablo ninguna cosa digna de muerte había hecho (cf. 23:9, 29; 26:31).
Sería malo para Festo enviar a Pablo a César sin cargos … en su contra. Festo creía que Agripa, con su conocimiento de las costumbres y leyes judías, podía ayudarlo a escribir algunos cargos que pudieran ser suficientemente específicos como para que Nerón los considerara.
Los gentiles debían abstenerse de tres cosas: (a) comida contaminada por los ídolos, (b) inmoralidad sexual, fornicación, y (c) carne de animal ahogado y de sangre. Muchos maestros de la Biblia dicen que estos son sólo asuntos ceremoniales. La comida contaminada por ídolos se explica en el v. 29 como referencia a los alimentos que se sacrificaban “a ídolos” (cf. 21:25). Afirman que este es el mismo problema que Pablo discutió posteriormente (). La abstinencia de inmoralidad sexual se explica como haciendo referencia a las leyes maritales de . La prohibición de comer sangre se toma como relacionada con . Entonces, de acuerdo con esta interpretación, las tres prohibiciones se refieren a la ley ceremonial judía.
En este cap. se encuentran dos términos interesantes que se usaban para designar a la realeza romana. El primero de ellos es Sebastos que significa “venerado” o “augusto” y se usa en el N.T. sólo en 25:21, 25; 27:1, donde se traduce “Augusto”.
¿Fueron estos los primeros diáconos? ¿Qué oficio eclesiástico se observa aquí? Existen tres respuestas a estas interrogantes.
El otro es kyrios, que significa “señor”. En 25:26 se trad. “señor”. Tanto Augusto como Tiberio rehusaron llevar ese título porque sentían que los exaltaba demasiado. Sin embargo, para el tiempo en que Pablo hizo su apelación a César, Nerón estaba en el trono y la palabra “señor” se usaba más comúnmente para referirse al emperador. Aunque Nerón aceptó el título de “señor”, todavía no llegaba a los excesos que posteriormente caracterizaron a su reino. En ese tiempo, era considerado como un gobernante justo.
Sin embargo, parece mejor tomarlas como asuntos morales. La mención de comida contaminada por los ídolos debe ser tomada en el mismo sentido que , . Era una práctica común entre los gentiles usar el templo de sus ídolos para banquetes y celebraciones. Pablo también condenó la práctica de los cristianos que participaban en eso (). La fornicación era un pecado tan común entre los gentiles, que era aceptada. El problema de inmoralidad proseguía entre los cristianos con frecuencia, como se testifica en los enunciados en su contra que aparecen en el N.T. (cf. , donde Pablo evidentemente estaba respondiendo a argumentos a favor de la inmoralidad). La tercera prohibición va más allá de , a , donde Dios estableció el pacto con Noé, un “contrato” que todavía tiene vigencia hoy. En él, Dios concedió a la humanidad el privilegio de comer carne, pero la sangre debía sacarse de ella.
26:1. Pablo ya había presentado su defensa ante Festo (25:6–12), de manera que el apóstol dirigió sus palabras a Agripa. Además, el propósito de este discurso fue informar al rey.
El movimiento de la mano evidentemente era una costumbre de los oradores de ese tiempo. Este discurso tiene varias partes: (1) observaciones de elogio (26:2–3), (2) vida inicial de Pablo en el judaísmo (vv. 4–8), (3) su celo y oposición al cristianismo (vv. 9–11), (4) su conversión y comisión (vv. 12–18), (5) su ministerio (vv. 19–23), (6) intercambios verbales con Festo y Agripa (vv. 24–29).
Las tres prohibiciones de se interpretan mejor en un sentido ético o moral. Si esto es así, siguen siendo responsabilidad del cristiano de hoy, aun el punto de no comer morcilla y carne cruda. Si dejaban de asistir a banquetes en los templos, o de involucrarse en fornicación, o de comer carne cruda, los gentiles cristianos estarían manteniendo altas normas morales y evitarían ofender a sus hermanos judíos. Había judíos en cada ciudad que podían sentirse agraviados porque los cristianos no cumplían esas condiciones, ya que estaban bien familiarizados con esos asuntos morales.
26:2–3. Pablo fue sincero en sus cumplidos porque sabía que Agripa verdaderamente estaba bien informado de todas las costumbres y cuestiones que había entre los judíos, además de que era un judío practicante.
(1) Algunos dicen que éstos fueron los primeros diáconos. Varios factores se usan para sostener este punto de vista. Primero, el oficio de diácono se da por sentado en las cartas de Pablo (cf. ). Si no es un relato de su inicio, entonces surge la interrogante, ¿cuándo y dónde se originaron los diáconos? Segundo, varias palabras relacionadas con el diaconado (diakonia) se encuentran aquí; “distribución” (lit. “servicio”) en el v. 1 es diakonia, y “servir” en el v. 2 es diakonein. Sin embargo, a estos hombres nunca se les llamó “diáconos” (diakonoi). Posteriormente se les llamó “los siete” (21:8). Además, las palabras “distribución” y “servir” no parecen tener aquí un sentido técnico. Estos términos se usan comúnmente en el N.T. en gr. sin darles algún sentido especial.
En contraste con Tértulo, quien prometió un discurso breve delante de Félix (24:4), Pablo dio a entender que su defensa podría ser más extensa. Éste es el clímax de todas las defensas de Pablo que se registran en Hechos (cf. 22:1–21; 23:1–8; 24:10–21; 25:6–11).
p 189 15:22. A toda la iglesia (cf. v. 12) se le permitió expresarse personalmente sobre este asunto. Es interesante que dos testigos fueron asignados para ayudar a Pablo y Bernabé y para proteger ambos lados (v. 2). Ellos confirmarían “de palabra … lo mismo” que estaba escrito (v. 27). Nadie podría decir que había una comunicación deficiente en este difícil asunto.
26:4–8. En resumen, Pablo afirmó que desde temprana edad había vivido de acuerdo con la esperanza de Israel (vv. 6–7; cf. 23:6; 24:15; 28:20). (Acerca de su vida en Jerusalén, V. 22:3.) El apóstol afirmó que esta esperanza involucraba la resurrección de entre los muertos. Esta es la razón por la cual Cristo citó a Moisés (Éx. 3:6), para defender la doctrina de la resurrección (Mt. 22:32). Ya que Jehová es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, la gente debe resucitar a fin de recibir las promesas que Dios les hizo. Asimismo, las promesas que se hicieron a los judíos exigen que resuciten en la venidera era mesiánica.
La referencia que Pablo hace a las doce tribus muestra el error del israelismo británico que habla de las “diez tribus perdidas de Israel” (cf. Mt. 19:28; Lc. 22:30; Stg. 1:1; Ap. 7:4–8; 21:12).
Silas fue uno de esos dos varones. Esto va de acuerdo con el estilo de Lucas que introduce sutilmente a alguien en escena, que posteriormente llega a ser un personaje principal (cf. v. 40). Estos dos enviados, también “profetas” (v. 32), pueden haber representado a dos corrientes de la iglesia de Jerusalén. Judas, probablemente hermano de José (cf. 1:23), representando a los hebreos; y Silas, ciudadano romano (cf. 16:37), a los helenistas.
26:9–11. Además de estar comprometido con el judaísmo, Pablo también p 226 había sido fanático en su oposición al cristianismo (cf. 8:3; 9:2; 22:4–5, 19). Los votos decisivos que había hecho contra los cristianos encarcelados no significa necesariamente que fuera miembro del sanedrín. Simplemente puede significar que estaba de acuerdo con las acciones de ese cuerpo gobernante (cf. 8:1; 22:20).
Cuando Pablo encarceló a los cristianos, los forzó a blasfemar, es decir, a retractarse de su fe en Cristo.
(2) Otros afirman que éstos fueron los precursores del oficio de anciano. Esta no es una interpretación común, pero adquiere su respaldo en 11:30, donde se refiere al dinero de ayuda dado a los ancianos. Si los diáconos manejaban estos fondos antes (cap. 6), se argumenta que posteriormente llegaron a ser los ancianos (cap. 11). Sin embargo, el oficio de anciano tuvo su origen en la sinagoga judía.
15:23–29. La carta que enviaron los apóstoles y los ancianos, confirmó las decisiones del concilio. La admiración de la iglesia por Bernabé y Pablo se hace evidente por las palabras nuestros amados y el conocimiento que tenían de que Pablo y Bernabé habían expuesto su vida por el nombre (cf. el comentario de 3:16) de nuestro Señor Jesucristo (cf. 13:50; 14:5, 19). Es muy significativa la referencia que la carta hace al Espíritu Santo como el “promotor principal” de este discernimiento de la verdad.
26:12–18. Mientras Pablo relataba su conversión (cf. 9:1–19; 22:1–21) una vez más narró que vio una luz … que sobrepasaba el resplandor del sol (22:6). Por primera vez se le informa al lector que la voz celestial hablaba en lengua hebrea (aramea), aunque esto se había dado por hecho por la forma en que se escribe el nombre Saulo en 9:4 y 22:7.
Algunos creen que la afirmación, Dura cosa te es dar coces contra el aguijón, significa que Pablo tenía sentimientos de culpa y estaba violando su conciencia al perseguir a los creyentes en Cristo. Sin embargo, Pablo escribió posteriormente que a pesar de su blasfemia, violencia y persecución de la iglesia, se le mostró misericordia porque estaba actuando en ignorancia e incredulidad (1 Ti. 1:13). Dar coces contra el aguijón evidentemente se refiere a la futilidad de su persecución de la iglesia.
d. La delegación entre los gentiles (15:30–35)
La declaración de la comisión dada a Pablo (Hch. 26:18) se parece a la obra del Mesías, predicha en Isaías 35:5; 42:7, 16; 61:1. Como representante del Señor Jesucristo, Pablo hizo en forma figurada lo que de hecho el Señor hará un día sobre la tierra. Espiritualmente, Pablo había dirigido a muchos de las tinieblas del pecado (Jn. 3:19; 2 Co. 4:4; Ef. 4:18; 5:8; Col. 1:13) a la luz en Cristo (Jn. 12:36; 2 Co. 4:6; Ef. 5:8; Col. 1:12; 1 Ts. 5:5). Esta salvación libera de la potestad de Satanás (Jn. 8:44; He. 2:14) y da perdón de pecados (Hch. 2:38; 5:31; 10:43; 13:38; Ef. 1:7; Col. 1:14) y una herencia espiritual (Ro. 8:17; Col. 1:12) con los santificados, i.e., aquellos que posicionalmente han sido puestos aparte para Dios por su obra redentora (cf. 1 Co. 1:30; He. 10:10; 13:12).
26:19–23. La declaración de Pablo en el v. 20 es algo problemática. Dijo que había predicado a aquellos que estaban en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea. Pero Pablo escribió a los gálatas que él era desconocido a las iglesias de Judea (Gá. 1:22). Muchos piensan que desde el principio hubo una corrupción del texto y que el gr. debiera leerse: “a aquellos que están en Damasco, luego a los de Jerusalén, y a través de toda nación, tanto a judíos como a gentiles”. Se reconoce que el actual texto gr. no fluye bien (cambia del caso dativo al acusativo), pero esta enmienda textual es extremadamente especulativa e innecesaria.
15:30–35. Los miembros de la comitiva que representaba a la iglesia de Jerusalén descendieron (Antioquía está en un nivel de terreno más bajo que Jerusalén), junto con Judas y Silas, a Antioquía y … entregaron la carta. Los hermanos de Antioquía se sintieron muy animados por la carta y por la presencia de Judas y Silas, los profetas, que consolaron y fortalecieron aun más a la iglesia con un larguísimo mensaje.
(3) Un tercer punto de vista es que ejercieron esa posición temporalmente con el propósito de satisfacer una necesidad específica. Esta parece ser la mejor interpretación por un par de razones. Primero, fueron escogidos para una tarea en particular, no una generalizada. Segundo, tuvieron una responsabilidad temporal por causa de la naturaleza comunitaria de la iglesia de Jerusalén. Aun así, esos hombres ilustran el papel y función del oficio de diácono.
Probablemente Pablo primero quiso resumir su ministerio a los judíos y luego describir su obra entre los gentiles. El apóstol afirmó casi lo mismo en Hch. 26:17–18. En otras palabras, la declaración de Pablo aquí no debe tomarse como una secuencia cronológica estricta, sino como un panorama general de su ministerio. Primero predicó a los judíos y luego a los gentiles, de conformidad con 1:8. Ambos grupos necesitaban que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios. En Hechos, los apóstoles hablaron con frecuencia acerca del arrepentimiento (2:38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21).
Además, Pablo afirmó que su p 227 mensaje era el cumplimiento de las profecías del A.T. (26:22; cf. 24:14; 28:23) concernientes a la muerte y a la resurrección del Mesías. También a menudo, los apóstoles hablaron en Hechos de la resurrección de Cristo.
Los santos de Antioquía apreciaron el ministerio de Judas y Silas y los despidieron con bendiciones. La palabra paz expresaba un deseo de bienestar en todas las áreas de su vida.
26:24–29. Festo, con su perspectiva griega, pensó que la doctrina de la resurrección era imposible (cf. 17:32; 23:6–7), así que interrumpió a Pablo, aunque el apóstol ya había dado sus puntos principales. Festo dijo que Pablo estaba loco, que sus estudios estaban trastornándolo.
Pero Pablo claramente afirmó su sensatez y luego volvió a dirigirse a Agripa. Nada de esto, haciendo referencia a la muerte y resurrección de Cristo y al comienzo de la iglesia, podría haber escapado a la atención de Agripa, ya que era buen conocedor del judaísmo y el cristianismo no era una sociedad esotérica secreta.
El v. 34 se omite en muchos mss. griegos importantes. Posiblemente un escriba lo haya agregado posteriormente a fin de explicar la elección de Silas (v. 40).
Finalmente Pablo afianzó su punto haciendo una pregunta directa: ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? (cf. 26:22) Yo sé que crees (cf. el testimonio de Pablo a Félix, 24:24).
6:7. Este v. contiene otro de los informes de avance de Lucas. La iglesia estaba creciendo rápidamente en número (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31). Es más, muchos sacerdotes judíos llegaban a ser creyentes (obedecían a la fe; cf. ). Con el nombramiento de estos hombres, los lectores quedan listos para leer acerca de la obra de Esteban y Felipe y la proclamación del evangelio afuera de Jerusalén.
Ahora Agripa estaba entre la espada y la pared. Si aceptaba que las profecías eran ciertas, se vería forzado a admitir que Jesucristo era su cumplimiento. Su única forma de escapar era desviar la pregunta haciendo una interrogante.
En los meses siguientes, Pablo y Bernabé continuaron ministrando a los santos en Antioquía.
La traducción de la NVI: “¿piensas que en tan poco tiempo puedes persuadirme a que me haga cristiano?”, capta bien el sentido de la pregunta de Agripa. Probablemente tuvo la intención de refutar en forma jocosa a Pablo.
Pablo tomó en serio su respuesta, porque amaba a la gente por causa del Señor. Aunque le llevara mucho tiempo ganar a Agripa para Cristo, Pablo estaba dispuesto a invertir el tiempo necesario. Le respondió que oraba para que Agripa y todos los que ese día lo escuchaban fueran hechos tales cual él (i.e., un cristiano), excepto por esas cadenas. (Esta es la primera mención de cadenas desde 22:29.) Así fue como la defensa de Pablo llegó a su fin.
4. confirmación de las iglesias en asia menor (15:36–16:5)
26:30–32. Ya otros habían dicho que Pablo era inocente: los fariseos (23:9); Claudio Lisias, el tribuno de Jerusalén (23:29); y el gobernador Festo (25:25). Ahora Agripa, un hombre de poder, bien entrenado en el judaísmo y simpatizante de los judíos, afirmó: podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 132–151.
4. encarcelamiento en roma (caps. 27–28)
[Segundo viaje misionero, 15:36–18:22]
a. El viaje marítimo (cap. 27)
¿Por qué dio Lucas tantos detalles acerca del viaje desde Cesarea a Roma? No hay una respuesta fácil. (1) Tal vez sólo sea un recurso para poner énfasis en el viaje y la llegada de Pablo a Roma, en forma parecida a como los evangelistas subrayaron el acercamiento final del Señor a Jerusalén y sus últimos días allí para realzar el impacto de su muerte y resurrección. De la misma forma, Lucas llevó al clímax su obra de Lucas–Hechos con la proclamación del reino a los gentiles de la capital romana.
a. Desavenencia entre Pablo y Bernabé (15:36–41)
(2) Lucas puede haber seguido el ejemplo de las grandes epopeyas históricas de su época, en que era común usar el tema de las tormentas y naufragios. Esto sería paralelo a las modernas escenas de persecución en un drama de cine o televisión. El problema con este punto de vista es simple. ¿Cómo contribuiría esto al propósito de Lucas? El simple hecho de imitar el ejemplo de las epopeyas antiguas no ayudaría p 228 al libro para nada.
(3) Posiblemente el escritor quería mostrar un paralelo con Jonás y la tormenta (Jon. 1:4–15). Después de que Jonás sobrevivió a la tempestad por medios milagrosos, predicó a una gran ciudad capital gentil. Es obvia la comparación con Pablo.
COMENTARIO
15:36–41. Posteriormente, cuando Pablo le propuso a Bernabé que regresaran a confirmar a las iglesias establecidas en su primer viaje, Bernabé quiso que llevasen consigo a Juan. Pablo no estuvo de acuerdo con esa sugerencia, porque Marcos se había apartado de ellos anteriormente desde Panfilia (cf. 13:13). La discusión se convirtió en tal desacuerdo (paroxysmos, “provocar perturbación, alborotar, despertar”, raíz del vocablo español paroxismo) entre ellos, que se separaron el uno del otro. El Señor estaba controlando esa disensión, porque gracias a ella, se organizaron dos viajes misioneros en lugar de uno (V. “Mapa del segundo viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 358). Uno se dirigió a Chipre con p 190 Bernabé y Marcos, y el otro a Siria y Cilicia y en última instancia, a Europa con Pablo y Silas. Probablemente ambos, Pablo y Bernabé, estaban en lo cierto en su evaluación acerca de Marcos. Tal vez era demasiado pronto para que Marcos saliera a aventurarse con un apóstol progentil como Pablo. Pero Bernabé, con mucho discernimiento, vio buena madera en su primo Marcos (cf. ; ; ; ). Posteriormente, Pablo habló de Bernabé en términos positivos (; ). El apóstol Pablo debía mucho a Bernabé y parece que siguieron siendo amigos a pesar de su pugna en cuanto a Marcos.
(4) El propósito de este relato es mostrar la protección y dirección soberana de Dios en el ministerio de Pablo. Era la voluntad de Dios que el apóstol ministrara el evangelio en Roma.
(5) La intención de Lucas fue demostrar el liderazgo de Pablo y así subrayar el hecho de que el programa de Dios había llegado a ser en primer lugar para los gentiles y por ello, Pablo era el hombre de Dios en aquella hora. En el relato, Pablo se destaca como quien está en control de las cosas, aun del viaje marítimo y del naufragio.
Ni Marcos ni Bernabé vuelven a mencionarse en Hechos; lo mismo se puede decir en cuanto a Pedro después del concilio de Jerusalén ().
(6) Algunos piensan que la historia es una alegoría. En el A.T. el mar era considerado como enemigo y aquí simboliza la oposición al esparcimiento del evangelio. A pesar de todo el antagonismo, las buenas nuevas del reino sobrevivirían y finalmente alcanzarían su meta predeterminada por Dios. Pero esto es tan alegórico, que es un punto de vista poco probable.
La respuesta a la interrogante de por qué Lucas puso tanto énfasis en el viaje a Roma, debe ser una combinación de las respuestas 1, 3, 4, y 5, aunque es difícil afirmarlo con seguridad. (V. “Mapa del recorrido de Pablo a Roma” en el Apéndice, pág. 361.)
I. Testimonio en Jerusalén (1:1–6:7)
La elección que Pablo hiciera de Silas (en gr.), cuyo nombre romano era Silvano (; ; ; ), fue sabia porque (1) actuó como representante oficial de la iglesia de Jerusalén para llevar a Antioquía el decreto del concilio de Jerusalén (); (2) era ciudadano romano (16:37); (3) era profeta (15:32); (4) la iglesia de Antioquía lo conocía bien, de manera que ambos, Pablo y Silas, fueron encomendados por los hermanos a la gracia del Señor. (5) Ya que Silas fungió como amanuense de Pedro, debe concluirse que dominaba el idioma gr. (cf. ). El ministerio de Pablo y Silas incluyó confirmar a las iglesias (cf. ; ).
27:1. Quién y cuántos presos más acompañaron a Pablo a Roma, es una pregunta que ha quedado sin responder. Tampoco se le hace saber al lector por qué los otros eran llevados a la ciudad capital.
El centuriónJulio, quien es uno de los personajes principales de este relato, pertenecía a la compañía Augusta, título honorario que se le daba a ciertas tropas. “Augusta” es traducción de Sebastēs, que significa “reverenciada” (cf. el comentario de 25:25). Un “centurión” estaba al frente de 100 soldados (cf. 10:1; 21:32; 22:25–26; 23:17, 23; 24:23).
b. Reclutamiento de Timoteo (16:1–5)
El uso del pronombre de la primera persona del pl. aquí indica que Lucas acompañó a Pablo en este viaje.
27:2–3. La referencia a adramitena, se refiere a la base de la nave, la cual estaba al sureste de Troas, ciudad del noroeste de Asia Menor. Es evidente que el barco estaba haciendo el último viaje a su base antes de que comenzara la estación invernal de tormentas marítimas. Tal vez el centurión quería encontrar durante el viaje una embarcación con destino a Roma o llegar a la Vía Ignacia para transportar a los prisioneros.
16:1–3. Timoteo, cuyo hogar estaba en Listra, provenía de un matrimonio mixto; su madre era judía y su padre griego. Probablemente se haya convertido por el ministerio de Pablo durante la primera visita del apóstol a Listra (cf. ). Algunos sugieren que fue llevado a los pies del Señor gracias a la influencia de su abuela Loida y su madre Eunice (). De cualquier forma, llegó a ser protegido de Pablo. Debido a la buena reputación de Timoteo (), quiso Pablo que éste fuese con él, probablemente como ayudante como antes había sido Marcos. Sin embargo, había un problema. Los judíos a quienes Pablo iba a predicar, se ofenderían si sabían que un hombre con madre judía era incircunciso. De manera que Pablo le circuncidó. Aparentemente era incircunciso debido a la influencia de su padre.
A. Expectativa de los escogidos (caps. 1–2)
Es obvio que Aristarco también acompañó a Pablo como su ayudante y se quedó con él durante el encarcelamiento en Roma (Col. 4:10; Flm. 24).
Es interesante que Pablo haya tenido amigos en Sidón, el primer puerto al que llegaron después de salir de Cesarea. La amabilidad de este centurión trae a la memoria la de otro centurión (Hch. 24:23).
Esto parece contradecir el pensamiento de Pablo expresado en , donde se rehusó a que Tito se circuncidara. Sin embargo, las situaciones eran diferentes. En el asunto que se trata es el método de justificación; aquí era una cuestión de no ofender (cf. ). Por supuesto, el concilio de Jerusalén había determinado que la circuncisión no era necesaria para la salvación (, ). En , Pablo actuó como lo hizo por el bien del ministerio y tomó una decisión sabia.
27:4–8. La información contenida en estos vv. señala la dificultad de navegar de este a oeste por el mar Mediterráneo. Los vientos dominantes soplaban desde el oeste, de modo que las naves zarparían hacia el este de Chipre y avanzarían con dificultad a lo largo de la costa suroeste de Asia Menor y el este de Creta. Cuando Pablo se embarcó en la dirección contraria, el barco tomó una ruta más directa (21:1–3).
En Mira, ciudad portuaria sobre p 229 la costa sur de Asia Menor, el centurión encontró una nave alejandrina que zarpaba para Italia. Este era un barco que llevaba granos (27:38), lo suficientemente grande como para llevar 276 pasajeros (v. 37). Egipto era el que abastecía de granos a Roma. Comúnmente, los barcos de grano zarpaban hacia el norte hasta Asia Menor y luego tomaban rumbo al oeste a través del Mediterráneo, pasando por las islas para aprovechar la protección que pudieran recibir de ellas.
16:4. Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que se habían acordado en el concilio de Jerusalén (15:23–29). Asumiendo que Pablo escribió Gálatas después del primer viaje misionero, pero antes del concilio de Jerusalén, el informe de la decisión sería una confirmación fuerte del evangelio que él predicaba y de lo que había escrito en esa carta.
El viaje de Pablo en esta segunda embarcación lo llevó desde Mira hasta la isla de Gnido y luego al suroeste por el sur de Creta, a un lugar que llaman Buenos Puertos. Los cretenses eran conocidos por su holgazanería y depravación (Tit. 1:12). Más adelante, Pablo escribió a Tito pidiéndole que designara ancianos para las iglesias de aquella isla (Tit. 1:5).
1. introducción (1:1–5)
27:9–12. El ayuno al que se hace referencia aquí era probablemente el día de la expiación que se conmemoraba de finales de septiembre hasta principios de octubre. Después de esa época del año, los patrones climatológicos variables del mar Mediterráneo hacían peligrosa la navegación. En aquel tiempo, el tráfico marítimo cesaba a principios de noviembre.
16:5. Con otro informe de avance (cf. Introducción), Lucas cerró esta otra sección de su libro. La palabra confirmadas (estereounto, “hacer sólido o firme”), difiere de su sinónimo p 191 epistērizō (“fortalecer”; 14:22; 15:32, 41).
Pablo tal vez estaba incluido entre los consejeros de la embarcación, debido a sus experiencias previas de viajero (cf. 2 Co. 11:25, “tres veces he padecido naufragio”) y a su liderazgo natural. Contrario al consejo de Pablo, la mayoría (27:11–12) acordó que era mejor zarpar a un puerto más cómodo, e invernar allí. La autoridad final estaba en manos del centurión, porque se consideraba que los barcos de grano estaban al servicio del gobierno. Así que zarparon a lo largo de la costa sur de Creta con la esperanza de llegar al puerto de Fenice.
27:13–17. Cuando de repente se vieron atrapados por un viento huracanado llamado Euroclidón, no pudieron quedarse bajo la protección de Creta, e iban navegando a la deriva en mar abierto. Una pequeña isla llamada Clauda a 40 kms. al sur de Creta, les proveyó de un breve respiro del viento. Mientras que estaban en el sur de la isla, recogieron el esquife, que normalmente era remolcado, pero que probablemente para entonces ya estaba lleno de agua.
C. Crecimiento de la iglesia en el área del mar Egeo (16:6–19:20)
No está del todo claro lo que Lucas quiso decir con usaron de refuerzos para ceñir la nave. Probablemente que los marinos rodearon el barco con cuerdas a fin de que las vigas no se separaran y dejaran pasar más agua por la presión del mar y la tormenta.
1:1–2. En los dos primeros vv. de este libro, Lucas vio su evangelio en retrospectiva. Teófilo pudo haber sido el mecenas de Lucas, el que financió la escritura de Lucas y Hechos. De cualquier forma, era creyente en Cristo. Estos dos libros confirmarían e instruirían en la fe tanto a Teófilo, como a la iglesia de Cristo (cf. ).
La Sirte estaba localizada por la costa de Libia al norte de África. La palabra gr. que se traduce como las velas es skeuos y lit. significa “embarcación” o “equipo”, de manera que puede referirse a cualquier aparejo. Sin embargo, quizá era el ancla.
1. llamamiento a macedonia (16:6–10)
27:18–26. La furiosa tempestad fue muy severa, de modo que, al siguiente día tiraron la carga al agua y al día siguiente, los aparejos de la nave. La tempestad siguió azotándolos inmisericorde y después de muchos días, perdieron toda esperanza de salir con vida de aquella situación.
Los pasajeros, y probablemente también la tripulación, habían pasado sin comer algunos días. Tal vez la tormenta había destruido muchas de sus provisiones; algunos estaban mareados; y tal vez otros estaban demasiado desalentados como para comer (cf. v. 33). Después de que Pablo les recordó el consejo que les había dado p 230 antes en Creta (cf. v. 10), los animó con un mensaje de Dios. Esta no fue la primera vez que una visión levantó el espíritu de Pablo (cf. 18:9–10; 23:11); de hecho en la visión de Jerusalén (23:11) Dios le prometió no sólo guardarlo allí, sino hasta el final de su viaje a Roma. Aquí también Dios (a través de un ángel), prometió que Pablo comparecería ante César. Dos veces instó Pablo a sus compañeros de viaje (a todos los 275; cf. 27:37) a tener buen ánimo (vv. 22, 25). El vb. “tener buen ánimo” (euthymeō) sólo se usa tres veces en el N.T. Dos veces aquí y en Santiago 5:13 (“Está … alegre”). El vb. expresa la idea de tener buenos sentimientos o estar de buen ánimo. Aun como prisionero, Pablo no dudó en dar a conocer su fe en Dios.
16:6–7. Primeramente, la dirección de Dios fue en sentido negativo. Es evidente que la comitiva misionera primero intentó ir hacia el oeste de Asia, cuya ciudad principal era Éfeso. Así que viajaron a través de Frigia y la provincia de Galacia (cf. 18:23). Posiblemente esto debe entenderse como la región frigia de Galacia. Siguieron después al norte, a Misia oriental e intentaron ir a Bitinia, pero de nuevo el Espíritu les impidió que lo hicieran. No se declara cómo se manifestaron esos vetos divinos. Pudieron haber sido las circunstancias, una palabra de profecía, una visión, o cualquier otro fenómeno. De cualquier forma, Dios planeó que la gente de Éfeso y Bitinia escucharan el mensaje posteriormente (cf. 18:19–21, 24–19:41; ).
27:27–32. El mar Adriático era el término que se usaba en la época del N.T. no sólo para el mar que se extendía entre Italia y Grecia, sino también al sur de Italia y Sicilia a Malta. Después de pasar dos semanas en medio de la tormenta, los marineros al fin sospecharon que estaban cerca de tierra porque las aguas eran menos profundas (de 36 a 27 mts.). Medían la profundidad tirando al agua una cuerda con plomo (bolisantes, “echar la sonda” significa lit. “lanzar el plomo”). Cuando llegaron a aguas de poca profundidad, echaron cuatro anclas. Pablo advirtió al centurión que los marineros que intentaban huir necesitaban permanecer en la nave (cf. v. 24). Los soldados cortaron las amarras del bote salvavidas. Esto significaba que todos los que estaban a bordo sólo podían confiar en el Señor para su salvación.
27:33–35. Debido a la confianza que Pablo tenía en que el Señor los iba a mantener a todos a salvo (v. 24), los animó a … que comiesen (vv. 33–34). Luego tomó el pan, sin vergüenza alguna dio gracias a Dios … y partiéndolo, comenzó a comer. Aunque suena como si fuera la santa cena, probablemente no lo fue. La mayoría de las 276 personas no eran cristianas. Por el contrario, fue un testimonio público de la fe de Pablo en el Dios y Padre del Señor Jesús, así como un acto necesario a fin de reponer fuerzas para la prueba que les esperaba.
El vb. comenzó indica que Hechos continúa el registro del ministerio y enseñanza que Cristo inició en la tierra. Él sigue trabajando y enseñando hoy día a través de su pueblo.
16:8–9. Por último, en Troas, ciudad portuaria del mar Egeo y cerca de la antigua ciudad de Troya, Dios dio a Pablo una dirección positiva por medio de una visión de noche. Macedonia era una provincia subordinada al senado romano, y corresponde a la región que actualmente se encuentra al norte de Grecia.
27:36. Dos problemas se mencionan en el v. 33: la gente había estado “sin comer nada” catorce días, y también habían velado (estado en suspenso constante). Pero ahora todos fueron animados (lit. “llegaron a estar con buen ánimo,” euthymoi; cf. vv. 22, 25) y comieron también ellos, solventando los dos problemas mencionados en el v. 33.
27:37–38. La nave granero no sólo transportaba carga, sino también a 276 pasajeros y tripulantes pero no se da a conocer el números de prisioneros (v. 42). Esta nave no era muy grande, porque Josefo escribió que él viajó a Italia en una que transportó 600 pasajeros.
16:10. La primera de las secciones de Hechos escritas en primera persona del pl. comienza aquí, indicando que Lucas se unió al equipo de Pablo, Silas y Timoteo. Pero no se da a conocer cómo, por qué, y la localización precisa en que Lucas se unió al grupo.
27:39–40. Al amanecer, viendo una ensenada que tenía playa …, acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortaron las anclas … las amarras del timón; e izada … la vela … enfilaron hacia la playa. La palabra “timón” (pēdaliōn) lit. describe a las palas de remo y se refiere a unos timones de remo corto que se colocaban a los lados del barco. Estos se amarraban mientras que el barco permanecía anclado.
27:41. La nave encalló en un banco de arena que los marineros no habían visto. Debido al oleaje, la popa se rompió, mientras que la proa estaba hincada en la arena.
2. conflictos en macedonia (16:11–17:15)
La referencia que hace a la ascensión del Señor en en retrospectiva a .
p 231 27:42–44. Ya que los soldados respondían con su vida por cualquier prisionero que escapara (cf. 12:19; 16:27), planearon matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. Para los soldados, este era un asunto de autoconservación.
Sin embargo, el centurión quería salvar la vida a Pablo. Él vio el valor y confiabilidad de su prisionero y por eso impidió que los soldados realizaran su plan. Obviamente, Dios estaba obrando en forma soberana para guardar a Pablo para el ministerio en Roma y para garantizar el cumplimiento de su predicción (v. 24). En medio de la fría lluvia (28:2), los pasajeros (soldados y prisioneros) y los tripulantes que pudiesen nadar fueron animados a nadar a tierra, mientras que los demás se valieron de pedazos flotantes del barco.
a. En Filipos (16:11–40)
Como Pablo había predicho, el barco se perdió (27:22), encallaron en una isla (v. 26), y nadie pereció (v. 22).
b. Permanencia en Malta (28:1–10)
(1) La conversión de Lidia (16:11–15). 16:11. El viaje de Troas … a Samotracia, y … a Neápolis, ciudad portuaria de Filipos, fue rápido, implicando que el viento estaba a favor de ellos (cf. 20:6 donde el viaje en dirección opuesta les llevó cinco días).
28:1–2. El lugar del naufragio fue Malta, pequeña isla a 96 kms. al sur de Sicilia. Malta tenía buenos puertos y estaba estratégicamente ubicada para el comercio. En dos semanas, la tormenta los desvió 960 kms. al occidente de Buenos Puertos, que estaba en Creta. Los naturales es traducción de joi barbaroi (lit. “los bárbaros”), término gr. usado para referirse a gente que no hablaba su idioma. Esto no significa que hayan sido salvajes o incultos, sino que su civilización no estaba orientada hacia la cultura griega. Ellos mostraron no poca humanidad al brindar una hospitalidad poco común a las víctimas del naufragio, haciéndoles un fuego y dándoles la bienvenida.
El Señor dio dos mandamientos antes de regresar al cielo: (1) el grupo apostólico debía permanecer en Jerusalén (; cf. ); y (2) habrían de ir al mundo y ser testigos (; cf. ; ).
28:3. Debido a que el clima era frío (v. 2), la culebra estaría entumecida y aletargada. Por supuesto que el calor del fuego sacaría a la víbora de su letargo y la pondría más activa.
16:12. De Neápolis, los misioneros viajaron 16 kms. siguiendo la vía Ignacia, que llevaba a Filipos, la cual Lucas describe como la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia romana. Claramente, Lucas manifestó orgullo por la ciudad que llegó a amar. Algunos dicen que allí creció y asistió a la escuela de medicina. Filipos, originalmente llamada Crenides (“Fuentes”), fue conquistada por Felipe de Macedonia y nombrada en honor a él. En el año 168 a.C. la ciudad llegó a ser posesión romana. Después que Marco Antonio y Octavio derrotaron a Bruto y Casio, asesinos de Julio César, cerca de Filipos en el año 42 a.C., la ciudad fue constituida colonia romana. Esto le dio privilegios especiales (e.g., menos impuestos) pero lo más sobresaliente fue que llegó a ser como una Roma “trasplantada” (cf. el comentario acerca de Filipos en la Introducción a Fil., Tomo 3 de este Comentario). El propósito principal de las colonias era militar, porque los gobernantes consideraron sabio tener ciudadanos y simpatizantes romanos establecidos en lugares estratégicos. Por ello, Octavio (quien llegó a ser Augusto César, primer emperador romano, en el 27 a.C.) colocó a más colonos (sobre todo exsoldados), en Filipos tras derrotar a Marco Antonio en el año 31 a.C. en Accio, que se encontraba en la costa occidental de Grecia.
28:4–6. Al ver que Pablo era mordido por la víbora … los naturales llegaron a la conclusión que era un homicida que estaba recibiendo el peso de la justicia. Pero cuando vieron que no se vio afectado por la mordedura de la serpiente (sin siquiera tener una hinchazón de la mano), los naturales supersticiosamente, dijeron que Pablo era un dios. Sin duda, la respuesta de Pablo a esto, aunque no se registra, fue similar a la reacción que tuvo en Listra (14:8–18).
28:7–10. Publio llevó a Pablo y a otros (entre ellos a Lucas porque usa la primera persona pl.) a su propiedad por tres días. Un beneficio que obtuvo del ministerio de Pablo fue la sanidad del padre de Publio (quien tenía fiebre y … disentería) así como de otros de la isla que padecían enfermedades. Es interesante que Pablo, en vez de ser dañado por la víbora, fue usado por Dios para sanar a otros. No sorprende que los naturales honraron a los hombres del naufragio con muchas atenciones, incluyendo darles provisiones antes de que zarparan tres meses después (v. 11). Estas vituallas sin lugar a duda les fueron dadas en gratitud por los servicios de Pablo.
p 192 16:13. La población judía de Filipos debe haber sido escasa, porque no había sinagoga. Se requerían diez varones judíos para que se estableciera una sinagoga. Un lugar donde solía hacerse la oración (cf. v. 16), el cual puede haber estado al aire libre o en un edificio sencillo, estaba localizado junto al río Gangites, como a dos kms. y medio al oeste de la ciudad.
c. Resumen del ministerio en Roma (28:11–31)
Aunque estos mandamientos podrían parecer contradictorios, debían obedecerse en secuencia.
28:11. Ya que la tripulación y los pasajeros salieron de Creta en octubre o noviembre (“Por haber pasado ya el ayuno”, 27:9) y estuvieron en la tormenta durante dos semanas, sus tres meses de estancia en Malta incluyeron todo el invierno, hasta febrero o marzo. En ese tiempo, vieron otra nave atracada en la isla. Puesto que p 232 también era alejandrina de origen, es probable que transportara grano (cf. 27:6, 38) que venía desde Egipto y que había pasado en un puerto de Malta los tres meses de invierno, en que era muy peligroso viajar. Tal vez el puerto en donde estaba era Valletta.
Los misioneros presentaron el evangelio a las mujeres que se habían reunido allí.
Los dioses gemelos Cástor y Pólux que la nave llevaba por enseña eran, de acuerdo a la mitología griega, hijos gemelos de Zeus y Leda y supuestamente daban buena suerte a los marineros. Si su constelación, Géminis, se veía durante una tormenta, era muy buen augurio. Posiblemente Lucas incluyó este detalle en su narración para contrastar las supersticiones de la gente de Malta, Roma, Grecia, y Egipto con el cristianismo.
28:12–14. Lucas trazó cuidadosamente el viaje: desde Malta a Siracusa, Sicilia; a Regio en el “dedo” de Italia; a Puteoli (hoy se llama Pozuolli), a 248 kms. al sur de Roma, y finalmente a Roma. Puteoli era un puerto comercial importante, que quedaba a la mitad del camino entre Regio y Roma. En Puteoli, Pablo y sus acompañantes hallaron a unos hermanos. Esto es significativo, porque muestra que el evangelio ya se había esparcido desde Roma a ese puerto italiano. Sin duda, la iglesia había sido plantada en Roma por judíos romanos que habían ido a Jerusalén a la fiesta de Pentecostés, escucharon el mensaje de Pedro, fueron salvos, y regresaron a casa con las buenas nuevas (2:10). Pablo aceptó la invitación de los creyentes para quedarse con ellos siete días. Tal vez el centurión tenía que descargar el barco, o puede ser que tuviera que pasar una semana en Puteoli por otros negocios.
16:14. Lidia era una vendedora de tela de color púrpura. Ese color procede de un molusco llamado múrice, o de la raíz de una planta. Ella era de Tiatira, ciudad conocida por su comercio en Asia Menor (cf. el comentario de Tiatira en ). Era una adoradora de Dios, término usado para referirse a los gentiles (e.g. Cornelio [], aquellos en Tesalónica [17:4] y Atenas [17:17]) que no eran prosélitos del judaísmo, pero que sí adoraban a Jehová. Aun así, no pertenecían a la iglesia del N.T., el cuerpo de Cristo. El Señor abrió el corazón de ella (cf. ) para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Una vez más, Lucas resalta la soberanía de Dios en la salvación (cf. ).
28:15. Los cristianos en Roma pronto tuvieron noticias de la llegada de Pablo, así que salieron … hasta el Foro de Apio (ciudad mercantil a 69 kms. de Roma) y las Tres Tabernas (a 53 kms. de Roma) para encontrarlo a él y a sus acompañantes. El sustantivo apantēsin, que se traduce como el infinitivo “recibir” se usaba en la literatura griega para referirse a un cortejo que salía de la ciudad para encontrar a un oficial que iba a entrar a ella. También se usa en 1 Tesalonicenses 4:17, en donde se habla de los creyentes que serán “arrebatados … para recibir (apantēsin) al Señor en el aire”. Como en un cortejo, los creyentes van a subir a las nubes durante el rapto para encontrar a Jesús, su Salvador y Señor, que viene del cielo para llevarlos a estar con él. Pablo esperaba ansiosamente unirse a aquel grupo.
Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento (lit. “recibió ánimo”, tharsos. El vb. tharseō se usa en la LXX para referirse a las personas que encontrándose en angustia, luego eran animadas; cf. el comentario de Mr. 6:50). Al fin, Dios llevaba a Pablo a Roma. Y la bienvenida de los hermanos creyentes, a quienes nunca había visto, consolaron su alma. Así que prosiguieron en el camino de la vía Apia, “la reina de las carreteras”, con destino a la ciudad de Roma.
1:3. Las apariciones del Señor después de su resurrección, fueron testimonio de la realidad de la misma. Cristo dio muchas pruebas indubitables p 133 acerca de esto. La palabra “pruebas” (tekmēriois) aparece sólo en esta ocasión en el N.T. y se refiere a una evidencia demostrable en contraste con las evidencias que proporcionan los testigos. En otras palabras, la resurrección fue probada palpablemente porque Jesús fue visto, tocado y sentido (cf. ; ).
16:15. Luego, Lidia fue bautizada, aparentemente enseguida de manifestar su fe en Cristo. Los miembros de su familia probablemente se refiere a los sirvientes así como a sus hijos, si es que era viuda. Otras personas que vinieron al conocimiento de Cristo junto con sus casas fueron Cornelio (10:24, 44), el carcelero de Filipos (16:31), Crispo (18:8), Aristóbulo (), Narciso () y Estéfanas ().
28:16. Ya que Pablo era prisionero de confianza, se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. La residencia de Pablo estaba en una casa rentada (v. 30).
28:17–20. La culminación del libro se encuentra en estos últimos vv. (vv. 17, 24), los cuales hablan de otro rechazo del evangelio y de que Pablo dejó a los judíos para dar el mensaje a los gentiles (v. 28).
Que era adinerada es evidente por el tamaño de su casa. Debe haber sido lo suficientemente amplia como para hospedar a cuatro hombres así como al resto de su familia sin causar problemas (cf. ).
Como de costumbre, Pablo habló primero a los judíos (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; 19:8). En este caso, convocó a los principales p 233 para que se reunieran con él, porque no podía ir a sus sinagogas.
En esta presentación, Pablo señaló varios puntos significativos: (1) Era inocente de hacer daño a los judíos o a sus costumbres (28:17). (2) Las autoridades romanas de Judea pensaron que Pablo era inocente (v. 18; cf. 23:29; 25:25; 26:31–32). (3) El único recurso de Pablo fue apelar a César, porque los judíos rehusaron tratar con él en forma correcta (28:19; cf. 25:11). (4) Este cuarto punto es muy importante: él no estaba poniendo demanda contra Israel; sólo quería ser absuelto (28:19). (5) Su objetivo principal al convocar a los dirigentes era hablar con ellos acerca de la esperanza de Israel. Este término y concepto fue usado por Pablo algunas veces en la última parte de Hechos (cf. 23:6; 24:15; 26:6–7). La esperanza de Israel era más que la resurrección; significaba el cumplimiento de las promesas del A.T. a la nación (cf. 26:6–7). Pablo firmemente creyó que Jesús es el Mesías de Israel, quien regresará algún día para establecerse como el Rey de Israel y Señor de las naciones (cf. 1:6).
Durante cuarenta días después de volver a la vida, el Señor se apareció a los apóstoles y discutió con ellos acerca del reino de Dios. ¿Qué quiere decir esto, si Dios siempre ha gobernado sobre el mundo y especialmente en Israel? (; , , , ; ; ; ; ; ; ; etc.). Sin embargo, vendrá un tiempo, comúnmente llamado el milenio, en que Dios va a irrumpir en la historia humana en forma espectacular para establecer su gobierno. Esto es lo que significa el término “el reino de Dios” (cf. el comentario de ; ). Aunque este tópico fue el tema de muchas de las enseñanzas y predicaciones del Señor antes de la cruz, él consideró oportuno hablar más ampliamente de él durante su ministerio de cuarenta días después de la resurrección. (V. “Los cuarenta días entre la resurrección y la ascensión” en el Apéndice, pág. 349).
(2) La liberación de la adivina 16:16–18. Algunos hombres estaban explotando a una muchacha que estaba poseída por un demonio y que tenía la habilidad de predecir el futuro. Las palabras castellanas espíritu de adivinación son traducción de dos palabras griegas, “un espíritu, una pitonisa”. Este último concepto se originó en la ciudad griega de Delfos, donde se creía que el dios Apolo había tomado forma corporal en un pitón. La primera sacerdotisa de Delfos se decía que estaba poseída por Apolos y por lo tanto, tenía la capacidad de predecir el futuro. De modo que cualquiera que estuviera poseído por un espíritu de pitón podía predecir eventos venideros. Sin duda, un verdadero demonio era el que daba a una persona semejantes poderes predictivos. Los demonios sacan ventaja de la adoración a los dioses falsos (cf. 17:23; ).
28:21–22. La respuesta de los líderes fue ambivalente. Dijeron que no sabían nada acerca de Pablo y los únicos reportes que tenían acerca del cristianismo (esta secta) eran negativos. Uno se pregunta si fueron del todo sinceros. ¿Cómo es posible que los dirigentes judíos ignoraran que algunos judíos de Roma habían llegado a ser cristianos y la existencia de tensiones entre la iglesia y el judaísmo de Jerusalén? Es muy posible que no hubieran tenido ninguna noticia acerca de Pablo, pero tal vez sabían más de lo que aceptaban acerca del cristianismo. Estaban interesados en escuchar los puntos de vista de Pablo, ya que sabían que … se hablaba contra su mensaje.
28:23–24. En el segundo encuentro de los dirigentes judíos con Pablo, fueron más definidos en sus respuestas al evangelio. Esta vez vinieron a él muchos. La discusión también fue más larga. Durante todo el día, Pablo les habló del reino de Dios … persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas (cf. 24:14; 26:22).
La muchacha siguió a Pablo y a los otros y daba voces (tiempo imperf.) declarando quiénes eran: siervos del Dios Altísimo y lo que predicaban: el camino de salvación. Aunque sus palabras eran ciertas, el evangelio de Cristo podía verse dañado al ser relacionado con una muchacha esclava poseída por un demonio. De manera que, después de muchos días … Pablo exorcizó al demonio hablando directamente al espíritu. (Otros casos de victoria sobre lo oculto en Hechos están registrados en 8:9–24; 13:6–12; 19:13–20.)
El término “reino de Dios” tiene como base la muerte y resurrección de Cristo, pero también mira al futuro, al reino del Señor sobre la tierra. Claramente, su significado es escatológico (cf. 1:3–6; 8:12; 14:22; 19:8; 20:25; Lc. 1:33; 4:43; 6:20; 7:28; 8:1, 10; 9:2, 11, 27, 60, 62; 10:9, 11; 11:2, 20; 12:31–32; 13:18, 20, 28–29; 14:15; 16:16; 17:20–21; 18:16–17, 24–25, 29–30; 19:11; 21:31; 22:16, 18, 29–30; 23:42, 51). Para los judíos eran muy extraños los conceptos de que el Mesías tenía que morir como propiciación por los pecados del hombre y la enseñanza de la justificación por la fe como única forma de entrar al reino.
Los judíos estaban divididos en sus respuestas. Algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían (Hch. 28:24). En gr., el vb. “asentían” está en tiempo imperf. y pudiera traducirse “comenzaban a ser convencidos”, lo cual quiere decir que no estaban del todo seguros. El mismo vb. se usa en v. 23, y se traduce como “persuadiéndoles”.
(3) La conversión del carcelero (16:19–34). 16:19–21. Las colonias romanas estaban dirigidas por dos gobernadores llamados en latín douuiri. El término magistrados traduce la palabra gr. p 193 stratēgois, que es el equivalente a la palabra latina.
1:4. La promesa dada por el Padre, también anticipada en , era obviamente el Espíritu Santo (cf. ; ; ; ).
28:25–27. El desacuerdo entre los dirigentes judíos de Roma acerca del mensaje de Pablo mostró que no les gustaba el evangelio. Con perspicacia profética, Pablo aplicó las palabras de Isaías (6:9–10) a sus contemporáneos. El rechazo obstinado resulta en corazones endurecidos, oídos sordos, y ojos espiritualmente cerrados. Esto le p 234 había sucedido a Israel tanto en los días de Isaías como en los de Pablo (cf. Ro. 11:7–10). Es interesante que Pablo adjudicó las palabras de Isaías a la inspiración del Espíritu Santo (cf. Hch. 4:25).
28:28. En el clímax de este libro y ahora en su final, el enfoque de la evangelización se vuelve hacia los gentiles. De Jerusalén a Roma, la mayoría de los judíos lo rechazaron. De ciudad en ciudad, el mensaje se dirigió a los no judíos. Ahora, en la capital del mundo romano, se daba el mismo fenómeno. Y así será hasta que se cumpla la plenitud de los gentiles (Ro. 11:19–26).
La acusación de los amos de la muchacha esclava contra Pablo y Silas fue obviamente perjudicial. Poco antes de este incidente, el emperador Claudio había expulsado a los judíos de Roma (18:2) y Filipos, por ser una colonia romana, podría haber adoptado el mismo sentimiento antisemita. Esto también ayuda a explicar por qué Timoteo y Lucas no fueron acusados ante las autoridades. Timoteo era medio gentil (16:1) y Lucas probablemente era gentil.
28:29. Algunos mss. gr. agregan el texto del v. 29. Es probable que éste no deba incluirse en el texto, aunque es muy posible que así fue como respondieron (cf. v. 25).
28:30–31. Estos vv. son el último “informe de avance” de Lucas (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20). Teniendo cierta libertad y viviendo en una casa de alquiler, Pablo siguió predicando y enseñando el reino de Dios. Esta expresión escatológica indica no sólo que los judíos y los gentiles por igual son justificados por la fe, sino también que todos van a participar en el reino milenial (cf. el comentario de 28:23).
Además, Pablo y Silas fueron acusados de alborotar a la ciudad al enseñar costumbres que no les era lícito recibir ni hacer, pues eran romanos. Roma permitía que la gente de las colonias tuviera su propia religión, pero que no hicieran proselitismo entre los ciudadanos romanos. Los dirigentes civiles no podían distinguir entre el judaísmo y el cristianismo (cf. 18:14–15), de manera que podían ver que la predicación de Pablo y Silas era una infracción flagrante de la ley imperial.
Generalmente surge una interrogante con respecto a las actividades de Pablo después de esos dos años de cautividad. ¿Qué sucedió? Tal vez en Roma no se registraron cargos contra Pablo y fue liberado. Los judíos sabían que no tenían argumentos contra el apóstol fuera de Judea; de manera que no estarían dispuestos a continuar el juicio en Roma.
1:5. Juan ciertamente había profetizado el bautismo del Espíritu por el Señor Jesús. La grandeza de Cristo se vio en el hecho de que Juan se identificó con su gente a través del bautismo de agua, pero Jesucristo unió a sus seguidores con él mismo por medio del Espíritu Santo. La palabra bautizó, que normalmente significa “zambullir o sumergir” tiene aquí la idea de “unirse con” (cf. ). El Señor hizo la misma predicción del bautismo del Espíritu que Juan (; ; cf. ).
Quizá Pablo regresó a las provincias de Macedonia, Acaya, y Asia y luego viajó al occidente a España, de acuerdo a sus planes originales (Ro. 15:22–28). Luego ministró una vez más en la región Egea, donde fue arrestado, devuelto a Roma y ejecutado.
16:22. Impulsados por el pueblo … los magistrados … ordenaron azotarles con varas. El vb. que se traduce por azotarlos viene de rhabdizō, que lit. significa “azotar con vara”. Esta es una de las tres veces que Pablo en menciona haber sido azotado. Ese texto es el único otro vez donde aparece este vb. en el N.T.
Durante el período de dos años, Pablo escribió las llamadas “epístolas de la prisión”: Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos,” en el Apéndice, pág. 357.)
Mientras que Pablo estuvo en Roma durante su encarcelamiento, el evangelio no estuvo preso. El apóstol habló abiertamente (cf. el comentario de Hch. 4:13). La última palabra que aparece en el texto gr. de Hechos es el adverbio akōlytōs, que significa sin impedimento. Los hombres pueden atar a los predicadores, ¡pero el evangelio no puede ser encadenado!
16:23–24. Pablo y Silas fueron cruelmente azotados y luego el encargado los metió en el calabozo. ¡Qué recepción recibieron en la primera ciudad europea donde predicaron el evangelio! El carcelero tenía órdenes estrictas y no iba a permitir que escaparan, de manera que los mandó a la celda de más adentro (posiblemente una mazmorra, o por lo menos la más segura), y les aseguró los pies en el cepo.
Y así fue como el mensaje del reino de los cielos, bajo el control soberano de Dios, fue llevado de los judíos a los gentiles, y de Jerusalén a Roma.
2. reclusión en jerusalén (1:6–26)
BIBLIOGRAFÍA
16:25. El hecho de que Pablo y Silas estuvieran cantando en el interior de la prisión da significado especial al tema del gozo en Hechos (cf. ; “de noche su cántico estará conmigo”). Su oración e himnos no solamente eran escuchados por Dios, sino también los presos los oían.
Alexander, Joseph Addison. Commentary on the Acts of the Apostles, “Comentario de Hechos de los Apóstoles”, N. York: Charles Scribner, 1875. Reimp. (2 vols. en 1). Grand Rapids: Zondervan Publishing House, s.f.
Barclay, William. Los Hechos de los Apóstoles. Trad. por Hazael T. Marroquín. México: Publicaciones El Faro, 1968, 297 págs.
16:26. Esta liberación sobrenatural recuerda al lector las experiencias paralelas de Pedro (cf. 5:18–20; 12:3–11). Lo que sucedió esa noche fue algo poco común para una cárcel. Hubo un terremoto que hizo que la cárcel se sacudiera, las puertas se abrieron y las cadenas cayeron de todos los prisioneros.
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p 235 Dunnett, Walter M. The Book of Acts, “El libro de Hechos”, Grand Rapids: Baker Book House, 1981.
a. La ascensión (1:6–11)
16:27–28. Puesto que el carcelero era responsable de cualquier evasión de los presos (cf. 12:19), sacó la espada y se iba a matar. Mas Pablo, viendo lo que quería hacer, le confirmó que los prisioneros no habían huido. Tal vez los otros estaban tan impresionados con el Dios de Pablo y Silas, que no se atrevieron a hacerlo.
Harrison Everett F. Acts: the Expanding Church, “Hechos, la Iglesia en Expansión”, Chicago: Editorial Moody, 1975.
Hiebert, D. Edmond. Personalities around Paul, “Personajes que rodearon a Pablo”, Chicago: Moody Press, 1973.
16:29–30. Llegando a la celda de Pablo y Silas, el carcelero, temblando … sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Esta pregunta está llena de significado. Él debe haber sabido a qué se refería. Indudablemente había escuchado la historia de la muchacha esclava y su anuncio de que estos hombres eran siervos de Dios que traían el mensaje de salvación (v. 17). Posiblemente también las oraciones y cánticos de Pablo y … Silas (v. 25) habían llegado a sus oídos. El sorprendente terremoto, con la subsecuente oportunidad para que escaparan los prisioneros y las palabras de seguridad de Pablo, todo esto p 194 lo movió a inquirir cómo podía salvarse.
Jensen, Irving Lester. Los Hechos: Un Estudio Inductivo. Trad. de Ma. Elena Escobar y otros. Ed. por Daniel P. Wicher. México, D.F., México (s. ed.), 1990. 219 págs.
Kent Homer A., Jr. Jerusalem to Rome: Studies on the book of Acts, “De Jerusalén a Roma: Estudios del libro de los Hechos”, Grand Rapids: Baker Book House, 1972.
16:31–32. El v. 31 es un pasaje clave para el mensaje de la salvación por la fe sola. Todo lo que se necesita para ser justificado es fe en el Señor Jesucristo. El carcelero preguntó qué debía hacer. La respuesta fue que no tenía que hacer obras; solamente necesitaba creer en Jesús quien es el Señor.
1:6. Es muy esclarecedora la pregunta de los discípulos: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
Longenecker, Richard N. The Acts of the Apostles en The Expositor’s Bible Commentary, “Los Hechos de los Apóstoles. En el Comentario del Expositor Bíblico” vol. 9. Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1981.
Lumby, J. Rawson. The Acts of the Apostles. “Hechos de los Apóstoles”, Cambridge: At the University Press, 1882.
Las palabras y tu casa significa que los miembros de su familia que tenían suficiente edad para creer, serían salvos (cf. v. 34) al confiar en Cristo; cada uno de ellos tenía que creer para ser salvo.
Marshall, I. Howard. The Acts of the Apostles: An Introduction and Commentary, “Los Hechos de los Apóstoles: Introducción y Comentario. The Tyndale New Testament Commentaries. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1980.
Morgan G. Campbell, The Acts of the Apostles, “Hechos de los Apóstoles”, N. York: Fleming H. Revell Co., 1924.
16:33. El carcelero les lavó las heridas a Pablo y Silas (cf. v. 23). Era inconcebible que un carcelero hiciera algo así con sus prisioneros. Luego, por el bautismo de agua dio testimonio él con todos los suyos de que sus pecados habían sido lavados.
Neil William, Acts, “Hechos”, New Century Bible Commentary Series. Rev. ed. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1981.
Esta oración se introduce con el conectivo entonces (men oun), el cual asocia el pensamiento del v. 6 con el 5. En la mente de los discípulos, el derramamiento del Espíritu Santo y la llegada del reino estaban estrechamente relacionados. Es lógico que lo estuvieran, porque el A.T. frecuentemente unía los dos (cf. ; ; ; ; ). Cuando Cristo mencionó la pronta venida del bautismo del Espíritu, ellos de inmediato pensaron que la restauración del reino de Israel estaba cercana (cf. el comentario acerca de “restauración” en ).
Rackham, Richard Belward. The Acts of the Apostles: An Exposition, “Los Hechos de los Apóstoles, una Exposición”, Londres: Methuen & Co., 1901. Reimp. Grand Rapids: Baker Book House, 1978.
16:34. Además, ¡llevó a los exprisioneros a su hogar y les puso la mesa! Y se regocijó con toda su casa. Una vez más, se manifiesta el gozo como evidencia del evangelio victorioso.
Ryrie, Charles Caldwell. Los Hechos de los Apóstoles. Trad. por Francisco Androver. Tarrasa, Barcelona: Publicaciones Portavoz Evangélico, 1981.
Thomas, W.H. Griffith. Outline Studies on the Acts of the Apostles, “Estudios Bosquejados de los Hechos de los Apóstoles”. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1956.
(4) Liberación de Pablo y Silas (16:35–40). 16:35–36. Aparentemente el carcelero llevó a Pablo y a Silas de regreso a la cárcel. No se especifica qué fue lo que urgió a los magistrados a cambiar de idea. Tal vez el terremoto sacudió sus sentidos, o después de reflexionar más, se dieron cuenta de cuán injustos habían sido.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 151–235.
1:7. Algunos concluyen, por la respuesta del Señor, que los discípulos tenían un falso concepto del reino. Pero esto no es correcto. Cristo no los acusó de ello, porque si sus seguidores hubieran tenido una apreciación incorrecta, este sería el momento para que él la corrigiera. El hecho es que Cristo enseñó la venida de un reino terrenal, literal (; ; ). declara que el Señor instruyó a los discípulos acerca del reino; en verdad les dio la impresión correcta en cuanto a sus características y su establecimiento futuro. Lo que Jesús discute aquí (v. 7) es el tiempo en que se va a establecer el reino. La palabra gr. que se usa para tiempos (j̱ronous) básicamente describe p 134 la duración de tiempo, y la palabra que se utiliza para sazones (kairous) se refiere tanto a la extensión del tiempo como a la clase de tiempo (e.g., “tiempos difíciles”). A los discípulos no les concernía saber los tiempos ni los períodos críticos que el Padre había puesto en su sola potestad. Más adelante se daría más revelación concerniente a esto (cf. ).
II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)
16:37–40. La demanda que Pablo hizo a los magistrados para que escoltaran a él y a Silas fuera de la cárcel, parece ser una venganza, pero probablemente se debió a que quería evitar que la joven iglesia de Filipos recibiera más hostigamiento. Cuando menos, haría que los creyentes tuvieran una posición más segura ante los oficiales.
A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)
1. arresto de esteban (6:8–7:1)
Pero, ¿por qué esperó Pablo tanto tiempo para mencionar su ciudadanía romana? Tal vez el alboroto en el juicio (vv. 19–22) evitó que fuera escuchado. O quizá Pablo a propósito esperó hasta el momento más propicio para sacar a luz esa información. El haber nacido ciudadano romano (22:28), le daba ciertos privilegios, incluyendo el derecho a tener una audiencia pública. Además, ningún ciudadano romano podía ser azotado.
El ministerio, arresto y juicio de Esteban son tremendamente similares a los del Señor.
1:8. Este v. contrasta (alla, pero) con el 7. En vez de conocer los tiempos y las fechas, los apóstoles debían ser testigos de Cristo hasta lo último de la tierra. Esto lo harían después de ser sobrenaturalmente investidos con poder por el Espíritu Santo.
6:8. Como Cristo y los apóstoles, Esteban estaba lleno de gracia y de poder de Dios (cf. 4:33; Lc. 2:40, 52). Es interesante notar que Esteban estaba “lleno de” o controlado por cinco factores: el Espíritu, la sabiduría, la fe, la gracia y el poder (Hch. 6:3, 5, 8). ¡Qué líder tan sobresaliente! Además, hizo grandes prodigios y señales p 152 (cf. 2:22; Lc. 24:19; también cf. Hch. 2:43). Estas evidencias de la gracia de Dios se mostraban aparte de las responsabilidades que tenía en la ministración diaria a las viudas.
Sólo dos veces en Hechos Pablo fue herido o amenazado por los gentiles, en Filipos y en Éfeso (19:23–41). En ambos casos, fue porque la gente estaba perdiendo dinero en sus intereses creados y en cada uno de ellos Pablo fue vindicado por un oficial romano. Después de su liberación de la cárcel, entraron en casa de Lidia y se reunieron con los hermanos.
6:9–11. La sinagoga … de los libertos posiblemente se componía de aquellos que, ya fuera ellos mismos o sus ancestros, habían sido puestos en libertad por ser prisioneros de guerra o esclavos. Pero no se conoce con seguridad quiénes eran.
Los miembros de esa sinagoga provenían de tres áreas distintas: el Norte de África (Cirene y Alejandría eran dos de sus principales ciudades), Asia (la parte occidental de la moderna Turquía) y Cilicia. Posiblemente esta era la asamblea a la cual asistía Pablo, porque Tarso estaba situada en la provincia de Cilicia.
Con la partida de Pablo termina la primera sección que aparece en primera persona del plural, lo cual indica que Lucas se quedó en Filipos (cf. se fueron en 16:40).
Además de ser uno de los siete y de los que hacían milagros, Esteban también fue un polemista muy destacado. Sus enemigos no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (cf. “lleno del Espíritu Santo y sabiduría” en el v. 3 y “lleno … del Espíritu Santo” en v. 5 y 7:55).
Para eliminar a Esteban, los miembros de la sinagoga indujeron encubiertamente a ciertos individuos para que iniciaran una acusación en su contra. Como aquellos que acusaron al Señor Jesús, estos hicieron responsable a Esteban de hablar palabras blasfemas (cf. Mt. 26:65).
El significado de la cláusula me seréis testigos esta sujeto a cuestionamiento. ¿Es este un mandamiento o una simple declaración de hecho? Gramaticalmente, las palabras pueden ser tomadas en ambas formas, pero debido a 10:42 (cf. 4:20) claramente es un imper. en tiempo futuro.
b. En Tesalónica (17:1–9)
6:12–14. Eso fue suficiente para exacerbar a laicos y gobernantes. Apresaron a Esteban y lo acusaron ante el concilio. Esta es la tercera de cuatro veces en Hechos en que los seguidores del Señor son llevados a la corte judía; los otros fueron Pedro y Juan (4:15), Pedro y los apóstoles (5:27) y Pablo (22:30).
Los testigos falsos no eran del todo mentirosos. Probablemente Esteban había mencionado las cosas de que lo acusaban. Sin embargo, hicieron una mala presentación de las intenciones y el sentido en que había hecho sus declaraciones (cf. Mt. 26:61; Mr. 14:58; Jn. 2:19). El Señor mismo había predicho la destrucción del templo (Mt. 24:1–2; Mr. 13:1–2; Lc. 21:5–6) aunque nunca dijo que él lo haría. La otra parte de la acusación contra Esteban involucraba la naturaleza temporal del sistema mosaico. Indudablemente, él vio las implicaciones teológicas de la justificación por la fe y el cumplimiento de la ley en Cristo. Además, si el evangelio es para todo el mundo (Hch. 1:8), la ley tenía que haber sido temporal.
17:1. El viaje desde Filipos hasta Tesalónica era como de 160 kms. Anfípolis y Apolonia quedaban a intervalos de aproximadamente 48 kms. siguiendo la vía Ignacia. Evidentemente no había sinagogas en esas ciudades, por lo que Pablo no se detuvo. Una sinagoga era un excelente punto de contacto para el evangelio (cf. v. 10); de manera que Pablo se quedó en Tesalónica, la moderna Salónica, para predicar.
6:15. Todos … en el concilio, los 71 miembros, fijaron los ojos en él esperando su respuesta, vieron su rostro como el rostro de un ángel. Es evidente que su cara resplandecía con gran gloria (cf. el rostro de Moisés en Éx. 34:29, 35).
7:1. El sumo sacerdote mencionado aquí probablemente es Caifás, el mismo que presidió los juicios del Señor (Mt. 26:57; Mr. 14:54; Lc. 22:53; Jn. 18:13, 24; cf. el comentario de Hch. 4:5–6).
17:2. La referencia a los tres días de reposo no significa que el equipo misionero permaneció en Tesalónica sólo durante tres semanas. Pablo realizó la obra con énfasis judío durante p 195 tres días de reposo y luego se volvió a los gentiles y les ministró durante algunas semanas más. Hay tres razones por las cuales se puede aceptar esta interpretación: (1) La iglesia de Filipos envió dinero a Pablo por lo menos dos veces durante esa visita (), lo cual implica un lapso de tiempo mayor de tres semanas. (2) Además, Pablo se sostuvo a sí mismo trabajando con sus manos (; ). Esto quizá indica que pasó un tiempo considerable antes de que llegara la ayuda de Filipos. (3) La mayoría de los convertidos de Tesalónica no eran de la sinagoga, sino gentiles entregados a la idolatría (cf. ).
Es probable que “lo último de la tierra” se refiere a Roma, el orgulloso centro de la civilización mundial durante la era apostólica, que se ubicaba a una significativa distancia de Jerusalén (más de 2,240 kms. en trayectoria recta).
2. discurso de esteban (7:2–53)
7:2–53. Este es el mensaje más largo de los registrados en Hechos, lo cual muestra la importancia que Lucas le dio. Esteban, un greco judío, por su vida y palabras, preparó el camino para que el evangelio llegara más allá de los límites del judaísmo.
17:3–4. El ministerio de Pablo y Silas al presentar a Jesús crucificado y resucitado como el Cristo (el Mesías) encontró respuesta en algunos de los judíos, muchos de los griegos piadosos (cf. 16:14, donde se usa la misma palabra con respecto a Lidia, quien “adoraba a Dios”; cf. la misma palabra en 17:17) y mujeres nobles no pocas (cf. v. 12). El mensaje del evangelio fue recibido por gente de distinta nacionalidad y posición social.
Pero, ¿qué fue lo que dijo Esteban en su discurso que provocó su muerte? Aunque se refirió a las acusaciones que se le habían hecho, Esteban no hizo una defensa rigurosa de sí mismo. p 153 Al contrario, expuso ordenadamente la historia de Israel y las obras pasadas de Dios para justificar el cristianismo.
En su discurso, corren tres ideas como los hilos de un tejido.
17:5. Evidentemente, Lucas incluyó este incidente para enfatizar la persistencia del rechazo judío. Jasón probablemente había provisto de alojamiento para Pablo y Silas. Los judíos … procuraban encontrar a Pablo y Silas para sacarlos al pueblo. Tesalónica era una ciudad libre, lo cual significa que era soberana en sus asuntos locales y no estaba sujeta a una administración provincial. Además de los gobernantes locales, tenía también su propia asamblea, llamada la dēmos, que aquí se traduce “pueblo” (cf. 19:30, 33 [“pueblo”] donde también se usa ese sustantivo).
1. En el programa de Dios hay progreso y cambios. Dios había sido creativo e innovador en su trato con los humanos y particularmente con Israel. Esteban desarrolló este pensamiento en cinco puntos: (a) La promesa a Abraham (vv. 2–8). De haber empezado a trabajar con toda la raza humana, el Señor soberanamente llamó a Abraham, padre de los judíos, desde Mesopotamia a la tierra prometida, y le dio doce bisnietos que llegaron a ser los progenitores de las tribus de Israel. (b) La estancia de José (vv. 9–16). Este cambio a Egipto fue el cumplimiento de la predicción de Dios registrada en los vv. 6–7. También fue un cambio radical para los descendientes de Jacob. (c) La liberación bajo el mando de Moisés (vv. 17–43). Una gran parte del discurso de Esteban se centra en Moisés y el Éxodo, otro de los aspectos importantes de la historia de Israel. (d) La edificación del tabernáculo (vv. 44–46). Se construyó el tabernáculo en forma portátil, implicando así que era temporal. (Se le llamó el tabernáculo del testimonio porque testificaba la presencia de Dios entre ellos.) (e) La construcción del templo (vv. 47–50). Aun en ese caso, el templo era símbolo de la presencia divina y no la verdadera casa de Dios.
1:9–11. Estos vv. describen la ascensión del Señor, pero también anticipan su regreso. Él va a regresar en una nube, corporalmente, a la vista de la gente () y al monte de los Olivos () así … como los apóstoles lo vieron ir.
En las obras efectuadas por Dios en la nación desde Abraham hasta Salomón, había habido innovaciones y cambios. El punto es muy claro: si el Señor hizo tantos cambios durante la historia de Israel, ¿quién podía decir que la ley y el templo eran permanentes?
17:6–7. Ya que la turba no pudo hallar a Pablo y a Silas trajeron a Jasón y a algunos otros creyentes y los acusaron ante las autoridades de la ciudad (politarj̱as, lit. “gobernadores de la ciudad”). En las ciudades de Macedonia, esos magistrados formaban la asamblea local de representantes. Específicamente, la acusación era contra Jasón (posiblemente un pariente de Pablo; cf. ), por haber recibido a hombres que trastornaban el mundo entero, la cual es una obvia exageración, y que contravenían los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Este cargo es significativo, porque muestra que los judíos estaban detrás de la turba (cf. ); sólo ellos podían conocer tan bien la teología de Pablo como para hacer un cargo semejante. (Los judíos también acusaron a Jesús de pretender ser “un rey”; .) Además, refleja la proclamación de Pablo. Como lo indican las epístolas a los Tesalonicenses, Pablo predicaba que el reino mesiánico iba a ser establecido con el regreso de Cristo (; ; ; ; cf. ; ).
2. Las bendiciones de Dios no están limitadas a la tierra de Israel y al área del templo. Algunos de los más grandes beneficios fueron conferidos a Israel desvinculados del templo y la tierra.
A continuación, Esteban dio cuatro ejemplos: (a) los patriarcas de Israel y los gobernantes fueron bendecidos estando fuera de la tierra. Abraham fue llamado en Mesopotamia y recibió promesas antes que morase en Harán (vv. 2–5). José encontró en Egipto el favor de Faraón porque Dios estaba con él (vv. 9–10). Moisés fue comisionado por Dios en Madián (vv. 29–34). Para respaldar el hecho de que Dios bendijo a Moisés mientras estaba en Madián, Esteban cuidadosamente relató que sus dos hijos nacieron en aquel lugar. (b) La ley misma fue dada fuera de la tierra: Moisés estuvo en la congregación en el desierto (v. 38). (c) El tabernáculo fue construido en el desierto y estuvo con ellos en el desierto (v. 44). De hecho, los judíos lo introdujeron con ellos al tomar posesión de la tierra (v. 45). (d) Aun el templo, aunque fue construido en la tierra, no estaba limitado en su teología. ¿Como iba el templo a ser la morada de Dios cuando las Escrituras declaran: el cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies? (v. 49; Is. 66:1).
17:8–9. El pueblo y los líderes políticos (politarj̱as) estaban alborotados (etaraxan, “agitados, perturbados, confundidos” cf. ; ), probablemente porque no podían encontrar a Pablo y a Silas (17:6), la causa del problema. Probablemente la fianza era para garantizar que Pablo y Silas se irían de la ciudad para no volver. En caso de que suscitaran más problemas, Jasón y … los demás perderían su dinero. Esto puede explicar por qué se le prohibió regresar a Pablo (). A pesar de esto, los cristianos de Tesalónica se mantuvieron proclamando el evangelio con mucha osadía (; cf. ).
3. En el pasado, repetidamente Israel había dado evidencia de su oposición a los planes de Dios y a sus siervos. Este es el punto principal del discurso de Esteban, como lo afirma su clímax (Hch. 7:51–53). Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. Este tema se ve a través del mensaje, pero hay unos puntos específicos. (a) En vez de ir directamente desde Mesopotamia a la tierra prometida, p 154 Abraham acampó en Harán (vv. 2–4). (b) A José sus hermanos lo vendieron como esclavo en Egipto (v. 9). (c) Moisés fue rechazado por los hijos de Israel (vv. 23–29). Es altamente significativo que tanto José como Moisés no hayan sido aceptados, sino hasta su segunda aparición (vv. 13, 35–36). Este paralelismo con Cristo no debe haber pasado desapercibido a los oyentes de Esteban. (d) Israel rechazó la verdadera adoración y se volvió a los ídolos (vv. 39–43). Su vulgar incredulidad se hizo obvia en la idolatría, un pecado que odiaban los judíos, particularmente los de la era apostólica. Como resultado, Dios juzgó a la nación enviándola al exilio en Babilonia (v. 43). (e) El pueblo de Israel no entendió la razón de ser del templo (vv. 48–50). La fuerte y clara afirmación de Esteban (v. 48) implica que los judíos creyeron que el templo era la morada de Dios sobre la tierra, o sea, la contraparte judía del monte Olimpo. En realidad, el templo estaba puesto como lugar de adoración y oración; pero no era la casa de Dios (cf. 1 R. 8:23–53).
La ascensión de Cristo marcó el final de su ministerio en la tierra en forma corporal. También lo exaltó a la diestra del Padre (; ; ; ; ). Al mismo tiempo, la ascensión significó que la obra de Cristo en la tierra estaba ahora en manos de sus discípulos (, ).
Los tres puntos principales de Esteban en este discurso encajan bien. Ya que existe una progresión en el programa de Dios y que sus bendiciones no están limitadas al templo, Israel debería ser más cuidadoso y no “resistirse” (Hch. 7:51) a las obras del Todopoderoso, como lo había hecho en el pasado. Ellos se estarían oponiendo al propósito divino al rehusarse a ver su obra en la iglesia y su bendición fuera de las fronteras de Israel. Esta defensa se relacionó específicamente con la acusación hecha a Esteban en 6:11–14.
p 196 c. En Berea (17:10–15)
Existe un problema cronológico en 7:6, donde Esteban dice que Israel sería reducido a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. En Gálatas 3:17, Pablo da a entender que el período de tiempo que transcurrió desde la promesa hecha a Abraham en Génesis 15:13–16 hasta el monte Sinaí, fue de 430 años. La diferencia entre 400 y 430 años puede ser fácilmente explicada al entenderse que Esteban usó números redondos. Otra explicación es que los 400 años fueron en verdad el tiempo que duró la esclavitud, mientras que los 430 años describen el período desde la confirmación del pacto en Génesis 35:9–15 hasta el Éxodo, que ocurrió en el 1446 a.C. Sin embargo, el mayor problema se encuentra en el tiempo que Israel pasó como esclavo en Egipto. Si Gálatas 3:17 significa que fueron 430 años desde la promesa dada a Abraham (Gn. 15) hasta el Éxodo, el tiempo que pasaron en Egipto sería entonces de 215 años. Sin embargo, si Hechos 7:6 se toma literalmente, la esclavitud duró 400 años. Tal vez la mejor solución es decir que Pablo estaba considerando períodos de tiempo. Las promesas fueron dadas a Abraham, Isaac y Jacob y estos tres patriarcas, todos recibieron la promesa de Dios. La promesa fue reconfirmada en Génesis 46:1–4 a Jacob en Beerseba, mientras viajaba rumbo a Egipto. Desde ese punto (el fin de la entrega de la promesa de Dios a los patriarcas) hasta el Éxodo, pasaron 400 años. (Cf. Harold W. Hoehner, The Duration of the Egyptian Bondage. “Duración de la esclavitud en Egipto”, Bibliotheca Sacra 126. Octubre-Diciembre de 1969: 306–16).
Otra aparente discrepancia en el discurso de Esteban está en Hechos 7:14. Esteban estableció que eran setenta y cinco personas las que componían la parentela de Jacob, pero el texto hebr. dice “setenta” tanto en Génesis 46:27 como en Éxodo 1:5. En p 155 ambos lugares, la LXX menciona setenta y cinco. Comúnmente se dice que Esteban, por ser un judío que hablaba griego, debe haber citado la LXX y por lo tanto, sólo cometió un error involuntario. Sin embargo, esta dificultad puede resolverse de otras maneras. Una de las más ampliamente aceptadas es reconocer que el texto hebr. incluye a Jacob, a José, y a los dos hijos de José, Efraín y Manasés (un total de 70), pero que la LXX omite a Jacob y a José, pero incluye los siete nietos (mencionados en 1 Cr. 7:14–15, 20–25). Esto se sostiene por el texto hebr. de Génesis 46:8–26 que enumera 66 nombres, omitiendo los de Jacob, José y los dos hijos de José. Otra solución es que los 75 de la LXX incluyen a los 66 más las 9 esposas de los doce hijos de Jacob (las esposas de Judá y Simeón habían muerto y la de José estaba en Egipto).
17:10. Ocultos bajo el manto de la noche (cf. otro escape nocturno de Pablo; 9:25), los hermanos enviaron … a Pablo y a Silas hasta Berea. Tal vez Timoteo los acompañó o se les unió en Berea posteriormente (cf. 17:14). Esa ciudad estaba como a 74 kms. al suroeste de Tesalónica, en las faldas orientales de una monte. También se encontraba situada en la ruta a Acaya, provincia que actualmente corresponde al sur de Grecia; Sópater era de Berea (20:4). Como acostumbraban, Pablo y Silas entraron en la sinagoga de los judíos (cf. 17:2, 17; 18:4, 19; 19:8).
Hechos 7:16 contiene otra aparente discrepancia. Las palabras de Esteban implican que Jacob fue enterrado en Siquem, mientras que el A.T. claramente afirma que él y su esposa Lea (así como sus padres Isaac y Rebeca y sus abuelos Abraham y Sara) fueron sepultados en la cueva de Macpela en Hebrón (Gn. 49:29–50:13). Sin embargo, los cuerpos enterrados en Siquem no incluían el de Jacob, pero sí el de José y sus hermanos. José fue sepultado en Egipto, pero lo volvieron a enterrar en Siquem (Gn. 50:26; Éx. 13:19; Jos. 24:32). Aunque Josué 24:32 se refiere sólo a los huesos de José, evidentemente sus hermanos también fueron sepultados en Siquem (aunque Josefo opina de otra forma). Entonces, el pronombre los cuales (Hch. 7:16) no incluye a Abraham, Isaac, y Jacob, pero ve retrospectivamente a las palabras nuestros padres del v. 15 y se refiere a José y a sus hermanos.
La frase de Esteban el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem (v. 16) presenta otro problema. En realidad, fue Jacob y no Abraham el que compró el pedazo de tierra (Gn. 33:19). Esto debe ser explicado porque fue Abraham en un sentido, el que hizo la compra de la propiedad a través de la persona de su nieto. A Abraham se le daría título de Siquem a través de Jacob.
Era imperativo que ocurriera la ascensión para que pudiera venir el Consolador prometido (cf. , ; ; ; ). El Espíritu Santo dotaría de poder a los discípulos mientras ministraban el evangelio y esperaban el reino.
17:11–12. Los judíos de Berea eran más nobles que los que estaban en Tesalónica. Recibieron el mensaje de Pablo con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si las cosas que Pablo decía eran así. Esto marcó una gran diferencia con los judíos de Tesalónica, de los cuales sólo algunos creyeron (v. 4), mientras que la mayoría sentían celos de Pablo y le crearon problemas. El interés de los bereanos en la palabra resultó en muchas conversiones tanto de judíos como de griegos. Es interesante que algunas mujeres griegas de distinción fueron las que recibieron a Cristo tanto en Tesalónica como en Berea (vv. 4, 12).
Esta alusión favorable a Siquem, la capital de los samaritanos no debe haber sido del agrado de quienes escuchaban a Esteban. Pero esta referencia a Samaria prepara a los lectores para el siguiente paso en la extensión del evangelio (Hch. 8).
3. ataque contra esteban (7:54–8:1a)
17:13–14. Una vez más, los incrédulos judíos (procedentes de Tesalónica) propiciaron la expulsión de Pablo. Alborotaron es la misma palabra que se usa en v. 8. Silas y Timoteo se quedaron … en Berea para ayudar en el establecimiento de la naciente iglesia, mientras que Pablo se dirigió hacia el sur.
7:54–56. La respuesta de las autoridades religiosas al mensaje de Esteban era fácilmente predecible: Se enfurecían en sus corazones (cf. 5:33), y crujían los dientes contra él.
En vez de sentirse intimidado, Esteban, lleno del Espíritu Santo (cf. 6:3, 5, 10), vio la gloria de Dios, y a Jesús (“de pie”, NVI) que estaba a la diestra de Dios. El Señor Jesús normalmente está sentado a la mano derecha del Padre (Sal. 110:1; Ro. 8:34; Col. 3:1; He. 1:3, 13; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22). La posición “de pie” (NVI) quizá implique que el Salvador estaba parado para dar la bienvenida a Esteban.
17:15. No se sabe si Pablo fue a Atenas por barco o por tierra. De cualquier forma, lo llevaron algunos hermanos para garantizar que su llegada fuera segura. Pablo dio instrucciones a sus amigos para Silas y Timoteo, de que viniesen a él (en Atenas) lo más pronto que pudiesen.
b. La súplica del aposento alto (1:12–14)
Hechos 7:56 es un v. culminante en este cap. por varias razones. Primero, repite la afirmación hecha por Cristo en su juicio delante del sumo sacerdote (Mr. 14:62). Así como resultó en la acusación que se le hizo a Jesús de blasfemia, la misma afirmación produjo p 156 una respuesta violenta hacia Esteban. Segundo, el término Hijo del Hombre está lleno de significado. Esta es la última vez que se usa en el N.T., y es la única que no es mencionada por el Señor Jesús. Esta expresión, Hijo del Hombre, muestra que Jesús es el Mesías porque viene de la cita de Daniel 7:13–14. Definitivamente es escatológica. (V. el comentario adicional sobre “el Hijo del Hombre” en Mr. 8:31.) Tercero, Hechos 7:56 combina dos grandes pasajes mesiánicos: Daniel 7:13–14 y Salmos 110:1. El primero hace énfasis en el aspecto universal del gobierno del Señor. No dice que simplemente era un gobernador judío; sino que es el Salvador del mundo. Salmos 110:1 presenta al Mesías como sentado a la diestra de Dios. Además de hacer hincapié en el poder y la posición, esto también muestra aceptación. Cristo es por lo tanto el Mediador (cf. 1 Ti. 2:5), probando así que la gente tiene acceso a Dios por otros medios aparte del templo y sus sacerdotes.
7:57–58. La respuesta del sanedrín fue inmediata y violenta porque entendieron las implicaciones teológicas de la doctrina de Esteban: Israel era culpable, la ley era temporal y el templo iba a ser deshecho. Así que echándole fuera de la ciudad, le apedrearon. La blasfemia se castigaba con la muerte (Lv. 24:16). Es irónico que los judíos martirizaran a Esteban, cuando sus antecesores habían adorado a “Moloc” (Hch. 7:43). De acuerdo a la ley de Moisés, ellos deberían haber sido condenados a muerte (Lv. 20:2).
Es claro por , que Silas y Timoteo se volvieron a reunir con Pablo en Atenas. Asimismo, Silas fue comisionado por Pablo para que se fuera de Atenas y luego se uniera a ellos en Corinto (cf. ).
Un joven teólogo que se llamaba Saulo estuvo de acuerdo en que apedrearan a Esteban. Los testigos pusieron sus ropas a sus pies. Esto significa que al guardar sus ropas, Saulo estaba dando su aprobación al asesinato (Hch. 8:1; 22:20).
7:59–60. En palabras que recuerdan las del crucificado, Esteban encomendó su espíritu al Señor y clamó a favor de sus enemigos (cf. Lc. 23:34, 46). Lucas registró el hecho de su muerte al decir simplemente que Esteban durmió. Para un cristiano, su cuerpo (no su alma) duerme al morir (cf. Jn. 11:11; 1 Ts. 4:13, 15).
3. cruzada en acaya (17:16–18:18)
1:12–14. Camino de un día de reposo era un poco más de 800 mts. (cf. ; ). El monte del Olivar queda a esa distancia al oriente de Jerusalén.
8:1a. La palabra consentía (syneudokōn) indica una aprobación activa, no simplemente un consentimiento pasivo (cf. Ro. 1:32). Esto da un significado más completo a la participación de Saulo en Hechos 7:58.
B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)
a. En Atenas (17:16–34)
1. en samaria (8:1b–25)
a. Persecución de la iglesia (8:1b–3)
17:16. La gloria que Grecia había tenido en los s. quinto y cuarto a.C. estaba en decadencia en los días de Pablo y esto se veía aun en Atenas. Había pasado ya el apogeo del que fuera motivo de orgullo helenista. Aun así, Atenas seguía siendo un centro cultural vital y poseía una universidad que era mundialmente famosa. Muchos de sus edificios de renombre fueron construidos durante los días de su líder Pericles (461–429 a.C.). La belleza de su arquitectura y arte no pudo ser apreciada por Pablo porque su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. El arte de Atenas era un reflejo de su religión. La capital intelectual del mundo estaba produciendo idolatría.
El cap. 8 está íntimamente ligado con los caps. 6 y 7. El tema de persecución que comenzó en el 6 continúa en el 8. Además, el personaje de Saulo, quien fue presentado en el 7, también se encuentra en el 8. Existe una cercana relación entre Felipe (cap. 8) y Esteban (caps. 6 y 7) porque ambos pertenecían al grupo de los siete (6:5). Hasta se sigue el mismo orden de sus nombres de 6:5 en la secuencia de la narración de 6:8–8:40.
Los apóstoles estaban reunidos en un aposento alto. Era común que los grupos grandes se reunieran en los pisos superiores, porque en las casas de Palestina, los cuartos más grandes estaban arriba (cf. ). Los pisos bajos tenían cuartos más pequeños para que sus paredes soportaran el peso de los pisos superiores.
8:1b. En aquel día indica que la persecución de la iglesia se inició con el martirio de Esteban. Eso implica que los gobernantes judíos aprobaron la ejecución del discípulo. Israel estaba en el proceso de confirmar su trágica decisión de rechazar a Jesús como su Mesías.
17:17. En esa ciudad, Pablo sostuvo la batalla espiritual en dos frentes, en la sinagoga … y en la plaza. En la primera, sin duda usó su acercamiento normal, probando por medio de las Escrituras del A.T. que Jesús es el Mesías (cf. vv. 2–3). En aquella sinagoga había judíos y gentiles piadosos (cf. v. 4). En la plaza (agora, centro de la vida pública), estaban los filósofos p 197 debatiendo y presentando sus puntos de vista. Así que Pablo discutía … con los que concurrían.
El hecho de que todos los creyentes de Jerusalén … fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles, fue el p 157 método que Dios usó para cumplir el mandato de 1:8. La palabra “esparcidos” (diesparēsan), que también se usa en 8:4, viene del vb. speirō que se refiere a la siembra de la semilla (Mt. 6:26; 13:3–4, 18; 25:24, 26; Lc. 8:5; 12:24; etc.) Esta afirmación también prepara el camino para el ministerio de Felipe en Samaria (Hch. 8:4–25).
Aunque Lucas se refiere a “todos”, no intenta incluir a cada uno, porque la iglesia siguió funcionando en Jerusalén. Por el contexto, debe entenderse que los blancos principales de la persecución eran los judíos de habla griega ya que podían identificarse fácilmente y ser asociados con Esteban.
17:18. Los principales antagonistas de Pablo en el agora eran los filósofos de los epicúreos y de los estoicos. Los epicúreos, seguidores de Epicuro (341–270 a.C.), decían que el fin último del hombre era el placer y la felicidad. Este placer, creían ellos, se lograba evitando los excesos y el temor a la muerte, buscando la tranquilidad y la ausencia del dolor, y amando a la humanidad. Creían que si los dioses existían, no participaban en los eventos humanos.
No se establece por qué los apóstoles no salieron de la ciudad. Tal vez fue el sentido de responsabilidad por la iglesia en Jerusalén lo que los mantuvo allí. Indudablemente, la iglesia en esa ciudad llegó a ser más judía con la evacuación de la gente que sería más parecida a Esteban. Al mismo tiempo, esa persecución profundizó la división entre la iglesia y el judaísmo.
La oración (1:14) puede haber sido una petición específica de la promesa que se menciona en el v. 4. En gr. “oración” lleva el artículo. Los discípulos estaban siguiendo la instrucción sugerida por Jesús (). Pero, a partir del día de Pentecostés, ya no es necesario que los creyentes oren pidiendo el Espíritu Santo (cf. ).
8:2–3. Estos vv. contrastan grandemente entre sí. Hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Por otro lado, Saulo asolaba la iglesia. La palabra que se usa para “asolaba” (elymaineto, usada sólo aquí en el N.T.) aparece en la LXX en Salmos 79:13 (80:13 en la RVR60) refiriéndose a los cerdos salvajes que destruyen una viña. El celo de Saulo contra los cristianos fue tan grande, que era como si estuviera lanzando un ataque despiadado contra ellos (cf. Hch. 9:1, 13). Con violencia arrastraba a hombres y a mujeres (cf. 9:29; 22:4–5) y los azotaba (22:19; 26:11). Esto causó estragos en Jerusalén (9:21). El encarcelamiento posterior de Saulo como apóstol de Jesucristo se contrasta al que hizo con estos seguidores.
Por el otro lado, los estoicos eran seguidores de Zenón (ca. 320–250 a. C.) y recibieron su nombre por el pórtico pintado o stoa, desde donde tradicionalmente enseñaba su maestro en Atenas. Eran panteístas en su enfoque y creían que un gran “propósito” dirigía el curso de la historia. La responsabilidad del hombre era amoldarse y alinearse con ese “propósito” a través de la tragedia y el triunfo. Obviamente, este punto de vista, aunque producía ciertas cualidades nobles, también resultaba en un falso orgullo y autosuficiencia.
El martirio de Esteban junto con la persecución subsecuente de la iglesia confirmó la incredulidad de Israel y su rechazo obstinado a aceptar a Jesús como su Redentor.
b. Proclamación del mensaje (8:4–8)
Cuando estos filósofos conocieron a Pablo, comenzaron a disputar con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? “Disputaban” es syneballon (lit. “tirarse con”; i.e., lanzarse unos a otros ideas). Esto difiere un poco de lo que Pablo hacía en las sinagogas. Allí él razonaba (dielegeto, “discutió, conversó”, v. 17; cf. la misma palabra en v. 2; 18:4, 19; 19:8). El término que se traduce como “palabrero” es spermalogos (lit. “que picotea semilla”). Describe a alguien que es como un pájaro que recoge semillas, el que toma algo que aprende por aquí y por allá y luego lo transmite como si fuera propio. Y otros dijeron: Parece que es predicador de nuevos dioses. Esta respuesta se originó debido a su incapacidad de entender la doctrina de Pablo acerca de Cristo y de la resurrección; que era totalmente extraña a su pensamiento (cf. 17:31–32).
8:4. En gr., este v. principia con “pero por su parte” (men oun que se traduce con un simple “pero” en la RVR60). Por causa de la persecución, los creyentes fueron esparcidos (cf. v. 1) y la palabra de Dios divulgada (cf. Ro. 8:28; 2 Co. 2:14; Fil. 1:12–14) Esta es otra evidencia del control soberano de Dios; a pesar de la oposición, la palabra del Señor crecía (cf. Hch. 12:24; 19:20).
8:5. Felipe, un greco judío y, por lo tanto, de un criterio más amplio que los judíos de habla aramea de Israel (cf. 6:1) fue a los samaritanos. Samaria está al norte de Jerusalén, pero Lucas dice que descendió porque la ciudad estaba más abajo en elevación que Jerusalén. El significado del ministerio de Felipe en una ciudad no nombrada se ve cuando se compara Hechos 8:5 con Mateo 10:5–6, Lucas 9:52–54 y Juan 4:9.
Es evidente que la resurrección del Señor dirigió a sus hermanos a la conversión (cf. ; ). Si así fue, esta es la única aparición de Cristo que se tiene registrada, a gente no salva después de su resurrección.
17:19–21. El Areópago, lit. “monte de Ares”, era el lugar de reunión del consejo del Areópago, cuerpo supremo para decidir en asuntos judiciales y legislativos de la ciudad. En la era apostólica, su poder se había reducido a supervisar asuntos religiosos y educativos.
8:6–7. La proclamación de Felipe acerca de Cristo fue confirmada por señales milagrosas (sēmeia; cf. v. 13) de manera que todos escuchaban atentamente las cosas que decía Felipe. Además, los milagros (echar fuera espíritus inmundos, i.e. demonios, y sanar paralíticos y cojos [cf. 3:1–10]) autenticaron su mensaje (cf. 2:43).
8:8. Una vez más, el evangelio dio como resultado gran gozo (cf. el comentario de 2:46–47).
Existe algo de duda en cuanto a dónde se reunía este consejo en los días de Pablo. Algunos piensan que en el tradicional monte Marte detrás del agora, inmediatamente al oeste de la Acrópolis. Otros dicen que se reunía en Stoa Basileius, un edificio del agora. El consejo quiso saber acerca de la nueva enseñanza de Pablo, que contenía cosas extrañas a sus oídos. En Atenas, el centro intelectual del mundo antiguo, a los atenienses y los extranjeros residentes les encantaba decir u oir algo nuevo. Esta apertura dio a Pablo oportunidad para predicar su mensaje.
c. Profesiones de fe (8:9–13)
8:9–10. Existen muchas tradiciones en cuanto a Simón el mago. Se p 158 argumenta: (a) que fue el fundador de las herejías gnósticas, (b) que fue a Roma y pervirtió la doctrina cristiana en ese lugar, y (c) que se involucró en un concurso de milagros con Pedro y perdió. De cualquier forma, este Simón de Samaria ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria. A causa de su “magia”, habilidad de ejercer control sobre la naturaleza o las personas por medio de un poder demoniaco, la gente lo llamó a él gran poder. Puede que hayan pensado, o tal vez no, que poseía una cierta forma de deidad. De cualquier forma, Simón se hizo pasar por algún grande, y la gente de Samaria creyó en él. Además, aceptaba sus adulaciones.
17:22. Comenzando con este v. (y continuando hasta el v. 31), se encuentra otro de los “sermones ejemplares” proclamados por el apóstol Pablo (cf. 13:16–41; 14:15–18; 20:18–35). Éste muestra la forma en que Pablo se dirigía a los intelectuales paganos. El énfasis de su mensaje es claro: Dios el Creador, quien se ha revelado a sí mismo en la creación, ha mandado ahora que todos los hombres se arrepientan, porque cada uno dará cuentas a Jesucristo, a quien Dios resucitó de los muertos.
c. Elección de un nuevo apóstol (1:15–26)
8:11–12. Las artes mágicas de Simón significan su magia y poderes demoniacos (las palabras gr. que se traducen como “ejercía la magia” y “artes mágicas” están relacionadas entre sí). Cuando Felipe llegó a Samaria, anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre (cf. 3:16) de Jesucristo. El término “el reino de Dios” se refiere al reino venidero (cf. 1:3, 6). “El nombre de Jesucristo” se refiere a su posición como Mesías (cf. 8:5, “el Cristo” lit. el Mesías). En otras palabras, el mensaje significa que algunos samaritanos llegarían a heredar el milenio por fe en Jesús, el Mesías.
Como evidencia de su fe, los samaritanos se bautizaban hombres y mujeres (cf. “a hombres y a mujeres” en v. 3). Los contrastes y similitudes entre Simón y Felipe son asombrosos. Ambos hacían milagros, Simón por medio del poder demoniaco y Felipe por el poder divino. Simón se jactaba y recibía la aclamación para sí mismo, pero Felipe proclamaba a Cristo. La gente estaba sorprendida de la magia de Simón, pero se convirtieron a Cristo por el ministerio de Felipe.
El discurso de Pablo consta de tres partes: (a) introducción (17:22–23), p 198 (b) el Dios no conocido (vv. 24–29), y (c) el mensaje de Dios (vv. 30–31).
8:13. Es sorprendente que creyó Simón mismo y fue bautizado. Ahora, en vez de que la gente siguiera a Simón, ¡él seguía a Felipe! Su respuesta debe haber tenido un efecto profundo en sus propios seguidores.
¿Recibió Simón la salvación? Lucas no especifica esto claramente, así que es difícil ser dogmático en esto. Pero siete hechos sugieren que probablemente Simón no nació de nuevo: (1) El vb. “creer” (pisteuō) no siempre se refiere a la fe salvadora. La fe de Simón pudo haber sido como la de los demonios de Santiago 2:19, un asentimiento meramente intelectual. (2) Además, la fe basada en señales no es una fe digna de confianza (cf. Jn. 2:23–25; 4:48). (3) Lucas nunca afirmó que Simón recibiera el Espíritu Santo (Hch. 8:17–18). (4) Simón siguió teniendo un interés egocéntrico en la expresión del poder milagroso (vv. 18–19). (5) El vb. “arrepentirse” (metanoeō) que se usa en el v. 22 se aplica normalmente a gente que se encuentra perdida. (6) El término “perezca” (eis apōleian) que se usa en el v. 20 es fuerte. Está relacionada con la palabra “se pierda” usada en Juan 3:16. (7) La descripción de Simón en Hechos 8:23 es más la de un hombre perdido que la de uno salvo (cf. Dt. 29:18). Aun así, no podemos ser dogmáticos en este punto. El Señor conoce a los que son suyos (2 Ti. 2:19).
Pablo principió su exposición sabiamente, reconociendo que ellos eran muy religiosos. Estas dos palabras traducen la griega deisidaimonesterous que es un término compuesto de tres vocablos deidō (“temer o reverenciar”), daimōn (“deidades, espíritus malos”), y stereos (“firme, duro”). La idea es que los atenienses estaban convencidos y seguros en su reverencia a sus deidades. Esta fue una palabra cuidadosamente seleccionada por el apóstol. Al escucharla, los varones atenienses habrían pensado en sus deidades o dioses. Pero Pablo sutilmente implicó que los suyos eran malos espíritus o demonios, no dioses. Detrás de los ídolos hay demonios (cf. el comentario de 16:16).
d. La prueba de la obra (8:14–17)
1:15. Pedro, dirigente del grupo apostólico, se levantó en medio de unos ciento veinte discípulos que estaban reunidos en Jerusalén. p 135 Seguramente había más seguidores en otros lados (cf. ).
8:14–17. Era necesario que los apóstoles que estaban en Jerusalén comisionaran a Pedro y a Juan para ir a Samaria por varias razones. Generalmente, el Espíritu Santo bautiza, mora y sella al creyente en el momento en que éste viene a la fe, pero en esa ocasión, el retraso tuvo varios propósitos: p 159 (1) la oración de Pedro y Juan (para que los nuevos creyentes fueran investidos del Espíritu Santo) y su imposición de las manos (lo cual resultó en la venida de esa divina persona sobre ellos), confirmó el ministerio de Felipe entre los samaritanos y autenticó la nueva obra entre los apóstoles que estaban en Jerusalén. (2) También confirmó el ministerio de Felipe a los samaritanos. El mensaje que él predicó fue convalidado por la llegada del Espíritu Santo, una señal de la venida del reino (cf. v. 12; Jer. 31:31–34; Ez. 36:23–27; Jl. 2:28–32). (3) Tal vez la razón más importante de que Dios retuviera la llegada del Espíritu hasta que los representantes apostólicos vinieran desde la iglesia de Jerusalén, fue para evitar un cisma. Debido a la propensión natural a vivir separados que tenían los judíos y los samaritanos, era esencial para Pedro y … Juan dar oficialmente la bienvenida a la iglesia a los creyentes samaritanos. Es muy significativo el contraste entre la actitud de Juan aquí y en Lucas 9:52–54.
17:23. Los atenienses, quienes temían pasar por alto a alguna deidad que no conocieran, habían dedicado un altar al dios no conocido. Cuando Pablo hizo referencia a esto, no hizo énfasis en el altar, sino en su ignorancia del Dios verdadero.
e. Perversión de la verdad (8:18–24)
8:18–19. La frase vio Simón que … se daba el Espíritu Santo implica que había algunas manifestaciones externas que hacían evidente la venida del Espíritu Santo. Posiblemente era el hablar en lenguas, aunque las Escrituras no lo mencionan (cf. 2:4; 10:45–46; 19:6).
17:24. Ya que Dios … hizo … todas las cosas, es supremo sobre todo, Señor del cielo y de la tierra, (cf. 14:15; cf. ). Un Dios tan grande no habita en templos humanamente construidos, como suponían los atenienses que moraban sus dioses (cf. las palabras de Esteban en ).
El término simonía, que se refiere a la compra o venta de cosas que se consideran religiosas o sagradas, tales como un oficio eclesiástico, viene del deseo de Simón de comprar ese poder para impartir el Espíritu Santo a otros.
1:16–17. La alusión de Pedro al A.T. muestra el alto concepto en que tenía las Escrituras. Los Salmos habían sido inspirados por el Espíritu Santo hablando por boca de David. La afirmación de Pedro fue que era necesario que se cumpliese la Escritura. El vb. “era necesario” viene de dei, el cual se usa para referirse a una necesidad lógica o divina.
El propósito de Lucas al incluir este incidente con relación a Simón, fue mostrar la superioridad del cristianismo sobre el ocultismo y los endemoniados. Varias veces tuvo lugar esta clase de conflicto en Hechos, y Cristo siempre obtuvo la victoria (13:6–12; 16:16–18; 19:13–20; 28:1–6).
17:25. Dios es más grande que los templos humanos, pero también es autosuficiente y no necesita de nada de lo que el hombre pueda proporcionarle. Esta verdad apelaría a los epicúreos, quienes creían que los dioses existentes no participaban en los eventos humanos.
8:20. La respuesta de Pedro a la petición de Simón fue de enojo: Tu dinero perezca contigo.
La razón de que el apóstol usara un lenguaje tan áspero fue la incapacidad de Simón para entender la gracia y la naturaleza gratuita de la salvación y las bendiciones de Dios. Pedro explicó su acerba respuesta diciendo: has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
La última parte del v., que trata de la vida provista por Dios (cf. v. 28) así como de las necesidades materiales (cf. 14:17), concordaba con la filosofía de los estoicos que pretendían amoldar su vida al gran “propósito” del cosmos. De esa manera, Pablo comenzó su explicación a partir de donde estaban sus oyentes, con la idea de separarlos de sus conceptos inadecuados acerca de la verdad.
8:21–22. El lenguaje usado en este v., no tienes tú parte ni suerte en este asunto (logō “palabra, asunto”) implica que Simón no era cristiano. (Para ver una terminología similar, V. Dt. 12:12; 14:27. Así como los levitas no tendrían herencia en la tierra prometida, así tampoco Simón tenía parte en el asunto de la salvación.) El adverbio quizás no significa que Dios esté renuente a perdonar el pecado. La cuestión es si Simón se arrepentiría de las intenciones de su corazón.
8:23–24. La alusión de Pedro a la “amargura” (lit., “hiel de amargura”, j̱olēn pikrias) parece referirse a Deuteronomio 29:18, que habla de la idolatría y de la amargura de la apostasía (cf. He. 12:15). Simón había sido cautivado por la falsa doctrina y el pecado. La respuesta de Simón pudo haber sido genuina o un simple lamento de temor. Por lo menos se preocupó del resultado de su trágica petición (Hch. 8:18–19).
Pedro dijo que David profetizó acerca de Judas. Pero, ¿cuándo habló David de Judas Iscariote? En verdad no se refirió a él directamente o por nombre. En los Salmos, el Mesías se promete como el Rey ideal. Por lo tanto, los salmos reales que hablan del rey de Israel, prefiguran a Cristo. Así, los enemigos del salmista real se convierten en enemigos del Mesías. Entonces, Judas fue profetizado en y 109:8 como afirma . Ambos salmos se clasifican como reales o imprecatorios (cf. ).
17:26. De una sangre hace referencia retrospectiva a Adán. Seguramente, esto fue un revés para el orgullo ateniense; ¡ellos también venían de una misma fuente original de creación que los otros! Uno de los propósitos de esa creación había sido poblar el planeta ().
f. El avance de la obra (8:25)
8:25. Pedro y Juan estaban tan convencidos de la obra de Dios entre p 160 los samaritanos, que cuando volvieron a Jerusalén también compartieron el evangelio … en muchas poblaciones de los samaritanos. ¡Fue un hecho muy asombroso para estos apóstoles judíos!
Ese Dios todopoderoso ha decretado soberanamente la historia (los tiempos) y las fronteras (los límites) para las naciones (cf. ). ¡Grecia no era la única nación sobre … la tierra!
2. al eunuco etíope (8:26–40)
a. El mandamiento (8:26)
17:27. Uno de los propósitos de Dios al revelarse en la creación y en la historia es que los hombres busquen a Dios (cf. ), quien aunque soberano (), también es inmanente y no está tan lejos que no pueda ser hallado.
1:18–19. Aunque este mismo no fue quien compró personalmente un campo, lo hizo indirectamente. Los sacerdotes usaron el dinero de la traición que Judas arrojó dentro del templo para hacer esa adquisición a nombre del traidor ().
8:26. Aunque Lucas no registró ningún mandato de Dios para que Felipe predicara a los samaritanos (v. 5), sí dice que el Señor dirigió soberanamente a Felipe hasta Gaza (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Se hace referencia a la carretera como a el camino … desierto. La expresión puede referirse tanto a un camino desértico como a una ciudad que estaba desierta. La antigua Gaza fue destruida en el año 93 a.C. y reconstruida más cerca del Mediterráneo en el 57 a.C. La ciudad antigua se llama Gaza Desértica. El término gr. usado para el mandamiento del ángel se ha traducido correctamente: Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. La referencia al camino en 8:36 puede implicar que éste, y no la ciudad, se encontraba en un área desértica.
b. El contacto (8:27–30)
17:28. Para respaldar este dicho, Pablo aparentemente citó a Epiménides, poeta cretense (a quien también citó posteriormente en ): Porque en él vivimos (cf. ), y nos movemos, y somos. Pablo también citó al poeta Arato, de la tierra natal de Pablo, Cilicia: Porque linaje suyo somos. Esta segunda cita es de la obra de Arato Fainomena. Toda la gente, los atenienses junto con los demás, son linaje de Dios, no en el sentido de que sean sus hijos redimidos o de que posean elementos de la deidad, sino que son creados por Dios y reciben la vida y aliento de él (v. 25). La creación misma y la existencia de los p 199 atenienses dependía de este único Dios ¡a quien ellos no conocían! No podía hacerse una afirmación semejante de ninguno de entre los muchos dioses que adoraban los griegos.
8:27. El etíope, eunuco, se describe ampliamente como funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros. “Etiopía” no se refiere aquí a la que se conoce en el mundo moderno, sino a la antigua Nubia, la región comprendida entre Asuán en el sur de Egipto hasta Jartum en Sudán. Candace era un título que se daba a la reina madre, así como se usa el nombre faraón para designar al rey de Egipto. El poder gubernamental descansaba en manos de Candace, porque su hijo, que era adorado como vástago del sol, era demasiado sublime como para ocuparse de actividades tan mundanas como gobernar a la nación. Por eso, la nación era dirigida por la reina madre. Es interesante el hecho de que este eunuco haya venido a Jerusalén para adorar, porque la ley prohibía que los eunucos entraran en la asamblea del Señor (Dt. 23:1). Sin embargo, Isaías 56:3–5 predijo grandes bendiciones para los eunucos en la era milenial. Es evidente que éste era un adorador de Jehová, aunque no fuera un prosélito en todo el sentido de la palabra.
8:28–30. La riqueza del eunuco se revela en la descripción de que volvía sentado en su carro. Mientras que ese oficial de la tesorería viajaba, iba leyendo al profeta Isaías. Puesto que era costumbre leer en voz alta, Felipe fácilmente oyó la porción de la Escritura que leía el eunuco (v. 30). Es interesante notar que Felipe fue guiado primero por un ángel (v. 26) y luego por el Espíritu Santo (v. 29).
17:29. La conclusión es inevitable: ya que los humanos han sido creados por Dios … la Divinidad, en ninguna manera puede tener forma de ídolo, o imagen concebida y construida por el hombre (cf. ). (“Divinidad” es traducción de theion, que lit. significa “naturaleza divina”, frecuentemente usado en gr. clásico, pero sólo esta vez y en en el N.T.). Éste sería un concepto revolucionario para los atenienses, cuya ciudad estaba “entregada a la idolatría” () y llena de “santuarios” (objetos de adoración v. 23).
El registro del violento final de Judas de parece contradecir , el cual claramente dice que “se ahorcó” a sí mismo. Una explicación es que las entrañas de Judas rápidamente se hincharon y extendieron después de que se colgó, así que se reventó por la mitad. Otra explicación más probable, es que Judas se colgó al filo de un precipicio y la cuerda o rama del árbol en que estaba colgado se rompió y cuando cayó a las rocas abajo, “se reventó por la mitad”.
c. La conversión (8:31–35)
8:31–35. La cita de Isaías 53:7–8 había dejado perplejo al eunuco. Aprovechando la oportunidad de contar con la presencia de Felipe para que le explicara el pasaje, invitó al apóstol a que subiese a su carro. El etíope sabía que el pasaje describía a un individuo, pero ¿era Isaías o algún otro? Felipe usó bien la ocasión para presentar el evangelio de Jesús partiendo de Isaías 53 (cf. Jn. 5:39).
17:30. Dios pasó por alto la ignorancia humana revelada en la idolatría, i.e., había sido paciente. Aunque la gente esté bajo la ira divina () y no tenga excusa debido a la revelación natural (), Dios pasó “por alto, en su paciencia (anoj̱ē, retrasar, detener) los pecados pasados” (). Esto tiene paralelo con : “En las edades pasadas, él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos” (cf. el comentario que aparece allí). A través del tiempo, los gentiles han sido responsables de la revelación general que se les ha dado. Ahora, con la proclamación del evangelio por todo el mundo, los gentiles también son responsables de la revelación especial. Su respuesta debe ser obedecer el mandamiento de Dios de que se arrepientan de sus pecados.
d. Los consecuencias (8:36–40)
8:36–39. El primer resultado de la evangelización de Felipe fue la conversión p 161 del eunuco. Su respuesta, ¿qué impide que yo sea bautizado? indica que el bautismo de agua era evidencia de una decisión personal de confiar en Cristo (cf. Mt. 28:19) El segundo resultado fue de alegría para el eunuco, quien siguió gozoso su camino. Un tercer resultado fue que el evangelio tuvo un alcance más amplio al llegar a alguien que no era judío ni samaritano, sino un gentil (africano) adorador de Jehová, pero que no era un prosélito del judaísmo en plena comunión. Posiblemente el eunuco era incircunciso. (La NVI menciona que sólo algunos mss. gr. posteriores añaden el v. 37 y que probablemente éste no estaba incluido en los originales.)
17:31. En este punto, Pablo presentó un enfoque netamente cristiano. Su referencia al varón claramente se refiere a que habla del Hijo del Hombre. Éste, a quien Dios el Padre designó … juzgará al mundo con justicia (cf. ). La autenticación de la persona y obra de Cristo fue su resurrección. En esta ocasión, de nuevo fue predicada la resurrección de Jesús. La idea de la resurrección (cf. , ) era incompatible con la filosofía griega. Ellos querían librarse de sus cuerpos, ¡no volverlos a tomar! También la idea de un juicio personal era de mal gusto para ellos. El mensaje del evangelio dio en el centro de las necesidades de los atenienses.
Cuando el bautismo se realizó, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más. Se desconoce qué sucedió al eunuco etíope después de esto.
Acéldama es una palabra ar. que significa campo de sangre. Se desconoce la localización exacta de ese lugar, pero tradicionalmente se cree que está cerca a la Iglesia Ortodoxa Griega y el Convento de San Onofre, donde se unen los valles de Hinom y Cedrón al sureste de Jerusalén (V. “Mapa de la ubicación de Acéldama” en el Apéndice, pág. 351).
8:40. Pero Felipe se encontró en Azoto. Esta es la ciudad de Asdod, antigua capital Filistea. Mientras que viajaba para Cesarea … anunciaba el evangelio en todas las ciudades a lo largo del camino (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Es evidente que Felipe se estableció en Cesarea, porque todavía vivía allí veinte años después (cf. 21:8). Es significativo que un evangelista puede vivir como residente o como itinerante, y Felipe desempeño ambos tipos de ministerios.
Es interesante que Pablo (vv. 30–31) discutiera los tópicos del pecado (arrepientan), la rectitud (justicia) y el juicio (juzgará), que son las mismas áreas en las que Jesús dijo que el Espíritu convencería a la gente ().
El área que rodea a Azoto y Cesarea fue posteriormente visitada por Pedro (9:32–43). Aunque Felipe el evangelista residía en Cesarea, el Señor llamó a Pedro desde Jope para llevar el evangelio a Cornelio, que también vivía en esa ciudad (caps. 10–11).
C. El mensaje de Saulo (9:1–31)
17:32–34. Para un griego era una insensatez que un hombre se levantara de la tumba para vivir para siempre. De manera que unos de ellos se burlaban. Otros, que tenían más discernimiento, dijeron que querían oir acerca de esto otra vez. Como resultado, algunos creyeron, juntándose con él. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago y llamado el areopagita (i.e., miembro del concilio; cf. el comentario del v. 19) y una mujer llamada Dámaris. Otras mujeres que se convirtieron en Hechos incluyen a Lidia (16:14–15), unas cuantas mujeres importantes de Tesalónica (17:4) y un número de mujeres griegas prominentes de Berea (v. 12).
Algunos creen que la conversión de Saulo (Pablo) es el acontecimiento más importante de la historia de la iglesia desde Pentecostés. Lucas en verdad lo consideró muy significativo, porque lo registró tres veces en Hechos (caps. 9, 22 y 26).
1:20. Para la cita que hace Pedro de y 109:8 con referencia a Judas, V. el comentario de .
La inclusión de la conversión de Saulo en esta coyuntura prepara a los lectores para la narrativa de la forma en que se extendió el evangelio a los gentiles (cap. 10). Sin embargo, el apóstol a los gentiles (Gá. 2:8; Ef. 3:8) fue precedido en su ministerio por la evangelización que Pedro hizo de Cornelio y su casa.
¿Fue un fracaso el ministerio de Pablo en Atenas? Esto es difícil de evaluar porque no hay registro de que se fundara alguna iglesia en esa ciudad. Posteriormente, Pablo se refirió a la “familia” de Estéfanas en Corinto () como “las primicias de Acaya”. (Atenas estaba en Acaya.) ¿Cómo p 200 pudo haber sido esto, si algunos se convirtieron en Atenas, como lo afirma ? Probablemente la solución se encuentra en pensar de Estéfanas como “las primicias” de una iglesia de Acaya. Tal vez la palabra “primicias” pueda usarse en un sentido pl., o sea más de una persona.
El relato de la experiencia de Saulo en el camino a Damasco puede haber sido registrado aquí para relacionarlo con el martirio de Esteban. El discurso de Esteban parece haber estimulado a Saulo para que redoblara sus esfuerzos de aplastar a la cristiandad (Hch. 8:1–3) Si la doctrina propagada por Esteban era correcta, entonces la ley estaba en peligro. Así que Saulo, celoso como era, siguió persiguiendo a la iglesia (Gá. 1:13; Fil. 3:6).
¡Pero Saulo el perseguidor estaba a punto de convertirse en Pablo el apóstol de Jesucristo! Su trasfondo y cualidades se combinaban perfectamente para realizar la obra a que Dios lo había llamado: (1) Conocía bien la cultura y lenguaje judíos (Hch. 21:40; Fil. 3:5). (2) Ya que había crecido en Tarso, tenía conocimiento profundo de la cultura griega y sus filosofías (Hch. 17:22–31; Tit. 1:12). (3) Poseía todos los privilegios de un ciudadano romano (Hch. 16:37; 22:23–29; 25:10–12). (4) Había sido entrenado y adiestrado en teología judía (Gá. 1:14). (5) Puesto que estaba capacitado para realizar un trabajo secular, podía sostenerse a sí mismo (Hch. 18:3; 1 Co. 9:4–18; 2 Co. 11:7–11; 1 Ts. 2:9; 2 Ts. 3:8). (6) Además, p 162 Dios le dio celo, así como cualidades de liderazgo y discernimiento teológico.
Si no se inició una iglesia en Atenas, el fracaso no estuvo en el mensaje de Pablo o en sus métodos, sino en la dureza de corazón de los atenienses.
1. conversión de saulo (9:1–19a)
a. Convicción de Saulo (9:1–9)
1:21. Una vez más (cf. v. 16), Lucas usó el vb. dei que se traduce como es necesario, para mostrar una necesidad lógica o divina. Es interesante observar que el grupo de los apóstoles consideró conveniente llenar la vacante que Judas había dejado. Pero, más adelante, cuando murió el apóstol Jacobo (12:2), no se registra que designaran un sucesor. Era necesario llenar el puesto de Judas porque había quedado vacante su lugar prometido al cual hace referencia . En ese pasaje, el Señor prometió a los apóstoles que se sentarían en doce tronos y reinarían con él sobre Israel cuando regresara a la tierra (cf. ).
b. En Corinto (18:1–18)
9:1a. El adverbio aún va retrospectivamente hasta 8:3. Mientras el evangelio seguía avanzando fuera de Jerusalén, Saulo seguía su inexorable persecución de la iglesia.
9:1b–2. Tan grande era el odio de Saulo por la iglesia, que vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353.) Esta ciudad no estaba bajo el control de Judea, Galilea ni Decápolis. Entonces, ¿qué jurisdicción podría tener el sumo sacerdote sobre las sinagogas de Damasco? Esto generalmente se responde diciendo que Roma reconocía el derecho de extradición cuando el sumo sacerdote de Jerusalén lo invocaba. Pero esto también puede explicarse de otro modo. En ese tiempo, tal vez Damasco estaba bajo la jurisdicción de Areto IV, rey nabateo (cf. 2 Co. 11:32–33). Puesto que odiaba a los romanos, ese monarca tal vez concedió ese favor al sumo sacerdote con el fin de ganarse el favor de los judíos antiimperialistas.
18:1. Sin explicar las circunstancias, Lucas simplemente declaró: Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Las ciudades de Atenas y Corinto, aunque sólo quedan a 80 kms. de distancia, eran bastante diferentes. La primera se destacaba por su cultura y agudeza intelectual, la segunda, por su comercio y libertinaje. Esta última está localizada justo al sur de un istmo que une la península del Peloponeso con Acaya al norte. El comercio terrestre que se movilizaba entre el norte y el sur pasaba por Corinto, tal como lo hacía el comercio marítimo que iba del oriente a occidente. Corinto poseía dos ciudades portuarias: Licaonia localizada a tres kms. al oeste sobre el golfo de Corinto, el cual daba al mar Adriático, y Cencrea, a unos 12 kms. al sureste, que traía comercio del mar Egeo. La punta sur de la península del Peloponeso era muy peligrosa para los viajes marítimos, así que los barcos anclaban en uno de los puertos de Corinto y acarreaban sus mercancías a través del istmo hasta el otro lado para embarcarlas allí.
La mención que el autor hace de las sinagogas de Damasco indica que el cristianismo todavía se asociaba con el judaísmo (en Stg. 2:2 la palabra “congregación” viene del gr. synagōgēn, “sinagoga”). La referencia que hace a Damasco muestra que el cristianismo se extendió muy rápidamente.
Es extraño que Saulo se haya referido al cristianismo como este Camino, término que sólo se usa en Hechos (19:9, 23; 22:4; 24:14, 22).
En el año 146 a.C., los romanos arrasaron Corinto. Sin embargo, su localización estratégica no permitió que la ciudad muriera y fue reconstruida un siglo después, en el año 46 a.C.
1:22. Se nota la importancia que los discípulos daban a la resurrección en el hecho de que uno de los requisitos que pusieron era que la persona seleccionada fuera testigo de su resurrección. Ésta es una de las piedras angulares de la fe cristiana (cf. ).
9:3–4. Saulo no sólo oyó la voz del Señor Jesús, sino que también lo vio (cf. 9:17, 27; 22:14; 26:16; 1 Co. 9:1, 15:8). Aunque no se declara en forma explícita este hecho, sí se implica en la referencia que hace el autor a un resplandor de luz del cielo. Para el apostolado de Saulo, era imprescindible que viera a Jesús resucitado (cf. 1 Co. 9:1).
La interrogante ¿por qué me persigues? (cf. Hch. 9:5) está cargada de significado porque muestra la unión de Cristo con su iglesia. El Señor no preguntó “¿por qué persigues a mi iglesia?” La referencia a “me” le dio a Saulo el primer atisbo de la gran doctrina de que los cristianos están en Cristo. Esa misma verdad fue expresada antes por Lucas al decir que el Señor sigue su obra en la tierra a través de la iglesia (1:1). También el engaño de Ananías a Pedro fue una mentira al Espíritu Santo (5:3). Lucas, junto con Pablo, vieron a Cristo y a la iglesia como la Cabeza y su cuerpo.
Como pudiera esperarse de una ciudad que se sostenía del comercio y los viajeros, Corinto era notable por su vida libertina y licenciosa. Era un centro de adoración de Afrodita, la deidad del amor, que promocionaba la inmoralidad en nombre de la religión.
9:5. Algunos interpretan la palabra “Señor” incluida en la pregunta de Saulo ¿Quién eres, Señor? (kyrie) como “señor” en el sentido de un nombre común de respeto dado a alguien desconocido. Es posible que este sustantivo tenga ese significado, como lo tiene en Mateo 13:27; 27:63; Juan 4:11; Hechos 10:4 y en otras partes. Sin embargo, hay muchas cosas sobrenaturales en el pasaje como para usar el simple vocativo “señor”. Aunque Saulo no reconoció inmediatamente a éste como Jesús, debe haber intuido que era un ser sobrenatural. Fue entonces que el Señor se identificó ante Saulo diciendo: Yo soy Jesús (cf. 9:17).
Las palabras, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”, no se encuentran en los mejores y más antiguos p 163 mss., pero aparece en Hechos 26:14.
Políticamente, Corinto era una colonia romana y capital de la provincia de Acaya.
9:6. El Señor resucitado comisionó a Saulo diciendo: levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Esto no significa que Ananías (v. 10) enseñó a Saulo la doctrina de la justificación, como algunos afirman. En vez de ello, se le dijo que debía proclamar el evangelio, lo cual incluiría sufrimientos (vv. 15–16; 22:10, 15; 26:16–20). El Señor mismo le enseñó a Pablo la verdad acerca de la justificación por la fe en el camino a Damasco; Hechos 26:18 es claro en este punto (cf. Gá. 1:11–12).
1:23–26. Con dos hombres entre quienes escoger, José (alias Barsabás y Justo) y Matías, los apóstoles hicieron dos cosas: oraron (reconociendo la omnisciencia del Señor, cf. : ; ) y echaron suertes. Probablemente habían escrito los nombres p 136 en piedras colocadas en un recipiente. Cuando echaron éstas fuera del recipiente, la primera piedra en caer fue la que consideraron que era la elección del Señor.
9:7. Una aparente discrepancia surge entre el v. 7 y 22:9. En 9:7 Lucas registró que los hombres que viajaban con Saulo oyeron la voz (fōnēs), pero en 22:9, Lucas escribió que “no entendieron la voz” (fōnēn). La cláusula en 22:9 puede traducirse “no escucharon el sonido”. La RVR60 traduce correctamente el versículo, porque el vb. “oir” con el caso genitivo puede significar “escuchar un sonido” y con el caso acusativo, “escuchar con entendimiento”. El caso genitivo se usó en 9:7 y el acusativo en 22:9. De manera que los acompañantes de Saulo escucharon el sonido (9:7) pero no entendieron lo que Cristo dijo (22:9).
Algunas de las emociones que asaltaban a Pablo cuando llegó a Corinto se ven reflejadas en . Su debilidad, temor y mucho temblor pueden atribuirse a muchos factores: (1) Llegó solo. (2) Las dificultades con que se había enfrentado desde que llegó a Macedonia deben haberlo llenado de preocupación por lo que le esperaba en Corinto (cf. ) (3) En un mundo endurecido por el desenfreno, Corinto era conocida por su libertinaje sexual.
9:8. Si el “aguijón en la carne” de Saulo era un problema de la vista (cf. el comentario de 2 Co. 12:7), ésto debe haber sido el preludio de su padecimiento. De cualquier forma, hay un agudo contraste entre el Saulo de 9:1 y el del v. 8. Al principio, iba iracundo por el camino, decidido a capturar y encarcelar a los cristianos. Poco después, era guiado como un niño y por la mano, le metieron en Damasco. La gracia de Dios a menudo se manifiesta en actos llenos de poder y en aparentes catástrofes.
9:9. Los tres días de ceguera, ayuno y oración (v. 11) fueron un tiempo de espera. Saulo todavía no recibía el mensaje que Dios le había prometido (v. 6).
El hecho de que Pablo llegara solo a Corinto, puede explicar que él mismo haya bautizado a algunos en aquella ciudad, práctica que normalmente delegaba en otros (cf. ).
b. La contrición de Saulo (9:10–19a)
Esta es la última vez en la Biblia que se menciona la práctica de echar suertes para determinar la voluntad de Dios. Aquí se hace necesario hacer un par de observaciones. Primero, no estaba de por medio algún problema moral. Más bien, se trataba de hacer una selección entre dos hombres que aparentemente estaban igualmente calificados. Segundo, este procedimiento debe haberse basado en donde se dice que la decisión de la suerte viene del Señor.
9:10–14. Por medio de una visión, Dios instruyó al renuente Ananías para que restaurara la vista de Saulo, por lo que tuvo que ir hasta donde estaba Saulo, posando con un hombre llamado Judas cuya casa estaba en la calle … Derecha que era una de las dos calles paralelas que corrían desde el muro oriental hasta el occidental. La primera referencia al lugar de nacimiento de Saulo (Tarso) se da en el v. 11 (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353 cf. el comentario de v. 30).
18:2. En Corinto, Pablo conoció a Aquila y a Priscila su mujer. Aquila era un judío, oriundo del Ponto, provincia localizada al noreste de Asia Menor y al sur del mar Negro. Desalojados de Roma debido a un edicto que vino de Claudio alrededor del año 49 o 50 d.C. donde decía que todos los judíos saliesen de Roma, Aquila y Priscila habían llegado a Corinto a ejercer su negocio. (Claudio reinó desde al año 41 d.C. al 54 d.C.; V. “Emperadores romanos de tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354.) Suetonio (69?–140 d.C.), biógrafo de los emperadores romanos, describió lo que puede haber sido la causa de semejante p 201 decreto. En su Vida de Claudio (25. 4) se refirió a los constantes alborotos provocados por los judíos a instigación de Cresto. Posiblemente, el nombre de Cresto sea una referencia a Cristo.
Es interesante notar que los creyentes son llamados santos aquí por primera vez en el libro de Hechos (v. 13). La iglesia consta de “los puestos aparte” (jagiois; cf. “santos” en Ro. 1:1; Ef. 1:1; Fil. 1:1). Por Hechos 9:14 se hace evidente que las noticias de la llegada de Saulo para perseguir a los creyentes de Damasco lo habían precedido, por lo que Ananías tenía miedo de lo que Saulo pudiera hacer.
9:15. El Señor aseguró a Ananías … que instrumento escogido le era éste, para llevar su nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel. Saulo llegaría a ser Pablo, el apóstol de los incircuncisos (Ro. 11:13; Gá. 2:2, 7–8; Ef. 3:8), incluyendo reyes (cf. el gobernador Félix [Hch. 24:1–23], el gobernador Porcio Festo [24:27–25:12], el rey Herodes Agripa II [25:13–26:32] y posiblemente el emperador Nerón [25:11]). Por supuesto, el apóstol también ministró “a los hijos de Israel” (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; p 164 19:8; 26:17–20; Ro. 1:16). ¡Qué sorprendente que aquel violento perseguidor de los cristianos fuera transformado en testigo del evangelio, tan dinámico y lleno de fuerza.
No se sabe si Aquila y Priscila ya eran cristianos antes de conocer a Pablo. El hecho de que Aquila sea llamado “un judío” no quiere decir que conociera a Cristo (cf. Apolos, un judío; ). Tampoco debe aducirse que Pablo vivió con ellos porque eran cristianos; se quedó con ellos porque eran fabricantes de tiendas como él (v. 3).
9:16. El cumplimiento parcial de esta predicción se ve en el resumen que Saulo hizo de sus sufrimientos (2 Co. 11:23–27).
Algunos piensan que la selección de Matías fue errada, que este fue un método por demás deficiente para elegirlo, y que Pablo hubiera llenado mejor la vacante que Judas dejó al apostatar. Sin embargo, los que creen que Matías fue una elección adecuada, argumentan que está orientado hacia los judíos y que Pablo fue enviado a los gentiles (). Además, Lucas, el amigo y compañero de Pablo, reconoció a los doce como grupo oficial (; ). Finalmente, en Hechos no se censura esta elección.
En el diálogo entre Ananías y el Señor se incluye tres veces en tres vv. la palabra nombre (Hch. 9:14–16; cf. 3:16).
Muchas veces, el nombre de Priscila aparece antes del de Aquila (vv. 18–19, 26; ). Esto puede ser por causa de que procedía de una familia noble.
9:17. Hermano Saulo … ¡Qué consoladoras deben haber sido estas palabras para Saulo! El primero que se registra que llamó a Saulo hermano cristiano fue Ananías. Se da una declaración más completa acerca de las palabras de Ananías en 22:14–16. El recelo de Ananías por Saulo fue transformado en amor por el apóstol a los gentiles gracias a la dirección del Señor. Ananías se identificó con Saulo poniendo sobre él las manos.
La llenura del Espíritu Santo que Saulo experimentó claramente siguió a su conversión (cf. 4:8, 31; Ef. 5:18).
18:3. Su negocio era hacer tiendas. El término usado aquí es skēnopoioi, el cual, dicen algunos, incluye trabajar con cuero. Tal vez el cuero se usaba en la fabricación de las tiendas así como el pelo de cabra, artículo por el que era bien conocida la provincia natal de Pablo, Cilicia.
9:18. Al sanar de su ceguera, le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista. La palabra “escamas” (lepides del vb. lepō, “pelar”) se aplica a las escamas de peces y cocodrilos. Como en varias conversiones que se registraron antes en Hechos, el bautismo de agua siguió a la conversión (8:12, 38).
Después de estas cosas, Ananías desaparece de la escena y no se vuelve a mencionar con excepción del cap. 22, donde Pablo narra su conversión.
Como todavía es común en el medio oriente, el taller de trabajo de un hombre estaba en el primer nivel de la casa y los cuartos de vivienda en la parte superior.
3. comienzo de la iglesia (cap. 2)
9:19a. Los tres días sin comida ni bebida, además del impacto de su “encuentro” con el Cristo resucitado, dejaron a Pablo muy débil. Sin embargo, varias cosas le ayudaron a recobrar las fuerzas: su encuentro con Ananías, su sanidad, la llenura del Espíritu, el bautismo de agua, y el haber tomado alimento.
2. conflictos de saulo (9:19b–31)
18:4. Una vez más, Pablo, de acuerdo a su costumbre, inició su obra de evangelismo en la sinagoga (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:19; 19:8).
a. La confesión de Saulo (9:19b–22)
9:19b–20. Después de pasar unos días con los cristianos en Damasco, Saulo comenzó a predicar a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. La predicación a los judíos en las sinagogas fue una de las estrategias que usó el apóstol en sus viajes misioneros (V. el primer viaje [13:5, 14; 14:1]; el segundo viaje [17:2, 10, 17; 18:4]; el tercer viaje [18:19; 19:8]). Hechos 9:20 contiene la única vez que se usa la frase “Hijo de Dios” en Hechos. La primera cosa que Saulo aprendió en su experiencia del camino a Damasco fue saber quién es Jesús.
18:5. Con la llegada de Silas y Timoteo … de Macedonia (cf. 17:14–15), Pablo se entregó por entero a la predicación. El vb. gr. que se traduce como “estaba entregado por entero” es syneij̱eto (de synej̱o) el cual aquí usado en voz pas. significa “ser constreñido”. Muchos factores acerca de la llegada de Timoteo y Silas animaron a Pablo: (1) Evidentemente la pareja trajo ayuda financiera desde Macedonia (cf. ; ). Debido a ello, ya no era necesario que Pablo siguiera trabajando en su oficio y podía entregarse de lleno a la obra del evangelio. (2) Las buenas noticias acerca de la estabilidad de la iglesia de Tesalónica reanimaron a Pablo (cf. ). (3) Su compañía debe haber sido de gran ánimo para el apóstol.
a. La venida del Espíritu Santo (2:1–13)
9:21. Los judíos estaban atónitos, lo cual es comprensible. El vb. gr. existanto lit. significa “estaban fuera de sí mismos, habían perdido sus sentidos”; mucha gente respondió de la misma manera a Jesús (Mr. 2:12; 5:42; 6:51). Esta palabra se usa cinco veces en Hechos (2:7; 8:13; 9:21; 10:45; 12:16). Indudablemente, la campaña de intensa persecución de Saulo causó estragos en Jerusalén (cf. 8:3; 22:19; 26:11).
9:22. Saulo usó su preparación teológica con ventaja al insistir en la verdad de que el Señor Jesús era el Mesías. Él había ido a Damasco a perseguir a la iglesia y había terminado predicando a Jesús. ¡Qué contraste! ¡Qué gracia tan admirable! No es de extrañarse que los judíos damascenos estuvieran confundidos (synej̱ynnen, “aturdidos” de synj̱eō, usado en el N.T. sólo en 2:6; 9:22; 21:27, 31).
El mensaje que siguió predicando fue el mismo que había aprendido en el camino a Damasco: Jesús es el Cristo, es decir, el Mesías (cf. ; , ; ; ).
p 165 b. Conspiraciones contra Saulo (9:23–31)
(1) En Damasco. 9:23–25. Uno de los temas de Hechos, subrayado en este párrafo, es la oposición de los líderes judíos al evangelio. Segunda Corintios 11:32–33 establece claramente que éste fue un esfuerzo conjunto entre los judíos y el gobernador que estaba bajo el rey nabateo Areto siendo los judíos los principales instigadores. Los seguidores de Saulo le advirtieron que existía la resolución de los judíos de matarle … Y … le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta, porque las puertas de la ciudad estaban vigiladas. Los planes de Saulo de perseguir a los cristianos de Damasco tomaron un giro inesperado. Él había entrado a la ciudad ciego y ¡salió de ella escondido en una canasta! Irónicamente él llegó a ser objeto de persecución.
18:6. Una vez más se ve el patrón de la oposición judía al evangelio, seguido del subsecuente cambio de Pablo a los gentiles (cf. 13:7–11, 46; 14:2–6; 17:5; 19:8–9; 28:23–28).
La referencia a los “discípulos” (mathētai) muestra que ya Pablo estaba teniendo un ministerio fructífero y que era un líder muy bien dotado.
2:1. El día de Pentecostés era una fiesta anual que seguía a la fiesta de las primicias por una semana de semanas (i.e., siete semanas, o cuarenta y nueve días). Por lo tanto, también se llamaba la fiesta de las semanas (cf. ). El nombre “Pentecostés” derivado del gr., significa cincuenta y se refiere al quincuagésimo día después de la fiesta de las primicias ().
Al resumir la narración, Lucas omite el breve viaje de Saulo a Arabia, el cual menciona el apóstol en Gálatas 1:17. Probablemente, éste tuvo lugar entre Hechos 9:22 y 23, aunque se desconoce el propósito de que pasara un tiempo en ese lugar. Tal vez fue allí para evangelizar, pero el área estaba muy escasamente poblada y la estrategia de Saulo consistía en ir a los centros metropolitanos más poblados. Puede haber dejado Damasco para reducir la persecución de la iglesia. Pero lo más probable es que viajó a Arabia para meditar y estudiar.
El hecho de que Pablo se sacudiera los vestidos es paralelo con el acto de Pablo y Bernabé de sacudir sus pies (13:51). Cuando Pablo dijo: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza, se estaba refiriendo a la destrucción de los incrédulos y a la responsabilidad que tenían en ello (cf. ).
(2) En Jerusalén (9:26–30). 9:26–28. Saulo había salido de Jerusalén como jurado enemigo de los cristianos con objeto de perseguir a la iglesia en Damasco; pero debido a la gracia soberana de Dios, se unió a la iglesia y predicó el evangelio en esa misma ciudad. También se unió a la obra de Jerusalén, pero los creyentes de esa ciudad no quisieron confiar en él (cf. el mismo temor de Ananías, v. 13). En Damasco, Saulo necesitó de un amigo, Ananías. En Jerusalén necesitaba otro, y ese fue Bernabé, cuyo nombre significa “hijo de consolación” (4:36) y que probó ser eso precisamente para Saulo. Bernabé se menciona en Hechos en otras cuatro ocasiones. (a) 11:22–24; (b) 11:30; 12:25; (c) 13:1–2, 50; 14:12; (d) 15:2, 12, 22, 25, 37. Los creyentes de Jerusalén, convencidos por Bernabé de que en verdad se había convertido, permitieron a Saulo quedarse con ellos. En Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús, y en Jerusalén … hablaba denodadamente en el nombre del Señor (cf. comentarios acerca de “denuedo” en 4:31).
9:29. Saulo hablaba … y disputaba con los judíos griegos, continuando así la obra de Esteban (cf. 6:8–10). Es evidente que la habilidad de Saulo para debatir era muy superior a la de los judíos griegos, porque éstos procuraban matarle.
18:7–8. Después de que Pablo salió de la sinagoga, encontró un lugar ideal para predicar el evangelio a la asamblea de los santos, en la casa de … Justo, junto a la misma sinagoga Quizá era gentil, porque se le denomina temeroso de Dios (cf. 16:14; 17:4). Además, Crispo … creyó en el Señor con toda su casa. Éste debe haber sido muy conocedor de las Escrituras del A.T. y su conversión indudablemente sirvió de impulso para que muchos de los corintios se convirtieran.
9:30. Los hermanos (cf. v. 17) de Jerusalén lo escoltaron hasta Cesarea, puerto que se encontraba a unos 100 kms. de distancia por carretera, y le enviaron a Tarso, su ciudad natal, que era una población antigua. En ese entonces, sobrepasaba los 4,000 años, y era un centro intelectual del imperio romano. (Para una investigación breve de los eventos importantes de la historia de Tarso, V., V. Gilbert Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge, “Manual de Conocimiento Bíblico de Victor”, Wheaton, Ill.: Scripture Press, Victor Books, 1981, p. 555.)
No se sabe exactamente dónde estaban reunidos los seguidores de Cristo en aquella instancia. Lucas simplemente escribió diciendo que estaban todos unánimes juntos, es decir, en un mismo lugar, tal vez en los atrios del templo. De todas formas, al lugar se le llama una “casa” (), designación poco usual para el templo, aunque en ocasiones se hace referencia a él como tal (cf. 7:47). Si no era en el templo, deben haber estado cerca de él (cf. 2:6).
Los primeros viajes de Saulo en el p 166 marco cronológico del cap. 9 pueden resumirse como sigue:
18:9–11. Algunas circunstancias amenazadoras deben haber causado la visión del Señor. Tal vez era la respuesta de Dios al voto hecho por Pablo p 202 (cf. v. 18 y los comentarios que allí se hacen). El Señor animó a Pablo a que siguiera ministrando en Corinto, asegurándole que ningún mal vendría sobre él. Sin duda, el apóstol recibió con beneplácito esas palabras debido a los ataques recientes que había sufrido en otras ciudades (cf. 17:5, 13) y allí mismo en Corinto (18:6). Pablo siguió obedientemente la dirección del Señor y se detuvo allí un año y seis meses (cf. v. 18), sólo en Éfeso se quedó más tiempo, unos dos o tres años (19:10; 20:31).
1. Jerusalén (vv. 1–2)
2. Damasco (vv. 3–22)
Es interesante notar que la palabra utilizada para pueblo en 18:10 es laos, con frecuencia se usaba para referirse al pueblo de Dios, Israel. Claramente, los planes de Dios para el mundo incluían que la iglesia tomara temporalmente el lugar de su pueblo escogido, los judíos (cf. ).
3. Arabia (Gá. 1:17)
4. Damasco (Hch. 9:23–25, Gá. 1:17; 2 Co. 11:32–33)
2:2–3. La referencia que se hace al “viento” y al “fuego” son importantes. La palabra que se usa para “Espíritu” (pneuma) se relaciona con pnoe, que se traduce aquí como “viento”; también significa aliento. Ambos sustantivos, “espíritu” y “viento” o “aliento” se derivan del vb. pneō, “soplar, respirar”. El estruendo como de un viento recio … del cielo señala la manifestación del poder del Espíritu Santo y que su venida fue completa.
18:12. Los vv. 12–17 son un punto crítico en la apologética de Lucas. Primero, son importantes por causa de quién era Galión, un procónsul romano y gobernador de Acaya; cualquier decisión tomada por él establecería un precedente legal. Además, era hermano de Séneca (4? a.C.–65 d.C.), filósofo de gran influencia en Roma.
5. Jerusalén (Hch. 9:26–29; Gá. 1:18–20)
6. Cesarea (Hch. 9:30)
Los judíos incrédulos no se iban a detener por eso en su oposición a Pablo (cf. v. 6). Más bien, se unieron y le llevaron al tribunal.
7. Tarso (v. 30; Gá. 1:21–24)
(3) Conclusión. 9:31. En la frase las iglesias … por toda Judea, Galilea y Samaria la palabra que se traduce como “iglesias”, en gr. aparece en realidad en sing. Obviamente, Lucas se estaba refiriendo a la iglesia universal que estaba dispersa en Palestina.
18:13–15. Los judíos acusaron a Pablo de persuadir a los hombres a honrar a Dios contra la ley romana. Roma no permitía la propagación de nuevas religiones. El judaísmo era una creencia aceptada y establecida, pero los judíos estaban diciendo que el cristianismo era un culto nuevo y diferente del judaísmo.
Las lenguas … de fuego representan la presencia de Dios. Varias veces en el A.T. él se presentó a sí mismo en forma de llamas (; ; ; ; ; cf. ; ).
Tan fuerte era el antagonismo judío contra Saulo y su ministerio, que después de que salió de aquella región, la iglesia disfrutó de un tiempo de paz.
La iglesia seguía confinada a los judíos, a los medio judíos (los samaritanos), y a los prosélitos del judaísmo que se convirtieron en cristianos (con la única excepción del eunuco de Etiopía, 8:26–40). Pero todo estaba listo para que se extendiera a un nuevo segmento de la población mundial.
Sin embargo, Galión lo vio de una manera distinta. Para él, el cristianismo estaba bajo el amparo del judaísmo y por lo tanto no eran cuestiones para ser establecidas en una corte civil. Esta decisión fue crucial, porque equivalía a legitimar el cristianismo a los ojos de la ley romana.
Con este tercer informe de avance, de los siete que dio acerca del crecimiento espiritual y numérico de la iglesia (cf. 2:47; 6:7; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31), Lucas pone término a esta sección del libro.
III. Testimonio hasta lo último de la tierra (9:32–28:31)
18:16–17. La explosión espontánea de violencia contra Sóstenes, principal de la sinagoga, puso de manifiesto el espíritu de antisemitismo que existía debajo de la superficie en la sociedad de Corinto. Por su lado, los gentiles no querían saber nada de los pleitos entre los judíos. Evidentemente, Sóstenes había llegado a ser el principal de la sinagoga en lugar de Crispo y había dirigido la acusación de los judíos contra Pablo. Posiblemente sea el mismo Sóstenes que posteriormente se convirtió y a quien Pablo se refiere en .
A. Extensión de la iglesia a Antioquía (9:32–12:24)
Ninguno de los creyentes presentes en aquel lugar quedó exento de ésta experiencia, porque las lenguas repartidas aparecieron asentándose sobre cada uno de ellos.
1. preparación de pedro para un evangelio universal (9:32–10:48)
Este insignificante incidente nada se le daba a Galión. Aunque hubo violencia, no le interesaban los asuntos religiosos.
a. Pedro en Lida (9:32–35)
9:32–35. La anterior mención de Pedro fue en 8:25, donde se dice que iba con Juan de regreso de Samaria a Jerusalén. Pedro estaba realizando una misión itinerante alrededor de Judea, la cual lo llevó a Lida. Esa ciudad sólo se menciona en esta ocasión en el N.T. Hoy en día se llama Lod, y el aeropuerto internacional de Israel está al norte de ella. Más adelante, Pedro desarrolló un extenso ministerio itinerante, lo cual se hace evidente por 1 Corintios 9:5. Esto también se entiende por los destinatarios de su primera epístola (1 P. 1:1). Felipe había precedido a Pedro en el área que rodeaba a Cesarea (Hch. 8:40).
18:18. El tiempo exacto de la permanencia de Pablo en Corinto no está claro, ya que los 18 meses (v. 11) pueden empezar a contarse desde el tiempo de la visión de Pablo (vv. 9–10) o pueden incluir todo el tiempo que Pablo pasó allí (del v. 5 en adelante).
La sanidad milagrosa de Eneas, paralítico que hacía ocho años que estaba en cama, fue razón para que muchos creyeran en Cristo. En Hechos, Lucas usó las palabras se convirtieron al Señor en tres ocasiones para referirse a la salvación (9:35; 11:21; 15:19). El evangelio estaba comenzando a atraer a una audiencia más amplia, porque mucha gente de esa región costera era gentil. Sarón es la llanura fértil ubicada a lo largo de la costa de Palestina, como de 16 kms. de ancho y unos 80 de largo. Lida quedaba en el extremo sureste de esa planicie. Este milagro fue la segunda sanidad que Pedro efectuó en un paralítico (cf. 3:1–10; también cf. 14:8–10).
2:4. La llenura del Espíritu Santo es diferente del bautismo del Espíritu; éste último ocurre una sola vez en la vida de cada creyente al momento de la salvación (cf. 11:15–16; ; ; ). Pero la llenura del Espíritu puede darse no solamente al momento de la salvación, sino también en otras ocasiones después de ella p 137 (, ; , ; ; ; , ).
b. Pedro en Jope (9:36–43)
Después, Pablo se fue de Corinto, rumbo a la iglesia que lo había enviado, Antioquía sobre el río Orontes en Siria. Pero antes de salir se rapó la cabeza en Cencrea, el puerto que estaba al sureste de Corinto, porque tenía hecho voto aunque no se establece cuándo lo hizo. Quizá fue cuando salió de Troas para Macedonia, o al principio de su ministerio en Corinto, o más posiblemente, antes de que el Señor le diera la visión (vv. 9–10). Tal vez el voto consistía en dejarse crecer el cabello y para entonces ya había terminado el tiempo del voto de nazareo (después de como año y medio), por p 203 lo que Pablo se hizo un corte de cabello en Cencrea (cf. ).
9:36–38. Mientras que Pedro estaba en Lida, una amada mujer cristiana (una discípula) que vivía en Jope y que respondía al nombre de Dorcas … murió. Su nombre significa en gr. “gacela” como también su contraparte Tabita en ar. Ella era conocida por la ayuda desinteresada que proporcionaba a los pobres. Ya que las ciudades de Lida y Jope quedaban a p 167 sólo 20 kms. de distancia, enviaron a dos hombres desde Jope para que llamaran a Pedro. (Para una breve reseña acerca de la historia de Jope, V., V. Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge “Manual de Conocimiento Bíblico de Víctor” p. 559.) De acuerdo al relato de Hechos, nadie había sido levantado de los muertos en la iglesia, pero la fe de los creyentes era tan grande, que esperaba que el Señor usara a Pedro para resucitar a Dorcas.
9:39–41. Cuando … Pedro … llegó sacó de la sala a las viudas y a otros creyentes que se lamentaban. Oró de rodillas por Dorcas y le mandó que se levantara (cf. Mr. 5:41). Para evitar la contaminación ceremonial (cf. Lv. 21:1; Nm. 5:2; 9:6–10; 19:11), Pedro no la tocó hasta después de que Dios le restauró la vida.
Josefo escribió acerca de algunos judíos que después de algún infortunio acostumbraban raparse la cabeza y se rehusaban a ofrecer sacrificios durante 30 días (Guerras judías 2.15.1). Si éste fuera el caso, Pablo se habría cortado el cabello al iniciar su voto. Pero esto es algo improbable porque no se menciona ninguna enfermedad o alguna otra aflicción (a menos que pueda incluirse aquí).
9:42–43. Este milagro, como los anteriores, guiaron a muchos a creer en el Señor (2:43, 47; 4:4; 5:12, 14; 8:6; 9:33–35). Después de realizar el milagro, Pedro … se quedó … en Jope por algún tiempo (lit. “suficientes días”) en casa de un cierto Simón, curtidor, que estaba cerca del mar (10:6).
Una evidencia del bautismo del Espíritu Santo fue que comenzaron a hablar en otras lenguas (jeterais glōssais; cf. 11:15–16) que indudablemente se refiere a dialectos vivos. La palabra que se usa en 2:6, 8 es dialektō, que significa “idioma”, no expresiones producto de un éxtasis. Esto arroja luz sobre lo que significa “lenguas” cuando se mencionan en los caps. 2; 10; 19 y en .
Este pasaje (9:32–43) muestra la excelente preparación que Pedro recibió para su siguiente experiencia con Cornelio. (1) Dos milagros sobresalientes confirmaron su ministerio; Dios estaba con él de una forma especial. (2) Estaba ministrando en una región que era en parte gentil. (3) Vivir en casa de Simón el curtidor fue significativo porque éste era considerado ceremonialmente inmundo ya que estaba constantemente en contacto con pieles de animales muertos (Lv. 11:40).
Mientras Pablo estaba en Corinto, escribió 1 y 2 Tesalonicenses (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos” en el Apéndice, pág. 357).
c. Pedro y Cornelio (cap. 10)
La importancia de este evento se ve en el hecho de que Lucas lo relata tres veces: aquí en Hechos 10, de nuevo en el cap. 11 y finalmente en 15:6–9. La extensión geográfica del evangelio en Hechos es un cumplimiento inicial de las palabras de Jesús de Mateo 8:11: “vendrán muchos del oriente y del occidente y se sentarán … en el reino de los cielos”.
4. conclusión del segundo viaje misionero (18:19–22)
(1) La visión de Cornelio (10:1–8). 10:1. En visiones separadas, dadas a ambos, Pedro y Cornelio fueron preparados para este suceso tan significativo. Primero se describe a Cornelio y su visión. Éste era un centurión, oficial romano a cargo de cien soldados, de la compañía llamada la Italiana, compuesta de 600 soldados. En el N.T., los centuriones son vistos siempre de forma positiva (cf. Mt. 8:5–10; 27:54; Mr. 15:44–45; Hch. 22:25–26; 23:17–18; 27:6, 43). El centurión Cornelio vino a ser uno de los primeros gentiles que escucharon las buenas nuevas del perdón de Jesucristo después de Pentecostés.
10:2. Por la descripción que se hace de Cornelio llamándolo piadoso (eusebēs, usada solamente aquí y en v. 7; 2 P. 2:9) y temeroso de Dios (“justo y temeroso de Dios”, Hch. 10:22), puede deducirse que no se había convertido al judaísmo en forma completa (no había sido circuncidado, 11:3), pero adoraba a Jehová. Evidentemente asistía a los cultos de la sinagoga y en la medida de sus conocimientos y habilidades, seguía las Escrituras del A.T. Sin embargo, no había recibido la salvación del N.T. (cf. 11:14).
Este evento marcó el inicio de la iglesia. Hasta aquel momento, la iglesia sólo había sido anunciada (). La esposa del Cordero se constituyó en un cuerpo por razón del bautismo del Espíritu (). Por lo tanto, la primera vez que ocurrió el bautismo del Espíritu indica la inauguración de la iglesia. Por supuesto, no establece que ese bautismo tuvo lugar el día de Pentecostés. Sin embargo, 1:5 lo anuncia y 11:15–16 se refiere a ello como un hecho pasado que tuvo lugar en Pentecostés. Por tanto, la iglesia nació en aquella ocasión. (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360.)
18:19. Priscila y Aquila acompañaron a Pablo hasta Éfeso. Evidentemente Silas y Timoteo permanecieron en Macedonia y Acaya para supervisar las iglesias. No se sabe el motivo por el que Priscila y Aquila se trasladaron a Éfeso. Probablemente por el bien del evangelio.
10:3–6. La mención al tiempo la hora novena del día (las tres de la tarde), puede referirse a la hora judía de oración (cf. 3:1). Si así fuera, el Señor se acercó a Cornelio por medio de un ángel, mientras que estaba en oración (cf. 10:9). Más adelante, Cornelio llamó al ángel “un varón con vestido p 168 resplandeciente” (v. 30). Cornelio le respondió al ángel preguntándole: ¿qué es, Señor? Tal vez aquí la palabra “Señor” (kyrie) es la palabra de cortesía (cf. el comentario de 9:5). La piedad de este soldado se hizo evidente por sus oraciones y su generosidad, pues daba limosnas a los pobres (cf. 10:2). El ángel lo instruyó a que enviara por Simón … Pedro a la casa de Simón curtidor (cf. 9:43).
10:7. Ido el ángel que hablaba con Cornelio, el centurión llamó a tres de sus hombres (o sea, dos … criados) y a un ayudante, militar, también un hombre devoto (eusebē; cf. v. 2). Indudablemente, los tres habían sido influenciados por la piedad de Cornelio.
Como en toda ciudad donde había una sinagoga, Pablo entró y discutía con los judíos (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4; 19:8).
10:8. Les contó todo lo que había sucedido. El sustantivo castellano “exégesis” se relaciona con el part. gr. que se usa aquí (exēgēsamenos) y el vb. significa que “explicó” todas las cosas.
Los tres fueron a Jope, a unos 53 kms. al sur de Cesarea (v. 24), para que regresaran trayendo al apóstol Pedro.
18:20–21. A diferencia del obstinado rechazo a creer de los judíos en otras sinagogas, los de Éfeso desearon tener más intercambio con Pablo. Sin embargo, él quería seguir su viaje de regreso a casa. Algunos mss. añaden que el deseo de Pablo era ir a Jerusalén con el fin de estar en una fiesta. Si esto es cierto, probablemente quería ir para cumplir con la pascua.
2:5–13. Moraban … en Jerusalén judíos de la “diáspora” (la dispersión; cf. ; ) que habían venido a la fiesta. Posiblemente eran bilingües y hablaban tanto gr. como sus lenguas nativas. Ellos quedaron perplejos al escuchar a judíos de Galilea hablando el lenguaje de las etnias que rodeaban el mar Mediterráneo.
(2) La visión de Pedro (10:9–16). 10:9. Debe asumirse que Pedro oraba por la mañana y por la tarde, porque eran las horas normales de oración. Además, lo hacía al medio día (la hora sexta). Orar tres veces al día no era un mandamiento de las Escrituras, pero Pedro seguía el ejemplo de los hombres piadosos que le habían precedido (cf. Sal. 55:17; Dn. 6:10). Pedro subió a la azotea (techo plano) para orar; ese lugar debe haberle dado privacidad.
10:10–12. Mientras sentía hambre … le sobrevino un éxtasis, en el cual Dios le dio una visión de un gran lienzo que descendía … a la tierra con toda clase de cuadrúpedos … y reptiles y aves.
18:22. Después de tocar tierra en Cesarea, en la costa palestina, un viaje de unos 800 kms. desde Éfeso, Pablo subió (a Jerusalén) para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. “Subió” y “descendió” son términos casi técnicos que se refieren a ir a y salir de la elevación más alta de Jerusalén.
10:13–14. Cuando Dios le mandó; a Pedro que comiera de esos animales, su respuesta fue: “Señor, no”. Es significativo que su negación (“por supuesto que no”) es mēdamōs, un término más cortés y subjetivo que oudamōs (“de ninguna manera”, el cual sólo se usa en Mt. 2:6). Esta es la tercera vez en la carrera de Pedro que se negó directamente a cumplir la voluntad de Dios (cf. Mt. 16:23; Jn. 13:8).
Pedro sabía por la ley que no debía comer animales inmundos (Lv. 11). Pero, ¿no podía haber matado y comido de los animales limpios y dejar los inmundos? Probablemente Pedro entendió que el mandamiento los incluía a todos. O tal vez el gran lienzo sólo contenía animales inmundos.
5. conquista de éfeso (18:23–19:20)
10:15. Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esta refutación le da más significado a Marcos 7:14–23 (cf. 1 Ti. 4:4). Se acepta generalmente que Marcos escribió las palabras de Pedro. Mirando en retrospectiva, éste debe haber reconocido que Jesús, como el Mesías, limpió todas las cosas de la inmundicia ceremonial.
Existe la interrogante de si sólo los doce hablaron en lenguas o todos los ciento veinte. Muchos factores apoyan la idea de que solamente los doce estuvieron implicados en ese fenómeno: (1) Se hace referencia a ellos como galileos (: cf. 1:11–13). (2) Pedro se puso en pie con “los once” (2:14). (3) El antecedente más cercano de “ellos” en el v. 1 se circunscribe a los “apóstoles” en 1:26. Un problema con este punto de vista es el número de lenguas mencionadas en 2:9–11, que son más de doce. Pero un apóstol pudo haber hablado más de una lengua en secuencia. No obstante, siempre existe la posibilidad de que los 120 hayan hablado en lenguas. Ya que la mayoría de ellos procedían de Galilea, no es extraño que a todos se les haya llamado galileos. La referencia que se hace a los doce puede indicar que eran los líderes de los ciento veinte.
10:16. ¿Por qué Pedro rehusó tres veces comer los alimentos inmundos? Tal vez esto indica énfasis. Pero más que eso, revela seguridad y verdad. Esta es una situación en que Pedro estaba siendo demasiado escrupuloso, más allá de la voluntad de Dios. Sus intenciones eran buenas, pero estaba desobedeciendo. También, ¿habrá aquí alguna relación con la triple negación de Pedro (Jn. 18:17, 25–27) y con sus tres afirmaciones de su amor por el Señor? (Jn. 21:15–17)
[Tercer viaje misionero, 18:23–21:16]
(3) La visita de los mensajeros (10:17–23a). 10:17–22. En un momento maravilloso, y por la coordinación del Dios soberano, los tres mensajeros y p 169 Pedro se encontraron. El Espíritu Santo, que avisó a Pedro de la llegada de los tres hombres, puede haber sido aquel cuya voz no identificada había escuchado antes (vv. 13, 15).
Los hombres de Cornelio hablaron grandes cosas de su amo (cf. vv. 2, 4) y comunicaron a Pedro el propósito que llevaban.
a. Inicio del tercer viaje de Pablo (18:23)
10:23a. Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Ya que Pedro estaba esperando su comida (cf. v. 10), indudablemente lo compartió con sus huéspedes. Quizá había comenzado a discernir la lección que contenía la visión.
Lo que se discutió en todas esas lenguas fueron las maravillas de Dios. Parece que estaban alabando a Dios; su mensaje no era de arrepentimiento, ni el evangelio.
(4) La visita a los gentiles (10:23b–43). 10:23b. Para cuando Pedro y los huéspedes terminaron de comer, tal vez ya era demasiado tarde para emprender el viaje de regreso a Cesarea ese mismo día. Al día siguiente, iniciaron su viaje de casi dos días (los emisarios de Cornelio habían salido de Cesarea después de las 3 p.m. un día [vv. 3, 8] y llegaron al medio día dos días después [vv. 9, 19]. Cf. “hace cuatro días” en v. 30).
18:23. Usando muy pocas palabras, Lucas relata la primera parte del tercer viaje misionero del apóstol (V. “Mapa del tercer viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 359). Obviamente, la meta del autor era destacar el ministerio de Pablo en Éfeso. En el viaje que hizo a esa ciudad, ministró en Galacia y … Frigia (cf. 16:6), confirmando a todos los discípulos. Sin duda, muchos de ellos eran convertidos de su segundo viaje misionero. Por esa razón, se usa el incidente de 18:24–28 para introducir la obra de Pablo en Éfeso.
Pedro llevó consigo a algunos de los hermanos de Jope. El ministerio en pareja era una práctica común en los evangelios y Hechos; los obreros cristianos frecuentemente salían de dos en dos. En esta inusitada situación, por lo menos seis personas acompañaron a Pedro (11:12), porque así habría siete testigos para dar fe lo que pudiera ocurrir.
10:24. Cornelio tenía tal confianza en que Pedro llegaría y esperaba con tal ansiedad el mensaje del apóstol, que había convocado a sus parientes y amigos más íntimos.
b. La instrucción que recibió Apolos (18:24–28)
10:25–26. Cuando Pedro entró … Cornelio se postró delante del apóstol en actitud de adoración. El vb. prosekynēsen lit. significa adoró. Pedro, rechazando su homenaje, le mandó que se pusiera de pie, pues dijo, yo mismo también soy hombre.
10:27–29. Pedro estaba consciente de las consecuencias que traería el que fraternizara con los gentiles en sus hogares (cf. 11:2–3), pero había aprendido bien la lección de la visión. El mandamiento de comer animales inmundos significaba que él no debía llamar a ningún hombre … común o inmundo. Por lo cual, vino sin replicar.
Incapaces de explicar este milagro, los judíos incrédulos se quedaron perplejos y algunos recurrieron a la burla afirmando: Están llenos de mosto. La palabra “mosto” (gleukous) significa vino dulce nuevo.
En este episodio (18:24–28) y en el siguiente (19:1–7), se aprecia la naturaleza transicional de esta fase de la historia de la iglesia. Puede asumirse de 19:1–7 que Apolos no había recibido el bautismo cristiano y probablemente tampoco el Espíritu Santo.
10:30–33. Después de que Cornelio les refirió las circunstancias de haber llamado a Pedro a su casa, dijo: Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado. ¡Qué audiencia tan divinamente preparada!
10:34–35. Las palabras de Pedro fueron revolucionarias. Hicieron a un lado el prejuicio y adoctrinación recibida por muchas generaciones de judíos. Sin embargo, la salvación de los gentiles era una doctrina conocida en el A.T. (cf. Jonás; Gn. 12:3). En el A.T., los judíos eran el pueblo escogido de Dios, receptores especiales de sus promesas y revelación. Pedro estableció aquí que el programa de Dios estaba alcanzando al mundo a través de la iglesia.
Esta sección de Hechos también muestra que el cristianismo es resultado lógico de las enseñanzas del A.T. y del ministerio de Juan el Bautista. De hecho, el mensaje de Pablo era superior al de aquel gigante espiritual. Aunque el mensaje de Juan había llegado tan lejos como Alejandría y Éfeso, p 204 su obra sólo podía realizarse plenamente a través de Cristo.
Hay un debate considerable acerca de las palabras de Pedro en el sentido de que Dios en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Esto no enseña la salvación por obras, porque la primera responsabilidad de una persona delante de Dios es temerlo, lo cual es equivalente a confiar en él y reverenciarlo. Es el dicho paralelo en el N.T. de Miqueas 6:8. Además, la aceptación de Dios de tales personas se refiere a la bienvenida que les da en una buena relación a través de la fe en Cristo (cf. Hch. 11:14).
p 170 10:36–37. A continuación, Pedro bosquejó la obra de Jesucristo (vv. 36–43), el soberano Señor de todos, a través de quien Dios envió … el evangelio de la paz. Los estudiantes bíblicos frecuentemente han observado que esto es un paralelo casi perfecto con el evangelio de Marcos. Marcos inició su evangelio con el bautismo de Juan y trazó el ministerio del Señor Jesús desde Galilea a Judea, hasta Jerusalén y finalmente hasta la crucifixión, la resurrección y la gran comisión.
18:24. Lo que tuvo lugar en los vv. 24–28 ocurrió después de que Pablo salió de Éfeso (v. 21) y antes de su regreso (19:1). Durante ese intervalo se había iniciado una iglesia, probablemente debido a la influencia de Aquila y Priscila. A esa iglesia llegó el carismático Apolos procedente de Alejandría, que estaba en el norte de África. Por ser un judío, tenía buen conocimiento de las Escrituras del A.T.
b. Discurso de Pedro (2:14–40)
10:38. La palabra Mesías significa “Ungido”, de manera que cuando Pedro dijo, Dios ungió … a Jesús de Nazaret estaba diciendo “Dios lo declaró el Mesías” (cf. Is. 61:1–3; Lc. 4:16–21; Hch. 4:27). Esta afirmación tuvo lugar en el bautismo del Señor (cf. Mt. 3:16–17; Mr. 1:9–11; Lc. 3:21–22; Jn. 1:32–34). Isaías habló del Ungido como alguien que realizaría grandes obras (Is. 61:1–3) y como Pedro declaró: anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo.
10:39–41. Pedro afirmó que él y sus asociados eran testigos oculares de todo lo que Jesús hizo. A quien mataron colgándole en un madero, la forma más ignominiosa de ejecución. Anteriormente, el apóstol había dicho a los judíos en Jerusalén, vosotros “matasteis al Autor de la vida” (3:15); a los gobernantes, dijo: “vosotros crucificasteis” (4:10); y al sanedrín replicó: “vosotros matasteis colgándole de un madero” (5:30). Esteban también dijo al sanedrín: “de quien vosotros habéis sido … matadores” (7:52). En cinco ocasiones en Hechos, los apóstoles dijeron haber sido testigos del Cristo resucitado (2:32; 3:15; 5:32; 10:41; 13:30–31). Después que Cristo resucitó de los muertos, los discípulos comieron y bebieron con él (cf. Jn. 21:13). Esto fue una prueba de que el Señor Jesús resucitado no era un fantasma sin cuerpo. Asimismo, explica la verdad de que Cristo fue visto en forma corporal (Hch. 10:40).
18:25. Su doctrina respecto al Señor era correcta, pero incompleta. Probablemente esto significa que Apolos no sabía nada acerca del bautismo del Espíritu Santo. El bautismo de Juan simbolizaba la limpieza de parte de Dios cuando la persona se arrepentía ante el Señor (cf. 19:4). Pero el bautismo cristiano representa la unión del creyente con Cristo en su muerte, sepultura, y resurrección y se efectúa por medio del bautismo del Espíritu Santo (cf. ; ; ; ).
10:42–43. Pedro puso en claro que el ministerio de Cristo resultaba tanto en juicio (v. 42) como en salvación (v. 43). La frase clave es todos los que en él creyeren. Esta construcción gramatical en gr. consiste de un gerundio con un artículo, lo cual es casi equivalente a un sustantivo (en este caso “todo creyente en él”). El elemento clave en la salvación es la fe, creer en Cristo. El mensaje del perdón de pecados (cf. 2:38; 5:31; 13:38; 26:18) por medio de la fe en el Mesías, había sido un tema del cual los profetas habían hablado mucho (e.g., Is. 53:11; Jer. 31:34; Ez. 36:25–26).
(5) La confirmación del Espíritu (10:44–48). 10:44–45. El mensaje de Pedro terminó abruptamente por la interrupción soberana del Espíritu Santo, quien cayó sobre todos los que oían el discurso de Pedro acerca de Jesús, y creyeron. Los seis (cf. v. 23; 11:12) fieles de la circuncisión … se quedaron atónitos (exestēsan; “estaban fuera de sí mismos”; cf. 9:21) al ver esta evidencia de igualdad entre los gentiles y los creyentes judíos.
18:26. En vez de corregir a Apolos en público, Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios (cf. “el camino del Señor” v. 25).
Este sermón tiene un tema dominante: Jesús es el Mesías y Señor (v. 36) y puede ser bosquejado como sigue:
10:46. La señal que Dios usó para dar validez a la verdad de la salvación de los gentiles fue que hablaban en lenguas. (En lo que respecta al significado del hablar en lenguas en Hechos, V. el comentario de 19:1–7).
10:47–48. Pedro se dio cuenta de inmediato de por lo menos tres implicaciones teológicas en lo que había sucedido: (1) Él no podía discutir con Dios (11:17). (2) Cornelio y su casa, aunque eran incircuncisos (11:3), fueron bautizados porque habían creído en el Señor Jesús, como se evidenció p 171 al recibir el Espíritu Santo. El orden de estos eventos fue: creer en Cristo, recibir el Espíritu Santo, hablar en lenguas y ser bautizados en agua. (3) La realidad de la conversión de Cornelio fue confirmada por la estancia de Pedro con él durante varios días. Esto tal vez fue para instruirlo más a fondo en la nueva fe que había encontrado.
18:27–28. Equipado con esta nueva doctrina, Apolos cruzó el mar Egeo rumbo a Acaya (tal vez a Corinto) donde fue maravillosamente usado por Dios. Con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras (las cuales conocía bien, v. 24) que Jesús es el Cristo. Este también era el método que Pablo usaba (v. 5). Tan podero so fue el ministerio de Apolos, que algunos creyentes divisionistas de Corinto formaron un partido que lo apoyaba (). No hay indicación de que él haya promovido semejante división y Pablo tampoco lo consideró responsable de ella.
2. preparación de los apóstoles para el evangelio universal (11:1–18)
a. La acusación (11:1–3)
c. Influencia del evangelio (19:1–20)
11:1–2. La respuesta de parte de los cristianos judíos fue muy variada. La expresión los … de la circuncisión (también se usa en 10:45) obviamente describe a los cristianos que seguían apegados a la ley de Moisés (cf. 15:5; 21:20; Gá. 2:12).
I. Este es el cumplimiento de la profecía (vv. 15–21).
11:3. La acusación contra Pedro fue que entró en casa de hombres incircuncisos y había comido con ellos. El principal problema no era su predicación a los gentiles, sino comer con ellos (cf. Mr. 2:16; Lc. 15:2; Gá. 2:12). Esto da mayor significado a la visión de Pedro (Hch. 10:9–16). Comer con alguien era una señal de aceptación y comunión (cf. 1 Co. 5:11). Este asunto podría haber causado un serio rompimiento dentro de la iglesia.
(1) Con los doce (19:1–7). 19:1–2. Éfeso llegó a ser la base de operaciones de Pablo durante su tercer viaje misionero. También era el hogar del templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Su templo, de acuerdo a las ruinas que aún existen, era de 71 mts. de ancho y 125 mts. de largo, ¡cuatro veces el tamaño del Partenón de Atenas! Como centro comercial, Éfeso era la ciudad principal de la provincia de Asia. Las extensas ruinas existentes revelan la gloria de su pasado. Sin embargo, el río Caistro azolvó completamente el puerto y posteriormente fue abandonado. Durante el tiempo de Pablo la ciudad estaba cerca de su cenit.
b. La respuesta (11:4–17)
11:4–14. Pedro relató brevemente a los creyentes de la circuncisión que estaban en Jerusalén lo que había ocurrido (cf. cap. 10), incluyendo su visión (11:5–7), su respuesta a ella (vv. 8–10) y el viaje a la casa de Cornelio (vv. 11–14).
Llegando a esa área metropolitana por la carretera interior (tal vez la ruta más corta), Pablo encontró a ciertos discípulos. Lo que Lucas quiso decir con “discípulos” no está claro. Normalmente él usaba la expresión para referirse a los cristianos. Puede que aquí tenga ese significado, porque la interrogante de Pablo menciona cuando creísteis (i.e., creyeron en Jesucristo).
11:15–16. Al narrar lo que aconteció después, hizo una importante identificación del día de Pentecostés con la predicción que había hecho el Señor acerca del bautismo del Espíritu (1:4–5). Lucas no declara específicamente en el cap. 2 que Pentecostés haya sido el cumplimiento, pero aquí Pedro lo señala de esa manera con la frase al principio (cf. 10:47, “como nosotros” y 11:17 “el mismo don que a nosotros”). Por lo tanto, la era de la iglesia tuvo su inicio en Pentecostés.
A. Una defensa (v. 15)
11:17. La defensa de Pedro no se basó en lo que él hizo, sino en lo que el Padre hizo. Dios no había hecho distinción entre los judíos y los gentiles, así que ¿cómo podría hacerlo Pedro?
La respuesta de esos discípulos es algo enigmática. Cuando dijeron Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo, tal vez signifique que no habían escuchado que había sido enviado o que se estaba dando. Una construcción similar se usa en gr. en . Además, Juan el Bautista claramente predijo la obra venidera del Espíritu Santo (; ; ; cf. ).
c. La absolución (11:18)
11:18. Los santos reconocieron junto con Pedro que la conversión de los gentiles había principiado en Dios y que ellos no debían interponerse en su camino. Esta respuesta tuvo dos resultados subsecuentes y significativos. Primero, preservó la unidad del cuerpo de Cristo, la iglesia. Segundo, abrió una profunda brecha entre los creyentes de la era de la iglesia y los adoradores del templo de Jerusalén. Antes de esto, los judíos comunes veían con favor a los cristianos (cf. 2:47; 5:13, 26), pero después, repentinamente empezaron a oponerse a la iglesia. Este antagonismo se manifiesta en la respuesta del pueblo de Israel a la ejecución de Jacobo (12:2–3; cf. 12:11). Tal vez esta identificación con los gentiles haya sido lo que dio pie a la oposición de los judíos.
19:3–4. Como Apolos (18:25), esos discípulos efesios tenían conocimiento p 205 sólo del bautismo de Juan, la señal de arrepentimiento hacia Dios (, , , ; ; ). Pablo les dijo que Juan señalaba hacia Jesucristo como aquel en quien ellos debían creer (; ; ).
3. preparación de la iglesia en antioquía para el evangelio universal (11:19–30)
a. Naturaleza cosmopolita de la iglesia (11:19–21)
B. Una explicación (vv. 16–21)
19:5. Este es el único lugar del N.T. que se refiere a que alguien se haya vuelto a bautizar. Claramente, el ministerio de Juan fue preparatorio, porque Cristo es el cumplimiento de todas las cosas.
Este es un punto crucial en el relato de Hechos. Por primera vez, la iglesia evangelizó activamente a los p 172 gentiles. Los samaritanos del cap. 8 eran parcialmente judíos; el eunuco etíope iba leyendo por sí mismo Isaías 53 cuando regresaba de Jerusalén y aun Cornelio tomó la iniciativa de conocer el evangelio por labios de Pedro. Pero aquí es donde la iglesia da los primeros pasos para llevar el mensaje a los griegos incircuncisos.
11:19. La narración regresa a Esteban (8:1–2) para señalar un resultado más de su martirio. Su muerte había ayudado a movilizar el evangelio hacia Samaria (cf. la similitud entre 8:4 y 11:19). Asimismo, había incitado a Saulo a perseguir a la iglesia más vigorosamente (8:3) y por consecuencia, había sido convertido (9:1–30). Un tercer resultado del martirio de Esteban fue la expansión del evangelio a las tierras gentiles de Fenicia, Chipre y Antioquía.
19:6. La imposición de las manos puede haber sido en relación con el bautismo. Una posibilidad más cierta es que se haya efectuado después de ello. Como resultado, el Espíritu Santo vino sobre esos discípulos y hablaban en lenguas, y profetizaban. La mención de las lenguas en Hechos confirma la declaración de Pablo de que “son por señal … a los incrédulos” (cf. el comentario de ). El propósito de las lenguas era eliminar la incredulidad. El cuadro que aparece en el Apéndice compara el uso de las lenguas en Hechos y señala su propósito específico (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360).
11:20. La referencia que se hace a Antioquía de Siria prepara al lector para entender la importancia que tuvo esa ciudad en la narración subsecuente. La ciudad, una de las muchas que llevaban el mismo nombre, era la tercera más grande del imperio romano después de Roma y Alejandría. Localizada cerca del río Orontes, 24 kms. tierra adentro, se conocía como Antioquía del Orontes. Había sido planeada cuidadosamente y estaba convenientemente situada; era un importante centro comercial y albergaba a una comunidad judía bastante grande. A pesar de que era una ciudad detestable, que participaba en la inmoralidad creciente y la prostitución ritual como parte del culto en el templo, la iglesia de Antioquía estaba destinada a ser la base de operaciones de los viajes misioneros de Pablo. Juvenal, famoso autor romano de sátiras, se quejó diciendo “Durante mucho tiempo, las aguas negras del Orontes sirio han descargado en el Tíber”. Con esto quería decir que Antioquía era tan corrupta, que estaba impactando a Roma, que quedaba a más de 2,080 kms. de distancia.
Este sorprendente avance del evangelio a los gentiles (griegos que vivían en Antioquía) fue realizado por colaboradores de la fe que no se mencionan. Sin embargo, fue muy importante y crucial el paso que dieron estos creyentes de Chipre, isla que no quedaba muy lejos de Antioquía, y de Cirene, ciudad localizada en el norte de África (cf. Mt. 27:32; Hch. 2:10; 6:9; 13:1).
Debe notarse que la recepción del Espíritu Santo en Hechos no sigue ningún patrón establecido. Algunas veces vino a los creyentes antes del bautismo (), en otras, durante o después del bautismo (8:12–16; 19:6), o por la imposición de las manos apostólicas (8:17; 19:6). Aun así, Pablo declaró () que cualquiera que no tiene el Espíritu Santo no es cristiano. Obviamente Hechos, que es un libro de transición, no debe ser usado como fuente doctrinal acerca de cómo se recibe el Espíritu Santo (cf. el comentario acerca de las lenguas, , Tomo 3 de este Comentario).
II. Jesús es el Mesías (vv. 22–32)
11:21. La cláusula creyó y se convirtió al Señor no se refiere necesariamente a dos acciones separadas. La construcción gr. (part. aoristo con un vb. finito en aoristo) frecuentemente indica que las dos acciones fueron simultáneas. Por lo tanto, esta cláusula significa “al creer se volvieron al Señor.”
b. Confirmación de la iglesia (11:22–26)
19:7. La referencia a los doce hombres no implica, como algunos han sugerido, que la iglesia es el nuevo Israel. Si ese número tuviera algún significado, sería que Israel todavía está pendiente de experimentar la plenitud del Espíritu (cf. ; ; ).
11:22. Un movimiento tan importante de parte de la iglesia no podía escapar a la atención de la iglesia madre de Jerusalén. Anteriormente, los apóstoles habían enviado a Pedro y a Juan a supervisar el ministerio de Felipe en Samaria. Ahora, los santos de Jerusalén enviaron a Bernabé … hasta Antioquía, a más de 500 kms. al norte. La selección de ese delegado fue de crucial importancia; Bernabé fue una elección sabia por varias razones. Primero, como algunos de los embajadores cristianos que iniciaron la obra, eran de Chipre (4:36; 11:20). Segundo, era generoso (4:37) y por lo tanto, pensaba primero en sus semejantes. Tercero, era un caballero compasivo como se infiere por el p 173 sobrenombre que recibió (4:36) y por el testimonio que da Lucas acerca de él (11:24).
11:23. Bernabé no pudo más que llegar a la conclusión de que Dios estaba verdaderamente obrando en Antioquía, y como Lucas frecuentemente anotó, estaba presente la evidencia del gozo. Haciendo honor a su sobrenombre, “hijo de consolación” (4:36), exhortó (animó) a los creyentes (cf. 14:22). (Bernabé también se menciona en 9:27; 11:25, 30; 12:25; 13:1–2, 7, 43, 46, 50; 14:3, 12, 14, 20; 15:2, 12, 22, 25, 35–37, 39; 1 Co. 9:6, Gá. 2:1, 9, 13; Col. 4:10.)
(2) En la sinagoga. 19:8. De acuerdo a su promesa (18:21) Pablo regresó a la sinagoga de Éfeso y habló con denuedo por espacio de tres meses. Presentarse por tres meses en una sinagoga sin que se levantara un alboroto, fue una victoria para Pablo. Tal vez la naturaleza cosmopolita de Éfeso hizo que los judíos de aquel lugar fueran más tolerantes. Con referencia al denuedo de los apóstoles, V. el comentario de 4:13.
11:24. Tres cosas se dicen acerca de él: que era varón bueno, que estaba lleno del Espíritu Santo y que estaba lleno de fe (Esteban también estaba lleno de fe y del Espíritu Santo; 6:5). Lucas escribió esta descripción de Bernabé después de la confrontación entre Pablo y Bernabé, registrada en 15:39. Ya que Lucas era compañero de viaje de Pablo, esta afirmación acerca de Bernabé también debe haber sido compartida por Pablo.
A. Sus obras dan testimonio de que es el Mesías (v. 22)
11:25. La obra en Antioquía creció a tal grado, que Bernabé necesitó ayuda. No pudo pensar en alguien que encajara mejor que Saulo, quien estaba viviendo en Tarso (cf. 9:30). Posiblemente, algunos sufrimientos y persecuciones que Pablo describió en 2 Corintios 11:23–27 tuvieran lugar mientras estaba en Tarso. También allí pudo ser donde tuvo la revelación que narra en 2 Corintios 12:1–4. Basados en Hechos 22:17–21, algunos piensan que Saulo ya estaba ministrando a los gentiles cuando Bernabé lo contactó para que viniera a Antioquía.
El tema de su discusión fue el reino de Dios, el cual obviamente incluía a la persona y obra de Cristo, pero a la vez debe haber sido un atisbo de su reino milenial (cf. 1:3, 6).
11:26. Bernabé y Saulo ministraron durante un año completo en Antioquía, enseñando a mucha gente mientras la iglesia seguía creciendo numéricamente (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31; 11:21, 24).
A los discípulos de Jesús se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. La terminación “ianos” significa “pertenecientes al partido de”. De esa forma, “los cristianos” eran los que pertenecían al partido de Cristo. La palabra “cristianos” se usa sólo dos veces más en el N.T.: en 26:28 y 1 Pedro 4:16. El significado de este nombre cobra relevancia por el orden que tienen las palabras en el texto gr., y significa que la gente reconocía a los cristianos como un grupo distinto. La iglesia se estaba separando más y más del judaísmo.
(3) En la escuela de Tiranno (19:9–12). 19:9. Una vez más surge el conocido patrón de oposición judía (cf. 18:6). Esta vez, los judíos maldijeron el Camino (acerca de “el camino,” cf. 9:2; 19:23; 22:4; 24:14, 22) delante de la multitud. Así que se apartó Pablo de ellos.
c. La caridad de la iglesia (11:27–30)
B. Su resurrección da testimonio de que es el Mesías (vv. 23–32)
11:27. Algunos creyentes de Jerusalén con el don de profecía descendieron de Jerusalén a Antioquía. (Aunque iban hacia el norte, dice “descendieron” porque Jerusalén está a una elevación mucho mayor que Antioquía.)
Después de sacar a los creyentes de la sinagoga, enseñó cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Aparentemente este señor puso su escuela a la disposición de los maestros itinerantes. Un ms. gr. añade que el local estaba disponible de las 11 a.m. a las 4 p.m., horario en que la mayoría de la gente tomaba su comida del mediodía y una “siesta”. Esta tradición probablemente es correcta. Durante el resto del día, Pablo desempeñaba su oficio (20:34).
11:28. Agabo, también mencionado en 21:10–11, profetizó que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada. Esta fue en verdad una serie de hambrunas severas que afectaron varias secciones del imperio romano durante el tiempo del emperador Claudio (41–54 d.C.). Este es el mismo que posteriormente expulsó a los judíos de Roma (18:2). (V. “Emperadores Romanos de los tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354.)
11:29–30. Los cristianos de Antioquía, cada uno conforme a lo que tenía (cf. 1 Co. 16:2; 2 Co. 9:7), enviaron dinero para los creyentes en Judea. Esta expresión de amor indudablemente unió a las dos iglesias (cf. Ro. 15:27).
19:10. Pablo ministró en Éfeso p 206 por espacio de dos años. Pero de acuerdo a , estuvo allí durante tres. Ya que era costumbre contar una parte de la unidad como un todo, en realidad su ministerio duró de dos a tres años.
Cuando Bernabé y … Saulo llevaron el regalo, lo entregaron a los ancianos. p 174 Esta es la primera mención de ancianos en la iglesia que se hace en Hechos y es significativo que eran quienes manejaban las finanzas; es evidente que tenían la supervisión primaria sobre todos los aspectos del ministerio. Más adelante, Pablo y sus acompañantes presentaron la ofrenda de las iglesias de Acaya, Macedonia, y Asia Menor a los ancianos de la iglesia de Jerusalén. Esto puede haber sucedido cuando Pablo llegó a Jerusalén (Hch. 21:18; aun cuando este v. no se refiere a ofrendar).
Aunque hay ciertas dudas en cuanto a ello, esta visita durante el hambre mencionada en 11:27–30 es probablemente la misma a la que se hace referencia en Gálatas 2:1–10.
III. Jesús, el Mesías glorificado, derramó el Espíritu Santo (vv. 33–36)
Tan efectiva fue su labor, que el evangelio se extendió por toda la provincia de Asia, la costa occidental de la moderna Turquía. Durante ese tiempo se fundaron las iglesias de Colosas, Laodicea y de Hierápolis (). Algunos creen que las siete iglesias mencionadas en se iniciaron en ese tiempo, pero esto no puede afirmarse con seguridad.
4. persecución de la iglesia en jerusalén (12:1–24)
El propósito de esta sección de Hechos es confirmar el rechazo del Mesías por parte de Israel. Lucas ha ido hilando cuidadosamente este tema a través de todo el libro, y puede verse en 4:1–30 (esp. 4:29); 5:17–40; 6:11–8:3; 9:1–2, 29. Esta antipatía de Israel estableció el escenario para el primer viaje misionero.
19:11–12. Estas proezas de Pablo son milagros semejantes a los que Pedro realizó en 5:15–16. Es evidente que la mano de Dios estaba sobre Pablo bendiciéndole y autenticando su ministerio. Es posible que los paños o delantales fueran símbolos tangibles del poder de Dios a través del apóstol pero no tenían poderes mágicos en sí mismos. Ciertamente ésta no es base para que en la actualidad la gente trate de repetir un milagro semejante. Como se ve muchas veces en Hechos, los milagros confirmaban la obra de los apóstoles (2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 8:6, 13; 14:3; 15:12; cf. ; ).
a. Martirio de Jacobo (12:1–2)
12:1–2. Con mucho arte, Lucas contrastó el amor de la iglesia de Antioquía por los santos de Jerusalén con la fría enemistad de Herodes y los judíos contra la iglesia.
La mención de espíritus malos tiende un puente entre esta porción y el incidente que sigue ().
IV. Aplicación (vv. 37–40). (V. “Sermones y discursos en Hechos” en el Apéndice, pág. 352.)
El Herodes que aquí se menciona es Agripa I, gobernante bastante popular entre los judíos porque era parcialmente judío debido a su ascendencia asmonea. Su reino cubría casi la misma extensión que la de su abuelo Herodes el Grande. Se le conoce por haber hecho toda clase de cosas para ganar el favor de los judíos, así que consideró que era buena bandera política arrestar a los cristianos y ejecutar a Jacobo, hermano de Juan. Herodes Agripa I murió en el año 44 d.C. Su hijo Herodes Agripa II, fue rey de Judea de 50–70 d.C. Pablo fue llevado a juicio ante Agripa II y su hermana Berenice (25:13–26:32). (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355.)
b. Encarcelamiento y liberación de Pedro (12:3–19)
(4) Con exorcismo y hechicería (19:13–20). Uno de los temas de Hechos es la victoria de Cristo sobre el ocultismo (cf. 8:9–24; 13:6–12; 16:16–18). Este incidente es otro ejemplo de su poder sobre los demonios.
Este incidente claramente establece que la iglesia era un grupo plenamente identificado que había llegado a ser odiado y despreciado por los judíos.
12:3–4. La ejecución de Jacobo agradó a los judíos, de manera que Herodes arrestó y encarceló a Pedro durante los días de los panes sin levadura. Esta fiesta primaveral de siete días seguía inmediatamente a la de la pascua. Herodes se proponía sacarle (a Pedro) al pueblo después de la pascua. La “pascua” aquí se refiere a la combinación del festival de ocho días, que incluía la pascua misma, seguida de los siete días de la fiesta de los panes sin levadura. Herodes tenía por lo menos dos razones para ejecutar a Pedro. Primero, Pedro era conocido como dirigente de la iglesia. Segundo, había fraternizado con los gentiles.
19:13. Algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, quienes obviamente usaban gran variedad de encantamientos y métodos mágicos intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus demoniacos.
2:14–15. Pedro comenzó refutando p 138 la acusación de que estaban ebrios. Apenas eran las 9 a.m. (lit., la hora tercera del día; el día comenzaba a las 6 a.m.). ¡Era demasiado temprano para que un grupo de parranderos estuvieran borrachos!
Herodes se aseguró de que el encarcelamiento de Pedro fuera seguro, ¡entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen! Posiblemente esto significa que dos de ellos estaban encadenados a Pedro, uno a cada lado, y dos permanecían de pie montando guardia fuera de la cárcel (cf. vv. 6, 10). Posiblemente, cada uno de los cuatro escuadrones montaba guardia p 175 durante seis horas, ya que es posible que las autoridades recordaran que Pedro se había escapado con anterioridad (cf. 5:19–24) y Herodes no quería que esto volviera a ocurrir.
12:5. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. El contraste es obvio. Pedro estaba atado, ¡pero la oración corría libremente!
19:14. Se dice que Esceva era judío, y jefe de los sacerdotes. Pero tal vez él fue quien se autonombró así y Lucas simplemente registra su jactancia. O tal vez fuera en verdad un jefe sacerdotal cuyos siete hijos se habían extraviado siguiendo el exorcismo.
12:6. Pedro estaba tan confiado en el Señor, que aquella misma noche, antes del juicio, estaba … durmiendo (cf. 1 P. 2:23; 5:7). No tenía temor por su vida porque Cristo le había dicho que viviría hasta una avanzada edad (Jn 21:18).
12:7–10. Esta es la segunda vez que un ángel ayuda a Pedro a escapar (cf. 5:17–20). El ángel, despertando a Pedro, le dijo que se vistiera y lo siguiera fuera de la prisión. Dios obró de una manera sobrenatural, de manera que las cadenas se le cayeron de las manos. Los guardias permanecieron dormidos y después, el ángel abrió la puerta de hierro.
19:15. Puede haber algún significado en la variación de vbs. asignados a “conozco” usado por el espíritu malo (i.e., el demonio). Él dijo: A Jesús conozco (ginōskō, “conocer por interacción y experiencia”), y añadió sé quien es Pablo (epistamai, “tener conocimiento acerca de, entender”). Pero el demonio no sabía quiénes eran los hijos de Esceva.
12:11. Uno de los subtemas de Hechos es el crecimiento del evangelio a pesar de la oposición. Esto se ve en la liberación del apóstol. Cuando Pedro volvió en sí, animado por el aire fresco de la noche, reconoció la liberación que Dios le había dado de la mano de Herodes y de los judíos. Fue entonces que se dio cuenta de que no era una visión (v. 9).
2:16–21. En vez de estar ebrios, estaban experimentando lo descrito en . Como Pedro mismo dijo, esto es lo dicho por el profeta Joel. Esta cláusula no significa “Esto es como eso”; sino que en Pentecostés se cumplió lo que Joel había escrito. Sin embargo, no se cumplieron las profecías de Joel citadas en . La implicación es que el resto se verificaría si Israel se arrepentía. Este aspecto condicional se discute más ampliamente en el comentario de 3:19–23.
12:12. Este v. introduce al lector a Juan Marcos, quien figura en forma destacada en el primer viaje misionero de Pablo. Es evidente que su madre, María, era una mujer prominente que tenía dinero. Probablemente su casa era el lugar principal de reunión para la iglesia, de manera que debe haber sido espaciosa. Ya que no se menciona al padre de Juan Marcos, María pudo haber sido viuda. Se considera que este Marcos fue el escritor del evangelio que lleva su nombre (cf. Mr. 14:51–52; 1 P. 5:13).
19:16. En vez de ser exorcizado, el hombre poseído por el demonio adquirió una fuerza sobrenatural y saltó sobre todos los siete (amfoterōn normalmente significa “ambos” pero también puede aplicarse a “todos”), dominándolos. Los siete hijos huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Los demonios algunas veces pueden hacer que aquellos a quienes tienen poseídos adquieran poderes físicos poco comunes (cf. ).
12:13–17. La historia de la inesperada llegada de Pedro a la casa de Marcos está llena de humor e interés humano. Aquí también se hace evidente el gozo que es un subtema del libro de Hechos. Una muchacha … Rode, quien respondió al llamado que Pedro hiciera a la puerta … reconoció su voz. Aunque los santos estaban orando fervientemente (v. 5) por la liberación de Pedro, no esperaban una respuesta tan inmediata. Cuando Rode insistió en que Pedro estaba a la puerta, le respondieron ¡Estás loca!… ¡Es su ángel! Esta exclamación implica una creencia en los ángeles personales; i.e., los que están asignados a individuos (cf. Dn. 10:21; Mt. 18:10). También sugiere la creencia en que un ángel es igual en apariencia a la persona con quien está identificado.
Cuando vieron a Pedro, se quedaron atónitos (exestēsan; cf. 9:21). La mención que Pedro hace de Jacobo indica que éste tenía un lugar prominente en la iglesia de Jerusalén. Claramente se ve que este Jacobo era el medio hermano del Señor.
19:17–18. El resultado fue que sobrevino temor (o asombro, fobos) tanto a judíos como a gentiles (cf. 5:5) y alta estima por el nombre de Jesús (en contraste con el intento de usar su nombre para hacer el exorcismo; cf. 19:13). Muchos cristianos también habían estado involucrados en la hechicería y el espiritismo y abiertamente vinieron confesando y dando cuenta de sus hechos. El sustantivo que se traduce como “hechos” es praxeis, que probablemente describe dichos y fórmulas mágicas. El dar a conocer p 207 sus secretos podría hacer que perdieran sus poderes.
Después de darse a conocer a los hermanos, Pedro salió, y se fue a otro lugar pero no se sabe a dónde. Según 1 P. 1:1, es posible que fuera a Asia Menor. Posteriormente estuvo en Antioquía de Siria (Gá. 2:11). También Pablo menciona el ministerio itinerante de Pedro (1 Co. 1:12; 9:5).
2:22. Pedro dijo que las maravillas hechas por Jesús era lo que Dios había utilizado para verificar las afirmaciones del Señor de que era el Mesías entre vosotros, los judíos (cf. ; ).
12:18–19. Después de investigar acerca de la huida de Pedro, Herodes interrogó a los guardas y en consecuencia determinó llevarlos a la muerte. El monarca no dudó en justificar su violencia al razonar que los p 176 guardas que dejan escapar a los prisioneros son irresponsables e indignos de confianza. De esta manera, perdió 16 carceleros (cf. v. 4). Luego, Herodes salió de Judea para quedarse por algún tiempo en Cesarea, capital de la provincia romana de Judea, desde la cual el gobernador romano dirigía a la nación.
19:19. Además, muchos … quemaron sus manuales de magia. En la hechicería la gente, con la asistencia de demonios, busca dominar a otros. La palabra que se traduce por “piezas de plata” es en realidad argyriou, la cual simplemente significa “plata”. Por lo tanto, el valor de las monedas es desconocido. Pero cincuenta mil piezas de plata era una gran suma.
c. Muerte de Herodes Agripa I (12:20–23)
12:20–23. Tiro y Sidón pertenecían a la circunscripción del gobierno de Herodes. Por alguna razón, la gente de aquella región había incurrido en su enojo. Ya que esas ciudades dependían de Galilea en cuanto a la provisión de grano, deseaban hacer las paces con Herodes Agripa. Probablemente sobornaron a Blasto, que era camarero mayor del rey, para que propiciara una reconciliación. Y un día señalado, cuando Herodes estaba dando su discurso, el pueblo lo honró como a un dios, y Dios el Señor lo castigó con la muerte. Esto sucedió en el año 44 d.C. Este relato es paralelo al que da Josefo en Antigüedades de los Judíos (19. 8. 2). Después de la muerte de Herodes, Félix y Festo gobernaron sucesivamente Judea.
19:20. La iglesia purificada llegó a ser una iglesia poderosa y creciente. (La propagación de la palabra del Señor también se menciona en 6:7; 12:24; 13:49.) Con este sexto informe de avance, Lucas concluye otra sección de su libro (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 28:30–31).
Tres hijos de Herodes figuran en forma destacada en la última parte de la narración de Hechos. Ellos son: Drusila, esposa de Félix (24:24–26); Berenice (25:13, 23) y Herodes Agripa II (25:13–26:32).
d. Prosperidad de la iglesia (12:24)
2:23. El punto de este v. está claro. La crucifixión no fue un accidente. Fue el determinado consejo … de Dios (boulē, “plan”) y la voluntad divina expresa, no sólo una intención. Fue una necesidad divina (cf. 4:28). Cuando Pedro se refiere a vosotros significa los judíos y por inicuos tal vez se refiera a los gentiles, porque la palabra “inicuos” significa “sin ley” (anomōn). Tanto judíos como gentiles estuvieron implicados en la muerte de Cristo. Muchas veces, los apóstoles acusaron a los judíos de crucificar a Jesús (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 7:52; 10:39; 13:28) aunque también consideraban que los gentiles eran culpables (2:23; 4:27; cf. ).
D. Extensión de la iglesia a Roma (19:21–28:31)
12:24. Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba (cf. palabras similares en 6:7; 13:49; 19:20). A pesar de la oposición y de la persecución, el Señor soberanamente prosperaba la obra de su iglesia. Con este informe de avance, Lucas trajo a su fin otra sección de su escrito (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31). Desde Antioquía, el mensaje del evangelio estaba listo para seguir rumbo a Asia Menor.
B. Crecimiento de la iglesia en Asia Menor (12:25–16:5)
1. culminación del tercer viaje (19:21–21:16)
1. llamamiento y dedicación de bernabé y saulo (12:25–13:3)
12:25. Después de depositar en manos de los ancianos de Jerusalén (11:27–30) la ofrenda monetaria que llevaron a causa del hambre que se estaba sufriendo, Bernabé y Saulo regresaron a Antioquía y llevaron con ellos desde Jerusalén (Hch. 12:12) a Juan … Marcos (cf. 13:5), sobrino de Bernabé (Col. 4:10).
a. El disturbio de Éfeso (19:21–41)
2:24. La resurrección del Señor es una doctrina básica en Hechos (v. 32; 3:15, 26; 4:10; 5:30; 10:40; 13:30, 33–34, 37; 17:31; 26:23). Aquí hay otra indicación de que él es el Mesías porque era imposible que fuese retenido por … la muerte ().
[Primer viaje misionero, caps. 13–14]
13:1. La iglesia que estaba en Antioquía llegó a ser entonces la base de operaciones del ministerio de Saulo. Jerusalén seguía siendo la iglesia madre, pero la iglesia misionera era Antioquía, la cual quedaba en el río Orontes (V. “Mapa del primer viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 356). Además, Pedro dejó de ser la figura central para dar lugar a Saulo.
19:21. Este v. marca el tono que seguirá el resto del libro. La mira de Pablo estaba ahora puesta en Roma (vía Jerusalén) con la meta final de llegar hasta España (; ). Lucas no hace referencia a ese país porque uno de sus propósitos al escribir Hechos fue trazar el extendimiento del evangelio hasta que Pablo llegó a Roma, centro del mundo conocido. Muchos han observado que el evangelio de Lucas se enfoca en Jerusalén, mientras que Hechos pone énfasis en la salida del evangelio desde Jerusalén hacia Roma. Parece que esas dos ciudades son el punto focal de Lucas/Hechos.
La diversidad de trasfondos culturales de los dirigentes de la iglesia de Antioquía muestra la naturaleza cosmopolita que tenía. Bernabé era judío de Chipre (4:36). Simón también era judío, pero su sobrenombre latino Niger no solamente indica que era de tez oscura, sino que se movía en el ambiente romano. Tal vez fuera el Simón de Cirene que cargó la cruz de Cristo (Mt. 27:32; Mr. 15:21), pero esto es en gran manera cuestionable. Lucio era de Cirene, del norte de p 177 África (cf. Hch. 11:20). Manaén tenía contactos en círculos altos, porque se había criado junto con Herodes el tetrarca, o sea Herodes Antipas, quien decapitó a Juan el Bautista, y que humilló grandemente al Señor durante su juicio (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355). Alguien de su corte (Manaén) llegó a ser discípulo y otro (Herodes), un antagonista. Al final de la lista, porque era el último en este escenario, estaba Saulo, judío entrenado en las escuelas rabínicas. A pesar de que cada uno de ellos tenía distinto trasfondo, fungían como uno solo.
Tal vez el nombre de Bernabé aparezca primero en la lista porque, como delegado de la iglesia madre, tenía la posición de más influencia.
El texto dice: Pablo se propuso en espíritu (etheto jo Paulos en tō pneumati). Esto puede significar que fue en el propio espíritu de Pablo o bien en el Espíritu Santo. Puesto que el vb. significa “propuso” no “fue dirigido”, quizá se refiera al espíritu de Pablo.
13:2. Es evidente que Dios dio a conocer su voluntad en la iglesia a través de los profetas (cf. v. 1). Con frecuencia en Hechos, el Espíritu Santo dio instrucciones a los líderes establecidos por Dios (e.g. 8:29; 10:19; 13:4). Aquí dirigió a los cinco, mientras estaban ministrando … y ayunando, para que apartaran a Bernabé y a Saulo. Una vez más se subraya el principio de una pareja que trabaja junta. El vb. apartadme (aforizō) se usa en relación a tres separaciones en la vida de Saulo. La primera, en su nacimiento cuando fue apartado para Dios (Gá. 1:15). Otra, en su conversión, donde se dice que fue apartado para el evangelio (Ro. 1:1). Y la última cuando se dice que en Antioquía fue apartado para un servicio específico (Hch. 13:2).
2:25–35. Estos vv. incluyen cuatro pruebas de la resurrección y ascensión del Señor: (a) La profecía de y la existencia del sepulcro, de David (), (b) Los testigos de la resurrección (v. 32), (c) los eventos sobrenaturales de Pentecostés (v. 33), y (d) la ascensión del hijo de David que fue superior a él (; ).
13:3. Los dirigentes de la iglesia impusieron las manos a Bernabé y a Saulo y los despidieron. Este acto identificó a la iglesia con el ministerio que realizarían, así como con el reconocimiento de que Dios los dirigía (cf. la autoidentificación de Ananías con Saulo al imponerle las manos, 9:17). Dos de los más selectos líderes fueron enviados en esa primera misión.
Sin embargo, primero él deseaba visitar las iglesias de Macedonia y Acaya. Los propósitos de ese itinerario eran (a) confirmar a las iglesias y (b) levantar una ofrenda para los santos de Jerusalén.
2. gira en asia menor (13:4–14:28)
a. En Chipre (13:4–12)
19:22. Timoteo, que estuvo anteriormente con Pablo en Corinto (18:5), entra otra vez en escena. Él y Erasto fueron enviados a Macedonia, evidentemente para que hicieran preparativos para la llegada de Pablo, quien menciona a Erasto en .
13:4. Bajo la dirección del Espíritu Santo (cf. v. 2), primero descendieron a Seleucia, puerto a 26 kms. de Antioquía, y de allí navegaron a Chipre. Esa isla, conocida en el A.T. como Quitim (Gn. 10:4), era el lugar donde había nacido Bernabé (Hch. 4:36). Esto implica que él era quien iba dirigiendo el equipo (cf. el orden de los nombres en 13:2, 7).
La palabra Hades (hadēs en gr.) que aparece en los vv. 27 y 31 se refiere tanto a la tumba (como en este caso) como al mundo inferior de los espíritus que han partido.
13:5. Salamina era la ciudad más grande de la parte oriente de Chipre. Es evidente que en aquel lugar residía un número grande de judíos, porque Bernabé y Saulo anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas, no en una sinagoga.
19:23–24. Antes de la salida de Pablo, y como un incentivo para forzarlo a dejar Éfeso, hubo un alboroto. Acerca de la palabra el Camino, V. el comentario de 9:2.
Fue muy sabio ir a esos centros religiosos: (1) En ese tiempo se daba prioridad a que fueran los judíos quienes primero recibieran el evangelio (cf. Ro. 1:16; Hch. 13:46; 17:2; 18:4, 19; 19:8). (2) Los gentiles que asistían a la sinagoga serían campo fértil para sembrar el evangelio, porque ya estaban familiarizados con el A.T. y el anuncio del Mesías.
Juan Marcos, el sobrino de Bernabé (Col. 4:10), iba con ellos de ayudante (cf. Hch. 12:25). Lo que se trata de decir con la palabra “ayudante” (jypēretēn) es cuestionable. Probablemente ayudaba en la instrucción de los nuevos creyentes, en los bautizos (cf. 1 Co. 1:14–17), y en cualquier cosa que estuviera a su alcance.
Sólo en dos de los incidentes registrados en Hechos, los gentiles se opusieron a Pablo: (a) en esta ocasión y (b) en el caso de la adivina de Filipos (16:16–24). En ambos, la oposición se debió a que habían de por medio intereses monetarios.
13:6. No se registran los resultados del ministerio en Salamina. Pafos, a 160 kms. al sureste de Salamina, p 178 lugar donde estaba el gobierno provincial, fue el siguiente punto donde tuvieron ministerio. Lo que tuvo lugar allí tiene gran significado para el progreso del evangelio a los gentiles.
El punto que Pedro quería enfatizar es que puesto que David el patriarca y profeta murió y fue sepultado, no podría estar refiriéndose a sí mismo en . Más bien, estaba escribiendo acerca del Cristo (“el Mesías”) y su resurrección. El juramento () ve en retrospectiva a (cf. ). A este Jesús resucitó Dios y fue exaltado (cf. ; ) a la diestra del Padre (cf. ; ; ; ; ; ; ; ). Por eso, Jesús tenía la autoridad de enviar la promesa del Espíritu Santo (, ; , ; ; ), cuya presencia se hizo evidente por lo que habían visto (“lenguas … de fuego” ) y escuchado (“un viento recio” v. 2) y a través de los apóstoles que hablaban en otras lenguas (vv. 4, 6, 8, 11).
En Pafos, Bernabé y Saulo se encontraron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús. La palabra “mago” (magos) puede describir a un consejero o caballero honorable (e.g., los “magos” de Mt. 2:1, 7, 16); o puede referirse a un brujo fraudulento, como en este caso. Está relacionada con el vb. “practicar magia” (mageuō), usado con respecto a Simón (Hch. 8:9).
Eran dos las deidades de Asia Menor que llevaban el nombre de Artemisa. Una se adoraba en la cultura griega y su contraparte romana era Diana. Era la diosa virgen y reina de la cacería. La otra era Artemisa de los efesios, diosa de la fertilidad, que se caracterizaba por tener múltiples senos. Tal vez la estatua original era un meteorito parecido a una mujer con muchos senos (cf. 19:35).
13:7. Resulta que Barjesús era uno de los asistentes del procónsul Sergio Paulo. Este mago se sintió muy amenazado por el interés intelectual del procónsul en el evangelio. Los procónsules eran gobernadores designados por el senado romano. Por su lado, los procuradores eran nombrados por el emperador. En el N.T. se mencionan tres procuradores de Judea: Poncio Pilato (26–36 d.C.), Antonio Félix (52–59? d.C.), y Porcio Festo (59–62 d.C.).
13:8. El mago … procuró apartar de la fe al procónsul. El nombre Elimas ofrece algo de problema. Probablemente fuera la palabra semítica que significa “mago”, la cual se le dio, o que él mismo tomó como sobrenombre.
Un platero hacía estatuas (templecillos de plata) de la diosa de Éfeso, pero a causa del poder del evangelio, su negocio estaba a punto de fracasar.
13:9. Fue en aquel momento que Saulo (por primera vez se le llama Pablo) se puso al frente del grupo misionero y asumió el liderazgo. Probablemente era más agresivo y conocía mejor que Bernabé la mente de los gentiles. Desde entonces en adelante, Pablo fue el líder y su nombre se antepuso al de Bernabé, con excepción de las veces que estuvieron en Jerusalén (15:12, 25) y en 14:14.
Además, desde ese momento se le llamó con el nombre romano Pablo. Su apelativo judío solamente se usó para hacer mención de su vida anterior durante sus testimonios personales (22:7; 26:14).
p 208 19:25–27. Demetrio (v. 24) un platero, reunió a los otros obreros del mismo oficio y les exhortó a hacer algo en base al negocio que tenían en común (este nuestro negocio venga a desacreditarse) y a la religión (el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada). Este llamado a la acción basado en el culto a Diana es evidentemente una hipocresía, porque su interés era financiero más que otra cosa. Artemisa era adorada en muchas ciudades además de Éfeso y para ellos la afirmación de Pablo en el sentido de que no son dioses los que se hacen con las manos, arruinaría su oficio de hacer ídolos.
Así como David no hablaba de sí mismo en , tampoco lo hizo en . David no resucitó (, ) ni subió a los cielos (v. 34). El Señor es Jehová Dios, quien habló a mi Señor (de David), quien es Cristo, el Hijo de Dios.
13:10. En ar., Barjesús significa “Hijo de Jesús”. Pero Pablo le dijo que en vez de ser hijo de Jesús (que significa “Jehová es Salvación”), Elimas era hijo (juie, lit. “hijo”) del diablo. Pablo lo insultó usando lenguaje fuerte: Barjesús era enemigo de toda justicia, estaba lleno de todo engaño (dolou) y de toda maldad (rhadiourgias, “travesura inescrupulosa, obra que fácilmente engaña”, usado solamente aquí en el N.T.) y trastornaba los caminos rectos del Señor. La magia, obrar poderosamente con ayuda y control de los demonios, lo había llevado a engañar de muchas formas a otros y a distorsionar la verdad. El ocultismo es verdaderamente peligroso.
Este es el segundo de cuatro incidentes del conflicto con los poderes demoniacos y la victoria sobre ellos en Hechos (cf. 8:9–23; 16:16–18; 19:13–17).
19:28–29. Los plateros, enfurecidos contra Pablo por el discurso de Demetrio, instigaron una revuelta y … se lanzaron al teatro de Éfeso, el lugar más grande para llevar a cabo una asamblea popular en esa ciudad, el cual tenía asientos para 25,000 personas. Como muestra de su oposición, la gente prendió a Gayo y a Aristarco (cf. 20:4). Gayo era un nombre muy común; así que es dudoso que sea el mismo que se menciona en y . Aristarco también se nombra en y 27:2. Es evidente que ambos escaparon con muy poco o ningún daño.
13:11–12. A manera de castigo, Pablo dejó temporalmente ciego a Elimas. Este es el primer milagro de Pablo que se registra y se realizó en un judío que estaba impidiendo que se predicara el evangelio a un gentil.
Al ver el milagro, el interés de Sergio Paulo en la palabra de Dios (v. 7) floreció hasta convertirse en una fe genuina en Cristo. Es interesante notar que el nombre griego del procónsul y del apóstol es el mismo: Paulus.
19:30–31. Estos vv. son importantes no sólo por lo que directamente afirman, sino también por lo que implican. Pablo estaba ansioso de defender el evangelio, listo para enfrentarse a sus opositores. Pero los cristianos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia le impidieron verse envuelto en la revuelta. Ellos eran líderes políticos (lit. Asiarj̱ōn “gobernadores de Asia”), que estaban encargados del bienestar político y religioso de la comunidad. Deben haber tenido buenas relaciones con Roma y por lo tanto, este hecho nos da evidencia de que el cristianismo estaba bien visto por el gobierno.
p 139 Hechos registra cinco ocasiones en que algunos de los apóstoles dijeron ser testigos del Cristo resucitado (v. 32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31). ¡Ellos sabían de qué hablaban!
Este incidente es importante por tres razones: (1) Marca el principio del liderazgo de Pablo en este viaje; el v. 13 se refiere a “Pablo y sus compañeros”. (2) De ese punto en adelante, el ministerio se dirigió cada vez p 179 más a los gentiles. (3) Además, está lleno de analogías sutiles: un gentil llamado Paulo aceptó el mensaje, mientras que un judío se opuso a ello. La ceguera de los judíos ilustra la ceguera como juicio de Israel (cf. 28:26–27). De esta manera, Lucas pone énfasis en la naturaleza de Hechos como libro de transición. Por un lado, los gentiles llegaron a ser el objetivo principal del evangelio, y por el otro, temporalmente Dios se alejó de los judíos para castigarlos de esa manera.
b. En Antioquía de Pisidia (13:13–52)
19:32–34. En este pasaje se aprecia el sentido del humor de Lucas. Irónicamente, la concurrencia estaba confusa, y la mayor parte de ellos no sabían por qué se habían reunido. Como los judíos eran monoteístas y se oponían fuertemente a los ídolos, empujaron a Alejandro al frente, a fin de desligarse de los misioneros y explicar que la baja en el negocio de los ídolos de Diana no era culpa de los judíos. Sin embargo, el antisemitismo surgió con fuerza en la turba, que rehusó escuchar a un judío, y gritaron con frenesí casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
(1) La deserción de Juan Marcos 13:13. La excelencia del carácter de Bernabé se manifiesta por su aceptación de Pablo como dirigente. Así que, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan (i.e., Juan Marcos), apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Lo que motivó a Marcos a desertar está abierto a especulaciones: (1) Tal vez se haya desilusionado con el cambio de liderazgo. Después de todo, Bernabé, el que dirigía al principio del viaje, era su primo. (2) El nuevo énfasis que se puso en los gentiles debe haber sido un cambio muy grande para un judío palestino como era Marcos. (3) Posiblemente temía pasar por el peligroso camino a través de las montañas Taurinas que llevaban a Antioquía, a través de las cuales Pablo estaba decidido a viajar. (4) Hay algo de evidencia de que Pablo enfermó en Perge, posiblemente de malaria, ya que esa ciudad era foco de infecciones. Además, Pablo predicó a la gente de Galacia “a causa de una enfermedad” (Gá. 4:13). El equipo misionero debe haber ido tierra adentro, a una zona más alta, para evitar los riesgos de la malaria y Marcos, desanimado por ello, puede haber regresado a casa. (5) Algunos piensan que extrañaba su hogar. Su madre pudo haber sido viuda (Hch. 12:12) y tal vez el hijo se sentía solo, lejos de ella y de su casa. Cualquiera que sea la razón, Pablo consideró que era una deserción y una falta grave (cf. 15:38).
(2) El discurso en el primer sábado (13:14–41). 13:14. Antioquía quedaba en verdad en Frigia, pero era conocida como Antioquía de Pisidia porque estaba muy cerca de Pisidia. Al igual que otras ciudades como Listra, Troas, Filipos y Corinto, Antioquía era una colonia romana. Pablo visitó esas ciudades porque estaban situadas en puntos estratégicos.
19:35–39. El término escribano (gramateus, lit, “escriba”) no hace justicia al trabajo de este hombre. Realmente era el jefe ejecutivo de la ciudad. Cuando él se presentó, la gente escuchó.
13:15. La primera oportunidad que Pablo y Bernabé tuvieron para predicar fue en la sinagoga. En la reunión del sábado era costumbre leer dos porciones del A.T., una de la ley (el Pentateuco) y otra de los profetas. “La ley y los profetas” se refiere a todo el A.T. (cf. Mt. 5:17; 7:12; 11:13; 22:40; Lc. 16:16; Hch. 24:14; 28:23; Ro. 3:21). Es evidente que Pablo y Bernabé se habían dado a conocer a los principales de la sinagoga antes de la reunión. Después de que se leyeron las Escrituras, se les invitó a compartir alguna palabra de exhortación para el pueblo.
2:36. Este v. es la conclusión del argumento de Pedro. El sustantivo Señor, que se refiere a Cristo, probablemente es una referencia a Jehová. La misma palabra, kyrios, se usa para referirse a Dios en los vv. 21, 34, y 39 (cf. ). Esta es una fuerte afirmación de la deidad de Cristo.
13:16–25. Pablo aprovechó la oportunidad para afirmar que las expectativas veterotestamentarias acerca del Mesías se cumplieron en la persona de Jesucristo. Lucas registró algunos “sermones ejemplares” Pablo en Hechos (cf. 14:15–17; 17:22–31; 20:18–35). Éste, el primero de ellos que se registra, y el que se ha preservado más completo, ilustra la manera en que el apóstol Pablo predicaba a una audiencia con profundos conocimientos del A.T.
Primero, les recordó la posición de Éfeso como guardiana del templo de … Diana, y de la imagen venida del cielo. La última afirmación pudo haber sido una refutación sutil de la declaración (v. 26, “no son dioses los que se hacen con las manos”). Artemisa, argumentó él, no era obra de manos humanas. Entonces, ¿por qué preocuparse por la predicación de Pablo? Segundo, el escribano dictaminó la inocencia de Gayo y Aristarco, y de paso exoneró también a Pablo (v. 37). Tercero, señaló los métodos legales para obtener audiencias, que era a través de los tribunales, procónsules y asambleas legales (vv. 38–39). Esta asamblea no era legal.
El mensaje puede dividirse en tres partes, que se distinguen porque es p 180 donde usa el vocativo “varones” (13:16, 26, 38) y se bosqueja como sigue: (1) esperanza y preparación para la venida del Mesías (vv. 16–25), (2) rechazo, crucifixión y resurrección del Señor Jesús (vv. 26–37), y (3) aplicación y reto (vv. 38–41).
El apóstol comenzó con los vocativos, varones israelitas, y los que teméis a Dios (v. 16). Este llamado se dirige tanto a los judíos como a los gentiles, aunque quizá éstos no se habían convertido completamente al judaísmo. Es más, aunque eran adoradores del Dios de Israel (cf. vv. 26, 43), no habían recibido la salvación novotestamentaria. (La frase que se traduce “prosélitos piadosos” en el v. 43 debiera traducirse “adoradores”. Se refiere a adoradores paganos pero no prosélitos totalmente convertidos al judaísmo. En Hechos la frase se usa casi en un sentido técnico.)
19:40–41. Finalmente, ese oficial anónimo advirtió acerca de las implicaciones políticas si la ciudad era acusada de sedición. Les sería difícil dar p 209 a Roma una explicación lógica de la revuelta y la ciudad podía ser privada de algunas de sus libertades por causa de ello. De manera que Pablo fue absuelto de cualquier hecho impropio, ya fuera religioso o político.
Al hacer un repaso de la historia de Israel, Pablo mencionó los eventos y personajes claves: la estancia en tierra de Egipto (v. 17), el éxodo (v. 17), la peregrinación en el desierto durante cuarenta años (v. 18), la conquista y posesión de Palestina (v. 19; las siete naciones en la tierra de Canaán que Dios destruyó están enumeradas en Dt. 7:1), el período de los jueces (Hch. 13:20) y la monarquía bajo Saúl y David (vv. 21–22). La mención de David proporciona una transición fácil para referirse al Salvador … Jesús (v. 23) y a su predecesor Juan el Bautista (vv. 24–25). (Cf. el mensaje de Esteban en 7:2–47.) Los cuatrocientos cincuenta años (13:20) incluyen la opresión en Egipto (400 años), la peregrinación en el desierto (40 años), y la conquista de Canaán bajo la dirección de Josué (10 años).
2:37. Los vv. 37–40 contienen la aplicación del sermón de Pedro. La palabra compungieron (katenygēsan) significa “herir o punzar violentamente, aturdir”. Fue innegable la obra de convicción del Espíritu Santo (cf. ) en sus corazones.
13:26–37. Pablo, como Pedro (2:23, 36; 3:15; 4:10; 5:30; 10:39) y Esteban (7:52), directamente culparon a los judíos de matar a Jesús. Su resurrección, frecuentemente mencionada por sus seguidores en Hechos, fue atestiguada durante muchos días. Esta es la quinta vez que los apóstoles afirmaron en Hechos que habían sido testigos de la resurrección de Jesucristo (2:32; 3:15; 5:32; 10:39–41; 13:30–31).
Mientras Pablo estaba en Éfeso, escribió 1 Corintios, así como una carta anterior a los corintios, la cual no forma parte del canon bíblico (cf. ). Además, hizo una tercera visita a Corinto que no se registra en Hechos (cf. ; ; . “Contactos y Correspondencia” en la Introducción de 2 Co., Tomo 3 de este Comentario).
Las palabras resucitando (lit. levantando) a Jesús (v. 33), ¿se refieren a su resurrección o a su exaltación? Probablemente a lo último, por muchas razones: (1) Cuando la resurrección se menciona en el siguiente v., se explica como que fue de los muertos. (2) El mismo vb. “levantar” (anistēmi) se usa en el sentido de levantar en 3:22, 26; 7:37. (3) Un sinónimo (egeirō) se utiliza en 13:22 para referirse a la promoción de David al reinado. (4) La razón principal para pensar que se refiere a la exaltación de Jesús se debe al significado de el salmo segundo (Sal. 2:7). Ese pasaje del A.T., citado por Pablo (Hch. 13:33), describe el ungimiento del Rey, que se cumplirá en forma total en el milenio.
Pablo confirmó el hecho de la resurrección de Jesús de entre los muertos al citar Isaías 55:3 y Salmos 16:10 (Hch. 13:34–35). Anteriormente Pedro había presentado una argumentación similar de Salmos 16:10 (V. el comentario de Hch. 2:25–32).
b. Partida de Macedonia y Acaya (20:1–6)
13:38–39. Los apóstoles hablaron del perdón de pecados repetidas veces en Hechos (cf. 2:38; 5:31; 26:18). Hechos 13:39 fundamenta la tesis de la epístola de Pablo a los Gálatas, la cual probablemente fue escrita poco después de su primer viaje misionero y antes del concilio de Jerusalén (Hch. 15). (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos” en el Apéndice, pág. 357.)
p 181 13:40–41. Habacuc 1:5, citado en Hechos 13:41, es una advertencia apropiada de un juicio inminente. El profeta había dicho que Judá caería ante de Babilonia (Hab. 1:6), lo cual sería obra de Dios. Aquí Pablo dejó sin nombre la fuente del juicio sobre los judíos incrédulos de sus días. La advertencia de Pablo era: creed o seréis juzgados.
La pregunta que presentaron contiene un matiz de desesperación (cf. ). Si los judíos habían crucificado a su Mesías y él había sido exaltado, ¿qué les quedaba a ellos? ¿Qué podían y debían hacer?
20:1–2. Este segmento del tercer viaje misionero fue brevemente cubierto por Lucas. ; información adicional acerca de la escala de Pablo en Troas con propósitos evangelísticos y de su deseo de ver a Tito para obtener un informe de la iglesia de Corinto. Subsecuentemente, Pablo fue a Macedonia (cf. ), se encontró con Tito, y escribió 2 Corintios.
(3) La disputa en el segundo sábado (13:42–52). 13:42–43. Los dirigentes estaban interesados en el mensaje de Pablo y deseaban escuchar más al respecto. Algunos estaban dispuestos a aceptar el evangelio; Pablo y … Bernabé … les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.
13:44–45. El siguiente día de reposo … los judíos (i.e., los dirigentes judíos) movidos por celos … rebatían lo que Pablo decía (“rebatían” traduce el part. gr. blasfēmountes).
Durante ese tiempo, Pablo tal vez llegó tan lejos como Ilírico, que corresponde aproximadamente al territorio de la ex-Yugoslavia (; cf. ).
13:46. A fin de combatir la oposición judía Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios. La predicación apostólica fue notoria por su atrevimiento (V. comentario de 4:13).
Por diferentes razones, era necesario que los apóstoles fueran primero a los judíos. En primer lugar, porque la venida del reino terrenal dependía de la respuesta de Israel a la venida de Cristo (cf Mt. 23:39; Ro. 11:26). En segundo, porque sólo después del rechazo judío del evangelio, podía Pablo dedicarse a los gentiles. Tercero, el mensaje de Jesús es fundamentalmente judío, ya que el Mesías, el A.T. y todas las promesas pertenecen al sistema judaico. (Acerca de “a los judíos primero”, cf. Hch. 3:26; Ro. 1:16.)
20:3. Durante la estadía del apóstol de tres meses en Acaya, escribió Romanos (cf. ) desde Corinto.
2:38–39. La respuesta de Pedro fue directa. Primero les exigió: arrepentíos. Este vb. (metanoēsate) significa “cambiar de perspectiva”, “tener un cambio de parecer”, “dar media vuelta a la dirección de la vida”. Obviamente, esto resulta en un cambio de conducta, pero el énfasis está en la mente o perspectiva de la persona. Los judíos habían rechazado a Jesús; ahora tenían que confiar en él. En Hechos, el arrepentimiento en repetidas ocasiones, forma parte del mensaje de los apóstoles (v. 38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21; 26:20).
De manera que Pablo se volvió a los gentiles en Antioquía. Este patrón se repitió una y otra vez en cada ciudad hasta que Pablo llegó a Roma (cf. Hch. 13:50–51; 14:2–6; 17:5, 13–15; 18:6; 19:8–9). Allí, por última vez en Hechos, Pablo se volvió a los gentiles dejando a los judíos (28:23–28).
13:47. Al hacer este cambio hacia los gentiles, Pablo y Bernabé vieron el cumplimiento de la profecía de Isaías 49:6: Te he puesto para luz de los gentiles. Este pasaje del A.T. tiene por lo menos tres aplicaciones: para Israel (Is. 49:3), para Cristo (Lc. 2:29–32), y para Pablo, el apóstol a los gentiles.
Las asechanzas por los judíos contra Pablo eran con el propósito de asesinarlo en el barco y tirar su cuerpo al mar. De alguna forma, el macabro plan llegó al conocimiento de Pablo, y tomó la decisión de no ir directamente al Mediterráneo oriental sino de volver por Macedonia. Posiblemente él quería estar en Jerusalén para la pascua; pero ahora a lo más que podía aspirar era llegar para Pentecostés ().
13:48. Los gentiles … se regocijaban del rumbo que siguieron los acontecimientos y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Es difícil pasar por alto aquí la doctrina de la elección divina; las palabras “estaban ordenados”, vienen del vb. tassō, palabra militar que significa “poner en orden” o “asignar”. Lucas la usó aquí para mostrar que el decreto divino de elección incluía a los gentiles.
13:49–51. Las buenas nuevas se compartieron de manera que la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia (cf. 6:7, 12:24; 19:20). Pero los judíos tenían contactos en las esferas altas y los usaron para levantar una persecución contra Pablo y Bernabé, quienes de acuerdo con la instrucción del Señor (Mt. 10:14), sacudieron contra ellos el polvo de sus pies y dejaron la ciudad.
20:4–6. La mención de estos siete hombres implica lo que se afirmó en otro lado: Pablo estaba interesado en la colecta para los santos de Jerusalén. Éstos, como representantes de distintas iglesias, eran los encargados de llevar los fondos. Tres eran de Macedonia Sópater …, Aristarco y Segundo y cuatro de ellos eran de Asia, Gayo … Timoteo … Tíquico (cf. , ; ; ), y Trófimo (cf. ; ) y su punto de reunión fue Troas. En se dice que Gayo era de Macedonia, mientras que en 20:4 se dice que era de Derbe. Probablemente son dos hombres diferentes (cf. un tercer Gayo de Corinto, ).
13:52. Una vez más, el gozo se manifestó como fruto del evangelio (cf. v. 48; 2:46). Además, todos estaban llenos … del Espíritu Santo (cf. 2:4).
Surge un problema con el mandato “bautícese” y su relación con el resto de 2:38. Existen varios puntos de vista: (1) Que ambos, arrepentimiento y bautismo, dan como resultado la remisión de pecados. Si se acepta este punto de vista, el bautismo es esencial para la salvación. El problema con esta interpretación es que en el resto de las Escrituras el perdón de pecados está basado en la fe sola (, ; ; ; ; ; etc.). Además, Pedro, el mismo orador, hablando más tarde, prometió el perdón de pecados sobre la base de la fe sola (; ; ; ).
c. En Iconio (14:1–6)
En Lucas inserta otra de las secciones en que habla en primera persona del pl. Según el cap. 16, Lucas permaneció en Filipos y evidentemente estaba ahí hasta ese momento. Luego se reunió de nuevo con el equipo para acompañar a Pablo a Jerusalén. La fiesta de los panes sin levadura se celebraba en la primavera. Hicieron el viaje de 240 kms. desde Filipos hasta Troas en cinco días.
14:1–2. Este párr. (vv. 1–6) confirma los eventos que ocurrieron en Antioquía p 182 de Pisidia. El Espíritu de Dios estaba claramente prosperando el ministerio apostólico, como se hace evidente por la predicación tan efectiva, ya que creyó una gran multitud de judíos, y asimismo de griegos. Pero de nuevo hubo oposición (cf. el crecimiento y oposición en 13:49–50). El resultado de esa oposición se ve en 14:6.
14:3. La RVR60 traduce el conectivo oun con la frase por tanto. Esta conjunción presenta un poco de problema. Puede sugerir que para cuando surgió la oposición (v. 2) se proveyó de más oportunidad para la predicación. O también puede indicar que la oposición era una evidencia de la obra de Dios en los corazones de las personas (cf. 1 Co. 16:8–9), produciendo así más predicación. Probablemente lo último es preferible.
c. El discurso en Troas (20:7–12)
Una vez más se hace evidente el denuedo apostólico (cf. Hch. 4:13; 13:46).
(2) Una segunda interpretación traduce 2:38: “Bautizaos … sobre la base de la remisión de vuestros pecados”. La preposición que se usa aquí es eis, que en el caso acusativo, puede significar “a causa de, sobre la base de”. Se usa de esta manera en ; y . Aunque es posible que esta construcción signifique “sobre la base de”, esta no es la interpretación normal. Eis, en el caso acusativo, por lo general describe propósito o dirección.
La referencia a señales milagrosas y prodigios es una confirmación más del respaldo divino a este ministerio (cf. 2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 8:6, 13; 15:12). Más adelante, Pablo se refirió a estos milagros para dar valor a la realidad del evangelio entre los gálatas (Gá. 3:5). Por supuesto, aquí se asume la postura de que se refiere a Galacia del Sur con el término “Galacia” que se usa en esa carta. (V. Introducción a Gálatas para una discusión sobre los puntos de vista acerca de Galacia del sur y del norte, Tomo 3 de este Comentario). Acerca de la naturaleza confirmativa de los milagros, V. el comentario de 2 Corintios 12:12 (Tomo 3 de este Comentario) y Hebreos 2:3–4 (Tomo 4 de este Comentario).
20:7. Este es el v. más claro del N.T. que indica que el domingo era el día normal de reunión de la iglesia apostólica. Pablo se quedó en Troas durante siete días (v. 6) y la iglesia se reunió el primer día de la semana. El método de Lucas para contar los días aquí no es el judío, que mide el día desde la caída del sol hasta la otra puesta del sol, sino el romano, que contaba de medianoche a medianoche. Esto puede afirmarse con seguridad p 210 porque “el alba” (v. 11) era al día siguiente (v. 7).
14:4. Se hace referencia a la comitiva apostólica como los apóstoles. Y eso eran, porque la palabra significa “aquellos enviados con autoridad, en representación de otro” y estos hombres habían sido enviados por la iglesia de Antioquía del río Orontes (13:3) llevando su autoridad.
14:5–6. Cuando Pablo y Bernabé supieron de un complot para afrentarlos y apedrearlos … huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia. Se confirma en este pasaje la exactitud de Lucas como historiador. Aunque Iconio era también una ciudad de Licaonia, sus ciudadanos eran primeramente frigios. En localidad y naturaleza, Listra y Derbe eran de Licaonia (cf. “lengua licaónica” v. 11).
Probablemente la iglesia se reunía de noche porque la mayoría de la gente tenía que trabajar durante el día. Ya que Pablo iba a dejarlos, posiblemente por última vez, prolongó su discurso hasta la medianoche.
d. En Listra (14:7–20a)
(3) Un tercer punto de vista considera la cláusula y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo como un paréntesis. Hay diferentes factores que respaldan esta interpretación: (a) El v. hace una distinción entre los vbs. y sustantivos en sing. y pl. “Arrepentíos” es pl., igual que el pron. “vuestros” en la cláusula para perdón de los pecados (lit., “para remisión de vuestros pecados”, eis afesin tōn jamartiōn jymōn). Por lo tanto, el vb. “arrepentíos” debe de ir junto con el propósito del perdón de los pecados. Por otro lado, el imper. “bautícese” es sing., lo que lo deja fuera del resto de la oración. (b) Este concepto se ajusta a la proclamación de Pedro en , en la cual aparece la misma expresión “perdón de pecados” (afesin jamartiōn). Pero allí descansa sólo sobre la base de la fe. (c) En y el mismo escritor, Lucas, indica que el p 140 arrepentimiento resulta en la remisión de pecados.
(1) La superstición de los gentiles (14:7–18). 14:7. Pablo y Bernabé no fueron a Listra y Derbe simplemente para escapar de la persecución; también fueron para predicar el evangelio. La construcción verbal y allí predicaban el evangelio pone énfasis en una acción continua durante un cierto período de tiempo.
20:8–10. La presencia de muchas lámparas debió haber contribuido a una atmósfera soporífica, porque las lámparas consumían oxígeno. Quizá la aglomeración de gente agravó la situación.
14:8. En Listra, otra colonia romana, vivía por lo menos un paralítico desahuciado. Las deplorables circunstancias de aquel hombre se aprecian en las frases: imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Aparentemente no había sinagoga judía en Listra, de manera que Dios usó una forma diferente para introducir el evangelio a esa gente; por medio de la sanidad del inválido sin esperanza. Esta es la tercera vez que en Hechos se sana a un paralítico (3:1–10; 9:33–35).
14:9–10. La sanidad que Pablo realizó en aquel enfermo tiene gran parecido con la que Pedro hizo en el cap. 3. En ambos casos, la discapacidad era de nacimiento (3:2; 14:8). Ambos, Pedro y Pablo, primero miraron atentamente al que iban a sanar (3:4; p 183 14:9); en los dos casos, ambos hombres reaccionaron saltando y caminando (3:8; 14:10). Esto muestra que Pablo era igual a Pedro en su apostolado (cf. Introducción).
Un joven llamado Eutico (lit. “afortunado”) probó la veracidad de su nombre. Lucas, el médico, afirmó que Eutico fue levantado muerto después de que cayó de la ventana de un tercer piso. Era normal que los cuartos más grandes estuvieran en el piso superior de un edificio (V. el comentario de 1:13). Siguiendo las acciones de Elías y Eliseo (; ), Pablo abrazó a Eutico y el joven volvió a la vida.
14:11–13. La respuesta de la gente de Licaonia fue de creencia pagana. Ya que hablaban en su lengua autóctona, Pablo y Bernabé no podían entender lo que decían. El que atribuyeran deidad a Bernabé y a Pablo, probablemente puede basarse en una leyenda acerca de Zeus y Hermes que visitaron a una pareja de ancianos de Listra llamados Filemón y Baucis y que fueron ampliamente recompensados por su hospitalidad.
Zeus era el dios jefe y Hermes era el mensajero, equivalentes a los dioses romanos Júpiter y Mercurio, respectivamente. ¿Por qué, entonces, se hace referencia a Bernabé como Zeus cuando Pablo era el dirigente? La respuesta es que Pablo era quien hablaba, y por lo tanto, podía ser llamado Hermes. Bernabé, el más callado de los dos, podría verse como Zeus, el dios excelso que permanecía tras bambalinas.
20:11–12. Como parte de la comida participaron de la cena del Señor (partieron el pan y comieron; cf. v. 7) y la reunión continuó hasta el alba. Eutico, el joven afortunado (cf. vv. 9–10), fue llevado a casa vivo.
El don del Espíritu Santo es la promesa de Dios (cf. 1:5, 8; 2:33) para aquellos que se vuelvan al Señor, incluyendo a los judíos y sus descendientes, así como a los que están lejos, o sea, a los gentiles (cf. , , ). une el lado humano de la salvación (“arrepentimiento”) y el lado divino (llamare significa “elegir”; cf. ).
En una acción espontánea, el sacerdote de Júpiter … trajo toros y guirnaldas delante de las puertas de manera que la gente pudiera ofrecer sacrificios a Pablo y Bernabé. Las guirnaldas eran coronas de lana que se colocaban sobre los animales para el sacrificio.
14:14. Cuando … los dos apóstoles se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, se horrorizaron. El rasgar sus ropas fue una forma de mostrar su completo desacuerdo con la blasfemia. Generalmente, las rasgaduras llegaban hasta diez o doce cms. abajo del cuello de la ropa.
d. El discurso en Mileto (20:13–38)
14:15–18. Este mensaje, evidentemente predicado por ambos apóstoles (vb. pl. en el gr.), es otro sermón ejemplar. Muestra cómo aquellos primeros predicadores se dirigían a los paganos supersticiosos. En contraste, el primero de los mensajes de Pablo muestra cómo predicó a quienes conocían bien el A.T. (cf. 13:16–41).
Después de descartar su deidad, demandaron a sus oyentes que se convirtieran de sus dioses de vanidad al único Dios vivo, quien es el Creador de todo, y por tanto, supremo en todas las cosas (cf. 17:24; Ro. 1:19–20). Él se puede identificar no sólo por su creación del cielo y la tierra, sino también por su entrega providencial de sustento y de alegría.
20:13–15. Evidentemente, Pablo se quedó en Troas más tiempo del planeado al principio (v. 7). Para compensar el atraso, envió al resto del equipo por delante. El viaje por tierra de Troas a Asón es mucho más corto que por mar. Con ese arreglo, Pablo pudo quedarse un tiempo más en Troas. Ellos se embarcaron desde Asón a Mitilene … Quío … Samos y Mileto. Viajar las últimas tres etapas requería un día para cada una.
2:40. Las palabras de Pedro en este v. ven retrospectivamente a los vv. 23 y 36. Israel era culpable de un pecado horrendo; pero los judíos podían librarse individualmente del juicio de Dios para esa generación si se arrepentían (cf. ; ; ). Serían puestos aparte para Cristo y su iglesia, si tan sólo se disociaran de Israel.
Algunos interpretan Hechos 14:16 en el sentido de que Dios no va a juzgar a los gentiles que vivieron antes de la era apostólica. Sin embargo, el v. 16 debe interpretarse juntamente con el v. 17. Hasta la época de la iglesia, Dios no había dado una revelación directa a las naciones (i.e., a todas las gentes), de manera que eran responsables sólo de sus reacciones a la revelación general que se puede discernir en la creación (cf. el comentario de 17:27, 30 y Ro. 1:18–20).
(2) El apedreamiento de Pablo. 14:19–20a. Una vez más, algunos judíos se constituyeron en enemigos del evangelio de la gracia, e incitaron contra ellos a la multitud, la misma que acababa de tratar de hacer a Pablo y a Bernabé dioses. De manera que apedrearon a Pablo. Esta es la segunda de cinco veces que una multitud fue provocada a causa del ministerio de Pablo (cf. 13:50; 16:19–22; 17:5–8, 13; 19:25–34). No se afirma si Pablo estuvo o no muerto; probablemente quedó inconsciente y agonizaba (cf. 2 Co. 12:2–4). De cualquier forma, su recuperación fue tan rápida, que se consideró como un milagro. La referencia al p 184 apedreamiento que mencionó Pablo (2 Co. 11:25) indudablemente tomó en cuenta este incidente (cf. 2 Ti. 3:11).
20:16–17. Pablo evitó detenerse en Éfeso porque iba de prisa para estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén. Él sabía que le iba a llevar demasiado tiempo despedirse de sus muchos amigos de Éfeso. Mileto quedaba como a 48 kms. por tierra al sur de Éfeso, de manera que hizo llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso para que llegaran hasta allí. Es evidente que su embarcación hizo una escala de varios días en Mileto.
e. En Derbe (14:20b–21a)
14:20b–21a. El ministerio de los apóstoles tuvo éxito en la ciudad más remota al oriente de Asia Menor que fue alcanzada en ese viaje. El evangelio no enfrentó gran oposición, e hicieron muchos discípulos para el Señor Jesús (cf. 20:4).
20:18. Aquí principia otro “sermón ejemplar” de Pablo (cf. 13:16–41; 14:15–17; 17:22–31). Éste fue dado a dirigentes cristianos, hombres a quienes amaba profundamente y consta de tres partes: (a) un repaso de los tres años de ministerio que Pablo pasó en Éfeso (20:18–21), (b) una descripción de la situación presente (vv. 22–27), y (c) las responsabilidades futuras de los ancianos de Éfeso (vv. 28–35).
f. El regreso a Antioquía de Siria (14:21b–28)
c. Descripción de la primera iglesia (2:41–47)
14:21b–22. Tarso, la ciudad natal de Pablo, quedaba a sólo unos 250 kms. más allá de Derbe, pero los dos apóstoles regresaron por Asia Menor a fin de confirmar a las iglesias recientemente establecidas.
20:19. En Éfeso, como en otros lugares, los judíos habían conspirado contra Pablo, aunque el alboroto que se registra en se centra en la oposición de parte de los gentiles. Aquí, Lucas hace referencia a las asechanzas de parte de los judíos, pero no las detalla (cf. las palabras de Pablo en ; ; ).
Por medio de advertencias y promesas, Pablo y Bernabé fortalecieron (cf. 15:32, 41) y animaron a los creyentes. Con anterioridad, Bernabé había animado a los creyentes de Antioquía de Siria (11:23). Las advertencias consistían en la predicción de muchas tribulaciones y la promesa era la expectativa de que entrarían al reino de Dios. El último término ciertamente describe el reino escatológico de Cristo en la tierra.
14:23. Los creyentes no sólo recibieron edificación, sino también se les organizó. Pablo y Bernabé constituyeron ancianos en cada iglesia, que no eran novatos en la fe (1 Ti. 3:6). Probablemente eran judíos provenientes de las sinagogas, donde habían sido entrenados en las Escrituras. Así, los ancianos de las sinagogas llegaron a serlo de las iglesias.
20:20. El ministerio de Pablo por las casas (cf. 2:46) se contrasta con su ministerio público y probablemente se refiere a las iglesias que se reunían en los hogares. Si así fuera, cada anciano era el sobreveedor de una de esas iglesias de casa. Pablo hizo ambas cosas, predicar y enseñar.
14:24–28. Cuando los apóstoles regresaron a Antioquía (regresando a través de las provincias de Pisidia y Panfilia y predicando en Perge; cf. 13:13–14), dieron a la iglesia que los envió un informe completo de las grandes cosas que había hecho Dios con ellos. La cláusula cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles, es muy importante: (a) Muestra que el evangelio había llegado a los gentiles. (b) Que fue por medio del mensaje “por la fe” y no por las obras de la ley. (c) Que Dios lo hizo, porque él abrió la puerta.
2:41. Tres mil que creyeron fueron bautizados, mostrando así su identificación con Cristo. Este grupo de personas se unió inmediatamente a la fraternidad de los creyentes.
De esa manera termina el primer viaje misionero, que duró entre uno y dos años, y en el cual Pablo y Bernabé viajaron más de 1,120 kms. por tierra y 800 por mar. Pero más importante que todo, es que derribaron la pared intermedia que había entre judíos y gentiles (cf. Ef. 2:14–16). Los dos apóstoles habían sido encomendados por la iglesia de Antioquía a la gracia de Dios (cf. Hch. 15:40) y realmente vieron en operación esa gracia divina (cf. “gracia” en 13:43; 14:3).
20:21. En el gr., las palabras arrepentimiento y fe se rigen por un solo artículo. Esto puede implicar que ponen énfasis en dos aspectos de confiar en Cristo (cf. 2:38). Cuando una persona pone su fe en Cristo, en ese p 211 momento se está volviendo de (arrepentirse de) su anterior incredulidad. Este es el mismo mensaje tanto para judíos como para gentiles (cf. 19:10; ).
Probablemente Pablo escribió su carta a los Gálatas desde Antioquía, poco tiempo después de su primer viaje misionero y antes del concilio de Jerusalén (Hch. 15).
3. el concilio de jerusalén (15:1–35)
20:22. Aquí Pablo comenzó a describir circunstancias presentes (vv. 22–27). Las palabras ligado yo en espíritu, significan lit. “atado en el espíritu” (dedemenos … tō pneumati) y probablemente se refiere a la dirección del Espíritu Santo en la vida del apóstol (cf. ; ; ; ; ; ). La razón que Pablo tenía para ir a Jerusalén, aunque no se establece, evidentemente era para llevar la ofrenda de las iglesias para los santos necesitados de Jerusalén (24:17; cf. el comentario de 21:12–14).
a. Disensión concerniente a la circuncisión (15:1–2)
15:1–2. Algunos que venían de Judea a Antioquía pueden ser los mismos a quienes se hace referencia en Gálatas 2:12. Ellos insistían en que la circuncisión era esencial para la justificación. Tal vez basaban su teología en pasajes tales como Génesis 17:14 y Éxodo 12:48–49.
2:42. La actividad de la iglesia primitiva tenía dos características. Los creyentes, en primer lugar, siguieron firmes (proskarterountes), “perseverando en”, o “siguiendo en” (cf. 1:14; 2:46; 6:4; 8:13; 10:7; ; ; ) en la doctrina o enseñanza de los apóstoles. En segundo lugar, estaban en comunión, la cual se define con el partimiento del pan y … las oraciones. La omisión de “y” entre “comunión” y “el partimiento del pan y la oración” indica que estas dos actividades explican lo que es la comunión.
20:23. Ya Pablo había sido advertido por el Espíritu Santo, esto quiere decir por la gente que había sido dotada por el Espíritu con el don de profecía, que le esperaban prisiones y tribulaciones en Jerusalén. Él sabía que tendría problemas en esa ciudad cuando escribió . Aun así, estaba decidido a ir allá (cf. ; ).
De cualquier forma, iban a causar un grave cisma en la iglesia, y su enseñanza hizo que Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda p 185 no pequeña con ellos.
Los creyentes de Judea eran muy dogmáticos en su doctrina a pesar del hecho de que no tenían autoridad de la iglesia de Jerusalén. No se dice cómo explicaban el caso de Cornelio (Hch. 10) o la obra de Bernabé (11:22–24). Tal vez sentían que el caso de Cornelio era único, y que los creyentes de Antioquía mencionados en el cap. 11 eran tan insignificantes que no podían usarlos como ejemplo. Ahora que el movimiento se estaba convirtiendo en algo arrollador, esta era su forma de protestar.
20:24–25. Cuando estos vv. se leen juntos, se hace claro que la predicación del reino de Dios y del evangelio de la gracia de Dios están íntimamente relacionados. La obra de gracia de Dios capacita a los gentiles creyentes a tener tanto el privilegio de la salvación como para entrar en el reino milenial del Señor.
La iglesia de Antioquía sintió que era sabio discutir el asunto con los apóstoles y los ancianos de Jerusalén. Así que comisionaron a Pablo y Bernabé para esa tarea y sabiamente enviaron a algunos otros de ellos como testigos. Esos testigos iban a proteger a Pablo y Bernabé de ser acusados de distorsionar los hechos.
b. Discusión concerniente a la circuncisión (15:3–12)
Por causa de la advertencia recibida (v. 23), Pablo dio por sentado que los ancianos de Éfeso no lo verían más. La trad. de la RVR60 ninguno de todos vosotros, es un poco fuerte. En gr., se refiere a que todos ellos (como grupo) no verían de nuevo a Pablo (lit. “ninguno de todos vosotros [como grupo] verá más mi rostro”). Él no dijo que ninguno de ellos lo vería de nuevo (cf. el vb. pl. en v. 38). Su ambición era terminar su carrera, lo cual posteriormente dijo haber logrado ().
Quizá “el partimiento del pan” tiene que ver tanto con la mesa del Señor, como con las comidas comunitarias (cf. ; ; ; ; ).
15:3–4. Mientras los hombres de la delegación iban en camino a Jerusalén, informaban las buenas noticias acerca de la conversión de los gentiles, a los hermanos de Fenicia y Samaria. Una vez más la respuesta de la iglesia fue el gozo (cf. 2:46). Además, la iglesia de Jerusalén y sus dirigentes dieron la bienvenida a Pablo y Bernabé. Esta no era la actitud de los opositores.
15:5. El tema fue abiertamente expuesto por los fariseos creyentes. Es significativo que practicar la circuncisión implicaba la obligación de guardar toda la ley del A.T., como Pablo escribió posteriormente (Gá. 5:3). En última instancia, el método de justificación determina el método de santificación (cf. Col. 2:6).
20:26–27. De acuerdo con , Pablo declaró estar limpio de la sangre de todos los hombres de Éfeso (cf. el comentario de ). Él predicó a “todos los hombres” (cf. “todos … en Asia, judíos y griegos”, 19:10). Y el contenido de su predicación fue todo el consejo (boulēn, “propósito, plan”; cf. 2:23; 4:28; 13:36; ; ) de Dios. Es interesante notar que Pablo usó varias palabras para referirse a su papel de comunicar el evangelio: (a) “anunciar” (, ) que viene de anangello (“proclamar, anunciar”); (b) “enseñar” (de didaskō, v. 20); (c) “testificando” (v. 21) y “dar testimonio” (v. 24) ambos de diamartyromai (“dar testimonio solemne”); (d) “protesto” (martyromai, “testificar,” v. 26).
15:6–9. Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Además, muchos otros creyentes estaban presentes (cf. vv. 12, 22).
El problema de ninguna manera era pequeño; había mucha discusión (zētēseōs, que significa “búsqueda, debate, cuestionamiento”; se traduce por “discusión” en v. 2 y “cuestiones” en 1 Ti. 6:4; 2 Ti. 2:23 y Tit. 3:9). Pedro sabiamente permitió que esto siguiera durante un tiempo para evitar dar la impresión de que los resultados habían sido predeterminados. La fecha de ese concilio por lo general se asume que fue el 49 d.C. Cuando Pedro se refirió a que Dios escogió a Cornelio hace algún tiempo estaba viendo hacia atrás unos diez años (Hch. 10:1–11:18). El asunto sobre si el Señor aceptaba o no a los gentiles se había definido en aquel entonces. La evidencia de esto, dijo Pedro, era que Dios … dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo (10:44–46) lo mismo que hizo con los judíos (2:4; 11:15). Así que ninguna diferencia hizo Dios entre los judíos y los gentiles creyentes. Todos son aceptados por la fe.
20:28. En los vv. 28–35 Pablo se concentró en las responsabilidades futuras que enfrentarían los ancianos de Éfeso. Primero, les mandó a mirar (prosej̱ete, “atender” en el sentido de tener cuidado) por ellos mismos y por todo el rebaño. Es significativo que antes de que pudieran proveer para el rebaño, deberían cuidar de su propio bienestar espiritual.
2:43. Las maravilllas (terata, “milagros que sobrecogen”) y señales milagrosas (sēmeia “milagros que apuntan a una verdad divina”) confirmaron la veracidad de los apóstoles (cf. ; ). Ellos hicieron muchas “señales y maravillas” de ese tipo (; ; ; , ; ; ). Cristo también había hecho muchas “maravillas”, “señales” y “milagros” (dynameis, “obras poderosas”).
15:10. El pedir a los gentiles que se circuncidaran y obedecieran la ley mosaica hubiera dado dos resultados: (a) los judíos tentarían (peirazete) a Dios (cf. Dt. 6:16) y (b) pondrían sobre la cerviz de los discípulos un yugo imposible de llevar (cf. Mt. 23:4). Tentar a Dios es ver qué tan lejos se puede llegar con él (cf. Hch. 5:9). Poner yugo sobre la cerviz de los discípulos era una forma adecuada de declarar el segundo resultado, porque “tomar el yugo” se usaba para describir a los prosélitos gentiles que entraban al judaísmo; significaba una obligación.
Al discutir el asunto, Pedro no p 186 sólo hizo referencia a los gentiles, sino también a todos los creyentes que se sometían a la ley. El término “discípulos” era usado tanto para judíos como para gentiles.
Aquí se describe a los ancianos como obispos (episkopous, del vb. episkopeō, “ver por, cuidar de”). El término “anciano” en primer lugar tiene antecedentes judíos y subraya la dignidad del oficio, mientras que “obispos” es principalmente una palabra griega en su derivación y pone énfasis en la responsabilidad del oficio, i.e., “cuidar” de otros.
15:11. La declaración, seremos salvos, de igual modo que ellos, es sorprendente. Un judío bajo la ley diría lo opuesto y en un orden inverso (“son salvos como nosotros lo somos”), pero aquél que conoce la gracia de Dios, como Pedro, no hablaría así. La salvación para cualquiera, sea judío o gentil, es por la gracia de Dios (v. 11) y es por fe (v. 9; cf. Gá. 2:16; Ef. 2:8).
15:12. Bernabé y Pablo, quienes fueron los siguientes en dirigirse a la asamblea, describieron las grandes señales y maravillas (sēmeia y terata; cf. 2:43 [V. el comentario allí]; 5:12, 6:8; 8:6, 13; 14:3) que había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Esto convencería especialmente a los judíos (cf. 1 Co. 1:22), de manera que oyeron en silencio. Esta respuesta implicó que no argumentarían contra los testimonios de Pedro, Pablo y Bernabé.
El valor del rebaño, al cual iban a apacentar (poimainein, tiempo pres. del infinitivo, cf. ), está determinado p 212 porque Pablo lo define como la iglesia del Señor (i.e., la iglesia que le pertenece a Dios) y cuando se refiere a su adquisición (cf. ) por su propia sangre. En ninguna parte de la Biblia se habla de la sangre de Dios el Padre. El gr. aquí puede leerse “por la sangre de su propiedad,” es decir, su propio Hijo. La palabra gr. ganó significa “adquirió, obtuvo”.
c. Decisión concerniente a la circuncisión (15:13–29)
2:44–45. La “venta” de las propiedades y compartir las posesiones puede implicar que la iglesia primitiva esperaba el pronto regreso del Señor para establecer su reino. Esta es una razón para explicar por qué no continuó esa práctica. Tener en común todas las cosas no era socialismo ni comunismo, porque era un acto voluntario (cf. 4:32, 34–35; 5:4). Tampoco fueron distribuidos sus bienes equitativamente, sino que se ofrendaron para satisfacer las necesidades conforme éstas se iban presentando.
15:13–14. Jacobo, evidentemente cabeza de la iglesia en Jerusalén, tomó luego la palabra y resumió los argumentos. Él fue medio hermano de Jesús y escribió la epístola de Santiago.
20:29–31. Estos vv. explican la necesidad del mandamiento para los ancianos de cuidar de ellos mismos y del rebaño (v. 28). Falsos maestros, llamados lobos rapaces entrarían al rebaño, o aun algunos de ellos mismos, distorsionarían la verdad. La advertencia es confirmada por referencias subsecuentes a la iglesia de Éfeso (, ; ; ; ; ; ). De nuevo, Pablo demandó a los dirigentes: velad. Repetidas veces les advirtió del peligro del error doctrinal. A tal grado, que lo había hecho con lágrimas (cf. ).
Principió discutiendo la experiencia de Pedro (Hch. 10). Al hacer referencia a ese apóstol como Simón, usó el nombre que sería lógico usar en Jerusalén (el gr. dice Symeōn, una forma aun más judía de escribirlo, usado sólo aquí y en 2 P. 1:1 en el N.T.).
La frase por primera vez es crucial, porque afirma que Pablo y Bernabé no eran los primeros en ir a los gentiles. Como Pedro acababa de decir (Hch. 15:7–11), el asunto ya había sido decidido en cuanto a lo esencial (caps. 10–11) antes de que Pablo y Bernabé salieran en su primer viaje misionero.
20:32. Luego, Pablo los encomendó a Dios, y a la palabra de su gracia. Aunque confiar en Dios es esencial, esto debe ir acompañado de la obediencia a su palabra, la cual es capaz de llevarlos a la edificación (que va a sobreedificaros) y darles herencia con todos los santificados (cf. 26:18; ; ; ).
15:15–18. Es comprensible que el concilio deseara algo más que sólo testimonio de la experiencia. Querían saber cómo correspondía al testimonio de las Escrituras. Esa fue la prueba máxima.
2:46–47. Las actividades descritas en los vv. 42 al 47, podrían marcar una tendencia a separar a la iglesia del judaísmo tradicional; sin embargo, ellos seguían perseverando (proskarterountes; cf. v. 42) unánimes cada día (cf. v. 47) en el templo.
Para probar que la salvación de los gentiles sin la circuncisión es una doctrina veterotestamentaria, Jacobo citó Amós 9:11–12. Pero surgen muchos problemas con esta cita.
20:33–34. Pablo trabajó para proveer para sí mismo y para otros (cf. 18:3; ).
Uno de ellos es el texto. Jacobo citó un pasaje similar de la LXX (el A.T. gr.) que difiere del texto hebr. Amós 9:12 puede traducirse del hebr.: “Que ellos pueden poseer el remanente de Edom y todas las naciones que son llamadas por mi nombre”. Pero Jacobo usó el sustantivo de los hombres (o “de la humanidad”), no “Edom,” y el vb. busque y no “posea”.
Las consonantes hebreas para “Edom” y para “Adán” son idénticas (’ḏm). La confusión en las vocales (añadidas mucho después) es fácil de entender. La única distinción en el hebr. entre “posea” (yāraš) y “busque” (dāraš) es una consonante. El texto que Jacobo usó bien puede representar el original.
20:35. El trabajo difícil también capacitó a Pablo para ayudar a los necesitados (cf. ). Las palabras del Señor Jesús, … Más bienaventurado es dar que recibir no se encuentran en ninguno de los cuatro evangelios. Se originan en una tradición oral que se transmitió en la iglesia primitiva.
Otro problema, el mayor de ellos, tiene que ver con la interpretación. ¿Qué quiso decir Amós cuando escribió estos vv., y cómo usó Jacobo el pasaje? Varias observaciones deben tomarse en cuenta antes de interpretar el pasaje. (1) Jacobo no dijo que Amós 9:11–12 se cumplía en la iglesia; simplemente afirmó que lo que estaba sucediendo en la iglesia está en completo acuerdo p 187 con … los profetas del A.T. (2) La palabra “profetas” es pl., implica que la cita de Amós era representativa de lo que los profetas en general afirmaron. (3) El punto principal de Jacobo está claro: la salvación de los gentiles aparte de la ley no es contradictoria con los profetas del A.T. (4) Las palabras después de esto no se encuentran ni en el TM ni en la LXX; ambos tienen “en aquel día”. Cualquier interpretación del pasaje debe considerar estos factores.
Algunos estudiosos bíblicos interpretan estos vv. en tres maneras diferentes. Aquellos que sostienen la teología amilenial dicen que la casa reconstruida (skēnēn, “tabernáculo”) de David es la iglesia que Dios está usando para predicar a los gentiles. Mientras este punto de vista parece razonable, muchos factores se oponen a ello. El vb. volveré (anastrepsō), usado en Hechos 15:16, significa un verdadero regreso. Lucas sólo lo usó en 5:22 (“volvieron”) y aquí (no lo usó en su evangelio). En ambos casos, describe un regreso literal y corporal. Ya que el Hijo de Dios todavía no ha regresado físicamente, esta reedificación todavía no ha tenido lugar. (2) El ministerio presente de Cristo en el cielo no está asociado con el trono davídico en ninguna otra parte del N.T. Ahora está sentado a la diestra de Dios (Sal. 110:1; Ro. 8:34; Col. 3:1; He. 1:3; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22). Cuando regrese, se sentará en el trono de David (2 S. 7:16; Sal. 89:4; Mt. 19:28; 25:31). (3) La iglesia era un misterio, una verdad no revelada a los santos del A.T. (Ro. 16:25; Ef. 3:5–6; Col. 1:24–27), de manera que no puede hacerse referencia a ella en Amós.
20:36–38. Aquí se muestra el profundo amor que los ancianos sentían por Pablo. El resto del viaje a Jerusalén (21:1–25) está lleno de expresiones de amor para el apóstol. ¿Por qué se detuvo Lucas a incluir estos puntos? Lo hizo para contrastar la respuesta que Pablo recibió en tierras gentiles con la que le dieron los judíos de Jerusalén.
Uno de los subtemas de Hechos es el regocijo, porque una iglesia victoriosa es una iglesia que se goza. Esto se menciona en los vv. 46–47 y en muchas otras ocasiones (5:41; 8:8, 39; 11:23; 12:14; 13:48, 52; 14:17; 15:3, 31; 16:34; 21:17). Durante su comunión, partían el pan en las casas, y comían juntos (cf. 2:42) con alegría. (La palabra alabando [ainountes] se usa solamente nueve veces en el N.T., siete de p 141 las cuales son mencionadas por Lucas: , ; ; ; ; ; ; ).
Un segundo punto de vista del pasaje lo sostienen comúnmente los premilenaristas. De acuerdo a ese enfoque, existen cuatro movimientos cronológicos en el pasaje: la presente era de la iglesia (“para tomar de ellos pueblo para su nombre,” Hch. 15:14), el regreso de Cristo a Israel (v. 16a), el establecimiento del reino davídico (v. 16b), y la conversión de los gentiles a Dios (v. 17). Aunque el apóstol interpreta estos vv. de manera lógica, este punto de vista tiene algunas dificultades. (1) La cita comienza con las palabras “después de esto”. Los premilenaristas afirman que Jacobo usó esta frase para apoyar su interpretación del pasaje. Pero puesto que la cita comienza con “después de esto” Jacobo debe haber tomado en cuenta el sentido de Amós 9:11. Por lo tanto, esa frase no mira retrospectivamente a Hechos 15:14, sino a Amós 9:8–10, que describe la tribulación (“tiempo de angustia para Jacob,” Jer. 30:7). (2) Si la frase “después de esto” en Amós 9:11 se refiere a la era presente, entonces Amós predijo la iglesia en el A.T.
Un tercer punto de vista, también premilenial, puede ser más aceptable. Jacobo simplemente afirmó que los gentiles van a ser salvos durante el milenio, cuando Cristo regrese y reedifique el tabernáculo de David, que está caído, lo cual significa restaurar la nación de Israel. Amós no dijo nada de la supuesta necesidad de que los gentiles se circuncidaran. Varios factores apoyan esta interpretación: (1) Esto encaja con el propósito del concilio. Si los gentiles serán salvos durante la era del reino (el milenio), ¿por qué tienen que hacerse prosélitos del judaísmo a través de la circuncisión en la era de la iglesia? (2) Ese enfoque encaja con el significado de “en aquel día” de Amós 9:11. Después de la tribulación (Am. 9:8–10) Dios establecerá el reino mesiánico (Am. 9:11–12). Jacobo (Hch. 15:16) interpretó “en aquel p 188 día” como que significaba “en aquel tiempo cuando” Dios hará ésto (la tribulación), después hará aquéllo. En ese sentido es que Jacobo pudo decir “después de esto”. (3) Esta interpretación da significado a la frase “primera vez” en el v. 14. Cornelio y su casa fueron unos de los primeros gentiles que llegaron a formar parte del cuerpo de Cristo, la iglesia. La salvación de los gentiles culminaría en una gran bendición para ellos durante el milenio (cf. Ro. 11:12). (4) Varios profetas predijeron la salvación de los gentiles durante el milenio, como lo afirma Jacobo en Hechos 15:15 (e.g., Is. 42:6; 60:3; Mal. 1:11).
e. Los que querían disuadir al apóstol de ir a Jerusalén (21:1–16)
15:19–21. Como resultado de esa discusión teológica, Jacobo expuso una decisión práctica. Consideró que era razonable (krinō, lit. “juzgo”) que la iglesia no inquietara (parenojlein “inquiete”, sólo usado aquí en el N.T.) a los gentiles. Esto concuerda con los sentimientos de Pedro expresados en el v. 10. Sino (una conjunción adversativa muy fuerte), que sugirió que hicieran una carta estipulando una ética que no ofendiera a aquellos que se aferraban al A.T.
Los gentiles debían abstenerse de tres cosas: (a) comida contaminada por los ídolos, (b) inmoralidad sexual, fornicación, y (c) carne de animal ahogado y de sangre. Muchos maestros de la Biblia dicen que estos son sólo asuntos ceremoniales. La comida contaminada por ídolos se explica en el v. 29 como referencia a los alimentos que se sacrificaban “a ídolos” (cf. 21:25). Afirman que este es el mismo problema que Pablo discutió posteriormente (1 Co. 8–10). La abstinencia de inmoralidad sexual se explica como haciendo referencia a las leyes maritales de Levítico 18:6–20. La prohibición de comer sangre se toma como relacionada con Levítico 17:10–14. Entonces, de acuerdo con esta interpretación, las tres prohibiciones se refieren a la ley ceremonial judía.
21:1. Cada una de las escalas que se mencionan de Cos a Rodas a Pátara, representan evidentemente un día de viaje marítimo (cf. 20:13–15).
Lucas concluye esta sección con el primero de los siete informes de avance (cf. ; ; ; ; ; ): cada día otros eran salvos. ¡La iglesia creció rápidamente desde el principio!
Sin embargo, parece mejor tomarlas como asuntos morales. La mención de comida contaminada por los ídolos debe ser tomada en el mismo sentido que Apocalipsis 2:14, 20. Era una práctica común entre los gentiles usar el templo de sus ídolos para banquetes y celebraciones. Pablo también condenó la práctica de los cristianos que participaban en eso (1 Co. 10:14–22). La fornicación era un pecado tan común entre los gentiles, que era aceptada. El problema de inmoralidad proseguía entre los cristianos con frecuencia, como se testifica en los enunciados en su contra que aparecen en el N.T. (cf. 1 Co. 6:12–18, donde Pablo evidentemente estaba respondiendo a argumentos a favor de la inmoralidad). La tercera prohibición va más allá de Levítico 17, a Génesis 9, donde Dios estableció el pacto con Noé, un “contrato” que todavía tiene vigencia hoy. En él, Dios concedió a la humanidad el privilegio de comer carne, pero la sangre debía sacarse de ella.
Las tres prohibiciones de Hechos 15:20 se interpretan mejor en un sentido ético o moral. Si esto es así, siguen siendo responsabilidad del cristiano de hoy, aun el punto de no comer morcilla y carne cruda. Si dejaban de asistir a banquetes en los templos, o de involucrarse en fornicación, o de comer carne cruda, los gentiles cristianos estarían manteniendo altas normas morales y evitarían ofender a sus hermanos judíos. Había judíos en cada ciudad que podían sentirse agraviados porque los cristianos no cumplían esas condiciones, ya que estaban bien familiarizados con esos asuntos morales.
21:2. En vez de quedarse a bordo del barco que se detenía en un puerto cada tarde, Pablo abordó un barco que evidentemente era más grande y que haría el viaje a Fenicia sin escalas.
p 189 15:22. A toda la iglesia (cf. v. 12) se le permitió expresarse personalmente sobre este asunto. Es interesante que dos testigos fueron asignados para ayudar a Pablo y Bernabé y para proteger ambos lados (v. 2). Ellos confirmarían “de palabra … lo mismo” que estaba escrito (v. 27). Nadie podría decir que había una comunicación deficiente en este difícil asunto.
Silas fue uno de esos dos varones. Esto va de acuerdo con el estilo de Lucas que introduce sutilmente a alguien en escena, que posteriormente llega a ser un personaje principal (cf. v. 40). Estos dos enviados, también “profetas” (v. 32), pueden haber representado a dos corrientes de la iglesia de Jerusalén. Judas, probablemente hermano de José (cf. 1:23), representando a los hebreos; y Silas, ciudadano romano (cf. 16:37), a los helenistas.
21:3–4. Yendo al sur de Chipre … arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí, tarea que requería una semana (v. 4). La persecución de la iglesia en Jerusalén había esparcido a los creyentes hasta Fenicia (11:19), de manera que Pablo buscó a los hermanos de ahí.
15:23–29. La carta que enviaron los apóstoles y los ancianos, confirmó las decisiones del concilio. La admiración de la iglesia por Bernabé y Pablo se hace evidente por las palabras nuestros amados y el conocimiento que tenían de que Pablo y Bernabé habían expuesto su vida por el nombre (cf. el comentario de 3:16) de nuestro Señor Jesucristo (cf. 13:50; 14:5, 19). Es muy significativa la referencia que la carta hace al Espíritu Santo como el “promotor principal” de este discernimiento de la verdad.
B. Crecimiento de la iglesia en Jerusalén (3:1–6:7)
d. La delegación entre los gentiles (15:30–35)
Por el Espíritu los creyentes de Tiro decían a Pablo … que no subiese a Jerusalén. En vista de esta frase “por el Espíritu,” ¿estuvo Pablo equivocado de seguir su viaje a Jerusalén? Probablemente no estaba violando la voluntad de Dios por varias razones: (1) y 21:14 implican que era la voluntad de Dios que siguiera a Jerusalén (cf. 19:21). (2) El consuelo que Dios le dio (23:11) implica que Pablo no había rechazado obstinadamente la voluntad divina. (3) En 23:1 Pablo declaró que había vivido en toda buena conciencia hasta ese día.
15:30–35. Los miembros de la comitiva que representaba a la iglesia de Jerusalén descendieron (Antioquía está en un nivel de terreno más bajo que Jerusalén), junto con Judas y Silas, a Antioquía y … entregaron la carta. Los hermanos de Antioquía se sintieron muy animados por la carta y por la presencia de Judas y Silas, los profetas, que consolaron y fortalecieron aun más a la iglesia con un larguísimo mensaje.
Los santos de Antioquía apreciaron el ministerio de Judas y Silas y los despidieron con bendiciones. La palabra paz expresaba un deseo de bienestar en todas las áreas de su vida.
p 213 Entonces, probablemente las palabras “por el Espíritu” (21:4) indican que ellos sabían a través del Espíritu, que Pablo iba a sufrir en Jerusalén (cf. 20:23); por lo tanto, y debido a que estaban interesados en su seguridad, trataron de disuadirlo.
El v. 34 se omite en muchos mss. griegos importantes. Posiblemente un escriba lo haya agregado posteriormente a fin de explicar la elección de Silas (v. 40).
1. la iglesia enfrenta oposición (3:1–4:31)
En los meses siguientes, Pablo y Bernabé continuaron ministrando a los santos en Antioquía.
21:5–6. Este fue el primer contacto de Pablo con la iglesia de Tiro y aunque sólo estuvo con ellos una semana, se estableció un fuerte lazo de amor entre ellos. La escena de la partida no es tan conmovedora como la de Mileto (20:37), pero sí muy significativa.
4. confirmación de las iglesias en asia menor (15:36–16:5)
[Segundo viaje misionero, 15:36–18:22]
21:7. Luego el viaje siguió 36 kms. al sur a Tolemaida, la moderna Acre o Akka, para hacer una parada de un día. Quizá la iglesia de allí comenzó como resultado de las persecuciones mencionadas en 11:19; igual que como sucedió con la iglesia de Tiro.
a. Desavenencia entre Pablo y Bernabé (15:36–41)
15:36–41. Posteriormente, cuando Pablo le propuso a Bernabé que regresaran a confirmar a las iglesias establecidas en su primer viaje, Bernabé quiso que llevasen consigo a Juan. Pablo no estuvo de acuerdo con esa sugerencia, porque Marcos se había apartado de ellos anteriormente desde Panfilia (cf. 13:13). La discusión se convirtió en tal desacuerdo (paroxysmos, “provocar perturbación, alborotar, despertar”, raíz del vocablo español paroxismo) entre ellos, que se separaron el uno del otro. El Señor estaba controlando esa disensión, porque gracias a ella, se organizaron dos viajes misioneros en lugar de uno (V. “Mapa del segundo viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 358). Uno se dirigió a Chipre con p 190 Bernabé y Marcos, y el otro a Siria y Cilicia y en última instancia, a Europa con Pablo y Silas. Probablemente ambos, Pablo y Bernabé, estaban en lo cierto en su evaluación acerca de Marcos. Tal vez era demasiado pronto para que Marcos saliera a aventurarse con un apóstol progentil como Pablo. Pero Bernabé, con mucho discernimiento, vio buena madera en su primo Marcos (cf. Col. 4:10; 2 Ti. 4:11; Flm. 24; 1 P. 5:13). Posteriormente, Pablo habló de Bernabé en términos positivos (1 Co. 9:6; Col. 4:10). El apóstol Pablo debía mucho a Bernabé y parece que siguieron siendo amigos a pesar de su pugna en cuanto a Marcos.
a. La ocasión (cap. 3)
21:8–9. El viaje de 64 kms. a Cesarea puede haber sido por tierra o por mar; quizá fue marítimo, porque la ruta terrestre era difícil y el puerto de Cesarea era cómodo.
Ni Marcos ni Bernabé vuelven a mencionarse en Hechos; lo mismo se puede decir en cuanto a Pedro después del concilio de Jerusalén (Hch. 15).
La elección que Pablo hiciera de Silas (en gr.), cuyo nombre romano era Silvano (2 Co. 1:19; 1 Ts. 1:1; 2 Ts. 1:1; 1 P. 5:12), fue sabia porque (1) actuó como representante oficial de la iglesia de Jerusalén para llevar a Antioquía el decreto del concilio de Jerusalén (Hch. 15:22); (2) era ciudadano romano (16:37); (3) era profeta (15:32); (4) la iglesia de Antioquía lo conocía bien, de manera que ambos, Pablo y Silas, fueron encomendados por los hermanos a la gracia del Señor. (5) Ya que Silas fungió como amanuense de Pedro, debe concluirse que dominaba el idioma gr. (cf. 1 P. 5:12). El ministerio de Pablo y Silas incluyó confirmar a las iglesias (cf. Hch. 14:22; 15:32).
El anfitrión de Pablo allí fue Felipe el evangelista que fue uno de los siete (cf. 6:1–5) encargados de ministrar a las viudas de Jerusalén. Su obra evangelística se describió en el cap. 8. Evidentemente, se había establecido en Cesarea (cf. 8:40), aun cuando era la ciudad más romana de Israel. Cuando Pablo llegó, ya había radicado allí durante unos 20 años.
b. Reclutamiento de Timoteo (16:1–5)
16:1–3. Timoteo, cuyo hogar estaba en Listra, provenía de un matrimonio mixto; su madre era judía y su padre griego. Probablemente se haya convertido por el ministerio de Pablo durante la primera visita del apóstol a Listra (cf. 1 Ti. 1:2). Algunos sugieren que fue llevado a los pies del Señor gracias a la influencia de su abuela Loida y su madre Eunice (2 Ti. 1:5). De cualquier forma, llegó a ser protegido de Pablo. Debido a la buena reputación de Timoteo (Hch. 16:2), quiso Pablo que éste fuese con él, probablemente como ayudante como antes había sido Marcos. Sin embargo, había un problema. Los judíos a quienes Pablo iba a predicar, se ofenderían si sabían que un hombre con madre judía era incircunciso. De manera que Pablo le circuncidó. Aparentemente era incircunciso debido a la influencia de su padre.
Este tenía cuatro hijas doncellas (parthenoi, lit. “vírgenes”) que profetizaban. Este don espiritual, presente en la iglesia primitiva, no estaba limitado a los hombres (cf. ). Es raro que ellas no dijeran nada, tomando en cuenta todas las otras profecías concernientes a los sufrimientos que padecería Pablo en Jerusalén.
3:1. Aparentemente había varias horas de oración en el templo de Jerusalén, 9 a.m., al medio día, y a las 3 p.m. Tal vez aquí se refiera a las 3 p.m., porque eso ayuda a explicar el v. 4:3.
Esto parece contradecir el pensamiento de Pablo expresado en Gálatas 2:3–5, donde se rehusó a que Tito se circuncidara. Sin embargo, las situaciones eran diferentes. En Gálatas 2 el asunto que se trata es el método de justificación; aquí era una cuestión de no ofender (cf. 1 Co. 9:19–23). Por supuesto, el concilio de Jerusalén había determinado que la circuncisión no era necesaria para la salvación (Hch. 15:10–11, 19). En Hechos 16, Pablo actuó como lo hizo por el bien del ministerio y tomó una decisión sabia.
16:4. Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que se habían acordado en el concilio de Jerusalén (15:23–29). Asumiendo que Pablo escribió Gálatas después del primer viaje misionero, pero antes del concilio de Jerusalén, el informe de la decisión sería una confirmación fuerte del evangelio que él predicaba y de lo que había escrito en esa carta.
21:10–11. Un profeta llamado Agabo presentado en 11:28, descendió de Judea, evidentemente de Jerusalén, porque esa era su ciudad y Cesarea era de la provincia de Judea, hizo una ilustración dramática de cómo Pablo sería atado en Jerusalén. Los profetas frecuentemente dramatizaban sus predicciones (cf. ; ; ; ). El hecho de que Pablo iba a ser encarcelado era del conocimiento de muchos, incluyendo a Pablo mismo ().
16:5. Con otro informe de avance (cf. Introducción), Lucas cerró esta otra sección de su libro. La palabra confirmadas (estereounto, “hacer sólido o firme”), difiere de su sinónimo p 191 epistērizō (“fortalecer”; 14:22; 15:32, 41).
C. Crecimiento de la iglesia en el área del mar Egeo (16:6–19:20)
21:12–14. Después de que la gente escuchó esta profecía, le rogaron que no subiese a Jerusalén (cf. v. 4). Hasta Lucas se unió al ruego, como se deja ver con el uso de rogamos aquí. Pero el apóstol no se dejó disuadir.
3:2. La descripción de un hombre cojo de nacimiento pone énfasis en su condición sin esperanza. “Tenía más de cuarenta años” (4:22). Cada día … era traído por la gente a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna. Esta puede haber sido la puerta oriental del área del templo, la cual comunicaba el atrio de los gentiles con el de las mujeres.
1. llamamiento a macedonia (16:6–10)
16:6–7. Primeramente, la dirección de Dios fue en sentido negativo. Es evidente que la comitiva misionera primero intentó ir hacia el oeste de Asia, cuya ciudad principal era Éfeso. Así que viajaron a través de Frigia y la provincia de Galacia (cf. 18:23). Posiblemente esto debe entenderse como la región frigia de Galacia. Siguieron después al norte, a Misia oriental e intentaron ir a Bitinia, pero de nuevo el Espíritu les impidió que lo hicieran. No se declara cómo se manifestaron esos vetos divinos. Pudieron haber sido las circunstancias, una palabra de profecía, una visión, o cualquier otro fenómeno. De cualquier forma, Dios planeó que la gente de Éfeso y Bitinia escucharan el mensaje posteriormente (cf. 18:19–21, 24–19:41; 1 P. 1:1).
Aunque Lucas no lo dice en forma abierta, una razón por la que era importante que Pablo viajara a Jerusalén era porque llevaba la ofrenda para los creyentes de aquella ciudad (cf. 24:17; ; ; ; ; ). Pablo quería entregar esa donación para fortalecer una de sus doctrinas básicas, a saber, la unidad de los judíos y gentiles en Cristo (; ).
16:8–9. Por último, en Troas, ciudad portuaria del mar Egeo y cerca de la antigua ciudad de Troya, Dios dio a Pablo una dirección positiva por medio de una visión de noche. Macedonia era una provincia subordinada al senado romano, y corresponde a la región que actualmente se encuentra al norte de Grecia.
16:10. La primera de las secciones de Hechos escritas en primera persona del pl. comienza aquí, indicando que Lucas se unió al equipo de Pablo, Silas y Timoteo. Pero no se da a conocer cómo, por qué, y la localización precisa en que Lucas se unió al grupo.
21:15–16. La distancia desde Cesarea a Jerusalén es como de 104 kms. y se requerían dos días de viaje a caballo. Algunos piensan que la casa de Mnasón estaba a mitad del camino, donde Pablo y su equipo pasaron la noche. Pero es más probable que fuera residente de Jerusalén. Es interesante que este discípulo era de Chipre, la isla donde nació Bernabé.
2. conflictos en macedonia (16:11–17:15)
3:3–11. La sanidad sobrenatural de Dios al cojo realizada a través de Pedro y Juan (v. 7), junto con su reacción escandalosa (v. 8), atrajeron a una multitud. El autor dice: se llenaron de asombro y espanto de lo que había sucedido. Por eso, corrieron a reunirse en el pórtico … de Salomón, que era un pasillo de columnas que corría a lo largo del lado oriental del atrio exterior (cf. 5:12). Dos cojos más fueron sanados en Hechos (9:32–34; 14:8–10).
a. En Filipos (16:11–40)
2. encarcelamiento en jerusalén (21:17–23:32)
(1) La conversión de Lidia (16:11–15). 16:11. El viaje de Troas … a Samotracia, y … a Neápolis, ciudad portuaria de Filipos, fue rápido, implicando que el viento estaba a favor de ellos (cf. 20:6 donde el viaje en dirección opuesta les llevó cinco días).
16:12. De Neápolis, los misioneros viajaron 16 kms. siguiendo la vía Ignacia, que llevaba a Filipos, la cual Lucas describe como la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia romana. Claramente, Lucas manifestó orgullo por la ciudad que llegó a amar. Algunos dicen que allí creció y asistió a la escuela de medicina. Filipos, originalmente llamada Crenides (“Fuentes”), fue conquistada por Felipe de Macedonia y nombrada en honor a él. En el año 168 a.C. la ciudad llegó a ser posesión romana. Después que Marco Antonio y Octavio derrotaron a Bruto y Casio, asesinos de Julio César, cerca de Filipos en el año 42 a.C., la ciudad fue constituida colonia romana. Esto le dio privilegios especiales (e.g., menos impuestos) pero lo más sobresaliente fue que llegó a ser como una Roma “trasplantada” (cf. el comentario acerca de Filipos en la Introducción a Fil., Tomo 3 de este Comentario). El propósito principal de las colonias era militar, porque los gobernantes consideraron sabio tener ciudadanos y simpatizantes romanos establecidos en lugares estratégicos. Por ello, Octavio (quien llegó a ser Augusto César, primer emperador romano, en el 27 a.C.) colocó a más colonos (sobre todo exsoldados), en Filipos tras derrotar a Marco Antonio en el año 31 a.C. en Accio, que se encontraba en la costa occidental de Grecia.
a. La detención de Pablo (21:17–36)
p 192 16:13. La población judía de Filipos debe haber sido escasa, porque no había sinagoga. Se requerían diez varones judíos para que se estableciera una sinagoga. Un lugar donde solía hacerse la oración (cf. v. 16), el cual puede haber estado al aire libre o en un edificio sencillo, estaba localizado junto al río Gangites, como a dos kms. y medio al oeste de la ciudad.
3:12. Pedro evaluó la situación y aprovechó la oportunidad para predicar. Su mensaje incluyó: (a) una explicación (vv. 12–16) y (b) una exhortación (vv. 17–26).
Los misioneros presentaron el evangelio a las mujeres que se habían reunido allí.
(1) El voto de Pablo (21:17–26). 21:17–19. Tan pronto como fue posible, p 214 Pablo y su equipo tuvieron una audiencia con Jacobo, cabeza de la iglesia en Jerusalén (cf. 15:13–21), y con todos los ancianos de la misma. Lucas sólo menciona el informe de Pablo de lo que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio (cf. 14:27). Es probable que Pablo aprovechara la ocasión para entregar la gran ofrenda para los santos de Jerusalén (24:17) a Jacobo en presencia de los ancianos. Probablemente Lucas omitió este asunto del dinero porque su énfasis estaba en que el evangelio había pasado de los judíos a los gentiles.
16:14. Lidia era una vendedora de tela de color púrpura. Ese color procede de un molusco llamado múrice, o de la raíz de una planta. Ella era de Tiatira, ciudad conocida por su comercio en Asia Menor (cf. el comentario de Tiatira en Ap. 2:18–29). Era una adoradora de Dios, término usado para referirse a los gentiles (e.g. Cornelio [Hch. 10:2], aquellos en Tesalónica [17:4] y Atenas [17:17]) que no eran prosélitos del judaísmo, pero que sí adoraban a Jehová. Aun así, no pertenecían a la iglesia del N.T., el cuerpo de Cristo. El Señor abrió el corazón de ella (cf. Lc. 24:45) para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Una vez más, Lucas resalta la soberanía de Dios en la salvación (cf. Hch. 13:48).
16:15. Luego, Lidia fue bautizada, aparentemente enseguida de manifestar su fe en Cristo. Los miembros de su familia probablemente se refiere a los sirvientes así como a sus hijos, si es que era viuda. Otras personas que vinieron al conocimiento de Cristo junto con sus casas fueron Cornelio (10:24, 44), el carcelero de Filipos (16:31), Crispo (18:8), Aristóbulo (Ro. 16:10), Narciso (Ro. 16:11) y Estéfanas (1 Co. 1:16).
21:20–21. Cuando los dirigentes de la iglesia de Jerusalén oyeron del ministerio de Pablo entre los gentiles, glorificaron a Dios. Indudablemente se incluyeron acciones de gracias por las ofrendas enviadas por los gentiles para los creyentes judíos de la ciudad (V. el comentario de los vv. 12–14).
Que era adinerada es evidente por el tamaño de su casa. Debe haber sido lo suficientemente amplia como para hospedar a cuatro hombres así como al resto de su familia sin causar problemas (cf. Hch. 16:40).
(2) La liberación de la adivina 16:16–18. Algunos hombres estaban explotando a una muchacha que estaba poseída por un demonio y que tenía la habilidad de predecir el futuro. Las palabras castellanas espíritu de adivinación son traducción de dos palabras griegas, “un espíritu, una pitonisa”. Este último concepto se originó en la ciudad griega de Delfos, donde se creía que el dios Apolo había tomado forma corporal en un pitón. La primera sacerdotisa de Delfos se decía que estaba poseída por Apolos y por lo tanto, tenía la capacidad de predecir el futuro. De modo que cualquiera que estuviera poseído por un espíritu de pitón podía predecir eventos venideros. Sin duda, un verdadero demonio era el que daba a una persona semejantes poderes predictivos. Los demonios sacan ventaja de la adoración a los dioses falsos (cf. 17:23; 1 Co. 10:20).
3:13–15. El apóstol atribuyó a Jesús el poder de la sanidad y lo describió como el “Siervo” (NVI) Jesús (cf. v. 26; 4:27, 30). Este nombre recuerda el título “el Siervo de Jehová” que se menciona en ; ; ; . Es interesante que en la LXX en se usan dos formas del vb. entregasteis (paradidōmi). El siervo humilde (cf. ) fue exaltado (ha sido glorificado; cf. ; ; ; ; , ) por el Dios de los ancestros de los judíos, Abraham … Isaac y … Jacob (cf. ; , ; ; ; ; ). Pedro puso un fuerte énfasis en las tres contradicciones de la conducta de la gente (3:13–15). Primero, dijo que los judíos fueron quienes pidieron la muerte de Cristo ante Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. En segundo lugar, los judíos negaron al Santo y al Justo y pidieron la libertad de un homicida. Tercero, Israel mató al Autor de la vida pero Dios lo ha resucitado de los muertos. Los títulos que Pedro da a Cristo son interesantes: “su Siervo Jesús” (NVI), “al Santo y al Justo” (cf. ) y el “Autor de la vida” (cf. ). En el tercer título se hace más fuerte la ironía: mataron al Autor de la vida, ¡pero él fue levantado a vida de entre los muertos! (V. el comentario de acerca de la resurrección de Jesús. Para los testigos de la resurrección, V. 2:32.)
Mientras que había regocijo por el informe de Pablo, también había preocupación acerca de la reputación del apóstol entre los creyentes judíos, quienes estaban celosos por la ley, ya que se había propagado un informe claramente falso con respecto a Pablo. Era verdad que Pablo enseñaba a los gentiles en el sentido de que religiosamente era innecesario circuncidar a sus hijos y no les enseñaba las costumbres judías. Sin embargo, él nunca enseñó a los judíos … diciéndoles que no circuncidaran a sus hijos o que dejaran de observar las costumbres judías.
La muchacha siguió a Pablo y a los otros y daba voces (tiempo imperf.) declarando quiénes eran: siervos del Dios Altísimo y lo que predicaban: el camino de salvación. Aunque sus palabras eran ciertas, el evangelio de Cristo podía verse dañado al ser relacionado con una muchacha esclava poseída por un demonio. De manera que, después de muchos días … Pablo exorcizó al demonio hablando directamente al espíritu. (Otros casos de victoria sobre lo oculto en Hechos están registrados en 8:9–24; 13:6–12; 19:13–20.)
(3) La conversión del carcelero (16:19–34). 16:19–21. Las colonias romanas estaban dirigidas por dos gobernadores llamados en latín douuiri. El término magistrados traduce la palabra gr. p 193 stratēgois, que es el equivalente a la palabra latina.
21:22–24. Jacobo y los ancianos sugirieron que Pablo observara los ritos de la purificación junto con cuatro hombres que tenían obligación de cumplir voto y que además, pagara sus gastos. Esto fue con el propósito de aplacar a los creyentes judíos. No se declara que Pablo haya logrado esto, porque no era ése el propósito de Lucas.
La acusación de los amos de la muchacha esclava contra Pablo y Silas fue obviamente perjudicial. Poco antes de este incidente, el emperador Claudio había expulsado a los judíos de Roma (18:2) y Filipos, por ser una colonia romana, podría haber adoptado el mismo sentimiento antisemita. Esto también ayuda a explicar por qué Timoteo y Lucas no fueron acusados ante las autoridades. Timoteo era medio gentil (16:1) y Lucas probablemente era gentil.
Además, Pablo y Silas fueron acusados de alborotar a la ciudad al enseñar costumbres que no les era lícito recibir ni hacer, pues eran romanos. Roma permitía que la gente de las colonias tuviera su propia religión, pero que no hicieran proselitismo entre los ciudadanos romanos. Los dirigentes civiles no podían distinguir entre el judaísmo y el cristianismo (cf. 18:14–15), de manera que podían ver que la predicación de Pablo y Silas era una infracción flagrante de la ley imperial.
Los detalles de ese voto se desconocen. Sólo se puede especular lo que Pablo debía hacer. Evidentemente, los cuatro hombres habían hecho un voto de nazareo, al término del cual se requería que cada uno de ellos presentara algunos sacrificios costosos (cf. ). Es obvio que aquellos hombres eran demasiado pobres como para pagarlos y se pidió a Pablo que sufragara el gasto de sus sacrificios, mostrando así simpatía por los celosos de la ley.
3:16. La sanidad del cojo vino como resultado de su fe en el nombre de Jesús. La fe también fue evidente en muchos a quienes Jesús sanó p 142 (e.g. ; ; ). En los tiempos bíblicos, se consideraba que el nombre de una persona lo representaba a él y a sus características. Lucas mencionó el nombre (de Jesús) por lo menos 33 veces en Hechos (cf. , ; , ; , , , ; , ; etc.).
16:22. Impulsados por el pueblo … los magistrados … ordenaron azotarles con varas. El vb. que se traduce por azotarlos viene de rhabdizō, que lit. significa “azotar con vara”. Esta es una de las tres veces que Pablo en 2 Corintios 11:25 menciona haber sido azotado. Ese texto es el único otro vez donde aparece este vb. en el N.T.
16:23–24. Pablo y Silas fueron cruelmente azotados y luego el encargado los metió en el calabozo. ¡Qué recepción recibieron en la primera ciudad europea donde predicaron el evangelio! El carcelero tenía órdenes estrictas y no iba a permitir que escaparan, de manera que los mandó a la celda de más adentro (posiblemente una mazmorra, o por lo menos la más segura), y les aseguró los pies en el cepo.
¿Estaba equivocado Pablo al entrar en esos arreglos, que eran parte específica de la ley? Puede decirse que no por varias razones: (1) Pablo mismo había hecho previamente un voto de nazareo (). (2) Posteriormente, delante de Festo se refirió a este incidente sin mostrar vergüenza (24:17–18). (3) Esta acción de parte de Pablo sólo confirmó uno de los principios de su ministerio, que era hacerse como judío para ganar a los judíos, y hacerse como uno bajo la ley para ganar a quienes estaban bajo la ley (). (4) Una de las metas de Pablo para realizar el viaje a Jerusalén, aparte de ayudar a los pobres, era unificar a judíos y gentiles. (5) El apóstol no estaba negando la obra consumada de Cristo en la cruz al ofrecer sacrificios de animales. Las epístolas que Pablo ya había escrito para entonces (Gá., 1 y 2 Ts., 1 y 2 Co., Ro.) habían puesto en claro que una negación semejante sería incomprensible. Debe entenderse que él consideró estos sacrificios como conmemorativos. Después de todo, ese será el significado de los sacrificios durante el milenio p 215 (; ; ). (6) Posteriormente, Pablo afirmó que nunca había violado su propia conciencia ().
16:25. El hecho de que Pablo y Silas estuvieran cantando en el interior de la prisión da significado especial al tema del gozo en Hechos (cf. Salmos 42:8; “de noche su cántico estará conmigo”). Su oración e himnos no solamente eran escuchados por Dios, sino también los presos los oían.
16:26. Esta liberación sobrenatural recuerda al lector las experiencias paralelas de Pedro (cf. 5:18–20; 12:3–11). Lo que sucedió esa noche fue algo poco común para una cárcel. Hubo un terremoto que hizo que la cárcel se sacudiera, las puertas se abrieron y las cadenas cayeron de todos los prisioneros.
21:25–26. Una vez más, se repitió la decisión del concilio de Jerusalén (cf. 15:20, 29). Los ancianos aseguraron a Pablo que su plan (mencionado en 21:23–24) no tenía conflicto con la decisión original del concilio. Entonces Pablo siguió las instrucciones de ellos y se purificó con los cuatro hombres (vv. 23–24). Esto no está en conflicto con la enseñanza paulina de que judíos y gentiles no pueden ser salvos por la ley. Este era asunto de costumbre judía, no de salvación o de santificación.
16:27–28. Puesto que el carcelero era responsable de cualquier evasión de los presos (cf. 12:19), sacó la espada y se iba a matar. Mas Pablo, viendo lo que quería hacer, le confirmó que los prisioneros no habían huido. Tal vez los otros estaban tan impresionados con el Dios de Pablo y Silas, que no se atrevieron a hacerlo.
3:17–18. Aquí principia la exhortación de Pedro. El pueblo y sus gobernantes (cf. ) habían actuado por ignorancia (cf. ; ; ), en el sentido de que no reconocieron quién era Jesús en realidad. Así que Dios les daba otra oportunidad de arrepentirse. Aunque ellos lo crucificaron en ignorancia, el sufrimiento de Cristo cumplió las promesas veterotestamentarias (cf. ; ).
16:29–30. Llegando a la celda de Pablo y Silas, el carcelero, temblando … sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Esta pregunta está llena de significado. Él debe haber sabido a qué se refería. Indudablemente había escuchado la historia de la muchacha esclava y su anuncio de que estos hombres eran siervos de Dios que traían el mensaje de salvación (v. 17). Posiblemente también las oraciones y cánticos de Pablo y … Silas (v. 25) habían llegado a sus oídos. El sorprendente terremoto, con la subsecuente oportunidad para que escaparan los prisioneros y las palabras de seguridad de Pablo, todo esto p 194 lo movió a inquirir cómo podía salvarse.
(2) La violencia de la gente (21:27–36). 21:27. La oposición a Pablo no vino de los creyentes, sino por parte de unos judíos (incrédulos) de Asia, lugar donde el evangelio había gozado de gran éxito. Estos hombres, que estaban en Jerusalén para celebrar la fiesta de Pentecostés, inmediatamente reconocieron a su enemigo en el templo e incitaron a toda la multitud y le echaron mano. Esta es la sexta vez que una multitud fue incitada a causa del ministerio de Pablo (14:19; 16:19–22; 17:5–8, 13; 19:25–34).
16:31–32. El v. 31 es un pasaje clave para el mensaje de la salvación por la fe sola. Todo lo que se necesita para ser justificado es fe en el Señor Jesucristo. El carcelero preguntó qué debía hacer. La respuesta fue que no tenía que hacer obras; solamente necesitaba creer en Jesús quien es el Señor.
Las palabras y tu casa significa que los miembros de su familia que tenían suficiente edad para creer, serían salvos (cf. v. 34) al confiar en Cristo; cada uno de ellos tenía que creer para ser salvo.
21:28–29. Estos cargos, claramente falsos, que trajeron contra Pablo eran similares a aquellos que se levantaron contra Esteban (6:11, 13–14). Cuando lo acusaron de introducir a griegos en el templo asumieron algo que era falso. Un acto semejante a ojos de los judíos habría profanado ese santo lugar. Se permitía que los gentiles entraran en el patio de los gentiles, pero no más adentro. Se han encontrado dos inscripciones en la balaustrada que separaba el patio de los gentiles del resto del templo. En ellas, se advierte a los gentiles que serían responsables de su propia muerte, lo cual seguramente ocurriría si traspasaban la barrera (cf. )
16:33. El carcelero les lavó las heridas a Pablo y Silas (cf. v. 23). Era inconcebible que un carcelero hiciera algo así con sus prisioneros. Luego, por el bautismo de agua dio testimonio él con todos los suyos de que sus pecados habían sido lavados.
3:19–21. La exhortación de Pedro, así como hizo en su sermón de Pentecostés (2:38) fue un llamado al arrepentimiento. ¿Acaso estaba Pedro diciendo aquí que si Israel se arrepentía, se establecería en la tierra el reino de Dios? Esto debe responderse en forma afirmativa por varias razones: (1) La palabra restauración (3:21) está relacionada con la palabra “restaurarás” de 1:6. En 3:21, está en forma de sustantivo (apokatastaseōs) y en 1:6 es un vb. (apokathistaneis). Ambas ocasiones se refieren a la restauración del reino de Israel (cf. ; ). (2) El concepto de restauración es semejante al de regeneración cuando se usa en relación con el reino (cf. ; ; ; ). (3) Las cláusulas de propósito son diferentes en y 20. En el v. 19, para que traduce pros to (algunos mss. tienen eis to) con un infinitivo. Esto apunta hacia un propósito cercano. Las otras dos veces que se usa que en los vv. 19b y 20, son traducción de una construcción diferente (jopōs, con vbs. subjuntivos) y se refieren a propósitos posteriores. Así, el arrepentimiento resulta en perdón de pecados, que es el propósito cercano (v. 19a). Luego, si Israel como un todo se arrepentía, un segundo propósito más remoto, se cumpliría con la venida del reino (tiempos de refrigerio en la segunda venida del Señor). (4) El hecho de que Dios enviara a Cristo, que significa Mesías (v. 20) implica la venida del reino. (5) Los profetas del A.T. “han anunciado estos días” (v. 24; cf. v. 21). Los profetas veterotestamentarios no profetizaron la iglesia; para ellos era un misterio (; ). Pero, frecuentemente hablaron de la edad de oro mesiánica, o sea, del milenio.
16:34. Además, ¡llevó a los exprisioneros a su hogar y les puso la mesa! Y se regocijó con toda su casa. Una vez más, se manifiesta el gozo como evidencia del evangelio victorioso.
Esta regla estaba tan profundamente arraigada, que los romanos dieron permiso a los judíos de cumplir esta sentencia de muerte, aun cuando el intruso fuera ciudadano romano.
(4) Liberación de Pablo y Silas (16:35–40). 16:35–36. Aparentemente el carcelero llevó a Pablo y a Silas de regreso a la cárcel. No se especifica qué fue lo que urgió a los magistrados a cambiar de idea. Tal vez el terremoto sacudió sus sentidos, o después de reflexionar más, se dieron cuenta de cuán injustos habían sido.
16:37–40. La demanda que Pablo hizo a los magistrados para que escoltaran a él y a Silas fuera de la cárcel, parece ser una venganza, pero probablemente se debió a que quería evitar que la joven iglesia de Filipos recibiera más hostigamiento. Cuando menos, haría que los creyentes tuvieran una posición más segura ante los oficiales.
21:30. Toda la ciudad se conmovió y se movilizó a la acción; se apoderaron de Pablo, le arrastraron fuera del templo. Aquí el “templo” se refiere al atrio de los hombres. Después que sacaron a Pablo, inmediatamente cerraron las puertas de manera que nadie pudiera pasar más allá del atrio de los gentiles, haciendo así inmundo al templo.
Pero, ¿por qué esperó Pablo tanto tiempo para mencionar su ciudadanía romana? Tal vez el alboroto en el juicio (vv. 19–22) evitó que fuera escuchado. O quizá Pablo a propósito esperó hasta el momento más propicio para sacar a luz esa información. El haber nacido ciudadano romano (22:28), le daba ciertos privilegios, incluyendo el derecho a tener una audiencia pública. Además, ningún ciudadano romano podía ser azotado.
Esta oferta de salvación y del milenio señala tanto la gracia de Dios como la incredulidad de Israel. Por un lado, Dios estaba dando a los judíos una oportunidad de arrepentirse al ver la señal de la resurrección de Cristo. Ellos habían rechazado a Jesús “antes de la cruz”; ahora se les ofrecía el Mesías después de la resurrección. Por otro lado, las palabras de Pedro subrayan el rechazo judío. A ellos se les dio la señal de Jonás y aun así se negaron a creer (cf. ). En un sentido real, este mensaje confirmó la incredulidad de Israel.
Sólo dos veces en Hechos Pablo fue herido o amenazado por los gentiles, en Filipos y en Éfeso (19:23–41). En ambos casos, fue porque la gente estaba perdiendo dinero en sus intereses creados y en cada uno de ellos Pablo fue vindicado por un oficial romano. Después de su liberación de la cárcel, entraron en casa de Lidia y se reunieron con los hermanos.
21:31–32. Junto al área del templo al noroeste, estaba la fortaleza Antonia con dos escalinatas que llevaban al patio exterior del templo (V. “Sitio del templo de Jerusalén”, en el Apéndice, pág. 342). Una tropa estaba de guardia allí y se añadirían más durante los días de la fiesta judía. La compañía pertenecía a la décima legión romana. El tribuno de las tropas de la fortaleza, Claudio Lisias (cf. 23:26), de una vez tomó soldados y centuriones y corrió a ellos. “Tribuno” es j̱iliarj̱os, dirigente de mil soldados (25:23). Los “centuriones” (j̱ekatontarj̱as, lit. “gobernadores de cientos”) indica que por lo menos doscientos soldados estuvieron involucrados, ya que el sustantivo está en pl.
Con la partida de Pablo termina la primera sección que aparece en primera persona del plural, lo cual indica que Lucas se quedó en Filipos (cf. se fueron en 16:40).
b. En Tesalónica (17:1–9)
21:33–36. Esos hombres rescataron a Pablo, quien prontamente fue arrestado (epelabeto, “echar mano a” el mismo vb. que se traduce “apoderándose” en v. 30) por el tribuno, quien le mandó atar con dos cadenas. Tan grande era el alboroto y la violencia, que Pablo tuvo que ser llevado en peso por los soldados … p 216 mientras la muchedumbre del pueblo seguía gritando: ¡Muera! En la misma ciudad, una multitud había proferido similares palabras contra el Señor Jesús (; ).
17:1. El viaje desde Filipos hasta Tesalónica era como de 160 kms. Anfípolis y Apolonia quedaban a intervalos de aproximadamente 48 kms. siguiendo la vía Ignacia. Evidentemente no había sinagogas en esas ciudades, por lo que Pablo no se detuvo. Una sinagoga era un excelente punto de contacto para el evangelio (cf. v. 10); de manera que Pablo se quedó en Tesalónica, la moderna Salónica, para predicar.
17:2. La referencia a los tres días de reposo no significa que el equipo misionero permaneció en Tesalónica sólo durante tres semanas. Pablo realizó la obra con énfasis judío durante p 195 tres días de reposo y luego se volvió a los gentiles y les ministró durante algunas semanas más. Hay tres razones por las cuales se puede aceptar esta interpretación: (1) La iglesia de Filipos envió dinero a Pablo por lo menos dos veces durante esa visita (Fil. 4:15–16), lo cual implica un lapso de tiempo mayor de tres semanas. (2) Además, Pablo se sostuvo a sí mismo trabajando con sus manos (1 Ts. 2:9; 2 Ts. 3:7–10). Esto quizá indica que pasó un tiempo considerable antes de que llegara la ayuda de Filipos. (3) La mayoría de los convertidos de Tesalónica no eran de la sinagoga, sino gentiles entregados a la idolatría (cf. 1 Ts. 1:9).
b. Defensa de Pablo (21:37–23:10)
Algunos eruditos bíblicos se oponen al punto de vista de que Pedro ofreció el reino. Lo hacen basados en varias objeciones: (1) Si Dios sabía que Israel iba a rechazar la oferta, no les hizo un ofrecimiento legítimo. Pero éste fue tan genuino como lo es la presentación del evangelio a cualquier persona no elegida. (2) Esto ubica la verdad del reino en la época de la iglesia. Sin embargo, la verdad de la iglesia se encuentra mencionada antes de que ésta naciera en Pentecostés (cf. ; ; ; ). (3) p 143 Este punto de vista conduce al ultradispensacionalismo. Pero esta no es una consecuencia necesaria si la oferta se ve como una transición dentro de la era de la iglesia. Hechos debe considerarse como un libro clave, de trancisión, que establece un puente entre la obra de Cristo en la tierra y su manifestación a través de la iglesia.
17:3–4. El ministerio de Pablo y Silas al presentar a Jesús crucificado y resucitado como el Cristo (el Mesías) encontró respuesta en algunos de los judíos, muchos de los griegos piadosos (cf. 16:14, donde se usa la misma palabra con respecto a Lidia, quien “adoraba a Dios”; cf. la misma palabra en 17:17) y mujeres nobles no pocas (cf. v. 12). El mensaje del evangelio fue recibido por gente de distinta nacionalidad y posición social.
17:5. Evidentemente, Lucas incluyó este incidente para enfatizar la persistencia del rechazo judío. Jasón probablemente había provisto de alojamiento para Pablo y Silas. Los judíos … procuraban encontrar a Pablo y Silas para sacarlos al pueblo. Tesalónica era una ciudad libre, lo cual significa que era soberana en sus asuntos locales y no estaba sujeta a una administración provincial. Además de los gobernantes locales, tenía también su propia asamblea, llamada la dēmos, que aquí se traduce “pueblo” (cf. 19:30, 33 [“pueblo”] donde también se usa ese sustantivo).
(1) Delante de la turba (21:37–22:29) 21:37–38. El tribuno quedó sorprendido de que Pablo hablara griego. Había dado por sentado que era un egipcio insurrecto que aún no había sido aprehendido por los romanos y que por lo mismo, era incapaz de hablar griego o bien, se rehusaba a hacerlo.
17:6–7. Ya que la turba no pudo hallar a Pablo y a Silas trajeron a Jasón y a algunos otros creyentes y los acusaron ante las autoridades de la ciudad (politarj̱as, lit. “gobernadores de la ciudad”). En las ciudades de Macedonia, esos magistrados formaban la asamblea local de representantes. Específicamente, la acusación era contra Jasón (posiblemente un pariente de Pablo; cf. Ro. 16:21), por haber recibido a hombres que trastornaban el mundo entero, la cual es una obvia exageración, y que contravenían los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Este cargo es significativo, porque muestra que los judíos estaban detrás de la turba (cf. Hch. 17:5); sólo ellos podían conocer tan bien la teología de Pablo como para hacer un cargo semejante. (Los judíos también acusaron a Jesús de pretender ser “un rey”; Lc. 23:2.) Además, refleja la proclamación de Pablo. Como lo indican las epístolas a los Tesalonicenses, Pablo predicaba que el reino mesiánico iba a ser establecido con el regreso de Cristo (1 Ts. 3:13; 5:1–11; 2 Ts. 1:5–10; 2:14; cf. Lc. 23:2; Jn. 18:33–37).
17:8–9. El pueblo y los líderes políticos (politarj̱as) estaban alborotados (etaraxan, “agitados, perturbados, confundidos” cf. Jn. 11:33; Hch. 16:20), probablemente porque no podían encontrar a Pablo y a Silas (17:6), la causa del problema. Probablemente la fianza era para garantizar que Pablo y Silas se irían de la ciudad para no volver. En caso de que suscitaran más problemas, Jasón y … los demás perderían su dinero. Esto puede explicar por qué se le prohibió regresar a Pablo (1 Ts. 2:18). A pesar de esto, los cristianos de Tesalónica se mantuvieron proclamando el evangelio con mucha osadía (1 Ts. 1:7–10; cf. 1 Ts. 2:14–16).
Josefo escribió acerca de un egipcio impostor que aseguraba ser un profeta. Él dijo que ese egipcio había reunido a treinta mil seguidores (Lucas con exactitud afirma que fueron cuatro mil; Josefo tenía la tendencia a exagerar los números) y en el 54 d.C. llegó al monte de los Olivos prometiendo a sus seguidores que las paredes de Jerusalén se derrumbarían ante su mandato. En vez de ello, el ejército romano prontamente cayó sobre ellos, mató a algunos y capturó a otros, mientras que el resto fue esparcido. El egipcio escapó.
En conclusión, muestra que el arrepentimiento de Israel debería tener dos propósitos (1) Para los israelitas como individuos se ofreció el perdón de pecados y (2) para Israel como nación el regreso de su Mesías para reinar.
p 196 c. En Berea (17:10–15)
17:10. Ocultos bajo el manto de la noche (cf. otro escape nocturno de Pablo; 9:25), los hermanos enviaron … a Pablo y a Silas hasta Berea. Tal vez Timoteo los acompañó o se les unió en Berea posteriormente (cf. 17:14). Esa ciudad estaba como a 74 kms. al suroeste de Tesalónica, en las faldas orientales de una monte. También se encontraba situada en la ruta a Acaya, provincia que actualmente corresponde al sur de Grecia; Sópater era de Berea (20:4). Como acostumbraban, Pablo y Silas entraron en la sinagoga de los judíos (cf. 17:2, 17; 18:4, 19; 19:8).
Indudablemente, a la gente de Israel le habría gustado echarle mano a ese personaje que había causado tantos problemas. Cuando Lisias vio el tumulto en el templo, dio por sentado que el centro de la atención era ese egipcio y que los judíos estaban descargando su ira contra él.
17:11–12. Los judíos de Berea eran más nobles que los que estaban en Tesalónica. Recibieron el mensaje de Pablo con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si las cosas que Pablo decía eran así. Esto marcó una gran diferencia con los judíos de Tesalónica, de los cuales sólo algunos creyeron (v. 4), mientras que la mayoría sentían celos de Pablo y le crearon problemas. El interés de los bereanos en la palabra resultó en muchas conversiones tanto de judíos como de griegos. Es interesante que algunas mujeres griegas de distinción fueron las que recibieron a Cristo tanto en Tesalónica como en Berea (vv. 4, 12).
17:13–14. Una vez más, los incrédulos judíos (procedentes de Tesalónica) propiciaron la expulsión de Pablo. Alborotaron es la misma palabra que se usa en v. 8. Silas y Timoteo se quedaron … en Berea para ayudar en el establecimiento de la naciente iglesia, mientras que Pablo se dirigió hacia el sur.
21:39–40. Pablo aseguró al tribuno que era judío (con derecho a estar en el templo) y también ciudadano … de Tarso, donde había aprendido griego. Tarso era una ciudad que gozaba de buena reputación, particularmente como centro educacativo. Hasta ese momento, Pablo no había revelado su ciudadanía romana (cf. 22:23–29).
17:15. No se sabe si Pablo fue a Atenas por barco o por tierra. De cualquier forma, lo llevaron algunos hermanos para garantizar que su llegada fuera segura. Pablo dio instrucciones a sus amigos para Silas y Timoteo, de que viniesen a él (en Atenas) lo más pronto que pudiesen.
3:22–23. Aquí se retrata a Jesús como el “Moisés del N.T.” para cumplir (cf. ). Cristo no sólo vendría a liberar como Moisés, sino también a juzgar como el legislador (cf. con ; también cf. ).
Es claro por 1 Tesalonicenses 3:1–2, 6 que Silas y Timoteo se volvieron a reunir con Pablo en Atenas. Asimismo, Silas fue comisionado por Pablo para que se fuera de Atenas y luego se uniera a ellos en Corinto (cf. Hch. 18:1–5).
Cuando a Pablo … se le permitió hablar a la turba, se dirigió a ellos en lengua hebrea (aramea), idioma común de los judíos palestinos, que se usaba por todo el Medio Oriente en aquel tiempo. Se puso en pie en las gradas de la fortaleza, viendo al pueblo que estaba abajo.
3. cruzada en acaya (17:16–18:18)
a. En Atenas (17:16–34)
La defensa de Pablo consta de tres partes: (a) su conducta antes de su conversión (22:1–5), (b) su conversión (22:6–16), y (c) su comisión al ministerio (22:17–21).
17:16. La gloria que Grecia había tenido en los s. quinto y cuarto a.C. estaba en decadencia en los días de Pablo y esto se veía aun en Atenas. Había pasado ya el apogeo del que fuera motivo de orgullo helenista. Aun así, Atenas seguía siendo un centro cultural vital y poseía una universidad que era mundialmente famosa. Muchos de sus edificios de renombre fueron construidos durante los días de su líder Pericles (461–429 a.C.). La belleza de su arquitectura y arte no pudo ser apreciada por Pablo porque su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. El arte de Atenas era un reflejo de su religión. La capital intelectual del mundo estaba produciendo idolatría.
3:24–25. La mención que Pedro hace de Samuel como el profeta que siguió a Moisés (cf. 13:20) claramente implica que Josué no cumplió la profecía de .
17:17. En esa ciudad, Pablo sostuvo la batalla espiritual en dos frentes, en la sinagoga … y en la plaza. En la primera, sin duda usó su acercamiento normal, probando por medio de las Escrituras del A.T. que Jesús es el Mesías (cf. vv. 2–3). En aquella sinagoga había judíos y gentiles piadosos (cf. v. 4). En la plaza (agora, centro de la vida pública), estaban los filósofos p 197 debatiendo y presentando sus puntos de vista. Así que Pablo discutía … con los que concurrían.
22:1. Los vocativos Varones hermanos y padres con los que Pablo inicia su discurso, son los mismos que usó Esteban (7:2). Sin duda, ¡el discurso y martirio de Esteban tuvieron un efecto imperecedero en Pablo! (cf. 8:1).
17:18. Los principales antagonistas de Pablo en el agora eran los filósofos de los epicúreos y de los estoicos. Los epicúreos, seguidores de Epicuro (341–270 a.C.), decían que el fin último del hombre era el placer y la felicidad. Este placer, creían ellos, se lograba evitando los excesos y el temor a la muerte, buscando la tranquilidad y la ausencia del dolor, y amando a la humanidad. Creían que si los dioses existían, no participaban en los eventos humanos.
Por el otro lado, los estoicos eran seguidores de Zenón (ca. 320–250 a. C.) y recibieron su nombre por el pórtico pintado o stoa, desde donde tradicionalmente enseñaba su maestro en Atenas. Eran panteístas en su enfoque y creían que un gran “propósito” dirigía el curso de la historia. La responsabilidad del hombre era amoldarse y alinearse con ese “propósito” a través de la tragedia y el triunfo. Obviamente, este punto de vista, aunque producía ciertas cualidades nobles, también resultaba en un falso orgullo y autosuficiencia.
22:2. Cuando lo escucharon hablar en hebreo (arameo), se callaron. Indudablemente los judíos que habitaban Palestina estaban complacidos, si no es que sorprendidos, de que un judío de la dispersión como Pablo, hablara hebreo tan bien como griego. Así que se calmaron y escucharon.
Cuando estos filósofos conocieron a Pablo, comenzaron a disputar con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? “Disputaban” es syneballon (lit. “tirarse con”; i.e., lanzarse unos a otros ideas). Esto difiere un poco de lo que Pablo hacía en las sinagogas. Allí él razonaba (dielegeto, “discutió, conversó”, v. 17; cf. la misma palabra en v. 2; 18:4, 19; 19:8). El término que se traduce como “palabrero” es spermalogos (lit. “que picotea semilla”). Describe a alguien que es como un pájaro que recoge semillas, el que toma algo que aprende por aquí y por allá y luego lo transmite como si fuera propio. Y otros dijeron: Parece que es predicador de nuevos dioses. Esta respuesta se originó debido a su incapacidad de entender la doctrina de Pablo acerca de Cristo y de la resurrección; que era totalmente extraña a su pensamiento (cf. 17:31–32).
17:19–21. El Areópago, lit. “monte de Ares”, era el lugar de reunión del consejo del Areópago, cuerpo supremo para decidir en asuntos judiciales y legislativos de la ciudad. En la era apostólica, su poder se había reducido a supervisar asuntos religiosos y educativos.
De una u otra forma, todos los profetas (cf. , ) escribieron acerca de estos días, lo cual se refiere a la era mesiánica. Los judíos eran herederos de los profetas, y del pacto dado a Abraham (; ; ; y confirmado a los padres (e.g., Isaac, []). Entonces, los judíos serían bendecidos si como Abraham, creyeran (cf. ; ; ). De hecho, a través de Abraham serán benditas todas las familias de la tierra (cf. ; , ; ; ).
22:3–9. No se sabe cuánto tiempo pasó Pablo en Jerusalén durante su crianza (26:4). La forma verbal que se traduce como criado viene de anatrefō, el cual también significa “educar”. Uno de sus mentores fue el amado y estimado Gamaliel (cf. 5:34).
Existe algo de duda en cuanto a dónde se reunía este consejo en los días de Pablo. Algunos piensan que en el tradicional monte Marte detrás del agora, inmediatamente al oeste de la Acrópolis. Otros dicen que se reunía en Stoa Basileius, un edificio del agora. El consejo quiso saber acerca de la nueva enseñanza de Pablo, que contenía cosas extrañas a sus oídos. En Atenas, el centro intelectual del mundo antiguo, a los atenienses y los extranjeros residentes les encantaba decir u oir algo nuevo. Esta apertura dio a Pablo oportunidad para predicar su mensaje.
17:22. Comenzando con este v. (y continuando hasta el v. 31), se encuentra otro de los “sermones ejemplares” proclamados por el apóstol Pablo (cf. 13:16–41; 14:15–18; 20:18–35). Éste muestra la forma en que Pablo se dirigía a los intelectuales paganos. El énfasis de su mensaje es claro: Dios el Creador, quien se ha revelado a sí mismo en la creación, ha mandado ahora que todos los hombres se arrepientan, porque cada uno dará cuentas a Jesucristo, a quien Dios resucitó de los muertos.
El punto que Pablo quería enfatizar aquí es obvio. Él había estado enteramente comprometido con la ley para aplastar a la cristiandad. Acerca del Camino, V. el comentario de 9:2 (cf. 19:9, 23; 22:4; 24:14). Su determinación era tan profunda, que solamente una transformación radical sobrenatural pudo cambiar su punto de vista. A continuación, relató los eventos de su conversión (22:6–9; cf. 9:1–6).
El discurso de Pablo consta de tres partes: (a) introducción (17:22–23), p 198 (b) el Dios no conocido (vv. 24–29), y (c) el mensaje de Dios (vv. 30–31).
Pablo principió su exposición sabiamente, reconociendo que ellos eran muy religiosos. Estas dos palabras traducen la griega deisidaimonesterous que es un término compuesto de tres vocablos deidō (“temer o reverenciar”), daimōn (“deidades, espíritus malos”), y stereos (“firme, duro”). La idea es que los atenienses estaban convencidos y seguros en su reverencia a sus deidades. Esta fue una palabra cuidadosamente seleccionada por el apóstol. Al escucharla, los varones atenienses habrían pensado en sus deidades o dioses. Pero Pablo sutilmente implicó que los suyos eran malos espíritus o demonios, no dioses. Detrás de los ídolos hay demonios (cf. el comentario de 16:16).
p 217 22:10–11. La declaración allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas (cf. 9:6), ve adelante al futuro ministerio de Pablo y anticipa sus palabras de 22:14–15.
3:26. Jesús, el Hijo de Dios (cf. v. 13; 4:27, 30), fue enviado en primer lugar a los judíos (os bendijese). Este patrón cronológico fue seguido a través de los evangelios y Hechos (cf., e.g., ; ; ). La razón de esto es que el establecimiento del reino dependía y todavía depende, de la respuesta de Israel a él (cf. ; ).
17:23. Los atenienses, quienes temían pasar por alto a alguna deidad que no conocieran, habían dedicado un altar al dios no conocido. Cuando Pablo hizo referencia a esto, no hizo énfasis en el altar, sino en su ignorancia del Dios verdadero.
17:24. Ya que Dios … hizo … todas las cosas, es supremo sobre todo, Señor del cielo y de la tierra, (cf. 14:15; cf. Sal. 24:1). Un Dios tan grande no habita en templos humanamente construidos, como suponían los atenienses que moraban sus dioses (cf. las palabras de Esteban en Hch. 7:48–50).
22:12–13. El enfoque judaico de este discurso se ve en la descripción que Pablo hace acerca de Ananías, varón piadoso … que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban. Sin embargo, no se menciona esto acerca de Ananías en . Hermano refleja el mismo punto de vista de 22:5 donde los judíos de Damasco eran llamados “hermanos” de los judíos de Jerusalén.
17:25. Dios es más grande que los templos humanos, pero también es autosuficiente y no necesita de nada de lo que el hombre pueda proporcionarle. Esta verdad apelaría a los epicúreos, quienes creían que los dioses existentes no participaban en los eventos humanos.
La última parte del v., que trata de la vida provista por Dios (cf. v. 28) así como de las necesidades materiales (cf. 14:17), concordaba con la filosofía de los estoicos que pretendían amoldar su vida al gran “propósito” del cosmos. De esa manera, Pablo comenzó su explicación a partir de donde estaban sus oyentes, con la idea de separarlos de sus conceptos inadecuados acerca de la verdad.
22:14–15. La referencia de haber visto a Cristo, el Justo, es importante porque este hecho calificó a Pablo para ser apóstol (cf. ; ). El término “Justo” fue usado también por Esteban (). Todos los hombres a quienes Pablo tenía que presentar el evangelio, incluye a los gentiles, reyes, y judíos (9:15).
17:26. De una sangre hace referencia retrospectiva a Adán. Seguramente, esto fue un revés para el orgullo ateniense; ¡ellos también venían de una misma fuente original de creación que los otros! Uno de los propósitos de esa creación había sido poblar el planeta (Gn. 1:28).
b. El encarcelamiento (4:1–22)
Ese Dios todopoderoso ha decretado soberanamente la historia (los tiempos) y las fronteras (los límites) para las naciones (cf. Dt. 32:8). ¡Grecia no era la única nación sobre … la tierra!
22:16. Dos interrogantes surgen acerca de este v. Primero, ¿cuándo fue Pablo salvo, en el camino a Damasco, o en la casa de Judas? Muchos factores sugieren que experimentó la salvación en el camino a Damasco porque: (1) El evangelio le fue presentado directamente por Cristo (), no después por Ananías. (2) Con anterioridad (22:10), Pablo había dicho que se había sometido en fe a Cristo. (3) Pablo fue lleno del Espíritu antes de su bautismo con agua (9:17–18). (4) El part. aoristo en gr. epikalesamenos, traducido invocando su nombre, se refiere tanto a la acción que es simultánea con o antes de la del vb. principal. Aquí la invocación de Pablo del nombre de Cristo (para salvación) precedió a su bautismo de agua. El part. pudiera traducirse, “habiendo invocado su nombre”.
17:27. Uno de los propósitos de Dios al revelarse en la creación y en la historia es que los hombres busquen a Dios (cf. Ro. 1:19–20), quien aunque soberano (Hch. 17:24), también es inmanente y no está tan lejos que no pueda ser hallado.
17:28. Para respaldar este dicho, Pablo aparentemente citó a Epiménides, poeta cretense (a quien también citó posteriormente en Tit. 1:12): Porque en él vivimos (cf. Hch. 17:25), y nos movemos, y somos. Pablo también citó al poeta Arato, de la tierra natal de Pablo, Cilicia: Porque linaje suyo somos. Esta segunda cita es de la obra de Arato Fainomena. Toda la gente, los atenienses junto con los demás, son linaje de Dios, no en el sentido de que sean sus hijos redimidos o de que posean elementos de la deidad, sino que son creados por Dios y reciben la vida y aliento de él (v. 25). La creación misma y la existencia de los p 199 atenienses dependía de este único Dios ¡a quien ellos no conocían! No podía hacerse una afirmación semejante de ninguno de entre los muchos dioses que adoraban los griegos.
Segundo, ¿qué significan, entonces, las palabras lava tus pecados? ¿Enseñan que la salvación viene por el bautismo de agua? Como Pablo ya estaba limpio espiritualmente (V. el comentario acerca del párrafo anterior), esas palabras tienen que referirse al simbolismo del bautismo. El bautismo es una ilustración de la obra interna de Dios al limpiar el pecado (cf. ; ).
17:29. La conclusión es inevitable: ya que los humanos han sido creados por Dios … la Divinidad, en ninguna manera puede tener forma de ídolo, o imagen concebida y construida por el hombre (cf. Ro. 1:22–23). (“Divinidad” es traducción de theion, que lit. significa “naturaleza divina”, frecuentemente usado en gr. clásico, pero sólo esta vez y en 2 P. 1:3–4 en el N.T.). Éste sería un concepto revolucionario para los atenienses, cuya ciudad estaba “entregada a la idolatría” (Hch. 17:16) y llena de “santuarios” (objetos de adoración v. 23).
4:1–2. Los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos estuvieron involucrados en la aprehensión de Pedro, Juan y el hombre sanado (v. 14). Ya que el jefe de la guardia del templo era responsable de mantener el orden en él, no debe sorprender que él, junto con los sacerdotes y los saduceos, interrumpieran a Pedro y Juan a fin de esparcir a la turba (cf. 3:11).
17:30. Dios pasó por alto la ignorancia humana revelada en la idolatría, i.e., había sido paciente. Aunque la gente esté bajo la ira divina (Ro. 1:18) y no tenga excusa debido a la revelación natural (Ro. 1:19–20), Dios pasó “por alto, en su paciencia (anoj̱ē, retrasar, detener) los pecados pasados” (Ro. 3:25). Esto tiene paralelo con Hechos 14:16: “En las edades pasadas, él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos” (cf. el comentario que aparece allí). A través del tiempo, los gentiles han sido responsables de la revelación general que se les ha dado. Ahora, con la proclamación del evangelio por todo el mundo, los gentiles también son responsables de la revelación especial. Su respuesta debe ser obedecer el mandamiento de Dios de que se arrepientan de sus pecados.
22:17–18. La partida de Pablo de Jerusalén, de acuerdo a 9:29–30, fue debido al consejo de hermanos cristianos. En realidad, la combinación de revelación divina (22:17–18) y dirección humana fue la que guió a Pablo a ir a Tarso.
17:31. En este punto, Pablo presentó un enfoque netamente cristiano. Su referencia al varón claramente se refiere a Daniel 7:13–14 que habla del Hijo del Hombre. Éste, a quien Dios el Padre designó … juzgará al mundo con justicia (cf. Jn. 5:22). La autenticación de la persona y obra de Cristo fue su resurrección. En esta ocasión, de nuevo fue predicada la resurrección de Jesús. La idea de la resurrección (cf. Hch. 17:18, 32) era incompatible con la filosofía griega. Ellos querían librarse de sus cuerpos, ¡no volverlos a tomar! También la idea de un juicio personal era de mal gusto para ellos. El mensaje del evangelio dio en el centro de las necesidades de los atenienses.
Es interesante que Pablo (vv. 30–31) discutiera los tópicos del pecado (arrepientan), la rectitud (justicia) y el juicio (juzgará), que son las mismas áreas en las que Jesús dijo que el Espíritu convencería a la gente (Jn. 16:5–11).
22:19–20. La respuesta de Pablo al Señor muestra que él pensó que los judíos iban a impresionarse por el cambio radical de su vida. Después de todo, él había sido muy celoso al perseguir a los creyentes (8:3; 9:2; 22:4–5; 26:11), hasta el grado de tomar parte en el martirio de Esteban (7:58; 8:1).
17:32–34. Para un griego era una insensatez que un hombre se levantara de la tumba para vivir para siempre. De manera que unos de ellos se burlaban. Otros, que tenían más discernimiento, dijeron que querían oir acerca de esto otra vez. Como resultado, algunos creyeron, juntándose con él. Entre ellos estaba Dionisio, miembro del Areópago y llamado el areopagita (i.e., miembro del concilio; cf. el comentario del v. 19) y una mujer llamada Dámaris. Otras mujeres que se convirtieron en Hechos incluyen a Lidia (16:14–15), unas cuantas mujeres importantes de Tesalónica (17:4) y un número de mujeres griegas prominentes de Berea (v. 12).
Los sacerdotes eran en su mayoría saduceos por su afiliación religiosa (5:17); por eso, los principales acusadores pertenecían a esa secta. Se distinguían por varias características: (a) Incredulidad en cuanto a la resurrección corporal y negación de la existencia de ángeles o espíritus (23:8); (b) lealtad al gobierno romano; (c) un deseo de mantener el statu quo; (d) su simpatía por la clase adinerada; y (e) su apego exclusivo al Pentateuco. Los saduceos estaban en gran manera resentidos por la predicación de Pedro y Juan, ya que iba directamente en contra de la negación que hacían de la resurrección y porque también hacía tambalear al sistema establecido.
¿Fue un fracaso el ministerio de Pablo en Atenas? Esto es difícil de evaluar porque no hay registro de que se fundara alguna iglesia en esa ciudad. Posteriormente, Pablo se refirió a la “familia” de Estéfanas en Corinto (1 Co. 16:15) como “las primicias de Acaya”. (Atenas estaba en Acaya.) ¿Cómo p 200 pudo haber sido esto, si algunos se convirtieron en Atenas, como lo afirma Hechos 17:34? Probablemente la solución se encuentra en pensar de Estéfanas como “las primicias” de una iglesia de Acaya. Tal vez la palabra “primicias” pueda usarse en un sentido pl., o sea más de una persona.
22:21–22. Cuando Pablo mencionó su comisión de predicar a los gentiles, la turba fue movida a una ira y violencia instantáneas. El hecho de predicar a los gentiles no debiera haber causado una respuesta semejante, porque las autoridades religiosas de Israel también lo habían hecho (cf. ). El dicho de Pablo que enfureció a la turba fue que tanto los judíos como los gentiles eran iguales sin la ley de Moisés (cf. ; ; ).
Si no se inició una iglesia en Atenas, el fracaso no estuvo en el mensaje de Pablo o en sus métodos, sino en la dureza de corazón de los atenienses.
b. En Corinto (18:1–18)
Esta respuesta es importante para el argumento de Hechos; indica que los judíos de Jerusalén habían rehusado el evangelio de Jesucristo en forma irrevocable y habían sellado su destino. Menos de 20 años después, en el 70 d.C., la ciudad de Jerusalén se convirtió en un montón de escombros y p 218 ruinas (cf. ; ; ). Por supuesto, esto no significa que Israel no vaya a ser restaurado en el futuro (cf. ).
18:1. Sin explicar las circunstancias, Lucas simplemente declaró: Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Las ciudades de Atenas y Corinto, aunque sólo quedan a 80 kms. de distancia, eran bastante diferentes. La primera se destacaba por su cultura y agudeza intelectual, la segunda, por su comercio y libertinaje. Esta última está localizada justo al sur de un istmo que une la península del Peloponeso con Acaya al norte. El comercio terrestre que se movilizaba entre el norte y el sur pasaba por Corinto, tal como lo hacía el comercio marítimo que iba del oriente a occidente. Corinto poseía dos ciudades portuarias: Licaonia localizada a tres kms. al oeste sobre el golfo de Corinto, el cual daba al mar Adriático, y Cencrea, a unos 12 kms. al sureste, que traía comercio del mar Egeo. La punta sur de la península del Peloponeso era muy peligrosa para los viajes marítimos, así que los barcos anclaban en uno de los puertos de Corinto y acarreaban sus mercancías a través del istmo hasta el otro lado para embarcarlas allí.
En el año 146 a.C., los romanos arrasaron Corinto. Sin embargo, su localización estratégica no permitió que la ciudad muriera y fue reconstruida un siglo después, en el año 46 a.C.
22:23–24. Los que formaban la turba arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire como expresiones de profundo enojo. El tribuno, quien no podía entender hebreo (arameo) estaba confundido por todas las cosas que estaban pasando. Pero había decidido llegar al fondo de todo, aun cuando esto significara azotar a Pablo.
4:3. Los dos apóstoles fueron encarcelados durante la noche porque era ya demasiado tarde, lo cual significa que ya estaba entrada la tarde (cf. 3 p.m. en 3:1) y era imposible iniciar un juicio.
Como pudiera esperarse de una ciudad que se sostenía del comercio y los viajeros, Corinto era notable por su vida libertina y licenciosa. Era un centro de adoración de Afrodita, la deidad del amor, que promocionaba la inmoralidad en nombre de la religión.
Políticamente, Corinto era una colonia romana y capital de la provincia de Acaya.
Los azotes que se mencionan aquí son diferentes a los que recibió con vara en Filipos y en dos ocasiones más (; ). Tampoco son iguales a los 39 latigazos judíos que se aplicaban con cuerdas largas, castigo que Pablo había recibido cinco veces (). El azote romano se daba con cuerdas más cortas hiladas con piezas de metal o hueso y unidas a una pieza de madera fuerte que funcionaba como mango. Con ellos, era posible matar a un hombre o dejarlo permanentemente lisiado. Este fue el castigo que Cristo recibió (), dejándolo incapacitado para cargar su cruz.
Algunas de las emociones que asaltaban a Pablo cuando llegó a Corinto se ven reflejadas en 1 Corintios 2:1–5. Su debilidad, temor y mucho temblor pueden atribuirse a muchos factores: (1) Llegó solo. (2) Las dificultades con que se había enfrentado desde que llegó a Macedonia deben haberlo llenado de preocupación por lo que le esperaba en Corinto (cf. Hch. 18:9–10) (3) En un mundo endurecido por el desenfreno, Corinto era conocida por su libertinaje sexual.
El hecho de que Pablo llegara solo a Corinto, puede explicar que él mismo haya bautizado a algunos en aquella ciudad, práctica que normalmente delegaba en otros (cf. 1 Co. 1:14–17).
22:25–27. Por ley, un ciudadano romano que no había sido condenado por un crimen, no podía ser flagelado. Pablo llamó la atención del centurión a este hecho a través de una pregunta. Cuando esto fue informado al tribuno, dudó que Pablo, en sus circunstancias y siendo objeto de tal aborrecimiento por parte de los judíos, pudiera ser ciudadano romano.
4:4. Otro de los subtemas de Hechos es el crecimiento de la palabra de Dios a pesar de la oposición. Con fuerza irresistible, el mensaje siguió p 144 extendiéndose. Dos apóstoles de empuje fueron encarcelados, pero la palabra de Dios ¡no pudo ser acallada! (cf. 28:30–31; ).
18:2. En Corinto, Pablo conoció a Aquila y a Priscila su mujer. Aquila era un judío, oriundo del Ponto, provincia localizada al noreste de Asia Menor y al sur del mar Negro. Desalojados de Roma debido a un edicto que vino de Claudio alrededor del año 49 o 50 d.C. donde decía que todos los judíos saliesen de Roma, Aquila y Priscila habían llegado a Corinto a ejercer su negocio. (Claudio reinó desde al año 41 d.C. al 54 d.C.; V. “Emperadores romanos de tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354.) Suetonio (69?–140 d.C.), biógrafo de los emperadores romanos, describió lo que puede haber sido la causa de semejante p 201 decreto. En su Vida de Claudio (25. 4) se refirió a los constantes alborotos provocados por los judíos a instigación de Cresto. Posiblemente, el nombre de Cresto sea una referencia a Cristo.
No se sabe si Aquila y Priscila ya eran cristianos antes de conocer a Pablo. El hecho de que Aquila sea llamado “un judío” no quiere decir que conociera a Cristo (cf. Apolos, un judío; Hch. 18:24). Tampoco debe aducirse que Pablo vivió con ellos porque eran cristianos; se quedó con ellos porque eran fabricantes de tiendas como él (v. 3).
22:28. Durante el reino del emperador Claudio (41–54 d.C.; V. “Emperadores romanos de tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354) era posible comprar la ciudadanía romana. Aquellos que estaban en el gobierno y que vendían ese privilegio podían enriquecerse con el dinero del soborno. En contraste con el tribuno …, Pablo … lo era de nacimiento porque sus padres eran ciudadanos.
Muchas veces, el nombre de Priscila aparece antes del de Aquila (vv. 18–19, 26; Ro. 16:3). Esto puede ser por causa de que procedía de una familia noble.
18:3. Su negocio era hacer tiendas. El término usado aquí es skēnopoioi, el cual, dicen algunos, incluye trabajar con cuero. Tal vez el cuero se usaba en la fabricación de las tiendas así como el pelo de cabra, artículo por el que era bien conocida la provincia natal de Pablo, Cilicia.
22:29. El tribuno, sabiendo que lo había atado, temía que en Roma se enteraran de que había violado la ley romana. Tal vez las cadenas eran las que lo sujetaban para el flagelamiento. No obstante que era ciudadano romano, posteriormente Pablo volvió a ser encadenado (26:29).
Como todavía es común en el medio oriente, el taller de trabajo de un hombre estaba en el primer nivel de la casa y los cuartos de vivienda en la parte superior.
4:5–6. La descripción cuidadosa que Lucas hace acerca de los dirigentes judíos, subraya la pompa y poder que se exhibieron en la asamblea. ¡Unos sencillos pescadores estaban frente a los más altos gobernantes de la tierra! La frase, los gobernantes, los ancianos y los escribas describe al sanedrín, la corte suprema judía (cf. v. 15). Anás era el suegro de Caifás y fue el sumo sacerdote del 6 al 15 d.C., año en que fue depuesto. Su yerno Caifás ocupó su lugar desde el año 18 hasta el 36 d.C. Pero aparentemente Anás, siendo en cierta manera el más respetado de los sacerdotes, siempre fue considerado por los judíos como sumo sacerdote. (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348, cf. el comentario de ; ; ). Esa era la misma asamblea que había juzgado a Jesús; ahora, irónicamente ¡estaban frente a dos de los más prominentes y atrevidos discípulos de Jesús! Nada se sabe acerca de Juan y Alejandro que se mencionan aquí.
18:4. Una vez más, Pablo, de acuerdo a su costumbre, inició su obra de evangelismo en la sinagoga (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:19; 19:8).
¿Podía cualquiera evitar el azote simplemente por afirmar que era ciudadano romano? Tal vez; pero si una persona lo hacía y era falso, era digno de pena de muerte.
18:5. Con la llegada de Silas y Timoteo … de Macedonia (cf. 17:14–15), Pablo se entregó por entero a la predicación. El vb. gr. que se traduce como “estaba entregado por entero” es syneij̱eto (de synej̱o) el cual aquí usado en voz pas. significa “ser constreñido”. Muchos factores acerca de la llegada de Timoteo y Silas animaron a Pablo: (1) Evidentemente la pareja trajo ayuda financiera desde Macedonia (cf. 2 Co. 11:9; Fil. 4:15). Debido a ello, ya no era necesario que Pablo siguiera trabajando en su oficio y podía entregarse de lleno a la obra del evangelio. (2) Las buenas noticias acerca de la estabilidad de la iglesia de Tesalónica reanimaron a Pablo (cf. 1 Ts. 3:6–8). (3) Su compañía debe haber sido de gran ánimo para el apóstol.
El mensaje que siguió predicando fue el mismo que había aprendido en el camino a Damasco: Jesús es el Cristo, es decir, el Mesías (cf. Hch. 2:36; 3:18, 20; 17:3; 18:28).
(2) Ante el sanedrín (22:30–23:10). 22:30. Ya para entonces, el tribuno sabía que las acusaciones contra Pablo procedían de los judíos (cf. vv. 23–29) y la mejor forma de ventilar el caso era tener una audiencia delante del concilio (sanedrín). Si el prisionero era encontrado inocente, podía ser liberado; pero si los cargos eran válidos, el caso podía ser remitido al procurador, el gobernador romano (cf. 23:26–30).
18:6. Una vez más se ve el patrón de la oposición judía al evangelio, seguido del subsecuente cambio de Pablo a los gentiles (cf. 13:7–11, 46; 14:2–6; 17:5; 19:8–9; 28:23–28).
4:7–10. Cuando Pedro y Juan fueron llevados para presentarse en medio del sanedrín, y luego que los interrogaron acerca del origen de su autoridad, Pedro, el portavoz, fue lleno del Espíritu Santo (cf. 2:4). Este es ya ¡el cuarto mensaje proclamado por Pedro en Hechos! Hablando con ironía, dijo: “¿Estamos sometidos a juicio por el beneficio hecho a un hombre enfermo?” El milagro no había sido realizado por el poder de ellos sino por el nombre de Jesucristo (cf. 3:16; 4:7, 12, 17–18). Aunque ellos habían crucificado a Jesús, Dios lo resucitó de los muertos (cf. 2:23–24; 3:15).
El hecho de que Pablo se sacudiera los vestidos es paralelo con el acto de Pablo y Bernabé de sacudir sus pies (13:51). Cuando Pablo dijo: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza, se estaba refiriendo a la destrucción de los incrédulos y a la responsabilidad que tenían en ello (cf. Ez. 33:1–6).
23:1–2. El escenario para este breve juicio se presenta aquí. Después que Pablo afirmó que tenía toda buena conciencia en su ministerio (cf. 24:16; ), el sumo sacerdote Ananías ordenó … a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Esta acción se entiende al tomar en cuenta lo que se sabe de él por parte del historiador Josefo, que lo describe como insolente, de temperamento colérico, profano y avaro. Irónicamente, al principio del ministerio de Pablo, fue otro Ananías el que lo ayudó a recibir la vista.
18:7–8. Después de que Pablo salió de la sinagoga, encontró un lugar ideal para predicar el evangelio a la asamblea de los santos, en la casa de … Justo, junto a la misma sinagoga Quizá era gentil, porque se le denomina temeroso de Dios (cf. 16:14; 17:4). Además, Crispo … creyó en el Señor con toda su casa. Éste debe haber sido muy conocedor de las Escrituras del A.T. y su conversión indudablemente sirvió de impulso para que muchos de los corintios se convirtieran.
18:9–11. Algunas circunstancias amenazadoras deben haber causado la visión del Señor. Tal vez era la respuesta de Dios al voto hecho por Pablo p 202 (cf. v. 18 y los comentarios que allí se hacen). El Señor animó a Pablo a que siguiera ministrando en Corinto, asegurándole que ningún mal vendría sobre él. Sin duda, el apóstol recibió con beneplácito esas palabras debido a los ataques recientes que había sufrido en otras ciudades (cf. 17:5, 13) y allí mismo en Corinto (18:6). Pablo siguió obedientemente la dirección del Señor y se detuvo allí un año y seis meses (cf. v. 18), sólo en Éfeso se quedó más tiempo, unos dos o tres años (19:10; 20:31).
23:3–5. La respuesta acerba de Pablo fue provocada por el mandato p 219 ilegal del sumo sacerdote. ¿Cómo podía violar la ley mientras fungía como juez de alguien que supuestamente la había transgredido? La ley judía asumía que el acusado era inocente hasta que se probaba su culpabilidad. Como una pared blanqueada, Ananías se veía correcto exteriormente, pero en lo interno era débil y corrupto. También Jesús fue golpeado en la boca durante sus juicios y protestó por la ilegalidad de ello ().
Es interesante notar que la palabra utilizada para pueblo en 18:10 es laos, con frecuencia se usaba para referirse al pueblo de Dios, Israel. Claramente, los planes de Dios para el mundo incluían que la iglesia tomara temporalmente el lugar de su pueblo escogido, los judíos (cf. Ro. 11:11–21).
18:12. Los vv. 12–17 son un punto crítico en la apologética de Lucas. Primero, son importantes por causa de quién era Galión, un procónsul romano y gobernador de Acaya; cualquier decisión tomada por él establecería un precedente legal. Además, era hermano de Séneca (4? a.C.–65 d.C.), filósofo de gran influencia en Roma.
4:11. Quien sanó al ciego fue la piedra que los edificadores habían desechado. Pedro citó aquí . Existe desacuerdo acerca del trasfondo de este v. La piedra reprobada () puede ser (a) una verdadera piedra de construcción, (b) la nación de Israel, o (c) David. También puede ser un proverbio que Pedro usó sin tener en mente alguna aplicación específica. Probablemente, David se refiere a Israel como la piedra rechazada en , ya que fue una nación despreciada por otros pueblos. De cualquier forma, el v. encuentra su cumplimiento en Cristo Jesús, quien es el Israel “ideal” (cf. ; ; ; ; ; ). La piedra rechazada (Cristo desechado por la nación al ser crucificado) es la cabeza del ángulo, el Señor resucitado.
La declaración de Pablo, No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote, presenta un problema. Esto difícilmente pudo ser cierto porque padeciera alguna deficiencia visual, ya que se dice que Pablo había mirado “fijamente (atenisas, lit. “ver decididamente”) al concilio” (). Las palabras de Pablo podrían haber sido irónicas porque estaba tratando de decir que no podía reconocer a un sacerdote en un hombre tan violento. Sin embargo, la palabra “hermanos” (v. 5) hace que esta interpretación no sea probable. Quizá había tal confusión, que el sumo sacerdote no se podía identificar. Ciertamente, no llevaba sus vestiduras sacerdotales. También es probable que Pablo no conociera a Ananías personalmente porque el apóstol no había tenido contacto con el sanedrín durante muchos años y el sumo sacerdocio cambiaba con frecuencia (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348).
Los judíos incrédulos no se iban a detener por eso en su oposición a Pablo (cf. v. 6). Más bien, se unieron y le llevaron al tribunal.
18:13–15. Los judíos acusaron a Pablo de persuadir a los hombres a honrar a Dios contra la ley romana. Roma no permitía la propagación de nuevas religiones. El judaísmo era una creencia aceptada y establecida, pero los judíos estaban diciendo que el cristianismo era un culto nuevo y diferente del judaísmo.
De cualquier forma, Pablo reconoció la posición del sumo sacerdote, aunque no lo respetara como persona.
Sin embargo, Galión lo vio de una manera distinta. Para él, el cristianismo estaba bajo el amparo del judaísmo y por lo tanto no eran cuestiones para ser establecidas en una corte civil. Esta decisión fue crucial, porque equivalía a legitimar el cristianismo a los ojos de la ley romana.
18:16–17. La explosión espontánea de violencia contra Sóstenes, principal de la sinagoga, puso de manifiesto el espíritu de antisemitismo que existía debajo de la superficie en la sociedad de Corinto. Por su lado, los gentiles no querían saber nada de los pleitos entre los judíos. Evidentemente, Sóstenes había llegado a ser el principal de la sinagoga en lugar de Crispo y había dirigido la acusación de los judíos contra Pablo. Posiblemente sea el mismo Sóstenes que posteriormente se convirtió y a quien Pablo se refiere en 1 Corintios 1:1.
23:6–9. En una escena semejante, era imposible hacer justicia. Al reconocer esto, Pablo cambió completamente su táctica y afirmó su esperanza en la resurrección de los muertos al igual que los fariseos (sobre esta esperanza, cf. 24:15; 26:6–7; 28:20). Esto interrumpió inmediatamente el procedimiento, porque dio inicio a una disensión entre los fariseos y los saduceos (cf. 4:1–2). Al usar esta astuta táctica, Pablo dividió a sus enemigos. Es sorprendente que los fariseos defendieran a Pablo, pues lo consideraban un compañero fariseo.
4:12. La palabra salvación regresa a que Pedro acababa de citar, porque es un tema prominente de ese salmo, donde los vv. 22–29 anuncian la salvación milenial. En , Pedro no sólo estaba hablando de la justificación individual, sino también de la salvación nacional profetizada en .
Este insignificante incidente nada se le daba a Galión. Aunque hubo violencia, no le interesaban los asuntos religiosos.
18:18. El tiempo exacto de la permanencia de Pablo en Corinto no está claro, ya que los 18 meses (v. 11) pueden empezar a contarse desde el tiempo de la visión de Pablo (vv. 9–10) o pueden incluir todo el tiempo que Pablo pasó allí (del v. 5 en adelante).
23:10. Pablo estaba en un peligro mayor en medio de los judíos de lo que podría estar en una prisión romana. De manera que nuevamente se dio orden de que lo llevasen gradas arriba a las barracas de la fortaleza Antonia (cf. 21:35).
Después, Pablo se fue de Corinto, rumbo a la iglesia que lo había enviado, Antioquía sobre el río Orontes en Siria. Pero antes de salir se rapó la cabeza en Cencrea, el puerto que estaba al sureste de Corinto, porque tenía hecho voto aunque no se establece cuándo lo hizo. Quizá fue cuando salió de Troas para Macedonia, o al principio de su ministerio en Corinto, o más posiblemente, antes de que el Señor le diera la visión (vv. 9–10). Tal vez el voto consistía en dejarse crecer el cabello y para entonces ya había terminado el tiempo del voto de nazareo (después de como año y medio), por p 203 lo que Pablo se hizo un corte de cabello en Cencrea (cf. Nm. 6:1–21).
Josefo escribió acerca de algunos judíos que después de algún infortunio acostumbraban raparse la cabeza y se rehusaban a ofrecer sacrificios durante 30 días (Guerras judías 2.15.1). Si éste fuera el caso, Pablo se habría cortado el cabello al iniciar su voto. Pero esto es algo improbable porque no se menciona ninguna enfermedad o alguna otra aflicción (a menos que 2 Co. 12:7–9 pueda incluirse aquí).
c. Peligro para Pablo (23:11–32)
Al escuchar esto, los gobernantes fueron puestos a la defensiva. No sólo habían rechazado al único Salvador de Israel, sino que estaban impidiendo que se concluyera el edificio divino. No quedaba entonces otra medio de salvación para el pueblo (cf. ; ).
Mientras Pablo estaba en Corinto, escribió 1 y 2 Tesalonicenses (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos” en el Apéndice, pág. 357).
4. conclusión del segundo viaje misionero (18:19–22)
23:11. La importancia de esta visión no fue sólo para confortarlo y animarlo (cf. 18:9–10), sino que también fue la confirmación de sus planes de ir a Roma. Literalmente, el evangelio de Cristo iría de Jerusalén a Roma por medio del apóstol Pablo. Esta fue la cuarta visión que el Señor dio al apóstol (cf. 9:4–6; 16:9; 18:9–10).
18:19. Priscila y Aquila acompañaron a Pablo hasta Éfeso. Evidentemente Silas y Timoteo permanecieron en Macedonia y Acaya para supervisar las iglesias. No se sabe el motivo por el que Priscila y Aquila se trasladaron a Éfeso. Probablemente por el bien del evangelio.
Como en toda ciudad donde había una sinagoga, Pablo entró y discutía con los judíos (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4; 19:8).
23:12–13. Tan grande fue el odio hacia Pablo, que venido el día … cuarenta … judíos fanáticos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo (cf. los esfuerzos de la multitud para matarlo; 21:31). El vb. que se traduce juramentar es anatematizō (de donde se deriva la palabra castellana “anatema”), lo cual significa que una persona se pone a sí misma bajo una maldición si no cumple el juramento. Se presupone que esos hombres fueron posteriormente liberados de su voto por medio de sus abogados, ya que las circunstancias de Pablo cambiaron a través de una dramática serie de eventos.
18:20–21. A diferencia del obstinado rechazo a creer de los judíos en otras sinagogas, los de Éfeso desearon tener más intercambio con Pablo. Sin embargo, él quería seguir su viaje de regreso a casa. Algunos mss. añaden que el deseo de Pablo era ir a Jerusalén con el fin de estar en una fiesta. Si esto es cierto, probablemente quería ir para cumplir con la pascua.
4:13–14. Las autoridades se maravillaban (cf. 3:10) de que Pedro y … Juan … hombres sin letras (agrammatoi, “iletrados”) y del vulgo (idiōtai) hablaran con tal denuedo (parrēsia, “atrevimiento” o “valor para hablar abierta y francamente”). El “denuedo” es otro tema prominente de p 145 Hechos (2:29; 4:13, 29, 31; 28:31; cf. el vb. “hablar valerosamente” en 9:27–28; 13:46; 14:3; 18:26; 19:8; 26:26). El sanedrín guardó silencio cuando se dio cuenta de que Pedro y Juan habían estado con Jesús (cf. ). De esa manera, los apóstoles estaban experimentando lo que Cristo había prometido (; ; ).
18:22. Después de tocar tierra en Cesarea, en la costa palestina, un viaje de unos 800 kms. desde Éfeso, Pablo subió (a Jerusalén) para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía. “Subió” y “descendió” son términos casi técnicos que se refieren a ir a y salir de la elevación más alta de Jerusalén.
23:14–15. La complicidad de los principales sacerdotes y ancianos p 220 en ese complot revela que no tenían un caso legítimo contra Pablo y que eran viles. El celo fanático de los cuarenta hombres se ve también en que un número de ellos tal vez morirían al pelear contra los guardias de Pablo, si su plan se llevara a cabo.
5. conquista de éfeso (18:23–19:20)
[Tercer viaje misionero, 18:23–21:16]
23:16–22. El sobrino anónimo de Pablo, de alguna manera oyó acerca de la celada de los cuarenta hombres. Con esta información, fue a las barracas para darla a conocer a Pablo y luego al tribuno. Muchas interrogantes sin respuesta vienen a la mente. ¿Era cristiano el sobrino de Pablo? ¿Cómo consiguió esa información? ¿Vivía la hermana de Pablo en Jerusalén? Si Pablo tenía parientes en Jerusalén, ¿por qué no se hospedó con ellos?
a. Inicio del tercer viaje de Pablo (18:23)
4:15–17. Es muy significativo que las autoridades no pudieron negar la verdad de la señal. Deliberadamente se abstuvieron de mencionar la palabra “Jesús” y se refirieron a él como este nombre (cf. la misma abstención del sumo sacerdote, 5:28).
18:23. Usando muy pocas palabras, Lucas relata la primera parte del tercer viaje misionero del apóstol (V. “Mapa del tercer viaje misionero de Pablo” en el Apéndice, pág. 359). Obviamente, la meta del autor era destacar el ministerio de Pablo en Éfeso. En el viaje que hizo a esa ciudad, ministró en Galacia y … Frigia (cf. 16:6), confirmando a todos los discípulos. Sin duda, muchos de ellos eran convertidos de su segundo viaje misionero. Por esa razón, se usa el incidente de 18:24–28 para introducir la obra de Pablo en Éfeso.
El sobrino de Pablo era un joven (vv. 17–19, 22). La palabra gr. neanias, que se usa en el v. 17, fue usada anteriormente con respecto a Pablo (7:58) y Eutico (20:9) y puede referirse a un hombre de entre veinte y cuarenta años. (Neaniskos, sinónimo de neanios, se utiliza en 23:18 y 22; el v. 19 de la NVI incluye “al joven” pero el texto gr. no lo tiene). Cuando el tribuno de la fortaleza supo del plan, advirtió al sobrino de Pablo que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.
b. La instrucción que recibió Apolos (18:24–28)
En este episodio (18:24–28) y en el siguiente (19:1–7), se aprecia la naturaleza transicional de esta fase de la historia de la iglesia. Puede asumirse de 19:1–7 que Apolos no había recibido el bautismo cristiano y probablemente tampoco el Espíritu Santo.
23:23–24. El tribuno decidió alejar a Pablo de ese peligroso paraje, de manera que tomó todas las precauciones posibles para que el apóstol escapara. Primero, envió a Pablo en compañía de más de 470 hombres, dos centuriones … doscientos soldados (cada centurión mandaba a cien), setenta jinetes y doscientos lanceros. Segundo, comenzaron el viaje bajo la complicidad de la noche, a las 9 p.m. Además, Cesarea sería un lugar mucho más seguro, no propenso a tumultos como Jerusalén. Por tercera vez, Pablo dejó una ciudad subrepticiamente, durante la noche (cf. Damasco, 9:25; Tesalónica, 17:10).
Esta sección de Hechos también muestra que el cristianismo es resultado lógico de las enseñanzas del A.T. y del ministerio de Juan el Bautista. De hecho, el mensaje de Pablo era superior al de aquel gigante espiritual. Aunque el mensaje de Juan había llegado tan lejos como Alejandría y Éfeso, p 204 su obra sólo podía realizarse plenamente a través de Cristo.
18:24. Lo que tuvo lugar en los vv. 24–28 ocurrió después de que Pablo salió de Éfeso (v. 21) y antes de su regreso (19:1). Durante ese intervalo se había iniciado una iglesia, probablemente debido a la influencia de Aquila y Priscila. A esa iglesia llegó el carismático Apolos procedente de Alejandría, que estaba en el norte de África. Por ser un judío, tenía buen conocimiento de las Escrituras del A.T.
23:25–30. Cuando un prisionero era transferido a un superior, se requería que el oficial subordinado acompañara al sujeto con una declaración escrita del caso.
Tal vez Lucas haya obtenido de Nicodemo o de Pablo la información referente a los sucesos acontecidos después de que cerraron las puertas. Aunque Pablo no era saduceo, tal vez tuvo acceso a esa información.
18:25. Su doctrina respecto al Señor era correcta, pero incompleta. Probablemente esto significa que Apolos no sabía nada acerca del bautismo del Espíritu Santo. El bautismo de Juan simbolizaba la limpieza de parte de Dios cuando la persona se arrepentía ante el Señor (cf. 19:4). Pero el bautismo cristiano representa la unión del creyente con Cristo en su muerte, sepultura, y resurrección y se efectúa por medio del bautismo del Espíritu Santo (cf. Ro. 6:3–10; 1 Co. 12:13; Gá. 3:27; Col. 2:12).
18:26. En vez de corregir a Apolos en público, Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios (cf. “el camino del Señor” v. 25).
La carta de Claudio Lisias presenta lo esencial del caso. El tribuno torció la verdad al decir que lo libró él (v. 27), porque ciertamente fue a través de un subordinado que él tuvo conocimiento de que Pablo era ciudadano romano (22:26). También, discretamente evitó mencionar que se había estado preparando para dar a Pablo una azotaína (cf. 22:25, 29).
18:27–28. Equipado con esta nueva doctrina, Apolos cruzó el mar Egeo rumbo a Acaya (tal vez a Corinto) donde fue maravillosamente usado por Dios. Con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras (las cuales conocía bien, v. 24) que Jesús es el Cristo. Este también era el método que Pablo usaba (v. 5). Tan podero so fue el ministerio de Apolos, que algunos creyentes divisionistas de Corinto formaron un partido que lo apoyaba (1 Co. 1:12). No hay indicación de que él haya promovido semejante división y Pablo tampoco lo consideró responsable de ella.
c. Influencia del evangelio (19:1–20)
La importancia de esa misiva se ve en 23:29, donde el tribuno declaró que Pablo era inocente. Compare comentarios similares hechos por Galión (18:14–15); el dirigente de Éfeso (19:40), los fariseos (23:9), Festo (25:25) y Herodes Agripa II (26:31–32).
El concilio, o sea el sanedrín, era la corte suprema y cuerpo administrativo de los judíos que estaba compuesto por 71 miembros en su mayoría saduceos, incluyendo al sumo sacerdote. En Hechos, esta es primera de cuatro veces que los seguidores de Jesús son traídos ante el sanedrín (cf. Pedro y los apóstoles, 5:27; Esteban 6:12; y Pablo, 22:30).
(1) Con los doce (19:1–7). 19:1–2. Éfeso llegó a ser la base de operaciones de Pablo durante su tercer viaje misionero. También era el hogar del templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Su templo, de acuerdo a las ruinas que aún existen, era de 71 mts. de ancho y 125 mts. de largo, ¡cuatro veces el tamaño del Partenón de Atenas! Como centro comercial, Éfeso era la ciudad principal de la provincia de Asia. Las extensas ruinas existentes revelan la gloria de su pasado. Sin embargo, el río Caistro azolvó completamente el puerto y posteriormente fue abandonado. Durante el tiempo de Pablo la ciudad estaba cerca de su cenit.
Llegando a esa área metropolitana por la carretera interior (tal vez la ruta más corta), Pablo encontró a ciertos discípulos. Lo que Lucas quiso decir con “discípulos” no está claro. Normalmente él usaba la expresión para referirse a los cristianos. Puede que aquí tenga ese significado, porque la interrogante de Pablo menciona cuando creísteis (i.e., creyeron en Jesucristo).
23:31–32. El viaje de Jerusalén a Antípatris era de más de 56 kms. Aquélla debe haber sido una marcha muy presurosa, porque llegaron al día siguiente. El terreno desde Jerusalén a Lida o Jope (la moderna Lod; cf. 9:32–43), a once o doce kms. antes de Antípatris, era difícil y facilitaba que algún grupo pusiera una emboscada. Una vez que la compañía llegara a Antípatris, ya no se necesitaban más los soldados. Los otros cuarenta y tres kms. hasta Cesarea podían atravesarse con menos riesgo.
La respuesta de esos discípulos es algo enigmática. Cuando dijeron Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo, tal vez signifique que no habían escuchado que había sido enviado o que se estaba dando. Una construcción similar se usa en gr. en Juan 7:39. Además, Juan el Bautista claramente predijo la obra venidera del Espíritu Santo (Mt. 3:11; Mr. 1:8; Lc. 3:16; cf. Juan 1:32–33).
19:3–4. Como Apolos (18:25), esos discípulos efesios tenían conocimiento p 205 sólo del bautismo de Juan, la señal de arrepentimiento hacia Dios (Mt. 3:2, 6, 8, 11; Mr. 1:4–5; Lc. 3:8). Pablo les dijo que Juan señalaba hacia Jesucristo como aquel en quien ellos debían creer (Mt. 3:11–12; Mr. 1:7–8; Lc. 3:16–17).
3. encarcelamiento en cesarea (23:33–26:32)
19:5. Este es el único lugar del N.T. que se refiere a que alguien se haya vuelto a bautizar. Claramente, el ministerio de Juan fue preparatorio, porque Cristo es el cumplimiento de todas las cosas.
4:18–22. Cuando intimaron a Pedro y Juan de que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús, ellos respondieron que debían obedecer a … Dios … antes que a las autoridades humanas (cf. 5:29). Ellos simplemente estaban siendo testigos como Cristo les había mandado (1:8). Las autoridades los amenazaron (aparentemente prometiendo castigarlos si seguían predicando a Jesús) y los soltaron. Tenían miedo de castigarles en ese momento porque todos glorificaban a Dios (cf. 3:9; 5:26).
19:6. La imposición de las manos puede haber sido en relación con el bautismo. Una posibilidad más cierta es que se haya efectuado después de ello. Como resultado, el Espíritu Santo vino sobre esos discípulos y hablaban en lenguas, y profetizaban. La mención de las lenguas en Hechos confirma la declaración de Pablo de que “son por señal … a los incrédulos” (cf. el comentario de 1 Co. 14:22). El propósito de las lenguas era eliminar la incredulidad. El cuadro que aparece en el Apéndice compara el uso de las lenguas en Hechos y señala su propósito específico (V. “El hablar en lenguas en Hechos” en el Apéndice, pág. 360).
a. Defensa de Pablo ante Félix (23:33–24:27)
Debe notarse que la recepción del Espíritu Santo en Hechos no sigue ningún patrón establecido. Algunas veces vino a los creyentes antes del bautismo (Hch. 10:44), en otras, durante o después del bautismo (8:12–16; 19:6), o por la imposición de las manos apostólicas (8:17; 19:6). Aun así, Pablo declaró (Ro. 8:9) que cualquiera que no tiene el Espíritu Santo no es cristiano. Obviamente Hechos, que es un libro de transición, no debe ser usado como fuente doctrinal acerca de cómo se recibe el Espíritu Santo (cf. el comentario acerca de las lenguas, 1 Co. 13:8–14:25, Tomo 3 de este Comentario).
19:7. La referencia a los doce hombres no implica, como algunos han sugerido, que la iglesia es el nuevo Israel. Si ese número tuviera algún significado, sería que Israel todavía está pendiente de experimentar la plenitud del Espíritu (cf. Ez. 36:26–27; Jl. 2:28–32; Zac. 12:10–14).
23:33–35. Cuando la caballería y Pablo … llegaron, Félix lo sujetó a un p 221 pequeño interrogatorio preliminar. Félix fue procurador (gobernador) de Judea entre ca. 52–58 d.C. y es uno de los tres procuradores romanos que se mencionan en el N.T. Los otros son Poncio Pilato (26–36 d.C.) y Porcio Festo (58–62 d.C.). Félix se casó con Drusila (24:24), hermana de Herodes Agripa II, el Agripa de 25:13–26:32. (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355.)
(2) En la sinagoga. 19:8. De acuerdo a su promesa (18:21) Pablo regresó a la sinagoga de Éfeso y habló con denuedo por espacio de tres meses. Presentarse por tres meses en una sinagoga sin que se levantara un alboroto, fue una victoria para Pablo. Tal vez la naturaleza cosmopolita de Éfeso hizo que los judíos de aquel lugar fueran más tolerantes. Con referencia al denuedo de los apóstoles, V. el comentario de 4:13.
c. La súplica (4:23–31)
El tema de su discusión fue el reino de Dios, el cual obviamente incluía a la persona y obra de Cristo, pero a la vez debe haber sido un atisbo de su reino milenial (cf. 1:3, 6).
Después de que Félix supo que Pablo era de Cilicia, determinó escuchar el caso. Evidentemente, un caso podía ser tratado en la provincia del acusado, o en donde se hubiera cometido el supuesto crimen. La verdadera interrogante era de qué clase de (poias) provincia provenía Pablo. Por aquel tiempo, Cilicia no era una provincia completa, sino que estaba bajo el delegado de Siria, ante quien Félix era responsable. El delegado no iba a querer molestarse con un caso tan pequeño como éste. Además, Félix no quería incurrir en la ira de los judíos forzándolos a presentar su querella contra Pablo en su ciudad natal Tarso, que estaba demasiado lejos. Félix sólo tenía un camino y era escuchar el caso. Pero los testigos contra Pablo tendrían que estar presentes (cf. ).
(3) En la escuela de Tiranno (19:9–12). 19:9. Una vez más surge el conocido patrón de oposición judía (cf. 18:6). Esta vez, los judíos maldijeron el Camino (acerca de “el camino,” cf. 9:2; 19:23; 22:4; 24:14, 22) delante de la multitud. Así que se apartó Pablo de ellos.
Después de sacar a los creyentes de la sinagoga, enseñó cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Aparentemente este señor puso su escuela a la disposición de los maestros itinerantes. Un ms. gr. añade que el local estaba disponible de las 11 a.m. a las 4 p.m., horario en que la mayoría de la gente tomaba su comida del mediodía y una “siesta”. Esta tradición probablemente es correcta. Durante el resto del día, Pablo desempeñaba su oficio (20:34).
24:1. El mismo sumo sacerdote descendió a Cesarea, así como algunos de los ancianos del sanedrín. Ellos habían contratado a un abogado (rhētoros, “un orador público”, usado sólo esta vez en el N.T.), Tértulo, quien iba a presentar el caso ante Félix.
19:10. Pablo ministró en Éfeso p 206 por espacio de dos años. Pero de acuerdo a Hechos 20:31, estuvo allí durante tres. Ya que era costumbre contar una parte de la unidad como un todo, en realidad su ministerio duró de dos a tres años.
Tan efectiva fue su labor, que el evangelio se extendió por toda la provincia de Asia, la costa occidental de la moderna Turquía. Durante ese tiempo se fundaron las iglesias de Colosas, Laodicea y de Hierápolis (Col. 4:13). Algunos creen que las siete iglesias mencionadas en Apocalipsis 2–3 se iniciaron en ese tiempo, pero esto no puede afirmarse con seguridad.
Pueden apreciarse tres partes en esta oración de la iglesia primitiva: (1) Dios es soberano (v. 24). (2) El plan divino incluye que los creyentes enfrenten la oposición contra el Mesías (vv. 25–28). (3) Por causa de esto, pidieron a Dios que les concediera predicar con valor (vv. 29–30).
24:2–4. El abogado pasó casi tanto tiempo en su introducción como el que tardó en presentar los cargos específicos contra Pablo. Su descripción de Félix fue excesivamente halagadora y aduladora, porque éste era conocido por su uso violento de la fuerza represiva y su corrupto autoengrandecimiento. El procurador había sido esclavo, ganó su libertad, y se congració con la corte imperial. Tácito, el historiador romano, satíricamente resumió el carácter de Félix con el breve comentario, “… ejerció el poder real con la mente de un esclavo”.
19:11–12. Estas proezas de Pablo son milagros semejantes a los que Pedro realizó en 5:15–16. Es evidente que la mano de Dios estaba sobre Pablo bendiciéndole y autenticando su ministerio. Es posible que los paños o delantales fueran símbolos tangibles del poder de Dios a través del apóstol pero no tenían poderes mágicos en sí mismos. Ciertamente ésta no es base para que en la actualidad la gente trate de repetir un milagro semejante. Como se ve muchas veces en Hechos, los milagros confirmaban la obra de los apóstoles (2:43; 4:30; 5:12; 6:8; 8:6, 13; 14:3; 15:12; cf. 2 Co. 12:12; He. 2:3–4).
La mención de espíritus malos tiende un puente entre esta porción y el incidente que sigue (Hch. 19:13–20).
24:5–8. Las acusaciones eran tres: (1) Pablo era una plaga, y promotor de sediciones … por todo el mundo. (2) Era cabecilla de la secta de los nazarenos. (3) Intentó … profanar el templo.
(4) Con exorcismo y hechicería (19:13–20). Uno de los temas de Hechos es la victoria de Cristo sobre el ocultismo (cf. 8:9–24; 13:6–12; 16:16–18). Este incidente es otro ejemplo de su poder sobre los demonios.
19:13. Algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, quienes obviamente usaban gran variedad de encantamientos y métodos mágicos intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus demoniacos.
El primer cargo tenía matices políticos, porque Roma deseaba mantener el orden a lo largo y ancho del imperio.
4:23–24. Es interesante observar que al enfrentar la persecución, los suyos (la gente de Pedro y Juan), reconocieron el poder soberano de Dios.
19:14. Se dice que Esceva era judío, y jefe de los sacerdotes. Pero tal vez él fue quien se autonombró así y Lucas simplemente registra su jactancia. O tal vez fuera en verdad un jefe sacerdotal cuyos siete hijos se habían extraviado siguiendo el exorcismo.
19:15. Puede haber algún significado en la variación de vbs. asignados a “conozco” usado por el espíritu malo (i.e., el demonio). Él dijo: A Jesús conozco (ginōskō, “conocer por interacción y experiencia”), y añadió sé quien es Pablo (epistamai, “tener conocimiento acerca de, entender”). Pero el demonio no sabía quiénes eran los hijos de Esceva.
El segundo cargo también era de interés para el gobierno porque Tértulo hizo parecer que el cristianismo estaba divorciado de la religión judía. Roma permitía el judaísmo como una religio licita (una religión legal), pero no toleraría ninguna religión nueva. Al describir al cristianismo como una “secta” (jaireseōs, “bando, partido, escuela”; de la cual viene la palabra castellana “herejía”) de los nazarenos, el abogado hizo parecer la fe de Pablo como cismática y grotesca.
19:16. En vez de ser exorcizado, el hombre poseído por el demonio adquirió una fuerza sobrenatural y saltó sobre todos los siete (amfoterōn normalmente significa “ambos” pero también puede aplicarse a “todos”), dominándolos. Los siete hijos huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Los demonios algunas veces pueden hacer que aquellos a quienes tienen poseídos adquieran poderes físicos poco comunes (cf. Mr. 5:3–4).
19:17–18. El resultado fue que sobrevino temor (o asombro, fobos) tanto a judíos como a gentiles (cf. 5:5) y alta estima por el nombre de Jesús (en contraste con el intento de usar su nombre para hacer el exorcismo; cf. 19:13). Muchos cristianos también habían estado involucrados en la hechicería y el espiritismo y abiertamente vinieron confesando y dando cuenta de sus hechos. El sustantivo que se traduce como “hechos” es praxeis, que probablemente describe dichos y fórmulas mágicas. El dar a conocer p 207 sus secretos podría hacer que perdieran sus poderes.
Profanar el templo también tenía un tono político, porque los romanos habían dado permiso a los judíos de matar a cualquier gentil que traspasara las barreras del templo (cf. 21:28). En este punto, Tértulo modificó el cargo que originalmente se hizo en 21:28. En aquel entonces, Pablo había sido acusado de introducir a un gentil (Trófimo, el efesio) dentro de los patios del templo. Después se dijo que Pablo había intentado profanarlo. La verdad se vio severamente afectada en la cláusula prendiéndole, implicando que ellos tomaron a Pablo para arrestarlo. (La RVR60 agrega algunas palabras a los p 222 vv. 6–8 que se encuentran únicamente en unos pocos mss. gr. menos confiables, “quisimos juzgarle … que viniesen a ti”.)
4:25–27. Las palabras (“dijiste, mediante el Espíritu Santo” que aparecen en la NVI) por boca de David tu siervo señalan, como muchos pasajes, la inspiración divina de las Escrituras por medio de instrumentos humanos (cf. 28:25). contiene una cita de , la cual profetiza la tribulación. En un sentido, Pedro vio la oposición al Mesías, el “ungido de Dios” (tou J̱ristou; cf. “ungiste”, ), predicha por David en , como cumplida en la iglesia primitiva. Los paralelismos son obvios. Las gentes (ethnē. ) son paralelas con los gentiles (ethnesin, v. 27); los pueblos (laoi, v. 25) con el pueblo de Israel (laois Israēl, v. 27); reyes (v. 26) con Herodes (v. 27); y los príncipes (v. 26) con Poncio Pilato (v. 27).
19:19. Además, muchos … quemaron sus manuales de magia. En la hechicería la gente, con la asistencia de demonios, busca dominar a otros. La palabra que se traduce por “piezas de plata” es en realidad argyriou, la cual simplemente significa “plata”. Por lo tanto, el valor de las monedas es desconocido. Pero cincuenta mil piezas de plata era una gran suma.
19:20. La iglesia purificada llegó a ser una iglesia poderosa y creciente. (La propagación de la palabra del Señor también se menciona en 6:7; 12:24; 13:49.) Con este sexto informe de avance, Lucas concluye otra sección de su libro (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 28:30–31).
24:9–10. Después de que los judíos respaldaron la veracidad de los cargos que hiciera el abogado contra el acusado, se dio a Pablo la oportunidad de responder.
D. Extensión de la iglesia a Roma (19:21–28:31)
1. culminación del tercer viaje (19:21–21:16)
Su introducción fue mucho más corta y veraz. Él dio por sentado que Félix conocía la situación en Judea lo suficientemente bien como para hacer una decisión acertada.
a. El disturbio de Éfeso (19:21–41)
4:28–30. Así como el poder y la voluntad soberana de Dios habían antes determinado que Cristo enfrentaría oposición, en aquella ocasión Pedro y Juan oraron para que el poder de Dios se manifestara con todo denuedo en la iglesia apostólica. También pidieron al Señor, les concediera la habilidad sobrenatural para hacer sanidades y señales (sēmeia, cf. 2:43) p 146 y prodigios (terata; cf. 2:43) mediante el nombre de … Jesús.
19:21. Este v. marca el tono que seguirá el resto del libro. La mira de Pablo estaba ahora puesta en Roma (vía Jerusalén) con la meta final de llegar hasta España (Ro. 1:15; 15:22–24). Lucas no hace referencia a ese país porque uno de sus propósitos al escribir Hechos fue trazar el extendimiento del evangelio hasta que Pablo llegó a Roma, centro del mundo conocido. Muchos han observado que el evangelio de Lucas se enfoca en Jerusalén, mientras que Hechos pone énfasis en la salida del evangelio desde Jerusalén hacia Roma. Parece que esas dos ciudades son el punto focal de Lucas/Hechos.
24:11. Pablo expresó varios puntos en su defensa. Primero, él no había estado en Jerusalén el tiempo suficiente como para instigar a una turba. De hecho, uno de sus propósitos de estar en Jerusalén era adorar y cumplir con la fiesta de Pentecostés (20:16). Otra razón se desarrolla en 24:17–18.
El texto dice: Pablo se propuso en espíritu (etheto jo Paulos en tō pneumati). Esto puede significar que fue en el propio espíritu de Pablo o bien en el Espíritu Santo. Puesto que el vb. significa “propuso” no “fue dirigido”, quizá se refiera al espíritu de Pablo.
Sin embargo, primero él deseaba visitar las iglesias de Macedonia y Acaya. Los propósitos de ese itinerario eran (a) confirmar a las iglesias y (b) levantar una ofrenda para los santos de Jerusalén.
24:12–13. Segundo, los calumniadores de Pablo no pudieron comprobar que él hubiera estado disputando … ni amotinando una turba en la ciudad.
19:22. Timoteo, que estuvo anteriormente con Pablo en Corinto (18:5), entra otra vez en escena. Él y Erasto fueron enviados a Macedonia, evidentemente para que hicieran preparativos para la llegada de Pablo, quien menciona a Erasto en 2 Timoteo 4:20.
4:31. La respuesta del Señor a la petición de los creyentes pidiendo denuedo se manifestó por un temblor en el lugar en que estaban congregados. También incluyó una llenura sobrenatural del Espíritu Santo (cf. v. 8). Cuando Lucas, como en este caso, usa una forma verbal para referirse a la llenura de los creyentes con el Espíritu, por lo general dice que la manifestación del Espíritu fue otorgada soberanamente por Dios. Esto es diferente al imper. en , el cual establece que los cristianos son responsables de ser llenos del Espíritu.
19:23–24. Antes de la salida de Pablo, y como un incentivo para forzarlo a dejar Éfeso, hubo un alboroto. Acerca de la palabra el Camino, V. el comentario de 9:2.
24:14–16. Tercero, él adoró al Dios de Israel en completa conformidad con la ley y … los profetas (cf. 26:22; 28:23). (Acerca del término “la ley y los profetas”, V. .) Además, su fe no estaba puesta en una herejía, sino en el cristianismo, el cual era conocido como el Camino (cf. ; , ; ; ). Su esperanza en la resurrección (cf. 23:6; 26:6–7) era la misma que la de sus acusadores (Pablo supuso que un número de ellos eran fariseos). Con esto, quiso decir que el cristianismo era una consecuencia del A.T. Además, siempre buscó tener su conciencia sin ofensa (cf. 23:1). “Sin ofensa” es traducción de aproskopon (lit. “no causar tropiezo, o no ofender”), usada sólo dos veces más en el N.T., ambas por Pablo (; ).
Sólo en dos de los incidentes registrados en Hechos, los gentiles se opusieron a Pablo: (a) en esta ocasión y (b) en el caso de la adivina de Filipos (16:16–24). En ambos, la oposición se debió a que habían de por medio intereses monetarios.
Eran dos las deidades de Asia Menor que llevaban el nombre de Artemisa. Una se adoraba en la cultura griega y su contraparte romana era Diana. Era la diosa virgen y reina de la cacería. La otra era Artemisa de los efesios, diosa de la fertilidad, que se caracterizaba por tener múltiples senos. Tal vez la estatua original era un meteorito parecido a una mujer con muchos senos (cf. 19:35).
24:17. Esta es la única vez en Hechos que se menciona el propósito de traer una ofrenda a Jerusalén de parte de las iglesias gentiles. Lucas no hizo sobresalir este hecho, porque era un asunto menor en su argumento. Sin embargo, para Pablo era muy importante, como se hace notar por sus frecuentes alusiones a ello en sus epístolas (; ; ; ; ).
Un platero hacía estatuas (templecillos de plata) de la diosa de Éfeso, pero a causa del poder del evangelio, su negocio estaba a punto de fracasar.
p 208 19:25–27. Demetrio (v. 24) un platero, reunió a los otros obreros del mismo oficio y les exhortó a hacer algo en base al negocio que tenían en común (este nuestro negocio venga a desacreditarse) y a la religión (el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada). Este llamado a la acción basado en el culto a Diana es evidentemente una hipocresía, porque su interés era financiero más que otra cosa. Artemisa era adorada en muchas ciudades además de Éfeso y para ellos la afirmación de Pablo en el sentido de que no son dioses los que se hacen con las manos, arruinaría su oficio de hacer ídolos.
¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que fue a Jerusalén a … presentar ofrendas? Tal vez que entró al templo a “presentar ofrendas” (cf. ). Pero es más probable que se haya referido a que ofreció ofrendas de acción de gracias por las bendiciones de Dios sobre su ministerio.
2. disciplina en la iglesia (4:32–5:11)
19:28–29. Los plateros, enfurecidos contra Pablo por el discurso de Demetrio, instigaron una revuelta y … se lanzaron al teatro de Éfeso, el lugar más grande para llevar a cabo una asamblea popular en esa ciudad, el cual tenía asientos para 25,000 personas. Como muestra de su oposición, la gente prendió a Gayo y a Aristarco (cf. 20:4). Gayo era un nombre muy común; así que es dudoso que sea el mismo que se menciona en Romanos 16:23 y 1 Corintios 1:14. Aristarco también se nombra en Hechos 20:4 y 27:2. Es evidente que ambos escaparon con muy poco o ningún daño.
19:30–31. Estos vv. son importantes no sólo por lo que directamente afirman, sino también por lo que implican. Pablo estaba ansioso de defender el evangelio, listo para enfrentarse a sus opositores. Pero los cristianos no le dejaron. También algunas de las autoridades de Asia le impidieron verse envuelto en la revuelta. Ellos eran líderes políticos (lit. Asiarj̱ōn “gobernadores de Asia”), que estaban encargados del bienestar político y religioso de la comunidad. Deben haber tenido buenas relaciones con Roma y por lo tanto, este hecho nos da evidencia de que el cristianismo estaba bien visto por el gobierno.
24:18. Una vez más, Pablo afirmó que él no era el instigador de un alboroto (cf. v. 12); ¡eran sus acusadores!
19:32–34. En este pasaje se aprecia el sentido del humor de Lucas. Irónicamente, la concurrencia estaba confusa, y la mayor parte de ellos no sabían por qué se habían reunido. Como los judíos eran monoteístas y se oponían fuertemente a los ídolos, empujaron a Alejandro al frente, a fin de desligarse de los misioneros y explicar que la baja en el negocio de los ídolos de Diana no era culpa de los judíos. Sin embargo, el antisemitismo surgió con fuerza en la turba, que rehusó escuchar a un judío, y gritaron con frenesí casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
19:35–39. El término escribano (gramateus, lit, “escriba”) no hace justicia al trabajo de este hombre. Realmente era el jefe ejecutivo de la ciudad. Cuando él se presentó, la gente escuchó.
24:19–21. Finalmente, dijo que sus primeros acusadores no estaban presentes, los cuales eran unos judíos de Asia y los que originalmente hicieron las acusaciones falsas e incitaron al tumulto en el templo (cf. 21:27). Ya que el concilio no lo había encontrado culpable (23:1–9), el discurso de Tértulo en verdad no contenía ningún cargo legítimo.
a. División de bienes (4:32–37)
Primero, les recordó la posición de Éfeso como guardiana del templo de … Diana, y de la imagen venida del cielo. La última afirmación pudo haber sido una refutación sutil de la declaración (v. 26, “no son dioses los que se hacen con las manos”). Artemisa, argumentó él, no era obra de manos humanas. Entonces, ¿por qué preocuparse por la predicación de Pablo? Segundo, el escribano dictaminó la inocencia de Gayo y Aristarco, y de paso exoneró también a Pablo (v. 37). Tercero, señaló los métodos legales para obtener audiencias, que era a través de los tribunales, procónsules y asambleas legales (vv. 38–39). Esta asamblea no era legal.
19:40–41. Finalmente, ese oficial anónimo advirtió acerca de las implicaciones políticas si la ciudad era acusada de sedición. Les sería difícil dar p 209 a Roma una explicación lógica de la revuelta y la ciudad podía ser privada de algunas de sus libertades por causa de ello. De manera que Pablo fue absuelto de cualquier hecho impropio, ya fuera religioso o político.
24:22. Sólo puede ser conjeturado cómo supo Félix acerca del cristianismo. Probablemente lo haya escuchado de labios de su esposa Drusila, hija de Herodes Agripa I y hermana de Herodes Agripa II. Ya que era judía (v. 24), tal vez sabía acerca del Camino. Además de esto, es poco probable que Félix haya gobernado Judea durante varios años sin tener algún conocimiento previo acerca de la fe de la iglesia primitiva.
Mientras Pablo estaba en Éfeso, escribió 1 Corintios, así como una carta anterior a los corintios, la cual no forma parte del canon bíblico (cf. 1 Co. 5:9). Además, hizo una tercera visita a Corinto que no se registra en Hechos (cf. 2 Co. 12:14; 13:1; V. “Contactos y Correspondencia” en la Introducción de 2 Co., Tomo 3 de este Comentario).
b. Partida de Macedonia y Acaya (20:1–6)
p 223 En vez de tomar una decisión que hubiera sido desfavorable para las autoridades religiosas, aplazó los procedimientos. Él dijo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. Si Claudio Lisias (cf. 23:25–30) llegaba o no a Cesarea, no importaba; el caso había sido pospuesto indefinidamente.
20:1–2. Este segmento del tercer viaje misionero fue brevemente cubierto por Lucas. Segunda Corintios 2:12–13; 7:5–7 da información adicional acerca de la escala de Pablo en Troas con propósitos evangelísticos y de su deseo de ver a Tito para obtener un informe de la iglesia de Corinto. Subsecuentemente, Pablo fue a Macedonia (cf. Hch. 19:21), se encontró con Tito, y escribió 2 Corintios.
Lucas tuvo dos razones para incluir este pasaje en este lugar. Por un lado, lo usó para presentar a Bernabé a sus lectores. Una de las técnicas de Lucas es presentar a un personaje de manera rápida, describiéndolo en un papel inferior y luego más adelante llevarlo a escena en un papel más sobresaliente. Esto fue lo que hizo con Bernabé.
Durante ese tiempo, Pablo tal vez llegó tan lejos como Ilírico, que corresponde aproximadamente al territorio de la ex-Yugoslavia (Ro. 15:19; cf. 2 Co. 10:13).
24:23. Félix, evidentemente estaba consciente de la inocencia de Pablo, por lo que le otorgó una limitada libertad como prisionero bajo el cuidado de un centurión. Posteriormente, otro centurión dio a Pablo una libertad semejante en Sidón (27:3).
20:3. Durante la estadía del apóstol de tres meses en Acaya, escribió Romanos (cf. Ro. 15:23–16:2) desde Corinto.
Las asechanzas por los judíos contra Pablo eran con el propósito de asesinarlo en el barco y tirar su cuerpo al mar. De alguna forma, el macabro plan llegó al conocimiento de Pablo, y tomó la decisión de no ir directamente al Mediterráneo oriental sino de volver por Macedonia. Posiblemente él quería estar en Jerusalén para la pascua; pero ahora a lo más que podía aspirar era llegar para Pentecostés (Hch. 20:16).
24:24–26. Félix debe haber hecho un breve viaje con Drusila su mujer. Cuando regresaron, llamó a Pablo quien le habló acerca de la fe en Jesucristo. Félix se sintió incómodo cuando Pablo disertó acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero y con razón, porque él sabía bien que su matrimonio con Drusila era el tercero y que había roto otro matrimonio para quedarse con ella. Además, su régimen estaba marcado por injusticias que contrastaban con la justicia de Dios. Asimismo, era un hombre que dejaba mucho que desear en el área del dominio propio.
20:4–6. La mención de estos siete hombres implica lo que se afirmó en otro lado: Pablo estaba interesado en la colecta para los santos de Jerusalén. Éstos, como representantes de distintas iglesias, eran los encargados de llevar los fondos. Tres eran de Macedonia Sópater …, Aristarco y Segundo y cuatro de ellos eran de Asia, Gayo … Timoteo … Tíquico (cf. Ef. 6:21, Col. 4:7; 2 Ti. 4:12; Tit. 3:12), y Trófimo (cf. Hch. 21:29; 2 Ti. 4:20) y su punto de reunión fue Troas. En Hechos 19:29 se dice que Gayo era de Macedonia, mientras que en 20:4 se dice que era de Derbe. Probablemente son dos hombres diferentes (cf. un tercer Gayo de Corinto, 1 Co. 1:14).
Un segundo propósito del escritor en estos vv. fue mostrar la forma en que Bernabé y el resto de la iglesia contrastan con Ananías y Safira (cap. 5). La generosidad de la iglesia, y especialmente la de Bernabé, se diferenció en gran manera del egoísmo que mostró la mencionada pareja.
En Hechos 20:5–6 Lucas inserta otra de las secciones en que habla en primera persona del pl. Según el cap. 16, Lucas permaneció en Filipos y evidentemente estaba ahí hasta ese momento. Luego se reunió de nuevo con el equipo para acompañar a Pablo a Jerusalén. La fiesta de los panes sin levadura se celebraba en la primavera. Hicieron el viaje de 240 kms. desde Filipos hasta Troas en cinco días.
La hipocresía y avaricia de Félix se ven en su deseo de ser sobornado por Pablo.
c. El discurso en Troas (20:7–12)
20:7. Este es el v. más claro del N.T. que indica que el domingo era el día normal de reunión de la iglesia apostólica. Pablo se quedó en Troas durante siete días (v. 6) y la iglesia se reunió el primer día de la semana. El método de Lucas para contar los días aquí no es el judío, que mide el día desde la caída del sol hasta la otra puesta del sol, sino el romano, que contaba de medianoche a medianoche. Esto puede afirmarse con seguridad p 210 porque “el alba” (v. 11) era al día siguiente (v. 7).
24:27. Para aplacar a los judíos, Félix dejó preso a Pablo, aunque sabía que era inocente. Félix eventualmente perdió su puesto debido a que actuó con crueldad desmedida al reprimir un conflicto entre judíos y gentiles de Cesarea.
Probablemente la iglesia se reunía de noche porque la mayoría de la gente tenía que trabajar durante el día. Ya que Pablo iba a dejarlos, posiblemente por última vez, prolongó su discurso hasta la medianoche.
4:32–35. Los creyentes estaban unidos no sólo espiritualmente (eran de un corazón y un alma) sino también materialmente (cf. 2:44–45 y el comentario). La venta de sus bienes fue voluntaria y la distribución se hacía de acuerdo a la necesidad. El Señor respondió a sus oraciones pidiendo denuedo (4:29) porque los apóstoles siguieron predicando la resurrección de Cristo. Gracia (v. 33) es otra de las palabras que se usan frecuentemente en Hechos (e.g., 6:8; 11:23; 13:43; 14:3, 26; 15:11, 40; 18:27; 20:24, 32; etc.).
20:8–10. La presencia de muchas lámparas debió haber contribuido a una atmósfera soporífica, porque las lámparas consumían oxígeno. Quizá la aglomeración de gente agravó la situación.
b. Defensa de Pablo ante Festo (25:1–12)
Un joven llamado Eutico (lit. “afortunado”) probó la veracidad de su nombre. Lucas, el médico, afirmó que Eutico fue levantado muerto después de que cayó de la ventana de un tercer piso. Era normal que los cuartos más grandes estuvieran en el piso superior de un edificio (V. el comentario de 1:13). Siguiendo las acciones de Elías y Eliseo (1 R. 17:21; 2 R. 4:34–35), Pablo abrazó a Eutico y el joven volvió a la vida.
20:11–12. Como parte de la comida participaron de la cena del Señor (partieron el pan y comieron; cf. v. 7) y la reunión continuó hasta el alba. Eutico, el joven afortunado (cf. vv. 9–10), fue llevado a casa vivo.
25:1. Esta sección (vv. 1–12) es crucial, porque en ella Pablo apela a César. Esto estableció la dirección que iba a tomar el resto del libro y también la forma en que el apóstol llegó a Roma.
d. El discurso en Mileto (20:13–38)
20:13–15. Evidentemente, Pablo se quedó en Troas más tiempo del planeado al principio (v. 7). Para compensar el atraso, envió al resto del equipo por delante. El viaje por tierra de Troas a Asón es mucho más corto que por mar. Con ese arreglo, Pablo pudo quedarse un tiempo más en Troas. Ellos se embarcaron desde Asón a Mitilene … Quío … Samos y Mileto. Viajar las últimas tres etapas requería un día para cada una.
Poco se sabe de Porcio Festo, procurador romano de Judea, 58–62 d.C., pero lo que la historia nos revela es favorable. Su deseo de gobernar bien se atestigua por su ida a Jerusalén tres días después de su llegada a la provincia. Indudablemente había tenido noticias de la naturaleza inestable de esa ciudad.
4:36–37. José recibió el sobrenombre de Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), evidentemente por su carácter y capacidad de animar a aquellos que estaban desanimados.
20:16–17. Pablo evitó detenerse en Éfeso porque iba de prisa para estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén. Él sabía que le iba a llevar demasiado tiempo despedirse de sus muchos amigos de Éfeso. Mileto quedaba como a 48 kms. por tierra al sur de Éfeso, de manera que hizo llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso para que llegaran hasta allí. Es evidente que su embarcación hizo una escala de varios días en Mileto.
20:18. Aquí principia otro “sermón ejemplar” de Pablo (cf. 13:16–41; 14:15–17; 17:22–31). Éste fue dado a dirigentes cristianos, hombres a quienes amaba profundamente y consta de tres partes: (a) un repaso de los tres años de ministerio que Pablo pasó en Éfeso (20:18–21), (b) una descripción de la situación presente (vv. 22–27), y (c) las responsabilidades futuras de los ancianos de Éfeso (vv. 28–35).
25:2–3. Un asunto que pesaba grandemente en la mente de las autoridades religiosas era el juicio contra Pablo. Ellos sabían que su acusación era tan débil, que la única forma en que podían zafarse de ese molesto misionero era preparando una celada y matándolo mientras era transportado de Cesarea a Jerusalén, así que rogaron a Festo que lo hiciera traer a Jerusalén.
20:19. En Éfeso, como en otros lugares, los judíos habían conspirado contra Pablo, aunque el alboroto que se registra en Hechos 19 se centra en la oposición de parte de los gentiles. Aquí, Lucas hace referencia a las asechanzas de parte de los judíos, pero no las detalla (cf. las palabras de Pablo en 1 Co. 15:30–32; 16:9; 2 Co. 1:8–10).
20:20. El ministerio de Pablo por las casas (cf. 2:46) se contrasta con su ministerio público y probablemente se refiere a las iglesias que se reunían en los hogares. Si así fuera, cada anciano era el sobreveedor de una de esas iglesias de casa. Pablo hizo ambas cosas, predicar y enseñar.
25:4–5. Es evidente que Festo sintió que la solicitud era poco razonable; de manera que, prometió reabrir el caso en Cesarea, puesto que Pablo ya estaba allí y Festo iba de regreso para allá.
¿Cómo podía un levita poseer una propiedad como la de Bernabé? ¿No estaba prohibido que los levitas poseyeran tierras? (, ) La respuesta puede ser que mientras los levitas no debían poseer tierras en Israel, podían tenerlas en cualquier otro lado. Aparentemente, Bernabé, siendo de la isla de Chipre, poseía tierras en aquel lugar. También es posible que su esposa tuviera algún terreno en Israel y que lo vendieron juntos. Lo más probable es que ya no se respetaba la restricción de , , como se ve en el caso de Jeremías (cf. ; ).
20:21. En el gr., las palabras arrepentimiento y fe se rigen por un solo artículo. Esto puede implicar que ponen énfasis en dos aspectos de confiar en Cristo (cf. 2:38). Cuando una persona pone su fe en Cristo, en ese p 211 momento se está volviendo de (arrepentirse de) su anterior incredulidad. Este es el mismo mensaje tanto para judíos como para gentiles (cf. 19:10; Gá. 3:28).
20:22. Aquí Pablo comenzó a describir circunstancias presentes (vv. 22–27). Las palabras ligado yo en espíritu, significan lit. “atado en el espíritu” (dedemenos … tō pneumati) y probablemente se refiere a la dirección del Espíritu Santo en la vida del apóstol (cf. Lc. 2:27; 4:1; Hch. 8:29; 10:19; 11:12; 16:6–7). La razón que Pablo tenía para ir a Jerusalén, aunque no se establece, evidentemente era para llevar la ofrenda de las iglesias para los santos necesitados de Jerusalén (24:17; cf. el comentario de 21:12–14).
25:6–7. La escena de los juicios anteriores se repitió. Sin embargo, Lucas añadió que las acusaciones eran muchas y graves.
20:23. Ya Pablo había sido advertido por el Espíritu Santo, esto quiere decir por la gente que había sido dotada por el Espíritu con el don de profecía, que le esperaban prisiones y tribulaciones en Jerusalén. Él sabía que tendría problemas en esa ciudad cuando escribió Romanos 15:30–31. Aun así, estaba decidido a ir allá (cf. Hch. 19:21; 20:16).
20:24–25. Cuando estos vv. se leen juntos, se hace claro que la predicación del reino de Dios y del evangelio de la gracia de Dios están íntimamente relacionados. La obra de gracia de Dios capacita a los gentiles creyentes a tener tanto el privilegio de la salvación como para entrar en el reino milenial del Señor.
25:8–9. Después de que Pablo negó breve y categóricamente las acusaciones que se le hacían, Festo preguntó al prisionero si quería subir a Jerusalén para otro juicio. Festo había cambiado de opinión en cuanto a esto (cf. vv. 4–5), tal vez porque pensó que al tratar de agradarlos, podría aplacar a los judíos. También se dio cuenta que no sabía cómo manejar esta clase de casos religiosos (v. 20).
Por causa de la advertencia recibida (v. 23), Pablo dio por sentado que los ancianos de Éfeso no lo verían más. La trad. de la RVR60 ninguno de todos vosotros, es un poco fuerte. En gr., se refiere a que todos ellos (como grupo) no verían de nuevo a Pablo (lit. “ninguno de todos vosotros [como grupo] verá más mi rostro”). Él no dijo que ninguno de ellos lo vería de nuevo (cf. el vb. pl. en v. 38). Su ambición era terminar su carrera, lo cual posteriormente dijo haber logrado (2 Ti. 4:7).
b. Engaño de Ananías y Safira (5:1–11)
20:26–27. De acuerdo con Ezequiel 33:1–6, Pablo declaró estar limpio de la sangre de todos los hombres de Éfeso (cf. el comentario de Hch. 18:6). Él predicó a “todos los hombres” (cf. “todos … en Asia, judíos y griegos”, 19:10). Y el contenido de su predicación fue todo el consejo (boulēn, “propósito, plan”; cf. 2:23; 4:28; 13:36; Ef. 1:11; He. 6:17) de Dios. Es interesante notar que Pablo usó varias palabras para referirse a su papel de comunicar el evangelio: (a) “anunciar” (Hch. 20:20, 27) que viene de anangello (“proclamar, anunciar”); (b) “enseñar” (de didaskō, v. 20); (c) “testificando” (v. 21) y “dar testimonio” (v. 24) ambos de diamartyromai (“dar testimonio solemne”); (d) “protesto” (martyromai, “testificar,” v. 26).
25:10. Pablo no quería saber nada de ese cambio de opinión por p 224 varias razones: (1) El viaje de Cesarea a Jerusalén sería muy peligroso porque si bien los cuarenta judíos que dos años antes (cf. 24:27) habían jurado asesinarlo (23:13–14) para entonces ya se habían liberado de su juramento de alguna forma, todavía querrían matarlo. (2) Era muy remota la posibilidad de que tuviera un juicio justo en Jerusalén. (3) Además, ya había pasado dos años como prisionero en Cesarea.
20:28. En los vv. 28–35 Pablo se concentró en las responsabilidades futuras que enfrentarían los ancianos de Éfeso. Primero, les mandó a mirar (prosej̱ete, “atender” en el sentido de tener cuidado) por ellos mismos y por todo el rebaño. Es significativo que antes de que pudieran proveer para el rebaño, deberían cuidar de su propio bienestar espiritual.
Aquí se describe a los ancianos como obispos (episkopous, del vb. episkopeō, “ver por, cuidar de”). El término “anciano” en primer lugar tiene antecedentes judíos y subraya la dignidad del oficio, mientras que “obispos” es principalmente una palabra griega en su derivación y pone énfasis en la responsabilidad del oficio, i.e., “cuidar” de otros.
Los cargos que se presentaron contra Pablo eran civiles (ellos decían que había cometido faltas contra los judíos); por lo tanto, el presente tribunal donde Festo representaba al César, era el adecuado.
El valor del rebaño, al cual iban a apacentar (poimainein, tiempo pres. del infinitivo, cf. 1 P. 5:2), está determinado p 212 porque Pablo lo define como la iglesia del Señor (i.e., la iglesia que le pertenece a Dios) y cuando se refiere a su adquisición (cf. Sal. 74:2) por su propia sangre. En ninguna parte de la Biblia se habla de la sangre de Dios el Padre. El gr. aquí puede leerse “por la sangre de su propiedad,” es decir, su propio Hijo. La palabra gr. ganó significa “adquirió, obtuvo”.
Esta historia nos hace pensar en la de Acán, como se relata en (cf. ; ).
20:29–31. Estos vv. explican la necesidad del mandamiento para los ancianos de cuidar de ellos mismos y del rebaño (v. 28). Falsos maestros, llamados lobos rapaces entrarían al rebaño, o aun algunos de ellos mismos, distorsionarían la verdad. La advertencia es confirmada por referencias subsecuentes a la iglesia de Éfeso (1 Ti. 1:6–7, 19–20; 4:1–7; 2 Ti. 1:15; 2:17–18; 3:1–9; Ap. 2:1–7). De nuevo, Pablo demandó a los dirigentes: velad. Repetidas veces les advirtió del peligro del error doctrinal. A tal grado, que lo había hecho con lágrimas (cf. Hch. 20:19).
25:11. Los cargos que le hicieron fueron lo bastante serios como para demandar la pena de muerte. Si se probaba que las acusaciones eran verdad, Pablo dijo que estaba dispuesto a morir. Él interpretó la sugerencia de Festo de ir a Jerusalén (v. 9) como equivalente a entregar a Pablo a los judíos, aunque el juicio iba a ser conducido por el procurador.
20:32. Luego, Pablo los encomendó a Dios, y a la palabra de su gracia. Aunque confiar en Dios es esencial, esto debe ir acompañado de la obediencia a su palabra, la cual es capaz de llevarlos a la edificación (que va a sobreedificaros) y darles herencia con todos los santificados (cf. 26:18; Ef. 1:18; Col. 1:12; 1 P. 1:4).
20:33–34. Pablo trabajó para proveer para sí mismo y para otros (cf. 18:3; Ef. 4:28).
25:12. Hay debate en cuanto a si Festo estaba legalmente obligado a remitir el caso a César (Nerón, quien reinó de 54–68 d.C.), o si podía manejar el asunto por sí mismo. Si Festo hubiera escuchado el caso y tomado una decisión negativa, Pablo todavía podía haber apelado a César. Pero tal vez Festo no tuvo otra alternativa que transferir el caso a Roma. Así que, después que hubo hablado con el consejo, anunció que en vista de la apelación de Pablo, él debía ir a César.
20:35. El trabajo difícil también capacitó a Pablo para ayudar a los necesitados (cf. 1 Ts. 5:14). Las palabras del Señor Jesús, … Más bienaventurado es dar que recibir no se encuentran en ninguno de los cuatro evangelios. Se originan en una tradición oral que se transmitió en la iglesia primitiva.
20:36–38. Aquí se muestra el profundo amor que los ancianos sentían por Pablo. El resto del viaje a Jerusalén (21:1–25) está lleno de expresiones de amor para el apóstol. ¿Por qué se detuvo Lucas a incluir estos puntos? Lo hizo para contrastar la respuesta que Pablo recibió en tierras gentiles con la que le dieron los judíos de Jerusalén.
c. Defensa de Pablo ante Agripa II (25:13–26:32)
5:1–2. El pecado de Ananías y Safira su mujer se explica en los vv. 3–4, 9. Por supuesto, ellos pudieron haber guardado el producto de la venta de su heredad, pero por acuerdo mutuo mintieron, diciendo que habían dado todo el dinero, cuando en realidad sólo habían entregado una parte … del precio.
e. Los que querían disuadir al apóstol de ir a Jerusalén (21:1–16)
21:1. Cada una de las escalas que se mencionan de Cos a Rodas a Pátara, representan evidentemente un día de viaje marítimo (cf. 20:13–15).
25:13. El rey Agripa, a quien se hace referencia aquí, es Agripa II, hijo de Herodes Agripa I (12:1) y bisnieto de Herodes el Grande (). (V. “Herodes el Grande y su descendientes” en el Apéndice, pág. 355.) Para entonces, ya era un hombre de unos 30 años y gobernaba los territorios que estaban al noreste de Palestina con el título de rey. Ya que era amigo de la familia imperial de Roma, se le concedió el privilegio de designar al sumo sacerdote judío y también había sido nombrado custodio de los tesoros del templo. Su trasfondo lo calificaba perfectamente para escuchar a Pablo porque estaba bien informado acerca de la religión judía (cf. ).
21:2. En vez de quedarse a bordo del barco que se detenía en un puerto cada tarde, Pablo abordó un barco que evidentemente era más grande y que haría el viaje a Fenicia sin escalas.
21:3–4. Yendo al sur de Chipre … arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí, tarea que requería una semana (v. 4). La persecución de la iglesia en Jerusalén había esparcido a los creyentes hasta Fenicia (11:19), de manera que Pablo buscó a los hermanos de ahí.
Agripa II y su hermana Berenice vinieron a Cesarea para saludar a Festo. Aunque Berenice tendía a apoyar a los judíos, llevaba una vida libertina, ya que sostenía una relación incestuosa con su hermano Agripa.
La frase a los pies de los apóstoles es la misma que se usa en 4:35, 37 y hace un marcado contraste entre la acción de Ananías y la de Bernabé.
Por el Espíritu los creyentes de Tiro decían a Pablo … que no subiese a Jerusalén. En vista de esta frase “por el Espíritu,” ¿estuvo Pablo equivocado de seguir su viaje a Jerusalén? Probablemente no estaba violando la voluntad de Dios por varias razones: (1) Hechos 20:22 y 21:14 implican que era la voluntad de Dios que siguiera a Jerusalén (cf. 19:21). (2) El consuelo que Dios le dio (23:11) implica que Pablo no había rechazado obstinadamente la voluntad divina. (3) En 23:1 Pablo declaró que había vivido en toda buena conciencia hasta ese día.
p 213 Entonces, probablemente las palabras “por el Espíritu” (21:4) indican que ellos sabían a través del Espíritu, que Pablo iba a sufrir en Jerusalén (cf. 20:23); por lo tanto, y debido a que estaban interesados en su seguridad, trataron de disuadirlo.
25:14–21. Festo repasó el procedimiento de la causa de Pablo que le había dejado Félix y confesó francamente que se sentía incapaz de manejar el caso (v. 20). En particular, no entendía la insistencia de Pablo en la resurrección de Cristo (v. 19).
21:5–6. Este fue el primer contacto de Pablo con la iglesia de Tiro y aunque sólo estuvo con ellos una semana, se estableció un fuerte lazo de amor entre ellos. La escena de la partida no es tan conmovedora como la de Mileto (20:37), pero sí muy significativa.
21:7. Luego el viaje siguió 36 kms. al sur a Tolemaida, la moderna Acre o Akka, para hacer una parada de un día. Quizá la iglesia de allí comenzó como resultado de las persecuciones mencionadas en 11:19; igual que como sucedió con la iglesia de Tiro.
25:22. El repaso de la situación tuvo el efecto deseado sobre Agripa. La familia herodiana era útil a Roma por su conocimiento de los asuntos judíos y los puntos de vista de Agripa serían de ayuda a Festo.
21:8–9. El viaje de 64 kms. a Cesarea puede haber sido por tierra o por mar; quizá fue marítimo, porque la ruta terrestre era difícil y el puerto de Cesarea era cómodo.
p 147 5:3. En respuesta, Pedro acusó a Ananías diciendo: llenó Satanás tu corazón. El vb. que se traduce por “llenó” es eplērōsen, de plēroō, que aquí da la idea de control o influencia. El mismo vb. se usa en el mandamiento: “sed llenos del Espíritu Santo” (). Ananías, un creyente, fue influenciado por Satanás, ¡no por el Espíritu! El hecho de que Pedro preguntara ¿por qué …? (“¿cómo es que …?”, NVI) implica que Satanás había tomado control de Ananías porque no había arreglado cuentas de un pecado anterior.
El anfitrión de Pablo allí fue Felipe el evangelista que fue uno de los siete (cf. 6:1–5) encargados de ministrar a las viudas de Jerusalén. Su obra evangelística se describió en el cap. 8. Evidentemente, se había establecido en Cesarea (cf. 8:40), aun cuando era la ciudad más romana de Israel. Cuando Pablo llegó, ya había radicado allí durante unos 20 años.
25:23–24. El insignificante rey Agripa y su hermana Berenice aprovecharon la ocasión para hacer alarde de su posición, ropas y ceremonial. Lucas indudablemente quería contrastar al pobre prisionero Pablo presente en el salón de audiencias con Agripa, Berenice, los oficiales de más alto rango y principales hombres de la ciudad. Ya que había cinco cohortes (cada cohorte tenía mil soldados) estacionadas en Cesarea, cinco oficiales (j̱iliarjoi, lit., “comandantes de mil”; cf. p 225 21:31) de alto mando estaban allí. Festo le dijo a Agripa que los judíos le exigían que diera muerte a Pablo.
Este tenía cuatro hijas doncellas (parthenoi, lit. “vírgenes”) que profetizaban. Este don espiritual, presente en la iglesia primitiva, no estaba limitado a los hombres (cf. 1 Co. 11:5). Es raro que ellas no dijeran nada, tomando en cuenta todas las otras profecías concernientes a los sufrimientos que padecería Pablo en Jerusalén.
21:10–11. Un profeta llamado Agabo presentado en 11:28, descendió de Judea, evidentemente de Jerusalén, porque esa era su ciudad y Cesarea era de la provincia de Judea, hizo una ilustración dramática de cómo Pablo sería atado en Jerusalén. Los profetas frecuentemente dramatizaban sus predicciones (cf. 1 R. 11:29–31; Is. 20:2–4; Jer. 13:1–7; Ez. 4). El hecho de que Pablo iba a ser encarcelado era del conocimiento de muchos, incluyendo a Pablo mismo (Hch. 20:23).
25:25–27. Lo afirmado en el v. 25 es importante porque muestra que Festo, como Félix antes que él, halló que Pablo ninguna cosa digna de muerte había hecho (cf. 23:9, 29; 26:31).
21:12–14. Después de que la gente escuchó esta profecía, le rogaron que no subiese a Jerusalén (cf. v. 4). Hasta Lucas se unió al ruego, como se deja ver con el uso de rogamos aquí. Pero el apóstol no se dejó disuadir.
5:4. Pedro calificó la mentira de Ananías como hecha “al Espíritu Santo” (v. 3). En este v., Pedro se refirió a esa mentira como que la hicieron a Dios. Esta es una afirmación de la deidad del Espíritu Santo.
Aunque Lucas no lo dice en forma abierta, una razón por la que era importante que Pablo viajara a Jerusalén era porque llevaba la ofrenda para los creyentes de aquella ciudad (cf. 24:17; Ro. 15:25–27; 1 Co. 16:1–4; 2 Co. 8:13–14; 9:12–13; Gá. 2:10). Pablo quería entregar esa donación para fortalecer una de sus doctrinas básicas, a saber, la unidad de los judíos y gentiles en Cristo (Ef. 2:11–22; 3:6).
Sería malo para Festo enviar a Pablo a César sin cargos … en su contra. Festo creía que Agripa, con su conocimiento de las costumbres y leyes judías, podía ayudarlo a escribir algunos cargos que pudieran ser suficientemente específicos como para que Nerón los considerara.
21:15–16. La distancia desde Cesarea a Jerusalén es como de 104 kms. y se requerían dos días de viaje a caballo. Algunos piensan que la casa de Mnasón estaba a mitad del camino, donde Pablo y su equipo pasaron la noche. Pero es más probable que fuera residente de Jerusalén. Es interesante que este discípulo era de Chipre, la isla donde nació Bernabé.
2. encarcelamiento en jerusalén (21:17–23:32)
En este cap. se encuentran dos términos interesantes que se usaban para designar a la realeza romana. El primero de ellos es Sebastos que significa “venerado” o “augusto” y se usa en el N.T. sólo en 25:21, 25; 27:1, donde se traduce “Augusto”.
a. La detención de Pablo (21:17–36)
El hecho de que los creyentes tuvieran derecho a guardar su dinero, muestra que no se trataba de socialismo cristiano. Más bien, era un arreglo en que operaba el libre ejercicio de la voluntad, y cada quien daba para el sostenimiento de la iglesia y ésto sólo temporalmente, porque es evidente que la iglesia primitiva esperaba el regreso de Cristo durante su generación.
(1) El voto de Pablo (21:17–26). 21:17–19. Tan pronto como fue posible, p 214 Pablo y su equipo tuvieron una audiencia con Jacobo, cabeza de la iglesia en Jerusalén (cf. 15:13–21), y con todos los ancianos de la misma. Lucas sólo menciona el informe de Pablo de lo que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio (cf. 14:27). Es probable que Pablo aprovechara la ocasión para entregar la gran ofrenda para los santos de Jerusalén (24:17) a Jacobo en presencia de los ancianos. Probablemente Lucas omitió este asunto del dinero porque su énfasis estaba en que el evangelio había pasado de los judíos a los gentiles.
El otro es kyrios, que significa “señor”. En 25:26 se trad. “señor”. Tanto Augusto como Tiberio rehusaron llevar ese título porque sentían que los exaltaba demasiado. Sin embargo, para el tiempo en que Pablo hizo su apelación a César, Nerón estaba en el trono y la palabra “señor” se usaba más comúnmente para referirse al emperador. Aunque Nerón aceptó el título de “señor”, todavía no llegaba a los excesos que posteriormente caracterizaron a su reino. En ese tiempo, era considerado como un gobernante justo.
21:20–21. Cuando los dirigentes de la iglesia de Jerusalén oyeron del ministerio de Pablo entre los gentiles, glorificaron a Dios. Indudablemente se incluyeron acciones de gracias por las ofrendas enviadas por los gentiles para los creyentes judíos de la ciudad (V. el comentario de los vv. 12–14).
Mientras que había regocijo por el informe de Pablo, también había preocupación acerca de la reputación del apóstol entre los creyentes judíos, quienes estaban celosos por la ley, ya que se había propagado un informe claramente falso con respecto a Pablo. Era verdad que Pablo enseñaba a los gentiles en el sentido de que religiosamente era innecesario circuncidar a sus hijos y no les enseñaba las costumbres judías. Sin embargo, él nunca enseñó a los judíos … diciéndoles que no circuncidaran a sus hijos o que dejaran de observar las costumbres judías.
26:1. Pablo ya había presentado su defensa ante Festo (25:6–12), de manera que el apóstol dirigió sus palabras a Agripa. Además, el propósito de este discurso fue informar al rey.
21:22–24. Jacobo y los ancianos sugirieron que Pablo observara los ritos de la purificación junto con cuatro hombres que tenían obligación de cumplir voto y que además, pagara sus gastos. Esto fue con el propósito de aplacar a los creyentes judíos. No se declara que Pablo haya logrado esto, porque no era ése el propósito de Lucas.
Los detalles de ese voto se desconocen. Sólo se puede especular lo que Pablo debía hacer. Evidentemente, los cuatro hombres habían hecho un voto de nazareo, al término del cual se requería que cada uno de ellos presentara algunos sacrificios costosos (cf. Nm. 6:13–17). Es obvio que aquellos hombres eran demasiado pobres como para pagarlos y se pidió a Pablo que sufragara el gasto de sus sacrificios, mostrando así simpatía por los celosos de la ley.
El movimiento de la mano evidentemente era una costumbre de los oradores de ese tiempo. Este discurso tiene varias partes: (1) observaciones de elogio (26:2–3), (2) vida inicial de Pablo en el judaísmo (vv. 4–8), (3) su celo y oposición al cristianismo (vv. 9–11), (4) su conversión y comisión (vv. 12–18), (5) su ministerio (vv. 19–23), (6) intercambios verbales con Festo y Agripa (vv. 24–29).
5:5–6. Al oir Ananías estas palabras, cayó y expiró. Como Pedro escribió posteriormente, el juicio comienza “por la casa de Dios” (). Este es un caso de “pecado de muerte” (). Esta disciplina fue muy severa porque estaba destinada a ser un ejemplo, así como Acán lo fue para Israel (cf. ).
¿Estaba equivocado Pablo al entrar en esos arreglos, que eran parte específica de la ley? Puede decirse que no por varias razones: (1) Pablo mismo había hecho previamente un voto de nazareo (Hch. 18:18). (2) Posteriormente, delante de Festo se refirió a este incidente sin mostrar vergüenza (24:17–18). (3) Esta acción de parte de Pablo sólo confirmó uno de los principios de su ministerio, que era hacerse como judío para ganar a los judíos, y hacerse como uno bajo la ley para ganar a quienes estaban bajo la ley (1 Co. 9:20). (4) Una de las metas de Pablo para realizar el viaje a Jerusalén, aparte de ayudar a los pobres, era unificar a judíos y gentiles. (5) El apóstol no estaba negando la obra consumada de Cristo en la cruz al ofrecer sacrificios de animales. Las epístolas que Pablo ya había escrito para entonces (Gá., 1 y 2 Ts., 1 y 2 Co., Ro.) habían puesto en claro que una negación semejante sería incomprensible. Debe entenderse que él consideró estos sacrificios como conmemorativos. Después de todo, ese será el significado de los sacrificios durante el milenio p 215 (Ez. 43:18–46:24; Mal. 1:11; 3:3–4). (6) Posteriormente, Pablo afirmó que nunca había violado su propia conciencia (Hch. 23:1).
21:25–26. Una vez más, se repitió la decisión del concilio de Jerusalén (cf. 15:20, 29). Los ancianos aseguraron a Pablo que su plan (mencionado en 21:23–24) no tenía conflicto con la decisión original del concilio. Entonces Pablo siguió las instrucciones de ellos y se purificó con los cuatro hombres (vv. 23–24). Esto no está en conflicto con la enseñanza paulina de que judíos y gentiles no pueden ser salvos por la ley. Este era asunto de costumbre judía, no de salvación o de santificación.
26:2–3. Pablo fue sincero en sus cumplidos porque sabía que Agripa verdaderamente estaba bien informado de todas las costumbres y cuestiones que había entre los judíos, además de que era un judío practicante.
(2) La violencia de la gente (21:27–36). 21:27. La oposición a Pablo no vino de los creyentes, sino por parte de unos judíos (incrédulos) de Asia, lugar donde el evangelio había gozado de gran éxito. Estos hombres, que estaban en Jerusalén para celebrar la fiesta de Pentecostés, inmediatamente reconocieron a su enemigo en el templo e incitaron a toda la multitud y le echaron mano. Esta es la sexta vez que una multitud fue incitada a causa del ministerio de Pablo (14:19; 16:19–22; 17:5–8, 13; 19:25–34).
21:28–29. Estos cargos, claramente falsos, que trajeron contra Pablo eran similares a aquellos que se levantaron contra Esteban (6:11, 13–14). Cuando lo acusaron de introducir a griegos en el templo asumieron algo que era falso. Un acto semejante a ojos de los judíos habría profanado ese santo lugar. Se permitía que los gentiles entraran en el patio de los gentiles, pero no más adentro. Se han encontrado dos inscripciones en la balaustrada que separaba el patio de los gentiles del resto del templo. En ellas, se advierte a los gentiles que serían responsables de su propia muerte, lo cual seguramente ocurriría si traspasaban la barrera (cf. Ef. 2:14)
En contraste con Tértulo, quien prometió un discurso breve delante de Félix (24:4), Pablo dio a entender que su defensa podría ser más extensa. Éste es el clímax de todas las defensas de Pablo que se registran en Hechos (cf. 22:1–21; 23:1–8; 24:10–21; 25:6–11).
5:7–10. Luego Safira, sin haberse percatado de la repentina muerte de su esposo, también mintió sobre la cantidad en que habían vendido la heredad.
Esta regla estaba tan profundamente arraigada, que los romanos dieron permiso a los judíos de cumplir esta sentencia de muerte, aun cuando el intruso fuera ciudadano romano.
21:30. Toda la ciudad se conmovió y se movilizó a la acción; se apoderaron de Pablo, le arrastraron fuera del templo. Aquí el “templo” se refiere al atrio de los hombres. Después que sacaron a Pablo, inmediatamente cerraron las puertas de manera que nadie pudiera pasar más allá del atrio de los gentiles, haciendo así inmundo al templo.
26:4–8. En resumen, Pablo afirmó que desde temprana edad había vivido de acuerdo con la esperanza de Israel (vv. 6–7; cf. 23:6; 24:15; 28:20). (Acerca de su vida en Jerusalén, V. 22:3.) El apóstol afirmó que esta esperanza involucraba la resurrección de entre los muertos. Esta es la razón por la cual Cristo citó a Moisés (), para defender la doctrina de la resurrección (). Ya que Jehová es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, la gente debe resucitar a fin de recibir las promesas que Dios les hizo. Asimismo, las promesas que se hicieron a los judíos exigen que resuciten en la venidera era mesiánica.
21:31–32. Junto al área del templo al noroeste, estaba la fortaleza Antonia con dos escalinatas que llevaban al patio exterior del templo (V. “Sitio del templo de Jerusalén”, en el Apéndice, pág. 342). Una tropa estaba de guardia allí y se añadirían más durante los días de la fiesta judía. La compañía pertenecía a la décima legión romana. El tribuno de las tropas de la fortaleza, Claudio Lisias (cf. 23:26), de una vez tomó soldados y centuriones y corrió a ellos. “Tribuno” es j̱iliarj̱os, dirigente de mil soldados (25:23). Los “centuriones” (j̱ekatontarj̱as, lit. “gobernadores de cientos”) indica que por lo menos doscientos soldados estuvieron involucrados, ya que el sustantivo está en pl.
21:33–36. Esos hombres rescataron a Pablo, quien prontamente fue arrestado (epelabeto, “echar mano a” el mismo vb. que se traduce “apoderándose” en v. 30) por el tribuno, quien le mandó atar con dos cadenas. Tan grande era el alboroto y la violencia, que Pablo tuvo que ser llevado en peso por los soldados … p 216 mientras la muchedumbre del pueblo seguía gritando: ¡Muera! En la misma ciudad, una multitud había proferido similares palabras contra el Señor Jesús (Lc. 23:18; Jn. 19:15).
La referencia que Pablo hace a las doce tribus muestra el error del israelismo británico que habla de las “diez tribus perdidas de Israel” (cf. ; ; ; ; ).
b. Defensa de Pablo (21:37–23:10)
Pedro acusó a Safira de estar de acuerdo con Ananías para tentar al Espíritu del Señor. “Probar el Espíritu del Señor” es ver cuánto uno se puede desviar sin que él lo castigue; equivale a retarlo para ver si va a cumplir su palabra, o llevarlo hasta los límites del juicio (cf. ; ).
(1) Delante de la turba (21:37–22:29) 21:37–38. El tribuno quedó sorprendido de que Pablo hablara griego. Había dado por sentado que era un egipcio insurrecto que aún no había sido aprehendido por los romanos y que por lo mismo, era incapaz de hablar griego o bien, se rehusaba a hacerlo.
26:9–11. Además de estar comprometido con el judaísmo, Pablo también p 226 había sido fanático en su oposición al cristianismo (cf. 8:3; 9:2; 22:4–5, 19). Los votos decisivos que había hecho contra los cristianos encarcelados no significa necesariamente que fuera miembro del sanedrín. Simplemente puede significar que estaba de acuerdo con las acciones de ese cuerpo gobernante (cf. 8:1; 22:20).
Josefo escribió acerca de un egipcio impostor que aseguraba ser un profeta. Él dijo que ese egipcio había reunido a treinta mil seguidores (Lucas con exactitud afirma que fueron cuatro mil; Josefo tenía la tendencia a exagerar los números) y en el 54 d.C. llegó al monte de los Olivos prometiendo a sus seguidores que las paredes de Jerusalén se derrumbarían ante su mandato. En vez de ello, el ejército romano prontamente cayó sobre ellos, mató a algunos y capturó a otros, mientras que el resto fue esparcido. El egipcio escapó.
Indudablemente, a la gente de Israel le habría gustado echarle mano a ese personaje que había causado tantos problemas. Cuando Lisias vio el tumulto en el templo, dio por sentado que el centro de la atención era ese egipcio y que los judíos estaban descargando su ira contra él.
Cuando Pablo encarceló a los cristianos, los forzó a blasfemar, es decir, a retractarse de su fe en Cristo.
21:39–40. Pablo aseguró al tribuno que era judío (con derecho a estar en el templo) y también ciudadano … de Tarso, donde había aprendido griego. Tarso era una ciudad que gozaba de buena reputación, particularmente como centro educacativo. Hasta ese momento, Pablo no había revelado su ciudadanía romana (cf. 22:23–29).
5:11. Como resultado de la disciplina a esta pareja, todos los creyentes y no creyentes que oyeron estas cosas sintieron gran temor. Esta fue una consecuencia ya establecida en el v. 5 y repetida aquí para poner énfasis (cf. 19:17).
Cuando a Pablo … se le permitió hablar a la turba, se dirigió a ellos en lengua hebrea (aramea), idioma común de los judíos palestinos, que se usaba por todo el Medio Oriente en aquel tiempo. Se puso en pie en las gradas de la fortaleza, viendo al pueblo que estaba abajo.
26:12–18. Mientras Pablo relataba su conversión (cf. 9:1–19; 22:1–21) una vez más narró que vio una luz … que sobrepasaba el resplandor del sol (22:6). Por primera vez se le informa al lector que la voz celestial hablaba en lengua hebrea (aramea), aunque esto se había dado por hecho por la forma en que se escribe el nombre Saulo en 9:4 y 22:7.
La defensa de Pablo consta de tres partes: (a) su conducta antes de su conversión (22:1–5), (b) su conversión (22:6–16), y (c) su comisión al ministerio (22:17–21).
22:1. Los vocativos Varones hermanos y padres con los que Pablo inicia su discurso, son los mismos que usó Esteban (7:2). Sin duda, ¡el discurso y martirio de Esteban tuvieron un efecto imperecedero en Pablo! (cf. 8:1).
Algunos creen que la afirmación, Dura cosa te es dar coces contra el aguijón, significa que Pablo tenía sentimientos de culpa y estaba violando su conciencia al perseguir a los creyentes en Cristo. Sin embargo, Pablo escribió posteriormente que a pesar de su blasfemia, violencia y persecución de la iglesia, se le mostró misericordia porque estaba actuando en ignorancia e incredulidad (). Dar coces contra el aguijón evidentemente se refiere a la futilidad de su persecución de la iglesia.
22:2. Cuando lo escucharon hablar en hebreo (arameo), se callaron. Indudablemente los judíos que habitaban Palestina estaban complacidos, si no es que sorprendidos, de que un judío de la dispersión como Pablo, hablara hebreo tan bien como griego. Así que se calmaron y escucharon.
22:3–9. No se sabe cuánto tiempo pasó Pablo en Jerusalén durante su crianza (26:4). La forma verbal que se traduce como criado viene de anatrefō, el cual también significa “educar”. Uno de sus mentores fue el amado y estimado Gamaliel (cf. 5:34).
El propósito de este relato es múltiple: (1) Revela el desagrado que Dios siente por el pecado, particularmente la deshonestidad dentro de la iglesia. (2) Marca una gran diferencia entre la iglesia e Israel, porque en éste nunca se vio una disciplina semejante. La palabra iglesia (usada por primera vez aquí en Hechos) se refiere aquí, en 9:31 y 20:28 a la iglesia universal y en 11:26 y 13:1 a las congregaciones locales. (3) Indica que Dios estaba obrando en esta nueva entidad.
La declaración de la comisión dada a Pablo () se parece a la obra del Mesías, predicha en ; , ; . Como representante del Señor Jesucristo, Pablo hizo en forma figurada lo que de hecho el Señor hará un día sobre la tierra. Espiritualmente, Pablo había dirigido a muchos de las tinieblas del pecado (; ; ; ; ) a la luz en Cristo (; ; ; ; ). Esta salvación libera de la potestad de Satanás (; ) y da perdón de pecados (; ; ; ; ; ) y una herencia espiritual (; ) con los santificados, i.e., aquellos que posicionalmente han sido puestos aparte para Dios por su obra redentora (cf. ; ; ).
El punto que Pablo quería enfatizar aquí es obvio. Él había estado enteramente comprometido con la ley para aplastar a la cristiandad. Acerca del Camino, V. el comentario de 9:2 (cf. 19:9, 23; 22:4; 24:14). Su determinación era tan profunda, que solamente una transformación radical sobrenatural pudo cambiar su punto de vista. A continuación, relató los eventos de su conversión (22:6–9; cf. 9:1–6).
p 217 22:10–11. La declaración allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas (cf. 9:6), ve adelante al futuro ministerio de Pablo y anticipa sus palabras de 22:14–15.
26:19–23. La declaración de Pablo en el v. 20 es algo problemática. Dijo que había predicado a aquellos que estaban en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea. Pero Pablo escribió a los gálatas que él era desconocido a las iglesias de Judea (). Muchos piensan que desde el principio hubo una corrupción del texto y que el gr. debiera leerse: “a aquellos que están en Damasco, luego a los de Jerusalén, y a través de toda nación, tanto a judíos como a gentiles”. Se reconoce que el actual texto gr. no fluye bien (cambia del caso dativo al acusativo), pero esta enmienda textual es extremadamente especulativa e innecesaria.
22:12–13. El enfoque judaico de este discurso se ve en la descripción que Pablo hace acerca de Ananías, varón piadoso … que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban. Sin embargo, no se menciona esto acerca de Ananías en Hechos 9. Hermano refleja el mismo punto de vista de 22:5 donde los judíos de Damasco eran llamados “hermanos” de los judíos de Jerusalén.
22:14–15. La referencia de haber visto a Cristo, el Justo, es importante porque este hecho calificó a Pablo para ser apóstol (cf. 1 Co. 9:1; 15:8). El término “Justo” fue usado también por Esteban (Hch. 7:52). Todos los hombres a quienes Pablo tenía que presentar el evangelio, incluye a los gentiles, reyes, y judíos (9:15).
Probablemente Pablo primero quiso resumir su ministerio a los judíos y luego describir su obra entre los gentiles. El apóstol afirmó casi lo mismo en . En otras palabras, la declaración de Pablo aquí no debe tomarse como una secuencia cronológica estricta, sino como un panorama general de su ministerio. Primero predicó a los judíos y luego a los gentiles, de conformidad con 1:8. Ambos grupos necesitaban que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios. En Hechos, los apóstoles hablaron con frecuencia acerca del arrepentimiento (2:38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21).
3. progreso en la iglesia (5:12–42)
22:16. Dos interrogantes surgen acerca de este v. Primero, ¿cuándo fue Pablo salvo, en el camino a Damasco, o en la casa de Judas? Muchos factores sugieren que experimentó la salvación en el camino a Damasco porque: (1) El evangelio le fue presentado directamente por Cristo (Gá. 1:11–12), no después por Ananías. (2) Con anterioridad (22:10), Pablo había dicho que se había sometido en fe a Cristo. (3) Pablo fue lleno del Espíritu antes de su bautismo con agua (9:17–18). (4) El part. aoristo en gr. epikalesamenos, traducido invocando su nombre, se refiere tanto a la acción que es simultánea con o antes de la del vb. principal. Aquí la invocación de Pablo del nombre de Cristo (para salvación) precedió a su bautismo de agua. El part. pudiera traducirse, “habiendo invocado su nombre”.
Segundo, ¿qué significan, entonces, las palabras lava tus pecados? ¿Enseñan que la salvación viene por el bautismo de agua? Como Pablo ya estaba limpio espiritualmente (V. el comentario acerca del párrafo anterior), esas palabras tienen que referirse al simbolismo del bautismo. El bautismo es una ilustración de la obra interna de Dios al limpiar el pecado (cf. 1 Co. 6:11; 1 P. 3:21).
Además, Pablo afirmó que su p 227 mensaje era el cumplimiento de las profecías del A.T. (26:22; cf. 24:14; 28:23) concernientes a la muerte y a la resurrección del Mesías. También a menudo, los apóstoles hablaron en Hechos de la resurrección de Cristo.
22:17–18. La partida de Pablo de Jerusalén, de acuerdo a 9:29–30, fue debido al consejo de hermanos cristianos. En realidad, la combinación de revelación divina (22:17–18) y dirección humana fue la que guió a Pablo a ir a Tarso.
22:19–20. La respuesta de Pablo al Señor muestra que él pensó que los judíos iban a impresionarse por el cambio radical de su vida. Después de todo, él había sido muy celoso al perseguir a los creyentes (8:3; 9:2; 22:4–5; 26:11), hasta el grado de tomar parte en el martirio de Esteban (7:58; 8:1).
26:24–29. Festo, con su perspectiva griega, pensó que la doctrina de la resurrección era imposible (cf. 17:32; 23:6–7), así que interrumpió a Pablo, aunque el apóstol ya había dado sus puntos principales. Festo dijo que Pablo estaba loco, que sus estudios estaban trastornándolo.
a. Autenticación de los apóstoles (5:12–16)
22:21–22. Cuando Pablo mencionó su comisión de predicar a los gentiles, la turba fue movida a una ira y violencia instantáneas. El hecho de predicar a los gentiles no debiera haber causado una respuesta semejante, porque las autoridades religiosas de Israel también lo habían hecho (cf. Mt. 23:15). El dicho de Pablo que enfureció a la turba fue que tanto los judíos como los gentiles eran iguales sin la ley de Moisés (cf. Ef. 2:11–22; 3:2–6; Gá. 3:28).
Esta respuesta es importante para el argumento de Hechos; indica que los judíos de Jerusalén habían rehusado el evangelio de Jesucristo en forma irrevocable y habían sellado su destino. Menos de 20 años después, en el 70 d.C., la ciudad de Jerusalén se convirtió en un montón de escombros y p 218 ruinas (cf. Mt. 24:1–2; 21:41; 22:7). Por supuesto, esto no significa que Israel no vaya a ser restaurado en el futuro (cf. Ro. 11:26).
Pero Pablo claramente afirmó su sensatez y luego volvió a dirigirse a Agripa. Nada de esto, haciendo referencia a la muerte y resurrección de Cristo y al comienzo de la iglesia, podría haber escapado a la atención de Agripa, ya que era buen conocedor del judaísmo y el cristianismo no era una sociedad esotérica secreta.
22:23–24. Los que formaban la turba arrojaban sus ropas y lanzaban polvo al aire como expresiones de profundo enojo. El tribuno, quien no podía entender hebreo (arameo) estaba confundido por todas las cosas que estaban pasando. Pero había decidido llegar al fondo de todo, aun cuando esto significara azotar a Pablo.
Los azotes que se mencionan aquí son diferentes a los que recibió con vara en Filipos y en dos ocasiones más (2 Co. 11:25; Hch. 16:22–23). Tampoco son iguales a los 39 latigazos judíos que se aplicaban con cuerdas largas, castigo que Pablo había recibido cinco veces (2 Co. 11:24). El azote romano se daba con cuerdas más cortas hiladas con piezas de metal o hueso y unidas a una pieza de madera fuerte que funcionaba como mango. Con ellos, era posible matar a un hombre o dejarlo permanentemente lisiado. Este fue el castigo que Cristo recibió (Mt. 27:26), dejándolo incapacitado para cargar su cruz.
Finalmente Pablo afianzó su punto haciendo una pregunta directa: ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? (cf. 26:22) Yo sé que crees (cf. el testimonio de Pablo a Félix, 24:24).
22:25–27. Por ley, un ciudadano romano que no había sido condenado por un crimen, no podía ser flagelado. Pablo llamó la atención del centurión a este hecho a través de una pregunta. Cuando esto fue informado al tribuno, dudó que Pablo, en sus circunstancias y siendo objeto de tal aborrecimiento por parte de los judíos, pudiera ser ciudadano romano.
Este párrafo prepara a los lectores para lo que sigue. Una actividad semejante ¡difícilmente podría pasar desapercibida!
22:28. Durante el reino del emperador Claudio (41–54 d.C.; V. “Emperadores romanos de tiempos del N.T.” en el Apéndice, pág. 354) era posible comprar la ciudadanía romana. Aquellos que estaban en el gobierno y que vendían ese privilegio podían enriquecerse con el dinero del soborno. En contraste con el tribuno …, Pablo … lo era de nacimiento porque sus padres eran ciudadanos.
Ahora Agripa estaba entre la espada y la pared. Si aceptaba que las profecías eran ciertas, se vería forzado a admitir que Jesucristo era su cumplimiento. Su única forma de escapar era desviar la pregunta haciendo una interrogante.
22:29. El tribuno, sabiendo que lo había atado, temía que en Roma se enteraran de que había violado la ley romana. Tal vez las cadenas eran las que lo sujetaban para el flagelamiento. No obstante que era ciudadano romano, posteriormente Pablo volvió a ser encadenado (26:29).
¿Podía cualquiera evitar el azote simplemente por afirmar que era ciudadano romano? Tal vez; pero si una persona lo hacía y era falso, era digno de pena de muerte.
La traducción de la NVI: “¿piensas que en tan poco tiempo puedes persuadirme a que me haga cristiano?”, capta bien el sentido de la pregunta de Agripa. Probablemente tuvo la intención de refutar en forma jocosa a Pablo.
(2) Ante el sanedrín (22:30–23:10). 22:30. Ya para entonces, el tribuno sabía que las acusaciones contra Pablo procedían de los judíos (cf. vv. 23–29) y la mejor forma de ventilar el caso era tener una audiencia delante del concilio (sanedrín). Si el prisionero era encontrado inocente, podía ser liberado; pero si los cargos eran válidos, el caso podía ser remitido al procurador, el gobernador romano (cf. 23:26–30).
5:12. Una vez más, los apóstoles fueron usados por Dios para hacer muchas señales y prodigios (cf. el comentario de 2:43). Es interesante notar que el lugar de las reuniones regulares de la iglesia de Jerusalén era el pórtico de Salomón, donde la gente se congregó después de haber escuchado las noticias acerca de la sanidad del cojo (3:11).
23:1–2. El escenario para este breve juicio se presenta aquí. Después que Pablo afirmó que tenía toda buena conciencia en su ministerio (cf. 24:16; 1 Co. 4:4), el sumo sacerdote Ananías ordenó … a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca. Esta acción se entiende al tomar en cuenta lo que se sabe de él por parte del historiador Josefo, que lo describe como insolente, de temperamento colérico, profano y avaro. Irónicamente, al principio del ministerio de Pablo, fue otro Ananías el que lo ayudó a recibir la vista.
Pablo tomó en serio su respuesta, porque amaba a la gente por causa del Señor. Aunque le llevara mucho tiempo ganar a Agripa para Cristo, Pablo estaba dispuesto a invertir el tiempo necesario. Le respondió que oraba para que Agripa y todos los que ese día lo escuchaban fueran hechos tales cual él (i.e., un cristiano), excepto por esas cadenas. (Esta es la primera mención de cadenas desde 22:29.) Así fue como la defensa de Pablo llegó a su fin.
23:3–5. La respuesta acerba de Pablo fue provocada por el mandato p 219 ilegal del sumo sacerdote. ¿Cómo podía violar la ley mientras fungía como juez de alguien que supuestamente la había transgredido? La ley judía asumía que el acusado era inocente hasta que se probaba su culpabilidad. Como una pared blanqueada, Ananías se veía correcto exteriormente, pero en lo interno era débil y corrupto. También Jesús fue golpeado en la boca durante sus juicios y protestó por la ilegalidad de ello (Jn. 18:20–23).
La declaración de Pablo, No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote, presenta un problema. Esto difícilmente pudo ser cierto porque padeciera alguna deficiencia visual, ya que se dice que Pablo había mirado “fijamente (atenisas, lit. “ver decididamente”) al concilio” (Hch. 23:1). Las palabras de Pablo podrían haber sido irónicas porque estaba tratando de decir que no podía reconocer a un sacerdote en un hombre tan violento. Sin embargo, la palabra “hermanos” (v. 5) hace que esta interpretación no sea probable. Quizá había tal confusión, que el sumo sacerdote no se podía identificar. Ciertamente, no llevaba sus vestiduras sacerdotales. También es probable que Pablo no conociera a Ananías personalmente porque el apóstol no había tenido contacto con el sanedrín durante muchos años y el sumo sacerdocio cambiaba con frecuencia (V. “Familia de Anás” en el Apéndice, pág. 348).
26:30–32. Ya otros habían dicho que Pablo era inocente: los fariseos (23:9); Claudio Lisias, el tribuno de Jerusalén (23:29); y el gobernador Festo (25:25). Ahora Agripa, un hombre de poder, bien entrenado en el judaísmo y simpatizante de los judíos, afirmó: podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.
De cualquier forma, Pablo reconoció la posición del sumo sacerdote, aunque no lo respetara como persona.
23:6–9. En una escena semejante, era imposible hacer justicia. Al reconocer esto, Pablo cambió completamente su táctica y afirmó su esperanza en la resurrección de los muertos al igual que los fariseos (sobre esta esperanza, cf. 24:15; 26:6–7; 28:20). Esto interrumpió inmediatamente el procedimiento, porque dio inicio a una disensión entre los fariseos y los saduceos (cf. 4:1–2). Al usar esta astuta táctica, Pablo dividió a sus enemigos. Es sorprendente que los fariseos defendieran a Pablo, pues lo consideraban un compañero fariseo.
4. encarcelamiento en roma (caps. 27–28)
p 148 5:13. Este v. probablemente significa que ningún hipócrita o incrédulo se atrevía a juntarse con ellos porque el caso de Ananías y Safira ¡los había asustado mucho!
23:10. Pablo estaba en un peligro mayor en medio de los judíos de lo que podría estar en una prisión romana. De manera que nuevamente se dio orden de que lo llevasen gradas arriba a las barracas de la fortaleza Antonia (cf. 21:35).
c. Peligro para Pablo (23:11–32)
a. El viaje marítimo (cap. 27)
23:11. La importancia de esta visión no fue sólo para confortarlo y animarlo (cf. 18:9–10), sino que también fue la confirmación de sus planes de ir a Roma. Literalmente, el evangelio de Cristo iría de Jerusalén a Roma por medio del apóstol Pablo. Esta fue la cuarta visión que el Señor dio al apóstol (cf. 9:4–6; 16:9; 18:9–10).
23:12–13. Tan grande fue el odio hacia Pablo, que venido el día … cuarenta … judíos fanáticos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo (cf. los esfuerzos de la multitud para matarlo; 21:31). El vb. que se traduce juramentar es anatematizō (de donde se deriva la palabra castellana “anatema”), lo cual significa que una persona se pone a sí misma bajo una maldición si no cumple el juramento. Se presupone que esos hombres fueron posteriormente liberados de su voto por medio de sus abogados, ya que las circunstancias de Pablo cambiaron a través de una dramática serie de eventos.
¿Por qué dio Lucas tantos detalles acerca del viaje desde Cesarea a Roma? No hay una respuesta fácil. (1) Tal vez sólo sea un recurso para poner énfasis en el viaje y la llegada de Pablo a Roma, en forma parecida a como los evangelistas subrayaron el acercamiento final del Señor a Jerusalén y sus últimos días allí para realzar el impacto de su muerte y resurrección. De la misma forma, Lucas llevó al clímax su obra de Lucas–Hechos con la proclamación del reino a los gentiles de la capital romana.
Las palabras de los demás, ninguno son literales, “nadie más del resto” (tōn loipōn oudeis). Las palabras “los demás” se usan con respecto a los perdidos (trad. “otros” en ; cf. ; ; ; ).
23:14–15. La complicidad de los principales sacerdotes y ancianos p 220 en ese complot revela que no tenían un caso legítimo contra Pablo y que eran viles. El celo fanático de los cuarenta hombres se ve también en que un número de ellos tal vez morirían al pelear contra los guardias de Pablo, si su plan se llevara a cabo.
23:16–22. El sobrino anónimo de Pablo, de alguna manera oyó acerca de la celada de los cuarenta hombres. Con esta información, fue a las barracas para darla a conocer a Pablo y luego al tribuno. Muchas interrogantes sin respuesta vienen a la mente. ¿Era cristiano el sobrino de Pablo? ¿Cómo consiguió esa información? ¿Vivía la hermana de Pablo en Jerusalén? Si Pablo tenía parientes en Jerusalén, ¿por qué no se hospedó con ellos?
(2) Lucas puede haber seguido el ejemplo de las grandes epopeyas históricas de su época, en que era común usar el tema de las tormentas y naufragios. Esto sería paralelo a las modernas escenas de persecución en un drama de cine o televisión. El problema con este punto de vista es simple. ¿Cómo contribuiría esto al propósito de Lucas? El simple hecho de imitar el ejemplo de las epopeyas antiguas no ayudaría p 228 al libro para nada.
El sobrino de Pablo era un joven (vv. 17–19, 22). La palabra gr. neanias, que se usa en el v. 17, fue usada anteriormente con respecto a Pablo (7:58) y Eutico (20:9) y puede referirse a un hombre de entre veinte y cuarenta años. (Neaniskos, sinónimo de neanios, se utiliza en 23:18 y 22; el v. 19 de la NVI incluye “al joven” pero el texto gr. no lo tiene). Cuando el tribuno de la fortaleza supo del plan, advirtió al sobrino de Pablo que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.
23:23–24. El tribuno decidió alejar a Pablo de ese peligroso paraje, de manera que tomó todas las precauciones posibles para que el apóstol escapara. Primero, envió a Pablo en compañía de más de 470 hombres, dos centuriones … doscientos soldados (cada centurión mandaba a cien), setenta jinetes y doscientos lanceros. Segundo, comenzaron el viaje bajo la complicidad de la noche, a las 9 p.m. Además, Cesarea sería un lugar mucho más seguro, no propenso a tumultos como Jerusalén. Por tercera vez, Pablo dejó una ciudad subrepticiamente, durante la noche (cf. Damasco, 9:25; Tesalónica, 17:10).
(3) Posiblemente el escritor quería mostrar un paralelo con Jonás y la tormenta (). Después de que Jonás sobrevivió a la tempestad por medios milagrosos, predicó a una gran ciudad capital gentil. Es obvia la comparación con Pablo.
23:25–30. Cuando un prisionero era transferido a un superior, se requería que el oficial subordinado acompañara al sujeto con una declaración escrita del caso.
5:14. A pesar de la aversión que los no salvos tenían para unirse al grupo de los creyentes, los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres. El rápido crecimiento numérico fue un fenómeno de la iglesia primitiva (cf. 2:41, 47; 4:4; 6:1, 7; 9:31).
La carta de Claudio Lisias presenta lo esencial del caso. El tribuno torció la verdad al decir que lo libró él (v. 27), porque ciertamente fue a través de un subordinado que él tuvo conocimiento de que Pablo era ciudadano romano (22:26). También, discretamente evitó mencionar que se había estado preparando para dar a Pablo una azotaína (cf. 22:25, 29).
(4) El propósito de este relato es mostrar la protección y dirección soberana de Dios en el ministerio de Pablo. Era la voluntad de Dios que el apóstol ministrara el evangelio en Roma.
La importancia de esa misiva se ve en 23:29, donde el tribuno declaró que Pablo era inocente. Compare comentarios similares hechos por Galión (18:14–15); el dirigente de Éfeso (19:40), los fariseos (23:9), Festo (25:25) y Herodes Agripa II (26:31–32).
23:31–32. El viaje de Jerusalén a Antípatris era de más de 56 kms. Aquélla debe haber sido una marcha muy presurosa, porque llegaron al día siguiente. El terreno desde Jerusalén a Lida o Jope (la moderna Lod; cf. 9:32–43), a once o doce kms. antes de Antípatris, era difícil y facilitaba que algún grupo pusiera una emboscada. Una vez que la compañía llegara a Antípatris, ya no se necesitaban más los soldados. Los otros cuarenta y tres kms. hasta Cesarea podían atravesarse con menos riesgo.
(5) La intención de Lucas fue demostrar el liderazgo de Pablo y así subrayar el hecho de que el programa de Dios había llegado a ser en primer lugar para los gentiles y por ello, Pablo era el hombre de Dios en aquella hora. En el relato, Pablo se destaca como quien está en control de las cosas, aun del viaje marítimo y del naufragio.
3. encarcelamiento en cesarea (23:33–26:32)
5:15–16. Las señales milagrosas (cf. v. 12) confirmaron la palabra de Dios en medio de la incipiente iglesia. Esto muestra la divina aprobación soberana de ésta después de llevar a cabo la disciplina. Mucha gente manifestó no sólo su confianza en los apóstoles para sanar, sino también dejó ver su superstición. Pensaban que la sombra de Pedro que caía sobre los enfermos era la que en sí los sanaba.
a. Defensa de Pablo ante Félix (23:33–24:27)
(6) Algunos piensan que la historia es una alegoría. En el A.T. el mar era considerado como enemigo y aquí simboliza la oposición al esparcimiento del evangelio. A pesar de todo el antagonismo, las buenas nuevas del reino sobrevivirían y finalmente alcanzarían su meta predeterminada por Dios. Pero esto es tan alegórico, que es un punto de vista poco probable.
23:33–35. Cuando la caballería y Pablo … llegaron, Félix lo sujetó a un p 221 pequeño interrogatorio preliminar. Félix fue procurador (gobernador) de Judea entre ca. 52–58 d.C. y es uno de los tres procuradores romanos que se mencionan en el N.T. Los otros son Poncio Pilato (26–36 d.C.) y Porcio Festo (58–62 d.C.). Félix se casó con Drusila (24:24), hermana de Herodes Agripa II, el Agripa de 25:13–26:32. (V. “Herodes el Grande y sus descendientes” en el Apéndice, pág. 355.)
Después de que Félix supo que Pablo era de Cilicia, determinó escuchar el caso. Evidentemente, un caso podía ser tratado en la provincia del acusado, o en donde se hubiera cometido el supuesto crimen. La verdadera interrogante era de qué clase de (poias) provincia provenía Pablo. Por aquel tiempo, Cilicia no era una provincia completa, sino que estaba bajo el delegado de Siria, ante quien Félix era responsable. El delegado no iba a querer molestarse con un caso tan pequeño como éste. Además, Félix no quería incurrir en la ira de los judíos forzándolos a presentar su querella contra Pablo en su ciudad natal Tarso, que estaba demasiado lejos. Félix sólo tenía un camino y era escuchar el caso. Pero los testigos contra Pablo tendrían que estar presentes (cf. Hch. 23:30).
La respuesta a la interrogante de por qué Lucas puso tanto énfasis en el viaje a Roma, debe ser una combinación de las respuestas 1, 3, 4, y 5, aunque es difícil afirmarlo con seguridad. (V. “Mapa del recorrido de Pablo a Roma” en el Apéndice, pág. 361.)
24:1. El mismo sumo sacerdote descendió a Cesarea, así como algunos de los ancianos del sanedrín. Ellos habían contratado a un abogado (rhētoros, “un orador público”, usado sólo esta vez en el N.T.), Tértulo, quien iba a presentar el caso ante Félix.
24:2–4. El abogado pasó casi tanto tiempo en su introducción como el que tardó en presentar los cargos específicos contra Pablo. Su descripción de Félix fue excesivamente halagadora y aduladora, porque éste era conocido por su uso violento de la fuerza represiva y su corrupto autoengrandecimiento. El procurador había sido esclavo, ganó su libertad, y se congració con la corte imperial. Tácito, el historiador romano, satíricamente resumió el carácter de Félix con el breve comentario, “… ejerció el poder real con la mente de un esclavo”.
El poder, divinamente dado a los apóstoles para sanar y echar fuera demonios, está de acuerdo a la promesa que les hiciera el Señor (; Mr. l6:17–18).
27:1. Quién y cuántos presos más acompañaron a Pablo a Roma, es una pregunta que ha quedado sin responder. Tampoco se le hace saber al lector por qué los otros eran llevados a la ciudad capital.
24:5–8. Las acusaciones eran tres: (1) Pablo era una plaga, y promotor de sediciones … por todo el mundo. (2) Era cabecilla de la secta de los nazarenos. (3) Intentó … profanar el templo.
El primer cargo tenía matices políticos, porque Roma deseaba mantener el orden a lo largo y ancho del imperio.
El centuriónJulio, quien es uno de los personajes principales de este relato, pertenecía a la compañía Augusta, título honorario que se le daba a ciertas tropas. “Augusta” es traducción de Sebastēs, que significa “reverenciada” (cf. el comentario de 25:25). Un “centurión” estaba al frente de 100 soldados (cf. 10:1; 21:32; 22:25–26; 23:17, 23; 24:23).
El segundo cargo también era de interés para el gobierno porque Tértulo hizo parecer que el cristianismo estaba divorciado de la religión judía. Roma permitía el judaísmo como una religio licita (una religión legal), pero no toleraría ninguna religión nueva. Al describir al cristianismo como una “secta” (jaireseōs, “bando, partido, escuela”; de la cual viene la palabra castellana “herejía”) de los nazarenos, el abogado hizo parecer la fe de Pablo como cismática y grotesca.
Profanar el templo también tenía un tono político, porque los romanos habían dado permiso a los judíos de matar a cualquier gentil que traspasara las barreras del templo (cf. 21:28). En este punto, Tértulo modificó el cargo que originalmente se hizo en 21:28. En aquel entonces, Pablo había sido acusado de introducir a un gentil (Trófimo, el efesio) dentro de los patios del templo. Después se dijo que Pablo había intentado profanarlo. La verdad se vio severamente afectada en la cláusula prendiéndole, implicando que ellos tomaron a Pablo para arrestarlo. (La RVR60 agrega algunas palabras a los p 222 vv. 6–8 que se encuentran únicamente en unos pocos mss. gr. menos confiables, “quisimos juzgarle … que viniesen a ti”.)
El uso del pronombre de la primera persona del pl. aquí indica que Lucas acompañó a Pablo en este viaje.
b. Segundo encarcelamiento y liberación de los apóstoles (5:17–20)
24:9–10. Después de que los judíos respaldaron la veracidad de los cargos que hiciera el abogado contra el acusado, se dio a Pablo la oportunidad de responder.
Su introducción fue mucho más corta y veraz. Él dio por sentado que Félix conocía la situación en Judea lo suficientemente bien como para hacer una decisión acertada.
27:2–3. La referencia a adramitena, se refiere a la base de la nave, la cual estaba al sureste de Troas, ciudad del noroeste de Asia Menor. Es evidente que el barco estaba haciendo el último viaje a su base antes de que comenzara la estación invernal de tormentas marítimas. Tal vez el centurión quería encontrar durante el viaje una embarcación con destino a Roma o llegar a la Vía Ignacia para transportar a los prisioneros.
24:11. Pablo expresó varios puntos en su defensa. Primero, él no había estado en Jerusalén el tiempo suficiente como para instigar a una turba. De hecho, uno de sus propósitos de estar en Jerusalén era adorar y cumplir con la fiesta de Pentecostés (20:16). Otra razón se desarrolla en 24:17–18.
24:12–13. Segundo, los calumniadores de Pablo no pudieron comprobar que él hubiera estado disputando … ni amotinando una turba en la ciudad.
Es obvio que Aristarco también acompañó a Pablo como su ayudante y se quedó con él durante el encarcelamiento en Roma (; ).
5:17–20. Después de esta segunda aprehensión y encarcelamiento de los apóstoles (aparentemente todos los doce estuvieron involucrados). Dios los liberó en forma sobrenatural. Les encomendó, por medio de un ángel que siguieran en la proclamación pública (en el templo, cerca del lugar de reunión de la iglesia; cf. v. 12) de todas las palabras de esta vida (una forma poco común de referirse al evangelio). En Hechos, este es el primero de tres milagros de encarcelamiento y liberación que se narran (cf. Pedro, 12:6–10; Pablo y Silas, 16:26–27).
24:14–16. Tercero, él adoró al Dios de Israel en completa conformidad con la ley y … los profetas (cf. 26:22; 28:23). (Acerca del término “la ley y los profetas”, V. Mt. 5:17.) Además, su fe no estaba puesta en una herejía, sino en el cristianismo, el cual era conocido como el Camino (cf. Hch. 9:2; 19:9, 23; 22:4; 24:22). Su esperanza en la resurrección (cf. 23:6; 26:6–7) era la misma que la de sus acusadores (Pablo supuso que un número de ellos eran fariseos). Con esto, quiso decir que el cristianismo era una consecuencia del A.T. Además, siempre buscó tener su conciencia sin ofensa (cf. 23:1). “Sin ofensa” es traducción de aproskopon (lit. “no causar tropiezo, o no ofender”), usada sólo dos veces más en el N.T., ambas por Pablo (1 Co. 10:32; Fil. 1:10).
24:17. Esta es la única vez en Hechos que se menciona el propósito de traer una ofrenda a Jerusalén de parte de las iglesias gentiles. Lucas no hizo sobresalir este hecho, porque era un asunto menor en su argumento. Sin embargo, para Pablo era muy importante, como se hace notar por sus frecuentes alusiones a ello en sus epístolas (Ro. 15:25–28; 1 Co. 16:1–4; 2 Co. 8:13–14; 9:12–13; Gá. 2:10).
Es interesante que Pablo haya tenido amigos en Sidón, el primer puerto al que llegaron después de salir de Cesarea. La amabilidad de este centurión trae a la memoria la de otro centurión ().
¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que fue a Jerusalén a … presentar ofrendas? Tal vez que entró al templo a “presentar ofrendas” (cf. Hch. 24:18). Pero es más probable que se haya referido a que ofreció ofrendas de acción de gracias por las bendiciones de Dios sobre su ministerio.
24:18. Una vez más, Pablo afirmó que él no era el instigador de un alboroto (cf. v. 12); ¡eran sus acusadores!
27:4–8. La información contenida en estos vv. señala la dificultad de navegar de este a oeste por el mar Mediterráneo. Los vientos dominantes soplaban desde el oeste, de modo que las naves zarparían hacia el este de Chipre y avanzarían con dificultad a lo largo de la costa suroeste de Asia Menor y el este de Creta. Cuando Pablo se embarcó en la dirección contraria, el barco tomó una ruta más directa (21:1–3).
24:19–21. Finalmente, dijo que sus primeros acusadores no estaban presentes, los cuales eran unos judíos de Asia y los que originalmente hicieron las acusaciones falsas e incitaron al tumulto en el templo (cf. 21:27). Ya que el concilio no lo había encontrado culpable (23:1–9), el discurso de Tértulo en verdad no contenía ningún cargo legítimo.
c. Interrogatorio y defensa de los apóstoles (5:21–32)
24:22. Sólo puede ser conjeturado cómo supo Félix acerca del cristianismo. Probablemente lo haya escuchado de labios de su esposa Drusila, hija de Herodes Agripa I y hermana de Herodes Agripa II. Ya que era judía (v. 24), tal vez sabía acerca del Camino. Además de esto, es poco probable que Félix haya gobernado Judea durante varios años sin tener algún conocimiento previo acerca de la fe de la iglesia primitiva.
En Mira, ciudad portuaria sobre p 229 la costa sur de Asia Menor, el centurión encontró una nave alejandrina que zarpaba para Italia. Este era un barco que llevaba granos (27:38), lo suficientemente grande como para llevar 276 pasajeros (v. 37). Egipto era el que abastecía de granos a Roma. Comúnmente, los barcos de grano zarpaban hacia el norte hasta Asia Menor y luego tomaban rumbo al oeste a través del Mediterráneo, pasando por las islas para aprovechar la protección que pudieran recibir de ellas.
p 223 En vez de tomar una decisión que hubiera sido desfavorable para las autoridades religiosas, aplazó los procedimientos. Él dijo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. Si Claudio Lisias (cf. 23:25–30) llegaba o no a Cesarea, no importaba; el caso había sido pospuesto indefinidamente.
24:23. Félix, evidentemente estaba consciente de la inocencia de Pablo, por lo que le otorgó una limitada libertad como prisionero bajo el cuidado de un centurión. Posteriormente, otro centurión dio a Pablo una libertad semejante en Sidón (27:3).
El viaje de Pablo en esta segunda embarcación lo llevó desde Mira hasta la isla de Gnido y luego al suroeste por el sur de Creta, a un lugar que llaman Buenos Puertos. Los cretenses eran conocidos por su holgazanería y depravación (). Más adelante, Pablo escribió a Tito pidiéndole que designara ancianos para las iglesias de aquella isla ().
24:24–26. Félix debe haber hecho un breve viaje con Drusila su mujer. Cuando regresaron, llamó a Pablo quien le habló acerca de la fe en Jesucristo. Félix se sintió incómodo cuando Pablo disertó acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero y con razón, porque él sabía bien que su matrimonio con Drusila era el tercero y que había roto otro matrimonio para quedarse con ella. Además, su régimen estaba marcado por injusticias que contrastaban con la justicia de Dios. Asimismo, era un hombre que dejaba mucho que desear en el área del dominio propio.
5:21a. Es evidente la obediencia de los apóstoles a la instrucción del ángel (v. 20). Aunque habían dormido muy poco la noche anterior, entraron de mañana (lit., al amanecer) en el templo (cf. v. 20).
La hipocresía y avaricia de Félix se ven en su deseo de ser sobornado por Pablo.
27:9–12. El ayuno al que se hace referencia aquí era probablemente el día de la expiación que se conmemoraba de finales de septiembre hasta principios de octubre. Después de esa época del año, los patrones climatológicos variables del mar Mediterráneo hacían peligrosa la navegación. En aquel tiempo, el tráfico marítimo cesaba a principios de noviembre.
24:27. Para aplacar a los judíos, Félix dejó preso a Pablo, aunque sabía que era inocente. Félix eventualmente perdió su puesto debido a que actuó con crueldad desmedida al reprimir un conflicto entre judíos y gentiles de Cesarea.
b. Defensa de Pablo ante Festo (25:1–12)
Pablo tal vez estaba incluido entre los consejeros de la embarcación, debido a sus experiencias previas de viajero (cf. , “tres veces he padecido naufragio”) y a su liderazgo natural. Contrario al consejo de Pablo, la mayoría (27:11–12) acordó que era mejor zarpar a un puerto más cómodo, e invernar allí. La autoridad final estaba en manos del centurión, porque se consideraba que los barcos de grano estaban al servicio del gobierno. Así que zarparon a lo largo de la costa sur de Creta con la esperanza de llegar al puerto de Fenice.
25:1. Esta sección (vv. 1–12) es crucial, porque en ella Pablo apela a César. Esto estableció la dirección que iba a tomar el resto del libro y también la forma en que el apóstol llegó a Roma.
Poco se sabe de Porcio Festo, procurador romano de Judea, 58–62 d.C., pero lo que la historia nos revela es favorable. Su deseo de gobernar bien se atestigua por su ida a Jerusalén tres días después de su llegada a la provincia. Indudablemente había tenido noticias de la naturaleza inestable de esa ciudad.
27:13–17. Cuando de repente se vieron atrapados por un viento huracanado llamado Euroclidón, no pudieron quedarse bajo la protección de Creta, e iban navegando a la deriva en mar abierto. Una pequeña isla llamada Clauda a 40 kms. al sur de Creta, les proveyó de un breve respiro del viento. Mientras que estaban en el sur de la isla, recogieron el esquife, que normalmente era remolcado, pero que probablemente para entonces ya estaba lleno de agua.
5:21b-25. Los hechos registrados en estos vv. están llenos de ironía: (1) los alguaciles estaban guardando cuidadosamente una cárcel vacía (vv. 21b-23). (2) Los principales dirigentes de Israel estaban reunidos para juzgar a prisioneros que no estaban en su poder. (3) Mientras los dirigentes deliberaban frenéticamente acerca de qué habría sucedido a los varones que estaban bajo su custodia, se les avisó que los apóstoles estaban predicando en los atrios del templo. El jefe de la guardia … y los principales sacerdotes (cf. 4:1), dudaban (lit., “estaban perplejos” o “no sabían que hacer”) en cuanto a cómo explicar lo de la celda cerrada con toda seguridad, pero vacía. Tal vez ellos mismos estaban preguntándose qué les pasaría a ellos, ¡que habían perdido a sus prisioneros! (Cf. 16:27–28.)
25:2–3. Un asunto que pesaba grandemente en la mente de las autoridades religiosas era el juicio contra Pablo. Ellos sabían que su acusación era tan débil, que la única forma en que podían zafarse de ese molesto misionero era preparando una celada y matándolo mientras era transportado de Cesarea a Jerusalén, así que rogaron a Festo que lo hiciera traer a Jerusalén.
25:4–5. Es evidente que Festo sintió que la solicitud era poco razonable; de manera que, prometió reabrir el caso en Cesarea, puesto que Pablo ya estaba allí y Festo iba de regreso para allá.
No está del todo claro lo que Lucas quiso decir con usaron de refuerzos para ceñir la nave. Probablemente que los marinos rodearon el barco con cuerdas a fin de que las vigas no se separaran y dejaran pasar más agua por la presión del mar y la tormenta.
25:6–7. La escena de los juicios anteriores se repitió. Sin embargo, Lucas añadió que las acusaciones eran muchas y graves.
25:8–9. Después de que Pablo negó breve y categóricamente las acusaciones que se le hacían, Festo preguntó al prisionero si quería subir a Jerusalén para otro juicio. Festo había cambiado de opinión en cuanto a esto (cf. vv. 4–5), tal vez porque pensó que al tratar de agradarlos, podría aplacar a los judíos. También se dio cuenta que no sabía cómo manejar esta clase de casos religiosos (v. 20).
La Sirte estaba localizada por la costa de Libia al norte de África. La palabra gr. que se traduce como las velas es skeuos y lit. significa “embarcación” o “equipo”, de manera que puede referirse a cualquier aparejo. Sin embargo, quizá era el ancla.
5:26–27. El jefe de la guardia y los oficiales de la cárcel los volvieron a capturar, pero ahora cuidadosamente (sin el uso de violencia, por temor a provocar el enojo del populacho) y los trajeron delante del concilio para interrogarlos. (Acerca del sanedrín, V. el comentario de 4:15; cf. 6:12; 22:30.)
25:10. Pablo no quería saber nada de ese cambio de opinión por p 224 varias razones: (1) El viaje de Cesarea a Jerusalén sería muy peligroso porque si bien los cuarenta judíos que dos años antes (cf. 24:27) habían jurado asesinarlo (23:13–14) para entonces ya se habían liberado de su juramento de alguna forma, todavía querrían matarlo. (2) Era muy remota la posibilidad de que tuviera un juicio justo en Jerusalén. (3) Además, ya había pasado dos años como prisionero en Cesarea.
Los cargos que se presentaron contra Pablo eran civiles (ellos decían que había cometido faltas contra los judíos); por lo tanto, el presente tribunal donde Festo representaba al César, era el adecuado.
27:18–26. La furiosa tempestad fue muy severa, de modo que, al siguiente día tiraron la carga al agua y al día siguiente, los aparejos de la nave. La tempestad siguió azotándolos inmisericorde y después de muchos días, perdieron toda esperanza de salir con vida de aquella situación.
25:11. Los cargos que le hicieron fueron lo bastante serios como para demandar la pena de muerte. Si se probaba que las acusaciones eran verdad, Pablo dijo que estaba dispuesto a morir. Él interpretó la sugerencia de Festo de ir a Jerusalén (v. 9) como equivalente a entregar a Pablo a los judíos, aunque el juicio iba a ser conducido por el procurador.
25:12. Hay debate en cuanto a si Festo estaba legalmente obligado a remitir el caso a César (Nerón, quien reinó de 54–68 d.C.), o si podía manejar el asunto por sí mismo. Si Festo hubiera escuchado el caso y tomado una decisión negativa, Pablo todavía podía haber apelado a César. Pero tal vez Festo no tuvo otra alternativa que transferir el caso a Roma. Así que, después que hubo hablado con el consejo, anunció que en vista de la apelación de Pablo, él debía ir a César.
Los pasajeros, y probablemente también la tripulación, habían pasado sin comer algunos días. Tal vez la tormenta había destruido muchas de sus provisiones; algunos estaban mareados; y tal vez otros estaban demasiado desalentados como para comer (cf. v. 33). Después de que Pablo les recordó el consejo que les había dado p 230 antes en Creta (cf. v. 10), los animó con un mensaje de Dios. Esta no fue la primera vez que una visión levantó el espíritu de Pablo (cf. 18:9–10; 23:11); de hecho en la visión de Jerusalén (23:11) Dios le prometió no sólo guardarlo allí, sino hasta el final de su viaje a Roma. Aquí también Dios (a través de un ángel), prometió que Pablo comparecería ante César. Dos veces instó Pablo a sus compañeros de viaje (a todos los 275; cf. 27:37) a tener buen ánimo (vv. 22, 25). El vb. “tener buen ánimo” (euthymeō) sólo se usa tres veces en el N.T. Dos veces aquí y en (“Está … alegre”). El vb. expresa la idea de tener buenos sentimientos o estar de buen ánimo. Aun como prisionero, Pablo no dudó en dar a conocer su fe en Dios.
c. Defensa de Pablo ante Agripa II (25:13–26:32)
p 149 5:28. El uso del pronombre ese dos veces, subraya la renuencia del sumo sacerdote a pronunciar el nombre de Jesús (“este nombre”, 4:17). ¡Obviamente, su odio por Jesucristo era grande!
25:13. El rey Agripa, a quien se hace referencia aquí, es Agripa II, hijo de Herodes Agripa I (12:1) y bisnieto de Herodes el Grande (Mt. 2:1). (V. “Herodes el Grande y su descendientes” en el Apéndice, pág. 355.) Para entonces, ya era un hombre de unos 30 años y gobernaba los territorios que estaban al noreste de Palestina con el título de rey. Ya que era amigo de la familia imperial de Roma, se le concedió el privilegio de designar al sumo sacerdote judío y también había sido nombrado custodio de los tesoros del templo. Su trasfondo lo calificaba perfectamente para escuchar a Pablo porque estaba bien informado acerca de la religión judía (cf. Hch. 25:26–27).
27:27–32. El mar Adriático era el término que se usaba en la época del N.T. no sólo para el mar que se extendía entre Italia y Grecia, sino también al sur de Italia y Sicilia a Malta. Después de pasar dos semanas en medio de la tormenta, los marineros al fin sospecharon que estaban cerca de tierra porque las aguas eran menos profundas (de 36 a 27 mts.). Medían la profundidad tirando al agua una cuerda con plomo (bolisantes, “echar la sonda” significa lit. “lanzar el plomo”). Cuando llegaron a aguas de poca profundidad, echaron cuatro anclas. Pablo advirtió al centurión que los marineros que intentaban huir necesitaban permanecer en la nave (cf. v. 24). Los soldados cortaron las amarras del bote salvavidas. Esto significaba que todos los que estaban a bordo sólo podían confiar en el Señor para su salvación.
Agripa II y su hermana Berenice vinieron a Cesarea para saludar a Festo. Aunque Berenice tendía a apoyar a los judíos, llevaba una vida libertina, ya que sostenía una relación incestuosa con su hermano Agripa.
25:14–21. Festo repasó el procedimiento de la causa de Pablo que le había dejado Félix y confesó francamente que se sentía incapaz de manejar el caso (v. 20). En particular, no entendía la insistencia de Pablo en la resurrección de Cristo (v. 19).
27:33–35. Debido a la confianza que Pablo tenía en que el Señor los iba a mantener a todos a salvo (v. 24), los animó a … que comiesen (vv. 33–34). Luego tomó el pan, sin vergüenza alguna dio gracias a Dios … y partiéndolo, comenzó a comer. Aunque suena como si fuera la santa cena, probablemente no lo fue. La mayoría de las 276 personas no eran cristianas. Por el contrario, fue un testimonio público de la fe de Pablo en el Dios y Padre del Señor Jesús, así como un acto necesario a fin de reponer fuerzas para la prueba que les esperaba.
25:22. El repaso de la situación tuvo el efecto deseado sobre Agripa. La familia herodiana era útil a Roma por su conocimiento de los asuntos judíos y los puntos de vista de Agripa serían de ayuda a Festo.
5:29. Pedro aquí reiteró un principio básico que se había afirmado previamente en 4:19–20. Lo opuesto también es cierto: los cristianos deben obedecer a los gobernantes a menos que sea un pecado hacerlo (cf. ; ).
25:23–24. El insignificante rey Agripa y su hermana Berenice aprovecharon la ocasión para hacer alarde de su posición, ropas y ceremonial. Lucas indudablemente quería contrastar al pobre prisionero Pablo presente en el salón de audiencias con Agripa, Berenice, los oficiales de más alto rango y principales hombres de la ciudad. Ya que había cinco cohortes (cada cohorte tenía mil soldados) estacionadas en Cesarea, cinco oficiales (j̱iliarjoi, lit., “comandantes de mil”; cf. p 225 21:31) de alto mando estaban allí. Festo le dijo a Agripa que los judíos le exigían que diera muerte a Pablo.
27:36. Dos problemas se mencionan en el v. 33: la gente había estado “sin comer nada” catorce días, y también habían velado (estado en suspenso constante). Pero ahora todos fueron animados (lit. “llegaron a estar con buen ánimo,” euthymoi; cf. vv. 22, 25) y comieron también ellos, solventando los dos problemas mencionados en el v. 33.
25:25–27. Lo afirmado en el v. 25 es importante porque muestra que Festo, como Félix antes que él, halló que Pablo ninguna cosa digna de muerte había hecho (cf. 23:9, 29; 26:31).
Sería malo para Festo enviar a Pablo a César sin cargos … en su contra. Festo creía que Agripa, con su conocimiento de las costumbres y leyes judías, podía ayudarlo a escribir algunos cargos que pudieran ser suficientemente específicos como para que Nerón los considerara.
27:37–38. La nave granero no sólo transportaba carga, sino también a 276 pasajeros y tripulantes pero no se da a conocer el números de prisioneros (v. 42). Esta nave no era muy grande, porque Josefo escribió que él viajó a Italia en una que transportó 600 pasajeros.
En este cap. se encuentran dos términos interesantes que se usaban para designar a la realeza romana. El primero de ellos es Sebastos que significa “venerado” o “augusto” y se usa en el N.T. sólo en 25:21, 25; 27:1, donde se traduce “Augusto”.
5:30–31. La respuesta de Pedro y los apóstoles acerca de la resurrección de Jesús debe haber enfurecido a los saduceos (cf. 4:1–2; 5:17; 23:8). Este es el mismo mensaje que Pedro, como portavoz de los apóstoles, había predicado antes: (a) ellos habían matado a Jesús, pero Dios lo levantó de entre los muertos (cf. 2:23–24, 36; 3:15; 4:10) y (b) podían recibir el perdón de sus pecados (cf. 2:38; 10:43; 13:38; 26:18) al volverse a él en arrepentimiento (cf. 2:38; 3:16; 4:12; 8:22).
El otro es kyrios, que significa “señor”. En 25:26 se trad. “señor”. Tanto Augusto como Tiberio rehusaron llevar ese título porque sentían que los exaltaba demasiado. Sin embargo, para el tiempo en que Pablo hizo su apelación a César, Nerón estaba en el trono y la palabra “señor” se usaba más comúnmente para referirse al emperador. Aunque Nerón aceptó el título de “señor”, todavía no llegaba a los excesos que posteriormente caracterizaron a su reino. En ese tiempo, era considerado como un gobernante justo.
27:39–40. Al amanecer, viendo una ensenada que tenía playa …, acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortaron las anclas … las amarras del timón; e izada … la vela … enfilaron hacia la playa. La palabra “timón” (pēdaliōn) lit. describe a las palas de remo y se refiere a unos timones de remo corto que se colocaban a los lados del barco. Estos se amarraban mientras que el barco permanecía anclado.
26:1. Pablo ya había presentado su defensa ante Festo (25:6–12), de manera que el apóstol dirigió sus palabras a Agripa. Además, el propósito de este discurso fue informar al rey.
El movimiento de la mano evidentemente era una costumbre de los oradores de ese tiempo. Este discurso tiene varias partes: (1) observaciones de elogio (26:2–3), (2) vida inicial de Pablo en el judaísmo (vv. 4–8), (3) su celo y oposición al cristianismo (vv. 9–11), (4) su conversión y comisión (vv. 12–18), (5) su ministerio (vv. 19–23), (6) intercambios verbales con Festo y Agripa (vv. 24–29).
27:41. La nave encalló en un banco de arena que los marineros no habían visto. Debido al oleaje, la popa se rompió, mientras que la proa estaba hincada en la arena.
26:2–3. Pablo fue sincero en sus cumplidos porque sabía que Agripa verdaderamente estaba bien informado de todas las costumbres y cuestiones que había entre los judíos, además de que era un judío practicante.
En contraste con Tértulo, quien prometió un discurso breve delante de Félix (24:4), Pablo dio a entender que su defensa podría ser más extensa. Éste es el clímax de todas las defensas de Pablo que se registran en Hechos (cf. 22:1–21; 23:1–8; 24:10–21; 25:6–11).
p 231 27:42–44. Ya que los soldados respondían con su vida por cualquier prisionero que escapara (cf. 12:19; 16:27), planearon matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. Para los soldados, este era un asunto de autoconservación.
5:32. Los apóstoles estaban conscientes de su responsabilidad, por lo que afirmaron: nosotros somos testigos suyos de estas cosas (rhēmatōn, “palabras, dichos” o “cosas”). Además, el Espíritu Santo corroboró el testimonio de ellos al capacitarlos sobrenaturalmente para predicar con denuedo y para hacer milagros. Este mismo Espíritu se ha dado a todos los que creen en Cristo ().
26:4–8. En resumen, Pablo afirmó que desde temprana edad había vivido de acuerdo con la esperanza de Israel (vv. 6–7; cf. 23:6; 24:15; 28:20). (Acerca de su vida en Jerusalén, V. 22:3.) El apóstol afirmó que esta esperanza involucraba la resurrección de entre los muertos. Esta es la razón por la cual Cristo citó a Moisés (Éx. 3:6), para defender la doctrina de la resurrección (Mt. 22:32). Ya que Jehová es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, la gente debe resucitar a fin de recibir las promesas que Dios les hizo. Asimismo, las promesas que se hicieron a los judíos exigen que resuciten en la venidera era mesiánica.
La referencia que Pablo hace a las doce tribus muestra el error del israelismo británico que habla de las “diez tribus perdidas de Israel” (cf. Mt. 19:28; Lc. 22:30; Stg. 1:1; Ap. 7:4–8; 21:12).
Sin embargo, el centurión quería salvar la vida a Pablo. Él vio el valor y confiabilidad de su prisionero y por eso impidió que los soldados realizaran su plan. Obviamente, Dios estaba obrando en forma soberana para guardar a Pablo para el ministerio en Roma y para garantizar el cumplimiento de su predicción (v. 24). En medio de la fría lluvia (28:2), los pasajeros (soldados y prisioneros) y los tripulantes que pudiesen nadar fueron animados a nadar a tierra, mientras que los demás se valieron de pedazos flotantes del barco.
26:9–11. Además de estar comprometido con el judaísmo, Pablo también p 226 había sido fanático en su oposición al cristianismo (cf. 8:3; 9:2; 22:4–5, 19). Los votos decisivos que había hecho contra los cristianos encarcelados no significa necesariamente que fuera miembro del sanedrín. Simplemente puede significar que estaba de acuerdo con las acciones de ese cuerpo gobernante (cf. 8:1; 22:20).
Cuando Pablo encarceló a los cristianos, los forzó a blasfemar, es decir, a retractarse de su fe en Cristo.
Como Pablo había predicho, el barco se perdió (27:22), encallaron en una isla (v. 26), y nadie pereció (v. 22).
d. Liberación de los apóstoles (5:33–42)
26:12–18. Mientras Pablo relataba su conversión (cf. 9:1–19; 22:1–21) una vez más narró que vio una luz … que sobrepasaba el resplandor del sol (22:6). Por primera vez se le informa al lector que la voz celestial hablaba en lengua hebrea (aramea), aunque esto se había dado por hecho por la forma en que se escribe el nombre Saulo en 9:4 y 22:7.
Algunos creen que la afirmación, Dura cosa te es dar coces contra el aguijón, significa que Pablo tenía sentimientos de culpa y estaba violando su conciencia al perseguir a los creyentes en Cristo. Sin embargo, Pablo escribió posteriormente que a pesar de su blasfemia, violencia y persecución de la iglesia, se le mostró misericordia porque estaba actuando en ignorancia e incredulidad (1 Ti. 1:13). Dar coces contra el aguijón evidentemente se refiere a la futilidad de su persecución de la iglesia.
b. Permanencia en Malta (28:1–10)
La declaración de la comisión dada a Pablo (Hch. 26:18) se parece a la obra del Mesías, predicha en Isaías 35:5; 42:7, 16; 61:1. Como representante del Señor Jesucristo, Pablo hizo en forma figurada lo que de hecho el Señor hará un día sobre la tierra. Espiritualmente, Pablo había dirigido a muchos de las tinieblas del pecado (Jn. 3:19; 2 Co. 4:4; Ef. 4:18; 5:8; Col. 1:13) a la luz en Cristo (Jn. 12:36; 2 Co. 4:6; Ef. 5:8; Col. 1:12; 1 Ts. 5:5). Esta salvación libera de la potestad de Satanás (Jn. 8:44; He. 2:14) y da perdón de pecados (Hch. 2:38; 5:31; 10:43; 13:38; Ef. 1:7; Col. 1:14) y una herencia espiritual (Ro. 8:17; Col. 1:12) con los santificados, i.e., aquellos que posicionalmente han sido puestos aparte para Dios por su obra redentora (cf. 1 Co. 1:30; He. 10:10; 13:12).
26:19–23. La declaración de Pablo en el v. 20 es algo problemática. Dijo que había predicado a aquellos que estaban en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea. Pero Pablo escribió a los gálatas que él era desconocido a las iglesias de Judea (Gá. 1:22). Muchos piensan que desde el principio hubo una corrupción del texto y que el gr. debiera leerse: “a aquellos que están en Damasco, luego a los de Jerusalén, y a través de toda nación, tanto a judíos como a gentiles”. Se reconoce que el actual texto gr. no fluye bien (cambia del caso dativo al acusativo), pero esta enmienda textual es extremadamente especulativa e innecesaria.
28:1–2. El lugar del naufragio fue Malta, pequeña isla a 96 kms. al sur de Sicilia. Malta tenía buenos puertos y estaba estratégicamente ubicada para el comercio. En dos semanas, la tormenta los desvió 960 kms. al occidente de Buenos Puertos, que estaba en Creta. Los naturales es traducción de joi barbaroi (lit. “los bárbaros”), término gr. usado para referirse a gente que no hablaba su idioma. Esto no significa que hayan sido salvajes o incultos, sino que su civilización no estaba orientada hacia la cultura griega. Ellos mostraron no poca humanidad al brindar una hospitalidad poco común a las víctimas del naufragio, haciéndoles un fuego y dándoles la bienvenida.
Probablemente Pablo primero quiso resumir su ministerio a los judíos y luego describir su obra entre los gentiles. El apóstol afirmó casi lo mismo en Hch. 26:17–18. En otras palabras, la declaración de Pablo aquí no debe tomarse como una secuencia cronológica estricta, sino como un panorama general de su ministerio. Primero predicó a los judíos y luego a los gentiles, de conformidad con 1:8. Ambos grupos necesitaban que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios. En Hechos, los apóstoles hablaron con frecuencia acerca del arrepentimiento (2:38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18; 13:24; 17:30; 19:4; 20:21).
5:33. La furia de los dirigentes hacia los apóstoles era de esperarse y querían matarlos. Su oposición siguió el mismo patrón que su hostilidad hacia el Señor pocas semanas antes. La oposición siempre crece, y así sucedió aquí.
Además, Pablo afirmó que su p 227 mensaje era el cumplimiento de las profecías del A.T. (26:22; cf. 24:14; 28:23) concernientes a la muerte y a la resurrección del Mesías. También a menudo, los apóstoles hablaron en Hechos de la resurrección de Cristo.
28:3. Debido a que el clima era frío (v. 2), la culebra estaría entumecida y aletargada. Por supuesto que el calor del fuego sacaría a la víbora de su letargo y la pondría más activa.
26:24–29. Festo, con su perspectiva griega, pensó que la doctrina de la resurrección era imposible (cf. 17:32; 23:6–7), así que interrumpió a Pablo, aunque el apóstol ya había dado sus puntos principales. Festo dijo que Pablo estaba loco, que sus estudios estaban trastornándolo.
Pero Pablo claramente afirmó su sensatez y luego volvió a dirigirse a Agripa. Nada de esto, haciendo referencia a la muerte y resurrección de Cristo y al comienzo de la iglesia, podría haber escapado a la atención de Agripa, ya que era buen conocedor del judaísmo y el cristianismo no era una sociedad esotérica secreta.
28:4–6. Al ver que Pablo era mordido por la víbora … los naturales llegaron a la conclusión que era un homicida que estaba recibiendo el peso de la justicia. Pero cuando vieron que no se vio afectado por la mordedura de la serpiente (sin siquiera tener una hinchazón de la mano), los naturales supersticiosamente, dijeron que Pablo era un dios. Sin duda, la respuesta de Pablo a esto, aunque no se registra, fue similar a la reacción que tuvo en Listra (14:8–18).
Finalmente Pablo afianzó su punto haciendo una pregunta directa: ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? (cf. 26:22) Yo sé que crees (cf. el testimonio de Pablo a Félix, 24:24).
5:34–35. Un fariseo … Gamaliel doctor de le ley, venerado de todo el pueblo, influenció en el sanedrín para que no se opusiera a los apóstoles. Él no habló porque tuviera simpatía por la iglesia, sino porque había entendido la forma en que Dios obra soberanamente en la tierra (cf. v. 39).
Ahora Agripa estaba entre la espada y la pared. Si aceptaba que las profecías eran ciertas, se vería forzado a admitir que Jesucristo era su cumplimiento. Su única forma de escapar era desviar la pregunta haciendo una interrogante.
28:7–10. Publio llevó a Pablo y a otros (entre ellos a Lucas porque usa la primera persona pl.) a su propiedad por tres días. Un beneficio que obtuvo del ministerio de Pablo fue la sanidad del padre de Publio (quien tenía fiebre y … disentería) así como de otros de la isla que padecían enfermedades. Es interesante que Pablo, en vez de ser dañado por la víbora, fue usado por Dios para sanar a otros. No sorprende que los naturales honraron a los hombres del naufragio con muchas atenciones, incluyendo darles provisiones antes de que zarparan tres meses después (v. 11). Estas vituallas sin lugar a duda les fueron dadas en gratitud por los servicios de Pablo.
La traducción de la NVI: “¿piensas que en tan poco tiempo puedes persuadirme a que me haga cristiano?”, capta bien el sentido de la pregunta de Agripa. Probablemente tuvo la intención de refutar en forma jocosa a Pablo.
Pablo tomó en serio su respuesta, porque amaba a la gente por causa del Señor. Aunque le llevara mucho tiempo ganar a Agripa para Cristo, Pablo estaba dispuesto a invertir el tiempo necesario. Le respondió que oraba para que Agripa y todos los que ese día lo escuchaban fueran hechos tales cual él (i.e., un cristiano), excepto por esas cadenas. (Esta es la primera mención de cadenas desde 22:29.) Así fue como la defensa de Pablo llegó a su fin.
c. Resumen del ministerio en Roma (28:11–31)
26:30–32. Ya otros habían dicho que Pablo era inocente: los fariseos (23:9); Claudio Lisias, el tribuno de Jerusalén (23:29); y el gobernador Festo (25:25). Ahora Agripa, un hombre de poder, bien entrenado en el judaísmo y simpatizante de los judíos, afirmó: podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.
4. encarcelamiento en roma (caps. 27–28)
28:11. Ya que la tripulación y los pasajeros salieron de Creta en octubre o noviembre (“Por haber pasado ya el ayuno”, 27:9) y estuvieron en la tormenta durante dos semanas, sus tres meses de estancia en Malta incluyeron todo el invierno, hasta febrero o marzo. En ese tiempo, vieron otra nave atracada en la isla. Puesto que p 232 también era alejandrina de origen, es probable que transportara grano (cf. 27:6, 38) que venía desde Egipto y que había pasado en un puerto de Malta los tres meses de invierno, en que era muy peligroso viajar. Tal vez el puerto en donde estaba era Valletta.
5:36. Nada se sabe de Teudas y sus cuatrocientos insurrectos, cuya rebelión fracasó. Aunque Josefo, historiador judío del primer siglo, describió una rebelión dirigida por un Teudas, fue posterior y mucho más grande. Además, fue después de la que dirigió el Judas descrito en el v. 37.
a. El viaje marítimo (cap. 27)
¿Por qué dio Lucas tantos detalles acerca del viaje desde Cesarea a Roma? No hay una respuesta fácil. (1) Tal vez sólo sea un recurso para poner énfasis en el viaje y la llegada de Pablo a Roma, en forma parecida a como los evangelistas subrayaron el acercamiento final del Señor a Jerusalén y sus últimos días allí para realzar el impacto de su muerte y resurrección. De la misma forma, Lucas llevó al clímax su obra de Lucas–Hechos con la proclamación del reino a los gentiles de la capital romana.
Los dioses gemelos Cástor y Pólux que la nave llevaba por enseña eran, de acuerdo a la mitología griega, hijos gemelos de Zeus y Leda y supuestamente daban buena suerte a los marineros. Si su constelación, Géminis, se veía durante una tormenta, era muy buen augurio. Posiblemente Lucas incluyó este detalle en su narración para contrastar las supersticiones de la gente de Malta, Roma, Grecia, y Egipto con el cristianismo.
(2) Lucas puede haber seguido el ejemplo de las grandes epopeyas históricas de su época, en que era común usar el tema de las tormentas y naufragios. Esto sería paralelo a las modernas escenas de persecución en un drama de cine o televisión. El problema con este punto de vista es simple. ¿Cómo contribuiría esto al propósito de Lucas? El simple hecho de imitar el ejemplo de las epopeyas antiguas no ayudaría p 228 al libro para nada.
(3) Posiblemente el escritor quería mostrar un paralelo con Jonás y la tormenta (Jon. 1:4–15). Después de que Jonás sobrevivió a la tempestad por medios milagrosos, predicó a una gran ciudad capital gentil. Es obvia la comparación con Pablo.
28:12–14. Lucas trazó cuidadosamente el viaje: desde Malta a Siracusa, Sicilia; a Regio en el “dedo” de Italia; a Puteoli (hoy se llama Pozuolli), a 248 kms. al sur de Roma, y finalmente a Roma. Puteoli era un puerto comercial importante, que quedaba a la mitad del camino entre Regio y Roma. En Puteoli, Pablo y sus acompañantes hallaron a unos hermanos. Esto es significativo, porque muestra que el evangelio ya se había esparcido desde Roma a ese puerto italiano. Sin duda, la iglesia había sido plantada en Roma por judíos romanos que habían ido a Jerusalén a la fiesta de Pentecostés, escucharon el mensaje de Pedro, fueron salvos, y regresaron a casa con las buenas nuevas (2:10). Pablo aceptó la invitación de los creyentes para quedarse con ellos siete días. Tal vez el centurión tenía que descargar el barco, o puede ser que tuviera que pasar una semana en Puteoli por otros negocios.
5:37. La insurrección dirigida por Judas el galileo fue la segunda ilustración de Gamaliel. Josefo dio un registro más amplio de este movimiento que culminó con la ejecución de Judas, pero que también provocó más revueltas.
(4) El propósito de este relato es mostrar la protección y dirección soberana de Dios en el ministerio de Pablo. Era la voluntad de Dios que el apóstol ministrara el evangelio en Roma.
(5) La intención de Lucas fue demostrar el liderazgo de Pablo y así subrayar el hecho de que el programa de Dios había llegado a ser en primer lugar para los gentiles y por ello, Pablo era el hombre de Dios en aquella hora. En el relato, Pablo se destaca como quien está en control de las cosas, aun del viaje marítimo y del naufragio.
28:15. Los cristianos en Roma pronto tuvieron noticias de la llegada de Pablo, así que salieron … hasta el Foro de Apio (ciudad mercantil a 69 kms. de Roma) y las Tres Tabernas (a 53 kms. de Roma) para encontrarlo a él y a sus acompañantes. El sustantivo apantēsin, que se traduce como el infinitivo “recibir” se usaba en la literatura griega para referirse a un cortejo que salía de la ciudad para encontrar a un oficial que iba a entrar a ella. También se usa en , en donde se habla de los creyentes que serán “arrebatados … para recibir (apantēsin) al Señor en el aire”. Como en un cortejo, los creyentes van a subir a las nubes durante el rapto para encontrar a Jesús, su Salvador y Señor, que viene del cielo para llevarlos a estar con él. Pablo esperaba ansiosamente unirse a aquel grupo.
(6) Algunos piensan que la historia es una alegoría. En el A.T. el mar era considerado como enemigo y aquí simboliza la oposición al esparcimiento del evangelio. A pesar de todo el antagonismo, las buenas nuevas del reino sobrevivirían y finalmente alcanzarían su meta predeterminada por Dios. Pero esto es tan alegórico, que es un punto de vista poco probable.
La respuesta a la interrogante de por qué Lucas puso tanto énfasis en el viaje a Roma, debe ser una combinación de las respuestas 1, 3, 4, y 5, aunque es difícil afirmarlo con seguridad. (V. “Mapa del recorrido de Pablo a Roma” en el Apéndice, pág. 361.)
Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento (lit. “recibió ánimo”, tharsos. El vb. tharseō se usa en la LXX para referirse a las personas que encontrándose en angustia, luego eran animadas; cf. el comentario de ). Al fin, Dios llevaba a Pablo a Roma. Y la bienvenida de los hermanos creyentes, a quienes nunca había visto, consolaron su alma. Así que prosiguieron en el camino de la vía Apia, “la reina de las carreteras”, con destino a la ciudad de Roma.
27:1. Quién y cuántos presos más acompañaron a Pablo a Roma, es una pregunta que ha quedado sin responder. Tampoco se le hace saber al lector por qué los otros eran llevados a la ciudad capital.
5:38–39. Aquí se encuentra la conclusión y el mensaje central del discurso de Gamaliel. Al observar lo que sucediera al movimiento cristiano, ellos sabrían si era de origen humano o de Dios. Es interesante que este discurso fue en un sentido, una apología para la iglesia de Jesucristo, dada por un representante de los enemigos de ella. Tratar de detener la obra de Dios sería como ¡estar luchando contra Dios!
El centuriónJulio, quien es uno de los personajes principales de este relato, pertenecía a la compañía Augusta, título honorario que se le daba a ciertas tropas. “Augusta” es traducción de Sebastēs, que significa “reverenciada” (cf. el comentario de 25:25). Un “centurión” estaba al frente de 100 soldados (cf. 10:1; 21:32; 22:25–26; 23:17, 23; 24:23).
28:16. Ya que Pablo era prisionero de confianza, se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. La residencia de Pablo estaba en una casa rentada (v. 30).
El uso del pronombre de la primera persona del pl. aquí indica que Lucas acompañó a Pablo en este viaje.
27:2–3. La referencia a adramitena, se refiere a la base de la nave, la cual estaba al sureste de Troas, ciudad del noroeste de Asia Menor. Es evidente que el barco estaba haciendo el último viaje a su base antes de que comenzara la estación invernal de tormentas marítimas. Tal vez el centurión quería encontrar durante el viaje una embarcación con destino a Roma o llegar a la Vía Ignacia para transportar a los prisioneros.
28:17–20. La culminación del libro se encuentra en estos últimos vv. (vv. 17, 24), los cuales hablan de otro rechazo del evangelio y de que Pablo dejó a los judíos para dar el mensaje a los gentiles (v. 28).
Es obvio que Aristarco también acompañó a Pablo como su ayudante y se quedó con él durante el encarcelamiento en Roma (Col. 4:10; Flm. 24).
5:40. Las autoridades no consideraron correcto sólo amonestar a los apóstoles, por lo que decidieron azotarlos y les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús (sobre “el nombre” de Jesús, V. el comentario de 3:16). Los azotes fueron evidentemente un castigo para los apóstoles por desobedecer la amonestación que les habían hecho anteriormente (cf. 4:18, 21; 5:28).
Es interesante que Pablo haya tenido amigos en Sidón, el primer puerto al que llegaron después de salir de Cesarea. La amabilidad de este centurión trae a la memoria la de otro centurión (Hch. 24:23).
Como de costumbre, Pablo habló primero a los judíos (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; 19:8). En este caso, convocó a los principales p 233 para que se reunieran con él, porque no podía ir a sus sinagogas.
27:4–8. La información contenida en estos vv. señala la dificultad de navegar de este a oeste por el mar Mediterráneo. Los vientos dominantes soplaban desde el oeste, de modo que las naves zarparían hacia el este de Chipre y avanzarían con dificultad a lo largo de la costa suroeste de Asia Menor y el este de Creta. Cuando Pablo se embarcó en la dirección contraria, el barco tomó una ruta más directa (21:1–3).
En Mira, ciudad portuaria sobre p 229 la costa sur de Asia Menor, el centurión encontró una nave alejandrina que zarpaba para Italia. Este era un barco que llevaba granos (27:38), lo suficientemente grande como para llevar 276 pasajeros (v. 37). Egipto era el que abastecía de granos a Roma. Comúnmente, los barcos de grano zarpaban hacia el norte hasta Asia Menor y luego tomaban rumbo al oeste a través del Mediterráneo, pasando por las islas para aprovechar la protección que pudieran recibir de ellas.
En esta presentación, Pablo señaló varios puntos significativos: (1) Era inocente de hacer daño a los judíos o a sus costumbres (28:17). (2) Las autoridades romanas de Judea pensaron que Pablo era inocente (v. 18; cf. 23:29; 25:25; 26:31–32). (3) El único recurso de Pablo fue apelar a César, porque los judíos rehusaron tratar con él en forma correcta (28:19; cf. 25:11). (4) Este cuarto punto es muy importante: él no estaba poniendo demanda contra Israel; sólo quería ser absuelto (28:19). (5) Su objetivo principal al convocar a los dirigentes era hablar con ellos acerca de la esperanza de Israel. Este término y concepto fue usado por Pablo algunas veces en la última parte de Hechos (cf. 23:6; 24:15; 26:6–7). La esperanza de Israel era más que la resurrección; significaba el cumplimiento de las promesas del A.T. a la nación (cf. 26:6–7). Pablo firmemente creyó que Jesús es el Mesías de Israel, quien regresará algún día para establecerse como el Rey de Israel y Señor de las naciones (cf. 1:6).
El viaje de Pablo en esta segunda embarcación lo llevó desde Mira hasta la isla de Gnido y luego al suroeste por el sur de Creta, a un lugar que llaman Buenos Puertos. Los cretenses eran conocidos por su holgazanería y depravación (Tit. 1:12). Más adelante, Pablo escribió a Tito pidiéndole que designara ancianos para las iglesias de aquella isla (Tit. 1:5).
5:41–42. A pesar de la sangrienta golpiza, los apóstoles salieron de la p 150 presencia del concilio, gozosos. Aquí se hace evidente una vez más el tema del gozo en el libro de Hechos (V. el comentario de 2:46–47). Una iglesia victoriosa se goza en la obra divina a pesar de la persecución, y como en este caso, aun a causa de ella. Los apóstoles se sintieron honrados de padecer afrenta por causa del Nombre (sobre el “nombre”, V. 3:16; cf. , ). Posteriormente, Pedro animó a los cristianos a “regocijarse” cuando “participaran” en los sufrimientos por causa de Cristo (; cf. ; ).
27:9–12. El ayuno al que se hace referencia aquí era probablemente el día de la expiación que se conmemoraba de finales de septiembre hasta principios de octubre. Después de esa época del año, los patrones climatológicos variables del mar Mediterráneo hacían peligrosa la navegación. En aquel tiempo, el tráfico marítimo cesaba a principios de noviembre.
28:21–22. La respuesta de los líderes fue ambivalente. Dijeron que no sabían nada acerca de Pablo y los únicos reportes que tenían acerca del cristianismo (esta secta) eran negativos. Uno se pregunta si fueron del todo sinceros. ¿Cómo es posible que los dirigentes judíos ignoraran que algunos judíos de Roma habían llegado a ser cristianos y la existencia de tensiones entre la iglesia y el judaísmo de Jerusalén? Es muy posible que no hubieran tenido ninguna noticia acerca de Pablo, pero tal vez sabían más de lo que aceptaban acerca del cristianismo. Estaban interesados en escuchar los puntos de vista de Pablo, ya que sabían que … se hablaba contra su mensaje.
Pablo tal vez estaba incluido entre los consejeros de la embarcación, debido a sus experiencias previas de viajero (cf. 2 Co. 11:25, “tres veces he padecido naufragio”) y a su liderazgo natural. Contrario al consejo de Pablo, la mayoría (27:11–12) acordó que era mejor zarpar a un puerto más cómodo, e invernar allí. La autoridad final estaba en manos del centurión, porque se consideraba que los barcos de grano estaban al servicio del gobierno. Así que zarparon a lo largo de la costa sur de Creta con la esperanza de llegar al puerto de Fenice.
27:13–17. Cuando de repente se vieron atrapados por un viento huracanado llamado Euroclidón, no pudieron quedarse bajo la protección de Creta, e iban navegando a la deriva en mar abierto. Una pequeña isla llamada Clauda a 40 kms. al sur de Creta, les proveyó de un breve respiro del viento. Mientras que estaban en el sur de la isla, recogieron el esquife, que normalmente era remolcado, pero que probablemente para entonces ya estaba lleno de agua.
28:23–24. En el segundo encuentro de los dirigentes judíos con Pablo, fueron más definidos en sus respuestas al evangelio. Esta vez vinieron a él muchos. La discusión también fue más larga. Durante todo el día, Pablo les habló del reino de Dios … persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas (cf. 24:14; 26:22).
No está del todo claro lo que Lucas quiso decir con usaron de refuerzos para ceñir la nave. Probablemente que los marinos rodearon el barco con cuerdas a fin de que las vigas no se separaran y dejaran pasar más agua por la presión del mar y la tormenta.
La Sirte estaba localizada por la costa de Libia al norte de África. La palabra gr. que se traduce como las velas es skeuos y lit. significa “embarcación” o “equipo”, de manera que puede referirse a cualquier aparejo. Sin embargo, quizá era el ancla.
El término “reino de Dios” tiene como base la muerte y resurrección de Cristo, pero también mira al futuro, al reino del Señor sobre la tierra. Claramente, su significado es escatológico (cf. 1:3–6; 8:12; 14:22; 19:8; 20:25; ; ; ; ; , ; , , , , ; , ; , ; ; , , ; ; ; ; , , ; ; ; , , ; , ). Para los judíos eran muy extraños los conceptos de que el Mesías tenía que morir como propiciación por los pecados del hombre y la enseñanza de la justificación por la fe como única forma de entrar al reino.
El propósito de Lucas al escribir fue mostrar la forma en que Israel como nación seguía firme en su trágico rechazo de Jesús el Mesías.
27:18–26. La furiosa tempestad fue muy severa, de modo que, al siguiente día tiraron la carga al agua y al día siguiente, los aparejos de la nave. La tempestad siguió azotándolos inmisericorde y después de muchos días, perdieron toda esperanza de salir con vida de aquella situación.
Los pasajeros, y probablemente también la tripulación, habían pasado sin comer algunos días. Tal vez la tormenta había destruido muchas de sus provisiones; algunos estaban mareados; y tal vez otros estaban demasiado desalentados como para comer (cf. v. 33). Después de que Pablo les recordó el consejo que les había dado p 230 antes en Creta (cf. v. 10), los animó con un mensaje de Dios. Esta no fue la primera vez que una visión levantó el espíritu de Pablo (cf. 18:9–10; 23:11); de hecho en la visión de Jerusalén (23:11) Dios le prometió no sólo guardarlo allí, sino hasta el final de su viaje a Roma. Aquí también Dios (a través de un ángel), prometió que Pablo comparecería ante César. Dos veces instó Pablo a sus compañeros de viaje (a todos los 275; cf. 27:37) a tener buen ánimo (vv. 22, 25). El vb. “tener buen ánimo” (euthymeō) sólo se usa tres veces en el N.T. Dos veces aquí y en Santiago 5:13 (“Está … alegre”). El vb. expresa la idea de tener buenos sentimientos o estar de buen ánimo. Aun como prisionero, Pablo no dudó en dar a conocer su fe en Dios.
Los judíos estaban divididos en sus respuestas. Algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían (). En gr., el vb. “asentían” está en tiempo imperf. y pudiera traducirse “comenzaban a ser convencidos”, lo cual quiere decir que no estaban del todo seguros. El mismo vb. se usa en v. 23, y se traduce como “persuadiéndoles”.
27:27–32. El mar Adriático era el término que se usaba en la época del N.T. no sólo para el mar que se extendía entre Italia y Grecia, sino también al sur de Italia y Sicilia a Malta. Después de pasar dos semanas en medio de la tormenta, los marineros al fin sospecharon que estaban cerca de tierra porque las aguas eran menos profundas (de 36 a 27 mts.). Medían la profundidad tirando al agua una cuerda con plomo (bolisantes, “echar la sonda” significa lit. “lanzar el plomo”). Cuando llegaron a aguas de poca profundidad, echaron cuatro anclas. Pablo advirtió al centurión que los marineros que intentaban huir necesitaban permanecer en la nave (cf. v. 24). Los soldados cortaron las amarras del bote salvavidas. Esto significaba que todos los que estaban a bordo sólo podían confiar en el Señor para su salvación.
27:33–35. Debido a la confianza que Pablo tenía en que el Señor los iba a mantener a todos a salvo (v. 24), los animó a … que comiesen (vv. 33–34). Luego tomó el pan, sin vergüenza alguna dio gracias a Dios … y partiéndolo, comenzó a comer. Aunque suena como si fuera la santa cena, probablemente no lo fue. La mayoría de las 276 personas no eran cristianas. Por el contrario, fue un testimonio público de la fe de Pablo en el Dios y Padre del Señor Jesús, así como un acto necesario a fin de reponer fuerzas para la prueba que les esperaba.
28:25–27. El desacuerdo entre los dirigentes judíos de Roma acerca del mensaje de Pablo mostró que no les gustaba el evangelio. Con perspicacia profética, Pablo aplicó las palabras de Isaías (6:9–10) a sus contemporáneos. El rechazo obstinado resulta en corazones endurecidos, oídos sordos, y ojos espiritualmente cerrados. Esto le p 234 había sucedido a Israel tanto en los días de Isaías como en los de Pablo (cf. ). Es interesante que Pablo adjudicó las palabras de Isaías a la inspiración del Espíritu Santo (cf. ).
4. administración en la iglesia (6:1–7)
27:36. Dos problemas se mencionan en el v. 33: la gente había estado “sin comer nada” catorce días, y también habían velado (estado en suspenso constante). Pero ahora todos fueron animados (lit. “llegaron a estar con buen ánimo,” euthymoi; cf. vv. 22, 25) y comieron también ellos, solventando los dos problemas mencionados en el v. 33.
27:37–38. La nave granero no sólo transportaba carga, sino también a 276 pasajeros y tripulantes pero no se da a conocer el números de prisioneros (v. 42). Esta nave no era muy grande, porque Josefo escribió que él viajó a Italia en una que transportó 600 pasajeros.
28:28. En el clímax de este libro y ahora en su final, el enfoque de la evangelización se vuelve hacia los gentiles. De Jerusalén a Roma, la mayoría de los judíos lo rechazaron. De ciudad en ciudad, el mensaje se dirigió a los no judíos. Ahora, en la capital del mundo romano, se daba el mismo fenómeno. Y así será hasta que se cumpla la plenitud de los gentiles ().
27:39–40. Al amanecer, viendo una ensenada que tenía playa …, acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortaron las anclas … las amarras del timón; e izada … la vela … enfilaron hacia la playa. La palabra “timón” (pēdaliōn) lit. describe a las palas de remo y se refiere a unos timones de remo corto que se colocaban a los lados del barco. Estos se amarraban mientras que el barco permanecía anclado.
27:41. La nave encalló en un banco de arena que los marineros no habían visto. Debido al oleaje, la popa se rompió, mientras que la proa estaba hincada en la arena.
28:29. Algunos mss. gr. agregan el texto del v. 29. Es probable que éste no deba incluirse en el texto, aunque es muy posible que así fue como respondieron (cf. v. 25).
p 231 27:42–44. Ya que los soldados respondían con su vida por cualquier prisionero que escapara (cf. 12:19; 16:27), planearon matar a los presos, para que ninguno se fugase nadando. Para los soldados, este era un asunto de autoconservación.
6:1. Los judíos griegos no podían hablar arameo, la lengua nativa de los judíos que vivían en Israel. Probablemente habían sido criados fuera de su tierra y eran bilingües que hablaban tanto griego como su lengua nativa (cf. 2:5–11). Tal vez también pertenecían a ese grupo otros gentiles prosélitos del judaísmo, que más tarde llegaron a ser cristianos. Los judíos nativos también eran bilingües, porque hablaban arameo y griego (cf. 21:40) En el mundo judío, existían tensiones entre los judíos griegos y los hebreos de lengua aramea; y trágicamente, esas tensiones se introdujeron a la iglesia.
Sin embargo, el centurión quería salvar la vida a Pablo. Él vio el valor y confiabilidad de su prisionero y por eso impidió que los soldados realizaran su plan. Obviamente, Dios estaba obrando en forma soberana para guardar a Pablo para el ministerio en Roma y para garantizar el cumplimiento de su predicción (v. 24). En medio de la fría lluvia (28:2), los pasajeros (soldados y prisioneros) y los tripulantes que pudiesen nadar fueron animados a nadar a tierra, mientras que los demás se valieron de pedazos flotantes del barco.
28:30–31. Estos vv. son el último “informe de avance” de Lucas (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20). Teniendo cierta libertad y viviendo en una casa de alquiler, Pablo siguió predicando y enseñando el reino de Dios. Esta expresión escatológica indica no sólo que los judíos y los gentiles por igual son justificados por la fe, sino también que todos van a participar en el reino milenial (cf. el comentario de 28:23).
Como Pablo había predicho, el barco se perdió (27:22), encallaron en una isla (v. 26), y nadie pereció (v. 22).
b. Permanencia en Malta (28:1–10)
Generalmente surge una interrogante con respecto a las actividades de Pablo después de esos dos años de cautividad. ¿Qué sucedió? Tal vez en Roma no se registraron cargos contra Pablo y fue liberado. Los judíos sabían que no tenían argumentos contra el apóstol fuera de Judea; de manera que no estarían dispuestos a continuar el juicio en Roma.
28:1–2. El lugar del naufragio fue Malta, pequeña isla a 96 kms. al sur de Sicilia. Malta tenía buenos puertos y estaba estratégicamente ubicada para el comercio. En dos semanas, la tormenta los desvió 960 kms. al occidente de Buenos Puertos, que estaba en Creta. Los naturales es traducción de joi barbaroi (lit. “los bárbaros”), término gr. usado para referirse a gente que no hablaba su idioma. Esto no significa que hayan sido salvajes o incultos, sino que su civilización no estaba orientada hacia la cultura griega. Ellos mostraron no poca humanidad al brindar una hospitalidad poco común a las víctimas del naufragio, haciéndoles un fuego y dándoles la bienvenida.
6:2. Las mesas (trapezais) pueden referirse a las mesas usadas para servir comida o mesas de dinero, es decir, los bancos. Probablemente se refieren aquí al lugar donde se administraban los fondos y víveres para las viudas.
28:3. Debido a que el clima era frío (v. 2), la culebra estaría entumecida y aletargada. Por supuesto que el calor del fuego sacaría a la víbora de su letargo y la pondría más activa.
Quizá Pablo regresó a las provincias de Macedonia, Acaya, y Asia y luego viajó al occidente a España, de acuerdo a sus planes originales (). Luego ministró una vez más en la región Egea, donde fue arrestado, devuelto a Roma y ejecutado.
28:4–6. Al ver que Pablo era mordido por la víbora … los naturales llegaron a la conclusión que era un homicida que estaba recibiendo el peso de la justicia. Pero cuando vieron que no se vio afectado por la mordedura de la serpiente (sin siquiera tener una hinchazón de la mano), los naturales supersticiosamente, dijeron que Pablo era un dios. Sin duda, la respuesta de Pablo a esto, aunque no se registra, fue similar a la reacción que tuvo en Listra (14:8–18).
28:7–10. Publio llevó a Pablo y a otros (entre ellos a Lucas porque usa la primera persona pl.) a su propiedad por tres días. Un beneficio que obtuvo del ministerio de Pablo fue la sanidad del padre de Publio (quien tenía fiebre y … disentería) así como de otros de la isla que padecían enfermedades. Es interesante que Pablo, en vez de ser dañado por la víbora, fue usado por Dios para sanar a otros. No sorprende que los naturales honraron a los hombres del naufragio con muchas atenciones, incluyendo darles provisiones antes de que zarparan tres meses después (v. 11). Estas vituallas sin lugar a duda les fueron dadas en gratitud por los servicios de Pablo.
Durante el período de dos años, Pablo escribió las llamadas “epístolas de la prisión”: Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos,” en el Apéndice, pág. 357.)
c. Resumen del ministerio en Roma (28:11–31)
28:11. Ya que la tripulación y los pasajeros salieron de Creta en octubre o noviembre (“Por haber pasado ya el ayuno”, 27:9) y estuvieron en la tormenta durante dos semanas, sus tres meses de estancia en Malta incluyeron todo el invierno, hasta febrero o marzo. En ese tiempo, vieron otra nave atracada en la isla. Puesto que p 232 también era alejandrina de origen, es probable que transportara grano (cf. 27:6, 38) que venía desde Egipto y que había pasado en un puerto de Malta los tres meses de invierno, en que era muy peligroso viajar. Tal vez el puerto en donde estaba era Valletta.
Mientras que Pablo estuvo en Roma durante su encarcelamiento, el evangelio no estuvo preso. El apóstol habló abiertamente (cf. el comentario de ). La última palabra que aparece en el texto gr. de Hechos es el adverbio akōlytōs, que significa sin impedimento. Los hombres pueden atar a los predicadores, ¡pero el evangelio no puede ser encadenado!
Los doce reconocieron que las prioridades de su ministerio eran la palabra … y la oración (cf. v. 4).
Los dioses gemelos Cástor y Pólux que la nave llevaba por enseña eran, de acuerdo a la mitología griega, hijos gemelos de Zeus y Leda y supuestamente daban buena suerte a los marineros. Si su constelación, Géminis, se veía durante una tormenta, era muy buen augurio. Posiblemente Lucas incluyó este detalle en su narración para contrastar las supersticiones de la gente de Malta, Roma, Grecia, y Egipto con el cristianismo.
28:12–14. Lucas trazó cuidadosamente el viaje: desde Malta a Siracusa, Sicilia; a Regio en el “dedo” de Italia; a Puteoli (hoy se llama Pozuolli), a 248 kms. al sur de Roma, y finalmente a Roma. Puteoli era un puerto comercial importante, que quedaba a la mitad del camino entre Regio y Roma. En Puteoli, Pablo y sus acompañantes hallaron a unos hermanos. Esto es significativo, porque muestra que el evangelio ya se había esparcido desde Roma a ese puerto italiano. Sin duda, la iglesia había sido plantada en Roma por judíos romanos que habían ido a Jerusalén a la fiesta de Pentecostés, escucharon el mensaje de Pedro, fueron salvos, y regresaron a casa con las buenas nuevas (2:10). Pablo aceptó la invitación de los creyentes para quedarse con ellos siete días. Tal vez el centurión tenía que descargar el barco, o puede ser que tuviera que pasar una semana en Puteoli por otros negocios.
Y así fue como el mensaje del reino de los cielos, bajo el control soberano de Dios, fue llevado de los judíos a los gentiles, y de Jerusalén a Roma.
28:15. Los cristianos en Roma pronto tuvieron noticias de la llegada de Pablo, así que salieron … hasta el Foro de Apio (ciudad mercantil a 69 kms. de Roma) y las Tres Tabernas (a 53 kms. de Roma) para encontrarlo a él y a sus acompañantes. El sustantivo apantēsin, que se traduce como el infinitivo “recibir” se usaba en la literatura griega para referirse a un cortejo que salía de la ciudad para encontrar a un oficial que iba a entrar a ella. También se usa en 1 Tesalonicenses 4:17, en donde se habla de los creyentes que serán “arrebatados … para recibir (apantēsin) al Señor en el aire”. Como en un cortejo, los creyentes van a subir a las nubes durante el rapto para encontrar a Jesús, su Salvador y Señor, que viene del cielo para llevarlos a estar con él. Pablo esperaba ansiosamente unirse a aquel grupo.
Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento (lit. “recibió ánimo”, tharsos. El vb. tharseō se usa en la LXX para referirse a las personas que encontrándose en angustia, luego eran animadas; cf. el comentario de Mr. 6:50). Al fin, Dios llevaba a Pablo a Roma. Y la bienvenida de los hermanos creyentes, a quienes nunca había visto, consolaron su alma. Así que prosiguieron en el camino de la vía Apia, “la reina de las carreteras”, con destino a la ciudad de Roma.
BIBLIOGRAFÍA
6:3–4. Los apóstoles mencionaron tres cualidades que debían tener los que se nombraran para servir: (a) Ser llenos del Espíritu Santo, (b) estar llenos de sabiduría (cf. v. 10) y además, (c) ser conocidos por estas cosas. Esto quiere decir que las dos primeras características debían formar parte de su reputación y que las tres eran necesarias para el buen manejo de las finanzas. (La fe, v. 5, no es otro distintivo, porque creer es simplemente el medio para estar lleno con el Espíritu Santo.)
28:16. Ya que Pablo era prisionero de confianza, se le permitió vivir aparte, con un soldado que le custodiase. La residencia de Pablo estaba en una casa rentada (v. 30).
28:17–20. La culminación del libro se encuentra en estos últimos vv. (vv. 17, 24), los cuales hablan de otro rechazo del evangelio y de que Pablo dejó a los judíos para dar el mensaje a los gentiles (v. 28).
Alexander, Joseph Addison. Commentary on the Acts of the Apostles, “Comentario de Hechos de los Apóstoles”, N. York: Charles Scribner, 1875. Reimp. (2 vols. en 1). Grand Rapids: Zondervan Publishing House, s.f.
Como de costumbre, Pablo habló primero a los judíos (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; 19:8). En este caso, convocó a los principales p 233 para que se reunieran con él, porque no podía ir a sus sinagogas.
En esta presentación, Pablo señaló varios puntos significativos: (1) Era inocente de hacer daño a los judíos o a sus costumbres (28:17). (2) Las autoridades romanas de Judea pensaron que Pablo era inocente (v. 18; cf. 23:29; 25:25; 26:31–32). (3) El único recurso de Pablo fue apelar a César, porque los judíos rehusaron tratar con él en forma correcta (28:19; cf. 25:11). (4) Este cuarto punto es muy importante: él no estaba poniendo demanda contra Israel; sólo quería ser absuelto (28:19). (5) Su objetivo principal al convocar a los dirigentes era hablar con ellos acerca de la esperanza de Israel. Este término y concepto fue usado por Pablo algunas veces en la última parte de Hechos (cf. 23:6; 24:15; 26:6–7). La esperanza de Israel era más que la resurrección; significaba el cumplimiento de las promesas del A.T. a la nación (cf. 26:6–7). Pablo firmemente creyó que Jesús es el Mesías de Israel, quien regresará algún día para establecerse como el Rey de Israel y Señor de las naciones (cf. 1:6).
Barclay, William. Los Hechos de los Apóstoles. Trad. por Hazael T. Marroquín. México: Publicaciones El Faro, 1968, 297 págs.
La selección de siete varones puede relacionarse con la tradición de las comunidades judías en que siete hombres respetables administraban los negocios públicos y actuaban como concilio oficial. Al escoger a esos siete hombres, los doce persistieron en dar atención a la oración y … al ministerio de la palabra (cf. v. 2).
28:21–22. La respuesta de los líderes fue ambivalente. Dijeron que no sabían nada acerca de Pablo y los únicos reportes que tenían acerca del cristianismo (esta secta) eran negativos. Uno se pregunta si fueron del todo sinceros. ¿Cómo es posible que los dirigentes judíos ignoraran que algunos judíos de Roma habían llegado a ser cristianos y la existencia de tensiones entre la iglesia y el judaísmo de Jerusalén? Es muy posible que no hubieran tenido ninguna noticia acerca de Pablo, pero tal vez sabían más de lo que aceptaban acerca del cristianismo. Estaban interesados en escuchar los puntos de vista de Pablo, ya que sabían que … se hablaba contra su mensaje.
28:23–24. En el segundo encuentro de los dirigentes judíos con Pablo, fueron más definidos en sus respuestas al evangelio. Esta vez vinieron a él muchos. La discusión también fue más larga. Durante todo el día, Pablo les habló del reino de Dios … persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas (cf. 24:14; 26:22).
Bruce, F.F. Commentary on the Book of the Acts, “Comentario del Libro de los Hechos”, The New International Commentary on the New Testament. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1954.
El término “reino de Dios” tiene como base la muerte y resurrección de Cristo, pero también mira al futuro, al reino del Señor sobre la tierra. Claramente, su significado es escatológico (cf. 1:3–6; 8:12; 14:22; 19:8; 20:25; Lc. 1:33; 4:43; 6:20; 7:28; 8:1, 10; 9:2, 11, 27, 60, 62; 10:9, 11; 11:2, 20; 12:31–32; 13:18, 20, 28–29; 14:15; 16:16; 17:20–21; 18:16–17, 24–25, 29–30; 19:11; 21:31; 22:16, 18, 29–30; 23:42, 51). Para los judíos eran muy extraños los conceptos de que el Mesías tenía que morir como propiciación por los pecados del hombre y la enseñanza de la justificación por la fe como única forma de entrar al reino.
Los judíos estaban divididos en sus respuestas. Algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían (Hch. 28:24). En gr., el vb. “asentían” está en tiempo imperf. y pudiera traducirse “comenzaban a ser convencidos”, lo cual quiere decir que no estaban del todo seguros. El mismo vb. se usa en v. 23, y se traduce como “persuadiéndoles”.
p 235 Dunnett, Walter M. The Book of Acts, “El libro de Hechos”, Grand Rapids: Baker Book House, 1981.
28:25–27. El desacuerdo entre los dirigentes judíos de Roma acerca del mensaje de Pablo mostró que no les gustaba el evangelio. Con perspicacia profética, Pablo aplicó las palabras de Isaías (6:9–10) a sus contemporáneos. El rechazo obstinado resulta en corazones endurecidos, oídos sordos, y ojos espiritualmente cerrados. Esto le p 234 había sucedido a Israel tanto en los días de Isaías como en los de Pablo (cf. Ro. 11:7–10). Es interesante que Pablo adjudicó las palabras de Isaías a la inspiración del Espíritu Santo (cf. Hch. 4:25).
6:5. La propuesta de los doce agradó … a toda la multitud de discípulos. Es significativo que los siete tuvieran nombres griegos, implicando que eran helenistas. Nicolás, el último mencionado, no era ni siquiera judío, sino uno convertido al judaísmo y posteriormente al cristianismo. Evidentemente, la iglesia primitiva sintió que el problema de la falta de atención involuntaria hacia las viudas greco judías, se resolvería mejor si lo solucionaban los judíos helénicos, y que ciertamente ellos no iban a desatender a las viudas de habla aramea.
28:28. En el clímax de este libro y ahora en su final, el enfoque de la evangelización se vuelve hacia los gentiles. De Jerusalén a Roma, la mayoría de los judíos lo rechazaron. De ciudad en ciudad, el mensaje se dirigió a los no judíos. Ahora, en la capital del mundo romano, se daba el mismo fenómeno. Y así será hasta que se cumpla la plenitud de los gentiles (Ro. 11:19–26).
Harrison Everett F. Acts: the Expanding Church, “Hechos, la Iglesia en Expansión”, Chicago: Editorial Moody, 1975.
28:29. Algunos mss. gr. agregan el texto del v. 29. Es probable que éste no deba incluirse en el texto, aunque es muy posible que así fue como respondieron (cf. v. 25).
28:30–31. Estos vv. son el último “informe de avance” de Lucas (cf. 2:47; 6:7; 9:31; 12:24; 16:5; 19:20). Teniendo cierta libertad y viviendo en una casa de alquiler, Pablo siguió predicando y enseñando el reino de Dios. Esta expresión escatológica indica no sólo que los judíos y los gentiles por igual son justificados por la fe, sino también que todos van a participar en el reino milenial (cf. el comentario de 28:23).
Hiebert, D. Edmond. Personalities around Paul, “Personajes que rodearon a Pablo”, Chicago: Moody Press, 1973.
Generalmente surge una interrogante con respecto a las actividades de Pablo después de esos dos años de cautividad. ¿Qué sucedió? Tal vez en Roma no se registraron cargos contra Pablo y fue liberado. Los judíos sabían que no tenían argumentos contra el apóstol fuera de Judea; de manera que no estarían dispuestos a continuar el juicio en Roma.
La presentación de los siete (cf. 21:8) prepara a los lectores para el ministerio de Esteban y Felipe, los primeros dos de la lista. Además, la referencia a los judíos griegos anticipa la extensión más amplia del evangelio fuera del círculo de Jerusalén y Judea. p 151 (No se sabe nada acerca de los otros cuatro: Prócoro … Nicanor … Timón y Parmenas).
Quizá Pablo regresó a las provincias de Macedonia, Acaya, y Asia y luego viajó al occidente a España, de acuerdo a sus planes originales (Ro. 15:22–28). Luego ministró una vez más en la región Egea, donde fue arrestado, devuelto a Roma y ejecutado.
Jensen, Irving Lester. Los Hechos: Un Estudio Inductivo. Trad. de Ma. Elena Escobar y otros. Ed. por Daniel P. Wicher. México, D.F., México (s. ed.), 1990. 219 págs.
Durante el período de dos años, Pablo escribió las llamadas “epístolas de la prisión”: Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses (V. “Epístolas de Pablo escritas en sus viajes y durante sus encarcelamientos,” en el Apéndice, pág. 357.)
Mientras que Pablo estuvo en Roma durante su encarcelamiento, el evangelio no estuvo preso. El apóstol habló abiertamente (cf. el comentario de Hch. 4:13). La última palabra que aparece en el texto gr. de Hechos es el adverbio akōlytōs, que significa sin impedimento. Los hombres pueden atar a los predicadores, ¡pero el evangelio no puede ser encadenado!
Kent Homer A., Jr. Jerusalem to Rome: Studies on the book of Acts, “De Jerusalén a Roma: Estudios del libro de los Hechos”, Grand Rapids: Baker Book House, 1972.
Y así fue como el mensaje del reino de los cielos, bajo el control soberano de Dios, fue llevado de los judíos a los gentiles, y de Jerusalén a Roma.
BIBLIOGRAFÍA
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6:6. Aunque la comunidad cristiana eligió a los siete, estos fueron comisionados por los apóstoles. Esto se hizo por medio de la oración y la imposición de las manos. La práctica de imponer las manos sobre otros era un gesto que significaba comisionar y dar autoridad (cf. 8:17–19; 13:3; 19:6; ; ; ).
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¿Fueron estos los primeros diáconos? ¿Qué oficio eclesiástico se observa aquí? Existen tres respuestas a estas interrogantes.
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(1) Algunos dicen que éstos fueron los primeros diáconos. Varios factores se usan para sostener este punto de vista. Primero, el oficio de diácono se da por sentado en las cartas de Pablo (cf. ). Si no es un relato de su inicio, entonces surge la interrogante, ¿cuándo y dónde se originaron los diáconos? Segundo, varias palabras relacionadas con el diaconado (diakonia) se encuentran aquí; “distribución” (lit. “servicio”) en el v. 1 es diakonia, y “servir” en el v. 2 es diakonein. Sin embargo, a estos hombres nunca se les llamó “diáconos” (diakonoi). Posteriormente se les llamó “los siete” (21:8). Además, las palabras “distribución” y “servir” no parecen tener aquí un sentido técnico. Estos términos se usan comúnmente en el N.T. en gr. sin darles algún sentido especial.
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(2) Otros afirman que éstos fueron los precursores del oficio de anciano. Esta no es una interpretación común, pero adquiere su respaldo en 11:30, donde se refiere al dinero de ayuda dado a los ancianos. Si los diáconos manejaban estos fondos antes (cap. 6), se argumenta que posteriormente llegaron a ser los ancianos (cap. 11). Sin embargo, el oficio de anciano tuvo su origen en la sinagoga judía.
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6:7. Este v. contiene otro de los informes de avance de Lucas. La iglesia estaba creciendo rápidamente en número (cf. 2:41, 47; 4:4; 5:14; 6:1; 9:31). Es más, muchos sacerdotes judíos llegaban a ser creyentes (obedecían a la fe; cf. ). Con el nombramiento de estos hombres, los lectores quedan listos para leer acerca de la obra de Esteban y Felipe y la proclamación del evangelio afuera de Jerusalén.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 132–151.
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